Mi nueva vida 8

Empiezo en un departamento privado mi vida de prostituta total

LA NUEVA VIDA

8º PARTE

Como podía, con miedo, trataba de abrazarme a él para no caer. Parecía que no llegábamos nunca. Cuando entramos a la ciudad respire tranquila. Fuimos directamente a una depilad ora, que por suerte, no dejo un solo pelillo en todo mi cuerpo y me dio una crema para ponerme diariamente para impedir me salgan nuevamente. Luego a una peluquería por mi pelo y una manicura. Quede como nueva. Luego una maquilladora. Pensé que me iba pintarrajear mas, pero por suerte fue medida, pese a que me notaba era una puta. Subimos de nuevo a la moto esta vez, según dijo al servicio medico comunal, donde me revisaron, hicieron análisis de sangre y orina y radiografías. No se como hizo ni con quien hablo pero a las 3 horas tenia todos los resultados bien y me estaban sacando una foto con fondo blanco.

Elías completo una ficha y me hizo firmar, incluido un cartón de sanidad. Al rato salíamos de ahí con la libreta sanitaria en mano, que decía para ejercer la prostitución.

ELIAS: bueno cariño, vamos al departamento donde vas a ejercer de puta, a partir de mañana, que sale en los diarios y revistas el aviso para vos. Igualmente, si hoy alguno pide una veterana, empezar hoy.

Llegamos a un edificio y toco el timbre de calle. En la puerta de calle había cámaras filmadoras para ver quien era. Una vez pasada esa puerta había un hall de 4x4 más o menos con sillones. Había cámaras ahí también. Elías se anuncio y nos hicieron esperar sentados en el sofá. Seguro habrían ido a chequear su identidad para dejarnos entrar. Yo no existía, ni siquiera el nombre me pidieron. Por micrófono nos dijeron que pasáramos. Tome mi bolso y entramos. Había una recepción enorme, lujosa al extremo, con cortinados rojos y espejos. Frente a la entrada a diez metros estaba la recepción, donde dos chicas uniformadas nos atendieron.

ELIAS: soy Elías…. Y traigo a una prostituta nueva. Ya esta hablado con la gerente del lugar.

EMPLEADA: si, efectivamente acá tengo la ficha de ingreso para completar

ELIAS: ok, démela que la completo.

EMPLEADA: no Sr. La completara en la entrevista con la gerente la candidata.

ELIAS: bien

EMPLEADA: esperen unos minutos y la llama la gerente.

Nos sentamos nuevamente. Estaba nerviosa y sentía sobre mí las miradas humillantes de las empleadas y todo aquel que pasara. A los diez minutos nos dieron orden de pasar a una oficina, también llena de lujos. Sentada detrás de un escritorio había una mujer de unos 35 o 40 años, que luego de saludarnos, nos hizo sentar frente a ella. Nunca me sentí tan humillada, como bajo la mirada de esa mujer y algunas preguntas que debía contestar yo, no Elías.

Así fue llenando la ficha con mis datos. Cuando le dije que tenía 48 años me miro fijamente y siguió. Luego vino lo difícil.

GERENTE: a ver dame el carnet sanitario de prostituta.

Luego de verlo, lo guardo en la caja fuerte juntos al resto de mis documentos.

GERENTE: cada dos meses vienen de sanidad a una revisación física y cada seis meses te sacaran sangre y orina como control. Un día antes, las chicas te dirán que vienen y tienes que estar bien limpita, estamos

ESTELA: si Sra.

GERENTE: bien para terminar, el Sr. ( mirando a Elías) es tu proxeneta?

Creo que una hoguera a mi lado no me hubiera hecho tener tanto calor.

ESTELA: si Sra.

GERENTE: nombre del chulo

ESTELA: Elías Sra.

Luego le pregunto a Elías el teléfono que tenia de línea y celular, por cualquier cosa. Este contesto amablemente.

GERENTE: por mi parte ya esta todo. Acá tienes el reglamento interno de convivencia con las demás chicas. Una de las empleadas te llevara a tu departamento.

Salimos rumbo al salón y llevaba en mi mano el reglamento y el bolso mío. Elías solo caminaba, sin llevar nada. Subimos al ascensor hasta el cuarto piso, habitación 426. Caminamos por un pasillo hasta mi nueva habitación. Todo el edificio parecía una tumba, no se si por la hora o había pocas personas. El edificio tenía cuatro pisos. En los tres primeros, según explicaba nuestra acompañante era para mantenidas, aquella que tenían un hombre que la tenia en exclusiva y disposición para el, cuando quisiera, hora y día. Tenia que estar consta mente producida esperando a su hombre.

El cuarto piso, donde iba a estar yo, era para prostitutas con o sin proxenetas. Las que no tenían chulos atizaban el departamento para traer la gente que conocían en la calle u otros lugares. En lugar de un hotel los traía a su departamento. Estas entraban y salían cuando querían e incluso algunos días no venían.

El cuarto piso no tenia comunicación con los demás y estaban las prostitutas que trabajaban para sus chulos. Estas no podían salir para nada sin autorización expresa del chulo. Abrió la puerta del 426 y entramos.

Era un departamento de 2 ambientes con cocina y baño. El comedor, no muy grande, tenía una mesa pequeña con 2 sillas, un sofá para dos, perchero y paragüero y una pequeña heladera con algunas gaseosas y una buena cantidad de bebidas alcohólicas. Sobre la misma había un estante con bebidas como whiskey, coñac, vodka y ginebra. Una TV que transmitía con solo tres canales: uno porno, el otro antiguas películas de distinto género. El tercero trasmitía todo lo que sucedía en ese ambiente.

El dormitorio era bien amplio. Tenía una gran cama matrimonial con un cobertor rojo, dos mesas de luz y un amplio placard. Ahí había una TV igual al comedor, todos con las mismas características. Es decir que cogiendo una podía verse.

La cocina amplia con todo lo necesario, incluida otra heladera y una mesa con dos sillas. La heladera con alimentos, que equipaba la empresa semanalmente.

El baño con ante-baño era lujoso y confortable y con una bañera. Yo pensaba cuanto tendría que “trabajar” para pagar esto y que Elías se llevara su parte.

Volvimos al dormitorio donde abrió el placard y de una parte estaba vacio para colgar la ropa que traía y del otro lado, había colgados distintos disfraces, para usar a pedido del cliente. Disfraces como de enfermera, súper-chica, mucama etc. Además elementos como esposas, capuchas con solo abertura de boca y nariz y se ajustaba al cuello. También algunos látigos y otros elementos.

La empleada me mostro además que en el dormitorio y comedor había una luz roja con un timbre que sonaría, para despertarme si llegaba alguna visita, como yo tenia que estar dispuesta las 24 hs. También había un sistema de radio que pasaba únicamente música lenta las 24 hs. del día. Un tablero de luces sobre la cabecera de la cama que cambiaba a gusto de uno, el color de las mismas. Roja, negra, verde y blanca eran los colores. Luego nos llevo a caminar por el piso del edificio, mostrándonos los diversos lugares que podía utilizar. Había distintas salas: lavadero, para que lavara toda mi ropa con maquinas y secadoras modernas.

Otra sala de estar donde se podía charlar con otras, una sala de diversos juegos de entretenimiento, otra de peluquería, pedicura y depilación. Otra sala era una gimnasio con muchos aparatos desde cinta, bici, barra etc.

Y por ultimo una pequeña piscina con jardín y techo corredizo.

Nos acompaño a mi lugar y se marcho. Los tres primeros pisos, donde estaban las mantenidas  no tenían comunicación alguna con los pisos nuestros. La escalera que daban al tercero tenía reja y abajo en planta baja había dos ascensores. El numero 1 era hasta el tercer piso y el numero dos del cuarto en adelante. Este ascensor no paraba a los tres primeros. Una vez instalada Elías me pidió que le sirviera un whisky, mientras yo me ponía cómoda. Le serví y me fui a cambiar. Me desnude, me bañe y me puse una salida de baño. El estaba mirando en el comedor una porno. Cuando me vio, me pidió me acercara y sacando su tripa ya erguida me ordeno chuparla. Después se marcho no sin antes pellizcarme un pecho.

ELIAS: hasta mañana, que tengas un buen debut. Mañana sale en los diarios tu aviso y dentro de tres días en las revistas especializadas.

Se marcho y me acosté en silencio. Apague las luces y creí iba a tardar en dormirme, pero enseguida agarre el sueño. Antes de dormirme me sobresalte con el teléfono. Era Elías que por cual cosa, me llamara por teléfono, pero no por boludeces.

Solamente tenía conexión con la recepción, así que cualquier cosa tenia que llamarlas a ellas, quienes me secuestraron el celular.

Así me quede dormida esa noche, llore un poco por pensar hasta donde había caído-