Mi padre ejecutivo (3)

Después del polvo con Samuel mi padre llega de trabajar y se lo cuento todo con detalles.

Recomiendo leer los anteriores relatos para entender la historia.


Estuve haciendo cosas de la universidad y jugando con el pc cuando recibí un mensaje de mi padre que decía que llegaba en 20 minutos. Me puse a preparar la cena para los dos y que estuviera lista para cuando llegara, no soy tan bueno cocinando como mi padre ni se hacer mucha variedad de platos, pero no se me daba mal. Estaba terminando de preparar la cena cuando escucho el coche de mi padre aparcando.

-Hola hijo, ya he llegado – me dijo abriendo la puerta.

-Hola papá, estoy  en la cocina – le dije en tono alto para que me escuchara.

Estaba sirviendo la comida en unos platos y apagando el fuego cuando se me acerca por detrás.

-Umm eso huele de maravilla – dijo aflojándose la corbata y abrazándome por la espalda.

-Espero que esté bien hecho, vete a cambiarte que tengo que contarte una cosa – le dije.

-Bien, ahora bajo – y se fue al cuarto dándome un beso en la mejilla.

Bajo con ropa de andar por casa, más cómoda (por las noches y después de trabajar se pone ropa cómoda, pero durante el día aunque esté en casa va de traje por mi) y nos sentamos a comer en la mesa del salón que yo había preparado mientras se cambiaba.

-Esto está muy bueno hijo – dijo probando la comida.

-Joe me alegro, no sabía si estaba bien  o no – dije probándola también.

-Está muy bien, solo que la próxima vez tendrías que esperar unos minutos más a que se hagan del todo.

-Vale papá, ya me acordaré para la próxima.

-Que es lo que tenías que decirme? – Preguntó mientras seguía comiendo.

-Vas a flipar – y le conté todo lo que había pasado hace solo un par de horas con Samuel. Mi padre me miraba sorprendido y divertido a la vez. Terminé de contarlo lo ocurrido con todo detalle:

-No jodas! Muy bien campeón! – y me dio un manotazo en el hombro a modo de aprobación y ánimo – así que este es tu primer amigo con derecho no? Me alegro por ti hijo, tu cuando me digas yo me voy de casa a dar una vuelta o algo y os dejo la casa para los dos sin problemas vale?.

-Jajaja gracias papá, pero no creo que sea algo que vayamos a hacer todos los días, algún día entre semana cuando estés en el curro y así no te molestamos.

-No es molestia el irme a tomar algo con mis amigos mientras mi hijo folla con su vecino en casa – y nos reímos.

-Ya, pero tampoco quiero dejar de hacer lo que tú y yo hacemos.

-Hijo, tú y yo haremos esas cosas siempre hasta que tengas una pareja y hagas tu vida por tu cuenta, o hasta que te canses de tu viejo jajaja, pero quiero que disfrutes y conozcas a gente, tu padre va a estar siempre para ti y por eso está bien que hagas amigos – se puso a decirme en modo padre y amigo. Me levanté y le abrazé.

-Gracias papá.

-De nada peque – y nos dimos un pico.

Terminamos de cenar y mi padre se puso a recoger la mesa, no me dejó recoger a mí y me dijo que me sentara a ver la tele. Cuando terminó se sentó conmigo a ver algún programa sin importancia y hablamos sobre otros temas. Que tal el resto de la tarde en el trabajo, la reunión que tenía al día siguiente, etc. Hasta que ya muerto de sueño y cansado le dije que me iba a la cama.

-Bueno papá me voy a la cama, no es muy tarde pero con los dos polvos del día estoy agotado jajaja.

-Si, yo también me voy enseguida que mañana madrugo, tú tienes suerte de que no madrugas mañana cabroncete – los viernes no tengo clases en la universidad.

Me levanté del sofá para irme a la cama cuando mi padre me agarró de la muñeca y me tiró sobre sus piernas boca abajo.

-Pero que haces papá? – le pregunté divertido.

-Crees que me había olvidado de tu castigo? – me dijo bajándome el pantalón dejando mis nalgas al aire.

-Joe papá es que estoy muy cansado y no puedo con una tercera follada – le dije con un tono de niño pequeño y haciendo pucheritos.

-Tranquilo nene, hoy no vamos a volver a follar, eso es parte del castigo para ti, esta semana yo decido cuando y como lo hacemos – me decía acariciándome suavemente las nalgas – quiero que cuentes en voz alta para papi, y si tardas volveremos a empezar.

-Vale papi– dije con el mismo tono de niño pero esta vez con tono cachondo, tenía el pene empalmadísimo y notaba el de mi padre a través de la tela de su pantalón.

¡¡ZAS!! Sentí el primer azote fortísimo en la nalga izquierda, papá es muy cariñoso, pero cuando jugamos puede transformarse completamente.

-¡AAAAAUUUU! – grité.

-No he oído como contabas así que hay que volver a empezar - ¡ZAS! Y me volvió a dar un azote, esta vez en la nalga derecha.

-Aummfffff UNO – dije aguantando. Me estuvo azotando hasta que conté hasta 10 y me dejó las nalgas rojas. Me escocían, pero me gustaba, sentía que era de su propiedad y que tenía todo el derecho a hacer conmigo lo que quisiera.

-Muy bien mi niño – me dijo mi padre acariciándome las nalgas y dándole besitos para calmarme – ahora vete a la cama que papi irá enseguida.

-Si papi – le dije como un niño bueno, con una carpa enorme bajo el pantalón.

Subí al cuarto de mi padre y me metí en la cama, estaba cachondo, pero la verdad es que el cansancio me pudo y me dormí enseguida. Al de poco noté como se metía también mi padre, me moví un poco para hacerle sitio. Se acomodó y me rodeo con sus fuertes brazos en posición cucharita, me sentía muy protegido con mi padre abrazándome. Notaba su pene flácido en mis todavía rojas nalgas. Los dos dormíamos desnudos siempre. Pero esa noche no pasó nada más ya que estábamos los dos cansados.

Me desperté con sueño y atontado, miré la hora, las 7:30, mi padre estaba en la ducha preparándose para ir a trabajar. Me estiré en la cama e intenté dormirme otra vez, era pronto para mí ya que no tenía clase ese día. Pero me había desvelado y estuve dando vueltas en la cama, hasta que salió mi padre del baño.

-Perdona peque, no quería despertarte.

-No importa papá, ahora en un rato me vuelvo a dormir – le dije con un poco de sueño.

Mi padre se empezó a vestir y me puse a observarlo. Se miraba al espejo del armario mientras se ponía la camisa, conmigo detrás de el en la cama. Me acordé en ese momento que tenía una reunión importante.

-Ponte mejor el traje gris y la corbata con franjas plateadas – le dije tumbado en la cama.

-Vale hijo, tu eres el experto jeje – me dijo sonriendo.

Se puso el traje que le había dicho, yo me había enderezado un poco en la cama y mientras se anudaba la corbata empecé a tocarme de forma lenta bajo las sabanas.

-Que tal estoy? – dijo alisándose un poco con las manos la chaqueta del traje y dándose la vuelta para que pudiera verle bien.

-Estás muy guapo, seguro que los de la reunión se centran más en ti que en otra cosa – le dije sonriendo y haciéndome claramente una suave paja.

-Bueno si tú lo apruebas es que estoy genial jajaja – me dijo inclinándose y dándome un beso en la frente – te dejo que termines con lo que tienes entre manos jajaja – y me dio un pico en los labios – nos vemos luego.

Cuando se incorporó para irse le agarré de la mano,  me miró y yo le miré a los ojos,  y luego señalé con la mirada a su entrepierna mientras sonreía y me mordía el labio.

-Hijo esta mañana no puedo – me dijo divertido – no puedo llegar tarde.

-Pero no vamos a tardar mucho, solo me apetece un poco de leche para desayunar y para eso no se tarda mucho – le dije atrayéndolo hacia mi dejando su entrepierna a la altura de mi cara.

-Hijo no sé, no quiero retrasarme – me decía entre preocupado y divertido.

-No te preocupes – le dije yo acariciándole el bulto, que ya empezaba a ponerse duro, y le bajaba la cremallera – solo quiero que mi papi vaya tranquilo y relajado a su importante reunión, y un buen nene tiene que hacerle esto a su papi – le dije poniendo tono de niño, el que más le gustaba, y le saqué la polla ya morcillona por la bragueta. La empecé a lamer por todas partes.

-Bufff – suspiró mi padre mirando su reloj de pulsera – bueno creo que tengo tiempo de darle a mi pequeño un buen desayuno lleno de vitaminas – me dijo sonriendo.

Yo ya me había metido el capullo de mi padre en la boca y empecé a mover la cabeza metiendo y sacando ese pene que tanto me gustaba de mi boca. Mi padre  se agarró el pene por la base y me lo quitó. Yo hice un ruidito a modo de queja.

-Abre la boquita, que aquí viene el avión – me lo dijo como si le hablase a un niño pequeño y me la metió entera, yo me atraganté e hice ruido de arcada – mmmmm eso es, muy bien nenito, tienes que comértelo todo para hacerte fuerte y grande – me decía follándome la boca a un ritmo normal, me gustaba cuando me trataba como a un niño pequeño cuando hacíamos cosas sexuales. Me agarraba de la nuca y movía sus caderas adelante y atrás. Yo respiraba por la nariz porque no me dejaba la boca libre ni un segundo, la mamada era cada vez más intensa. Agarré sus piernas intentando que no me diese tan fuerte pero no servía de nada, me la metía entera hasta la garganta, haciendo que soltase mucha saliva e hiciese ruidos de arcada, los cuales le ponían cada vez más cachondo, y la sacaba hasta que solo me dejaba el capullo dentro y volvía a metérmela. Notaba todo el pantalón del traje en la cara cuando la metía, la hebilla del cinturón me daba en la parte de arriba de la nariz y la corbata me golpeaba la frente con el movimiento que hacía. Mi padre miró otra vez su reloj.

-Buff papi está a punto peque, quieres que papi te de toda su lechita? – yo asentí como pude e hice sonido de aprobación mientras me violaba la boca – si la quieres? Te la vas a tragar toda?

-Ahaaamggggff – dije como pude.

-Tienes que tragarte toda la leche de papi porque te hará muy fuerte aaaaahhh siii, no desperdicies nada o papi se enfadará contigo oooooohh jodeeeer, y no quieres que papi se enfade verdad? – y no podía ni responder, me estaba dando una follada de boca increíble, me había agarrado con las dos manos y ya casi no podía ni respirar por la nariz, notaba toda la polla de mi padre entrando hasta la garganta.

-Oooohh siiiii, aquí viene la leche de papiiiiii, cómetela entera peque, aaghhh siii mi nenito toma, toma, toma – se le hinchó la polla y yo me preparé – AAAGGGHHH SIIIII TRAGATELA TODA PUTITO AAMMPFFFFF ooooo siiii – me dijo corriéndose en mi boca, me soltó hasta 6 trallazos, pero no me costó tragarme todo porque me la había metido hasta el fondo y la mayoría fue directamente a mi garganta. Me soltó y me puse a limpiársela bien, cuando terminé  abrí la boca y saqué bien la lengua para que viera que me lo había tragado todo. Sonrió y me agarró de la barbilla para examinar bien.

-Ummm muy bien nenito, pero creo que te has dejado un poquito – entonces me escupió en toda la boca, yo no pude más y me corrí en las sabanas, me había estado pajeando como pude durante la mamada y eso fue demasiado. Me lo tragué. Mi padre no suele escupirme, solo cuando estamos muy cachondos o es parte del juego. Mi padre apartó las sabanas para ver bien mi corrida, se agachó y dijo:

-Mi nenito lo tiene todo – me agarró el pene – el culito,  la boca, el cuerpo y la polla más bonitos del mundo – y se metió el capullo lleno de mi leche en la boca. Yo me arqueé porque la tenía ultra sensible. Le dio un lametón y seguidamente me morreó, compartimos mi semen en ese beso.

-Bueno hijo, ahora sí que me tengo que ir – dijo levantándose después de darme un besito en los labios – pasa un buen día.

-Tú también papá, buena suerte con la reunión – le dije desde la cama.

Escuché como cerraba la puerta, yo me tumbé y sin limpiarme ni nada volví a dormirme. Pocas horas después me volví a despertar, me di una ducha rápida y me puse a desayunar. Iba solo con unos bóxer negros que me marcaban bastante el paquete y las nalgas. Miré el móvil y vi que tenía un mensaje de Samuel:

-Hola tío, que tal? Sigo acordándome de lo de ayer, me gustó mucho ;).

-Ey que tal? Jajaja me alegro, a mí también me gustó mucho. Estas en el insti?

-Sí, estoy en clase, es un coñazo, tu esas en la uni?

-Que va, los viernes no tengo clase.

-Joder que suerte, yo también quiero eso jajaja.

-Bueno cuando seas mayor y vayas a la universidad con suerte tendrás los viernes libre – le dije de broma.

-Que cabrón, no me trates como a un crio que solo me sacas un año, y recuerda que tienes que respetar a tu jefe – y me puso una cara sacando la lengua.

-Jajaja si señor, no le volveré a faltar al respeto.

Seguimos hablando un rato más, tonteando y hablando de cosas calientes, también de otros temas para saber más el uno del otro. Iban pasando las horas y yo fui haciendo algunas tareas de la casa como limpiar y ordenar el cuarto. Mi padre no contrató nunca a nadie para hacer la casa para tener absoluta intimidad entre los dos, así que yo solía hacer las tareas domésticas entre semana y los fines de semana lo hacíamos ambos. Para mí era bastante coñazo, pero bueno, es lo que tocaba, además que a mi padre le ponía tener una especie de “porno chahcha” jajaja. También aproveché para adelantar algún trabajo de la universidad y estudiar algo para un parcial. Como iba a comer solo y no me apetecía cocinar comí las sobras de la cena de ayer  cuando terminé me puse a jugar con la play en el salón. Sobre las 5 de la tarde escucho el coche de mi padre, que raro pensé, es muy pronto para que vuelva. Entro por la puerta.

-Hola hijo ya estoy en casa – dijo con un tono muy alegre.

-Hola papá, que pronto has venido hoy no?

-Sí, la reunión ha ido de maravilla así que hemos podido irnos a casa después de la comida de negocios – me dijo sonriente.

-Que bien papá, sabía que te saldría bien.

-Y además, gracias a ti he sido el más elegante de todos – me dijo dándome un pico – quiero hacer algo especial para celebrarlo – me dijo susurrándome al oído y dándole un mordisquito.

-Mmmmm y que tienes en mente? – dije yo poniendo voz sensual.

-Ponte el tanguita azul – me dijo con cara de vicioso.

Sabía lo que quería, tengo una especie de tanga azul con personajes de Disney que me queda ultra pequeño y no me tapa nada, me lo compró hace unos años para hacer la fantasía de que soy un niño pequeño.

-Uffff si papi, ahora vengo.

Fui a mi cuarto a cambiarme, lo tenía en un cajón del armario donde guardo cierto tipo de ropa para hacer juegos con mi padre. Una vez me pongo la ropa que él quiere me meto en el personaje que más le apetece, algunas veces hago de malote de instituto, otras de algún becario de su empresa, etc. Esta vez iba a hacer uno de los que a mi padre más le gustaban, iba a ser yo mismo pero como un niño pequeño. Me puse el tanguita, me costaba ponérmelo porque era enano. No me tapaba nada, se me metía por la raja del culo dejando expuestas totalmente mis nalgas. Mi pene también se veía, solo la tenía morcillona y ya tenía una carpa de circo enorme. Salí del cuarto y llamé a mi padre:

-Papi ya estoy – dije con voz de niño bueno, ya estaba metido en el papel.

-Ven al despacho nene – le escuché decir.

Fui a la habitación donde mi padre tiene un pequeño despacho, lo usamos también para guardar libros y trastos que tenemos por casa. Entré al cuarto.

-Puedo pasar papi?

-Si hijo, ven acércate – estaba sentado en la silla detrás de la mesa, se había cambiado de traje y puesto uno más barato que usa para follar conmigo y no para trabajar. Era un traje negro simple, con camisa blanca y corbata azul marino con rayas blancas diagonales – siéntate aquí – y me indicó que me sentara sobre una de sus piernas.

-Pasa algo papi? – pregunté como preocupado.

-Mira nene, me ha llamado tu profesor y me ha dicho que has vuelto a olvidar hacer los deberes – me decía con un tono de padre regañando suavemente a su niño.

-Perdona papi – al principio me costaba improvisar, pero luego me iba animando.

-Sabes que tengo que castigarte verdad? – y me levanto para ponerme con el pecho contra la mesa, dejando todo mi culo al aire – voy a darte unos azotes por haber sido un niño malo – y empezó a azotarme las nalgas como la noche anterior, solo que esta vez no lo hacía tan fuerte.

-No papi porfa, para, me portaré bien – gemía yo fingiendo que no me gustaba. Me dio unos cuantos azotes y después se puso a acariciarme suavemente las nalgas, puso su paquete en mi culo y se frotó lentamente.

-Bueno hijo, creo que vas a tener que convencerme para que termine con el castigo.

-Haré lo que sea papi.

-Lo que sea nene?

-Si papi.

-Ponte de rodillas.

Le obedecí y rápidamente se sacó el pene por la cremallera del pantalón.

-Dale besitos al pene de papi – me dijo con una cara de lujuria total,  a mí se me iba a romper el tanguita de lo dura que la tenía en ese momento.

Empecé a darle besitos a la polla de forma tímida, como si fuera mi primera vez y no quisiera hacerlo. Se agarró la polla por la base.

-Abre la boquita peque.

-No quiero – dije inflando los papos y haciendo de niño enfadado. Una cosa que me encantaba era dejar a mi padre a medias porque entonces se volvía un animal y era más duro conmigo.

-Abre la boca! – me dijo elevando la voz.

-Que no! – y me aparté de el sin dejar de estar de rodillas. Entonces recibí un enorme sopapo ¡PLAS!. Y antes de que pudiera siquiera quejarme me agarró de los pelos y me atrajo a su polla. Se restregaba la polla con mi cara.

-Que abras la puta boca zorra! – me dijo como si estuviera enfadado de verdad. Yo puse cara de asustado y abrí muy tímidamente la boca, lo suficiente como para que la metiera entera de una estocada, haciéndome tener una enorme arcada y soltando un montón de saliva.

Me estuvo follando la boca a un ritmo frenético, le miraba como podía a la cara y era como la de un psicópata, estaba ido por el morbo y el calentón. Yo solo hacía ruidos con la saliva y la polla, casi no podía ni respirar. En un momento me la sacó de golpe, me estiró del pelo para incorporarme y me puso contra la pared. Se agachó y movió hacia un lado el tanguita dejando expuesto mi ano.

-Ummmm que culito más rico – y lo empezó a comer como si se no hubiera un mañana. Me metía la lengua muy profunda y me daba algún azote, yo solo podía gemir y dejarme llevar por el placer. Se levantó y pus el capullo en la entrada, notaba su respiración acelerada en la nuca.

-No papi!! Esto no me gusta, paraaa! – le dije gimoteando, el hacer de nene se me da muy bien para tener ya mis 19 años jajaja.

-Me da igual, te jodes! – me dijo como cabreado y me la metió de golpe. No pude ni respirar, no me lo esperaba para nada. Mi padre no suele ser tan bruto y siempre se preocupa de no hacerme daño, pero esa tarde estaba como un toro en celo y no tuvo contemplaciones. Me empezó a penetrar muy fuerte desde el principio. Tardé unos segundos en poder gritar.

-AAAAAAAGGGHHHH JODEEEEER CABROON, AYYYYYY PARAAA, NO TAN FUERTEEE PAPAA – me había hasta salido del personaje de lo bruto que estaba siendo. Él me tapo la boca con una mano y con la otra me abrazó por la cadera, me aplastó contra la pared con su cuerpo y siguió dándome fortísimo.

-Esto es lo que te mereces! Por estar siempre provocándome putita aaaahhhh siiii, como me gusta! Este culo es solo mío entiendes! – me decía al oído pero en tono muy alto.

Yo respiraba por la nariz y ahogaba mis gritos en su mano, me estaban cayendo algunas lágrimas de lo que dolía, pero a la vez empezaba a sentir morbo y placer. No me habían tratado así nunca, era la vez que más salvaje veía a mi padre. Sentía que era un auténtico semental y yo una simple yegua a la que montar.

Me estuvo dando así por lo menos 10 minutos cuando noté que se le hinchaba el pene.

-Me voy a correr putita, pero esta vez no lo voy a hacer en ese culo de guarra que tienes, que sé        que te gusta mucho – me la sacó y de malas formas y por la fuerza me tiró al suelo – ponte de rodillas!.

Obedecí al momento, me dolía el culo una barbaridad, estaba agotado y mi padre me estaba infundiendo hasta algo de miedo, pero todo eso no era suficiente para que dejara de estar cachondo. Se empezó a pajear de una manera frenética.

-Prepara esa cara de putita que papi la va a llenar de leche calentita – me dijo muy cachondo. El cabrón de mi padre iba a correrse en mi cara, él sabe que por muy guarro que soy nunca ha llegado a hacerme especial gracia los faciales, ni siquiera con él, pero no me atrevía a decirle nada. Puse mi cara de niño asustado y también alguna expresión de asquito que me salió sin querer, cosa que a mi padre le encantó.

-SIiii aquí viene, prepárate putito oooooohhhh siiiiiii – vi claramente los trallazos de lefa que me cubrieron la cara y llegaron a mi pelo, el cuello y algo también al pecho. Me encanta el semen en la boca, pero en la cara me daba cierta cosa, me parecía incómodo y una forma estúpida de desperdiciar semen que podrían ir a mi boca o culo.

Mi padre termino de estrujarse las ultimas gotas cuando con su pene empezó a restregar toda la leche de mi cara y llevársela a mi boca.

-Abre la boquita nene – me dijo esta vez mucho más calmado y con un tono de cariño.

Yo abrí la boca y me iba tragando la leche que recogía mi padre. Eso me gustaba más y aprovechando que me había dado un respiro comencé a pajearme muy rápido, me corrí en el suelo gimiendo con la polla en la boca, pero un trallazo manchó el zapato de mi padre.

-Esto también tienes que limpiarlo – dijo señalándolo.

-Si papi – dije sumiso, y me puse a lamer mi semen en el zapato de mi padre para limpiarlo bien.  Cuando terminé me levanté y nos morreamos de una manera cariñosa.

-Joder menudo hijo de puta – le dije riendo – me has roto todo el culo cabrón, no voy a poder follar en una semana, ve haciéndote a la idea de que estos días tendrás que pagar a un chapero para follar jajaja.

-Jajaja lo siento hijo, sé que he sido muy bruto, pero hoy no sé qué me ha pasado que me he desatado.

-No si no hace falta que lo digas, creo que hasta me has hecho sangre – dije llevando mi mano al culo y tocando muy suavemente el ano enrojecido.

-Perdona hijo, vamos al baño y te ayudo a limpiarte bien.

Me ayudó a lavarme con papel y luego en la ducha, se quitó la ropa y nos duchamos juntos, estuvo muy cariñoso todo el rato, supongo que para compensar lo bruto que había sido antes.

-Creo que has sido un bestia por que tenías envidia de lo que hice ayer con Samu jajaja – le dije mientras nos secábamos.

-No lo había ni pensado, pero pude ser jajaja a lo mejor dentro de mí no quiero que nadie más se coma a mi niñito – y me dio un pico.

Terminamos de secarnos y nos pusimos ropa cómoda para estar por casa y nos pusimos a ver la tele.

-Hijo, la semana que viene podrías venir al despacho otra vez? – me preguntó.

-Claro papá, quieres repetir lo que hicimos otra vez? Jajaja – le dije de cachondeo.

-No tonto, es porque va a venir el director general de la empresa y así te lo presento, le gusta conocer a los familiares de los altos ejecutivos que le llevan la empresa y a ti no te conoce todavía. Creo que van a venir también la hija y la mujer de Raúl. Te apetece?

-Bueno, pero tengo que vestirme de forma elegante para conocerlo? Sabes que no me gusta.

-No tranquilo, pero tampoco vengas en chándal vale? Ve con ropa informal pero no tanto vale?.

-Vale papá, veré como tengo la semana y te digo.

-Estupendo – me dijo dándome un beso en la mejilla. Nos pusimos a ver la tele.

-Oye y quien sabe, a lo mejor te asciende si le hago algún favorcillo no crees? -  le dije poniendo cara de pícaro.

-¡Carlos! – me dijo mi padre medio serio medio riendo.

Yo solo me reí y miré el móvil para ver si Samuel me había hablado.

Continuará