Mi olvido 2
Se acerco a Susana, la tomo por la cintura y pego sus labios con los de ella. No había hecho nada tan loco como aquello o eso quería pensar. La otra correspondió enseguida. Al principio con mucha pasión y deseo, después Con mucha ternura. Se convirtió en un beso de reconocimiento. Donde pertenecía.
Ya estando en la salida. Ángel llego hasta donde Andrea para besarla y cargarla. Ella solo se dejaba hacer más por gusto fue porque se canso de pedirle que dejara de hacer tal actuación que no era necesario. Entonces vio algo que le molesto de sobre manera y más por qué no tenía por qué molestarle. Susana era abrazada de una manera muy protectora por una mujer que quizás era su princesa. Y es que Vinieron por ella también. Pero a Andrea casi que se le sale un grito, cuando vio que de aquel auto salía una niña de apenas 4 o 5 anos. Preciosa. Que realmente se parecía a ella cuando estaba pequeña.
Un fuerte dolor de cabeza apareció que la hizo desmayarse. No supo más. No vio cuando Susana se desespero. Cuando lloraba.
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Solo cuando aquella niña la acariciaba con su manitas en el rostro. Fue despertando de apoco.
Todos estaban hablando. Más bien parecían discutir. Andrea Se encontraba en la sala de espera de la empresa. Recostada en uno de los sillones. Aquella niña tenía la sonrisa de Susana.
Andrea- Hola nena! Discúlpame si te asuste. Cómo te llamas bonita?
Hola. Te sientes bien? Me asuste porque mi mami taba llodando. Te quede mucho, mucho ella me dijo. Mi nombe es Alejanda.-le hablaba mientras sostenía un trapito mojado en la frente de Andrea con una de sus manitas y con la otra le acariciaba su rostro. Causándole mucha ternura. Claro los niños siendo algo indiscretos.
Andrea- mucho gusto Alejandra! Mi nombre es Andrea. - estaba encantadísima con esa niña de cabello como el suyo negro azulado, sus ojos color azules como los de ella también, y la bella sonrisa con olluelos definitivamente a Susana. Tan encantada estaba que ya no recordaba por que se encontraba ahí. Más feliz y algo confundida de por qué el llanto de Susana? Por que se preocupaba tanto por ella? Y por que la niña decía que la quería?
Alejandra- que alegia que estés mejod. Desee con todas mis fuezas que te sientas bien. Fue Mi deseo de pumpleanos. Hoy cumplo 4 anitos. - lo decía con ojos brillantes e ilusionados y mostrándole 3 deditos de su mano izquierda. Cosa que la hizo sonreír. Esa niña le gano su corazón.
Ángel- mi amor al fin ha despertado. Me tenías preocupado. Mira que hermosa escena, no te preocupes empezaremos hacer la tarea para tener nuestro propio hijo.
Entro Ángel a escena. Y los demás venían tras él.
Susana- Srta. Andrea se siente mejor? Necesita ir a visitar al médico. Alejandra princesa que haces aquí? ven acá vamos a casa amor.
Andrea- si gracias por preocuparse y mañana mismo iré.- no pudo evitar sonreír por que ella era la princesa de Susana y no la persona que vino por ella.
- nos vamos chicas?.- precisamente apareció en ese momento. Borrando cualquier alegría que empezaba a experimentar.
Alejandra- Madia aun podemos comed pastel.- con su carita así toda tiernita. Imposible decirle que no a esa pequeña.
María- claro amor. Mientras que tu mami este de acuerdo. Yo no tengo problema.
Susana- bueno nosotras nos retiramos. Cuídese mucho Srta. Andrea. Como un poco más. Aliméntese sanamente. Con permiso. Que pasen buena noche.
María- con permiso.
Alejandra- Adiós Andea cuídate si no mi mami se va a enojad. Copemiso.- sonriendo ampliamente por que al fin conoció a la mujer que su mama tenía en fotos; en algunas ellas dos y en otras las tres cuando apenas Alejandra era un bebe de apenas un año y porque seguramente comería pastel ya que sabía que su mami no le negaba casi nada. No mientras tenía a María de cómplice.
Esa imagen era para una postal una donde ella quería pertenecer. Alejandra en medio de Susana y la dichosa María, tomando de la mano a la pequeña. Quien iba platicando y saltando de felicidad.
Definitivamente esa mujer ha despertado muchas cosas en ella. Y conocer a su hija despertaba el deseo de ser madre.
Ella fue llevada a su departamento por Ángel. Al día siguiente se reporto enferma. No se sentía con energía para nada. Fue al médico y le dijo lo mismo que le había dicho Susana solo que en términos que solo ellos entienden. Como era que Susana sabia de su mala alimentación.
Ya eran pasadas las 7 de la tarde y se preguntaba sobre aquella niña tan encantadora. Y más por su madre tan hermosa. Qué tipo de persona enferma dejaría ir la oportunidad de conformar una bella familia con ellas.
En eso estaba mientras tocaban a la puerta. Andaba vestida con ropa de dormir al fin estaba en su departamento. Quien fuese que la visitaba en estos momentos quizás eran sus padres o Ángel. Así que no le importaba generar una buena impresión.
Abrió la puerta sin impórtale nada.
Susto que se llevo cuando vio a Susana con una bolsa en una mano. Y en la otra llevaba cargando a Alejandra. Ella dormía. Porque el camino a casa de Andrea se le hizo muy largo. Y es que se puso de insistente en ir a visitarla. Y su mami no le negaba casi nada mientras María estuviera de cómplice.
Susana- buena tarde Srta. Andrea. Disculpe el atrevimiento de aparecerme sin ser invitada. Le traje esto.- alzando la mano en la que llevaba la bolsa con comida hecha por ella. La favorita de Andrea.
Andrea- no se preocupe Susana.- sonriendo como una tonta. Y tomando aquella bolsa sin querer al menos de su parte rosaron sus manos. Sintieron la piel la una de la otra. Que sensación tan extraña pero tan reconfortante, como si la hubiese necesitado todo este tiempo, como si cada poro de su piel ansiara y extrañara su tacto. No lo soporto más, deseaba un poco más que aquello.
Se acerco a Susana, la tomo por la cintura y pego sus labios con los de ella. No había hecho nada tan loco como aquello o eso quería pensar. La otra correspondió enseguida. Al principio con mucha pasión y deseo, después Con mucha ternura. Se convirtió en un beso de reconocimiento. Donde sentía que pertenecía.
Susana estaba sorprendida. Hace mucho que deseaba besarla. Ahora que lo hacía no pensaba renunciar a ello. No pudo evitar soltar unas lágrimas.
Fue Andrea quien se separo al sentir el sabor salado en medio de ese beso tan dulce e inquietud por la mirada tan persistente de alguien. Y es que tenían a una espectadora mirando desde no sabría decir desde que momento.
Alejandra solo sonreía, le guiño el ojo. Y volvió a cerrar los parpados como quien no hubiese visto nada. Debe ser herencia de su madre. Pensó.
Susana aun no despertaba de la ensoñación en la que se encontraba. Porque quizás para Andrea había sido algo nuevo; pero para Susana era remover cada recuerdo que había guardado. Era como encender esa llama que estaba apagada.
Susana- bien. Debería traerle más seguido comida si me va a agradecer de esa manera.- quería romper el hielo. Quería hacerle ver a Andrea que de lo que habían hecho no estaba para nada arrepentida solo era cuestión de saber que había significado para la otra parte.
Ángel- mi amor vine a verte. Mire que casualidad con encontrarla aquí Susana. Pero pase por favor. Ha de estar cansada de llevar cargando a su hija. Esta usted llorando?
Andrea- mi amor, Susana me hizo el favor de traerme algo de comida. Me estaba diciendo que era una basurita. Y no amor, ella ya se iba.- fueron palabras suficientes para Susana. Solo significaba que estaba arrepentida y lo que le sigue. Ya con el corazón hecho pedazos, con las ilusiones y esperanzas rotas.
Susana- sí, yo ya me iba. De nada Srta. Susana con permiso.
Ángel se encontraba sorprendido y es que Andrea no lo llamaba mi amor de hecho nunca, ni siquiera cuando empezaron. Creía que quizás aun estaba enferma.
Andrea solo vio como Susana se iba con aquella niña en brazos quienes iban con lágrimas en los ojos. No entendía por qué las lagrimas en medio de ese beso si para ella fue lo más encantador y tierno que había sentido y mucho menos el porqué lloraba la pequeña. Sabía que se comporto grosera pero se lleno de nervios que Ángel se diera cuenta de lo que acababa de suceder.
Al día siguiente Andrea llego más o menos en el horario que se encontraba con Susana casi siempre por las mañanas en el elevador. Se arreglo lo más bella que pudo. Esperaba verla para pedirle disculpas por su comportamiento. Realmente en su interior ansiaba verla, plantarle otro beso y no soltarla.
Espero impaciente, nerviosa y fuera de sí. Se había inventado explicaciones. En conclusión no llegaba a nada porque le llegaba la imagen y la sensación que tuvo el día anterior al tener así a Susana. Y se olvidaba de cualquier escusa ilógica. En cambio su rostro mostraba una sonrisa tonta y ese brillito particular en sus hermosos ojos azules. Y claro está, ella no podía verse a sí misma. Pero las personas que la conocían o quienes pasaban por su lado aseguraban que era una mujer enamorada.
Tocaba sus labios. Se sentía realmente estúpida. Como borracha. Mareada. Y no era para nada una mala sensación. Si no una que la hacía sonreír. Y reír por cualquier cosa.
No la vio. Quizás La vería en la tarde. Ocupaba disculparse con Susana. Sentía esa extraña necesidad de estar bien con ella.
Paso el día laboral muy lento. Desesperada era decir poco a como realmente se encontraba. Concentrarse en el trabajo ya no le era suficiente distracción. Y la hora de salida llego.
Esta vez iba bajando en el ascensor. Este se detuvo en el piso de ella. Su corazón dio un salto de emoción. Que era todo eso que estaba pasándole. Susana entro sonriéndole pero no como antes; era del tipo de sonrisa que le regalaba a cualquier persona, no la que siempre le regalaba a ella. Cosa que no paso desapercibido por Andrea. Había tristeza en esos ojos color miel.
Andrea- seré yo la responsable de ese estado de ánimo? Vamos háblale. Se valiente y enfréntala. Se animaba a sí misma.
El ascensor se detuvo bruscamente cosa que hizo que ambas se espantaran y dieran un pequeño gritito. Susana sabia que esto sucedía en veces por el dichoso mantenimiento semanal. Se preguntaba si no lo podían hacer fuera de horas laborales.
Andrea- Dios mío! Que está pasando? Susana que sucede? Susana donde estas? Este bien? Habla mujer.- estaban en oscuras. Andrea tanteaba con sus manos donde podría estar su acompañante.
Y por cierto conocía tan bien a Andrea que sabía perfectamente que a esa mujer le aterraba estar encerrada y en la oscuridad. A menos que la amnesia también le haga olvidar sus miedos.
Además no se estaba de humor: se encontraba sentada, ya sabía que esto iba a durar más tiempo. Y aquella se estaba alterando más y mas conforme no respondía ninguna de sus preguntas. Realmente no quería estar allí. No con ella.
Andrea- Susana dime que estas bien por el amor de Dios. Siento que empieza a faltarme el aire. Hace mucho calor aquí dentro. Susana?
Entonces tropezó con los pies de quien estaba buscando. Quedo encima de ella. Sus rostros estaban tan juntos. Sentía la respiración de Susana. Su perfume. Era ahora o nunca. Acorto el especio que había entre ellas. Todo en ella la incitaba a querer sentirla. Volvió a intentar besarla. Pero solo alcanzo a rozar sus labios.
Susana No quería corresponder. Volteo su rostro a un lado. No quería realmente volver a lo mismo. No quería ser solo un juego. Andrea sintió un dolor en su pecho, en su corazón. Su rechazo no podía soportarlo. Con voz quebrada. Y tomando con una mano el rostro de Susana para colocarlo frente al de ella.
Andrea- por favor Sus! Solo una vez más! No me rechaces.
Aun que quería negarse. Esa manera de pedirlo tan dulce fue suficiente para ser ella quien buscara los labios de Andrea. Se perdieron en el beso. En sentirse mutuamente; ahora ya sin nadie que las mirara, sin nadie quien las detuviera. Solo se alejaban cuando les faltaba el aire. La suavidad, la ternura, las caricias de esas tersas manos en su piel, la manera con la que era tratada la tenía encantada, maravillada. Deseaba este momento no terminara. No soltarla. No dejarla ir.
Pero como todo empieza, todo acaba. El elevador encendió las luces y empezaría a funcionar en unos minutos más. Se separaron. Andrea sonreía estúpidamente. Sentía cositas que andaban en su estomago. Susana estaba casi segura que volvería hacer lo mismo de ayer. Así que esta vez no hizo comentario alguno. Se levantaron. Recompusieron sus ropas y cabellos todo en silencio. Cada quien en su mundo. El ascensor siguió su camino.
Andrea esperaba que Susana dijera algo. Realmente no había escuchado su voz en todo ese tiempo, trago saliva. Debía decir algo rápido. Debía preguntar. Debía hacer algo de inmediato. Pero aun se sentía mareada: con tantas emociones juntas. El tiempo se vino encima llegaron a su destino. Cada una tomo su camino.
Como siempre Ángel vino por ella. Esta vez ladeo su rostro no quería que la besara, ni tocara. Tenía aun la sensación de aquellas manos sobre su cuerpo. De aquellos labios sobre los propios. Y no dejaba de mirarla. Susana no vio nada. Iba por delante. Precisamente era para eso. Para no verla en los brazos de alguien más.
Ahí estaba de nuevo María. Quien solo al ver la tristeza en los ojos de Susana no dudo en abrazarla como siempre lo hacía de manera protectora. Andrea quien se percato de aquello. Se tenso, se lleno de odio, de coraje. Si hace unos momentos sentía que volaba. Ahora sentía que le habían golpeado fuertemente. Odiaba seriamente a esa mujer. María no se quedo con las ganas de devolverle la mirada de asesina.
Andrea.- quién es? maldita sea. Con que derecho la trata de esa manera?
Pensaba para sus adentros mientras sin darse cuenta Ángel la dirigía hacia la misma dirección donde se encontraban ellas dos. Susana ya estaba dentro del auto. María estaba cerrando la puerta del copiloto.
Ángel- hola nuevamente María. Amor mientras esperábamos por ustedes. Ya que tardaron, platicamos un poco y Nos pusimos de acuerdo para ir a cenar. Que les parece la idea?
Andrea- por mí encantada- con tal de estar más tiempo con ella. Al menos mirándola.
María- bueno no queremos parecer groseras pero Sus no se siente para nada bien. Voy a llevarla a descansar. Creo que mejor los acompañamos en otra ocasión.
Ángel- no tranquila. Qué bueno que es sábado así descansa el día de mañana verdad Amor?
Andrea ya se encontraba en la ventana donde Susana.
Andrea- Susana estas bien? Mira si gustas podemos llevarte al médico.- se mostraba muy preocupada. Y más cuando Susana solo la miro por un momento. Y ladeo su boca. Queriendo formular una sonrisa. Más bien pareció una mueca de desagrado. Pero realmente se sentía muy mal.
María- solo le hace falta descaras un poco.- esta ya estaba dentro del auto. Mientras le hablaba fríamente.- ocupa descansar de todos y de todo. Hasta el Lunes Andrea.
La actitud que tomo Susana le lastimo un poco. No sabia que se hacia en estos casos. Esa mujer la volvía loca.
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Muchas Gracias por leerme y escribirme.
Se aceptan sugerencias.
Excelente dia :)