Mi nuevo trabajo y don ricardo mi nuevo jefe
Un nuevo trabajo, un nuevo jefe que esconde sorpresas muy, muy excitantes.
Entré a trabajar en JBN en enero y en junio ya estaba trabajando en la dirección de la empresa al lado del presidente. Desde el principio todo el mundo supo que era maricón, así sabía que me ahorraba muchos problemas y estando en la dirección era lo más conveniente. Congenié con el presidente desde el primer momento y fui parte fundamental de su equipo. Me había prometido que en este trabajo no me acostaría con ningún compañero pero en la primera cena que tuvimos, me fui de vuelta a casa con Juan Antonio en su coche, estabamos los dos un poco bebidos y me echó la mano al paquete yo se la eché a él... acabamos en mi casa. Empezamos a desnudarnos en el ascensor y cuando llegamos a la puerta estábamos completamente en pelotas, casi nos pilla un vecino. Follamos varias veces y nos corrimos juntos, a la mañana siguiente me fui temprano y como se suele decir “Si te he visto no me acuerdo”.
Don Ricardo era el presidente, se había ganado su prestigio y respeto día a día, haciendo de la empresa una de las más importantes del sector. No se prodigaba en actos públicos, ni concedía entrevistas, siempre le gustaba pasar desapercibido. Estaba casado y era muy celoso de su vida privada. Su vida era el trabajo. Muchos días se quedaba hasta tarde algunos yo le acompañaba pero otros me obligaba a irme a casa mienytras el permanecía en la oficina.
Un día sin mediar otro acontecimiento y sin precedente alguno me hizo pasar a su despacho cuando todos se habían marchado y me dijo: -Pedro me gustaría acostarme contigo. Me dio un vuelco el corazón, no sabía qué decir ni qué hacer. -Eres maricón y me gusta tirarme a un maricón de vez en cuando, me gustaría follarte. -Don Ricardo sería un placer para mi que me follara. -Desnúdate Pedrito y vete comiéndote esto. Se saco la verga y la sujetó con la mano. Era gorda y grande -Don Ricardo menudo pollón que tiene... Me desnudé. -Deja que te vea desnudo... tienes un buen rabo y un buen culo... si señor, muy jugosito... Me puse de rodillas agarré su miembro erecto y me lo metí en la boca saboreando el sabor de su polla. Chupé con ganas, Cerrando los ojos y meneando mi rabo mientras realizaba la felación. -Ohhhh Pedrito que boca tienes. Chúpame bien el capullo y pásame la lengua bien por el frenillo. -Ohhhh... Don Ricardo que polla tiene usted, sabe a polla, polla qué bueno está -Mama, mama maricón, sigue mamando. -Don Ricardo cómo me gusta su rabo. -Qué buen comepollas eres Pedrito. Seguí chupando con ansia y cada vez más caliente y al cabo de un rato Don Ricardo empezó a retorcerse y en su sillón a punto de correrse... -Me corro Pedrito, me corro!!! trágatelo todo maricón y aquello empezó a verter semen a borbotones que me caía por la cara hacia el cuello ya que no podía tragármelo todo era demasiada cantidad. -Don Ricardo me he tragado todo lo que he podido pero su corrida era demasiado grande para podérmela tragar toda. -No pasa nada Pedrito, eres un buen maricón, córrete que te vea yo, como te corres. Me la meneé delante suyo hasta correrme. -Ahhhhh Don Ricardo me corro vivo.
Los días transcurrieron sin novedad, Don Ricardo se comportaba como si nada y yo hacía lo mismo. Un día después de comer con los compañeros al llegar a mi despacho tenía un sobre encima de la mesa. No ponía nada en el sobre, estaba en blanco pero dentro había una tarjeta de las que hacen de llave en los hoteles. Era del hotel Intercontinental y había una nota; “ Hoy 21,30/ habitación 732”. Esa noche estaba puntual, a las nueve y media en la habitación 732 del hotel Intercontinental. Abrí la puerta con la tarjeta que llevaba, era una suite y dentro estaba el gran jefe. Oí su voz -Pasa al dormitorio y desnúdate Pedrito, yo voy enseguida. Me desnudé por completo y esperé. Entró desnudo y con todo su miembro erecto -Chúpame la polla Pedrito. Me puse de rodillas y me metí su miembro en la boca, lo rodeé con mi lengua y succioné. Su verga era grande y gorda y sus huevos eran enormes parecían pesar un kilo cada uno. Los acariciaba con una mano mientras con la otra masajeaba arriba y abajo su colosal pene y chupaba y chupaba... lamía y lamía a lo largo del cipote de Don Ricardo. -Le gusta así Don Ricardo? -Excelente mi querido maricón, chupa más no pares, sigue, sigue hasta que yo te diga. Seguí un buen rato, hasta que me dijo túmbate en la cama boca arriba te voy a follar maricón. -Si Don Ricardo. Me puse boca arriba me puso una buena cantidad de lubricante en el ano y también se untó todo el rabo. No se puso preservativo me dijo que quería correrse en mi culo y empezó a follarme. Me metió el rabo sin contemplaciones a lo bestia, noté cómo su miembro abría mi culo y me llenaba por dentro. Qué gusto me daba aquel trozo de carne dura y caliente dentro de mi culo. -Don Ricardo, qué bien me folla, cómo me hace gozar...
-Puta maricona toma por el culo, toma... me insultaba mientras se agitaba y me metía y sacaba su miembro dentro y fuera de mi. -Ohhh Pedrito que maricona más grande eres... mariconazo. -Ohhh Don Ricardo cómo me hace gozar. -Me corro Pedrito, me corro... Ahhhhhhh Se corrió dentro de mi y me dejo su rabo dentro un rato. Su polla todavía estaba dura cuando me la sacó y mi culo empezó a rebosar semen de Don Ricardo. -Tienes todo el culo abierto, parece la cueva de Ali-babá. -Eso me gusta mucho Don Ricardo, me hace sentir muy maricón. -Si que lo eres Pedrito, un gran maricón, estoy muy orgulloso de ti. Te enseñaré a ser mucho más maricón y disfrutarás mucho, mucho...