Mi nuevo compañero de piso
Después de entrevistar a unos cuantos por fin encuentro al chico adecuado. Es reservado, no es un musculitos de gimnasio y parece que no da mucho el coñazo. Mi reto es meterme su polla bien dura en la boca hasta que no pueda parar de correrse.
Empezaré esta historia que sucedio no hace mucho presentandome como Chikadebarrio pero pueden llamarme Silvia, me mudé hace poco a Madrid a vivir en un barrio conocido el cual no compartiré aun ya que no es importante para la historia, lo que si es importante es decir que tengo 29 años, mido 1.62, rubia teñida y considero que tengo un cuerpo adecuado a mi edad pero con un poco de barriguita. Siempre me han gustado mis pechos pequeños con esos pezones rosados que sobresalen un poco y debo decir que tengo unas nalgas bastante grandes pero no tan robustas.
Tuvé exito en mi búsqueda de compañero de piso ya que después del fracaso en la eleccion del anterio compañeror, me había vuelto mas estricta en cuanto a elegir el siguiente. Fue uno de los últimos que vino a ver la casa, mientras el le echaba un vistazo yo le hacía preguntas sobre su vida, porque venía a esta zona, si fumaba, etc. Todo fue muy bien y me dio buen feeling, incluso hasta me parecía atractivo por su forma de ser, tan tranquila pero que cuando le mirabas a los ojos sabías que ocultaba un lado salvaje y masculinizado díficil de explicar.
Es ingeniero informático y trabaja a 10 minutos de casa, por temas de horarios, entre semana solemos coincidir un rato por la tarde-noche ya que trabajo como camarera en un pub sirviendo copas de forma temporal mientras termino mi curso de tatuaje. Después de un mes conviviendo empiezas a coger confianza y teníamos conversaciones de vez en cuando en casa pero nunca salimos juntos con amigos ni de fiesta ni nada de eso, ya he dicho que es un chico muy tranquilo.
A mi me gusta estar cómoda por casa y no suelo ponerme sujetador asi que se me marcan los pezones la mayoría de las veces, ya le he pillado unas cuantas veces mirandome las tetas antes de mirarme a los ojos para hablarme pero nunca le he dicho nada, me gusta que lo haga. En una de nuestras fugaces conversaciones mientras yo estaba en sofa mirando el móvil y el haciendo sus cosillas en el ordenador hablamos sobre relaciones y ahí descubrí que tenía novia pero no estaba aquí en Madrid sino que vivía en Málaga. Tenía la intuición de que si me insinuaba poco a poco, la distancia de esa relación me permitiría saciar mi curiosidad y conseguir ver como era su polla erecta, tenía ganas de verdad de hacerle sentir placer.
Al cabo de una semana me levantaba con el coño ardiendo, deseosa de sentir una lengua ahi debajo, que me tocaran los muslos, me abrieran de piernas y me follaran sin parar. En los últimos meses me costaba encontrar un buen polvo debido a mi forma de vida ajetreada con mil cosas y seguiría asi por lo menos un año así que la opción que me quedaba era la polla de mi compañero. En cierto modo, un acercamiento normal no iba a funcionar con el, tenía que pillarlo mientras estuviera haciendo otra cosa en el ordenador y no pudiera dejar el teclado o ratón en ese momento.
Lo había visto jugar unas cuantas veces de noche en el ordenador a un juego online, la verdad es que no se cual es, nunca me han interesado los videojuegos. Lo importante era que ese juego es online y en medio de una partida no puedes poner la pausa. Me armé de valor un domingo por la tarde en el que ninguno de los dos trabajabamos y estaba segura de que iba a jugar al ordenador y mas siendo domingo. Me pusé unos shorts de hello kitty sin bragas, una camisa blanca muy mona que es mi preferida porque aparte de ser cómoda se me transparentan los pechos cuando esta muy pegada a mi.
Tenía la puerta abierta de su habitación, me dispuse a entrar caminando con mis pies desnudos y ya estaba escuchando unos clics muy rapidos de raton mientras estaba concentrado en su juego. Una vez cerca me puse de rodillas y le empecé a acariciar los muslos y a quitarle el nudo de sus pantalones cortos, alternaba la vista hacia mi y hacia la pantalla del ordenador mientras me decía - -¿Qué haces Silvia?, dios que tengo novia.
Intentaba quitar mis manos con una de las suyas mientras la otra permanecía en su teclado así que no me fue díficil conseguir bajarle los pantalones y empezar a manejar su miembro con ganas. Soltaba gemidos mientras su polla se ponia muy dura dentro de mi mano, dejó de oponer resistencia para darme el control total y ahí cuando empece a escupirle todo su glande y meterme la punta en mi boca. Recuerdo en ese momento que siguió jugando un poco más hasta que por fin solo estaba concentrado en mi, su polla estaba en su máxima dureza en mi boca mientras yo le miraba a los ojos.
Me puso una mano en el pelo y eso me hizo mojarme cada vez más mientras me la metia y sacaba de mi boca alternando masturbarle tocando su glande con mi lengua, manoseaba mis pechos a través de la camisa y el roce de la misma me estaba poniendo los pezones muy duros así que empecé a frotarme el clitorís mientras seguia comiendóme su polla con toda mi saliva encima. No tardé ni cinco minutos hasta que empece a notar las primeras gotas de semen en mi boca, me la quité rapidamente y dejé que echara el resto en mi cara. Después de correrse seguí chupándosela mientras gemía de placer, se la limpíe enterita y junto a esa acción terminé de correrme frotándome con su semen em mi coño.
Después de esta pedazo de corrida le sonreí mientras caía exhausto en la silla y me dirigí al baño a darme una ducha. Desde ese día hasta hoy se siente culpable por su novia en Malaga y quiere contarle la verdad asi que ya estoy teniendo que buscar otro compañero de piso otra vez. ¿Te interesa ser el siguiente que viva conmigo? ;:)