Mi pequeña Ali

En este primer relato conozco a Ali y me empiezo a dar cuenta de lo especial de esa niña.

Antes de nada decir que este es la primera parte de mi primer relato y se que me queda mucho para conseguir plasmar los sentimientos en un relato pero espero disfruten leyendolo. Gracias.

MI PEQUEÑA ALI.

Hacia apenas un par de semanas que mi buena amiga Paula nos había presentado. Cuando esta me llamo y me pidió que hablara con ella me cabreé, le había hablado de mí y mis gustos, aludiendo que me conocía bien y que a ella no le podía negar que llevaba tiempo sin estar con nadie accedí a hablar con esa chica 18 años menor que yo e intentar aclarar las dudas que esta tenia. Nunca me he considerado especial ni mucho menos alguien deseado, pero si es cierto que mi experiencia en el BDSM y la empatía que suelo tener hacen que de vez en cuando me sorprenda y la gente se sienta cómoda hablando conmigo.

Ali es una niña de 22 años, apenas llega al metro y medio y es extremadamente delgada, aun así su cuerpo está perfectamente proporcionado con un pecho  85C, sus caderas para mi perfectas sin que sobresalgan demasiado y unas piernas finas acabadas en un culo para nada grande pero con una redondez que me vuelve loco. Es tímida aunque cuando la empiezas a conocer te das cuenta que esta deseando abrirse y ser ella misma, me gusta observar cuando la miro a los ojos y le digo algún halago como sus mejillas se ponen coloradas y esquiva la mirada pero su sonrisa no se va de la cara.

Después de muchos mensajes y un par de citas en las que notaba cada vez más confianza y que ella realmente entendía lo que todo esto era para mí, al dejarla en casa la bese por primera vez, muy lentas van las cosas diréis, siempre he pensado que para que cualquier sesión funcione debe haber una mínima confianza y seguridad, un sentimiento por pequeño que sea y alimentar el morbo, si no sería solo un polvo rápido, que está bien, o muy bien si, pero para mí esto es algo más. Decir que el beso no fue lo importante para mi si no el susurrarle al oído y darle el primer azote en su culo.

-niña mañana te recojo a las 21:00 para venir a mi casa.

  • vale… - fue lo único que pudo decir mientras nuevamente su sonrisa aparecía en su cara.

Ni que decir tiene que aunque evite el enviarle algún mensaje no pare de pensar en ella, hacía tiempo que no estaba tan nervioso por solo eso… he estado con cientos de chicas, no soy atractivo ni tengo facilidad para ligar pero por cosas de la vida así ha sido, y esa niña me ponía nervioso. Prepare unas cosas en casa, sé que hay que ir poco a poco y ella necesitaba tranquilidad y paciencia, pero no por ello se han de dejar de probar cosas, por lo que deje a mano unas cuantas cuerdas, aunque no se viera prepare la cuerda que cuelga de la planta de arriba en mi salón, nuca se sabe cuándo es el momento de usar las cosas así que mejor dejarlo preparado. También saque unas muñequeras y tobilleras aunque añoro las cuerdas estas son prácticas. Repartí velas por todo el salón preparadas para encenderse, no pude evitar sonreír al notar aun sin encenderlas el aroma a vainilla que desprenden, hace tiempo que ese olor tiene ese efecto en mí. Diréis que muchas molestias y muy cursi todo… quizá pero siempre me ha gustado cuidar las cosas, pocas veces han hecho algo así para mí por lo que por lo menos disfruto pensando que a ella le agradara, además siendo egoísta para mí no es molestia y si un beneficio al ver su cara disfrutando de ello.

La veo acercarse al coche, lleva unos vaqueros que le hacen un culo impresionante y una chaqueta ya de invierno que tapa una camisa rosa, se ve preciosa.

-Hola niña- le digo justo antes de darle un beso en los labios, se sonroja, no sé si por el beso o por llamarle niña, pero me gusta llamarla así.

  • Hola Silence- suspira mientras vuelve a sonreír.

-Aún no he acabado la cena, así que vamos ya- le digo mientras pongo una mano en su muslo y le sonrío.

  • Ah es que vamos a cenar?- se da cuenta de cómo lo ha dicho y se disculpa riéndose- a ver yo es que … no pienses mal eh! Solo que no esperaba que hicieras la cena… vamos que pensaba que solo tomaríamos algo…

  • Pues eso haremos tomaremos algo mientras cenamos- le contesto mientras levanto su cara con mi mano y la beso suavemente- tranquila pequeña.

Me pongo en marcha y mientras hablamos pone su mano encima de la mía en el cambio de marchas, no la miro, pero el gesto me gusta, no hace falta que ella diga nada, esta cómoda. Llegamos y antes de abrir se queda mirando por fuera.

-Seguro que esta es tu casa?- Me pregunta con cara de asombro, no es espectacular pero supongo que mis apariencia no es de tener una casa así.

-Si no lo es tenemos un problema porque no quiero salir de ella en toda la noche…. Adelante- Abro entramos, sigue mirando todo aunque algo cortada.

Después de enseñarle todo vamos a la cocina, le doy unas cosas para que me ayude, lo hace sin dudar. Cuando veo que tiene las manos ocupadas me acerco por detrás abrazándola y dándole un pequeño beso en el cuello. La noto tensarse y dar un pequeño gemido.

-Cocinar juntos es más divertido…- le susurro al oído antes de darle un pequeño mordisco en el cuello.

-Oye no seas malo que no puedo quitar las manos de aquí…- me rio mientras me separo dándole un azote- awww- es lo único que escucho tras una sonrisa que delata cada vez más complicidad.

Acabamos de cenar y mientras ella va al baño yo enciendo las velas, nos sentamos en el sofá a tomar el postre. Me acerco a ella y le beso la mejilla, sonreímos y le beso la frente, la miro a los ojos y los dos nos fundimos en un beso largo, un beso que te hace sentir, los dos nos dejamos llevar, ahora me doy cuenta de que no solo ella necesitaba esto. Dejo que se suba encima de mí, las rodillas a los lados noto como sin darnos cuenta estamos rozando nuestros sexos por encima de la ropa, si sigo así voy a perder el control de la situación pero la dejo, cada vez me besa con más pasión, no hemos separado nuestros labios aun, mi mano aprieta su culo y la suya se mete por debajo de mi camiseta buscando mi pecho, lo acaricia hasta casi arañarlo, estamos igual de excitados por lo que decido parar un poco tirando de su pelo hacia atrás y besar su cuello.

-Ahhhh – sé que le ha dolido pero necesitaba apartarla y que sepa que yo tengo el control.

-Ven… - me levanto y la llevo hasta delante del ventanal, extiendo una manta en el suelo y pongo varios cojines y un puff, la abrazo y levanto su cabeza mirándola a los ojos – Estas bien? Segura?- lo digo en un tono que no piense que hay algo que temer si no que  note mis ganas de que este bien y relajada.

  • no he estado tan segura en la vida, yo… quiero ser tuya… - lo dice mirándome a los ojos, sonrío y ella hace lo mismo para volvernos a fundir en un beso así de pie.

Empezamos a desnudarnos, dejo que me quite todo menos el bóxer, no la he dejado aun tocar directamente mi paquete, ella queda completamente desnuda mientras seguimos comiéndonos la boca.

-Ponte de rodillas – le digo en un tono serio, ella pone cara de buena aunque creo está nerviosa, supone lo que quiero por lo que cuando esta de rodillas intenta bajar mi bóxer.

-no niña, no te he dado permiso para ello – le digo apartándola y dejándola con cara confusa.

-yo… perdón… -mira hacia mi esperando y yo sonrío, nunca sabré por que me gusta tanto tener a una chica así delante de mí.

-Espera- le digo mientras me acerco al mueble.

Vuelvo con un paquete cuadrado plano y me pongo de rodillas delante de ella, la beso y lo abro, es un collar, cuero negro con incrustaciones rojas, es discreto pero precioso, como ella. Se lo pongo sin levantarme, porque aunque lleve mi collar quiero que sepa que estamos a la misma altura, los dos de rodillas, yo llevo el control pero sin ella no soy nada en ese momento.

-estas preciosa… -le susurro mientras beso parte de su ruello y parte del collar, no lo digo por decir es lo más sensual verla solo con el collar de rodillas.

Ella no deja de mirarme mordiéndose el labio inferior mientras no deja de tocar el borde del collar con su piel, noto brillo en su mirada, la noto feliz y eso me gusta.

-Ahora ya eres también mi perrita- susurro pegándome más a ella, lo que hace ella me bese ansiosa. La correspondo acercándola y haciendo que note mi erección contra su tripa.

Me levanto y dejo que baje mi bóxer. Mi polla salta y se queda delante de su cara, la mira, me mira, sonrío y no tenemos que decir más, saca su lengua y la pasa por todo el tronco hasta el glande, vuelve a hacerlo mirándome, cuando llega esta vez  la mete en la boca, no puedo evitar que de mi garganta salga un gemido, sé que le ha gustado oírlo, sabe que lo hace bien y me está haciendo disfrutar. Poco dura la suavidad e intenta meterse todo, no soy un superdotado pero tiene que hacer esfuerzo para ello, pongo mi mano en su cabeza y presiono, se queda sin respiración unos segundos y la saco escuchándola jadear con la boca abierta, me mira y se la vuelve a tragar, esta vez ella agarra mi mano y la pone en su cabeza,  me gusta que pida lo que le gusta, presiono unas cuantas veces hasta que literalmente le follo la boca, de su boca caen babas en sus pechos, la aparto un momento agarrándola del pelo y le hecho la cabeza hacia atrás, se ve tan bonita así que me invita a besarla, nos damos un beso muy caliente, noto mi sabor y nuestras lenguas buscarse.

Busco una cuerda y le digo que junte las manos a la espalda, la paso por sus muñecas y hago un nudo no muy apretado, la veo nerviosa pero no se queja, se rie con alguna broma que hacemos pero sin dejar de tocarla ni perder el morbo de la situación, hago que levante las manos y engancho la cuerda del techo, me encanta verla así. Me acerco y la beso mientras mis manos le dan un azote.

-Mi perrita sabes que puedo hacer lo que quiera contigo verdad? – grita cuando le doy otro azote.

-Lo se Silence, nunca he confiado tanto en alguien

-Tranquila pequeña… - le digo mientras no paro de pasar la palma de mis manos por sus pezones haciendo círculos- ahhh por favor son muy sensibles – es lo que apenas puede decir por las caricias que le estoy dando, paso mi lengua por ellos y noto que es verdad, con cada pasada su cuerpo reacciona arqueándose y no puede evitar gemir.

-Perrita estas chorreando, - le digo mientras mi mano se mete entre sus piernas, no dice nada pero gime cuando mis dedos la penetran suavemente, literalmente esta encharcada y llevo mis dedos a su boca.

-mira como estas mi perrita- ella duda y lo prueba, pone cara rara y yo los chupo sin apartarme- pues a mí me encanta, y a ti acabara encantándote tu sabor- un azote fuerte hace que me diga

-no me desagrada… no se es que nunca lo había pensado, pero contigo todo es posible, estoy atada en tu casa.

Suelto una carcajada y la beso, bajo mi mano hasta su pubis y separo los dedos dejando sus labios en medio, resbalan perfectamente, los aprieto un poco y me muevo arriba y abajo por los bordes, uno de los dedos se desliza por el centro suave y llega a su clítoris, es grande a si que lo rodea varias veces haciendo que ella se desespere, sin llegar a acariciarlo mete dos dedos en su vagina, esto la hace gemir fuerte. Empiezo a masturbarla suave alternando mis dedos con su clítoris, cada vez más rápido, la noto gemir cada vez más.

-Te gusta mi perrita?

  • No puedo más yo voy a … JODER….

Por sus muslos resbalan gotas de su flujo, me encanta que se moje de esa manera.  La noto tensarse antes de que un brutal orgasmo la invada, tiembla y grita muy alto, la abrazo sin sacar mi mano, pero la noto sin fuerzas, la aguanto y desengancho la cuerda dejándola en el suelo suavemente.  Esta ida y por un momento me preocupo, me parece increíble que solo con esto hay atenido un orgasmo tan brutal.

Me tumbo junto a ella abrazándola, mi erección choca contra ella pero no me importa aguantar un poco, se que tengo mucho tiempo para gozar con ella y lo voy a hacer, esto no se ha acabado. La dejo que descanse un momento mientras la acaricio y le susurro que es la mejor.

CONTINUARA….


“Puedo ser pequeño pero tengo un castillo

si te lo imaginas ya puedes entrar.

A cantar de noche me enseñaron los grillos

y sé alguna cosa más.

Yo seguiré mirando al cielo….”