Mi nueva vida como Gay (2)

Como conocí al hombre que cambió mi vida como mi esposa me ayudó a conquistarlo ,y como nos quedamos los dos viviendo con él.

MI NUEVA VIDA COMO GAY (2)

Me sentí frustrado cuando mi amigo Frank rechazó despectiva y cruelmente mi insinuación para tener relaciones sexuales con él.

Me sentí morir de vergüenza.

Me dio asco conmigo.

Ana mi esposa, quién gracias a conocerme tanto detectó mi desliz homosexual, me brindó un gran apoyo espiritual.

Habían transcurrido cuatro meses desde aquél día horrible y yo no recuperaba el ánimo. Perdí peso y estaba ojeroso.

No me imaginaba que mientras me encontraba así, Ana se dirigió a la empresa en que trabajaba Frank y tuvo una entrevista con él.

Una semana después, Frank se presentó al negocio donde yo laboraba.

No quise atenderlo. Envié a otro vendedor.

Pero Frank espero pacientemente que yo me desocupara y me llamó.

-Jean Carlos quiero pedirte disculpa por haberme comportado tan groseramente contigo

-No te preocupes Frank, te comprendo, y.....respeto tu decisión. Solo te agradezco que me perdones tú a mí. Y.........entiendo que ya no quieras tener mas amistad conmigo.

Frank pasó el brazo sobre mi hombro al momento que me contestaba

-No Jean, quiero seguir con tu amistad, ¿ puedo esperarte cuando salgas?

Debemos hablar mas sobre lo ocurrido, ya te entiendo un poco mas, te comprendo vale.

Me dio una inmensa alegría. Mas no me ilusioné. Por lo menos seguiría siendo amigo de él.

Esta bién esperame.

Frank en realidad me estaba esperando al caer la tarde.

Fuímos al bar y tomamos varias cervezas.

Fue el mismo de siempre. Jovial, cariñoso, afectivo, varonil, conversador y sensual.

Yo estaba ensimismado observandolo y asintiendo a todo lo que decía.

Me díjo que andaba sin vehículo, por lo tanto lo llevé a su casa.

Me invitó a entrar a su casa. Pequeña con dos habitaciones y un solo baño.

Una cocinita electrica , una neverita ejecutiva y un sofá cama era todo lo que tenía.

Noté algo raro en Frank desde el momento en que quedamos solos en su casa.

Su rostro parecía burlón, otras veces triste, otras veces como insinuante.

Me sentí confundido y comencé a despedirme.

Pero Frank me detuvo por un hombro. Me pidió que me quedara. Me senté en el sofá y el quedó de pie.

Y sin ningún rasgo de sentimentalismo en su voz me díjo:

-¿Qué esperas de mí?

Lo ví a los ojos y contesté:

-Bueno..........me imagino .......que sexo.

El continuó como leyendo un reglamento

-Okey. Te voy a complacer, pero aclaro lo siguiente. No acepto besuqueos, sobaderas de mis nalgas, ni pedidoras de culo. Si quieres huevo..........bueno...... huevo te doy.

Al escuchar esto me sentí el ser mas miserable del mundo. Qué persona sería capáz de aceptar una relación tan áspera y tan mecánica. Yo no, por lo menos.

-Gracias Frank, pero quiero recordarte algo.............yo nunca he tenido contacto con ningún macho, tu me provocastes, pero me auyentastes tambien.

Creo que ya no es ni conveniente que seamos amigos.

Diciendo esto me marché de la casa de Frank.

Llegué a mi hogar, pensando que había hecho lo correcto. Le conté todo a Ana.

Ella estuvo totalmente de acuerdo con mi conducta. Me díjo dulcemente al oído y casi en susurro:

-Papito.........quiero mamartelo

Y una vez mas me regaló otra noche hermosa .

Desde que apareció Frank en mi vida, mejoraron notablemente las relaciones sexuales con Ana. Aumentamos la frecuencia de contactos y de orgasmos.

Increíblemente..........casi al amanecer tuve un ardiente sueño con Frank, mi verga estaba a punto de reventar, Ana despertandose en ese instante se movió y sin querer rozó mi palo, al darse cuenta que estaba tan duro, aprovechó la oportunidad de cabalgar a sus anchas.

Y ya pensaba que Frank desaparecería de mi vida. Pero no fue así.

Tenía un mes sin ver a Frank.

Un viernes por la tarde cuando iba a montarme en mi vehículo, apareció Frank. Me pidió que lo llevara a su casa, pues de nuevo andaba sin carro.

Al llegar a su casa, no se bajó del auto.

Inicio una conversación en los siguientes términos.

-Jean........tengo que reconocer que eres la persona mas honesta que he conocido en mi vida. Tu sabes que siempre he desconfiado de todos, desde que mi padre me abandonó, o desde que mi esposa me dejó por mi hermano. Por eso he odiado a todo el mundo.

Yo no puedo dar afecto, no puedo dar amor.

Tu eres lo mejorcito que he encontrado entre las personas que trato, y.........resulta que me sales gay. ¿qué puedo hacer yo? : Tratar de ser honesto tambien, por eso te contesté con franqueza, quizas muy fuerte.......pero con franqueza.

Yo permanecía atento en silencio escuchando a Frank.

_ Jean Carlos..........me siento totalmente solo. Hoy cumplo 34 años y nadie ........pero nadie tengo a mi lado...... a que me acompañe.

Podría quizas buscarme una puta............pero........que puedo hablar con ella.........cuando contigo puedo hablar de todos los temas.......tu eres un sabio.........eres un gran analista de situaciones..........Jean..........en cierta forma tu tambien me haces falta..............quedate conmigo esta noche...........por favor.

Asentí con la cabeza, pues si le contestaba quizás podía recordarle cosas desagradables que podían romper su iniciativa. Tomé el celular y llamé a Ana:

Mami , no me esperes esta noche, voy a quedarme en casa de Frank

Tras de la línea escuché un largo suspiro y luego una risita nerviosa:

Está bien Papito.

Hizo una pausa y me lanzó la siguiente perla:

Papi, quiero seas toda una tigresa

Y reventó en una carcajada complice que me hizo reir en alta voz.

Entramos al cuarto de Frank, quien sacó un litro de ron. Yo me senté en el sofá-cama y él se sentó en el suelo recostado de la pared.

Jean Carlos, tu crees que el comportamiento que tienen en esta época las mujeres sea la causa que los hombres nos estemos acercando tanto?

No sé Frank. Mi esposa es maravillosa. Si volviera a nacer me gustaría encontrarmela de nuevo

Tuviste suerte. Tienes una hija de veinte, otra de diecinueve, tienes una nieta y solo tienes cuarenta años. Y de verdad Jean que aparentas menos años que yo.

Sonreí ante la galantería.

¿Qué sientes por mí? Me díjo Frank viendome de reojo.

No sé. Desde que te conocí me gustó tu estatura, mides mas de un metro noventa, eres fuerte. Eres callado. Tu tristeza constante te hace interesante. Tienes unos labios muy gruesos, como de negro, debe sentirse divino besarte. Yo en cambio soy todo lo contrario, mido uno sesenta y siete y no llego a los sesenta kilos.

No me explico como no encuentres a una mujer que te ame de verdad.

Frank cerró los ojos y recostó la cabeza de la pared.

-Jean puedes hacerme el amor cómo si fueras una mujer?

-No Frank, eso sería imposible, yo quiero hacer el amor contigo.........pero como un hombre...soy un hombre......nunca podría sustituir a una hembra. Mira.........yo jamas he probado a un hombre ..........y todos mis sentidos han deseado ese momento desde que te conocí a ti......es un deseo que no puedo evitar......sí quiero acariciarte.......besarte.......se que quizas no vas a dejar que te bese en la boca.......pero por lo menos dejame besarte en los labios........sin mas nada.

Debo ser pasivo contigo............aunque desee .......penetrarte también......respetaré eso.....pero te advierto que de esa manera tambien te quiero poseer.

Frank se paró, se quitó la franela dejando al descubierto un torso velludo con unos pectorales rígidos y anchos. Se echó un palo de ron y comenzó a bajarse los pantalones.

Quedó en interiores. Su pene estaba fláccido. Sus muslos eran largos y fuertes, con pelos hasta los tobillos que parecían dos columnas de granito.

Inmediatamente tuve erección al verlo desnudarse tan serenamente.

-Bueno Jean Carlos........acá me tienes.........dame placer..........por favor.........no lo vayas a echar a perder..........¿sí?

Se acostó a lo largo en el piso.

Yo me fui hasta él y empecé a acariciar sus piernas.

Le besé las tetillas y los pectorales, acaricié su vello, sus hombros, sus bíceps.

El se incorporó de repente.

Noté su pene semiabultado.

Me díjo

-Sientate en el sofá

Lo hice.

Se colocó ante mi y se bajo el interior.

Allí se encontraba el causante de mis desdichas.

Un pene gordo, de glande grueso, quizas 30 centímetros de longitud, color café con leche. Demasiado grueso en la base, se iba adelgazando milimétricamente hasta llegar a la punta en forma de lanza, como un embudo invertido. Adornado por venas delgadas y gruesas como guirnaldas en un tronco.

Lo tomé en mis manos y nació la sensación desconocida hasta los momentos de sentir en mis manos algo tan duro y tan suave al mismo tiempo.

Comencé a llenarlo de besos desde su punta hasta la base y de regreso de nuevo a la punta.

Mordisquitos en el escroto, y lamidas en las entrepiernas.

Aprendí el gusto de mamar. Sentir en mi boca algo que llega tan fácilmente hasta tus amigdalas y te hace toser o te causa nauseas, pero que es rico. Aguantaba la respiración lo mas que podía para lograr que entrara lo mas profundo. Me enloquecía cuando lo movía y lo endurecía mas de repente, lo vibraba dentro de mi boca, los dos estabamos gozando.

-Voy a buscar la vaselina dijo de repente.

La trajo.

Me desnudé. Me comparé con ese hermoso gigante de pelo ensortijado, que insignificante era yo, al lado suyo. El era todo un Dios. Y yo........no había conocido a Dios........hasta los momentos.

Me díjo que me pusiera en cuatro. Lo hice.

Voltié hacia atrás y vi como se la untaba de grasa.

Luego se dirigió hacia mí y me lubricó. Metió un dedo primero y luego el otro.

Separó mi orificio lo mas que pudo.

Yo saqué mas el culo hacia fuera. Para que el viera bien el ano y no lo fallara. Tenía mas miedo a que lo fallara, a que lo metiera. Pues si falla puede desgarrar todos los bordes del ano.

Sentí como ubicaba el glande en mi ano.

Estaba en el propio sitio. Empujaba suavemente y se iba retirando. La presión se siente con dolor.

Sentí ansias que de una vez la metiera. Así que me eché fuertemente hacia atrás chocando el ano contra la punta del glande, al mismo tiempo que el venía con fuerza hacia delante. Quizas entraron de golpe seis centímetros , eso me paralizó momentáneamente, debido al dolor. Le iba a decir que se esperara un poco, pero...........no me dio tiempo. Lo llevó a casi la mitad, pensé que tanto que me dolía y aún quedaban otros quince centímetros, me hicieron arrepentir.

Le díje que lo sacara. Se lo rogué casí. Pero la respuesta fueron los otros quince centímetros que rasparon las paredes de mi culo sin piedad. Escuché como algo dentro de mí se rompía. Y sentí todos sus pelos y sus bolas pegados de mis nalgas.

Estaba cojido ,pero bien cojido........al fin. Comenzó a culear sin piedad. Y gracias a Dios que eyaculó precozmente.

Sentí como con cada eyaculada su pene dilataba mas mi culo, fueron varias contracciones sensacionales que lo dejaron totalmente con su peso sobre mi y su asta enhiesta , rígida aún en mi culo.

Nos quedamos dormidos.

Y tendré que contarles el resto en la siguiente y última parte del relato.

sotomayormartin@hotmail.com