MI NUEVA VIDA (relato 32)
Narro aquí, sobre el "descubrimiento" del "amor de mi vida"
EL ROMANCE...
Días atrás, les comenté que entre lo nuevos clientes que habímos ganado luego de la Conferencia que dimos con mis dos asesores, sobre los resultados de la nueva experiencia con el Pastoreo Rotativo Intensivo, estaba "el amor de mi vida".-
Era él, en esos tiempos, un joven corpulento, de mi misma altura (1,70 mt.), de cabello rubio oscuro (o castaño claro), piel blanca, pero convenientemente bronceada por el sol, al que se exponía al realizar las tareas en el campo, o cuando como yo, dormitaba al borde de la pileta o sobre el cesped, en las horas de su máximo apogeo.- Estudiaba Veterinaria de animales de Producción Agropecuaria y era descendiente de una familia con tradición en la tambería y la producción láctea.-
Sus intereses, pasaban mas por aprehender los conocimientos de mi padrastro en alimentación de bovinos y en los sembradíos de pasturas, que en operar en la compra-venta de sus animales con nosotras.-
Como disgreción, vale comentar que quedó completamente arrobado con mi padrastro, el día que recibió de él un consejo que le produjo pingües beneficios; la cosa fue así:
Su familia, tenía un campo en un vallecito escondido entre las serranías puntanas (Pcia. de San Luis), de muy dificil acceso, (de hecho solo se podía llegar a lomo de burro o a caballo), con buenas pasturas naturales, pero al que no se lo podía trabajar adecuadamente por su inaccesibilidad; el problema que se presentaba, era que por un sendero donde solo podían transitar animales, no se podían ingresar las maquinarias necesarias para roturar, sembrar y posteriormente cosechar y enfardar el heno, con lo que el buen potencial que el campito presentaba, se veía menguado ante la dificultades descriptas.-
Fue así, que planteó el problema y (casi a modo de desafío), reclamaba una idea innovadora que lo resolviera.-
Mi padrastro, que como el zorro, más sabía por viejo que por sabio, le recomendó mezclar en las raciones de heno diarias, semillas de Raimgrass (una pastura muy nutritiva), y de trébol (muy aportante de nutrientes biominerales), y que al cabo de 3 meses, evaluara los resultados.-
Cumplido el plazo, "mi nuevo amor" (después les digo porque), volvió harto feliz con los resultados logrados.-
Siguiendo esmeradamente el consejo de mi padrastro, habia logrado tener pasturas de invierno en una zona serrana, castigada por intensas heladas, las que quemaban la vegetación autóctona, obligando a sacar el campo de producción durante el período invernal, con el consiguiente atraso en el crecimiento de la hacienda (en este caso, aplicada a la producción de leche); la cosa es que las pasturas aconsejadas, son perennes, o sea que están siempre disponibles, (aunque talvés algo mustias y ralas en la épocas frías), entregando el balance energético y alimentario necesario al animal...-
Pero el mayor secreto, consistía en que, las semillas de Raimgrass y de Trébol, no son digestables por los vacunos, con lo que envueltas en el bolo rumínico (los rumiantes, las vacas lo son; ingieren su cuota de pasto y lo degluten a su rumen -es eso que nosotros comemos llamándolo mondongo- donde forman el bolo rumínico que luego gorgoritan -vomitan- para que fermente en contacto con el aire ambiente, y así reingerirlo incorporándolo al aparato digestivo), son tragadas por el animal, pero no digeridas, por lo que después aparecen enteras en la bosta.-
Al estar encerradas en la bosta del animal,(que conserva la temperatura a la que fue expulsada por un rato largo, incluso días en su seno), germinan rápidamente en un medio que les provee los nutrientes necesarios,(nitrógeno, carbono y fósforo) y asi como afloran, tambien enraízan, o sea que se prenden al suelo quedando sembradas.-
Con esta práctica, habitual en Perú por sus condiciones topográficas, al ser un país cordillerano, los propios animales son quienes siembran su alimento futuro, mientras cosechan (comiéndoselo), el alimento disponible.-
Una disgreción al margen:
La historia de la Conquista, nos indica que los autóctonos (Incas, Mayas, Aztecas) de América, eran pueblos sanguinarios, y que fue necesario exterminarlos para asegurar las posesiones coloniales.-
Este ejemplo dado,ancestralmente usado por los Incas y sus descendientes: Los coyas; el sembrar maíz con picas en terrazas escalonadas, sin labradíos previos,(la siembra directa,hoy tan aplicada en ntro. país, no es otra cosa que muchas picas colocadas sobre un rodamiento que deposita la semilla en el subsuelo sin necesidad de arar la tierra); el famoso reloj solar que todos tuvimos alguna vez que dibujar en la escuela y que además de la hora, indicaba también la posición astrónomica de los cuerpos celestes, con lo que los Incas hacían predicciones meteorológicas; el método de transmitir mensajes por cuerdas anudadas (que no es otra cosa que lo que hoy se conoce como Código Binario, y que es el sustento de la computación); el conocimiento que tenían sobre las propiedades farmaceúticas de las plantas; y el escaso desarrollo armamentistico que tenían (aunque conocían y usaban el azufre, mezclado con otros minerales -plomo, cobre, molibdeno-, aprovechando su poder ignífugo instantáneo, para sus prácticas rituales); solo por destacar algunas de sus capacidades y conocimientos específicos; muestran que eran civilizaciones avanzadas, inteligentes y PACÍFICAS, dado que por el grado de avance de su civilización, de haber sido guerreros, podrían haber conquistado y colonizado ellos otros territorios, extramuros de sus tierras.- Pero a la Historia Oficial, la escriben los ganadores y la repiten los ignorantes.-
Bueno... terminada la disgreción, continuo:
La cosa fue que a partir del éxito logrado por el consejo de mi padrastro (que dicho sea de paso, fue sin cargo), este muchachito de empuje y muy emprendedor, se hizo asiduo visitante de nuestras oficinas comerciales.-
Si bien en lo físico era "un bomboncito", con sus modales, su sonrisa siempre presente, su risa fácil, sus ocurrentes bromas, y sus galanterías (siempre se presentaba con flores, bombones, masas finas, perfumes o con cualquier otro obsequio menor, para Carlota, para mí, para mamá y para tía) fue ganándose poco a poco mi interés, a pesar de ser de mi misma edad, siendo que yo, hasta el momento solo me interesaba por hombres muy mayores a mí, dado que mis experiencias con los muchachitos de mi misma generación no habían sido satisdactorias.-
Carlota y yo, competíamos por él, y nos descubríamos ansiosas por saber de sus andanzas, de su vida, de sus intereses, de sus logros...- Y en esa competencia entre cuasi hermanas, resulté ganadora el día que se presentó con una tarjeta de Felicitación por mi Cumpleaños nº 25, donde había engarzado un corazoncito de plástico muy pequeñito y una tarjeta adicional donde se leía: "Es mi corazón, me lo has robado, acá te lo entrego, porque sé que en tus manos crecerá y será diamante.- No lo maltrates, cuidámelo mucho, porque algún día lo voy a reclamar para seguir amándote.- Un beso, Jorge.-"
Hoy, 25 años después de ese momento, ese pequeño corazón de plástico, sigue siendo mi joya mas preciada y mejor guardada.-
Y así comenzó el romance, que como todo romance juvenil, aunque éramos ya ambos lo suficientemente maduros y racionales, tuvo y tiene altibajos, de los que les iré contando en los sucesivos capítulos.-
CONOCER EL PARAÍSO
Llegó el otoño del 84...- Este año el verano, se resistía a retirarse; durante su reinado, padecimos fuertes tormentas y excesos de agua, al punto que muchas zonas del país se inundaron, por consiguiente, el verano que no había podido mostrarse en toda su plenitud, pretendía extenderse mas allá de su ciclo, y a finales de marzo, vicisitudes de anegamientos e inundaciones al margen, imponiéndose sobre el mandato del otoño, nos dejaba disfrutar de días soleados y cálidos.-
Fue entonces que Jorge, nos invita a visitar el campito serrano donde había puesto en práctica los útiles consejos de mi padrastro.-
Fue así que una mañana de fines de marzo, partimos él, yo, mamá, mi padrastro y mi tía (mi padrino se negó a acompañarnos, excusándose en que alguien debía atender los asuntos comerciales de la familia, aunque yo siempre elucubré que en esos tiempos, sentía muchos celos de mi nuevo pretendiente y ya declarado novio), hacia San Luis.-
El viaje desde nuestro pueblo, hasta la ciudad de San Luis, fue bastante ameno y rápido.- Una vez ahí, buscamos alojamiento en el Hotel Dos Venados, que era el hotel regenteado por el Gobierno de la Provincia y donde en esos tiempos funcionaba el Casino.- Nos atendieron a cuerpo de rey...- Los parroquianos no éramos muchos, talvés por eso, la comida era abundante y la atención del personal todo, muy esmerada.- (O talvés sea que es siempre así, y esto es lo mas probable).-
Concluída la cena, Jorge, tía y yo, fumos un ratito al Casino, mientras que mami y mi padrastro, se fueron a conocer la "Calle Angosta", una atracción turística, en la ciudad de Villa Mercedes, que lo es por haberse afamado después de una cueca que lleva su nombre y dice:
"calle angosta...,calle angosta..."
"la de una vereda sola...."
"calle angosta..., calle angosta..."
...y no me acuerdo mas...perd�n.-
Esta Calle Angosta, tiene la particularidad de tener una sola vereda, mientras que las casas de la acera de enfrente, abren sus puertas directamente a la calzada adoquinada, por la que solo puede transitar un vehículo de porte mediano (una Hammer, como las usadas en la "Tormenta del Desierto" en Irak y que se hicieran tan populares por su gran anchura, su baja alzada y su considerable largo, con tantas puertas laterales como tiene, es imposible que alguna vez pueda invadir nuestra "Calle Angosta"..., así que marines yanquis: "¡¡¡This stret is your STOP!!!").-
Después de contribuir de manera anónima, con las arcas del Tesoro Nacional, aportando unos cuantos pesitos que fuimos desparramando a lo largo de los tapetes multicolores y numerados de la ruleta, sin que nos fuera devuelto ninguno; nos fuimos diciéndonos que "desafortunados en el juego, afortunados en el amor"... a lo que yo le agrego hoy: "Mal de muchos, consuelo de tontos"; porque es tonto lamentarse, cuando uno apuesta a un juego en el que sabe que "De enero a enero, la plata es del banquero".- Pero en fin..., hay que intentar darse un gusto de cuando en cuando, pero yo esa noche no tuve la posibilidad de darme ningún gusto:
Primero porque perdí hasta la bombacha... (no, que va,...si yo no uso...-) y segundo, porque llegados a las dos habitaciones que nos esperaban, una "single" (simple) y una doble; mi Jorgito querido, luego de darme un besito en la frente, se encerró en la "single"..., dejándome tan absorta en medio del pasillo, que tuvo Tía que tomarme de los brazos y guiarme hasta el borde de mi solitario aposento...(Eso sí,...ella mientras tanto, muerta de risa).- Y bue'..., era toda una perdedora yo..., que se le va'cer: "Al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen", dice Martín Fierro.-
Y ahí estaba yo, "sin pan y sin torta", que había creído, que podía tener primero "luna de miel" y después, si la cosa iba "casorio".... pensando, con la soledad por compañera en mi cama, en que me había equivocado, en que no me hice comprender, que señal había errado, para que tan sola hubiera quedado.-
AMARTE EN EL PARAÍSO...
A la mañana siguiente, nos reunimos todos en el comedor del hotel para desayunar.- Yo estaba un poco resentida (mas bien muy resentida) con Jorge, porque me había obligado a pasar la noche sola (aunque compartí la habitaci�n con mi tía), sin, tal como lo había imaginado en algún momento, dormir con él.-
En verdad, todavía no habíamos tenido ocasión de tener sexo, pero eso (o talvés eso), no influía (o sí) en el "metejón apoteótico", que tenía con ese hombre.- Nunca antes, había sentido por nadie, lo que sentía por Jorge, y nunca antes, había desesperado y sin embargo, soportado estoicamente mi desesperación por entregarme a alguien.-
En varias oportunidades, en las cuales "franeleábamos" lindo, me descubrí intentando observar la excitación de su miembro, cubierto por sus ropas, disimuladamente, sin animarme a avanzar sobre él apropiándomelo, tal como lo hacía con los demás llegada yo, al climax de la excitación previa; algo me reprimía y me contenía..., talvés el sentirme enamorada, talvés el miedo a espantarlo, talvés el no querer perderlo, hicieron que mi comportamiento sea mas "urbano", mas similar al que tienen las "chicas de buena familia", en procura de capturar su presa "para toda la vida", no sé, pero algo me inhibía a comportarme tan libertinamente como siempre lo hacía.-
Jorge, lo mas fresco, al verme, se acercó..., me dió un beso en los labios..., me acompañó hasta mi lugar en la mesa y me sostuvo y acomodó la silla en la que me disponía a sentarme...- Todo un caballero..., aunque su retirada de la noche anterior despreocupado de mis urgencias y necesidades, no era un acto muy caballeresco que digamos; no obstante, una mujer enamorada, muchas cosas perdona... y yo lo perdoné, recuperando mi jovialidad permanente.-
Durante el desayuno, nos impuso sobre el tramo que nos faltaba recorrer para llegar hasta su campo, incluído el trayecto que deberíamos andar a caballo, y nos recomendó también, que nos proveyeramos de mallas, para disfrutar de un baño, en aguas de serranías, en un lugar que según él, se asemejaba al paraíso.-
Ya pasada la media mañana, encaminamos el rumbo hacia el "famoso campito", provistos todos de los atuendos playeros que por su recomendación, usaríamos en el lugar.-
Yo quería matarlo de un soponcio, aí� que vest� mi bikini recién comprada, debajo de la camisa anudada bajo mis senos y de mi short de jean, con su cierre convenientemente abierto, mostrando el inicio superior de mi monte de Venus, apenas ocultado por un suave vello dorado, que contrastaba contra mi piel bronceada, y que se extendía hasta la parte superior de mi vientre.-
Y lo logré...., mi enamorado, no podía sacar su vista de ese trozo de piel que asomaba enmarcado por los laterales del short; y así, con la satisfacción de sentirme deseada y admirada por mi novio, me monté en la camioneta en el asiento delantero, al lado del chofer (que era él), y me dispuse a emprender el poco viaje que faltaba, exultante de felicidad, por el efecto logrado por mi estampa.-
Luego de rumbear hacia el norte, dejando atrás El Volcán (un villorio de fin de semana, cercano a la ciudad de San Luis, que se desparrama sobre las laderas interiores de la olla que lo circunvala y tiene ese nombre porque dicen que está en el crater de un volcán extinguido y que dicho sea de paso, es un lugar de fantasía por su vegetación y su pintoresquismo, que incluye además un río de montaña que baja entre las sierras y desagüa en el Dique La Florida), e internarnos por un camino serrano, llegamos a una posada que estaba al pie de los cerros mas altos de la zona y desde allí continuamos el viaje a caballo, llevando en mulas de tiro, los víveres, nuestras pertenencias y otras cosas necesarias en el campo.-
Nos separaban del "paraíso prometido", apenas unos 3 kilometros, los que recorrimos en "nada mas" que 3 horas, gracias al buen clima reinante en la zona (en días en los que el clima no acompaña, suele tardarse mas de 5 horas para recorrerlos).- Buena parte del trayecto, se lo hace "repechando" la cuesta para llegar a la cima de la cadena montañosa que lo enmarca, mientras que ya del otro lado, se desciende mas suavemente, hasta un valle que se nos presentó a la vista de los que lo veíamos por primera vez, extraordinariamente vegetal.-
La vista del entorno, desde la cima del cerro ventanero por el que atravesamos la cadena montañosa, nos pareció embelesante..., era realmente un lugar paradisíaco y luego de contemplar el panorama por un rato, comenzamos el descenso hacia el casco de la estancia oculta en ese lugar de ensueño.-
El personal de la estancia, nos esperaba con el fuego encendido, ávido de dorar la carne y las achuras que llevábamos en las mulas...; los forasteros, no salíamos de nuestro asombro, recorriendo con la vista todo el paisaje, que a la luz del sol que se inclinaba al oeste, ocultándose tras los cerros, se asemejaba a un fresco Rembrandino.-
En unas 150 hectáreas, que se extendían hacia el norte, se observaba el verde intenso de las pasturas del lugar, salpicadas por las manchas oscuras que eran el ganado deseminado en el terreno..., todo enmarcado por los cerros, que hacia el noroeste, mostraban sus estribaciones de suave pendiente, tapizadas por los verdes pastos y mas allá, casi al pie de ellos, siguiendo el sendero, una arboleda auctóctona, tras la cual se escondía sí, el verdadero paraíso.-
Jorge, con toda su urbanidad y sus buenos modales, excusándose del resto de la gente que nos acompañaba, me invitó a seguirlo hasta ese montecito que se veía desde el casco de la estancia...; cuando llegamos a él, ya el sol daba sus últimos estertores de luz y al atravesarlo y asomar del otro lado, la luna mostraba sus primeros pestaneos lumínicos, reflejados en una cascada que en tres saltos, caía desde lo alto de los cerros; eran apenas 20 metros de caída de agua en 3 niveles...., sencillamente maravillosos, que se depositaba en un lago que cristalino y tranquilo, invitaba a internarse en ellas... y así lo hice.- Despojándome de la camisa y el short, me interné en esas aguas mansas, desde una playa de arenisca volcánica, que circunvalaba al lago tranquilo, que me llamaba a visitarlo..., pero siendo yo puro torbellino, me adentré hacia la caída que rebalsante lo llenaba y debajo de ella, recibí el rocío fresco del agua serrana...; Jorge a poco me siguió,... para cuando me alcanzó, el agua que caía sobre mí, en su ímpetu por la fuerza de la caída, me había arrebatado el corpiño de la bikini, exponiéndome a la vista del hombre, con mis senos desnudos y brillantes, por el efecto de la luz de la luna sobre mi cuerpo mojado...- Me toma por la cintura y abrazándome, me besa en los labios, para luego deslizar los suyos hasta mis senos mojados, brillantes y excitados....- Tomada por la cintura y en la seguridad que no me dejará caer, vuelco mi cuerpo hacia atrás y le ofrezco mi cuello; ... apretando mi vientre contra el del hombre..., siento su "hombría" presionar contra mi cuerpo...; luego, la percibo deslizándose hacia abajo, buscando internarse entre mis muslos..., es entonces que con una de mis manos deshago uno de los lazos que sostenían la tanga de mi bikini sobre mis caderas y así, mi bikini recien estrenada, se pierde entre las aguas que a la altura de nuestros muslos, esconderá mi futura cópula..., en tanto, la malla del hombre, nada por las aguas cristalinas, tratando de alcanzar las piezas de la bikini que huérfanas de cuerpo, se alejan de la escena, para reposar luego en las orillas del lago que cobija nuestra mutua entrega.-
Ya estamos unidos, su falo se esconde en mi sexo y de mis labios brota un sordo gemido... y así, me lleva retrocediendo yo, hasta una piedra pulida y limpia por el agua que, tras la cortina que bajando del cerro nos baña, será nuestro primer lecho de amor.- Y así me entregué al "hombre de mi vida" por primera vez, y así se entregó él a mi, su mujer, su enamorada mujer, que a poco estar, apoyado su cuerpo sobre ese lecho pétreo, le pide mas..., le pide todo..., le pide siempre.-
Una brisa de aire fresco, hace que el agua que cae del cerro y nos sirve de escondite, nos bañe a ambos, sin lograr apaciguar el fuego interior que nos enerva...; esa agua, se lleva en su seno, la prueba palpable, de la pasión que nos unió por primera vez...: y esa agua que corre cristalina y se arremolina entre las rocas que emergen sobre ellas, nos incitan a una nueva entrega, la que provoco, enroscando mis piernas en la cintura del hombre, y atrayéndolas hacia mi, con mi prisionero envuelto en ellas, obligado a guiar su sexo, hasta que, de nuevo, encuentra, explora e invade el mío...- Los sexos hermanados..., los labios arrebatados en los del otro...; las lenguas encontradas en sórdidos embates, provocan el orgasmo nuevo y tan deseado, en prueba de la pasión que me arrebata los sentidos y del amor que desde el corazón aflora...-
Tres veces sentí a mi amor, colmarme con sus jugos, seis veces sentí mis jugos, anunciarle a él, mi amor...; para luego ambos, prometernos amarnos y pertenecernos, aunque la muerte nos separe.-
Cuando volvimos con lo nuestros, ya las carnes estaban asadas y nuestra decisión tomada... y mientras degustábamos ese asado, les comunicamos que a partir de ese momento, seríamos pareja conviviente, hasta que las leyes de divorcio que se anunciaban nos permitieran resolver nuestras respectivas situaciones formales.- Y luego del anuncio, festejado sinceramente por todos los presentes, nos refugiamos en el cuarto que sería el mudo testigo de nuestro formal unión.-
NUESTRA PRIMERA NOCHE...
Ya era la madrugada...-El asado, se había convertido en la fiesta de compromiso de Jorge y mía; todos estaban felices por nuestra decisión y lo expresaban cantando, bromeando,... y comiendo.-
Cuando anuncié que me retiraba a descansar, no sé de donde, pero una lluvia de arroz crudo, cayó sobre nosotros; era que Amanda, lo había traído a escondidas y repartido entre los presentes..., que no eran solo mis parientes, sino que estaban sentados a la mesa también, don Lucas AMUCHÁSTEGUI, el mayordomo y mandamás de la estancia, con Amanda, su esposa, Carlos CUEVAS (encargado del tambo), con su mujer y su hija, Felipe MALDONADO (el mecánico) y su pareja; tres peones solteros y solos y otros cinco con sus respectivas esposas, parejas o novias, y las "proles" de todos ellos, éramos como treinta y algunos amigos de la guitarra y del bombo, se hicieron escuchar entonando nuestra música folklórica.-
Escapando a las corridas, de esa lluvia inesperada, nos refugiamos en la casa, donde subiendo a la planta alta, buscamos el dormitorio donde sellaríamos nuestro pacto de convivencia.-
Llegados al dormitorio principal, nos besamos mientras Jorge, abría su puerta y encendía la luz (que era provista por un equipo generador instalado en la sala de máquinas del campo, y que proveía de energía a todas las instalaciones).- NdeR: En el campo argentino, la energía eléctrica se produce a partir de generadores propios, ya que son escasos los campos asistidos por el Servicio Público.-
Era una habitación suntuosamente amueblada, al estilo Luis XVI, donde espesos cortinados, enmarcaban y se extendían sobre los ventanales; era la habitación que generalmente ocupaban los abuelos de Jorge (todavía vivos), en oportunidad de su estancia en este campo, quienes como en toda familia de ascendencia italiana, eran los patriarcas a quienes todos debían respeto y obediencia.-
Yo traspuse su umbral, en los brazos de mi "marido", quien me depositó suavemente sobre el lecho, procediendo luego a quitarme el calzado, el short y la camisa; yo pretendía colaborar pero él no me lo permitió y me obligó a permanecer extendida sobre la cama, mientras realizaba la tarea, la que luego de concluirla, me expuso desnuda a su contemplación.-
Durante unos minutos, estuvo parado al costado de la cama observándome...- Luego, mientras se arrodillaba en el piso, a mi lado, me dijo:
ÉL: "Meses estuve esperando este momento, te deseo...te deseé desde el instante en que te conocí, allá en Santa Rosa.- Y allí decidí que serías mi mujer, pero quería que nuestra primera vez, fuera en este lugar, bajo aquella cascada y en esta cama...-
Acá, tuvieron mis padres su primera vez cuando se casaron; acá me engendraron una noche de otoño, como hoy... y acá seré tu esclavo y tu mi reina, porque siento devoción por vos.-
No podés imaginar, lo dificíl que me fue esperar este momento, sin intentar tenerte antes, no sabes cuantas veces en mis noches, imaginaba que estabas a mi lado y que eran tus manos, no las mías, las que me daban las caricias que necesitaba.- ¡TE AMO!, y porque te amo, te pido que te quedes quieta y me dejes hacer...-"
Tras lo cual, me besó en los labios, para luego recorrer mi cuerpo, acariciándolo con sus manos, y tras ellas, recorrerlo con sus labios, besando cada centímetro de mi piel bronceada... para continuar mas tarde, reconociéndolo con su lengua, que depositaba sobre mi cuerpo, vestigios de su saliva...; no me dejaba hacer, solo pretendía que estuviera quieta, inerme, tendida sobre el lecho, recibiendo sus caricias.-
Y no sé si eran ellas, o la prohibición de secundarlo, lo que me excitaba, lo que me enardecía, lo que me hacía desear que me tomara, que me hiciera suya..., me entregué sometida a sus caprichos, a disfrutar de esas manos, de esos besos, los que quería recibir en mis partes íntimas, pero que no llegaban, solo se limitaba a recorrer una..., dos..., mil veces, la piel bronceada, mientras que mis retazos blanquecinos, permanecían húerfanos de amor y envidiosos de las atenciones que en sus alrededores me dispensaban.-
Pero no obstante, disfrutaba de aquello y comenzaba a sentir mi excitación, mi deseo...; comenzaba a necesitar recibir esas caricias en mis zonas erógenas y talvés por eso, comencé a gemir..., comencé mas tarde a llorar..., a morderme el reverso de mis manos..., a retorcerme sobre mi cuerpo aunque prohíbida de hacerlo..., porque sentía esa lengua y esos labios recorrerme, sin allegarse a mi sexo, o a mis senos... y fué así, que tironeando de su cabello, lo obligué a zambullirse en la bahía que fueron mis piernas, cuando el mar afloró desde el interior de mis playas solitarias.-
Y fué así, también, que después pretendí que su barca, anclara para siempre en la escollera que protegía mi puerto...; por eso, tironeándolo, lo obligué a trepar por mis arenas venusinas y a anclar su bote a las puertas de mi rada.-
Y cuando lo hizo, fueron mis piernas, las sogas que lo amarraron a mi puerto de ultramar destrotegido... y lo sentí..., lo sentí anclarse en mi vagina... y fueron las olas de mis caderas, las que en el flujo y el reflujo del mar de mis emociones, obligaban a su barca, a estrellarse en su ir y venir, contra el muelle de mi útero.-
Tan profundamente unidos estabamos..., tan profundamente lo sentía..., tan profundamente lo necesitaba... y tan profundamente... lo amaba.-
Y fue que en un momento de reflujo, mis icores calafatearon su barca... y fue en un momento de flujo, que volví a calafatearla, cuando sentí a la barca, descargar su lastre, en el interior de mi bahía, a las puertas de mi muelle.-
Y fue rato después, cuando aún yo lo calafateaba sin control por enémisima vez consecutiva, que sentí nuevamente al barco, descargar otra vez su lastre, el que fue contenido por mi útero, para mantener límpias las aguas donde el barco se mecía.-
Suelto de sus amarres, el barco se aleja de mi puerto y dando yo la vuelta al mundo sobre mi propio cuerpo, oculto sobre las sábanas blancas, el lugar donde antes se amarrara... Y fue así que me ofrecí, diciendole:
YO- "Quiero ser completamente tuya, tomame así, por esa senda, que aún no fue recorrida por nadie...- Quiero ser integramente tuya, tomame por la cola, haceme tuya, mi vida, haceme tuya así,... porque te amo.-"
El hombre se arrodilla, sobre la cama, abriendo con sus piernas las mías..., se agacha... y me besa la cola con pasión de enamorado..., la explora con la punta de su lengua, arrancando de mí un gemido de placer y al incorporarse, tomando mis caderas con sus manos, me alza sobre mis rodillas, dejando mi pecho recostado sobre la cama..., vuelve a besarme el ano y me dá el placer, que le demuestro con gemidos que recibo...; acerca su sexo a mi cola, lo guía hasta las puertas de mi ano y presiona...; yo lo miró hacer y veo que cierra sus ojos y alza su cabeza; mientras empuja..., busco con mi mano su sexo, para aflojarlo y no hacer su penetración tan dolorosa, pero mientras lo tomo, lo noto aflojarse..., e introducirse.-
El hombre sabía lo que hacía..., con sus ojos cerrados, seguramente pensó en algo feo, que relajó su excitación por un instante, lo suficiente para albergar su pene en mí sin lastimarme.-
Lo sentí ir muy profundo dentro mío..., lo sentí y lo gocé...; y luego de sentir que esperaba mi acostumbramiento, el que llegó casi enseguida, comencé a mover mis caderas y a contraer mi esfinter para masajear con él su pija..., mientras, mi hombre, comenzó a movérmelo muy despacito... y lo gocé:
YO- " Ayyy..., ¡mi amor!..., como te siento..., seguí..., cojeme...., cojeme mas..., cojeme mucho.-"
"Seguí por favor..., segui cojiendo..., me haces acabar..., me estoy yendo..., cojeme..., dame tu pija, mi amor..., ¡¡¡damela toda!!!.-"
Y así lo sentí derramarse dentro de mi ano... y asi me sentí derramar sobre la cama, después que mis icores corrieron por mis piernas...-
Sin dejar de estar unidos, a poco repetimos momento..., esta vez estaba yo toda tendida sobre la cama y estaba él, semi arrodillado entre mis piernas, con su cuerpo sostenido por sus brazos...- Y volvimos a cojernos... y volvimos a sentirnos... y volvimos a acabar, juntos, unidos... y asi luego, nos dormimos abrazados, sin desprendernos.-
Al despertar, me allegué con mis labios a su pene y le regalé la fellattio que aprendiera, sorbiendo su pene, solo sorbiendo, mientras con mi mano apretaba y soltaba el tronco, en su base, hasta que se derramó en mi boca, la que llena con su esperma busca la suya, para compartir el sabor de su semen, el que fui luego, incorporando de a poco a mi interior.-
Y esta fue nuestra primera noche....- La mejor noche de mi vida.-
La noche en que me entregué por primera vez..., enamorada.-