Mi PADRINO me FOLLÓ.

Aquí os cuento la primera vez que mi padrino me folló. Recordad que puedes hablar conmigo a través de IG: xshuleilax.

¡Hola! Me llamo Shule y tengo 25 años. Esto que os voy a contar pasó hace... nueve años, más o menos. Ya os he contado en otros relatos cómo mi padrino y yo trapasamos una línea roja y comenzamos una relación incestuosa basada única y exclusivamente en el morbo.


Tras los últimos encuentros con mi padrino, donde él me había hecho chupársela hasta correrse en mi boca para luego masturbarme... y otra sesión donde él me comía el coñito... no dejaba de pensar en él. Me pasaba los días pensando en lo que había hecho con mi padrino. Sólo de pensarlo mojaba mis braguitas y me entraban unas ganas incontrolables de masturbarme. Me pasaba el día distraída en clase, pensando en la próxima vez que lo viera y en cómo sería. Me imaginaba su polla entrando en mi boquita hasta que empecé a imaginarme cómo sería tener su polla dentro. ¡¡Tenía muchas ganas de contárselo a mis amigas!! Decirles que me habían follado el coño con la boca, que me había corrido en la boca de mi padrino y que no dejaba de pensar en cómo sería follar con él. Pero sabía que no podía decírselo a nadie. Sabía que tenía que guardar el secreto para poder seguir con él.

Mi padrino y yo tuvimos que esperar un tiempo hasta que pudimos volver a quedar sin que estuviera nadie más delante. Esperamos hasta que su mujer tuviera guardia de noche un fin de semana y, entonces, hablamos con mis padres para que me dejaran salir toda la tarde-noche con él. Mi padrino le contó a mi madre que merecía un descanso de tanto estudio y que me invitaría al cine a media tarde para distraerme.

Llegó el día. Era viernes y mi padrino me vendría a recoger a casa. Recuerdo cómo me puse una camisa, y una falda sin nada debajo. Fui sin braguitas a la cita porque quería demostrarle a mi padrino que yo también sabía hacer cosas de adultas. Que no era tan niña como él se pensaba y que yo también podía jugar a ponerlo cachondo... pensé que le iba a encantar verme sin bragas. Me recogió y me subí al coche con él. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. Sabía que me iba a follar y ya me lo había imaginado de mil maneras...

  • Qué guapa estás, Shule. - me dijo acercándose a darme un beso en la mejilla.

Sonreí tímidamente. Miraba por la ventanilla durante el trayecto de camino a su casa. No me atrevía a mirarlo. En uno de los semáforos, mi padrino me miró y me preguntó si estaba bien y si estaba segura de querer ir con él. Asentí y abrí un poquito mis piernas. Cogí su mano para llevármelas a mi coñito y que viera que no llevaba bragas. Apartó su  mano de mí bruscamente.

  • ¿Qué haces? ¿Estás tonta? Pueden vernos. No vuelvas a hacer algo así.

Me sentí muy tonta. Pensé que lo había estropeado todo. Me quedé mirando por la ventanilla y no pude ni articular un simple "lo siento". Pensé que ya no querría follarme, que no volvería a tocarme si lo seguía estropeando. Me puse nerviosa y me dieron ganas de llorar. Durante el trayecto, estuvimos en silencio. Ninguno de los dos dijo nada hasta llegar a su casa.

Aparcó el coche y caminamos hacia su casa. Ninguno de los dos decía nada. Abrió la puerta y entré en silencio. Él entró tras de mí, cerró la puerta y me agarró fuerte del brazo. Me giró y me arrinconó contra la pared tras la puerta de la entrada.

  • Así que mi niña no lleva braguitas... - dijo mientras tocaba con su mano mis muslos.

No me esperaba que hiciera eso, así que me había tensado. Tenía mis piernas cerradas y todavía no había sido capaz de decirle nada a mi padrino. Estaba calladita mientras él intentaba meter su mano por mis muslos buscando desesperadamente mi coño.

  • Uff, llevo toda la semana soñando con esto. - comenzó a besarme el cuello, subía hasta mi oreja, la mordía y volvía a bajar a mi cuello. Pasaba su lengua... luego me besaba dulcemente y subió hasta mi boca. Comenzó a darme besos suaves y los intercalaba con besos apasionados con lengua. Me dejé llevar y separé mis piernas.

  • Así, mi niña... así... ábrete más.

Me tocaba el coño con una mano e intentaba meter un poco uno de sus dedos. Me mojé pronto. Estaba muy húmeda porque sólo con besarme y llamarme "mi niña" hacía que me mojara.

  • Uuuff, mira cómo estás... vamos a hacer algo con esto.

Me cogió de la mano y me llevó hasta la habitación. Se sentó en la cama y yo quedé de pie, frente a él. Me atrajo hacia él y comenzó a besarme la barriga, subía mi camiseta hasta encima de mis tetas. Me tocaba las tetas por encima del sujetador mientras no dejaba de besarme.... luego bajaba su mano hasta mis muslos y me tocaba el coño. Sentía lo húmeda que estaba. Introdujo muy poco su dedo y lo sacó suavemente. Me lo enseñó y me dijo lo buena chica que era con él... me metió el dedo en la boca y lo chupé.

  • Desnúdate para mí, Shule. Quítate todo menos la falda.

Yo me quité la camiseta muy rápido.

  • No, Shule. Despacio... quiero verte bien. Date la vuelta y quítate el sujetador.

Me giré. Estaba de espalda a él y me quité el sujetador.

  • Lánzalo al suelo. - me ordenó. - Hoy me vas a obedecer en todo, ¿vale, cielo?

Asentí con la cabeza mientras yo seguía de espalda a él...

  • Anda, gírate ahora... y ven conmigo.

Me giré y mi padrino seguía sentado al borde de la cama. Se había quitado los pantalones y tenía ya su polla fuera aunque no se había desecho de los boxer.

  • Ven, súbete. Siéntate aquí...

Me subí a ahorcajadas a la cama con él. Estábamos en el borde y yo estaba subida encima de él de rodillas. Comenzó a besarme de nuevo mientras me tocaba las tetas. Me pellizcaba los pezones y se los metía en la boca. Los chupaba, movía su lengua por mis pezones y luego, los mordía suavemente. Yo no podía dejar de gemir. Subió con su lengua hasta mi cuello y me besaba y lamía entera. Llegó hasta mi boca y comenzó a besarme apasionadamente. Con su mano, cogió su polla y buscó mi coñito con ella. Pasó su polla por mi entrada.

  • Tranquila, Shule... ¿confías en mí?

Le dije que sí. Y comenzó a rozarme con su polla. Me pasaba la puntita de arriba a abajo. Yo estaba muy mojada y quería pedirle a gritos que me follara ya mismo. Que me la metiera toda. Él sólo seguía rozando la puntita... entonces me agarró bien fuerte y me tumbó en la cama. Me bajó un poco hasta el borde y él se arrodilló frente a mí. Comenzó a besarme las piernas, en el interior de los muslos... y comenzó a lamerme. Me lamía entera. Recorría con su lengua cada centímetro de mi coño.

  • Uuff, qué suavito Shule... esto es una delicia. - me había depliado para él. La última vez no sabía que me lo iba a comer y estaba sin depilar. Me había dado tanta verguenza que esta vez vine preparada. Tenía el coño rasurado completamente.

Él seguía comiéndome el coño. Metía su lengua en mi rajita y yo no paraba de gemir.

  • Uuuf, padrino... mmm... síii, Dios...

Cuando estaba casi a punto de correrme paró.

Se terminó de desnudar él y me ordenó que me subiera un poco más hacia arriba en la cama. Así lo hice. Entonces él se subió encima de mí. Sabía que había llegado el momento de que me la metiera. Me la iba a meter y yo no sabía ni dónde poner las manos. Me dijo que quería sentirme entera. Que no se pondría condón para que ambos disfrutáramos más. Que quería sentir la primera vez todo mi coño. Le dije que sí...

  • Tranquila, Shule... si te duele me avisas ¿vale?

Dirigió su polla hasta la entrada de mi coño. Empezó a metérmela suavemente. Yo estaba bastante lubricada perro aun así molestaba un poco. Lo notó en mi cara.

  • ¿Quieres que pare?

  • No... sigue...

  • Uuff, qué estrechita estás Shule... quiero que seas mía siempre.

Fue entonces cuando me la terminó de meter. Yo me ahogué en un pequeño grito y él siguió follándome. Me tocaba las tetas con una mano y buscaba mi cuello y mi boca con su lengua. Siguió metiéndomela, su polla salía y entraba de mi coño cada vez más rápido.

  • Uuff, Shule, jo-der... pídeme más. Pídeme que te siga follando.

  • Uhm... sí... fóllame... sigue follándome...

  • Uuff, llámame padrino.

  • Mmm, síi, padrino, siigue, siigue...

Cada vez gritaba más, cada vez gemía más. Que él me estuviera follando era indescriptible. Notaba toda su polla dentro, como entraba y salía. Notaba lo que costaba que volviera a entrar cada vez que la sacaba un poco. Él jadeaba cada vez más y más, y cada vez me la metía más rápido... Sabía que no aguantaría mucho más sin correrse.

  • No te muevas mi niña. - sacó su polla de mi coño y se incorporó mientras él se seguía tocando. Se subió encima de mí de rodillas a la altura de mis tetas. Me impresionó ver su polla desde esa perspectiva, ver como se estaba tocando, verla tan tan de cerca desde abajo... entonces se volvió a mover un poco y casi que estaba tocándose en mi cara. Estaba entre asqueada y excitada.

  • Abre la boca, cielo.

Abrí la boca y comenzó a masturbarse cada vez más fuerte. Jadeaba. Me llamaba "mi niña".

  • Uuff, si mi niña, así... ábrela bien.

Se corrió en cuestión de segundos en mi boca y en mi cara. Me llenó de semen y estaba muy pringosa. Sentí verdadero asco pero me tragué la parte que había caído en mi boca. No quería que pensara que no estaba a su altura. Me lo tragué todo.

  • Así mi niña, sé buena... - me dijo mientras me acariciaba el pelo.

Se quitó de encima y yo me giré hacia un lado. Me puse de lado en la cama esperando que él se fuera de la habitación a limpiarse. Me sentía extraña. Era una mezcla entre felicidad, excitación y decepción. Yo no me había corrido ni había sentido placer mientras me la metía, al contrario... había sangrado un poco y me dolía. Entonces mi padrino se metió en la cama conmigo, se pegó a mí por detrás y me dijo que había sido lo mejor que le había pasado nunca. Me dijo:

  • Este será nuestro pequeño secreto, mi niña.