Mi padrastro me cogio en la discoteca

Una joven se ve sorprendida cuando su madre tras su separación se pone a vivir con otro hombre al cual trae a su casa. Aunque le costó aceptarlo, pronto se encariñó con el mismo, viendo escenas de sexo del mismo con su madre. Durante su cumpleaños, en una discoteca a la que acude con sus amigas, el padrastro aprovecha para desvirgarla y hacerla suya.

Mi madre se había separado de mi padre hacia unos cinco años. Inicialmente ella no tuvo pareja, pero hace algo menos de dos años conoció a un hombre de casi su misma edad llamado Bruno, y al poco tiempo se pusieron a vivir juntos trayéndolo a nuestra casa. Así de la noche a la mañana me encontré con un padrastro, que inicialmente nada me agrado, ya que deje de tener intimidad en casa como antes.

Obviamente, por ello, al principio no me agradó absolutamente nada. Llevábamos tres años viviendo solas y nos habíamos acostumbrado a estar en casa con poca ropa, a nuestro aire,  y ahora tenía que convivir con otra persona totalmente extraña para mí, y que me obligaba a adoptar un nuevo comportamiento en casa muy distinto al que llevaba hasta la fecha. Según fueron pasando los meses no me quedó más remedio que aceptarlo, y poco a poco me fui acomodando.

La verdad es que tampoco culpo a mi madre, ya que Bruno tiene una forma de llegar bastante seductora. Acababa de cumplir los cuarenta y cinco años, alto, moreno, ojos azules, bastante fornido, y con una mirada bastante pícara. Pese a  que mi mama tampoco estaba tan mal, y contaba con cuarenta años, Bruno tenía la apariencia de un hombre con aire de mujeriego. Al menos eso me parecía a mí.

Cuando vino a casa yo acababa de cumplir los catorce. Estaba comenzando mi etapa de adolescente, y por supuesto bastante rebelde, y algo mimosa. Mi madre trataba de guiarme por el buen camino, pero yo poco caso le hacía. Para colmo me había juntado con unas amigas del colegio que eran bastante rebeldes y muy lanzadas. A través de ellas fui conociendo todo el tema sexual. Algunas de ellas me contaban como ya lo había hecho con algunos chicos, siendo bastante explicitas en sus explicaciones. Lógicamente a esa edad ya me comenzaba a picar el gusanillo, y también estaba ansiosa por experimentar, pero la verdad es que tampoco me atrevía. Había tenido algunos manoseos con algunos amigos pero sin más mayores consecuencias.

Ya con quince años, me sentía atraída por los manoseos que Bruno le propinaba a mama, tocándole el trasero en la misma cocina, sin inmutarse por mi presencia. Una tarde, tras llegar del cole, al no ver a nadie me dirigí hacia mi dormitorio para dejar la mochila del cole. Escuche entonces unos ruidos y gemidos, percatándome que provenían del dormitorio de ellos. Curiosa, me acerque, vi que la puerta estaba entreabierta, y al mirar me quede perpleja: “ lo estaban haciendo ”. Bruno estaba boca arriba en la cama y mi mama lo cabalgaba como una autentica amazona. Me excito la escena, ya que mi mama, con sus buenos pechos, veía como estos se balanceaban mientras cabalgaba a mi padrastro.

Pero, lo que más me impacto, fue comprobar los testículos de mi padrastro, los cuales parecían dos pelotas de tenis. Y, mucho mas anonadada quede cuando su pene sale del coño de mi mama: ¡e ra enorme, bastante largo y de un grosor considerable !.  “P edazo de polla tiene mi padrastro ”, me dije para mis adentros. Note que sin querer moje mis braguitas.

Mas atraída por aquella escena, me detuve hasta que ellos alcanzaron el clímax y luego, cautelosamente me retire. Obviamente, a partir de ese momento cuando tenía la oportunidad miraba el bulto del pantalón de mi padrastro, tratando de imaginarme la tranca que había visto en el dormitorio de ellos.

Cuando estaba punto de cumplir los dieciséis años, me masturbaba con frecuencia, y fantaseaba con mi padrastro, llegando a cazarlos follando en otras muchas ocasiones más. La verdad es que me comenzó a gustar aquel hombre, e incluso, porque negarlo, “ llegue a desearlo ”.

Y así, llegó el día de mi cumpleaños. Mi madre me celebró una pequeña fiesta a la que acudieron algunas de mis amigas, mama, algunos familiares y Bruno. Ya en la noche quise ir con mis amigas a la discoteca, pero mama se negó en rotundo. Le insistí, me enfade con ella, y al final fue Bruno el que intercedió diciéndole que tampoco era tan malo.** Para terminar de convencer a mi madre el prometió que me iría a buscar a la salida de la misma. Eso convenció a mama y al final pude marchar con mis amigas.

Me puse una minifalda negra y unos zapatos de tacón que estilizaban mis piernas. Tras maquillarme adecuadamente, me puse una colonia de un dulce aroma. Luego, me mire en el espejo antes de salir y me dije “ mama seguro que no me deja ir con esto ”. Bruno al verme, percibí como se le dilataron los ojos. Al ver aquella mirada sentía un escalofrío, ya que percibí como me desnudaba con sus ojos.

Ya en la disco, comenzamos a bailar, y beber. La mayor parte de las veces con mis propias amigas. Algunos chicos se acercaron pero no pasó gran cosa. Sin darme cuenta el tiempo fue pasando, sin percatarme de la hora. Por ello, me sorprendió cuando de repente alguien se acerca a mi lado y me coge del brazo. Al girarme vi reflejado en la penumbra de la sala que era mi padrastro:- hola. ¿Te has olvidado de la hora?

-¿ya es la hora?. ¡Se me ha pasado volando!. Le conteste. Aun es temprano, … espera un poco mas- le volví a contestar en plan suplica.

-¿ Quieres estar un poco más ?- me dijo él. Pero ¡sabes cómo se pondrá tu mama!. Quedaste en volver a una hora justa.

- Ya lo sé Bruno . Pero es mí cumple . le dije

- Bueno.Le enviaré un chat indicándole que estoy contigo. Así espero que se tranquilice. Aprovecharé también para tomar una copa. Me dijo.

Me di cuenta de solo quedaban dos amigas mías, pero estas estaban con sus novios, constatando que estaba tan entusiasmadas dándose el lote con ellos, que pasaban de mi. Al momento Bruno, viéndome sola me sacó a bailar. La realidad es que me sorprendió porque bailaba muy bien, y en las canciones lentas me atraía hacia el pegándose completamente a mí. Comencé a sentirme acalorada y excitada, al sentir el calor de su cuerpo junto al mío.

Además, me percaté del bulto de su pene como pujaba contra mi barriga. ¡ joder mi padrastro esta excitado !-me dije. Me abrazaba contra el, notaba como mis tetas se pegaban a su pecho. En uno de los momentos le mire a la cara, y vi su mirada, era obvio que tenía una forma de mirar que seducía. Varias veces reposaba mi cara sobre su pecho. Notaba que con los roces con su pene, mis bragas se estaban mojando.  ¡ Pero que me está pasando ! ¡Joder que es mi padrastro !

Tras varios momentos así, cesamos y nos fuimos a tomar una copa, y el escogió una de las mesas más alejadas, precisamente donde la luz era bastante más tenue. Yo estaba acalorada, sudaba, y la blusa que llevaba puesta se adhería a mi cuerpo, haciendo inútiles esfuerzos por disimular mis pechos y la ropa interior oscura que llevaba. Nos sentamos en unas cómodas sillas, y él empezó a hablarme. Para poder escucharle tenía que pegarme bastante a el. De pronto me mira y me dice casi al oído: -¡esta noche estas para comerte!. Esa faldita corta que llevas,  ¿sabes que es muy tentadora?. ¿Qué tal con los chicos?

Le mire a la cara sonrojada, y le conteste -ja.. nada...

-no me lo creo. Con un bombón como tú, los habrás tenido a todas fogueteados tras de ti. ¡Seguro que más de uno te ha metido mano!.

Bruno nunca me había hablado de esa forma. Notaba que estaba sumamente excitado. En ese momento llegan otras personas a sentarse junto a nosotros, y el me dice: - mejor nos vamos hacia esa mesa de atrás. ¿Te parece?, así nadie nos molestara.

Yo, aunque nerviosa, asentí, y así lo hicimos. Donde nos dirigimos solo había un sillón. Alguien había retirado el otro de allí. Y al indicárselo, me dice: - No pasa nada. Aquí estaremos mejor.

-ya ¿pero dónde me siento yo?- le pregunte, al ver que no había sillón para mi.

El entonces se palpa sus muslos y me dice: Ven, preciosa s iéntate encima de mí, estaremos más agradables.

Me quede casi muda. Pretendía que me sentara sobre sus piernas .

No obstante, no me dejo pensar, sino que el tomo la iniciativa y sin esperar mi respuesta me tomo de la mano y me hizo sentar sobre sus muslos. Y así, de sopetón me quede sentada sobre sus piernas. Para colmo había observado que en el momento en que me iba a sentar el levantó mi faldita, con lo que mi trasero, casi al descubierto y solo cubierto por mis braguitas quedó justo encima de su pantalón . Al momento sentí la dureza de su pene.

Me quede excitada. Tras unos momentos escuche que me susurraba al odio: - ¡ Mmmm preciosa! Llevas una braguitas muy pequeñas. ¿lo sabe tu madre?... Y además del color negro. ¿No sabes lo que me excitan esas braguitas!

Me quede preocupada, pero en el fondo también excitada. Sabía que tenía todas mis bragas humedecidas. ¡ Seguro que mi padrastro se iba a dar cuenta, o ya se había percatado de ello !

No me lo podía creer, de buenas a primeras me había visto sentada sobe las piernas de mi padrastro. Aquella situación, aunque me ponía nerviosa, al propio tiempo era muy seductora y mi coño comenzó a lubricarse de forma alocada y casi descontrolada.

Pude sentir como su pene se movía debajo de mí. Sabía que era bastante grande, a juzgar por lo que yo había visto, y que ahora percibía en el bulto de su pantalón. No me moví, pero al momento sentí sus manos, pasar por momentos encima de mis muslos, en dirección a mí entrepierna.

“Joder: mi padrastro me estaba metiendo mano” . Yo ya estaba comenzando a excitarme, notaba que mis bragas se humedecías por momentos. El hacia sus movimientos en coordinación con el rito de la música de la sala.

De pronto dio un paso más. Su lengua besó mi lóbulo con lentitud. Un lametazo largo recorrió mi cuello. ¡Me estremecí!

  • ¡ Qué guapas estas hoy Nena ! . ¡ Ya te dije que estas para comerte enterita!

No dejaba de decirme cosas hermosas, referentes a mi cuerpo, a mis curvas, al morbo que le provocaba; hasta que las palabras fueron subiendo de tono mientras me decía: “ sabes que me tienes muy arrecho ”.

Yo me gire y le  mire de forma desconcertada. Y continuo: Nuca he tenido ocasión por la presencia de tu madre. Pero siempre te he deseado.

Me estremecí ante aquella confesión, y le conteste:- Estas loco…… Eres la pareja de mi mama. ¿Acaso no la quieres ya?

-claro que si. Pero también te quiero a ti

Sus susurros estaban reverberando en mi oído, excitándome junto con sus manos, que se hallaban desde el principio bajo mi faldita acariciándome justo en la ingle. De pronto pasó la mano más hacia dentro. Suspiré fuerte al sentir su mano tocar por primera vez mis braguitas. Se dio cuenta de la humedad creciente de las mismas.

-¿ vaya que mojadita estas?. Se detiene y continua: ¿Seguro que ningún chico te metió mano ?

Yo lo negué con la cabeza.

Al momento me vi obligada a arquearme cuando su mano se metió dentro de mi sexo, apartando la braguita y palpando abiertamente los labios de mi vagina con sus dedos potentes, duros, como flechas . Oh que ooo Su manoseo le llevo hasta alcanzar a comprobar mi virginidad, comprobando que mi himen seguía intacto . Al darse cuenta me dijo sumamente excitado: - Nenita. ¡De verdad aún eres virgen** !

- oh déjeme. Por favor, la gente se va a dar cuenta - le dije mirando hacia al resto de las personas de la sala que estaba delante de nosotros.

Intente levantarme, pero el me sujeto de las caderas diciéndome: - venga nena, no hagas movimientos raros, o se darán cuenta. Relájate…

.  – pero ¿qué vas hacerme?- le dije nerviosa y agitada.

-relájate putita. Acaso crees que no me percatado de las veces que me ha visto follando con tu madre.

Me quede sorprendida. Pensé que nunca me había visto, pero parece que el me había captado, aunque nunca me había insinuado nada.

-“Hoy tendrás lo que tanto deseas y has ansiado”. Me contesto.

-estás loco.. .. Además… no pueden ver…. Me dije casi asustada e intentado soltarme sin conseguirlo.

Ves a la gente. Nadie nos presta atención. Además solo somos una pareja moviéndose . Al tiempo que continuaba con su mano manoseando mi coño una y otra vez, pasando todos sus dedos por mi rajita y acariciando mi clítoris una y otra vez. Mis jugos tenían embadurnado sus dedos.

No me percaté, pero en un momento dado y ante un descuido mío, había aprovechado para desabrocharse su pantalón, y había extraído su pene de su slip. “ Ahora  tenía todo su pene al aire” . Me di cuenta de ello al sentir aquel pedazo de carne dura que estaba bajo mi cuerpo, que bamboleaba y se embadurnaba con los labios de mi vagina, ya más que chorreantes. Nadie podía verlo, ya que mi falda lo tapaba.

Esta vez hice toda la fuerza en incorporarme para levantarme, pero él tiró de mi cuerpo hacia él. Al atraerme hacia él, en el momento de volver a sentarme sobre sus muslos mi coñito colisiono con toda su verga desnuda. Era evidente que me di cuenta de lo que pretendía: ¡ me quería follar allí mismo! y “además a pelo”.

-para para no podemos…. Por favor … ¿está loco?.. cuando entere mama.

Cállate que nos van a oír. Además sabes que no vas a decir nada a nadie. ¡Serás mía esta noche!...... Así que relájate, y disfruta.

-Por favor déjame marchar. No podemos..

Pero el continuo y ahora usaba sus dedos para separar mis labios y llegar a mi clítoris, que se estaba reventando de duro, abultado y excitado. De vez en cuando me obligaba a guardar silencio levemente, ante el miedo de que un grito me delatase. Me prometió que me cogería después de que notase que un orgasmo me recorrí a. " Tendrás lo que quieres, perrita, en cuanto me des lo que quiero.  ¡Quiero es que te corras en mis dedo s!.

Giré la cabeza y le susurré al oído: por favor déjame .Oh cabron oooo noo oooo

El seguía frotando mi clítoris. Pese a no quererlo, la realidad es que note como un fuerte orgasmo se formó en mí y sin poder contenerme comencé a convulsionarme, contoneando mi cuerpo, mientras me corría en todos sus dedos.

El aprovechado ese momento, mientras me relajaba un poco, con maestría logró quitarme las bragas . Pese  mis intentos por evitarlo, mis braguitas bajaron hasta el piso descendiendo por mis piernas. Ahora notaba con total nitidez la pujanza de su nabo mojando los labios de mi chochito. El entonces, me tomo de la cintura y presionó mi cuerpo hacia abajo, viendo como entraba su dura verga, abriendo mis labios vaginales y alcanzando mi himen .

-oh noo por favor ooo

Yo tenía mis manos sobre mis rodillas, disimulando. Su voz viril me dijo que lo que iba a hacerme, para prepararme. “ Relájate putita que voy a entrar en ti”.

Noté que su otra mano, se deslizaba entre los dos cuerpos y que con su fuerza masculina, separaba mi coñito totalmente lubrificado, casi al máximo, abriendo totalmente mis labios vaginales.

Me tranquilizó diciéndome: ya sabes que tango una verga algo gruesa. Pero, ¡ten por seguro que te la comerás toda !

- oh por favor me vas hacer daño

El comenzó a pistonear mi himen con su tranca, hasta que en un momento dado, me alzó con sus manos tomándome por mis posaderas, dejándome en alto. Me di cuenta que  el dejó todo su nabo empinado hacia arriba. En ese momento me percaté claramente de lo que iba a ocurrir. En cuanto me dejara descender me clavaria toda su verga.

Me agite, pero sabía que no podía gritar, o me escucharía la gente. Casi enloquecía, me sentía excitada pero con gran miedo al saber que me iba a clavar aquel tremendo falo.

Casi sin darme cuenta, el me dejo caer mi cuerpo, comprobando como su nabo rompía por primera vez mi himen , y entraba como un talado dentro de mi vagina. Oh nooo

Me retorcí de dolor, iba a gritar, pero el se dio cuenta y logró colocar una mano ante mi boca, impidiéndome gritar. Al tiempo que, de un certero golpe me encaja la totalidad de su tranca , la cual quedó alojada en lo más profundo de mi cavidad.  Sentía como me desgarraba por dentro. Las paredes de mi vagina se dilataron al máximo para permitir el paso de aquella tremenda verga. Me estaba abriendo mucho… me iba a romper…

Manteniendo en todo momento su mano en mi boca, aguante durante unos momentos el tremendo dolor, y luego poco a poco cedió su mano, y me dijo al oído - Cariño, ya la tienes dentro. Ahora espera que te acostumbres. ¡Ya eres toda una mujer!.

Yo no obstante me retorcía, pero pronto el comenzó hacerme subir y bajar teniendo como eje aquella lanza dentro de mi vagina.  Me estuvo metiendo y sacando su nabo una y otra vez, mientras me decía: Joder putita, que coñito más  jugoso tienes. Te voy a dar mucha polla nena. ¡Se que te gusta mi polla! ¿Verdad putita? - Quiero que te corras con mi polla dentro, perrita, vamos ".

- oh por favor… me estas abriendo mucho… siento como si mi hubieras roto por dentro - le dije.

- claro mi amor. He roto tu virginidad. Ahora eres mía. Ahora disfrutarás de los verdaderos placeres de la vida .

Y era verdad, ahora tenía lo que necesitaba. Me estaba empezando a gustar. Me había desvirgado mi propio padrastro. Y su tranca me abría completamente, y me sentía totalmente llena con su poderosa tranca. Pronto un espasmo me recorrió. Él supo que casi había llegado el momento. Sus dedos se movieron frenéticos sobre mi clítoris, mientras yo cerraba los ojos, mordiéndome los labios para evitar gritar. Clavé mis largas uñas en sus muslos para anunciarle que un violento y delicioso orgasmo estaba recorriendo todo mi cuerpo. Él me levantó levemente, al tiempo que yo arquee mi cuerpo, para luego volver a dejarme caer sobre su verga  que se clavó hasta el mismo fondo. No pude ahogar una exclamación,… ooooooo pero por fortuna el ruido de la música amortiguo el sonido y nadie la escucho.

Tal y como me había dicho, su verga era bastante gruesa, y sentía mis paredes, poco acostumbradas a ese tamaño, con una fricción favorecida por mis fluidos, que me enloqueció. Estuvo así durante unos minutos. Luego noté que me tomaba de la cintura y que su mano volvía a mi clítoris, el cual estaba tan hinchado que creía que me iba a estallar. Con un vaivén algo más salvaje, me hizo cabalgarle por momentos. Sus dedos siguieron dándome placer, mientras sus caderas, rápidas, expertas se balanceaban ahora más salvajemente, hacia arriba, hacia los lados, en círculos; mientras una serie de orgasmos interminables y sucesivos me iban recorriendo por entero uno tras otro, envolviéndome en un éxtasis bestialmente morboso y excitante. Noté que él iba acelerando, que iba empujando más y más su tranca, metiéndolae hasta lo más profundo.

Me di cuenta que algunas veces sacaba su verga dura y gruesa y me hacía levantarme levemente. Mi seductor padrastro, acariciaba todo mi sexo con la punta de su verga. Su capullo hirviente, grande, mojado de mí, extraía mis jugos, sin poder yo creer que aún me quedaban.

Las piernas me flaqueaban ya, de la excitación. Y él seguía ideando perversiones para su hijastra. Ahora me hundía la punta de su lubrificado capullo en mi culito, luego volver a restregármelo contra mi sexo; así estuvo buen rato. Finalmente, en un último alarde de experiencia, unió a su verga gruesa y dura, un dedo. Un dedo que me dio un dulce suplicio al abrirme más para él. Explotamos los dos en un descomunal orgasmo .

No me di cuenta hasta sentir su semen. Aquel caliente y espeso semen que regaba el interior de mi coño. ¡ Joder se estaba corriendo dentro !.... Yo podía sentir claramente sus chorros rebotando mi interior, ¡Que delicia!. Los dos sentíamos flaquear las piernas.  No se cuento tiempo se estuvo viniendo dentro de mí, pero fue bastante copiosa su eyaculación.

Cuando por fin sacó su poderoso nabo de mi recién desvirgada vagina, sentía un enorme vacío. El, pasado unos minutos, noté que sacaba unos pañuelos del bolsillo. Me indicó que no me moviera, mientras él intentaba que nada se notara. No sé cómo lo hizo, pero él parecía que no hubiera hecho nada, mientras yo notaba mis fluidos y los suyos rezumando. Me sorprendió cuando le noté haciendo un improvisado tampón con dos pañuelos de papel. " Tendremos que arreglarlo para que nadie lo note. No pienso volver a darte las braguitas esta noche, cielo, así que nadie puede saber lo que te he hecho".

Luego me dio otro pañuelo que pase por mi raja para limpiármelo mejor.  Resto de semen y unas pequeñas manchas de sangre quedaron plasmados en el pañuelo.

Con una palmada en mi trasero me hizo incorporarme. Me besó en la boca lánguidamente, con la lengua dura apretándose en mi interior. Ya incorporada, mire sus atributos y observe como el aún le colgaba su poderosa tranca entre sus piernas. Pese haberse corrido aún me parecía enorme.

Tras colocarse su pene dentro del pantalón, me dijo: - creo que debemos irnos o tu madre se mosqueará.

Mientras salía de la discoteca caminando, notaba que me costaba caminar un poco, notaba la inflamación de los labios de mi coño. El lo noto, y ya en el coche le dije: sabes lo que has hecho. ¡Me has desvirgado y te has corrido dentro!... estás loco ¿y si me has dejado embarazada?

-No lo creo. Pero lo de dejarte embarazada. ¡Quizás algún día sea yo el que te preñe de verdad! me contesto con total naturalidad.

-estas mal de la cabeza.

Ya de regreso a casa, hablamos poco, y cuando entrabamos en ella me dijo: de esto ni una palabra a nadie. Y no creas. ¡No será la única vez!.. Desde ahora serás mi putita y te follare cuantas veces quiera.

Yo le recrimine con la mirada, aunque en el fondo sabía que yo también lo deseaba.

Mi madre se enfado un poco, pero no mucho.  Tampoco noto nada. Fui directamente a mi cuarto y me duche. Bajo la ducha, viendo como descendía el agua por mi cuerpo, note como aún salía de mi cuevita resto del semen de mi padrastro. El cabronazo me había llenado mucho.  Aunque me dolía un poco, no pude contenerme y me masturbe hasta alcanzar un nuevo orgasmo, que casi me hace desvanecerme en la propia ducha.

Luego me fui a dormir, haciéndolo plácidamente toda la noche. Sabía que a partir de ahora iba a ser presa de mi padrastro en muchas mas ocasiones