Mi padrastro azota como nadie (2)

Alexa recibe una buena tunda como merecido castigo por su depravación pero ahí no acaba la cosa

El sótano de la casa era precisamente  ese lugar discreto que buscaba Richard para ajustarle las cuentas a Alexa. No tenía ventanas ni claraboyas que dieran al exterior y a él sólo se podía acceder  tras franquear una puerta metálica bastante sólida y bajar después quince escalones.

Así pues el hombre se llevó a su preciosa carga hasta allí y tras cerrar la puerta metálica tras de sí con doble vuelta de llave encendió la tenue luz de una bombilla que colgaba del techo.

Sólo cuando bajó todas las escaleras depositó a su hijastra en el suelo sobre una mugrienta alfombra.

  • MMmmmmmh, mmmh

La joven estaba aterrorizada y tremendamente desconcertada del brusco cambio de su padrastro, es como si de repente se hubiera vuelto loco. Si pudiera, habría intentado huir pero la había atado muy bien.

El sótano era un sitio lleno de cachivaches destartalados, sucio y húmedo con un montón de telarañas y sobre ellas sus asquerosas inquilinas negras y peludas, completamente inmóviles en espera de una descuidada víctima.

  • Es inútil que grites dijo Richard mirando a su hijastra  que temblaba  de miedo.  Aquí nadie puede oirte.

  • Mmmmmmh intentó protestar ella.

  • Te he traido aquí para recibir tu merecido castigo por ser tan puta, ya era hora de que alguien te enseñara un poco de educación.

-MMMMMHH al oir eso la chica se puso a gritar aún más fuerte, lo cual le valió recibir una bofetada

  • Callate, ya te he dicho que es inútil que grites, ¿es que no lo has entendido?, dijo amenazándole con darle otra.

Alexa afirmó muy nerviosa.

  • Siempre he dicho que unos azotes a tiempo obran milagros así que te los voy a dar ahora mismo. Y ahora ven aquí zorra, y aprovechándose de la indefensión de la chica Richard se la llevó entre gritos histéricos hasta una vieja silla y tras sentarse en ella obligó a la joven a poner el vientre sobre sus rodillas de modo que quedó con el trasero bien a mano para recibir una buena ración de nalgadas.

PLAAAAASSS

  • MMMMMHHH

La primera se la dio sin avisar, tan fuerte que le dejó la mano marcada en el moflete derecho del culo.

Alexa le miró angustiada pidiendo por favor que parara pero fue inútil.

  • ¿Te crees que te voy a permitir que te exhibas así ante los vecinos, so furcia?

PLAAAAASS

PLAAAAAS

PLAAAASSS

  • MMHHHH MMMMHH MMMMMMMHHHH

La joven gritaba de dolor, su padre sabía pegar de verdad.

  • De ahora en adelante no vas a volver a ir por ahí enseñando esas tetas de puta a todo el que te lo pida ¿entendido?

PLAAASSS

PLAAASSS

  • MMMMMHHHH

  • Ni vas a salir a la calle hecha una buscona. ¿está claro?

PLAAAASSSS

PLAAAAASS

PLAAAASS

  • MMMMHHHH

El hombre tenía unas manazas como palas así que cada manotazo dolía como el infierno en el delicado culito de la joven.

PLAAASS

  • Ni vas  a volver a hacer top-less con ese tanga de cerda. ¿A que no?

PLAAAAS

  • MMMMHHHHH

Alexa ya lloraba a moco tendido y pedía piedad a gritos.

  • Di que no lo vas a volver hacer, ¡dilo! o te voy a poner el culo morado y no vas poder sentarte en un mes.

PLAAASS

  • MMMH MMMHHH

  • ¡Di que no!

Alexa obedecía negando insistentemente con la cabeza pero a pesar de eso él no paraba de darle.

PLLAAAASS

PLAASSS

Richard le daba en el culo como un loco descargando en aquellos golpes  la rabia acumulada por tantos desprecios y desaires como había recibido de esa muchacha.

Finalmente cuando había perdido la cuenta de las nalgadas que le dio y ya le dolía la mano, el tipo se calmó y dejó de darle caña.  Entonces se puso a acariciarle el rojo trasero.

Como respuesta Alexa dejó de gritar y se puso a llorar y eso hizo que su padrastro se compadeciese por fin o al menos eso le pareció a ella.

  • Vamos, vamos, no llores pequeña, siento haber sido tan duro contigo, pero es que soy tu padre y tengo que educarte……en el fondo es por tu bien.

Esto se lo dijo mientras su mano derecha acariciaba  insistentemente sus nalgas como si le estuviera sanando de los azotes que le había dado.

Alexa siguió llorando algo más calmada, sobre todo porque su padre siguió y siguió acariciándole  el trasero,  y para cuando se quiso dar cuenta ya le estaba sobando también las tetas que le colgaban obscenamente junto a su mano.

  • Claro, te comprendo muy bien, tú sabes que las tienes muy bonitas y no te resignas a no enseñarlas ¿verdad?.

Esto se lo dijo mientras le acariciaba las ubres con la mano llena  consiguiendo que a ella se le endurecieran los pezones.

  • Pero ya no las vas a enseñar más en público ¿a que no? Y diciendo esto le metió un pedazo de pellizco  en el pezón izquierdo.

  • MMMMHHHHH

Al oir el sensual grito de Alexa el hombre le agarró el otro pezón con la mano derecha y se los retorció los dos a la vez con toda su mala hostia arrancando alaridos cada vez más altos de su víctima

  • MMMHHH, MMMMMHHH

  • Porque si te vuelvo a ver que haces algo parecido papá te va retorcer los pezoncitos como hace ahora pero esta vez con unos alicates, ¿está claro?

  • MMMMHHH

  • De ahora en adelante sólo se las vas a enseñar a papá ¿a que sí?.

  • MMMMMMHH Alexa dijo que sí insistentemente.

  • Así me gusta, dijo soltándoselos de una vez. A partir de ahora vas a ser obediente y no vas a cabrear a papá, ¿a que no?

PPLLAAAAS

  • MMMMHHHH

Alexa volvió a decir que no con la cabeza  mientras seguía gimiendo sin entender muy bien por qué le pasaba aquello.

Richard dejó paulatinamente de castigarla y siguió y siguió acariciando ese cuerpo desnudo cálido y suave que ahora tenía completamente a su merced. El hombre estaba completamente empalmado y muy excitado, no podía dejar de tocarla y acariciarla. Ahora se sentía poderoso.

  • Dime Alex, un pajarito me ha dicho que ya no eres virgen, ¿es cierto?.

  • Mmmmmmhh

La chica negó con vehemencia, pero eso sólo provocó que su padrastro le cogiera de la pepita e hincando sus uñas en ella se la retorciera a la izquierda y a la derecha.

  • MMMMMMHHHH

  • Vamos, no mientas y di la verdad, sucia, ya te la han metido por aquí  ¿verdad?, venga confiesa de una vez y te la suelto.

  • MMMMMHHHH

Ella siguió negando pero su padre no le soltaba el clítoris sino que le siguió hincando las uñas en él así que ella tuvo al final que decir que sí con lágrimas en los ojos.

  • Muy bien, eso es otra cosa. Veo que ya empiezas a ser sincera con tu padre.

Mientras le decía esto volvió a limitarse a acariciarle el culo y las piernas pero de repente Richard se dio cuenta de algo que le dejó boquiabierto.

  • ¿Qué, qué es eso? sin creerse lo que veía separó las redondas nalgas de Alexa dejando sus intimidades al aire. La chica tenía cuidadosamente depilado el coño y el agujero del ano, Richard separó los labia con los dedos   y entonces vio esa inconfundible gota blanquecina destilando de la vagina de su hijastra.

El hombre tocó ese líquido viscoso con los dedos.

  • Serás zorra, estás caliente,…. caliente y mojada como una puta, ¿acaso te gusta lo que te estoy haciendo?

Y diciendo esto le introdujo los dedos por los labia acariciándoselos y restregando los jugos vaginales por éstos y por el clítoris.

  • Mmmmmhhh

Esta vez el de Alexa no fue un grito de dolor.

  • A mí no me engañas, te gusta lo que te estoy haciendo ahora y te gusta lo que te he hecho antes, ¿verdad?, sólo eres una sucia masoquista.

Los dedos de Richard ya se movían con libertad dentro de la vagina y la chica se retorcía de placer.

  • Mmmmmmmhhh

Sin embargo cuando ya estaba a punto  de caramelo el hombre cortó la masturbación y a cambio le dio un palmetazo en medio de la pocha con toda su fuerza.

PLLAAAASS

  • MMMMMMHH

  • ¿Que te crees cerda? ¿que voy a ser cómplice de tu depravación?. Soy tu padre y mi misión es castigarte no darte placer  y ahora de rodillas, zorra.

Por fin Richard dejó a Alexa en el suelo y vio que la chica tenía la cara llena de lágrimas secas pero ya no lloraba. Por fin le retiró la mordaza dejándola colgar del cuello.

Ella tosió y escupió y cuando pudo articular palabra le dijo histérica y jadeando.

  • Papá,… papá,… por favor,…. no  me hagas más daño…. por favor,…. no lo volveré a hacer….. seré buena.

  • De eso estoy seguro, puta.

Eso se lo dijo él tirándole del pelo con fuerza y haciéndola gritar otra vez. Luego le soltó y otra vez se puso conciliador con ella.

  • Mira Alexa… de verdad  que tengo deseos de perdonarte, pero antes tienes que ser completamente sincera conmigo, ¿Cuántas veces has hecho el amor con hombres? y sobre todo ¿con cuantos?.

Alexa calculó hasta dónde podía decir la verdad para no cabrear a ese hombre.

  • Con.. con uno y sólo una vez,….. de verdad.

Eso le valió una bofetada.

Plaaaas

  • Mientes

  • No, no, te lo juro.

  • ¿A sí?, y ¿quiénes eran esos dos chicos del otro día?, ¿te los follaste uno tras otro o los dos a la vez?.

Alexa bajó la mirada avergonzada, evidentemente había subestimado a su padrastro.

  • A los dos a la vez, confesó ella en un susurro.

  • Habla más alto furcia, quiero oir tu confesión, le dijo tirándole otra vez del pelo.

  • ¡He dicho que los dos a la vez!.

  • Sí,  y seguro que los acababas de conocer, zorrón. Y ¿quién era ese viejo motero al que se la chupaste en los servicios del pub delante de sus colegas?,… ¡que asco!, te comportaste como una prostituta de gasolinera ¿es que no te da vergüenza?

  • No, no sé de qué me hablas.

  • Sí, sí que lo sabes, es ese sádico que tiene una sex-shop. Te montaste en su moto, ¿es que ya  no te acuerdas?.

Eso sí que no lo quería confesar Alexa, le daba demasiada vergüenza.

  • Dime ¿cómo le conociste? ¿acaso no sabes que es uno de esos pervertidos que rapta y tortura jovencitas como tú?

  • Te digo que no sé de qué me hablas, dijo ella llorando, ……creéme por favor.

  • Alexa me estás cabreando de verdad y voy a tener que recurrir a otros medios.

  • Papa, por favor…..

  • Puta mentirosa,…. ahora verás…..

.. y diciendo esto le volvió  a amordazar con la ballgag.

  • No sé para qué te pregunto si ya sé dónde puedo encontrar la verdad, y diciendo esto la agarró la melena con su manaza y arrastrándola  de los pelos por el suelo la llevó hasta un cubículo minúsculo donde antiguamente se guardaba carbón.

Richard abrió la puerta y metió a la chica  dentro. Era un sitio tan pequeño que la pobre muchacha tuvo que ponerse en posición fetal doblando las piernas y torciendo la cabeza.

Malamente Richard cerró la portezuela con ella dentro y luego corrió el pasador.

  • Ahí te vas a quedar hasta que estés dispuesta a decirme la verdad. Desde dentro del armarito aún se oían los gemidos de la pobre muchacha, desentendiéndose de ella Richard subió las escaleras y tras apagar la luz y dejar el sótano a oscuras salió y cerró la puerta metálica con doble llave.

El hombre se quedó un rato quieto y en silencio sólo para comprobar que ya no se oía nada. Efectivamente, ese sitio estaba completamente insonorizado por lo que era ideal para castigar a su depravada hijastra.

Entonces, Richard se fue otra vez a la habitación de Alexa y cogió el móvil y el ordenador portátil. Difícil sería que no encontrara allí nada de lo que planeaba hacer Alexa con el motero. Si hubiera sido algo sin importancia ella hubiera confesado como lo hizo con lo de los dos chicos. Allí había algo más y la evidencia tenía que estar en los medios que su zángana hijastra utilizaba para comunicarse.

De hecho no le costó mucho encontrarlo. Alexa se creía tan lista y tan segura de sí misma, que ni siquiera lo había ocultado o encriptado en su teléfono, el motero en cuestión era un tal Martin y por la foto tendría sesenta o setenta a pesar de la chupa de cuero y el pañuelo en la cabeza que lucía el muy hortera.

La zorra de su hijastra había contactado con él en un grupo de BDSM de la red el mismo día que su madre se había ido de viaje y por lo visto ya le había mandado  a través de la webcam fotos y videos suyos desnuda y haciendo guarradas. Al parecer, el día que les vio Peter en el pub ella se había citado con él y el asqueroso viejo ya se la había llevado a su cubil al menos una vez.

  • Puerca, me las pagarás, dijo Richard apretando los puños.

Entonces fue al ordenador y se pasó  unas cuantas horas hurgando y buceando en los historiales. Le costó lo suyo pero al final encontró los dichosos videos que le había mandado grabados con su propia webcam.

En ellos se veía la habitación de Alexa y ella bailando como una stripper mientras se desnudaba para ese tipejo. Luego venían las conversaciones subidas de tono. El viejo le llamaba “vaquita” y “lechoncita”  y otras horteradas similares en referencia a sus ubres. Luego el muy pervertido le invitaba a levantar las mamas con sus propias manos y lamerse ella misma los pezones. Mientras se los lamía Alexa le decía que los tenía muy muy sensibles y juraba que a veces sólo con el roce de la camisa se ponía a cien. Entonces él le decía lo mucho que le gustaban sus pechos.  Luego le decía lo que le haría si la tuviera entre sus garras y le explicaba con detalle cómo le iba a torturar en las tetas.  Eso le ponía a ella a mil por hora, entonces alejaba la silla de la cámara y se masturbaba para él enseñándole bien su coño depilado hasta llegar al orgasmo.

Richard jamás se hubiera imaginado el grado de depravación al que había llegado su hijastra en tan poco tiempo.

  • De modo que te gusta pensar que te torturan los senos, ¿verdad?

Richard tecleó rabioso la página de BDSM del tal Martin y selecciónó entre sus entradas: “tortura de tetas”.

Eso le llevó otra hora más, la verdad es que ese tipo tenía un  amplio abanico de métodos y herramientas para utilizar en los preciosos senos de su hijastra y volverla loca de dolor y placer. Unos eran métodos caseros  y otros requerían material más  profesional.

Richard tomó buena nota de todo ello.

Entre tanto en su negro encierro Alexa había perdido la noción del tiempo, la joven sentía todos sus miembros entumecidos, hormigueantes  y doloridos. Un frío creciente y penetrante le hacía temblar. Además le dolía el culo como el infierno, no sólo por las nalgadas que le había propinado su padrastro sino también por las piedrecitas de grava que se le clavaban ahora en el trasero haciéndole ver las estrellas.

Por fin, tras una eternidad, la muchacha oyó ruido de cerrojos y unos pasos sordos. La luz se encendió y ella imaginó que era su padrastro que daba por finalizado el castigo y volvía  a liberarla. No podía estar más equivocada….

(Continuará)