Mi pecado
Sentimientos de una chica religiosa ante la autosatisfaccion
Me llamo Ahinoa, soy una chica religiosa.
Y soy mala, muy mala.
Todos los dias rezo con mi familia y todos los domingos vamos a misa a orar a Dios.
Pero desde hace cuatro años, cuando tenia once…. Me empecé a tocar.
Si, soy una sucia pecadora por eso, me cuesta mirarme a la cara, pero lo peor era aquel dia.
Estaba en una fiesta de pijamas con unas amigas, yo iba recatada mientras que ellas…
Tenian unos pijamas cortitos, ellas siempre me decian que debia soltarme mas.
Cuando el hermano de la amfitriona se fue de fiesta, nos quedamos solas, sus padres estaban de viaje.
Nos contabamos secretos, haciamos trenzas, pero cuando hablaron de chicos, me turbé, decidí irme a la cocina para ir por un vaso de agua.
-tranquila mojigata, te llamamos cuando dejemos el tema del ¡FOLLAR! – decian ellas mientras reian.
Me preocupaban las almas de mis amigas, son buenas chicas, pero… no queria que ardieran en el infierno por… sus bajas pasiones.
Por desgracia para mi, yo era la peor de todas.
Para ir a la cocina, tenia que pasar por la habitacion del hermano de mi amiga, un chico de 20 años que estudiaba en una universidad cercana.
Inconscientemente, toqué el picaporte, temblando y con mi corazon latiendo, abrí la puerta.
El olor de la habitacion era fuerte, pero… despertaba algo en mi.
La habitacion estaba desordenada habia una prenda que me atrajo la atención y que estaba tirada por el suelo, unos calzoncillos.
Temblando cogí la prenda y la miré, olian fuerte y acaricié la parte delantera de aquella prenda.
Donde su cosa… tocaba la tela.
Mi entrepierna me ardia, intenté evitar que fuera a más recitando unos rezos, pero nada.
Necesitaba tocarme.
Decidí quitarme la ropa, por desgracia mia, tengo un pecho grande y firme, un pecho que incita a muchos chicos a pecar, mis piernas son fuertes de tanto correr, corria para no pensar en… eso.
Otra cosa que incitaba al pecado era mi trasero, todos me decian ordinarieces de el.
Mientras me acercaba a la cama, pisé una envoltura, al recogerla, vi que era un condon sin abrir.
Me dijeron que era para que la simiente no germinase en el vientre de la mujer, no permitir que esos niños nazcan, me parecia triste, pero mientras lo tocaba me excitaba, lo abrí.
Curiosa, envolví dos dedos en el condon, parecia viscoso y olia raro.
Me metí en la cama, en esa cama donde el hermano de mi amiga dormia, mientras olia los calzoncillos de ese chico, mis dedos enfundados en ese condon acariciaban mi cerrada concha velluda, acariciandola, me acaricié los pechos con la prenda intima del chico mientras lentamente me penetraba con esa goma.
En mi imaginacion, veia a ese chico, abriendome de piernas, mirandome con amor, hundiendo su carne dentro de mi carne, cumpliendo ambos nuestro deber de perpetuar nuestra especie.
Mis dedos recorrian mi interior mientras me pellizcaba los pezones, impudicos gemidos salian de mis labios.
Pecaba, pero era tan bueno eso.
Mientras pecaba, rezaba, rezaba por mi alma corrupta, me imaginaba en el infierno atada de manos y abierta de piernas, ofreciendome a los demonios que me poseen como un trozo de carne que solo sirve para saciar los bajos instintos.
Y lo peor es que ese pensamiento me excitaba más, me pellizqué y me froté con más fuerza hasta que mi interior estalló.
Estaba tan cansada que me quedé dormida.
Me despertaron mis amigas, que decian entre si “y parecia tonta la tia” “¿Por qué no la dejamos dormir a ver si la pilla tu hermano y se la folla”
Yo empecé a llorar, me abandoné en el placer en la cama de un hombre como una vulgar ramera, mi amfitriona me consolaba que era normal el hecho de que me hiciera un dedo.
Pero tambien me tentaba, me tentaba diciendome que podia ofrecer mi carne a su hermano.