Mi padrastro azota como nadie (8)

Peter sigue disfrutando de Alexa como su juguete sexual de una forma cruel y caprichosa, sin embargo de repente ocurre algo inesperado.

….Era como si Alexa hubiera bajado al infierno.

La joven llevaba horas en aquel sórdido garaje soportando brutales torturas  y ahora su verdugo se disponía a someterla a la pera vaginal nada menos.

  • Como veo que me sigues desobedeciendo te voy a meter esto en tu coñito, y una vez que esté dentro mira lo que voy a hacer.

Para espanto de la chica Peter empezó a dar vueltas a un tornillo en la base de la pera y ésta se fue abriendo en forma de tres pétalos divergentes.

  • No, no

Alexa sudaba de miedo y se puso a negar al comprender lo que le esperaba.

  • Como ya te he dicho esto se usaba mucho en la Edad Media con las mujeres adúlteras, ya verás ahora mismo vas a arrepentirte de haberme desobedecido, …..bueno, de hecho te vas a arrepentir hasta de haber nacido .

Y diciendo esto Peter cerró la pera y se la puso en la entrada de la vagina ayudándose con los dedos.

  • No, no,.. por favor, eso no,… por favor,  le chuparé el culo,…. haré lo que usted diga pero eso no,… misericordia.

Pero sus ruegos no le valieron de nada, Peter estaba descontrolado y tras introducirle  la pera vaginal hasta la base empezó a accionar el tornillo lentamente.

Alexa agitaba la cabeza como si estuviera loca

  • Aayy no , no lo haga, dijo ella al sentir cómo se le expandían las paredes de la vagina, pero él siguió haciendo fuerza con el tornillo mirándola a su vez a la cara para ver sus reacciones.

En un momento dado el mango de la pera empezó a ejercer resistencia y Peter tuvo que insistir un poco más y hacer fuerza con los dedos Alexa pegó entonces  un alarido que le puso los pelos de punta a su amo.

  • UUUUUAAAAAAAIII, JOOOODDEERR, NOOOO, POR FAVOR, y se puso a agitarse y gritar histérica.

Peter puso cara de sádico y aún apretó un poco más.

  • NOOOO, DIOOOSS.

Mientras berreaba sin control la pobre esclava empezó a dar cabezazos  con la esperanza de perder el conocimiento y efectivamente así fue pues enmudeció al momento.

Peter reconoció que quizá se había pasado así que aflojó un poco la pera, pero por el momento se la dejó metida en la vagina.

La joven ya se había desmayado tres veces durante esa larguísima sesión de tortura, y tres veces le había despertado su insistente verdugo pues casi de inmediato le volvió a echar otro cubo de agua fría.

En cuanto Alexa volvió a ser consciente de dónde se encontraba, prometió a Peter desesperada que haría lo que el quisiera si dejaba de apretar el tornillo.

  • De acuerdo zorra, pero por si se te olvida te voy a poner otros dos electrodos.

Y el muy hijoputa le puso una pinza de cocodrilo en el mango de la pera vaginal.

  • ¿Y esta otra?, le dijo mostrándole cómo le quitaba el protector de plástico a otra pinza, ¿adivinas dónde te la voy a poner?.

  • Nooo, por favor, ahí no, AHI NO  AAAAAYYYYYYY.

Efectivamente la cuarta pinza le mordió el clítoris hincándose profundamente en la carne como las otras dos.

  • AAAYYY , QUITEMELA POR FAVOR QUITEMELA.

Pero en lugar de hacerle caso, Peter se limitó a  poner dos cables de electrodo a las dos nuevas pinzas esta vez conectadas a un extraño aparato que parecía un teléfono vintage con manivela.

  • Y ahora vamos con la llamada telefónica,…. como en Brubaker,…. una,…. dos y TRES y el tipo le dio unas cuantas vueltas a la manivela.

  • AAAAAAHHHHHH

  • Ja, ja, sufre esclava, sufre, y volvió a accionar la manivela varias veces seguidas.

El joven cuerpo de Alexa tembló una y otra vez, los ojos se le pusieron en blanco y un chorro de orina se escapó de su entrepierna provocando la hilaridad del verdugo.

  • Por favor,… por favor,…piedad… no más, haré lo que quiera, por favor.

Seguro de haberse salido con la suya, el muy cerdo dejó por fin de torturarla y se sentó encima de su cara.

Esta vez no tuvo ni que pedirlo, Alexa accedió por fin a lamerle el ano aparentemente por su propia voluntad.

  • Ajá, así, así, ya noto tu lengua, gatita,…. ya verás, la primera vez cuesta un poco…, pero luego me lo harás todos los días como la cosa más natural del mundo.

Peter se dejó hacer el rimjob y a medida que sentía que su esfínter se relajaba por el trabajo de la lengua de Alexa se abrió las nalgas con las manos, le exigió que pusiera la punta de la lengua dura y se la metiera en el agujero del ano todo lo posible.

Por supuesto la amenaza de ser asada lentamente con descargas eléctricas hizo que Alexa accediera por fin a los repugnantes requerimientos de ese individuo despreciable.

Peter se tomó su tiempo para que su esclava le limpiara y estimulara bien el escroto y mientras tanto se masturbó despacio gozando como un puerco hasta conseguir una impresionante erección.

Entonces se levantó por fin de la cara de la joven y se puso ante su entrepierna con ánimo de sodomizarla.

El tipo le sacó el tapón anal sin mucha consideración lo cuál le hizo ver las estrellas y colocando la punta de su pene en la cloaca de la chica empezó a penetrarla analmente.

  • No, no,… despacio,…despacio… por favor, me hace daño, …despacio AAAAYYY

  • Calla puta y aprende a aguantar, te encularé como yo quiera.

  • AAAYY  me va a reventar. AAAYY

  • Ja, ja, creo que ya cede, y el tipo la empezó a follar el culo con intensidad una y otra vez mientras ella gritaba desaforadamente.

Y así estuvo varios minutos venga a meterla y sacarla sin consideración al dolor de ella.

  • Bueno, zorra ya no puedes presumir de tener el culo virgen, me ha dado mucho gusto estrenártelo. Ahora tu padrastro te podrá sodomizar todas las veces que quiera sin ningún obstáculo.

El hombre hablaba mientras seguía enculándola sin embargo, tras insistir un buen rato estaba a punto de correrse.

Peter le quiso eyacularle en plena cara a la hijastra de su amigo, así que cuando sintió que le venía se aguantó y masturbándose con fuerza le echó todo encima de la cara y luego le exigió que le limpiara los restos con la lengua.

  • ¿Qué se dice, zorra?

  • Gracias, mi amo, dijo ella lamiéndole las gotas de esperma y metiéndose la polla en la boca para terminar de limpiarla.

A esas alturas tanto verdugo como víctima estaban agotados así  que Peter dio por finalizada la sesión y liberó a Alexa de todas sus restricciones y electrodos.

La joven agradeció que por fin terminaran sus torturas pero se dejó atar otra vez los brazos a la espalda sin resistirse.

Peter le puso un collar de cuero en el cuello y tirando de una correa  que enganchó al mismo la sacó del garaje y se la llevó a su habitación para dormir los dos desnudos en una cama blanda….

A la mañana siguiente Peter tuvo un agradable despertar. Estaba soñando que hacía el amor con la chica de sus sueños,…. la  bella Alexa se estremecía desnuda bajo su cuerpo mientras él la penetraba,….de pronto abrió un ojo al notar un agradable cosquilleo en la punta de su pene.

El hombre levantó la cabeza y comprobó que acababa de amanecer. Entonces miró hacia su entrepierna y vio a la pequeña Alexa bajar y subir la cabeza lenta y cadenciosamente.

Peter se alegró de que aquello no hubiera sido  un sueño y de que ella hubiera obedecido sus órdenes al pie de la letra y le estuviera despertando con una  dulce felación.

El hombre se relajó y se dejó hacer la mamada unos cuantos minutos más y sólo entonces empezó a acariciar el trasero y la espalda de la chica.

Ella se interrumpió un momento.

  • Buenos días amo, ¿qué tal ha dormido?

  • Callate zorra, ¿Quién te crees que eres,… mi novia? Venga sigue chupando y no te pares.

Ella obedeció al momento aceptando con total naturalidad el desaire.

El tío se fue poniendo más y más cachondo por las lamidas de ella y con cierta brutalidad la obligó a ponerse de rodillas metiéndole  bien la polla en la garganta. Sin embargo, eso le provocó una arcada y la chica se la sacó entre toses.

Eso le valió un tortazo.

  • A ver si aprendes de una vez, y muerto de deseo la agarró del pelo y le obligó a morrearse con  él mientras le estrujaba el pecho derecho con su manaza.

A pesar de ser tratada con tanta brutalidad, la muchacha aceptaba todo con sumisión, y cuando el tipo levantó sus piernas mostrándole el trasero ella le hizo el beso negro sin protestar en absoluto.

  • Así, me gusta, dijo él cuando consideró que ella había terminado de limpiarle con la lengua y obligándola a incorporarse le empezó a lamer y succionar a su vez las tetas como un niño glotón.

El polvo mañanero terminó cuando Peter se folló a su esclava a lo perrito encima de la cama tirándole del pelo con cierta brusquedad y le eyaculó en la boca exigiéndole que le limpiara hasta la última gota.

Hecho esto se la llevó a la cocina para desayunar en pelotas.

Peter tomó su desayuno sentado a la mesa: café con tostadas y una deliciosa mermelada. Ella en cambio se tuvo  que conformar con tomar pan duro y enmohecido desmigado en leche mezclada con orines y un par de escupitajos de Peter. La muchacha tuvo que tomar ese brebaje en una escudilla de perro directamente del suelo y lamiendo con la lengua sin hacer ascos.

El hombre observó divertido los esfuerzos de ella por lamer de la escudilla mientras admiraba su cuerpo desnudo sobre el que aún se notaban las huellas de latigazos del día anterior.

Como tenía las manos atadas a la espalda Alexa tenía que inclinar su torso al máximo para poder lamer la escudilla y eso hacía que tuviera que restregar sus tetas por el frío suelo. Al hombre se le puso dura  sólo de ver cómo los pechos de Alexa subían y bajaban aplastándose contra las baldosas o colgando de su torso  mientras ella se afanaba en lamer la papilla como una gatita

Mientras la observaba, el sádico verdugo empezó a planificar los diferentes tormentos que le iba a aplicar ese día. Había muchas horas por delante y… de pronto decidió que iba a dedicar una atención especial a los senos de la muchacha.

  • Ven aquí preciosa, le dijo cogiéndola del pelo, siéntate sobre las piernas del tío Peter.

Ella obedeció de la misma y se sentó en el regazo de él.

Peter sintió un enorme placer al sentir los muslos frescos y el trasero desnudo de ella sobre sus propias piernas y la abrazó y acarició besándose con ella amorosamente.

El día anterior ella ni hubiera mirado a ese sapo pero ahora era su dueño con todo el derecho. De este modo le devolvió el beso con pasión.

Pronto la atención del sádico verdugo se dirigió a los bellos senos de la chica. El tipo se los volvió a acariciar insistentemente pellizcándole y lamiéndole los pezones y succionándolos o mordiéndolos para placer de ella.

  • Dime preciosa, dijo él sin dejar de juguetear con sus senos  y masturbarla a la vez ¿tu padrastro te ha torturado ya  los pechos?

Alexa sintió un escalofrío al sospechar por qué le preguntaba eso.

  • Sí, lo ha hecho…pero no mucho.

  • ¿No mucho?, ¿qué quieres decir?

Alexa querría haberle dicho que no lo suficiente para su gusto pero le dio vergüenza y  se cayó

  • Venga, explicame cómo te los ha torturado.

  • Bueno,… me los ha flagelado y me los ha pellizcado de diferentes maneras.

  • ¿Con qué?

  • Con alicates,…. pinzas de la ropa y trampas para ratones, pero hasta ayer nunca me habían puesto electrodos.

Mientras hablaba Peter vertió como si nada un poco de café humeante en una taza y tras comprobar que estaba muy muy caliente cogió un poco con una cuchara y se lo vertió a Alexa por el pecho derecho.

  • AAAAHHH

La joven cerró los ojos y lanzó un leve gemido de dolor.

-¿Te ha gustado?

Ella afirmó con la cabeza .

  • Sigue contándome, ¿no te ha hecho nada más?.

A la chica le daba un poco de reparo de hablar de lo que le había hecho su padrastro.

  • Bueno…em… un día me clavó alfileres,….sí alfileres calentadas en una vela.

  • ¿En tus pezoncitos quizá?

  • Sí, sí, AAAAYYYY

Peter le había vertido otra cucharada caliente en el otro pecho y ella aguantó el dolor como pudo y siguió hablando.

  • ¿Alfileres candentes? Imagino que te dolería mucho.

  • Sí,…no pude soportarlo y me desmayé.

  • Mira, eso de clavar alfileres en los pezones me parece una buena idea,… te lo voy a volver a hacer luego en el garaje.

Alexa no respondió, miró al suelo humillada  y sintió que el corazón le latía muy deprisa.

Peter cogió entonces un tenedor de puntas muy afiladas y le empezó a arañar los pechos alternativamente con él, mientras seguía masturbándola.

  • AAayy, ayy.

  • ¿Y esto?, ¿Te gusta esto  que te hago ahora?

  • Sí,…. Siga, creo…creo que me voy a correr.

  • Te estoy preguntando todo esto porque hoy voy a volver a llevarte abajo y voy a torturarte… especialmente las tetas.

Peter no paró de arañarle los pechos con el tenedor mientras le decía esto.

Al oirlo Alexa se mojó por momentos aunque nuevamente permaneció callada.

  • Quiero advertirte que te voy a hacer cosas mucho peores que las que te ha hecho tu padrastro.

  • Sí, sí señor,… lo imagino.

  • La razón de tu castigo es que creo que en el fondo disfrutas cuando te las castigan con poca intensidad como estoy haciendo yo ahora.

  • Sí, sí, señor, creo que tiene razón,… hágame lo que quiera, está en su derecho.

  • Está bien, ya que me lo pides así vamos a empezar cuanto antes, y dejó de masturbarla dejándola a medias.

Peter volvió a salir de la habitación, no sin antes ordenar a Alexa que terminara su asqueroso desayuno y no dejara ni una gota en la escudilla.

En unos minutos él bajó completamente vestido e incluso con una chaqueta pues a pesar de ser verano la mañana era muy fría. Ella por supuesto, saldría a la calle desnuda como estaba.

El hombre se encontró a Alexa esperándole de rodillas. Ella había obedecido nuevamente y se había terminado todo lo de la escudilla y la había dejado limpia.

  • Bien hecho perrita y ahora vamos a hacer un poco de ejercicio.

Peter la obligó a levantarse y cogiéndola brutalmente de la correa se la llevó dando traspiés hacia el jardín trasero de la casa.

Al contrario del jardín de  Richard el de Peter estaba circundado por altos muros y setos que resguardaban lo que ocurría dentro de miradas curiosas.

Por eso el hombre sacó a Alexa al exterior sin temor de que nadie la viera. Una vez allí le soltó la correa del cuello y la desató.

Seguidamente  le obligó a hacer una tabla completa de ejercicios de gimnasia  espoleándola con un látigo largo de una sola cola:  carreras, flexiones, abdominales y un largo etcétera. La muchacha tuvo que hacer  todos esos ejercicios en aquella gélida mañana al ritmo del látigo.

Uno de los ejercicios consistía en saltar en plan canguro  con las dos piernas juntas

Por supuesto al saltar las mamas le brincaban exageradamente provocándole dolores que ella no tuvo más remedio que soportar estoicamente.

Peter insistía con el látigo, azotándola y  desternillándose de risa de lo ridícula que parecía ella dando esos saltos.

  • Vamos potrilla salta veinte veces más, una dos, tres, ja, ja,ja.

Alexa saltó y saltó recibiendo latigazos   hasta que le dolían las tetas. Tras más de diez minutos de saltar terminó agotada, jadeando vapor de agua y en un baño de sudor que le hacía temblar de frío.

Entonces Peter dio por terminada la sesión de ejercicios y se la llevó a rastras hasta una estructura de tres postes de la que colgaban grilletes.

Con total sumisión Alexa dejó que su verdugo la atara a los postes con los brazos estirados sobre su cabeza y se quedó casi colgando pues sólo alcanzaba a tocar el suelo con las puntas de los dedos de los pies. Luego él la cogió del tobillo derecho y abriendo la pierna al límite hasta casi ponerla horizontal se lo ató a un grillete del poste derecho y luego hizo lo mismo con el izquierdo.

La joven se quejó  sonoramente pues sintió como si se le dislocaran las piernas.

El cuerpo de Alexa quedó así colgando de los postes como una piel estirada al sol formando con su cuerpo una “y” griega invertida. Evidentemente se trataba de una postura antinatural y bastante dolorosa.

Sin preocuparse de sus quejas Peter trajo  entonces una manguera arrastrándola por el suelo y le enchufó directamente en la parte frontal del cuerpo con un intenso chorro de agua helada.

  • AAAAAHHHH

La joven gritó y gritó por el impacto mientras Peter daba vueltas empapándola bien por delante y por detrás entre gritos y más gritos.

Hecho esto el hombre se metió para la casa dejando a Alexa sola, empapada y tiritando de frío.

Cada vez que la hacía esperar Peter tardaba una barbaridad. Menos mal que poco a poco salió el sol pues si no hubiera podido pillar una hipotermia. La chica tuvo tiempo  entonces de fijarse en la cruz de madera que había unos metros más allá.

Se trataba de una cruz en forma de tau algo más alta que una persona y sólidamente clavada en el suelo.  En los extremos del brazo horizontal tenía sendos  agujeros de los que colgaban cuerdas y lo mismo ocurría  en la mitad inferior del palo vertical.

Asimismo delante de la cruz había una estructura de madera con ganchos  de los que colgaban varios látigos, una especie de garras de metal y unas enormes tenazas de hierro negro.

Además al otro lado de la cruz había un recipiente sobre unas patas  lleno de restos de brasas ennegrecidas que Alexa interpretó como un brasero y los mangos de tenazas y punzones que salían de él.

La bella Alexa  se imaginó consternada que la cruz era otro instrumento de tortura como la estructura a la que estaba atada en ese momento.

Evidentemente Peter también utilizaba el jardín  para sus sesiones de bondage y la chica se preguntó si su nuevo dueño querría crucificarla también a ella y esa sola idea la hizo ponerse muy cachonda.

Estos pensamientos fueron interrumpidos por Peter que salía de la casa canturreando. Consigo traía una enorme jeringuilla de plástico y un cubo.

Por supuesto eso causó alarma en Alexa cuando el hombre se acercó a ella  con ese armatoste desconocido.

  • No temas pequeña, es sólo un enema, no me gusta que las esclavas se caguen durante la fiesta y lo dejen todo lleno de porquería.

Y el tipo se puso tras el trasero de la joven y jeringuilla tras jeringuilla  le administró varios litros de líquido laxante templado por vía rectal. Luego que terminó le metió un grueso tapón por el agujero del culo y se lo ató fuertemente a la cintura gracias a un cinturón de cuero.

  • ¿Qué qué es eso?, se atrevió a preguntar la joven señalando a la cruz mientras sentía los primeros retortijones.

  • Pues es lo que parece, una cruz,…¿por qué’… me gusta mucho crucificar a las esclavas y está ahí para eso.

Alexa le miró como un cordero degollado

-¿Me, me va a crucificar a mi también?.

  • ¿Lo preguntas o me lo estás sugiriendo?

  • ¿Por qué dice eso?

  • Porque eres una puta  masoca y seguro que lo estás deseando.

Alexa miró al suelo sin contestar.

  • Por supuesto que pienso crucificarte, es lo primero que pensé al verte cruzar ayer la puerta vestida como una puta,…le dijo acariciando su cuerpo desnudo y disponible.  Pero en tu caso lo voy a hacer en serio y voy a ser especialmente cruel.

Alexa sospechó algo terrible.

  • ¿Quiere…. quiere decir que lo hará  con clavos?

  • No hombre, no, ja, ja, ja, no soy tan bestia, lo haré atándote con cuerdas. Lo que quiero decir es que cuando te crucifique estarás en la cruz mucho, mucho tiempo. ¿Sabes cuanto tiempo puede aguantar crucificada una chica joven y sana como tú?

  • No. Alexa temblaba sólo de hablar de eso

  • Dos o tres días completos con sus noches.

  • Pero, pero a mí no me tendrá tanto tiempo,… mi padrastro ha dicho que me vendrá a buscar antes. La joven se estremeció solo de pensar que tendría que afrontar semejante suplicio, ella sólo había pensado en una hora o algo así.

  • Querida Alexa,le dijo recorriendo sus piernas desnudas con las manos, no te lo inventes, tu padrastro no decía eso en la nota, ha dicho que llamará al tercer día a ver cómo va todo. …..De hecho, cuando llame pienso pedirle  que te deje conmigo varios días más,… no sé….. quizá una semana,… o dos,…. ¿un mes quizá?.

A la joven se le cayó el mundo encima al oír esas palabras.

  • No, no, no quiero,… es demasiado.

  • ¿Y a mí que me importa?, le dijo acariciándole suavemente la entrepierna. Ahora estás en mí poder y nada ni nadie me lo puede impedir.

Alexa empezó a sentir miedo, ese hombre le exigía demasiado

-  ¿Te imaginas todas la cosas que te puedo hacer en una o dos semanas? ¿o en un mes?

  • Pero… yo he aceptado sólo tres días y al de ese tiempo me tiene que dejar libre…., es lo acordado.

  • Yo no lo veo así pequeña, pero bueno el caso es que ahora estás en mi poder y yo no voy a dejar que te escapes. El único que podría salvarte de lo que te espera es  tu padrastro pero algo me dice que va a aceptar mi sugerencia.

Y de repente le metió un doloroso pellizco en la pepita que le hizo retorcerse de dolor.

  • Y basta de chachara, esclava, me está cansando tanto remilgo así que ahora mismo te voy a dar un anticipo de lo que vas a sufrir cuando estés crucificada.

Y diciendo esto se alejó de su víctima  desoyendo sus insistentes ruegos y fue a buscar las tenazas que colgaban junto a la cruz.

Entre tanto el enema ya había causado su efecto y Alexa se retorcía al experimentar unos dolorosos retortijones. Lógicamente no se podía aliviar con ese tapón herméticamente metido en el culo por lo que siguió sufriendo estoicamente esa incómoda situación.

Al verla debatirse en sus ataduras Peter se rió con ganas con la intención de humillarla más aún.

  • ¿Qué? duele cuando los intestinos se remueven así, ¿verdad?, ja, ja, ja.

Peter cogió entonces las tenazas y amenazó con ellas a su víctima. Se trataba de unas enormes tenazas de hierro negras que parecían sacadas del taller de un herrero medieval o de un museo de la inquisición. Tenían unos mangos largos y junto a la bisagra las puntas formaban dos arcos que terminaban en unas lenguas rectangulares con pequeñas pirámides puntiagudas que encajaban perfectamente unas con otras. Eso estaba diseñado así  para que los pellizcos fueran mucho más dolorosos.

Riendo como un diablo Peter se las enseñó de cerca a la joven acercándoselas a la cara para que las viera bien.

  • No, no, gimió ella en un susurro, y las pinzas se fueron directas al pecho  derecho atrapándolo por su justo medio.

  • AAAAAYYY

Peter apretó todo lo que pudo aprisonándolo entre las tenazas e hincando las puntas piramidales contra las turgentes carnes del pecho de la joven.

  • Esto no te gusta tanto, ¿verdad puta?

  • AAYYY. Alexa se debatía en sus ataduras mientras Peter retorcía el pecho a uno y otro lado con una sádica persistencia.

La muchacha sólo dejó de gritar cuando la tenaza se abrió y entonces ella pudo ver las huellas de los dientes en la piel de su seno.

  • Ya, ya me hago idea, no siga por favor

  • No, no te la haces, eso sólo ha sido una caricia, y diciendo esto le atenazó el otro pecho de forma análoga, retorciéndolo con saña.

  • AAAAAYYYY La joven berreó y gritó de dolor  convulsionándose en el aire totalmente indefensa.

  • No te quejes tanto, al fin y al cabo te los estoy aplicando en frío, cuando estés en la cruz los calentaremos en el brasero y entonces sí que gritarás

  • NO, NO, MISERICORDIA, por favor no siga.

  • No habrá piedad esclava, sólo dolor, y abriéndole la tenaza se la cerró en el ombligo atrapando una buena porción de carne, primero la estiró y luego se la retorció dejando una marca roja muy fea.

  • UUUAAAAA-

Alexa no dejaba de gritar ni de retorcerse en sus ataduras, pero ya sabía por experiencia que el sádico torturador se tomaba su tiempo en administrar tormento y sabía que lo de las tenazas iba para largo. De hecho tras el ombligo le tocó el turno a las ingles y a los labios vaginales.

  • AAAYYYY, DIIOOSS QUE DOLOOORRRR

  • Ya ahora la pepita, una dos y TRES

  • NOOOOOO

El tipo se ensañó especialmente con el clítoris, primero lo apretó hasta aplastarlo y luego lo estiró y retorció mientras Alexa no dejaba de lanzar  alaridos con la cabeza dirigida hacia lo alto.

La piel de la muchacha estaba otra vez brillante pero de sudor. Cuando por fin le soltó el clítoris ella le miró angustiada y como única respuesta él llevó la punta de las tenazas al pecho derecho  pellizcándole el pezón cruelmente.

La chica negó y negó mirando cómo su captor se lo estiraba exageradamente y luego lo sacudió hacia los lados y lo retorció entre los aullidos de la pobre Alexa.

  • AAAYYY; SUELTE, SUELTE ME LO VA A ARRRRANCAR

Pero el tío no se lo soltaba y riéndose sádicamente se lo siguió retorciendo hasta que lo soltó de golpe.

La chica dejó de gritar pero se miró la punta del pecho irritada y enrojecida y empezó a llorar desconsoladamente.

Cuando le atrapó el pezón izquierdo ella volvió a gritar desesperada aquello parecía no tener fin.

  • BBASSSSTA; BAAASSTAA NO PUEDO MAS AAAAAAYYY

  • Dijimos que me iba a centrar en la tortura de pechos y eso es lo que estoy haciendo… …Ah, por cierto, le dijo como de pasada mientras le seguía retorciendo la punta del pecho. El día que seas crucificada voy a invitar a varios amigos míos para que vengan.

A pesar del intenso dolor Alexa le miró alarmada, eso si que no se lo esperaba..

  • Sí, son unos auténticos fanáticos de la crucifixión femenina, tengo entendido que tienen mucha experiencia en eso. Sin duda les encantará tomar parte en tu suplicio, pero eso sí, antes gozarán de tu cuerpo.

Mientras decía esto le siguió pellizcando con las tenazas  el pecho y después hizo lo mismo por todo el cuerpo: muslos, axilas, glúteos, y cuando le había repasado toda la anatomía y Alexa pensaba que había terminado volvió a castigarle las tetas con especial insistencia.

  • NOO OTRA VEZ NO SOCORRO.

  • Ja, ja, pequeña, le dijo mientras volvía a sacudirle y retorcerle  el pecho derecho con las tenazas entre gritos y súplicas ¿te imaginas lo que te harán  mis perversos amigos? Seguramente cuando cuelgues de la cruz no  te dejarán en paz ni un momento, te estarán haciendo cosas muy crueles todo el rato,… sin descanso, dos o tres verdugos a la vez actuando sobre tu pobre cuerpecito.

  • ¿A qué se refiere, cosas como qué?

  • Cosas como por ésta.

  • AAAAYYYYY

Alexa volvió a berrear a pleno pulmón pues le había pellizcado uno de sus pezones y se lo estiró y retorció 180 grados manteniéndolo así durante más de veinte segundos.

Por fin Peter se cansó de las tenazas y las dejó en el suelo mientras ella se derrumbaba a todo llorar desfallecida de tanto gritar.

  • Bueno preciosa, ahora sí que te has hecho una idea d elo que te espera. Creo que ya es la  hora de la toilette.

Y diciendo eso le soltó el cinto que sostenía el tapón anal y le sacó éste de un tirón.

Para Alexa fue una liberación soltar por fin sus intestinos de modo que un chorro de líquido marrón salió a presión hacia la hierba.

La muchacha puso los ojos en blanco sintiendo que perdía la cabeza mientras soltaba el líquido litro tras litro. Y cuando acabó de hacerlo fue muy humillante pues empezó a pedorrear y soltar mierda a borbotones.

  • Puaf, qué asco, eres una auténtica cerda, dijo Peter tapándose la nariz y riéndose de lo humillante que tenía que ser eso para ella.

Finalmente cuando calculó que había vaciado los intestinos completamente, Peter la volvió a limpiar con otro manguerazo de agua muy fría, e incluso le llegó a meter la punta de la manguera por el agujero del culo para eliminar cualquier resto.

Tras la humillante toilette Alexa estaba preparada para afrontar otra dolorosa jornada en manos de su exigente amo, así que éste le soltó de sus ataduras, la joven se dejó caer al suelo agotada y llevó las manos hacia sus castigados pechos .

Arriba esclava, le dijo él tirando del pelo, no hay tiempo para descansar, lleva las tenazas a su sitio y luego entra en el garaje, ah y reza lo que sepas pues hoy voy a  ser muy duro contigo.

La chica obedeció y cogiendo las tenazas con las que había sido atormentada  las llevó a su sitio. Cuando se encontraba junto a la cruz  la joven Alexa vio el brasero y los hierros y otras tenazas que había en él. Estas eran más pequeñas y tenían forma de tijeras curvas y un escalofrío de terror y excitación recorrió toda su anatomía.

Vigilando que Peter no le viera hacerlo cogió las tenazillas y se las llevó al pecho. Entonces empezó a masturbarse imaginando el largo martirio que tendría que afrontar si su padrastro la condenaba a ello.

  • Vamos Alexa, te estoy esperando.

Era la voz impaciente de Peter desde el interior del garaje

La muchacha volvió a obedecer ciegamente y poniendo las manos en la nuca se encaminó por su propio pie al garaje donde le esperaba otra dolorosa jornada de bondage.

No vamos a entrar en detalles de lo que sufrió Alexa en las siguientes horas. Bastará con enumerar las sádicas ideas que Peter llevó a cabo con ella mientras la música atronaba en las paredes de hormigón de ese tétrico lugar.

Primero le ató las manos a la espalda y la suspendió cabeza abajo colgándola del techo durante dos eternas horas . En ese período la flageló con diferentes instrumentos al tiempo que sumergía su cabeza en un balde de agua. También le dio repetidos toques de picana y la penetró por la boca  repetidas veces.

Tras eso la descolgó y la sodomizó en el cepo.

Luego la ató a la cruz de San Andrés y tras amordazarla con una bola de plástico volvió a torturarle en los sensibles pezones con  unos curiosos instrumentos que a primera vista parecían sacacorchos. En realidad eran pinzas diseñadas para morder y estirar los pezones varios centímetros. Cuando ya los tenía exageradamente estirados Peter le clavó alfileres calentados en una vela como había hecho su padrastro. Esta vez Alexa gritó y lloró mucho, pero no perdió el sentido signo de que se estaba acostumbrando a soportar el dolor.

La joven pasó otras dos horas en la cruz en aspa e incluso llegó a tener un orgasmo con los pezones así estirados pues Peter le colocó un vibrador en el sexo y lo puso a tope hasta que ella se corrió.

Tras soltarla de la cruz en aspa le colocó unos cinturones de cuero en la base de los pechos y gracias a la manivela la estuvo elevando en el aire durante intervalos de diez segundos. La chica colgaba entonces de sus senos con todo su peso.

Alexa creyó morir ante semejante tortura, sin embargo, la mayor parte del tiempo sólo colgaba parcialmente de éstos pues Peter le permitió posar en el suelo la punta de los pies. Eso sí, entonces el juego consistía en propinarle más varazos y latigazos en las nalgas o  los muslos para que ella perdiera el equilibrio y volviera a colgar de sus senos.

Las horas pasaban lentamente y cada minuto se hacía eterno para la esclava mientras la música no dejaba de sonar en estilos caprichosamente diferentes.

Lo siguiente que tenía reservado para ella Peter fue hacerla cabalgar sobre un pony con el sexo descansando directamente sobre una afilada cuña de madera. Alexa colgaba así de los brazos y del cuello con un nudo corredizo que le ahogaba mientras todo su peso recaía sobre su sexo. Para ello los tobillos se los ató a la parte posterior del pony para que le fuera imposible posar los pies en el suelo.

La joven sentía que la cuña le habría en canal presionando sobre su sexo y provocándole un intenso dolor que ella sólo podía aliviar haciendo fuerza con los brazos.

En esa dolorosa postura Peter el sádico planeó diversas torturas para los ya castigados senos de la muchacha, que le aplicaría lenta y sistemáticamente. Así le volvió a colocar los cintos en la base de los pechos y los apretó a tope hasta cortar la circulación de modo que se le pusieron entre azules y morados.

Después y con la ayuda de un elastrator y de unas tenacillas,  le colocó unos anillos de goma verde esmeralda muy prietas en la base de los pezones.

Aparte de todo ese doloroso martirio, Alexa sentía que le faltaba el aire pues el nudo corredizo del cuello, sin llegar a asfixiarla le hacía difícil respirar. Nuevamente los único que podía aliviar eso era hacer fuerza con los brazos.

Un tanto cansado de las continuas quejas de la esclava Peter la amordazó con una mordaza de araña con lo que Alexa empezó a echar babas que se deslizaban por sus pechos azulados.

Peter cogió un bote en el que había varias decenas de agujas de acero y seguido por la curiosa mirada de su víctima la colocó en un carrito que tenía justo delante de ella. Entonces sacó una aguja y se la mostró cruelmente a su víctima.

La aguja en cuestión era de acero y tenía unos diez centímetros de larga. Pinchándose con la yema del dedo Pete rmostró a su víctima que estaba muy puntiaguda y luego se lo volvió a mostrar pinchándole con ella en el sensibilizado pezón.

Alexa se agitó y protestó ante el dolor y él dejó de hacerlo riéndose con sadismo.

Ya se disponía a clavarle la aguja en el pecho cuando de pronto Peter oyó que alguien llamaba al telefonillo de su casa.

Al principio decidió pasar pues le daba rabia interrumpir lo que estaba haciendo. Sin embargo el que fuera volvió a llamar de forma insistente.

Muy contrariado por la interrupción, Peter no tuvo más remedio que ir a atender la llamada.  Quizá fuera importante y al fin y al cabo Alexa no iba a ir a ninguna parte. Eso sí antes de marcharse le aflojó el nudo corredizo del cuello para evitar accidentes desagradables.

Ya en el piso de arriba se dirigió raudo ala puerta, pues el que fuera no dejaba de llamar con cierta insistencia.

  • Ya va, ya, va, joder qué pesado.

Peter abrió la puerta se llevó una sorpresa casi tan grande como cuando apareció Alexa por esa misma puerta el día anterior.

  • ¡Richard!, no te esperaba hasta mañana…….

(continuará)