Mi padre, el amor de mi vida

Desde pequeña hemos sido él y yo, padre e hija, pero el amor cambia y el deseo se interpone convirtiéndonos en amantes. El tiempo dirá hacia donde nos lleva esta vorágine de pasión prohibida.

Mi historia comienza cuando yo era aún muy pequeña, solo tengo vagos recuerdos. Mi madre, una hermosa mujer de veintidós años en ese entonces, traía a diferentes hombres, o tíos como me hacía llamarlos, a casa mientras mi papá estaba trabajando. Los llevaba a su habitación de la que luego se escuchaban extraños ruidos. Yo en mi inocencia una vez me animé para espiarlos, ya que cuando le pregunte a mi madre que es lo que hacían ella me sonrió forzadamente diciéndome que “jugaban” cosas de adultos, y que no tenía que decírselo a nadie que era nuestro secreto. Ahora creo que debí decirle a papá, pero jamás pensé que lo que jugaba con esos señores fuera algo malo.

Mi opinión cambio cuando el día de mi cumpleaños papá llegó temprano a casa para llevarnos al parque y a comer helado. Pero al estar contándome nuestros planes, él escucho lo que pasaba en la habitación.

  • ¿Qué es eso?

  • Nada papi…solo es mamá…ella esta…

  • Cariño – me dijo agachándose a mi altura y tomándome de mis mejillas suave pero firmemente - ¿mamá ha hecho esos ruidos cuando tu estas?

  • Es que es un secreto papi, no te lo puedo decir – a papá se le llenaron los ojos de lágrimas, pero no sabía en ese momento que eran de rabia – papi no llores, yo te digo el secreto, pero no te pongas triste ¿si?...mamá trae a unos señores y me hace decirles tíos, ellos hablan y se ríen fuerte, y toman de esa cosa de la botella linda y después se van a tu habitación y se ponen a jugar juegos de grandes, así me dijo mami que se llamaban, y el otro día fui a ver como se jugaban esos juegos. Mami estaba jugando al caballito con ese señor, ella saltaba encima de él, pero era muy raro porque estaban sin nada de ropita y el señor hacía unos ruidos muy raros como de de esos animales grandes de la tele…¿papi, estas llorando?

  • Escúchame cariño, y haz todo lo que te diga ¿si?- mi papá tenía la cara roja y los ojos llenos de lágrimas las que se seco mientras me hablaba.

  • Si papi

  • Vamos a jugar a algo los dos…anda a tu habitación y cierras con llave. Pones la peli esa que te gusta…

  • La de la princesa…

  • Si esa bebe, pero la pones fuerte si, para escucharte de afuera cuando cantes la canción…¿si, lo harás cariño?

  • Si papito…vamos a jugar con mami

  • Si bebe, voy a ver si quiere jugar con nosotros, así que le voy a hacer cosquillas para que se ría y se divierta, así que si escuchas que grita no te asustes, es que le estoy haciendo cosquillas. ¿Está bien?

  • Si papito voy corriendo para que juguemos.

Ahora sé que papá lo que quería era protegerme del escándalo que se formaría en esa habitación. Luego de eso solo recuerdo que me sacaron los policías de casa mientras yo preguntaba por papá. Pero la policía que me llevo a la estación solo me decía que llegaría pronto.

Hubo un juicio por mi tuición, pero al entrevistarme los psicólogos y enterarse de las prácticas de mamá, se la dieron a mi padre, además de que presentaron cargos contra ella por el posible daño psicológico que podría haberme hecho al presenciar sus “juegos”.

Con la ayuda de un abogado logaron que mamá no pudiera verme nunca más, ya que le hicieron exámenes que comprobaban que ella no era apta para cuidar de mí, papá nunca quiso decirme que paso con ella, jamás volví a verla ni a saber de ella.

La historia de mis padres es un tanto extraña, mamá era mayor que papá por tres años, tal vez eso no suene tan raro, pero su noviazgo comenzó cuando mamá tenía 16, por lo que papá tenía 13, bastante pequeño para ella. Cuando ella quedo embarazada de mí tenía solo 18 años y papá 15, los obligaron a casarse, aunque mamá no quería. Mi abuela paterna es la que cuidaba de mi mientras terminaban sus estudios secundarios, vivíamos en un pequeño apartamento que nos regalo mi abuelo materno después de lo que paso con mamá ya que él se moría de vergüenza por lo que hizo su hija. Fue su forma de compensar a papá.

Mi padre cambio mucho después de la ida de mamá, ya no se quedaba en el trabajo tanto tiempo, se la pasaba jugando conmigo y yendo al parque  o simplemente viendo en la tele mis series de dibujos animados favoritos. Nuestra relación se hizo más cercana, tanto que pasado un año del incidente y yo contando con 5 años lo consideraba mi mejor amigo. Es muy fácil hablar con él, dada la poca de edad entre nosotros, apenas 15 años, eso nos hizo aún más estrecha nuestra relación.

Cuando cumplí los 11 tenía mucha curiosidad acerca de la relación de mis padres ya que nadie hablaba o ni siquiera era nombrada, su nombre era como un tabú en la familia. Además mis compañeras de escuela tenían padres separados, pero ellas hablaban sobre las novias que tenían sus papas, el mío jamás tuvo alguna. Recuerdo bien que fue lo que me llevo a tener esa conversación con papá.

Mi abuela estaba de visita en la ciudad ya que algunos años atrás después de la muerte del abuelo había vuelto a su pueblo natal. Baje a la cocina para ver si podía ayudar en algo a papá y escuche una conversación que cambiaría para siempre nuestras vidas.

  • Pablo, hijo…

  • ¿si mamá?

  • no crees que a va siendo hora de que rehagas tu vida – solo se oyó el suspiro de papá – se que lo hemos hablado antes, pero no te puedes pasar la vida entera entre dibujos animados, pijamadas y citas para tomar helado con tu hija. Ella está creciendo, tú eres muy joven para estar tan solo, tienes solo 26 años y no has hecho tu vida…

  • mamá, por favor…creo que lo he dejado claro, no puedo solo salir y dejar a mi bebe sola, además no puedo imponerle a Mía una mujer extraña en casa.  Sabes que después de lo que paso, las únicas mujeres de mi vida son mi hija, mis hermanas y tú. No puedo volver a confiar la vida de mi hija a ninguna otra persona.

Después de eso salí de ahí, no quería seguir escuchando, estaba muy enojada con mi abue, ella quería que viniera una mujer a quitarme a mi papi. Pero me quedaron muchas dudas acerca de lo que realmente había pasado, tenía que hablar con papá, preguntarle y que fuera totalmente sincero conmigo. En la noche después que la abuela se fuera a dormir a casa de mi tía, ya que nuestro apartamento es muy pequeño solo tiene dos habitaciones, y la abuela se siente muy incómoda ocupando nuestro espacio. Pude conversar con papá. Como era viernes le pedí si podía dormir con él, me encanta cuando dormimos juntos, sentir cuando me abraza me o escuchar el latido de su corazón si duermo sobre su pecho desnudo, me siento grande.

  • papá, quería hablar contigo de algo importante – él me miro con sus dulces ojos verdes, los cuales yo herede, es en lo único que nos parecemos, ya que yo soy igual a la abuela cuando era joven.

  • dígame señorita ¿que es eso taaaaan importante que tiene que decirme? – me dijo aguantándose una sonrisa de esas que tanto me gustan con sus hoyuelos.

  • papá no te burles – me queje – quería saber…sobre mamá – toda sonrisa se le borro del rostro y se puso muy serio

  • ¿que quieres saber? Porque sabes que no me gusta hablar de ella.

  • lo sé y lo siento, es solo que no le quise hablar con nadie más sobre esto,  como somos amigos creí…- se me quebró la voz al saber que no me contaría nada. - No quiero hacerte sufrir, se que ella es mala, solo es que tenía curiosidad de saber cómo fue tu relación con ella antes de que fuera mala, ya sabes eso de ser novios y todo eso. No sé lo que se siente tener novio y sentía curiosidad.

Me miro por un rato, y yo lo miré de vuelta, viéndolo como nunca antes lo había hecho. Es muy guapo, la verdad siempre creí que era el papá más lindo del mundo,  pero ahora que me fijo bien, es mucho más lindo que el chico que me gustaba en la escuela. Sus grandes ojos verdes, con largas pestañas, su cabello castaño claro, pero que lo más me gusta es su boca, tiene los labios un poco gruesos y cuando sonríe se ven sus blancos y perfectos dientes, además cono es muy alto y practica básquet con sus amigos es bastante musculoso. Solo pensar que la abuela quiere que tenga novia para que me lo quite.

-La historia no es algo muy digno de contarse pero si quieres saber te la diré, concia tu mamá en la escuela como sabes yo tenía trece años y ninguna experiencia con las chicas, ella me dijo que le gustaba, pensé que era bonita así que le pedí ser mi novia. Bueno y a los dos años quedo embarazada de ti, nos casamos y bueno tú naciste…tan tan fin de la historia.

  • papa que malo eres para contar cuentos – le dije seriamente, a lo que el se carcajeó de lo lindo

  • cariño ¿que es lo que realmente quieres saber? – me dijo ya calmado de su ataque de risa

  • no sé, lo que se siente estar enamorado, ver por primera vez a una chica desnuda, como fue tu primera vez…ya sabes esas cosas – me miro sorprendido y ruborizado

  • ¿en serio quieres saber esas cosas?... ¿por que?

  • no sé, a veces me da curiosidad saber cómo se ven los hombres desnudos, tu sabes… - le dije ruborizada pero mirándolo fijamente a los ojos, no sé que habrá pasado por su mente, pero sus ojos se oscurecieron y me miró intensamente.

  • no me había dado cuenta de lo grande que estas, ya eres toda una mujercita – pero lo dijo con una expresión tal de tristeza que me rompió el corazón.

  • papá no te pongas triste – le dije abrazándolo fuertemente, él se puso rígido, pero me devolvió el abrazo intensamente, demasiado para ser normal, acariciando mi cabello dulcemente – siempre voy a estar contigo, aunque estés súper viejito y  todo arrugadito eres la persona que más amo en este mundo.

  • cuando conozcas al chico que te enamore, te vas a olvidar de mi cariño, esas son cosas de la vida – me dijo tomándome de las mejillas y mirándome intensamente a los ojos – te enamoraras y te irás para hacer tu propia familia.

  • eso no va a pasar papi, créelo – le seque la lagrima que había logrado escapar de la comisura de su ojo, y le di un piquito en su boca. El se sorprendió mucho y se puso muy rojito, pero le sonreí para que se tranquilizara.

Esa noche dormí muy profundamente, lo que no sabía es que lo que pasó esa noche, había cambiado y perturbado de una manera increíble a mi papá. Pero lo que esa noche descubrí es que estaba absolutamente enamorada de mi padre y aunque suene desquiciado no sentía ningún remordimiento, el estaba hecho para mí y jamás permitiría que otra ocupara mi lugar.

Tenía plena conciencia de que era una niña, pero no lo sería para siempre. Ya sabía que lo que hacía mamá en esa habitación no era un juego, además de tener primas mayores que se encargaron de explicarme que es lo que era tener sexo. La verdad es que sentía mucha curiosidad de cómo sería hacer algo así. En ese tiempo fue que vi la primera peli xxx , la verdad es que no me gustó mucho, era todo muy brusco, parecía que la mujer sufría, por los gritos que daba. Le pregunté a mi prima mayor, Ana, si era siempre así. Ella me explicó que no, que esas cosas no eran siempre así, que cuando dos personas se amaban era totalmente distinto, se tocaban con amor y delicadeza, era algo muy hermoso. Con su explicación quede muy contenta, aunque también me dijo que la primera vez siempre duele, después es todo muy placentero.

Esa noche al acostarme y pensar en todo lo que aprendí, no pude evitar imaginarme como sería, obviamente con mi papá, y por primera vez me excité. No sabía lo que era ese calor y esa palpitación en mi chochito, la verdad me asuste un poco, pero al entrar papá a la habitación todo miedo se me pasó.

  • buenas noches cariño – me dijo dulcemente dándome un beso en la frente – estas muy caliente hija, ¿tienes fiebre, te sientes mal?

  • no papi… es que tengo un poquito de calor

  • ¿segura? – me dijo besándome las mejillas, eso y el recuerdo de lo que me había imaginado hicieron que me palpitara aún con más fuerza mi chochito – sabes que si te pasa algo me muero

  • segura papi – tuve que aclararme la garganta, ya que estaba hablando con voz ronquita

Después que se aseguro que estaba bien se fue a su habitación. Yo por mi parte metí la mano debajo de las cobijas para saber que tenía mi vaginita que palpitaba tanto, abrí bien las piernas e introduje dentro de mi calzoncito mi mano, toque y note que estaba bien mojadita y calientita, pero cuando iba a sacar mi mano roce sin querer ese botoncito, que después supe que se llamaba clítoris, y sentí que se me escapaba el aire de los pulmones de la sensación tan rica que experimentaba. Con dos dedos toque de nuevo y pude sentir como palpitaba, empecé a probar distintos roces hasta que encontré el que se sentía mejor y seguí, de pronto sentí una presión muy placentera que se iba formando en mi bajo vientre, hasta que en una explosión de colores frente a mis ojos tuve mi primer orgasmo, aunque en esos momentos no lo sabía. Lo que tampoco sabía es que papá estaba mirando por la rendija de la puerta.

No sabía como lo haría pero quería sentir ese mismo placer con mi papá, sabía que tal vez no sería fácil, pero lo lograría. Esa misma mañana de domingo di el primero de muchos pasos para la “conquista” de papá. Llegue a su habitación y el aún dormía, me cole en su cama y me di cuenta que dormía solo con un bóxer negro, como dormía de espaldas me subí a horcajadas sobre su pene, aunque me sentía muy nerviosa y de cierto modo excitada, me controle lo suficiente para que él no se diera cuenta de que lo hacía a propósito.

  • ¿papi? –le pregunte inocentemente

  • dime bebe – había notado que papá me daba miradas intensas a veces cuando creía que no lo veía

  • mmh… nada – le deje el cebo ya que se que es muy curioso conmigo

  • dime cariño sabes que puedes preguntarme lo que sea – me tomo de la mano y me llevo al sofá sentándome en su regazo como cuando era más pequeña, a horcajadas sobre él.

  • bueno…me preguntaba…si tú… - me puse toda rojita de la pena

  • ¿Qué sucede cariño? Me estas preocupando – me tomo de las mejillas para que lo mirar a los ojos

  • es que yo quería saber…bueno que me enseñaras como se besa papi –me miro con los ojos casi saliéndose de sus orbitas

  • Mía como se te ocurre que voy a hacer eso, soy tu padre –me miró con las mejillas ruborizadas

  • pero papi tu eres al hombre que yo mas quiero en este mundo, y tú me quieres a mí, y yo quiero saber que se siente, además no quiero pedírselo a nadie más por que se burlarían de mí por no saber hacerlo

  • pero bebe escucha lo que estás diciendo… - me decía con la mirada torturada. Lo abrace por el cuello y me acerque a su cara

  • yo te amo papi- y le di un piquito – ¿no me encuentras bonita? – le dije haciendo un puchero que sabía que él no podría resistirse. En eso me aprieto más hacia su cuerpo, haciendo que mis caderas chocaran con las suyas y noto que esta excitado, lo que me envalentonó para darle más besitos. – ándale papi, mis amigas dijeron que se siente rico – le decía levantándome un poco de su regazo para darle besitos en la cara, pero lo que quería era que se frotara mi chochito con su polla.

Se le notaba que se estaba excitando mucho, sus ojos me miraban de una forma que jamás lo habían hecho. En eso me abrazo muy fuerte de la cintura enterrando su cara en mi cuello, pensé que lo había conseguido hasta que sentí como mojaba mi playera en mi hombro y lo sentí temblar, mi papá estaba llorando.

  • ¿papi? ¿Por qué lloras? – le dije con un nudo en la garganta. El solo seguía llorando y se aferraba a mí como si en eso se le fuera la vida.- papito háblame, no te enfades, yo solo quería que mi primer beso sea con el hombre que más amo en este mundo, pero si tú no quieres esta bien, yo no me enfado, en serio yo…- entonces levanta su rostro surcado de lágrimas y los ojos rojitos, me daba tanta tristeza verlo así que también me puse a llorar.

  • no llores bebe- me decía meciéndome en sus brazos, en la misma posición en la que estábamos, lo que hacía que nos siguiéramos rosando, entonces gimió bajito, y me separo un poco de él. – Cariño mírame – me tomo de nuevo de las mejillas para que lo mirara –eres muy hermosa, pero no puedo darte un beso, soy tú papá y no está bien que haga eso

  • ¿tú no me quieres verdad?

-claro que…

  • soy fea es por eso, es porque no soy rubia y bonita como mamá – Salí corriendo de allí llorando y me encerré en mi habitación, lo oía correr tras de mí pero no me alcanzo, antes de que cerrara la puerta con seguro

-Mía, abre por favor, hablemos – pero solo puse música muy fuerte para no oírlo mientras lloraba.

De ahí en adelante pasaron unos meses en los que casi no le hablaba, solo lo justo y necesario. Lo notaba muy triste, incluso perdió varios kilos de peso, pero cuando trataba de hablar conmigo del tema huía de él para no escuchar eso que tanto me dolería, el todavía la amaba a ella, a Verónica, mi madre.

Las cosas cambiaron cuando se mudo al barrio un vecino nuevo, Mario, era muy simpático, le agradaba jugar con los niños, le hable un par de veces, pero a mi familia no le agradaba, decían que era medio raro, yo no le hallaba nada de malo. Pero mi opinión cambio un día que me lo encontré en el parque que está cerca de casa, yo estaba triste porque papá estaba más distante y ya no trataba de hablarme. Hable con Mario un rato y le conté que estaba enojada con papá, no le dije el verdadero motivo, le invente un supuesto noviecito y que papá me prohibió juntarme con él y que por eso yo estaría enojada con él, me preguntó porque quería tener novio tan chiquita, le conté la verdad, que quería saber cómo se sentía besar un chico. El me dijo que podía enseñarme, lo pensé y tal vez cuando tenga experiencia mi papá me querría, así que acepte. Me llevo hasta su casa, pero yo no quería entrar, se lo dije cuando estábamos fuera de ella, pero me forzó a entrar. Papá venía pasando ya que andaba buscándome, cuando vio lo que pasaba, salto la verja de la casa de Mario y se le tiro a los golpes. Nunca había visto a papá así, parecía que se había vuelto loco, al sentir todo el escándalo salieron vecinos y al ver lo que sucedía le ayudaron a papá a reducirlo, lo amarraron y llamaron a la policía.

Para no entrar en más detalles el vecino era un prófugo de la policía que era buscado por violar a unas niñas bien chiquitas. Se lo llevaron y no supimos más de él.

Después que me sacara de casa de Mario, papá me llevó a casa, recuerdo que me llevaba en brazos, entramos, cerró con llave pero no me soltó y me llevó directo a su habitación, cerró también con llave, se sentó contra el respaldo de la cama y me sentó sobre él a horcajadas, seguía abrazándome fuertemente. Me soltó de su abrazo y me tomo del cuello alzando mi rostro, mirándome intensamente a los ojos me dijo – te amo Mía – bajo su rostro hacia el mío y me besó. Movía sus labios contra los míos de manera dulce, al poco rato le tomé el ritmo y abrí mi boca, quería que me besara en serio. Metió su lengua en mi boca tímidamente pero yo quería más, así que chupé su lengua como si fuera un helado, gimió fuertemente dentro de mi boca, entonces si se lo tomó en serio, me agarró con una mano por la nuca y la otra en mi baja espalda aprisionándome contra su cuerpo y ladeo su cabeza profundizando el beso. Mi chochito comenzó a palpitar como nunca antes y me sentía muy mojadita, era lo más placentero que había sentido en mi corta vida. Nos besábamos intensamente mientras nos rozábamos y mecíamos, su polla estaba durísima, podía sentirla a través de mi ropa interior. Gemíamos fuertemente en la boca del otro, no se por cuánto tiempo estuvimos así, solo sé que nos corrimos en los brazos del otro, le sonreí brillantemente mientras jadeábamos y tratábamos de acompasar nuestras respiraciones.

Nos quedamos abrazados por otro largo rato en la misma posición, mirándonos a los ojos y acariciándonos, hasta que rompí el cómodo silencio.

  • papá yo también te amo – sonrió y me beso castamente en los labios dos, tres veces

  • te amo más que a mi vida bebe – entonces fui yo quien lo beso, profunda pero lentamente. Sellando nuestro destino para siempre.