Mi nuevo instructor (parte 5)
¿Qué iba a cambiar después de aquel sexo desenfrenado que habían tenido Tony y Neo? ¿Por qué camino seguirían sus vidas? ¿Juntos o separados?
Me fui directo a la ducha sin volver a mirar atrás, completamente confuso por los sentimientos, las sensaciones y los actos que había habido tan sumamente diversos en esa tremenda follada que había tenido con amo Neo. Sentía mi cuerpo arder, empapado de sudor y semen, aun completamente agitado por la excitación de todo el momento y sobre todo por ese abrupto final que no llegaba a entender.
Me metí en la ducha sin pararme a pensar, pero de pronto llego a mi mente un detalle que se me había escapado, en esos últimos comentarios amo Neo había dicho mi nombre, MI NOMBRE, no me había llamado chaval ni niño ni putita ni nada más que Tony. Estaba tan absorto en ese pensamiento que no noté como el agua a pesar de estar tibia iba enfriando mis músculos y estos empezaban a temblar por el esfuerzo y el dolor que había sentido, de pronto caí desplomado de rodillas en la ducha, mi culo comenzó a arderme de una manera inaguantable pasé mi mano por él y me di cuenta de que seguía sangrando ¿Tanto daño me había hecho amo Neo? ¿Cuán profunda sería la herida para que no dejara de sangrar?
Unos segundos mas tardes intenté comenzar a levantarme, pero mis piernas no respondían, comencé a llorar de impotencia y de pronto de miedo por si él venia y me veía así.
-Saca tus fuerzas de donde sea, pero levántate gilipollas-me dice susurrando-si él viene y te ve así volverá a poner esa cara y no habrá vuelta atrás a tu regreso a casa, hay que intentar por todos los medios que se le pase esto y me deje quedarme aquí, necesito volver a sentir lo de hoy joder.
Me impulse con los antebrazos, los codos, las muñecas, sujetándome a cualquier superficie o mínima grieta que hubiera mientras forzaba a mis piernas a estirarse y sujetar mi peso. Tardé más de lo que había pensado pero finalmente lo logré, me enjagüe lo más deprisa que pude y volví a desplomarme.
Las lagrimas comenzaron a brotar de mi rostro sin parar por la impotencia de no controlar mi estúpido cuerpo.
-No ha sido para tanto como para estar así no valgo una mierda-pensé-al final voy a destruir por ser la misma mierda de siempre lo único que me ha hecho sentirme vivo por primera vez. Voy a perder la oportunidad de hacer que amo vuelva a tratarme como si fuera importante de nuevo. Eres un mierda…eres un mierda…eres realmente una tremenda mierda…-me repetía una y otra vez mientras el agua caía por todo mi cuerpo desde la alcachofa así aclarándome el jabón por si solo.
De verdad no sabía cuanto tiempo había estado allí cuando de pronto llamaron a la puerta.
-Chaval, estas tardando mucho te quiero en la cama, ya-dijo con una voz autoritaria a través de la puerta-
-Perdón amo ya salgo-le dije intentando disimular todo lo que estaba sintiendo en ese momento-
No se ni como conseguí sacar la fuerza con eso que me había dicho él y salí hacia mi habitación.
Nada más llegar a esta mi cuerpo dejó de hacerse el duro y me desplomé de nuevo en la cama sin vestirme, con el albornoz puesto, y viendo que esta vez no podía tan siquiera ya mover un dedo simplemente me resigné y comencé a tener sueño, cerré los ojos y me dormí.
-Chaval, te dejo la cena en el suelo de la puerta, cuando acabes déjala en el mismo sitio, lo quiero limpio que para algo he cocinado yo-me volvió a decir a través de la puerta con su voz autoritaria-
¿Cuánto había dormido? Ya era la hora de la cena y quedaba mucho tiempo cuando me dormí. Me levanté aun dolorido, pero con mucha mas fuerza que antes y me dirigí a la puerta a por mí plato intentando encontrármele antes de que bajara al piso inferior, pero no hubo suerte, amo Neo se había ido de allí lo suficientemente rápido como para que yo me lo encontrase.
Para mi sorpresa aquella cena era abundante, como cuando hacía las cosas tan bien que merecía un premio por ello, un puré de patatas con un filete de pollo a la plancha y de guarnición una tempura de verduras, de postre había un yogurt y de beber para mi asombro no había agua, había zumo ‘’ cuantas vitaminas en una sola cena’’ pensé y finalmente una minibarrita de pan integral.
Realmente no tenía mucha hambre y al ver toda aquella comida se me cerraba el estómago, a pesar de que aquella cena oliera a restaurante y su impresión fuera igual de exquisita. Sabía que amo Neo se cabrearía enormemente si no me terminaba aquello así que a pesar de tardar un tiempo enorme me lo acabé comiendo todo ahí mismo en el suelo de rodillas, estaba realmente deliciosa pero mi cuerpo quería expulsarla, no la aguantaba dentro, pero me relajé respiré y me senté en la cama. Un enorme pinchazo recorrió todo mi orto cuando alcancé la cama con el culo, me seguía doliendo el interior enormemente y me sentí realmente mareado, aún sin vestirme con el albornoz puesto y con la bandeja de comida dentro de la habitación me volví a quedar dormido.
Los rayos del sol que entraron por la ventana me despertaron en la mañana confundido, pensando que podía ser la luz de la habitación y que solo me había dormido minutos, pero ya era por la mañana y se escuchaba a amo Neo haciendo ruido por la casa. La bandeja de la cena no estaba en mi habitación y yo estaba arropado con una manta que desde luego no recordaba haberme depositado encima antes de dormir. Me ruboricé dándome cuenta de que amo Neo había entrado esa noche a la habitación mientras dormía, se había llevado la bandeja y en vez de castigarme por no hacerle caso, encima me había tapado con una manta.
De nuevo pensé en todo lo que había pasado el día de antes y mi polla no hizo más que ponerse completamente firme pidiendo a gritos otra ración de sexo desenfrenado, pero sabía que aquello no iba a ser tan fácil de conseguir.
Me vestí y bajé a la cocina donde escuchaba los últimos sonidos de mi amo, el estaba de espaldas a la puerta recogiendo los últimos cacharros que quedaban en la pila de la cena de ayer, me di cuenta de que la casa había sido recogida y limpiada a fondo, todo mi estropicio del día anterior había desaparecido, no quedaba rastro alguno de cualquier prueba que pudiese indicar que aquello había pasado.
-Buenos días amo, no se preocupe, déjeme a mi recoger lo que queda, me debería haber dejado todo igual que ayer para que yo lo hiciera usted no debería haber hecho nada, siento muchísimo todo el desastre que causé ayer, siento muchísimo todo lo que pasó y que usted haya tenido que desprenderse de algunas cosas que rompí y tuviera que limpiarlo todo porque yo acabé dormido, soy una mierda como usted dijo, lo siento mucho de verdad- dije mirando todo el rato al suelo y con la voz completamente quebrada-
-Ve a tu habitación, y recoge todas tus cosas, para cuando hayas terminado ya estará todo listo para meterlas en el coche y volver a tu casa- dijo sin ni siquiera darse la vuelta-
-No amo por fav…
-Mira niñato, no te quiero aquí, tu simple presencia me hace tener arcadas-me siguió diciendo sin tan siquiera mirarme a la cara-Haz lo que se te ha ordenado o volver a tu casa con un esguince en la mano-me recalcó-
Sin responderle y notando como lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos mojando mis mejillas me dispuse a hacer lo que se me había ordenado.
Cuando ya había terminado de recoger todas mis cosas y fui a quitar las sabanas de la cama, los calzoncillos que había ocultado en mis pantalones aparecieron junto a ellos debajo de la cama.
-Estos me los quedo, si no me dejas quedarme al menos tengo que seguir recordando el día de ayer, lo necesito-me dije a mi mismo en voz alta-
Los guardé en los pantalones que en ese momento llevaba cuando por fin acabé de hacer todo en la habitación, bajé junto con mis maletas a la puerta que ya estaba abierta esperando a que yo saliera con el coche en la verja arrancado.
Me paré en seco justo antes de salir de aquella casa esperando que algo se me ocurriera para evitar el desenlace que estaba a punto de ocurrir en el momento en que yo me metiera en ese coche, pero nada de lo que me venía a la mente iba a cambiar eso.
-Chaval, sube tus cosas al coche y espabila que nos queda un largo camino por delante, y cuanto antes te pierda de vista mejor-me dijo mirándome con la mirada completamente helada-
Titubee unos segundos, pero finalmente me resigné, nada que yo hiciera iba a evitar que ese hombre me echara de su casa, y que su odio se transformase en deseo.
Esta vez el viaje iba a ser muy diferente, yo volvía a estar atrás pero esta vez sin esposas, con el cinturón puesto y sin ni una sola palabra por parte de aquel hombre que me volvía a llevar a casa.
5 o 6 minutos más tarde justo cuando faltaban a penas 3 kilómetros para salir de aquel bosque el calzoncillo se escapó de mi bolsillo a los pies del asiento contrario, lo que me hizo tener que agacharme a recogerlo.
-Chaval¿Qué haces?-me dijo por primera vez en todos esos minutos que llevábamos montados en el coche-
-Na…nada-le dije yo avergonzado-
-¿Me vas a decir que haces agachándote al suelo a recoger algo?-me volvió a repetir-
-En..enserio amo que no es nada, me agachaba porque me picaba la pierna nada más-le intenté mentir-
-Mira chaval, he llevado detrás del coche a multitud de personas a lo largo de mi vida y se cuando se agachan de una forma u otra. ¿ Qué has cogido de mi casa?-esta vez ya tenía un tono mucho mas autoritario-
-Yo no cogería nada suyo después de…
-¡!Calla!!-gritó parando el coche en seco-Se que mientes niñato embustero-
Se bajó del coche y abrió mi puerta viendo que tenía en mis manos su calzoncillo sucio.
-¿Qué cojones?-dijo con voz de desagrado y mirada fría-Dame eso chaval-
-N…no-le dije por primera vez en mucho tiempo-
-¿Perdona? No te he oído chaval- me hizo entrecerrando los ojos-
-¡Que no!-le grite intentando hacerme el valiente-
Acto seguido él se abalanzó sobre mi intentando quitármelo, a lo que yo respondí intentando ocultarme con todo mi cuerpo en una bola, pero el logró meter sus manos entre las mías. Poco a poco lograba abrirme dedo a dedo cuando sin ni siquiera pensarlo le metí una patada con ambas piernas que hizo que saliese del coche y callera al suelo.
-Lo…lo siento mucho de verdad-le dije con la voz completamente destrozada-
-Sal del coche-me devolvió el incorporándose y sacudiéndose el polvo del camino de tierra-
Después de lo que había pasado yo no podía negarme ante esa petición, desde luego que no podía seguir comportándome de esa forma si de verdad deseaba aquello que me había hecho engancharme por aquel hombre al que deseaba con todo mi ser. Salí del coche con la cabeza baja y el cerró la puerta a mis espaldas entrando el por la puerta del conductor.
-Siguiendo la carretera hacia la izquierda a un par de kilómetros hay una parada de bus-me dijo sin mirarme-tardan aproximadamente 3 h en pasar cada vez, pero el próximo debería pasar en unos 45 minutos, cógelo y ve a la estación de autobuses, allí hay un bus directo a donde vives-Dicho esto me arrojo a los pies unos billetes-Con esto deberías tener suficiente, y ahora lárgate, no te quiero volver a ver en mi vida-
Sus palabras cada vez me afectaban más hondo, de verdad que la había cagado tantísimo como para destruir lo único que empezaba a hacer que mi vida tuviese algún sentido.
Me quedé allí en el suelo después de recoger los billetes que había arrojado por la ventanilla, viendo como se alejaba el coche adentrándose en el bosque.
-Eres una puta escoria-me dije-¿Ves lo que haces siendo tan impulsivo? Te has quedado con unos calzoncillos que perderán su olor en unos días y has perdido a la fuente de aquel olor y sabor que hacen de tu vida algo menos triste que antes.!Eres puta escoria!-me grité-Y todo por que este puto cuerpo inútil que no vale ni para ser penetrado ayer decidió que debía ser buen momento para sangrar.
Dicho esto, empecé a darme puñetazos en la tripa y la cara hasta quedarme sin aliento y hacerme caer al suelo, me puse a llorar respirando contra la arena que entraba a mi boca resecándola por completo y todo manchado de polvo miré por donde había venido el coche.
-No, no puedo dejar que esto se acabe así, mi vida era una mierda sin sentido hasta que apareció el con ese olor y ese sabor, y sobre todo esas ganas de hacerme parte de algo-volví a repetirme mientras por los golpes un hilillo de sangre salía por mi boca, me había roto el labio-
Me puse de pie y caminé dirección la casa de amo Neo. Ya pasado un tiempo comenzó a oscurecer, lo que hacía que cada vez se viera menos el camino y por si fuera ya poco a lo lejos se empezó a escuchar como una tormenta comenzaba a llegar.
Llegó un momento en el que ya no sabía dónde estaba, seguía el camino de tierra pero oía aullidos de lobos o perros que comenzaron a asustarme.
-¿!Hola?!-Grité a la nada- ¿Hay alguien ahí? ¿Amo Neo?
En cuanto terminé la frase unos ojos amarillos se presentaron a unos metros de mi mirándome mientras escuchaba un rugido. Salí corriendo como si mi vida dependiera de ello, o mejor dicho, ya que mi vida dependía de ello, no se cuanto corrí ni siquiera se hacia que dirección pero desde luego que no paraba y el camino de tierra cada vez estaba más lejos de mí. Corría tan deprisa en la oscuridad que no veía ni los arboles que tenía delante, tanto fue así que coche de cabeza con uno, el choque fue tal que caí redondo al suelo, y de broma bastante graciosa, o más bien sin gracia alguna para rematar comenzó a llover.
Me quedé sentado en el tronco de aquel árbol, mientras sentía como la lluvia cada vez cogía mas fuerza y los truenos se acercaban a gran velocidad, los rayos iluminaban por completo el bosque a lo que me dejaron ver tras tocarme la cabeza, ya que me dolía, que me había hecho una gran brecha que no paraba de sangrar, la sangre empezó a meterse en uno de mis ojos y esto hacía que se me nublara la vista.
Chillé y chillé socorro y ayuda hasta que no me quedaban más fuerzas y sentí que iba a perder el conocimiento, en ese momento cuando aun mi me había terminado de desmayar pensé en todas las cosas que había hecho a lo largo de mi vida y pensé en que ese iba a ser mi final, un final de película, devorado por lobos en un bosque solo y olvidado, odiado por todo el mundo, realmente ese final me pegaba, después de todo ya no me importaba acabar así la verdad.
Me desperté sintiendo que volaba, como si estuviese en el cielo y fuera transportado por una nube, abrí los ojos y allí estaba, amo Neo no se como me había encontrado, en la oscuridad, debajo de la lluvia, antes que esos malditos lobos, muchas preguntas llegaron a mi cabeza ¿Cómo me ha encontrado? ¿Me estaría vigilando para que me fuese? ¿Se preocupa por mi de verdad? Todas estas preguntas las quería hacer en ese momento, pero ni el me miraba ni yo podía articular palabra. Volví a sentir que se me nublaba la vista y me volví a quedar sin conocimiento.
Para cuando quise volver a despertarme ya era por la mañana y hacía un hermoso día de sol, con pajaritos cantando y un olor a comida recién hecha que inundaba toda la casa.
Me percaté de que estaba en una cama, pero me eché las manos a la cara poniéndome completamente rojo cuando me di cuenta de que estaba en la cama de amo Neo, desnudo, arropado por un par de mantas y una gasa en la frente tapando mi herida de la cabeza, en la mesilla vi agua oxigenada, unas gasas y un cuenquito con algodones manchados de Betadine que seguro había usado para curar mi herida de la cabeza, también, tenia curas hechas en arañazos por los brazos y la cara.
A los pies de la cama había una muda de ropa y un calzoncillo encima de todo el montón que me hizo sorprenderme enormemente. Me vestí y comencé a bajar las escaleras hacia el piso inferior.
Cuando llegué a la cocina amo Neo estaba haciendo el desayuno, bueno más bien terminándolo, había puesto un plato en la mesa con cubiertos y una servilleta, un zumo recién exprimido de naranja y un poco de agua.
-Bu…buenos días amo-le dije cabizbajo- Siento mucho que usted tuviese que curarme y dejarme dormir en su cama
-Buenos días chaval-me respondió frio-Desayuna y vuelve a mi cama, tengo que ir al pueblo a por unas cosas, volveré en unas horas, tú dedícate a descansar, si comienzas a hacer esfuerzos se te abrirán las heridas y me mancharas el suelo y las sábanas de sangre, y no queremos eso.
-Si…si amo…-le devolví con la voz quebrada-
Acto seguido y sin mirarme a la cara me echó al plato unos huevos revueltos con bacon, patatas y salchichas que me había preparado.
-Yo hace rato que desayuné-me indicó- Pero aún está caliente la cafetera, si quieres un café háztelo, no sabía si te gustaba por eso no lo hice yo-siguió diciendo sin aun mirarme a la cara- Bueno, adiós.
Dicho esto, salió por la puerta, todos esos detalles no los había tenido jamás, me sentía realmente confuso y no entendía nada pero al mismo tiempo me sentía enormemente feliz, desde luego no sabía que había pasado pero aquello me encantaba y podía y quería soportarlo más veces.
Me preparé un café como él me había permitido, me comí aquel desayuno como si fuese un manjar de un restaurante de estrellas michellin, lavé los platos y los coloqué.
Comencé a sentir como me empezaba a marear y eso hizo que resonaran sus palabras en mi cabeza ‘’ si comienzas a hacer esfuerzos se te abrirán las heridas y me mancharas el suelo y las sábanas de sangre’’ así que por si acaso subí a su habitación y me tumbé en la cama nuevamente.
Estaba ruborizado y con una sonrisa de oreja a oreja hasta que mis ojos fueron a parar a esa foto del mueble, esa dichosa foto ¿Quién coño seria ese tal Joseb que hacía tambalearse tanto el interior del hombre que comenzaba a gus…espera espera…¿Mi amo neo estaba empezando a gustarme de verdad? ¿Cómo se gustan las parejas? ¿Cómo cuando quieres empezar a tener algo serio con alguien y dejar de ser amigos? Dios no podía creerme aquello que estaba pasando por mi cabeza.
Unos minutos mas tarde y mirando con recelo a la foto de aquel hombre me quedé dormido nuevamente.
Esta vez me despertó el sonido de la puerta de la casa al abrirse, amo Neo ya había llegado, realmente no sabía cuanto había pasado, pero por lo visto bastante, puesto que el olor a comida venía acompañado con él, supongo que suponiendo que yo no haría nada y que se le haría tarde, había decidido comprar algo ya hecho y traerlo a la casa.
Poco después escuche como iba subiendo por las escaleras, poco a poco y la verdad cuanto más de él veía cuando subía por ellas mas rojo me iba poniendo, me estaba dando vergüenza verle después de todo lo que había pasado, y sobre todo después de darme cuenta de que me estaba empezando a gustar, a gustar de verdad, esos últimos detalles que había tenido y ese sentimiento que me hacía tener de protección verdaderamente me volvían loco.
-Ey ¿Cómo te encuentras? ¿Has podido dormir un poco?-pregunto con su vos y miradas frías de siempre-
-Si…muchas gracias amo por dejarme dormir aquí se duerme genial-le respondí aun ruborizado y mirando a las sabanas-
Traía una bolsa consigo, con cajitas dentro que apoyó sobre la cama.
-Vamos a ver como está esa herida de la frente ¿Bien?-asentí con la cabeza-
El me fue quitando poco a poco el parche con la gasa.
-Vale, esta bien, no fue tan grave como parecía en un principio. Mírame-me dijo cogiendo una linterna y pasándomela por el ojo- Síguela, genial no tienes nada más que el golpe por fuera ninguna herida interna ni nada semejante.
Sacó las cajitas de la bolsa y me di cuenta de que eran medicinas.
-Estas y estas te las tienes que tomar 3 veces al día, después del desayuno, comida y cena, a partir de hoy comerás y cenarás todos los días-le miré asombrado- Si chico si, eres una puta lapa que no me deja vivir y te odio por ello pero casi mueres esta noche y no te puedo llevar a casa así tu padre me mataría a mi si sabe que te dejé tirado por la noche en el bosque. Estas son solo si notas que el dolor es tal que te mareas tanto que te vas a caer al suelo, pero solo puedes tomar 1 en el día.
Por último cogió una cajita alargada y sacó una crema de ella.
-Y esto…bueno…es para el ano, anoche te lo examine y tienes al menos 3 macrorroturas en él, si no te la echas cada 4 horas cuando vayas al baño te desangrarás al mismo tiempo y sería una forma más penosa aun que la de anoche de morir.-me dijo entre risas sin cambiar la expresión de sus ojos-
Me ruboricé tanto que me tape la cara con la manta.
-Venga chaval, esas macrorroturas te las hice yo, no deberías ponerte rojo…y…oye…disculpa-recalcó- Debí ser mas cuidadoso, pero no volverá a pasar, tu y yo jamás nos volveremos a acostar. No más azotes, no mas hostias, no más si amo y esas cosas, llámame Neo, Con respeto, de usted y siempre haciendo caso, pero Neo.
-Lo siento amo, pero eso no lo acepto-le recalqué ahora yo- usted es mi amo y siempre será así, adoro que sea así y no quiero que eso cambie.
Acto seguido me lancé a su boca y comencé a acariciarle el bulto que tenía entre las piernas, se notaba que aquello que le había dicho y lo que le estaba haciendo le estaba gustando mucho porque eso crecía rápidamente. Durante unos segundos el me devolvió el beso pero finalmente se separó de mi.
-¡Tony!-volvió a decir por segunda vez durante todo es proceso-No, y no es no, yo soy tu instructor y esto no está bien.
-Pero usted disfrutó-le dije-Y yo quiero volver a sentir aquello
-Tony que no, mira como estas, dolorido y con macrorroturas internas estás loco, tienes prohibido volver a tocarme si de verdad quieres quedarte, o si no, te llevaré de nuevo a casa, esta vez esposado al coche para que no hagas movimientos raros.
Asentí, y se fue cerrando la puerta a su espalda.
Yo realmente no estaba para nada convencido de aquello, lograría de una forma u otra lo que quería, aunque ello significara violarme con su rabo mientras dormía, conseguiría idear la forma para que el deseara volver estar dentro de mí, sin dudarlo lo haría, prefería morir antes de no volver a sentir a ese hombre y su cuerpo, y desde luego que mi meta la iba a cumplir como que me llamo Tony Jilfiguer.
¿Qué os parece el camino por donde está dirigiéndose la relación de Tony y Neo?
¿Cómo os creéis que es realmente Neo, y por qué ahora ha tenido esos detalles después de todo lo que le había dicho a Tony y como se había comportado con él desde un principio?
Todos vuestros comentarios y opiniones serán bienvenidos, me encanta poder leerlos y saber lo que mi relato os está haciendo ya sea en el corazoncito o en una parte mas abajo, aunque es verdad que por el momento sexual solo ha sido el cap 4
POR EL MOMENTO...:P