Mi nuevo empleo
Cuando llegué a mi nuevo empleo no pensé que fuera objeto de un minucioso examen
Mi nuevo empleo
Hola me llamo Esperanza, tengo 36 años y soy Asistente de dirección. Tengo el cabello castaño, ojos cafés y almendrados y mido 1.65. La verdad es que tengo buen cuerpo. Mis senos son grandes y tersos; mis pezones son oscuros y bien definidos y tengo un trasero firme y apetitoso… o por lo menos es lo que dice mi novio.
Este relato transcurre cuando comencé a trabajar en mi actual empleo, fue el primer día y obviamente tenía bastantes nervios.
La empresa está en la zona industrial de Tlaquepaque. El vigilante es un hombre de complexión mediana, moreno como de 1.70 cm de estatura.
—Discúlpeme, pero tengo instrucciones de sólo permitir el acceso a las personas una vez que sean revisadas—Dijo el guardia
—¿Revisadas?—Dije yo—¿Se refiere a revisarlas físicamente?
—Sí, normalmente está aquí una compañera que revisa a las mujeres, pero se ausentó y me temo que sólo estoy yo…
—¡Pero nunca me han revisado en ninguna otra empresa!—Dije
—Lo siento… órdenes son órdenes. Si usted no está de acuerdo, puede quejarse con el gerente, pero mientras tanto no podrá ingresar—me contestó
Como era mi primer día, no quería que me fueran a impedir la entrada. “¿Qué puede pasar?” me dije.
—Ok, de acuerdo, Dígame como quiere que me acomode para revisarme—Dije
—Oh no! No en este lugar—contestó—acompáñeme al privado que está atrás de usted.
Lo acompañé a una oficina que no había notado al lado de la caseta.
—Por favor, Apoye las palmas de las manos en el muro y abra las piernas—dijo
Ese día yo llevaba puesto un vestido muy ligero que me llegaba hasta los tobillos y se transparentaba un poco ya que odio ponerme fondo y menos con el calor que suele hacer. Zapatillas de tacón blanco y nada más.
Di un respingo cuando comenzó a tocar mi espalda.
—Disculpe—dijo— No quise asustarla
—No hay problema, sólo me sorprendió
Sentí sus manos recorrer mi espalda muy ligeramente. Tocándome sólo con las puntas de sus dedos. Mi piel se erizó pero no dije ni una palabra. Lentamente sus manos recorrieron mis costados y mis costillas…Yo sentía escalofríos cada que movía sus dedos como explorando cada centímetro.
—Ahora seguiré en la parte delantera—Susurró en mi oído e hizo que me sonrojara.
—Mmm sí—dije casi sin aliento
Pasó sus manos hacia adelante recorriendo el pliegue de mis senos… lenta… muy lentamente los fue subiendo y abarcando la totalidad de mis pechos. Como mi sostén era deportivo, no tenía copa y estoy segura que sintió mis pezones cuando se endurecieron.
Yo cerré mis ojos y me dejé “revisar”. Sus manos masajeaban lentamente mis pechos y después subieron hacia mi cuello, bajaron por mis axilas y de nuevo comenzó con mi espalda, pero esta vez sus manos estaban abiertas y me acariciaban por completo. Bajaban por mi espalda hasta casi mis nalgas y luego subían por mis costados y mis senos donde se detenían un momento acariciándolos por completo y finalizaba oprimiendo mis pezones duros como piedras. No sé cuánto tiempo estuvimos así pero no quería que se detuviera.
—Mmm!!—gemí sin darme cuenta
—Ahora continuaré con su cintura—me dijo al oído— y yo sólo asentí con la cabeza
Sus manos pasaron por mi abdomen, haciéndome cosquillas y con nuevo escalofrío recorriéndome la espalda. Lentamente bajaron un poco más hasta tocar mi pelvis y di un respingo que lo sobresaltó.
—Tranquila… relájese—me dijo con una voz ronca.
En ese momento ya estaba húmeda por la excitación de que alguien se percatara de la revisión tan concienzuda de la que yo era objeto.
Continuó tocando mi pelvis y deslizando sus manos hacia mis nalgas. Las apretó con las palmas abiertas y regresó a mi parte delantera… Una y otra vez acarició mi pubis y regresó a mi trasero, que a estas alturas yo elevaba cada que él lo tocaba.
Después bajó por mi pierna derecha acariciando la parte interna de mis muslos sin tocar mi entrepierna… yo abrí un poco más mis piernas para permitirle el acceso y él lo notó porque me dijo
—Ya casi terminamos… la revisaré muy cuidadosamente
—Claro!—Logré articular sin aliento—Tárdese lo que sea necesario
Bajó sus manos hasta mi tobillo y entonces las metió bajo el vestido… Al sentir el roce de su piel gemí y comencé a respirar entrecortadamente…
—Mmmm!! Creo que debo verificar muy bien—Dijo
Sus manos fueron subiendo por mi otra pierna, pero esta vez por debajo del vestido. Mis pantorrillas, mis rodillas y finalmente mis muslos. Me acariciaba y apretaba mientras se acercaba a mi vagina completamente mojada.
—Ah! Mmmm!!—Dije mientras levantaba mi culito un poco más mientras él estaba en mis muslos…
Sus manos me hacían perder los estribos… jugaba en mi entrepierna, pero sin tocar mi coñito. Cuando al fin lo hizo, fue con la mano completa como si reclamara una posesión.
—Te gusta putita?—Me dijo y me sobresaltó escucharlo decirme así. Me sorprendí a mi misma cuando sólo asentí con la cabeza con los ojos cerrados.
Sus dedos hicieron a un lado mi tanga y recorrieron desde mi ano hasta mi clítoris, yo jadeaba
—Aaaah! Mmmm! Ssí!—decía yo
—Que buen culo tienes mamacita!! Quiero acariciarte más—dijo
A estas alturas yo tenía el vestido arremangado en la cintura y la tanga movida.
—Cierra las piernas para quitártela—me dijo y yo obedecí
Me quitó la tanga y quedé completamente abierta para él… Me acariciaba las nalgas, bajaba por mis piernas y volvía a subir…me bajó los tirantes del vestido y me lo deslizó hasta el piso. Después me desabrochó el sostén y quedé desnuda excepto por las zapatillas de tacón. Sus manos recorrían mi vagina, mis nalgas mis senos… me pellizcaba los pezones y mientras sentía que me repegaba su paquete en el trasero.
De repente me introdujo un dedo en el coño y yo sólo me empujé hacia atrás haciendo que entrara completo.
—¿Qué es lo que quieres que haga?—preguntó conociendo la respuesta—¿Quieres que te dé por el culito?
Yo sólo quité mis manos del muro y me agaché completamente sin doblar mis rodillas. Me tomé las nalgas con ambas manos y me las abrí más exponiéndole mi culo por completo. Debo confesar que mi novio acostumbra culearme y me encanta cuando me penetra por el coño y con sus dedos me penetra el culo al mismo tiempo.
—Métemelo!! Penétrame!! Cógeme!! Ahora!! Mmm!!! Por favor… dame verga!!—dije fuera de mí
Sin hacerme caso, lentamente se quitó el pantalón dejando a la vista una verga hermosa, su silueta se recortaba como el mástil de una carabela española… lustrosa, con muchas venas y con un poco de líquido en la punta…
Acercó la punta de ese hermoso aparato y me recorrió desde el coño hasta el ano… así estaba lubricando para lo que venía…
Primero me introdujo la punta en el coño… yo sentí caliente, ardiente ese pedazo de carne. Sentía como poco a poco me iba abriendo a él. Sacaba la punta y la metía otra vez un poco más profundo mientras yo gemía como perra
—Aaaah!! mmmm!! Más!! Dame más!!
Cuando iba hacia la mitad, me empujé con fuerza hacía atrás y me la clavó completa!! ¡¡Qué delicia!!! Sentí que lo abrazaba con mi vagina.
—MMM!! Putita!! Te encanta la verga verdad??—dijo
—Sí!! Soy una puta y me encanta tu verga papacito, dame más!!— casi le grité sin importarme quien nos podría escuchar.
El empezó a bombearme duro, mientras yo me apoyaba en el suelo con las piernas abiertas y el culo al aire…. En un momento dado, me metió dos dedos en el culo sin dejar de bombear
—Te gusta zorra?—dijo—Quieres más en el culo?
—Mmm!! Aaaaahh!! Ssssí!!! Másssss!! Gmmmm!!—gemía yo
Entonces, sentí en la vagina algo duro y frío… lo sentí en mis labios mayores y cuando abrí los ojos vi que se trataba del garrote que siempre llevan los vigilantes. Lo estaba lubricando!!! Adiviné lo que venía y le dije
—Sí cabrón!! Métemelo!!
Lo puso en la entrada de mi ano y comenzó a empujar… Yo sentía que me partía por la mitad, pero mi calentura pedía más!
—Sigue!! Dame!! Aah! Sí! Así! No te detengas!!—decía yo
Me metió una buena parte y comenzó a meter y sacar intercalándolo con pene que no dejaba de penetrarme…la sentía hasta el estómago.
Yo me sentía completamente llena y se aproximaba un orgasmo como el que nunca había tenido!!
—Ah!! Sí! Me vengo cabrón!! Sí! Mmm!!! Aaagh!!! Qué bien te coges a tu putita!!—dije mientras me venía y mojaba el piso
Él aún estaba muy duro y no dejaba de penetrarme por ambos lados… a mí ya me estaba lastimando el ano y sentía rozado el coño, pero no se detenía… poco a poco el placer que sentí se volvía dolor…
—Me duele!! Por favor sácamelo—le dije
—No mi putita!!! Tú vas a hacer que me venga!! Ese es tu trabajo!! Si yo no acabo, tú tampoco!!—me dijo mientras me penetraba con más fuerza
Eso me calentó de nuevo y otra vez comencé a lubricarme. Me excitaba que me dijera puta y que me tratara como un objeto!!
—Sí papi Tienes razón!! Yo estoy para hacer que te vengas en mí…. Vente cuando quieras papacito!! Lléname de tu lechita en mi coñito o en mi culito… puedes venirte en mi boca o en mi cuerpo cuantas veces quieras!! Me encanta la leche!!
Eso lo calentó tanto que ya no pudo seguir aguantando. Se tensó y se detuvo mientras yo sentía un chorro caliente en mis entrañas y me venía por segunda vez!!
—Aaaaahhh!! Toma mi leche!!
—Agh! Síiii!! Dámela papi! Mmmm!!!
Sacó el garrote de mi adolorido culo y su deliciosa verga del coño… se escuchó un ruido de succión y me escurrió el semen por mis piernas
—Me quedaré con tu tanga y tu sostén—me dijo mientras me besaba en la boca
—Sí mi amor…quédatelos, siempre que venga será sin ropa interior…
—Ah sí? Entonces te prepararé ropa interior especial para cuando vengas!!—dijo con una enigmática sonrisa
—Mmm me encantaría probármela—dije
Cuando iba a limpiarme las piernas de toda la leche, me detuvo y dijo
—No… no te la limpies… que todos sepan que eres mía
—Ok mi vida—dije y me la distribuí como si fuera crema corporal en mis piernas
Me puse el vestido y tomé mi laptop para entrar a las oficinas… Lo que yo no sabía era que en el privado donde me “revisó” había una cámara de seguridad y nos estaban viendo… pero esa es otra historia.