Mi padrastro azota como nadie (5)

Richard continúa educando a su hijastra sin embargo, su madre puede volver en cualquier momento....

Esa mañana Alexa durmió profundamente recuperándose así del duro castigo de la noche anterior. La chica tuvo dulces sueños  llenos de látigos y orgasmos sin embargo su despertar no pudo ser más brusco.

Sin ninguna consideración Richard irrumpió  en su habitación, encendió la luz y de un tirón levantó  las sábanas que cubrían el cuerpo desnudo de la muchacha.

  • Arriba zángana, tienes mucho que hacer.

A la joven le dolían hasta las pestañas y además estaba medio dormida por lo que no reaccionó al momento. Muy impaciente su padrastro la sacó de la cama tirando de los pelos.

  • He dicho que te levantes de una vez, en esta casa se ha acabado lo de dormir hasta las tantas. Venga, ¡de rodillas!, ¡de rodillas he dicho!,…. y las manos en la cabeza, no quiero tener que repetírtelo.

Alexa  estaba ya aceptablemente domada, así que en lugar de contestar, se sometió y adoptó la postura que le exigía su padrastro. Como premio por su obediencia éste le cruzó la cara de un tortazo.

  • ¿Creías que con lo de ayer se había acabado todo? Esto no ha hecho más que empezar, cerda.

Por un momento Richard observó satisfecho el cuerpo desnudo de su hijastra que ahora le miraba inquieta  y nerviosa por la torta. La joven exhibía leves marcas de la tortura aquí y allá pero en general su piel se había recuperado de latigazos y pellizcos. Sin embargo, eso no despertó ninguna piedad en el hombre, muy al contrario.

  • ¡Vamos!, y ahora vas a ir al baño a limpiarlo, ¿o te crees que voy a ser yo el que siga limpiando tus meados?.

  • Sí, sí papá, dijo ella apresurándose a incorporarse.

  • De eso nada, ¡a cuatro patas!, perra, y la echó al suelo con brusquedad.

Alexa volvió a obedecer y salió al pasillo gateando mientras su padrastro le daba puntapiés en el trasero.

Ya en el baño, el hombre levantó la tapa del inodoro.

  • Eso está muy sucio puerca, le dijo señalando la taza en cuyo borde había unas sospechosas manchas amarillentas. Límpialo ahora mismo  con la lengua.

Alexa no se lo podía creer,  eso era asqueroso y ella no estaba dispuesta a tanto.

Al ver que la joven ponía gesto de grima su padrastro se impacientó y le dio otra patada en el trasero.

  • Vamos, ¿no me has oido?, obedece y lame el inodoro.

Alexa volvió a mirar  las manchas del borde de la taza y ahogó una arcada sólo de pensarlo.

  • No, no puedo, papá, eso no, no me obligues.

  • ¿Qué no?, ahora verás, y diciendo esto el muy bestia le metió la cabeza dentro de la taza del váter manteniéndola dentro y haciendo que la pobre muchacha tragara mucha agua.

Alexa pataleó y luchó por liberarse  pero su padrastro era demasiado fuerte y la mantuvo unos interminables segundos con la cabeza sumergida, salpicando y luchando desesperada. Cuando se la dejó sacar  ella tosió y escupió temblando de puro asco.

  • Venga, que no tengo todo el día le dijo tirando de su pelo mojado, límpialo y déjalo como los chorros del oro.

Totalmente aterrorizada y muerta de asco la chica empezó a lamer el borde de la taza haciendo serios esfuerzos para no vomitar.

  • Vamos sigue, lámelo bien, límpialo todo.

La chica aún hizo algunos asquitos y estuvo a punto de echar la primera papilla, pero su padrastro le obligó a repasar toda la cerámica con la lengua sin ninguna piedad.

  • Muy bien, eso está mejor y ahora ven aquí.

Nuevamente cogiéndola de la cabellera empapada la obligó a meterse en la bañera y  ponerse de rodillas.

  • Lo has limpiado tan bien que da pena ensuciarlo así que voy a usar tu boca como inodoro. Sí, esa boca tan sucia que tienes en la que te metes la primera polla que encuentras, y sacándose el miembro le dijo, abre la boca Alexa, que quiero mear.

Nuevamente la chica le miró alarmada y muerta de asco, pero esta vez obedeció y cerrando los ojos aceptó tragarse los cálidos orines de su padrastro.

  • Así, así más abierta, así, que no caiga nada fuera.

Efectivamente él empezó a mearle dentro de la boca y ella recibió la lluvia dorada con gesto de asco pero sin atreverse a cerrarla.

  • Vamos trágatelo todo, lo que se caiga fuera lo vas a tener que lamer del suelo, así que tú verás.

Obedientemente Alexa evitó que cayera buena parte del chorro amarillento  y se tragó toda el orín que pudo. Entonces cuando terminó, se lo tragó todo y para sorpresa de Richard, la joven le empezó a lamer la polla para limpiarle hasta la última gota.

El hombre se quedó quieto un momento pero cuando vio que se animaba demasiado a hacerle una felación le interrumpió.

  • ¡Serás puta!, siempre pensando en lo mismo, ¿es que no puedes pensar en otra cosa?. Ahora voy a tener que volver a castigarte.

  • Sí, sí papá, sí,….tienes razón.

  • Claro que la tengo y ahora lame el fondo de la bañera, lo quiero limpio,…. ¡limpio!, y diciendo esto la obligó a hacerlo cogiéndola otra vez de la nuca.

Vamos lame todo esto y luego duchate tú y baja que te estaré esperando.

Veinte minutos más tarde Alexa bajó a la cocina. Cierto que lo hizo de pie por la escalera, pero en el piso de abajo se puso otra vez a cuatro patas y cuando llegó junto a la mesa donde desayunaba su padrastro se quedó de rodillas, puso las manos en la cabeza como gesto de sumisión y se quedó mirando al suelo en espera de la siguiente orden.

La muchacha se había aseado a conciencia y olía a limpia, incluso se había peinado, pero eso sí, venía completamente desnuda.

  • Eres una auténtica zorra, Alexa, ¿es que no te vas a vestir nunca en mi presencia?, ¿no vas a tener respeto a tu padre?.

  • Perdona papá, pero como dices, sólo soy una sucia zorra, de hecho soy tu zorra  y tengo que estar desnuda para ti, para que hagas conmigo lo que quieras y cuando tú quieras..., luego se atrevió a levantar la mirada….si no lo haces tú, tendré que buscarme a otro que lo haga,…. ya lo sabes.

Eso dejó descolocado completamente a Richard, pero no le perdonó el tono y le respondió con un sopapo en la cara.

  • Descarada, ¿cómo te atreves?. Ahora verás, le dijo apretando los dientes con rabia, y salió  a buscar algo para castigar a su hijastra.

Al de muy poco volvió con una vara flexible y una caja llena de algo metálico que sonaba al agitarla.

  • Así que quieres que te vuelva a castigar, por lo visto no tuviste suficiente con lo de ayer, ¿verdad? ahora verás y quitando la taza y el plato del desayuno de la mesa echó sobre ésta las chinchetas que había en la caja y luego las esparció con la mano.

  • Vamos Alexa inclínate sobre la mesa y posa las tetas encima de las chinchetas, vamos a comprobar si eres tan valiente como crees dijo haciendo zumbar la vara en el aire.

  • Sí papá, lo que tú digas, y con una sumisión total la chica se acercó hasta la mesa y sin quitar las manos de la cabeza inclinó el torso hasta posarlo encima del tablero. Lógicamente sus mamas cayeron como dos flanes de carne justo encima de las chinchetas y éstas se clavaron en los sensibles pechos de la joven ya castigados por las torturas del día anterior.

  • MMMMMMHH. La muchacha ahogó un grito de dolor pero aguantó sumisa y obedientemente las decenas de dolorosos pinchazos.

  • Ja,, ja, duele, ¿verdad? Y ahora separa bien las piernas y enséñame ese culo, no hagas trampas, le dijo él separándole las piernas al máximo con pequeñas patadas. Eso hizo que el torso de la muchacha cayera aún con más peso sobre el tablero, lo cual significaba más dolor por los pinchazos.

La chica cerró los ojos mientras las lágrimas se escapaban de sus bellos ojos y los labios le temblaban, pero siguió soportando el dolor sin gritar.

  • Bueno, añadió su padrastro insensible ante su sufrimiento, y ahora vas a contar en alto los treinta varazos que te voy a dar en las nalgas. Si te equivocas, volvemos a empezar. ¿está claro?

  • Sí, sí papá

Y tocándole el culo con la vara para calcular la distancia la llevó hacia atrás y le dio un trallazo en medio de las dos nalgas a la vez.

ZZZAAAAASS

  • MMMMHHHH.

  • Cuéntalo

  • UNO

ZZZAAAAASSS

  • DOS

  • Más alto, no te oigo

ZAAAASS

  • TRES

Richard le dio con toda su fuerza de manera metódica ordenando los golpes para formar unas marcas regulares.

ZZAAAASSS

  • CUATRO…….

Alexa recibió sin descanso ni pausa treinta dolorosos varazos que le dejaron unas feas marcas horizontales en las nalgas y en la parte posterior de los muslos que se pusieron rojas y amoratadas. Algunas de ellas se convirtieron en verdugones e incluso de ellas llegaron a salir pequeñas gotitas de sangre.

Cuando terminó con ella, Alexa estaba en un baño de sudor  y tenía la cara cubierta de lágrimas. Aún no le dejó que se incorporara, al contrario, su padrastro se había puesto tan cachondo al azotarla que se sacó la minga y penetró a Alexa por la vagina sin dejarle cambiar de postura.

La joven no pudo disfrutar mucho mientras su padre la penetraba, pues con todos esos empujones las tetas y el ombligo se clavaban una y otra vez en las chinchetas.

Además su padre aprovechó para darle unos cuantos azotes más en el trasero que ella tenía ya en carne viva.

La joven ya no podía reprimir sus gritos.

-AAAYYY, AAAYY, POR FAVOR; AAAHHH

  • ¿Gritas de placer o de dolor, zorra?, decía él sin parar de bombear y de dar cachetazos con todas sus fuerzas. Y así la tuvo unos minutos más agarrándola del cabello y follándosela bien follada.

  • Y ahora de rodillas que me la vas chupar como querías hacer antes

Y agarrándola otra vez de la melena la obligó a incorporarse, entonces tiró las chinchetas desde la mesa al suelo y reuniéndolas con los pies hizo que Alexa se pusiera en cuclillas justo sobre ellas. Para no pincharse mucho la joven tuvo que poner los pies de puntillas y manteniendo las manos sobre la cabeza empezó a hacerle una mamada a su padrastro con lágrimas en los ojos pero con obediencia y ganas.

  • Ahhh, así zorra, chúpamela, así, despacio,

Entonces, pudo observar que Alexa tenia sus preciosas mamas llenas de marcas de pinchazos, pequeñas heridas de las que manaba sangre e incluso algunas chinchetas aún clavadas especialmente en la punta de los senos,…. donde más duele.

A pesar de todo eso, la sumisa muchacha aguantó el dolor y el equilibrio y estuvo chupándosela con sumisión y delicadeza  durante varios minutos hasta que Richard se corrió en su cara lanzándole una lechosa corrida.

  • AAAGGGGH  qué mala puta, qué bien lo haces, dijo el tío sintiendo los espasmos en  su sexo. Ella por supuesto intentó tragarse parte de la corrida tras lo cual tuvo que lamerle el miembro hasta que perdió la erección.

  • ¿Te, te ha gustado?, dijo mirándole a los ojos con la carita manchada de lefa.

  • Sí zorra, dijo él sudando y guardándose el pene fláccido y húmedo, la chupas mejor que tu madre. Pero ahora te vas a quedar muy quieta que aún no ha acabado la fiesta.

Ella nuevamente obedeció y se quedó en equilibrio malamente sobre los dedos de los pies que ya le dolían horriblemente, pues si daba un traspiés caería con su trasero y sus muslos directamente sobre las chinchetas.

Entonces vio cómo su padrastro descolgaba un tenedor enorme de barbacoa de dos puntas enormemente afiladas.

Sonriendo con sadismo Richard se lo mostró y de la misma se puso a pincharle con el tenedor por todo el cuerpo para que ella perdiera el equilibrio y cayera sobre las chinchetas, pero no lo consiguió. Primero le pinchó en los muslos, luego en los pies,… en el culo, los costados, las axilas y  las tetas,…. pero ni por esas.

La joven lloraba y aguantaba con rabia los pinchazos. Eso divertía enormemente a su padrastro que siguió y siguió para hacerle perder la paciencia y que cayera al suelo. Y como vio que lo de los pinchazos no funcionaba cogió otros dos tenedores pequeños y con los dos a la vez se puso a arañar la suave piel de Alexa como si fueran dos peines de puas.  Nuevamente insistió a lo largo de los muslos, el ombligo, la espalda, las tetas otra vez,…. el tipo le arañó con saña dejando unas marcas rojas paralelas que escocían mucho como reflejaba el rostro desfigurado de ella y sus constantes gemidos y lloros.

Y como a pesar de eso la joven seguía manteniendo el equilibrio, Richard perdió la paciencia y la hizo caer él mismo de un empujón.

  • AAAAAYYY

Alexa perdió por fin el equilibrio cayendo sobre el montón de chinchetas y clavándoselas en los muslos y el trasero.

  • AAAAYY JOODEEER.

La joven  lloró y pidió piedad a su padrastro sin poder incorporarse.

  • Vamos, ponte de cuclillas otra vez, hazlo o te llevo al sótano y repetimos lo de ayer.

No se lo tuvo que repetir, Alexa se acordó de las agujas candentes y volvió a poner en la postura inicial con chinchetas clavadas por todo el cuerpo.

Entonces su padrastro se sentó nuevamente a terminar de desayunar y leer el periódico en su tablet, y así estuvo cerca de una hora mientras ella permanecía inmóvil en esa incómoda postura haciendo descansar todo su peso sobre las puntas de los dedos de los pies.

Cuando por fin su padrastro le permitió abandonar la postura y quitarse las chinchetas le ordenó que limpiara todo el desaguisado que se había montado en la cocina y que cuando lo dejara como los chorros del oro siguiera limpiando el resto de la casa.

  • Y lo vas  a hacer en pelotas, …tienes razón, desde ahora vas a estar todo el rato desnuda en mi presencia,…bueno, te dejo ponerte ese delantal en la cocina y te permito usar los guantes de goma,…. y se lo tiró a la cara. Ah, y ponte un pañuelo en la cabeza que no quiero que lo dejes todo lleno de pelos. Alexa se lo puso todo y empezó la faena.

Así pasaron las horas y esta vez fue Richard el que salió al jardín a tomar el sol mientras su pornochacha particular le limpiaba la casa y le hacía la comida.

Sin embargo si creía que lo tenía todo controlado después del duro castigo al que había sometido a Alexa esa mañana,  se llevó la sorpresa del siglo. Cuando entró en la casa después de un buen rato encontró que su hijastra no estaba en  el piso de abajo.

Todo estaba recogido y ordenado en la cocina e incluso había barrido y pasado el polvo al salón y los pasillos. No oía ningún ruido así que supuso que ella estaba en el piso de arriba.

Algo le dijo que la joven estaba haciendo algo que no debía, así que en lugar de llamarla quiso sorprenderla. Efectivamente estaba subiendo las escaleras y oyó algo en la habitación de su hijastra.

  • ¿Está gimiendo?, se preguntó para sí y entonces una sospecha surgió en su cabeza…. esa puerca se está tocando.

Y diciendo esto espió a la muchacha desde la rendija de la puerta. En ese momento la bella  joven se estaba masturbando tumbada encima de la cama con las piernas abiertas abiertas. Pero lo que menos esperaba Richard es que ella lo hacía mientras se metía y sacaba un tapón anal del agujerito del culo.

Al tipo se le puso como una estaca, siempre se había sentido atraido por la sodomía, pero su mujer nunca había querido que le diera por detrás.

Viendo a su hijastra follarse el culo con tanto arte el hombre se empezó a masturbar y así le dejó unos minutos que ella siguiera. Sin embargo, al de un rato fue sigilosamente a su habitación a buscar una soga. …..

  • ¿Qué estás haciendo  guarra? Dijo irrumpiendo en el cuarto de Alexa.

Al verse sorprendida ella reaccionó inmediatamente y dejándolo todo se puso de rodillas en postura de sumisión.

  • ¿Qué qué es esto? Dijo Richard cogiendo en su mano un juego de bolitas chinas

  • Son, son para…y no pudo continuar de la vergüenza que le daba.

  • Dios, sodomía nada menos, pero ¿es que no tienes límite?, dime, ¿te lo han roto ya?

  • ¿El qué?

  • El culo, ¿qué va a ser?

  • No, no papá te lo prometo.

  • ¿Seguro?, no te creo.

-  Sí, sí, aún soy virgen por detrás, compruébalo tú si quieres, y la joven inclinó el torso y se separó las nalgas con las manos para mostrar que aún tenía el culo entero.

Viendo eso a Richard se le puso tiesa otra vez. La chica le enseñaba sus intimidades con toda naturalidad. Alexa lo tenía todo bien depilado y el esfínter del ano parecía tener vida propia de lo relajado que lo tenía.

El hombre se arrodilló y se puso a acariciar el trasero de su hijastra mientras ella permanecía inmóvil en esa postura. Luego le pasó la mano un par de veces por su sexo otra vez húmedo y caliente  y mojándose los dedos con sus propios fluidos empezó a acariciarle el esfínter del culo.

Alexa tenía la piel del ano suave como la seda y Richard aprovechó su impunidad y siguió y siguió acariciándoselo.

  • Sí, sí,….. así papá, así,…que bien….. méteme…..méteme un dedo por favor.

El hombre estaba como hipnotizado y ya ni siquiera se planteó que a la que estaba haciendo esa cochinada era su propia hijastra, así que le empezó a introducir el dedo índice poco a poco.

  • Así,… asíiii , dios… qué gusto decía ella separando las nalgas con toda su fuerza. Sintiendo el dedo dentro hasta la tercera falange la chica hizo fuerza con el músculo del ano y Richard pudo comprobar que se lo atrapaba con fuerza.

  • Sí, así, por favor papá, ¿ves cómo lo tengo entero?, vamos rómpemelo tú,….fóllame el culo, por favor.

De repente al oir eso Richard se dio cuenta de lo que estaba haciendo y nuevamente le pudieron los escrúpulos.

  • ¿Qué?, ¿Qué te sodomice?, ni lo sueñes furcia,

Y volvió a cambiar violentamente de actitud. Sacó el dedo le dio una fuerte nalgada en el culo y cogiendo la soga empezó a atarle nerviosamente los brazos a la espalda.

  • Está visto que no te puedo dejar sola ni un momento. Desde ahora vas a estar atada, le dijo mientras le ataba los brazos y las muñecas muy prietos. Así no podrás masturbarte ni hacer guarradas cuando a ti te apetezca…..

  • Sólo follaras conmigo cuando yo quiera y como yo quiera, ¿entendido?.

Ella afirmó obediente, pero también añadió.

  • Hazlo papá pero métemela por detrás, por favor.

  • Eres una puerca, y el hombre le dio otra hostia…..

El resto del día Richard la tuvo delante de su presencia desnuda y maniatada e incluso en muchos momentos  la amordazó con una ballgag. El comió en la cocina y ella lo hizo en el suelo de una escudilla de gato con las manos atadas a la espalda  como si  fuera una perrita.

Luego por la tarde Richard se la llevó al salón y poniéndola a de rodillas estuvo viendo una película en blanco y negro con los pies apoyados en el lomo de ella como si fuera una mesita.

Así la tuvo la hora y media que duró la peli y ella aguantó estoicamente los pies de su padre en la espalda. Luego le tocó el turno al porno. Esa vez todos los videos que buscó Richard eran de sado japonés sin censura. Todos iban de un tipo bajito y regordete que llevaba a una mazmorra a chicas japonesas muy sumisas. Ellas se desnudaban por su propia voluntad y el tío les hacía de todo: latigazos, varazos, suspensión cabeza abajo, pissing, anal…Al de un rato Richard estaba todo cachondo. De este modo hizo que Alexa se sentara con él y   empezó a magrearla aprovechando que estaba desnuda y maniatada mientras seguía viendo el porno.

Ella por supuesto se dejó acariciar pues también estaba muy caliente por la película y cuando su padrastro le quitó la mordaza se besó con él apasionadamente durante un buen rato. El hombre estaba loco de deseo por esa preciosa jovencita que se le entregaba tan dócilmente y que tanto parecía disfrutar de su condición de esclava.

Entre tanto el la pantalla una esclava japonesa estaba recibiendo una sesión de canning  atada a un cepo totalmente desnuda excepto por unos zapatos de tacón.

En un momento dado Alexa dejó de besar a su padrastro que se entretuvo lamiendo los pechos de la muchacha y se quedó mirando a la pantalla.

  • Me gustaría hacerte lo que le están haciendo a esa, querida.

  • Y a mí que me lo hicieras, dijo ella dándole un beso, déjame que te la chupe mientras disfrutas de la escena. Y diciendo esto Alexa se arrodilló delante del sofá donde estaba su padrastro y maniatada como estaba se puso a comerle la polla mientras la japonesa berreaba a voz en grito.

Estaban en éstas cuando sonó el móvil de Richard y para sorpresa de ella el hombre respondió la llamada.

  • Hombre eres tú, dijo quitando el sonido de la televisión.

Alexa dejó la felación por un momento temiendo que fuera su madre pero él le hizo señas de que siguiera chupándole la polla.

Richard puso el altavoz a posta para que Alexa lo oyera todo, no era su madre sino Peter el amigote de su padre..

  • ¿Qué pasa tío?, hace varios días que no sé nada de ti. ¿Qué?, ¿cómo va lo de tu hijastra?

  • Muy bien, dijo Richard, te hice caso y le di unos azotes en el trasero y efectivamente le gustó.

Alexa le miró a los ojos sin dejar de lamer.

  • Ja, ja, ¿qué me dices?. A  ver dame detalles, le darias con la mano directamente en el culo ¿no?

  • Sí claro.

  • Pero ella llevaría algo puesto, ¿braguitas al menos?

  • Cuando le azoté estaba sobre mis piernas completamente desnuda.

  • Joder… ¡qué cabrón!, tú si que sabes, y ….¿ella se dejó?

  • Al principio no así que le tuve que atar  y amordazar.

  • Ostias.

  • Pero luego como te digo le gustó y todo porque lleva varios días pidiéndome más y más.

Peter tragó saliva.

  • ¿A qué te refieres cuando dices que te pide más y más?

  • Pues eso que se deja hacer  de todo, latigazos, varazos, tortura de tetas, todo lo que te puedas imaginar y más.

  • ¿Y siempre está desnuda y maniatada cuando la castigas?

  • Sí claro, y cuando no la castigo también.

  • Oye Richard,….. no te estarás propasando con tu hijastra.

  • Digamos que la atiendo tan bien que se le han quitado las ganas de hacerlo con otros.

  • ¿Y ella lo hace por gusto?

  • Pues eso parece, ten en cuenta que es muy puta, mira, ahora mientras hablo contigo me está haciendo una mamada,…… saluda a este señor Alexa.

  • Hola señor ¿cómo está?.

  • Tú debes estar loco Richard, eso que haces ¿no es incesto o algo así?

  • No, es mi hija carnal si te refieres a eso, y que yo sepa es mayor de edad.

  • Ya, ¿y qué opina su madre de todo esto?

Ahí Richard se quedó callado.

  • Porque digo yo que volverá a casa un día u otro y no creo que le apetezca compartir tu cama con su propia hija.

Efectivamente eso era así, Sonja volvería a casa tarde o temprano, con lo cual se acabaría la fiesta, y aunque Alexa  se callara ¿quién controlaría entonces a semejante ninfomana?. En algún momento se descubriría el pastel. Richard no quería ni pensarlo.

Pero el caso es que había que pensar algo….

….Días después Peter se encontraba en su casa. Desde que había hablado con Richard el tío estaba todo quemado. El muy cabrón le había mandado una foto por el móvil en la         que salía la propia Alexa desnuda y haciéndole una mamada. Lo que le había dicho de su hijastra no era ningún farol.

  • Qué suerte tiene el cabrón, pensaba el tal Peter, una sumisa de 18 años que está para comérsela y que es una guarra de esas que no te dejan ni los huesos……. toda para él y en su propia casa. Y pensar que he sido yo el que le dio la idea,… joder, no es justo.

De repente llamaron a su puerta y refunfuñando Peter fue a abrirla pero  lo que se encontró al otro lado le dejó de piedra.

Una chica muy joven y sexy le esperaba delante del umbral con una bolsa de deporte en la mano.

  • ¿Es usted Peter?

  • Alexa,…. ¿tú …..aquí? …..¿qué, qué haces aquí?.

(Continuará)