Mi nuevo instructor (parte 1)
Tengo 19 años y la verdad una larga lista de mierdas a mi espalda que cada vez que crecía me iba dando más igual. Soy un chico de un metro setenta mas o menos, bajito para los demás y con algo de tripa, sin llegar al sobrepeso, yo mismo decía estar en una complexión normal.
Tengo 19 años y la verdad una larga lista de mierdas a mi espalda que cada vez que crecía me iba dando más igual. Soy un chico de un metro setenta mas o menos, bajito para los demás y con algo de tripa, sin llegar al sobrepeso, yo mismo decía estar en una complexión ‘’normal’’.
A los 13 años quemé un contenedor de basura de mi calle, a los 14 tire por la ventana de clase la silla de un compañero al que odiaba, a los 16 le escupí en la cara a un profesor por decirme que era un victimista cuando le conté a la orientadora del colegio que me odiaba porque todo el mundo me hacía bullying, y en casa mi padre me trataba como una grandísima mierda porque era rebelde y no ayudaba, si no que me decía, ''se un hombre'' alguna vez que me había pillado llorar en mi cuarto contra una almohada, pensando que lo hacía por estrés de estudio. A los 17 fui con una navaja al instituto y amenacé a todos los que normalmente me acosaban en los baños y pegaban en la puerta. A los 18 les dediqué una carta a mis padres diciéndoles cuanto los odiaba y cuan mal padres eran, me fui de casa y dos días después de estar en casa de unos amigos de mis padres volví. Mis padres me recibieron llorando y pidiéndome perdón jurándome que todo cambiaría para bien, pero 3 o 4 días más tardes se presentó un hombre en nuestra casa diciendo que iba a ser mi instructor y yo me largué de la casa, pero cuando volví ahí seguía, suponía que esas horas mis padres las tendrían que pagar pero no me importo. Finalmente accedí a ir con él, iban a ser 3 o 4 meses dependiendo de mi comportamiento pero el muy hijo de puta desde el minuto uno de llegar ya me hizo pesar el suelo con un empujón y dijo que allí me haría ser un hombre recto, asique me largue y día y medio de viajes más tardes, con el dinero que le había robado a otro compañero en la noche me largué de ese campamento de neonazis como yo decía, llegue a casa. Después de eso a los 20 tuve otro, pero quemé la cabaña en la que nos alojábamos para que me echaran y lo logré.
Mis fechorías siguieron hasta hace 2 días cuando decidí que empezar a fumar crack que vendían los yonkis de la puerta del instituto a escondidas era buena idea, y más aún si encima para joder me lo fumaba en la habitación de mis padres para que les oliera hasta la ropa limpia de eso. Mi padre era guarda civil perfecto para hacerle putadas así.
Pero...aquí me encontraba ahora despierto de sopetón por dos hombres que me sujetaban contra mi cama, en mi habitación a las 4 de la madrugada logré ver en el reloj, me di cuenta de que eran mi padre y otro hombre vestido de sport, para nada parecía un poli o instructor, más bien un puertas de discoteca de los antiguos. Entre los dos lograron zafarse de mis patadas e intentos de fuga y me fueron haciendo bajar a la puerta de salida, mi madre se encontraba llorando en la puerta diciéndome ''perdona Tony perdona, esto te vendrá bien lo siento de veras’’, ‘’Sois unos hijos de puta le dije chillando'' y le escupí en la cara. Después me metieron en un coche con ese extraño hombre al volante y yo detrás con una reja en medio del coche como un coche policía. El hombre inicio la marcha y pasada 1 h me comenzó a hablar.
- Va a ser un viaje bastante largo-me dijo con una voz potente y completamente fría- Deberías dormir.
- Vete a la puta mierda poli basura- le dije con todo el tono y desprecio que pude sacar-
- ¿De verdad crees que soy poli chaval?-Dijo riéndose pero sus ojos y expresión se veían por el espejo y seguía siendo completamente frío-
- ¿Qué coño eres si no payaso? – le volví a responder-
Se metió en una pequeña carretera de arena que hacía que incluso ese coche todo terreno con los baches pegara golpes bruscos y paro en seco aproximadamente dos kilómetros después entre malezas, se notaba que ese camino era uno al cual ya hacía demasiado tiempo que nadie lo usaba. Miré el reloj del coche y eran las 6 de la mañana y comenzaba a amanecer.
-Baja del coche-me dijo completamente seco-
- ¿Y como quieres que lo haga si estoy esposado puto gil…-me corto cerrando su muerta de un portazo, abriendo la mia y sacándome cogiéndome de la camiseta, no sin antes quitarme el cinturón claro-
Me tiro al suelo de boca y empecé a escupir arena que había tragado.
-¿Qué cojones haces sub..-viendo lo que iba a soltar me metió una patada en la tripa-
-Calla la puta boca chaval -dije siguiendo en todo momento con esa cara completamente inexpresiva- No vas a volver a hablar mal en tu vida, y mucho menos vas a insultarme o faltarme el respeto-
-N..no te lo cre…ees ni tu- le dije riéndome entrecortadamente aun dolorido por la patada anterior- ¡Esto es ilegal! -Le chille, pero el solo se rio con su rostro inexpresivo-
-Mira chaval, yo se de legal o ilegal, soy un expolicía que ahora se dedica a limpiar de mierda a muchachos como tu, y te aseguro que te voy a limpiar la mierda, pero para ti no va a ser nada fácil asique mejor si nos llevamos bien ¿si?-dijo sonriendo pero con una mirada completamente fría-
-Mire usted expolicía mi padre es guardia civil y cuando le cuente esto…-me volvió a cortar con una risa completamente fría-
-Chaval…chaval…Robert-así se llamaba mi padre- Me lo pidió desde hace 2 años y yo me negué por ser su hijo, mis métodos son muy duros y el lo sabe, evidentemente no he llegado a matar a nadie, pero depende de como son los chavales sufren mas o menos lesiones en este tiempo…y tú no querrás eso -me miro con ojos fríos y completamente penetrantes-
Comencé a mirarle completamente aterrorizado, me daba miedo lo que decía y mucho mas aun su mirada inexpresiva parecía que era un asesino a sueldo o algo parecido mas que un policía. Durante un par minutos, que a mí me parecieron horas, en los que sus ojos no dejaban de penetrarme y yo sudaba y tragaba saliva constantemente, me cogió de nuevo me puso de pie, me sacudió el polvo de la ropa y me metió en el coche de nuevo, esta vez sin cinturón.
-Tío el cinturón- le dije-
-Te he dicho que me hables con respeto y como se que así de primeras no lo haras cuando me toques los cojones frenaré de golpe para que te comas los hierros y empieces a entender donde estás, no puedo estar parándome a pegarte cada dos por tres, no llegaríamos a donde debemos en varios días – rio sin ninguna gana-
El viaje desde ese momento fue duro para mi estaba acojonado y el solo me hacía hablarle todo el rato para que cometiera fallos y me comiese los hierros.
Llegamos a las 2 de la tarde a una parada de carretera.
-Chaval necesito estirar las piernas y comer algo – indico mientras salía del coche y se estiraba-
-Yo tam…
-Tú te quedarás aquí – indico cortándome- no vas a beber ni comer hasta que lleguemos y nos quedan aproximadamente tres horas más, no morirás deshidratado ni de hambre tranqui no te libraras tan pronto de mi – dijo riéndose de nuevo sin expresión en su rostro- De ahora en adelante solo comerás cuando te lo hayas ganado y solo beberas cuando yo vea que lo necesitas y la cantidad que yo considere
De repente me di cuenta de que aquello iba a ser una tortura completa que jamás había sufrido y que jamás pensé que iba a sufrir, y empecé a llorar intentando ocultarme
- Tus llantos no me harán NADA – recalcó- pero deberías contenerte, yo no soy de los que piensan que llorar es de nenazas ni mierdas de esas, pero te faltara antes el agua y me da pereza tener que darte- me aclaró mirándome fijamente-
Empecé a chillar socorro per el sacó una luz de poli de la guantera y la gente que había comenzado a mirar con preocupación cambió la cara a desdén, creían que era un delincuente que iba a ir a presión o algo parecido asique nadie vino en mi ayuda.
Pasaron 20 minutos cuando volvió con una botella de agua y terminándose un bocadillo de calamares, a mi no me gustaban los calamares, pero en ese momento me parecían super apetitosos puesto que hacía como día y medio que no había comido nada porque no me apetecía el día anterior comerme la paella que había hecho mi madre solo por lo feliz que parecía por como le había quedado.
Las 3 horas siguientes me parecieron un verdadero infierno teniendo en cuenta que ese hombre había dejado la botella de agua a mis ojos sin dejarme beber y yo estaba muerto de sed. Llegamos a un bosque y en medio de la nada estaba una casa con unas tierras enormes rodeadas por verjas con pinchos con carteles que decían ser electrizantes. El hombre salió del coche y hasta no haber cerrado las puertas con sus 5 o 6 candados no me dejo salir a mí.
-Estas 3 horas te has portado bien – me dijo- no has mediado palabra y no has pedido agua, asique aquí tienes un vaso, saco del maletero un vaso de plástico y me lo dio poco a poco el.
-¿Me vas a quitar las esposas? – le pregunté, cuando de pronto me dio una bofetada que me tiró al suelo-
-¡Hostia!- dijo- perdona es la costumbre, se me olvidaba que no te había dicho aun las normas – rió con su mirada fría de costumbre-
Me llevo a la casa no sin antes taparme los ojos y decirme que después la vería y me haría un tour por ella pero que primero tenía que estar atento a las normas y aceptarlas.
Me bajó a lo que parecía un sótano para hacer deporte lleno de máquinas para ello.
-Este sótano será tu sitio de entrenamiento, vas a ponerte en forma comas o no, te desmayes o no, tendrás que hacer deporte o sufrirás castigos- dijo con sus característicos ojos inexpresivos pero penetrantes-
Me cogío de las esposas y me las abrochó a unas barras de metal que había en la pared, luego se fue y volvió con una fustiga. Empezó a bajarme los pantalones y como me resistí me los rompió haciéndome daño en genitales.
-Mira yo voy a ir dándote latigazos en el culo con esto y tu vas a ir contando cada latigazo que te de, a partir del 10 empezare con mis normas, pero tienes que habituarte a hablar con el dolor o no podre escucharte luego, por eso los 10 primeros- me explicó- puedes llorar, gritar, intentar zafarte y todo lo que quieras pero nadie te oirá, asique yo que tu no malgastaría saliva que no vas a beber agua hasta dentro de 3 o 4 horas.
Comencé a llorar y vino el primer golpe, fue tan fuerte que mi culo solo rebotó y medio salte del suelo.
-¿Vas a contar o te los doy en la cara a ver si te salto un ojo?- me dijo al ver que 3 segundos después no empezaba a contar-
-U…uno- dije mientras mis lagrimas caían con mucha mas fuerza que antes y le propinaba una mirada de odio a través de las piernas que me había forzado a abrir-
-D..dos- seguí repitiendo al siguiente-
Como dijo al décimo comenzó a hablar.
-Lo primero y mas importante, te dirigirás a mi como amo, ahora eres mi perro y debes ser respetuoso, delante de la gente, si es que vienes a comprar alguna vez conmigo, me llamarás Don Neo, por cierto, Neo es mi nombre Nero Breickbery encantado-sonrió frio y distante-
-Once…-dije después del siguiente golpe-
-Lo que sea que quiera darte de comer lo comerás sin rechistar, aunque sea una mierda de un perro en la calle-dijo rotundamente-
Siguieron así sus golpes junto con sus reglas, hasta la última.
-Todas, y repito, todas las normas son completamente obligatorias, si no acatas alguna volveré a hacerte esto con el doble de fuerza y una vara con bultos que duele el doble-dijo mirándome a los ojos- ¿Ententido chaval?
-Si..si amo…-dije con la voz completamente rota-
Segundos después cuando me quitó las esposas y me incorporé me di cuenta de que una tienda de que tenia el rabo completamente duro, me pregunté que cojones hacia mi rabo así, esa tortura no me había gustado en ningún momento, yo no era así, ¿o sí? La verdad que durante los golpes cuando estos se acercaban a mi ano me habían producido escalofríos ¿Habría sido por eso? Ni siquiera yo lo entendía, solo quería ocultarle esa erección a ese hombre. Pero el no se percato de ella en ningún momento.