Mi pareja se ausenta y me clavan por los dos lados
Levanto mis caderas un poco con unos improvisados paños de cocina que allí había y ahora su lengua entraba y salía, así como acariciaba mí dilatada puerta trasera que la noche anterior había recibido un arsenal de pollazos de Mario por ese lado.
Se ausentaba Mario mi actual pareja unos días por el fallecimiento de un familiar que vivía en otra provincia y para que una no se quedara necesitada la noche anterior a su partida, me consoló por partida doble, dándome un par de polvos de los que hacen época, dejándome tan rendida que por la mañana temprano cuando el partió no lo escuche ni levantarse de la cama.
Me despertó el timbre del portero de abajo que sonó varias veces allá sobre las 11, y pensando fuese el cartero con alguna carta importante, conteste, llevándome la grata sorpresa que era Raúl (el guapito del viaje del Imserso por si alguien no anda al día).
Me dijo que pasaba por allí y quería saludarnos y de camino si necesitaba Mario alguna ayudita pues ahí estaba el para volver aportar su granito de arena.
Yo le dije que era un picaron de los buenos y que Mario esa mañana había tenido que salir por problemas familiares, y que andaría fuera unos dos o tres días, dejándole subir para que tomara café conmigo.
Nada más abrir la puerta me dio un besazo y agarrándome por las nalgas me dijo,- se pusieron de acuerdo estos, pues mi mujer acaba de salir a casa unos sobrinos de visita y yo no quise ir y estará también todo el fin de semana fuera, así que tendremos que cubrir los puestos que cada uno dejo, mientras reía picaronamente.
Me acerque a la cafetera para encenderla cuando sentí su mano por atrás entre mi fina bata a la vez que decía: así me gusta mi diosa sin braguitas que este bien fresquito este chochete que el menda se lo va a desayunar enseguida.
Una girando la cabeza le dije “como llegas esa mañana, madre mía sí parece no la metiste en caliente en semanas”… -no sabes tú bien respondió el, como vengo pues subiendo por el ascensor ya me puse duro pensando en la última comidita que me distes cuando te la metías toda hasta el fondo de la garganta, pues eso no me lo hizo nadie nunca ni tan bien.
Pues tomare entonces el café solo, le dije y así tú me pones el aditivo… te voy a poner el aditivo y el complemento vitamínico pues te mereces eso y más ,vengo más salido que un toro que va a entrar al corral a follarse la manada, dijo mientras cogía mi mano para llevársela a su duro paquete.
Ummm como estas, mientras testaba yo su dura polla que estaba aprisionando aquel pantalón, diciéndole -espera tomemos café.
Parecía un pulpo pues mientras una lo preparaba, me desvistió e hizo lo mismo el, metiendo su largo y duro rabo entre mis piernas mientras me besaba por la nuca.
Abrí las piernas del gustirrini que sentía con el roce de aquella larga estaca mirando hacia mi chochete donde asomaba por debajo rozándose, aquella gorda y lustrosa cabeza que pedía a gritos comérsela.
Pego su boca a mi oreja y susurrándome calientemente me dijo: hoy te voy a follar como nadie te ha follado nunca, te voy a dar tanto placer que me vas a suplicar venga a diario a follarte, vengo con tantas ganas que tú me vas a pedir que pare y te deje descansar.
Ummmm solté entre gemidos, así me gusta a mí un macho que me diga me va a reventar.
Como pude servir las dos tazas de café y cuando hice ademan de añadir leche en una de ellas, el me cogió la mano y dijo, no hace falta le pongas te voy a dar una buena ración yo y además con espesa nata.
Me subió tras unos sorbos del café sobre la encimera, quitando los utensilios que le estorbaban primero, y allí una abierta de piernas con mi conejo abierto en flor y ya muy mojadito, recibió la experta acometida de aquella boca que magistralmente devoraba y donde aquella lengua entraba haciéndome saltar de placer.
Respiraba agitado mientras devoraba y devoraba con un ansia feroz, haciéndome explotar tras unos minutos gloriosos en unos orgasmos larguísimos y profundo, continuando el con la intensidad incluso habiendo visto que una ya había explotado, por lo que lo hizo aún más largo y placentero, gimiendo y retorciéndome de placer como una loca sobre la fría encimera de mármol.
Levanto mis caderas un poco con unos improvisados paños de cocina que allí había y ahora su lengua entraba y salía, así como acariciaba mí dilatada puerta trasera que la noche anterior había recibido un arsenal de pollazos de Mario por ese lado.
Ummm como se abre este agujerito, dijo el … se nota que mi colega Mario te lo trabaja bien, es experto en traseros y lo hace bien según me contaba mi mujer..
Ohhhhhh eso me puso aún más caliente y más cuando me parecía mentira que aquella lengua entrara tan dura por atrás dándome tanto placer.
Sus dedos mientras masajeaban mi clítoris, que duro como un enorme pezón recibía gran placer en aquel apocalipsis del gozo.
Mi segundo orgasmo llego a los cinco minutos de acometidas bucales en mis dos agujeritos, saltando mi cadera como una posesa sobre la fría encimera, siendo amortiguadas por sus fuertes brazos y manos que ahora andaban agarrados a mis pechos como garfios.
Estaba disfrutando como hacía tiempo y aun no me la había metido ni yo se la había comido, deseando ya una hacerlo, pues como podía dirigía mi mirado buscando su enorme rabo al que veía palpitar duro como una roca con aquella enorme y brillante cabeza en la punta pidiendo guerra ya.
Me bajo con una enorme sonrisa en sus labios sabiendo que estaba haciéndolo muy bien, y cuando pensaba me iba a llevar a la cama, me hizo tumbarme cariñosamente boca abajo sobre dos taburetes, dejando mis pechos colgando entre ambos, acercándose por atrás a la vez que abría mis piernas y tras unos cariñosos azotes con su larga látigo , puso la cabeza de este en mi puerta trasera y comenzó una sesión de penetraciones fuertes y profundas que casi me hacen perder el conocimiento y el equilibrio, este último solventado por sus fuertes brazos que asidos a mi cintura me sujetaban fuertemente, dejándolos resbalar de vez en cuando a mis pechos a los que sobaba con fuerza pero con delicadeza.
Balbuceaba una entre gemidos por tanto placer y de tanta intensidad que perdí la noción del tiempo ante tanta dura estocada, pasando el tras un buen rato a clavarla ahora por mi conejo que pedía a gritos aquel pollon dentro.
Explote en las primeras acometidas en mi tercer orgasmo cayéndose la baba por mi boca a la que no podía ni cerrar por tanto gusto del que andaba recibiendo.
Él lo sabía y andaba crecido con aquellas duras estocadas pues controlaba los tiempos para no correrse alternando mis agujeros constantemente, haciendo pequeñas pausas entre medio a los que agasajaba frotando su lustrosa y suave cabeza.
Mis manos colgaba inerte como mis pechos mientras mi cuerpo haciendo equilibrio sobre los taburetes aguantaba las acometidas de aquel macho, cuando por fin, pues necesitaba una ya un pequeño descanso escuche decirme: ahora nena vas a recibir la primera tanda de mi rica nata por este tu rico culito que voy a inundar hasta ahogarlo, respirando el fuertemente a la vez que tras tres o cuatro golpes secos y profundos comenzó a inundar aquel sufrido agujero.
Parecía inagotable soltando leche dentro de mí, pues notaba sus ricas y cálidas ráfagas fluir dentro de una, aflojando por suerte para ambos tras medio minuto glorioso, pues casi se derrumba aquella improvisada cama con sus últimas sacudidas.
Me sujeto mientras se desenganchaba, oyendo un chop como la botella que acaba de descorcharse, cuando la saco de aquel agujerito, y tras girarme a la vez que me levantaba, me tomo en brazos mientras me miraba con aquella cara de felicidad y placer, para llevarme a la cama.
No pienses que hemos acabado ehhh me dijo picaronamente, esto acaba de comenzar.
Pues una está rendida ya le dije entre una respiración lenta.
Te dije que hoy te ibas a acordar bien de estos polvos, a la vez que acerco su morcillón rabo aun supurando algunas gotas por aquella belleza de cabeza y poniéndomela en la boca, me dijo ; anda ponla lustrosa que enseguida comenzados con la segunda tanda, algo más calmadas pero veras que intensa también.
Fui a decir algo peor al abrir la boca, su rica cabeza entro como un resorte pidiendo caricias de mi lengua.
La agarre con mi mano pues su dureza era escasa aunque mantenía la longitud y el tamaño y ahora comencé una colosal comida que pronto hizo su efecto pues tras sacarle las gotas que aún quedaban por lo largo de aquel tubo, el trabajo de mi boca y mis manos sobre aquellas bonitas pelotas hizo que en unos minutos estuviese otra vez en estado de gracia.
Le regale y eso le puso a explotar, varias incursiones de aquel fenómeno de pollon, en mi interior de la garganta, apretando mis labios sobre su ancha base que partía de aquel matorral de pelo espeso donde se cobijaban sus calientes y apetitosos huevos.
Me encantaba respirar aunque a duras penas por mi nariz el olor a macho que aquel hombre desprendía y hacia que mi chochito palpitase solo aun sin caricias y agasajos, llegando hasta el punto de esta casi al límite otra vez de correrme sola.
Deseaba seguir así un buen rato y que ahora soltara su lechita dentro de mi garganta, pero cuando la noto bien tersa la volvió a sacar y agarrando un consolador negro que una tenía sobre la mesita de noche, me volteo nuevamente poniéndome la almohada debajo, para levantar mi cadera y comenzar a follarme por mi chochito con una intensidad ahora mucho más elevada, mientras con el consolador jugaba metiendo la puntita por la puerta trasera.
Estaba una nuevamente a punto de explotar oyendo sus bramidos cuando con fuertes golpes me la clavaba, sacando el consolador ahora y poniéndomelo en la boca a la vez que él se inclinaba apoyando su pecho en mi espalda, me dijo:
Anda chúpalo e imagina que es la polla de Mario que se la estas comiendo mientras yo te follo.
Me lo sujetaba el pues mis manos aguantaban a duras penas mi cuerpo y el peso del suyo con las fuertes estocadas, mientras yo chupaba aquella punta de silicona lascivamente.
Me sorprendió y me excito aún más cuando él me dijo; anda déjame chupar también a mí, que lo comamos los dos que tiene tus juguitos ricos.
Así estuvimos unos minutos hasta que explote y mis rodillas se doblaban de tanto placer, volteándome el nuevamente para posarse sobre mí y penetrándome otra vez por mi chochito , este lo follo con intensidad y fuerza hasta bramar como un semental en la pradera mientras soltaba nuevamente otra colosal corrida dentro ahora de mi gazapo agradecido.
Creo que andaba una con medio lipotimia, pues apenas podía abrir los ojos y menos mover mi cuerpo, cuando él seguía besándome cariñosamente con su aguijón aun dentro.
Me encantaba tener así tan cerca de mí su cara, pues es tan guapo y varonil que a una le hace derretirse, y además besa con una maestría y lujuria que lo hacen único.
Después de unos minutos de besos placenteros y caricias, note se había aflojado bastante aquel viejo mástil, y una inocentemente le dijo: ha sido maravilloso lo de esta mañana ha estado colosal.
El con una risa picarona, me dijo, esto aún no acabo tesoro, te dije que hoy seria inolvidable, falta lo mejor.
Lo mejor le dije con ojos abiertos como platos, si ya no puedo más y este seguro eso volverá a responder, mientras miraba su flácido pero largo péndulo a mi lado.
Te falta tomar la leche del café que tomaste solo y que te prometí darte, ¿ o es que no te acuerdas?: pasando acto seguido a sentarse sobre mi barriga mientras agarraba mis pechos y poniendo cariñosamente entre medio de estos su enorme apéndice comenzó a pajearlos con los mismos.
Ummm le dije, esto me encanta, mientras con su manos juntaba mis pechos para frotar su enorme pollon en medio de estos haciendo que aquella belleza de cabeza se acercara a mi cara como diciendo, prepárate que en un rato voy para allá.
El ritmo lento pero armonioso de su cadera sobre mí sintiendo el calor de su huevos en mi barriga y su pene frotándose entre mis tetas, hizo que en unos minutos aquello se endureciera y una se excitara nuevamente deseando sacarle toda la leche que le quedara dentro.
Era increíble cuando volví a verla dura otra vez, ya por cierto no con la intensidad del comienzo pero si con una dureza considerable, por lo que pase yo a la acción ahora y poniéndole la mano sobre su poblado pectoral, le dije, túmbate cariño que ahora me toca a mí.
Se tumbó todo lo largo que era abriendo las piernas, colgando sobre el colchón aquellos dos enorme huevos mientras su rígido rabo posaba sobre su barriga, pero que en segundos paso a mi boca a la vez que mis manos sobaban aquellas hermosas pelotas.
Comencé una mamada con la calidad que aquel semental se merecía, pues mi había cubierto antes tan bien que había hecho olvidar mi última y placentera noche con Mario y su estaca rompe traseros.
Como se pueden imaginar, comía y bajaba hasta la base haciendo las delicias de aquel macho cuando su enorme cabezón rozaba mi garganta profundamente, esto lo ponía loco y lo delataban el movimiento constante de su huevos en mis manos, alargando aquel momento durante varios minutos, hasta que con una voz ronca y fuerte me dijo--- Toma tu leche mi nena, tómala toda y trágatela toda , soltando un nuevo caudal de rica nata ahora en el interior de mi garganta como antes había soñado.
Tuve que ayudarme de mis manos para contener sus movimientos de cadera cuando soltaba sus ráfagas, pues casi me ahoga, aunque la sensación de recibir la cálida y pastosa leche en mi garganta era maravillosa.
Para él fue una sensación única también, pues sus convulsiones ante aquella rica corrida, parecían mayores que las dos anteriores, sujetándome mi cabeza con una fuerza que casi la hace estallar.
Cuando note ya no salía nada, saque aquel misil de mi boca, tragando los restos que aún me quedaban mientras la cogí cariñosamente y la pose sobre su barriga, dándole unos besos por todo lo largo de su venoso cuerpo, a la vez que le dije, ahora a descansar que una ya no puede ni mantener los ojos abiertos.
No dijo nada él, y allí todo lo largo que era sobre la cama se quedó con los ojos entreabiertos a mi lado abrazándome y llevando mi cabeza sobre su pectoral, donde la pose y tras unos minutos, ambos nos quedamos dormidos.
Nos despertamos a las cuatro de la tarde, por lo que ya era tarde para salir a comer, duchándome yo la primera para preparar la comida.
Me hizo prepararla estando desnuda, al igual que el cuándo salio de la ducha, poniéndose a ayudar en igual condiciones.
Comimos en la terraza del ático, desnudos ambos, yo con mi conejito y puerta trasera aun dilatada y el con aquel enorme y bonito péndulo colgando enrojecido y medio inflado por el trabajo antes realizado.-
Pensé después del café nos iríamos a dar una vuelta, cuando me sorprendió con un juego que culmino aquel día increíble, pues había sacado una unos bombones helados pequeños que tenía para tomar con el café, y tras tomar uno me miro lujuriosamente y dijo, esto va bien para refrescar ciertas partes y darle un poco de sabor.
Me levante medio en juego para decirle por dios mas no hoy mas no, y me metí en el salón, donde entro el con la bolsita en la mano hasta agarrarme en el sofá donde me tiro cariñosamente a la vez que me besaba.
Rafa mas no puedo por favor déjalo para la noche o para mañana le dije… el contesto calla tonti, veras que cosa más rica esto, a la vez que tomaba un bombón helado y lo metía cuidadosamente en mi conejito, que se encogía rápidamente con el frio.
Metió el segundo y el tercero pues eran pequeños y el calor del interior hizo que pronto comenzaran a derretirse, pasando el rápidamente a comerlos y degustarlos con su lengua mientras esos se diluían.
Era una sensación tremendamente agradable y placentera y así lo hizo con otras dos tandas más, hasta que su nariz y boca estaban negras del chocolate y por supuesto una le regalara un orgasmo acompañado de unos gemidos que lo pusieron loco y empalmado.
Me beso con su boca toda impregnada en mis jugos y el chocolate, para pasar y restregar seguidamente su cabezón en la bolsa del resto de los bombones que ya estaban derretidos, sacando aquel misil duro y untado, para volver a ponerlo en mi boca.
Se puso medio de pies sobre el sofá donde una estaba apoyada en el respaldo, y agarrando mi cabeza dulcemente comenzó a pajear su duro y largo rabo untado en los derretidos bombones, en mi boca.
Hubo momentos que sentí sensación de ahogo pues el sin querer con la excitación bombeaba a veces más fuerte y profundamente, agarrando mi cabeza y guiándola a lo largo de su misil que entraba y salía con fuerza de la misma.
La excitación por suerte hizo mella en el rápidamente y una respiración convulsiva me aviso que pronto recibiría la leche para amenizar aquel rico chocolate.
Fue increíble la cantidad que nuevamente volvió a soltar, y es que aquel semental era único con aquellas colosales corridas, que una por supuesto no hizo asco degustando y tragándola en su totalidad.
Hinco las rodillas cuando acabo y ahora si susurrándome al oído, me dijo: ahora nena si hemos terminado por hoy, salvo que me provoque y uno ya sabes…..