Mi nueva vida 4
Una semana de soledad
MI NUEVA VIDA
4ª parte
Hice la limpieza de la casa y la comida. Tomamos una botella de vino como de costumbre. Luego me fui a bañar al rio. El agua estaba fría y volví temblando. Me puse al lado de la cocina para calentarme un poco. Luego él me llamo.
ELIAS: sabes aun no puedo creer lo que nos hizo ese pusilame de marido que tienes con la plata. Si sabia hubiera aparecido ayer cuando vino, para enfrentarlo.
ESTELA: no pienses más en él, piensa que estamos juntos libres.
ELIAS: juntos y sin plata
ESTELA: para que queremos plata acá si vivimos bien
ELIAS: vas a tener que poner mucho la conchita para juntar el resto.
ESTELA: no por favor no me hagas humillar más, bastante sufrí en ese restaurante con esos tipos.
Yo estaba de pie delante de la cama y el acostado. Apenas termine de hablar, salto de la cama como un resorte y se paro a mi lado, agarrándome del pelo tironeándolo mientras decía a mi oído
ELIAS: escucha, no quiero me contradigas más. Si digo que te vas a prostituir lo harás, que te quede claro
ESTELA: este bien.
ELIAS: preparaste mi bolso
ESTELA: si, quieres revisarlo?
ELIAS: no esta bien, si falta algo pagaras cuando vuelva.
Tironeándome del pelo me llevo a la cama y me hizo acostar. Luego me hizo poner en cuatro patas y me cogió por el culo. Al principio me dolió porque lo hizo en seco, pero como jugo con sus dedos en mi concha termine gozando como una perra. Conocía bien como era yo y me hacia elevar o caer sexualmente a su antojo. Quedamos tendidos uno al lado el otro. Sin hacer ruido llore. Las lágrimas caían de mis ojos surcando mi rostro. Justo e dio vuelta y me vio.
ELIAS: ahora porque lloras, recién gozaste como una perra y ahora lloras. Vas del gozo al llanto con mucha facilidad.
ESTELA: es que tengo miedos
ELIAS: miedos? Estando conmigo a que temes.
ESTELA: tengo varios miedos. Como ahora te vas pienso si regresaras o nunca mas te veré. El que no vuelvas seria terrible para mí. Además temo prostituirme por las consecuencias. Me falta poco para mis 47 años que para mí después de vos seria terrible volver a la soledad.
ELIAS: volver voy a volver, no te quepa la menor duda. Además cuando vuelva vamos a incrementar esa relación amo y esclava. 47 años, ahora tienes miedo a la edad?
ESTELA: esperare con ansias tu regreso y si a los 47 es difícil conseguir otro hombre y menos como vos.
ELIAS: así me gusta más. Porque temes a la prostitución. Por la enfermedades?
ESTELA: eso y el miedo a perder la sensibilidad en el amor. Volverme muy profesional y perder pasión, sentimientos
ELIAS: no temas. Debes separar lo mío con los demás. Con los demás aprenderás a no tener gozo, ser fría. Incentivar al otro sin incentivarte. Hacer que el otro acabe, cuanto mas rápido mejor y tu fingir que gozas. Cuando más rápido los hagas acabar más clientes tendrás. Debes saber venderte. Ahora ven has con mi pija eso que tanto me gusta a mi.
Comencé a chuparle y poner dentro de mi boca sus testículos. Le gustaba tanto eso que decía que mi boca era el estuche de lujo de sus huevos. Seguí chupando luego su caño largo duro y grueso. Tenía un color negro que parecía de charol y eso me sacaba más aun . Si su cuerpo era negro sus genitales era muchos mas negros. Acabo en mi boca que recibió con gozo la andanada de esperma que disparaba su cañón. Adoraba su pija y testículos mas que ninguna otra cosa. Acercándome a su oído, le susurre
ESTELA: antes de irte, por favor ordéñame, lo necesito. Ordéñame por favor.
A los pocos segundos su negra, grande y terrible boca y lengua hacia estragos en mis tetas y pezones, haciéndome gozar como si fuera la última vez. Me chupaba y estiraba mis pezones como ninguno y cuando los soltaba volvía a su posición normal. Yo parecía navegar en un mar de goces, mis ojos se cerraban y soñaba solo con él.
Llego la mañana y su partida. Tenia que levarlo con Mancha a tomar el autobús y no quería hacerlo, no solo porque no me gustaran las despedidas sino también porque pensaba iba a ser definitiva. Que nunca volvería.
Unas horas de la partida me hizo sentar delante de él para darme instrucciones. Me hizo apagar la leña de la cocina. Luego cerro y trabo las ventanas por dentro y puso un enorme candado a la puerta.
ELIAS: como ves he cerrado todo con trabas y candados. No podrás entrar, tendrás que dormir en el cobertizo con las otras hembras o a la intemperie. Comerás productos de la huerta o deberás pescar.
Cuando yo regrese quiero que ese pelo que tienes lo recortes como antes y dejes de depilarte.
ESTELA: no me depilo más las axilas y la cocha.
ELIAS: no, solo afeita tus piernas.
ESTELA: bien
Llegamos a la parada del autobús, nos apeamos y me abrace a él. El reía diciendo que volvería en unos 3 o 4 días. Yo aun tenía mis dudas. Y lo que hacia me dudar mas era que le pregunte si después del segundo o tercer día tenia que venir a esperarlo con Mancha para ir a la casa. Pero dijo que no me preocupara. Dándole un beso de despedida, llorando monte a Mancha y me fui a casa.
Llegue y lleve a Mancha y a Pepa a pastar. Recogí algún tomate, lechuga y zanahoria y comí, todo sin sal ni aceite porque la casa estaba cerrada. Dormía cómoda entre Pepa y Mancha, parecía una habitación de hembras.
Pasaron 5 días y no había noticias de él. Yo estaba un poco deprimida por ello. Era como yo pensaba, no iba a regresar. Saque a pastar a Pepa y Mancha, pensando que me había abandonado, cuando sentí el ruido de una moto acercarse. Miro y era él que llegaba. Donde habría sacado esa moto?
Cuando lo vi corrí riendo hacia. Parecía me había liberado de un peso interior muy duro. Me tire a sus potentes brazos quienes me acogieron. Saco del portaequipaje un paquete para llevarlo adentro. Me indico lo llevara adentro y camino delante mío para sacar el candado y abrir la puerta. El paquete era muy pesado y me costo llevarlo, casi lo hice arrastrándolo. Me dijo que limpiara la tierra acumulada dentro de la casa y le prepara algo de comer. Ni siquiera hizo un comentario de si estaba bien o no y como había quedado de corto mi cabello. Vio el vello debajo de mis axilas, al como pidió pero no realizo ningún comentario. Menos aun de cómo me veía si mas fea o linda, mas gorda o mas flaca. Se ve que le da igual.
ELIAS: dentro de dos o tres días vendrá una camioneta de un amigo con cosas que compre.
ESTELA: que cosas compraste?
ELIAS: no te incumbe saberlo, ya las veras en su momento.
No podía decir nada pero me incumbía por eran compradas con la plata que me dejo mi marido y además en caso de deudas tendría que pagar yo con mi compra.
ELIAS: lo que si te traje un regalo, exclusivo para ti.
Me quede, por fin se acordaba de mí.
ESTELA: (contenta) para mí, dime que es, dámelo
ELIAS: espera, lo tengo en el bolso. A ver…si acá esta.
Saco un sobre con algo no muy voluminoso y me dio para abrirlo. Lo abrí y me quede perpleja, anonada mirándolo, sin palabras.
ELIAS: que pasa, no te gusta. Es para que uses siempre.
ESTELA: pero es un collar de perra
ELIAS: lógico, para una perra collar de perra. Que esperabas uno de diamantes? Ven que te coloco.
Me coloco el collar y me hizo mirar en el espejo. Tuve que hacer un esfuerzo para mostrar una débil sonrisa, cuando tenía deseos de llorar. Ya era oficialmente su perra