Mi padrastro azota como nadie (1)

Alexa es una chica desobediente y un poco puta que no respeta a su padrastro. Este no tiene más remedio que educarla como se debe.

Una casa con jardín y piscina en EEUU

  • Bueno Richard, te quedas  al mando del barco.

Sonja dio el penúltimo abrazo a su marido.

  • Dios, un mes entero, cariño, no sé que voy a hacer sin ti, te voy a echar mucho de menos.

  • Y yo a ti, pero ya ves, son cosas del trabajo.

  • Ya, pero sólo llevamos dos meses casados y casi no hemos tenido tiempo de….bueno tú ya lo sabes.

  • Ja, ja, dijo ella besándole otra vez en la boca y colgándose melosa de su cuello,……………no te preocupes, cuando vuelva nos resarciremos con creces…eso tiene remedio.

Entonces le soltó y miró al suelo.

  • Lo que me preocupa ahora es Alexa, sé que está en una edad muy mala y que hoy en día todo es más difícil para una adolescente pero es que…

  • Te entiendo, si te digo la verdad a mí también me preocupa mucho. Parece que no le importa nada, no ha abierto un libro en todo el año y  la consecuencia es que al final va a tener que repetir curso.

  • Vale,….. está claro que no le gusta estudiar, eso lo entiendo, pero es que tampoco quiere trabajar. Se pasa todo el día haciendo el zángano con el móvil y levantándose a las tantas. Luego se tumba en la piscina o se pasa encerrada en su cuarto horas muertas sin hacer nada de provecho….

  • Ni siquiera echa una mano en la casa, ya sé que ahora estoy en el paro y llevar la casa me corresponde a mí, pero ya podía ayudar.  Sólo se mueve para ir a comprarse trapos o para salir con vete a saber quién todas las noches.

  • Deberías hacerte respetar por ella, Richard, al fin y al cabo tú eres el hombre de la casa y lo más parecido a un padre que tiene.

  • Pues ahí precisamente tengo la batalla perdida.

  • No digas eso.

  • No,… es cierto, no me respeta, ni hace  nada de lo que le digo,…me dice que yo no soy  nadie aquí y se niega a llamarme papá.

  • Lo sé cariño,  quizá haya que tener un poco de paciencia en eso,…ya se acostumbrará.

  • No sé, trataré de acercarme más a ella a ver si me acepta.

  • Lo que sí tienes que hacer es ponerla firme y al menos que se busque un trabajo para este verano., ¡eh! ahí viene mi taxi.

  • Bueno cariño, suerte y ….

Los dos se dieron un último beso.

  • Tú también, amor  y  duro con ella, hazte respetar.

  • Adiós.

Horas después, a eso del mediodía Richard estaba  haciendo la comida cuando de repente le pareció ver que Alexa ya se había levantado y se había ido  directamente a tomar el sol a la piscina.

  • Ni siquiera ha pasado por la cocina para desayunar,…es que no es capaz ni de decir buenos días, dijo dolido para sí, pero no le dio más importancia y siguió a lo suyo.

Un rato después  subió al cuarto de la chica para ordenarlo.

  • Seguro que está todo manga por hombro como todas las  mañanas, ya le vale.

Efectivamente, aquello era una leonera, como de costumbre Alexa había llegado a casa a altas horas de la noche y había dejado toda la ropa tirada por ahí.

Richard se puso a recogerlo todo resignado pero cuando miró por la ventana  como de pasada se llevó una sorpresa mayúscula.

  • ¿Eh?, ¿qué diablos?

Efectivamente allí abajo estaba su hijastra tranquilamente tumbada sobre su toalla  dejando que los cálidos rayos del sol le acariciaran la espalda. Lo que llamó la atención de Richard era lo que Alexa llevaba puesto en ese momento, o mejor dicho lo que no llevaba. Efectivamente aparte de un string tanga negro de esos en que el cordel se te mete entre las nalgas, la chica no llevaba nada.

La primera reacción de Richard fue mirar si la había visto algún vecino. El de la casa de  al lado lo tenía muy fácil pues el muro medianero era muy bajo y además era un viejo metiche y  cotilla.

  • ¡Eh Alexa!, gritó Richard desde la ventana, ¿qué haces así? haz el favor de taparte inmediatamente.

Su hijastra levantó la cabeza pero  se limitó a enseñarle el dedo y siguió a lo suyo como si nada.

  • ¡Será descarada!, ahora verá.

Lo del corte de mangas hizo que Richard bajara las escaleras de dos en dos. Como le había dicho su mujer tenía que imponerse a su hijastra y demostrarle quién mandaba en casa.

  • ¿Es que no tienes cabeza?, le dijo caminando hacia ella a grandes zancadas. ¿Y si te ve alguien?. Entra inmediatamente en casa y ponte algo más decente.

  • Vete a la mierda Richard, tú no eres quién para decirme lo que tengo que hacer.

  • Sí, …sí lo soy, tu madre me ha dejado a cargo de todo,…. también de ti, así que obedéceme y respétame ,,. ah y por favor, llámame papa, te lo he dicho mil veces.

  • Te llamaré papa cuando el infierno se congele, Richard, por lo que a mí respecta sólo eres la pareja de mi madre,…. por el momento.

  • De acuerdo, ¿Y tú  crees que tu madre te dejaría tomar el sol así, en cueros?.

  • No, seguramente no me dejaría, pero como ves no está por aquí, además tengo dieciocho recién cumplidos y yo sí que estoy en mi casa así que ¡aire! Ah y deja de mirarme las tetas, so pervertido, que con la bobada de echarme la bronca te estás poniendo las botas, mira cómo se te ha puesto el paquete, ja, ja, ja.

Era verdad, de repente Richard, miró para su entrepierna y se dio cuenta de que estaba totalmente entrampado.

Avergonzado e impotente ante su hijastra, fue el hombre el que se apresuró a meterse para adentro.

Ese día Richard comió solo, estaba muy deprimido y le daba rabia no poder imponer su autoridad a una niñata como aquella.

Por su parte, Alexa pasó buena parte de la tarde encerrada en su habitación con la música a tope, hasta las ocho o así en que decidió salir por la puerta  sin siquiera despedirse.

Nuevamente Richard se quedó de una pieza al verla salir y le salió al paso antes de que pudiera abrir la puerta de la calle.

  • ¿Se,… se puede saber a dónde vas con esa facha jovencita?

  • A donde me sale del coño, te he dicho que me olvides….Me voy por ahí.

  • Joder, y ¿hace falta que para salir a la calle vayas vestida como,… como una buscona?, mírate en el espejo por favor.

Efectivamente Alexa iba con zapatos de tacón muy alto y la cara pintada como una puerta. Bajo una chaqueta de cuero negro lucía un pequeño top que más parecía un sujetador que otra cosa, de escote enorme sin nada  más y lo peor de todo unos shorts vaqueros recortados y tan cortos que dejaban al aire la mitad inferior de sus nalgas.

  • Ni siquiera llevas bragas, vete a cambiarte ahora mismo.

Esta vez Alexa  ni siquiera se molestó en contestar, le pegó un empujón, abrió la puerta y volvió a despedirse de su padrastro con un corte de mangas.

  • Se, se lo diré a tu madre, ya verás cuando vuelva.

El caso es que cuando la puerta se cerró, Richard volvió a comprobar que estaba empalmado.

  • No era para menos, pensó, si no fuera mi hijastra también me la hubiera puesto así, ¡que buena está la jodida y cómo le han crecido las bufas en pocos meses!. pensó, seguro que ya ha dejado de ser virgen y se le han puesto así por eso.

Para cuando se quiso dar cuenta, Richard  se estaba masturbando pensando en su hijastra.

  • No, no, pero ¿qué hago?,…. estás tonto Richard se dijo dejando de tocarse,…..Si una cosa está clara es que  tú quieres a su madre, y para no pensar en Alexa mientras se la cascaba, decidió encender el ordenador y buscó un poco de porno.

Probablemente no fue consciente de  lo que hacía pero en los criterios de búsqueda puso: “jovencitas” y “chochoshorts”………

……..Una semana después Richard se encontraba con sus amigotes en el pub. Los demás estaban jugando una partida de billar por lo que Richard se encontraba  en ese momento en la barra con su amigo Peter tomando unas birras.

  • Eh Richard, quita esa cara de funeral, se supone que nos estamos divirtiendo.

Richard le miró sin contestarle haciendo un esfuerzo por sonreir.

  • Bah, pensándolo bien no te lo reprocho.

  • ¿El qué?

  • Que estés tan triste. Yo también lo estaría si tuviera a mi mujer fuera de casa tantos días.

  • Pero si tú estás soltero.

  • Por eso mismo, perdóname por lo que te voy a decir, pero es que hace muy poco que te has casado con una milf   que está cantidad de buena y me imagino que tiene que ser muy duro encontrarte la cama vacía todas las noches.

Esas palabras arrancaron una sonrisa de Richard.

  • Ja, ja,….tienes razón,… sí que está buena,….venga, ¡brindemos por mi mujer!, dijo chocando el botellín de cerveza con el de su amigo.

Luego dejó pasar unos segundos…

  • El problema no es la madre, sino la hija.

  • ¿Qué hija?

  • ¿Quién va a ser? Alexa.

  • ¿Qué pasa con ella?

  • Es una malcriada y una maleducada, a su madre aún la respeta algo pero a mí…. Me desprecia con toda su alma.

  • ¿Para tanto es?

  • Sí, además está en una edad en la que necesita que alguien con autoridad la enderece urgentemente porque se está echando a perder, además….

  • ¿Además?

  • No,…no sé lo que le pasa estos días….para empezar, desde que se ha ido su madre ha empezado a vestirse y a comportarse de una manera distinta.

  • ¿Distinta?, ¿en qué sentido?.

  • No sé, toma el sol casi en pelotas delante de los vecinos y luego cuando está en casa me la encuentro todo el día en bragas, siempre está medio desnuda y además sale a la calle hecha una furcia,…es como si estuviera buscando guerra y a mí.. a mí es como si quisiera provocarme.

  • De hecho…

  • ¿Qué?

  • Bueno no te lo quería decir pero ya he visto a tu hijastra un par de noches por ahí y es verdad,….. parece una puta en plena faena,… perdona que te lo diga.

  • No hay nada que perdonar, es la verdad.

  • De todos modos lo de la ropa es lo que menos me preocuparía si fuera tú.

  • ¿Qué quieres decir?

  • Lo peor es cómo se comporta para ser una chica de su edad.

  • No te entiendo, déjate de rodeos y vete al grano.

  • A ver cómo te lo cuento….mira, el otro día se estaba dando el lote con dos chicos a la vez en el aparcamiento y luego se fue con los dos y no volvió a aparecer.

  • ¿Qué me dices?

  • Mucho me temo que tu hijastra ya sabe lo que es hacer un trío.

Esas palabras indignaron a Richard pero también le pusieron muy cachondo.

  • ¿Tú, tú crees?

  • Desde luego, se besó con los dos uno detrás de otro y antes de irse se dejó meter mano por los dos a la vez, lo vi perfectamente y conmigo lo vio medio bar.

  • Joder, será zorra.

  • Si, pues eso no es todo. Dos días después estaba con un motero mayor que tú y que yo,…. un viejo vaya. Luego me dijeron que la habían visto en los servicios de rodillas  limpiándole el sable al motero delante de sus colegas y luego el tipo se la llevó por ahí a dar una vuelta en su Harley.

  • Que le vieron haciendo ¿qué?

Peter hizo un gesto obsceno con la mano delante de la boca.

  • Ya sabes, un chupa chupa, allí en el meadero delante  de otros tíos, lo peor es que el viejo ese tiene fama de que le gustan los látigos y las cadenas.

Richard estaba cada vez más alucinado.

  • ¿Quieres decir que…?

  • Sí,…BDSM, tiene una sex-shop de esas en el centro y una página web en el que muestra fotos y videos de esos guarros, ah  y le gustan las sumisas muy, muy jóvenes, más o menos como Alexa.

Peter pegó un trago de  su cerveza ante la mirada alucinada de Richard.

  • Yo que tú ataría a tu hijastra en corto si no cualquier día te la vas a encontrar de protagonista en una página  de bondage.

  • Pero ¿qué puedo hacer?

  • Pues no sé, pero si le da por el sado igual te puedes encargar tú de darle unos azotes en lugar de ese viejo….Igual le gusta y todo.

Richard se le quedó mirando como si de repente hubiera tenido una revelación.

  • ¿Tú, tú lo harías?.

  • Sin dudarlo, si fuera mi hijastra me iría a casa ahora mismo  y le daría una buena azotaina. Le pondría el culo que no se podría sentar en una semana.

Richard se quedó sin saber qué contestar.

  • Ya sabes lo que se dice: la letra con sangre entra…y el tal Peter pegó un trago largo a su cerveza…….

Rato después Richard se fue para su casa pero las palabras de su amigo Peter no dejaron de repiquetear en su cabeza. De hecho no pegó ojo en toda la noche pensando en ello.

Sin embargo, al despertarse a la mañana siguiente empezó a ver las cosas con menos dramatismo, seguro que su amigo estaba exagerando, pensó  y volvió a la rutina diaria decidido a no pensar más en ello.

Ya con el sol muy alto vio cómo Alexa bajaba a la piscina a tomar el sol como de costumbre, casi desnuda. En realidad Richard ya se había acostumbrado a verla así sólo con el tanga e incluso ahora se deleitaba contemplando su precioso cuerpo en todo su esplendor.

Había que reconocer que la chica estaba cada día más buena y que sabía menear el culo como nadie pero lo mejor eran esos senos tiesos y un poco grandes para su edad que le temblaban provocativamente al caminar.

Esta vez Richard no se cortó un pelo y se sacó la polla mientras la miraba. No sabía por qué pero las revelaciones de Peter sobre las cochinadas que solía hacer la chica  en sus salidas nocturnas le habían excitado mucho.

  • ¿Y si de verdad mi hijastra es una puta masoquista?, se preguntaba meneándosela sin dejar de mirarla ni un segundo.

De repente una idea fugaz pasó por su mente:..claro,  ¡su portátil!, Alexa pasaba muchas horas con su ordenador portátil encerrada en su cuarto. Seguro que ya había entrado en la página BDSM del viejo motero y había dejado huella en el historial. No le sería difícil entrar en su ordenador pues sabía su clave de acceso,… normal, había ordenado tantas veces su habitación que sabía de memoria que la  tenía en un papel pegado bajo la base de la lamparilla de su cuarto.

Muy excitado y muerto de curiosidad, el tío se guardó la minga y subió las escaleras de dos en dos  hasta la habitación de Alexa. No había cuidado de que ella se sorprendiera de su presencia. Le diría que le estaba ordenando la habitación como hacía todos los días.

De hecho, en un par de minutos ya estaba fisgando en el ordenador de su hijastra mientras  de reojo miraba por la ventana. Así comprobaba que ella se tostaba tranquilamente al sol tumbada en su toalla y sin sospechar nada.

Rápidamente Richard se fue al historial y ahí encontró toda la evidencia que necesitaba. Efectivamente su hija era aún más aficionada que él al porno, pero además lo era casi monográficamente al BDSM.

Muy excitado, Richard abrió algunos videos y comprobó que casi todos  iban de lo mismo: chicas muy jóvenes más o menos de la edad de Alexa desnudas y maniatadas, a veces prisioneras en mazmorras, en garras de tíos muy sádicos  que las follaban y torturaban de las maneras más perversas imaginables. Richard comprobó además que los tipos eran invariablemente hombres maduros e incluso viejos. Por supuesto encontró la página web de ese viejo motero y anuncios donde publicitaba los pervertidos artículos de su sex-shop especializada en BDSM.

Eso era todo lo que necesitaba saber, ¡zorra! masculló Richard apretando bien los dientes, ya sé lo que tienes en la cabeza, puta, puta y mil veces puta. Ahora verás, dijo para sí mientras cerraba el ordenador todo sulfurado y lo dejaba como lo había encontrado.

De repente algo le sobresaltó pues se había despistado unos minutos y Alexa ya no estaba sobre su toalla. El hombre tuvo un momento de pánico pero entonces se dio cuenta de que en lugar de entrar en la casa, su hijastra estaba en ese momento junto a la valla del vecino.

  • ¿Qué diablos?, ¡Será puerco!.

El vecino era un viejo  de setenta o así. El tío se había asomado a la valla para disfrutar de la vista de la chica desnuda y la puta de Alexa en lugar de taparse  ante ese mirón, se había acercado a la valla para charlar con él tranquilamente, seguramente para que ese viejo verde la viera aún mejor.

  • Joder cómo se está poniendo ese cabrón, dijo rabioso, si alarga la mano, seguro que ella le deja que se las toque. Mira, mira lo que hace ahora, dijo apretando los dientes. ¡Será puta!

Efectivamente Alexa había puesto las manos en la nuca y moviendo su torso a los lados como si bailara hizo temblar sus tetas para que el rijoso vecino  comprobara que eran completamente naturales.

El primer impulso de Richard fue bajar y montar un pitoste, pero se lo pensó mejor. Calma, se dijo, y entonces diseñó un plan.

Desentendiéndose de la guarra de su hijastra el hombre salió de casa, se fue de compras y no volvió hasta un par de horas más tarde.

Cuando volvió, Alexa ya no se encontraba en la piscina, por lo que entró en la casa. Desde la entrada oyó el inconfundible sonido de la ducha.

Con cuidado, Richard se preocupó de cerrar las puertas de la casa con doble llave y aprovechando que Alexa estaba en el baño se fue a su habitación y le requisó y ocultó el teléfono móvil.

Entonces oyó que la ducha se había cortado de golpe y esperó  sigilosamente a su hijastra escondido tras la puerta de su cuarto.

Ella salió por fin del baño y se acercó confiada  canturreando por el pasillo. Entró en su cuarto y cerró la puerta tras de sí con llave. Ni siquiera se percató de que él estaba ya dentro, de hecho, dejó caer la toalla al suelo quedándose completamente desnuda. Entonces fue cuando por fin se volvió  y pegó un grito.

  • ¡Richard!, ¿qué diablos…?, dijo tapándose maquinalmente con las manos.

Por toda respuesta su padrastro le dio una hostia en la cara que la tiró sobre la cama.

  • ¡Zorra!, ahora verás. Y con gran agilidad se lanzó tras ella e inmovilizándola con su peso le retorció los dos brazos a la espalda.

Ella pataleó y luchó por liberarse pero entonces Richard sacó unas esposas del bolsillo y le esposó las muñecas a la espalda.

-¿Estás loco imbécil? Gritaba ella,… quítamelas,… suéltame te digo. Sin contestarle, Richard sacó del otro bolsillo un ball-gag que acababa de comprar en un sex-shop junto a las esposas y amordazó brutalmente a su hijastra.

  • MMMMmmmhh

  • Así, calladita estás más guapa

Sólo entonces  se levantó de la espalda de Alexa y atrapándola bien de los tobillos sacó una cuerda y con mucha diligencia se los ató  muy juntos entre sí lo más prieto que pudo.

Alexa siguió luchando como una loca pero poco podía hacer atada y amordazada.

Más tranquilo al tenerla casi inmovilizada, Richard terminó por atarle los codos entre sí con la misma o mayor fuerza.

  • MMmmmmhhh

PLAAAASS.

  • MMMMMHHHH

  • Cállate de una puta vez le dijo tras darle una fuerte nalgada.

Alexa obedeció y dejó de luchar, aquel trallazo le había dolido un montón.

Ya tenía a su merced a la puta de su hijastra, pero cuando se disponía a empezar su castigo se lo pensó mejor.

  • Prefiero un lugar más discreto.

Entonces se la echó al hombro y abriendo la puerta se llevó a Alexa desnuda al sótano de la casa.

(Continuará)