Mi nueva vida

Busco Ama y la encuentro en una estudiante de ingeniería de Cádiz

Estoy atado a la pata de la cama, completamente desnudo salvo por un collar de acero tintado en un rosa pálido y del que cuelgan cuatro argollas y por un aparato de castidad. Estoy así porque estoy castigado por una torpeza mía, desgraciadamente iba tarde al trabajo y ha postpuesto el castigo para luego y eso me aterra, porque cuando llegue no estará la comida lista, la cama estará sin hacer, la casa sin barrer y eso la enojará aún más. Además de todo, es que es muy buena conmigo, pero por eso precisamente sus castigos son ejemplares y sé que le molesta que la obligue a castigarme, porque quiere que yo sea feliz en mi sumisión y el castigo es admitir que algo ha fallado. Temo su vuelta.

Pero dejen que les cuente primero como he llegado a este momento. Soy sumiso, en otro momento si puedo les narraré el descubrimiento, el como lo supe. Para no desviarme más seguiré con la historia que nos atañe. Puse un anuncio ofreciéndome como sumiso para relación larga, no me interesaban sesiones. Y me sorprendió recibir tan sólo cuatro días después una respuesta, corta y concisa.

"Estoy interesada en tu oferta. Contacta conmigo. Mi usuario de skype es MartaCadXII"

La añadí en skype y esperé ansioso que me admitiera, y lo hizo, unas seis horas después y empezamos a hablar. Me chocó al inicio su tono, alegre, simpática y sumamente agradable, era como si hablara con una amiga y me sentía bien, mejor que bien, tenía veinticuatro años y yo cuarenta y no le importó, otra cosa que me chocó, ya iban dos. Le confesé que estaba en paro y aunque me dijo que lo sentía también me dijo que era un punto a favor porque ella soñaba encontrar un sumiso que no tuviera ataduras, sin trabas de ningún tipo.

Así seguimos durante unas dos semanas, en un tono, repito increíblemente amigable, incluso llegó a reprocharme porque le hablé de usted, así que le pedí perdón y ella rió quitándole importancia, pero para mi era díficil contenerme, tutearla, porque hablábamos de como sería la relación.

Estaba en último curso de ingeniería industrial, en Cádiz, tenía clases por la mañana y prácticas en una empresa por la tarde, llevaba una media de notas buenísima y tenía ya un pre contrato con la empresa en la que hacía las prácticas, pero para las oficinas de Granada. Así que buscaba sumiso que pudiera ir con ella a Granada y que se pudiera quedar en casa haciéndo todo en la casa, todas las tareas de la casa. Me sonó a que buscaba alguien que cocinara, planchara, limpiara y nada más así que le pregunté pero se rió una vez más y me dijo:

.- Te lo digo por si tienes que ir aprendiendo a cocinar, planchar y cosas así de la casa, para lo demás no tengo que preguntarte, ni decirte nada. Tú eres el esclavo y yo tu dueña. Ya sabrás las cosas que me gustan, vaya que sí, y las que te gusten no me interesan, acabarán por gustarte las mías.

Me dejó de piedra, pero le dije que sí, llevaba viviendo sólo unos cinco años y lo hacía todo en casa, así que eso no era problema alguno.

Seguimos hablando, me pidió fotos y se las envié, con temor aún, me pidió mi dirección y se la dí y seguimos como siempre, hasta nos dimos los teléfonos, aunque me dijo que no la llamara salvo algo serio o me que me hubiera dado permiso.

Unos días después de haberle dado mi dirección llamaron a la puerta a media mañana, al abrir vi a la cartera, tenía en la mano un paquete para mi. Firmé la entrega y me senté en mi sillón favorito con el paquete, era de ella, vi el remite de Cádiz, el corazón se me aceleró. Lo abrí ansioso y dento había una carta y otro sobre cerrado, voluminoso, lo toqué y noté que había una caja, en el sobre de la carta ponía "abrir primero", así que lo abrí.

"Manuel piensa bien lo que quieres hacer, aún estás a tiempo de echarte atrás, si continúas no habrá marcha atrás, serás mío, serás mi esclavo. Piénsatelo bien, por favor, no sólo por ti, sino también por mi, mi esclavo ha de estar convencido de querer serlo. Si decides continuar abre el siguiente sobre y una vez abierta la caja sabrás que tienes que hacer, llámame luego si lo has hecho o llámame para decirme que no lo abres, no me enfadaré"

Volví a leer el mensaje, mientras jugaba con el sobre de la caja, finalmente dejé la carta a un lado y abrí el paquete, luego la caja, blanca completamente, sin una sólo inscripción en ella, la abrí, dentro había muchos papeles de periódico envolviendo algo, lo saqué y el aparato de castidad, venía abierto y no había rastro de la llave. Ahora sí que dudé, un montón de tiempo, no si quería o no ser su esclavo, sino por el miedo a no poder abrirlo, una vez puesto sólo ella podría abrirlo, como me había dicho, no había vuelta atrás.

Lo tube en las manos unos minutos, dándole vueltas, eran aros de distinto radio, unidos por un lado, colocados de mayor a menor, unidos a un aro grande para la base de los huevos.

Me lo coloqué y un minuto después lo cerré, ya estaba hecho, lo siguiente era llamarla, pero me dió miedo, estaría en clases, así que con el móvil en la mano me quedé mirando como me quedaba, sopesándolo, diez minutos después le envié un whassapp "Hola, ¿podemos hablar?"

En menos de un minuto me envió respuesta, "Sí, puedes llamarme".

La llamé nervioso como nunca, respondío al segundo tono, su voz era jovial, sólo escucharla me alegró el día, me emocioné como si fuese un adolescente.

.- ¡Hola!- me dice risueña.

.- Hola, no sabía si estabas en clase.

.- No tranquilo, estamos en un descanso.

.- Ah, estupendo.

.- Bueno, dime, llamas por el envío, ¿verdad?

.- Sí, eso es

.- Bien, me lo imaginé, sino no me llamas.

.- Claro, me lo habías prohibido- y se ríe.

.- Dime, ¿qué has decidido? - Y noto temor o prudencia en su pregunta

.- ¿Y si aún no la he tomado?

.- ¿Qué? te dije que me llamaras con la decisión tomada.- sonaba seria

.- Sí, la he tomado, espero haber acertado.

.- Dime cual es

.- Soy tuyo Marta, ahora estoy condenado a llevar esto hasta que nos veamos y quieras quitármelo.

Tardó en responder, lo que me hizo pensar que no era lo que esperaba, pero cuando por fin habló estaba eufórica.

.- ¡Bien Manuel!, no te arrepentirás.

.- Ya, por la cuenta que me trae- dije y se rió

.- Eso aparte, bueno escucha, quiero que me envíes una foto donde te lo vea puesto.

.- ¿De cuerpo entero?

.- Sí, y otra de cerca.- Me quedé callado, me acojonaba enviar fotos de ese tipo.

.- ¿Estás? - me pregunta

.- Si, sí, perdona.

.- Venga, rápido que he de regresar a clases en nada.

.- Vale, voy - y colgó.

Me puse en pie, fuí hasta mi dormitorio, donde tenía un gran espejo que iba desde el suelo al techo, con la luz que entraba por la ventana había suficiente iluminación, me hice las fotosy sin pensarlo, sin querer pararme a pensarlo se las envié.

En medio minuto me llamó ella.

.- Muy bien Manuel - estaba seria- te prometo que no te arrepentirás de lo que has hecho.

.- Gracias, de verdad, gracias Marta.

.- ¿Te ha dado miedo?

.- ¿Miedo? no, estaba literalmente acojonado.- la hago reír de nuevo.

.- ¿Es que no confías en mi?

.- Si no confiara en ti no me habría puesto esto, es sólo que es un paso muy importante el que he dado.

.- Sí, lo es, pero no te voy a dejar tirado.

.- Gracias, de verdad.

.- Tonto, estoy deseando verte, no tienes idea de lo extraño y exultante que es pararse a pensar que hay un chico que se ha entregado a mi, que me pertenece.

.- Marta, es eso lo que me da miedo.

.- ¿Qué?, ¿pertenecerme?

.- No, que no soy un chico.

.- Tonto - suena aliviada.- Sé la edad que tienes y estás como un tren, pero sabes la relación que tenemos. Tú forma de hablar ya me gusta, me haces reír y eso es suficiente. Si no me encontrara agusto hablando contigo no habríamos llegado a esto.

.- Calla chica que me estás emocionando.

.- Venga, te dejo que ya llego tarde a clase, luego hablamos, un beso.

.- Venga, un beso.

Fuí a taparme, un boxer y el pantalón, estaba en ello cuando vuelve a sonar el teléfono, lo cojo y es un mensaje de ella, lo abro y es una foto suya, es la primera vez que la veo.

Es alta, alrededor de 1,70m, delgada, con cuerpo estilizado, castaña de pelo, cara mona, nariz respingona, mofletes ahora coloreados. Viste una blusa color beis, un fulard color verde al cuello, pantalones vaqueros ceñidos y bailarinas negras. Es preciosa.

Continuará