Mi nuevo jefe!
Mi nuevo jefe mi primer viaje!
Hola soy Carol! Me e decidido a escribir este relato porque soy una lectora fanática de todorelatos.com y el otro día me ocurrió una de esas coses que tu cabeza ya había imaginado pero nunca pensé que me podría pasar en la realidad.
Soy Carol de 37 años, divorciada hace 8 meses. Trabajo en una empresa farmacéutica desde hace más o menos 3 meses. Aunque nunca he tocado ni una pastilla en la empresa, solo mis anticonceptivas y algún que otro ibuprofeno. Lo digo porque soy la sub-secretaria del jefe, si sí, la sub secretaria, es una empresa de gran tamaño y soy la segundona...jajaja! La verdad que no me importa porque soy muy seria con el trabajo y podría hacer tranquilamente el trabajo de la primera secretaria. Empecé a trabajar gracias a un rollete que tuve después de mi divorcio, un ligue alucinante que conocí aun con mi marido pero que, digamos, me ayudo a salir de aquella mierda, y bueno de no tener contrato las primeras semanas ahora ya soy fija discontinua. Todo un paso para Mí. A demás e congeniado muy bien con el jefe, por eso creo lo del contrato. Tiene 58 años pero parece que tenga 40 por su vitalidad y energía. Es un hombre casado y muy correcto, SIEMPRE!! Pero hemos congeniado muy bien, tan bien que por las mañanas cuando yo estoy preparándome, ya sabéis, con el dilema si tanga o braga, que ropita me quedara mejor, maquillándome y peinándome, me manda fotos al wasaap para que le escoja la corbata que se ha de poner, un show!!
La semana pasada tuve que ir de viaje a Albufeira (Portugal) con mi jefe, porque su secretaria no podía entonces me tocó a mí. Al principio pensé que vaya aburrimiento toda una semana fuera de casa pero el viaje fue con una buena dinámica fantástica. Tanto que fuimos de cena desinformados, totalmente como amigos, nada de trabajo de por medio y alucine con la mentalidad del viejito. La noche como no tuvo su vino y sus cervezas previas, eso tiene unas consecuencias. Tuvimos contactos, nuestras manos se acariciaban, un buen rollo espectacular tanto que no quería que acabara ese viaje y todo sin saber lo que pasaría. Es noche como ya era mediado de junio, decidí ponerme el vestidito que tenía, era un poco sencillo, pero suficiente para que cualquier hombre le llame la atención. El vestido tenía un escote interesante que dejaba ver parte de mi carne (uso una 90), y bueno medio muslo el como un gran “gentleman” tengo que reconocer que me dejo pasmada como tratar a una mujer, cualquier chaval de 20 años tendría que aprender de este hombre. Entre yo que voy como una niña de 16 años y el hombrecito, me dejaron las bragas impracticables. Hablábamos reíamos, y yo cada vez era más feliz y menos quería que se acabara ese viaje. Todo en el restaurante fue mejor que en las pelis y por mi cabeza solo rondaban cosas malas que seguramente no pasarían, él era un hombre casado y solo le gustaba encandilar a mujeres .Antes de salir del restaurante fui al baño, allí hice mi pipi de rigor, pero alucine cuando lleve mi mano con el papel a mi coño, estaba empapada de flujos!!! Así que salí de allí con un calentón brutal. Al salir del lavabo, allí estaba el pagando la cuenta de la mejor cena, lo mire y sonreí tontamente, al llegar a él no sé si del vino o del calentón me acerque tanto a él que mis pechos quedaron anclados en sus brazos, haciendo que estos se realzaran aún más. Yo en ese momento era la niña buena, la chica que se liga al sesentón para que le pague sus caprichos, pero me daba igual quería ser lo que fuera de ese hombre. Vi como el hacia un vistazo a mis tetas y giró la cabeza de nuevo para seguir charlando con el camarero, el cual también miraba mis pechos y me sonreía constantemente. Pagó y salimos del restaurante, cogidos del brazo.
Después de la charla de única e inigualable charla de como ligar a las mujeres que me dio mi jefe, me llevo a un garito de la playa que era paz tranquilidad y el lugar perfecto para esa noche. Nos sentamos en unos sofás espectacularmente cómodos, y la charla siguió, hasta ese punto que siempre ocurre entre mujeres y hombres, no sabes si lanzarte o no, en este caso fui prudente. Mi cabeza no paraba de pensar en hacer cosas malas pero ya volvía el angelito malo a recordarme que el hombre era casado y que podía depender un trabajo dependiendo de mis comportamientos. A la vez pensaba, que hombre te va a rechazar en este lugar, lánzate acaríciale, bésalo haz que esto sea una de las mejores noches de tu vida. A veces cuando él me hablaba sentía como mi coño palpitaba e incluso resbalaban mis labios vaginales. Una vez que él se levantó a por otra copa más fresquita, de tanto hablar se nos calentaban, no pude evitar mirarle el paquete cuando lo tenía justo delante de mí. Cuando vi que se alejaba no puede resistirme y metí mi mano entre mi vestido para separar mis labios empapados y sentir un poco de fresquito mientras abría mis piernas, empezaban a chorrearme las piernas y todo. Al llegar yo le esperaba con las piernas de nuevo cruzadas y con una sonrisa de niña buena.Pero llego ese silencio que esperaba, ese silencio que te permite mirarle a los ojos y que me digieran lánzate a por mí. Mis piernas no paraban de cruzarse y descruzarse porque me gustaba sentir el coño húmedo. Hice un pequeño acercamiento a él, mi cabeza iba a 1000 revoluciones por minuto, no sabía qué hacer, hasta que el, como llevaba haciendo toda la noche, ataco. Su mano, que de vez en cuando se apoyaba en mi rodilla, esta vez se movía lentamente mientras comentaba algo interesante de lo que tuve que desconectar al ver que su mano no paraba de avanzar. Al ver que su mano se introducía por mi vestido, mi mente se bloqueó, haciendo que cerrara mis piernas intuitivamente, no me pasa muy a menudo esto, aunque mi cuerpo se calentaba cada vez más i más. Así que el maestramente, con su misma mano, abrió su mano haciendo abrir las mías, entonces ya deje que hiciera. Fue tanto el placer de sentir como recorría mis piernas, que mis piernas se abrieron y le facilitaron el camino, el pero eso no paraba de conversar conmigo. Su mano llego a mi coño, mis ojos estaban salidos de mi órbita, mi respiración se aceleraba y el seguía como un señor, sereno y caballeroso. Yo me moría de vergüenza porque notaba como los flujos, que ya estaban en mi parte interior del muslo ya los había alcanzado y desvelaba mí excitación previa. Pero ahora no era momento de pensar en eso me centre en esas manos que me acariciaban, me abrí de piernas y en breve localizó mi clítoris el cual se movía entre mis flujos con mucha facilidad. Entonces Dani pregunto:
-D: ¿Te gusta?
-C: Eres fantástico ( mi voz acelerada)
En ese lugar nadie nos podía pillar, estábamos cerca de la playa, a las tantas, en un garito donde un jueves no había nadie.
El siguió dando caña a mi clítoris, yo le miraba como trabajaba y el alcohol empezó a hacer efecto en nosotros. Los cuerpos mas calientes, las mentes ardiendo y acelerada de revoluciones.
Me abrí mas de piernas, el vestido se acortaba cada vez mas pero la ocasión lo merecía, el también se acomodaba y me daba placer, jugaba con mi clítoris de una manera diferente a como me lo habían hecho hasta ahora, a veces me ponía un poco nerviosa ya que era muy pausado, pero que fuese el me excitaba muchísimo.
Yo ya estaba completamente abierta de piernas, el no paraba de dedearme el coño. Mis tacones se doblaban hacia el exterior, mis piernas se abrían y cerraban sin cesar. Dani estaba concentrado en lo mio, metía los dedos y me acariciaba el clítoris de forma magnifica a veces a dos manos. Después de un rato, mis piernas empezaron a tambalearse. Mis manos agarraron su brazo y mis piernas temblaron sobre mis tacones, cerré los labios para que no salieran mis gemidos. aquí estaba mi recompensa, un orgasmo con lo mas mínimo, las caricias de mi jefe en mi coño.
Me acicale un poco colocándome bien las bragas, pero a mi jefe le falto tiempo para hacerme el típico gesto de ...NO NO!!!
D: las braguitas son mías.
Sonreí y solo me quedo bajarlas y sacarlas para dárselas en la mano.
Nos dimos un beso y nos dirigimos al hotel.