Mi nuevo amo

Un joven conoce a su nuevo amante en un vuelo.

Basado en una historia real...

Siempre me creí un joven heterosexual. Tuve varias novias, y siempre me encantó estar con ellas. Sin embargo, me fascina el BDSM, y desde hacía algunos años me atraía la dominación y sumisión de hombre con hombre. Siempre tuve curiosidad pero nunca me había atrevido a hacer algo al respecto.

En Enero de 2013 con 25 años decidí viajar a Nueva york para trabajar. En el avión tuve la suerte de compartir silla con Fernando. El era un tipo amable, de unos 50 años. Hablamos casi las 4 horas que duró el viaje, y quedamos de vernos en unos dias para tomar algo y ver algún deporte. Al principio, nunca tuve ninguna atracción hacia él. Simplemente éramos amigos, aunque yo era mucho más joven que el. El decidía siempre invitarme a cenar y tomar, pagando todo lo que yo consumía. Eso me hacía sentir especial, pero me extrañaba, dado que yo siempre estaba acostumbrado a pagar (como todo hombre).

Fernando iba a Nueva york a seguir trabajando en algunos negocios, pero vivía en Aruba, en una hermosa casa a la orilla del mar. Luego de algunas semanas, me dijo que iba a regresar a su casa, y que yo estaba invitado. No supe que decir en el momento, así que simplemente aseguré que lo iba a pensar. Pasó el tiempo, unos 3 meses, y Fernando me empezó a enviar mensajes con fotos de su casa (era realmente espectacular), prometiendo que la ibamos a pasar genial. Sentí que debía ir. Era una atracción irracional e inexplicable hacia el. Quería explorar nuestra relación. No solo eso, sentí que el debía dominarme. Nunca había tenido ninguna experiencia homosexual, pero no podía contenerme.

Compré entonces los tiquetes a Aruba por una semana, e inicié mi aventura.

Al llegar Fernando me recogió en el aeropuerto, muy gentil como siempre, y me llevó a un restaurante de mariscos, donde probé el mejor ceviche de mi vida. Después de cenar, fuimos a su casa. Tomamos algunas copas, reimos, vimos un partido de futbol. Después de eso, me mostró mi cuarto, y nos despedimos. Tuve entonces la impresión de que estaba en el lugar equivocado, y que tal vez Fernando solo quería ser mi amigo. Aquel pensamiento me desconsoló. Supe que tenía que hacer algo al día siguiente.

Decidí levantarme temprano a hacer desayuno, como agradecimiento por recibirme en su hermosa casa. Al terminar de comer, Fernando me invitó a ir a la playa un rato. Siendo de la generacion pasada, Fernando tenía un speedo que no dejaba nada a la imaginación. Al ver tremendo espectáculo, no pude evitar excitarme. Fernando notó mi bulto, y sonrió.

  • Qué te pone tan contento? - me preguntó. Tras esta pregunta supe que era mi oportunidad. Que mas da, pensé para mis adentros. La vida es solo una, y se vive para disfrutar.

  • Fer, la verdad es que tu me gustas - le respondí, cual adolescente enamorado.

  • Como así que te gusto? - exclamó con una sonrisa.

En ese momento era claro el panorama. El sabía porque había ido hasta Aruba. Yo sabía que el me deseaba también. Sin embargo, el quería hacerme trabajar para ganarle. Eso me excitó aún mas.

  • Me gustaría explorar nuestra relación aún más. - le comenté de manera dulce, mientras mi bulto era cada vez más aparente.

  • Qué quieres que yo haga? - me dijo sin tapujos, finjiendo desinterés. En ese momento, sentí que mi verga iba a estallar. Apenas podía contener mi erección.

  • Quiero que me enseñes a ser una buena perra para tí - le respondí, casi eyaculando de la emoción.

Fernando se acercó entonces a mi, me dió un par de palmadas en el culo y me susurró al oido:

  • Siempre supe que lo eras.

En ese momento supe que mi vida cambiaría para siempre. Iba a aprender a ser una buena perra para mi nuevo amo. Estaba excitado pero con un poco de miedo. Al fin y al cabo era virgen. Pero sentí que Fernando era el indicado para introducirme a mi vida de sumiso.

Volvimos a la casa y Fernando se sentó en el sofá.

  • Tengo que enseñarte muchas cosas. Tienes que entender que algunas de ellas vendrán a un precio. Para sentir placer aveces hay que sentir dolor. - dijo con voz firme.

  • Eso lo entiendo Fer. Por eso vine hasta acá. Estoy listo para que me enseñes como ser un buen sumiso para ti. - respondí.

  • Muy bien. Empezemos entonces. Quítate la ropa, no la necesitarás mas mientras estes en la casa. Quiero que tu cuerpo este siempre disponible para mi. En cualquier momento.

Procedí entonces a quitarme la ropa. Intenté hacer un striptease, que al parecer no fue tan malo, porque noté que su bulto creció. Al finalizar mi baile, me ordenó que le llevara un vazo de whisky. Cuando estuvo en su mano, me agarró el culo.

  • Eres una perra obediente. Eso me encanta. - dijo, mientras me masajeaba el ano con el dedo índice. La sensación fue indescriptible. Nunca lo había sentido.

  • Por favor no pares Fer. - le supliqué.

  • Hay muchas cosas que tienes que aprender. Si me obedeces vas a seguir sintiendo este placer y muchos mas. Esta claro!? - exclamó, mientras seguía aumentando la presíon en mi ano, sin ser lo suficiente como para causarme dolor.

  • Sí Fer te lo prometo. Voy a ser tu perra obediente. - le susurré mientras ahuyaba de placer.

  • Muy bien. - dijo mientras me quitaba el dedo.

  • Por hoy ha sido suficiente. Ve a tu cuarto. Quiero que te empieces a meter dedos en tu culo. Es demasiado virgen, y pronto tendrá que tener mi verga. Esa será tu tarea. Mañana comprobaré si lo haz hecho. Ah! y nada de masturbarse. Me haz entendido perra?

  • Si amo - respondí.

Fui a mi cuarto e intenté colarme mis dedos. No lo logré. Estaba muy cansado y simplemente feliz por lo que ya había ocurrido. Era finalmente la perra de un buen amo. Estaba listo para empezar mi carrera de sumiso con Fernando.