Mi nueva vida

Después de años de instasficción, por fín disfruto del sexo. Sin remordimientos, espero ayudar a la chicas que estuvieran como yo.

Se que algunas de las cosas que cuento aquí son muy fuertes, pero he preferido contarlo todo tal y como pasó. Sólo puedo decir que me arrepiento de algunas cosas, como de haber hecho algunas cosas sin condón, pero asi pasó... no quiero sermones ni reproches, para eso ya está mi madre. Es un poco larga, pero quiero contarlo. Espero que no os aburra.

Desde los 16 años hasta los 23 estuve saliendo con un chico. Con él perdí la virginidad y me inicié en el sexo, pero no llegué a disfrutar de verdad. Si bien tenía orgasmos, me faltaba "algo", echaba de menos más pasión, más desfase en la cama. No hacíamos nada raro, siempre era lo mismo, de jóvenes, antes de llevarme a casa íbamos a algún parque y allí nos masturbábamos. Luego, ya con coche, la rutina cambió a echar un polvo rápido y despedirnos hasta el fin de semana siguiente. No le echo la culpa a él, pobrecito Pablo, la verdad es que yo tampoco ponía mucho de mi parte, ni hablábamos del tema.

Cuando lo dejamos de mutuo acuerdo pasé una época sin hacer el amor, tampoco lo echaba de menos. No fue hasta casi un año después cuando me lié con áquel tío. A Ignacio le conocí en el cumple de mi mejor amiga, era de Tarazona y venía por unos días. No es que fuera un tío para tirar cohetes, más bien normalito, pero era muy simpático y estuve toda la noche descojonada con él. A mitad de la noche ya estábamos hablando los dos solos en la barra de la disco. Me ofreció meternos un tiro y comernos un éxtasis en su coche... y no pude negarme.

Salimos hasta su coche y empezó a currarse la raya de coca en el asiento del conductor. Mientras, yo cortaba de un mordisco una pasti, y me tragaba mi mitad. Puso dos rayas enormes para cada uno. Me las metí y luego él. Era una farla de puta madre y enseguida se me puso el nudo en el estómago. Como siempre que me meto, me dió por hablar. Llevaba rajando 5 minutos y él me cortó: "¿Me debes algo por los regalos que te acabo de hacer, no?". Yo me quedé sorprendida y un poco avergonzada "Claro, claro, perdona", le dije echando mano a mi bolso, pensando en que quería dinero. "No, dinero no, quiero un beso". Me le quedé mirando, me sonreía, el extásis empezaba a hacer efecto, me acerqué a él y le besé en los labios. Su lengua se metió en mi boca, uniéndose a la mía. Nos besámos no se cuanto tiempo y empezó a sobarme. Yo llevaba puesta una faldita blanca y un top negro. Al estar echada hacia su asiento, mis piernas estaban entrebiertas, por lo que después de sobarme las tetas bajó la mano y empezó a sobarme el coño por encima de las bragas. Normalmente lo hubiera parado, pero no se si fueron las drogas, el tiempo que llevaba sin estar con un tío, no se... el caso es que no solo no le paré, si no que separé más las piernas para facilitarle el acceso. Apartó mi braguita hacia un lado y me empezó a sobar la raja. Yo estaba a 1000 y mi mano se fue hacia su bulto, que sobé por encima del pantalón. Mientras no paraba de besarme, moviendo su lengua dentro de mi boca, ahogándome, volviéndome loca. Se separó de mi un instante y me dijo "Joder tía, me tienes loco, no me puedo aguantar más...¿me la chupas?". Yo había practicado el sexo oral antes, con mi ex. No me desagradaba hacérselo, aunque tampoco me gustaba mucho... pero bueno. Le bajé la cremallera y metí la mano, saqué su polla. No era grande, era cabezona eso si, claro que yo tampoco había visto muchas como para comparar. Bajé mi boca y me la metí, solo el capullo, como hacía con mi ex. Empecé a subir y a bajar, agarrándola por la base, apretando los labios como una loca por efecto de la coca.

Este fue el momento justo en que mi amigo se transformó. Me agarró de la nuca y empujando hacia abajo empezó a gritarme "¡Cométela bien, puta, metetéla entera!". Sería la coca, el éxtasis... yo que sé. El caso es que pasada la sorpresa inicial, coño, que me gustaba. Me hacía un poco de daño en la garganta, pero me estaba poniendo a cien... tratarme así, tan brusco, meterme una polla tan adentro, en mi garganta, insultarme... no se, pero me puse cachondísima, tanto que me llevé una mano al coño y empecé a sobarme el clítoris. Cuanto más me esmeraba en la mamada mas caña me daba en el clítoris, con el dedo haciéndome círculos. Tragaba la polla tan adentro que me rozaba la campanilla y casi me daban naúseas, pero no podía parar. Noté que me venía un orgasmo.. justo cuando mi amigo empezaba a gritar "¡Cuidado que me corro, me corroooo!". No quité la boca... seguí chupando mientras yo misma me corría, con escalofríos que me hacían bajar más la cabeza y gemir de gusto mientras recibía el semen en mi boca. Yo ya lo había probado antes, porque siempre que se la chupas a un tío pruebas algo, pero nunca había aguantado tanto. Eso de recibir una corrida entera en la boca, no se, simplemente no se me había ocurrido. Quizá fue que coincidió con mi orgasmo, pero me apeteció que terminara en mi boca, sentirme sucia, como una actriz de las películas porno y, porque no decirlo, como una puta. Me gustó mucho eso de recibir la corrida entera. El tío terminaba y yo también. Gemía con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados. Yo tenía la boca llena de semen, algo había escurrido por mis labios mientras chupaba, abrí la puerta del coche para escupir todo aquello y al hacerlo ví que había un grupo de tíos que nos habían estado mirando todo el tiempo. Escupí el semen y me limpié la cara mientras los tíos escojonados me decían "No lo tires niñaaaa, comételo que alimenta" y cosas así. Yo estaba muerta de vergüenza, así que le pedí a Ignacio que nos fuéramos de alli. Arrancó el coche y salimos del aparcamiento. "Vamos a mi hotel, si te parece". Yo asentí en silencio, pensando en lo que acababa de pasar.

Llegamos al hotel. Aunque yo iba puestísima, el tío insistió y nos comimos otro medio éxtasis y nos metimos otra raya. Empezamos a besarnos de pie, al lado de la cama. El tío me sobaba las tetas, el coño. Yo me dejaba hacer y me desnudó. El también se quitó la ropa y pude ver que se había empalmado otra vez. Nos fuimos a la cama, yo me puse abajo, sin preámbulos. Yo todavía no estaba cachonda, estaba muy puesta y el corazón me latía como un loco, la verdad que no estaba como para follar, pero pensé en dejarme hacer, que el tío acabara pronto, ducharme y largarme. Me abrí de patas, él se tumbó sobre mí y le pedí que me follara.

Me la metió despacio y empezó a bombear, moviendo solo el culo. Me agarró fuerte el culo y me apretaba hacia él fuerte. Ya sabéis, como hacen los tíos para que te creas que la tienen grande y que lo único que hacen es hacerte daño en los huesos de la cintura, jajaja. Bueno, el caso es que me vino un momento de buen rollo del éxtasis y empecé a notar algo. Ignacio notó que me estaba poniendo y me folló más deprisa, diciéndome guarradas del tipo "¿Te gusta mi polla, verdad?" (mira que necesitan que se lo digamos, ¿eh?). Una de sus manos se fue a la raja de mi culo, que ya estaba mojadita de mis líquidos (suelto bastante, tengo que llevar el bolso lleno de salvaslips siempre). Su dedo fue hasta el agujero de mi culo y comenzó a hacer círculos. Joder, eso si que nunca me lo habían hecho. Que sensación tan extraña, que me tocaran ahí. El sexo anal no me había atraido nunca, incluso me daba asco, pero áquel dedo tocándome en un sitio tan íntimo, dándome un gustillo que se sumaba al de mi coño. ¡Bufff!... me estaba encantando. Me seguía follando a buen ritmo, metiédome la lengua en la boca, jugando con el dedo en mi culo. Yo intentaba moverme a su ritmo y a la vez bajaba el culo y gemía pidiéndole más, a ver si el tío se enteraba de que lo del culo me estaba gustando y que siguiera, pero seguía haciendo círculos con el dedo, así que en un momento que se vino con la cara al lado de la mía se lo pedí "El dedo, méteme el dedo en el culo". Y lo hizo... y madre mía, que sensación. Yo creía que por ahí no se notaba nada, pero yo sentía un gustito increíble y, más que el placer físico, estaba el mental, la excitación de que algo me entrara por un sitio tan sucio. Me moví debajo de él como una loca, para que me rozara bien el clítoris y se uniera al placer vaginal al de mi culo y me entrara más su dedo. ¡Que gusto me estaba dando este tío!. Noté que me iba a venir un orgasmo y cachonda perdida, soltando líquido como una bestia, le pedí a gritos "¡Me voy a correr, méteme otro dedo, metémelo". Me lo metió y me dolió algo, lo justo para retrasar un poco mi orgasmo. Pero enseguida me empezó a gustar otra vez, y joder si me gustaba. Ignacio me follaba culando fuerte y muy rápido. Me corrí como una bestia, uno de esos orgasmos que te cortan la respiración 10 segundos en los que te quedas con los ojos en blanco y la boca abierta. Además fue largo, largo.

Ignacio paró un poco, para tomar fuerzas. Yo estaba muy relajada, de eso que te quedas casi dormida con una sensación de relajación increíble. Se levantó de encima mío y se fue hasta su ropa. Yo disfrutaba del momento y del subidón del éxtasis que estaba teniendo. Se pusó un condón y pensé "¡Joder!... a estas alturas, si tuvieramos algo ya nos lo habríamos pegado"... me miró fijamente y me dijo "¿Me dejas hacértelo por el culo?". ¡Plaf!... como una bofetada me llegó su pregunta. No me lo esperaba. Por el culo, joder, eso tenía que doler mucho. Pero claro, pensaba en la corrida que acababa de tener y lo bien que me habían venido los dos deditos. Pero eso era un pollamen, no dos dedos. Mil cosas pasaron por mi cabeza, que si ya había sido suficiente puta por hoy, que me podía hacer daño, que no me iba a gustar... ¡buff!, la comida de tarro que tuve (animada por lo puesta que iba, todo hay que decirlo). ¡Que coño!... tenía curiosidad e Ignacio ya no iba a pensar peor del mí de lo que lo haría a estas alturas. La verdad, lo pienso ahora y ... ¡no me conozco!. Al final le dije que bueno, pero que si me dolía o no me gustaba o lo que fuera y le pedía que parase tendría que hacerlo y que lo hiciera con mucho cuidado.

Me puse a 4 patas y el se vino a mí. La verdad es que ya solo la postura me estaba poniendo cachonda, así a 4 patas, como una perra. ¡Si me viera mi pobre ex!, jajajaja, lo que se perdió. Bueno, que me pierdo. Ignacio empezó lamiendome el culo "¡Que culo tienes, hijadeputa1". La verdad que de culo estoy bien, además lo tengo durito por la natación y, ¡que coño!, por las anticelulíticas, los automasajes, las reafirmantes, jajajaja... Otra vez me pierdo. Bueno, de las nalgas pasó a al agujero. ¡Guau!, que sensación. Que un tío se atreva a comerte eso es lo máximo, claro que tienes que estar muy relajada y confiada, nada de comernos el tarro como hacemos las tías, "estará sucio, olerá, no le va a gustar". El caso es que la sensación era extraña, distinta. Da gusto, pero es diferente, no puede explicarlo. Yo movía el culo hacia atrás, buscando que su lengua entrara dentro de mi culo. Al mismo tiempo me llevé una mano al coño, para hacerme un buen dedo mientras, porque no creía que me pudiera correr solo con la chupada. Al verlo el me metió un dedo y yo gemí de gustito. Otra vez esa sensación tan rara, sentir que te hurgan ahí, en un sitio tan tuyo, es como darte entera. Metió otro dedo más que entro fácil, sin dolores, yo estaba muy relajada y disfrutando. Los empezó a mover, metiéndolos y sacándolos, haciendo círculos. Yo culeaba hacia atrás buscando ser penetrada y me hacía un dedo recorriéndome la rajita. Pronto tuve la sensación de necesitar más, mi culo se había dado de si y los dedos entraban bien. Le pedí que me metiera otro dedo. Escupió varias veces y lo metió. Esta vez si dolió un poco, pero lo pasé acelerando el ritmo de mi paja. Tres dedos, no me lo podía creer. Tenía un tío detras con tres dedos en mi culo y me estaba matando de gusto. Escupió un poco más y ya los tres dedos entraban fácil, los giraba, los metía y sacaba. Estuvo asi unos minutos, yo, mientras, con el dedo, bueno, con los dedos, seguía dándome un calentón que no veas. Por fín sacó los dedos y me dijo "Te la voy a meter ahora". Un escalofrío me recorrió la espalda. Pensé que no iba a entrar y me acordé que en el bolso llevaba crema de manos, no se porqué (sería el miedo). Se lo dije, "Joder, podías haberlo dicho antes, tía", pero me acerqué a mi bolso y la encontré (raro encontrar algo a en mi bolso). Se la dí y me untó un poco en el agujero. Metió los 3 dedos otra vez, entraban fácilmente, no había perdido dilatación. Apuntó su polla y apretó fuerte... y entró. Así de fácil, no me dolió nada. Pensar que cuando me desvirgaron el coño estuve 3 días con dolores... y en el culo me había entrado a la primera, al menos la primera parte. Siguió metiendo, muy, muy despacio, esperando a que mi culo le dijera que podía seguir. Yo la notaba abrirme por dentro, era como cuando haces caca pero al revés (perdonadme la guarrada). Entraba hasta que notaba que estaba como cerrado. Entonces se abría un poco más y podía entrar otro poco. Así, despacito, fue metiéndola, preguntándome si me dolía, si podía seguir, hasta que noté que me la había metido dentro. ¡Me estaban follando el culo!. Nunca me hubiera imaginado haciendo algo asi, pero, ¡que coño!, ¡me gustaba!. La sacó hasta la mitad muy despacio y volvió a meterlas. Gemí de gusto, ¡que sensación!... distinto a todo en el sexo. No se si es placer, la situación, yo que sé... me llevé la mano al chocho y volví a pajearme. El empezó a bombear. Cuando su polla entraba, me llenaba el culo, me rozaba las paredes del ano y me daba como una sensación proveniente de la vagina. Al sacarla, la sensación como de alivio, como de vacío me provocaba un espasmo de placer. Aceleró su ritmo, nuevamente soltando guarradas acerca de lo puta que era y que me ponían a mil. Yo me masturbaba como una loca y noté que me venía el orgasmo, con una subida del éxtasis, con los colores disparados y un globo que no veas. Tuve un orgasmo que yo recuerdo entre los 10 mejores de mi vida (otro día os cuento los otros 9, ¿vale?). Me corrí como nunca hasta entonces, un orgasmo muy intenso, que me venía de diferentes partes de mi cuerpo. Ignacio no aguantó al verme correrme y también empezó a correrse, con unos embites de su polla que me partían el culo. Gritábamos los dos como locos.

Cuando todo terminó, sacó su polla de mi culo. Me dolió bastante al hacerlo y note el frío del aire entrando dentro. Caímos rendidos y cuando pude me levanté al baño, porque tenía ganas como de hacer caca, aunque luego no salió nada. Me dí una ducha e Ignacio entró conmigo. Nos besamos y acariciamos, sin llegar a excitarnos (suficiente paliza llevábamos encima). Me pidió que me quedará a dormir, pero yo llevaba un globo que lo único que iba a hacer era comer techo, así que me vestí y me fui. Volví a la disco donde estaban mis amigos, pero no estaban. Decidí irme a casa. Me sentía extraña. ¿Qué había hecho?, ¿qué me había pasado?. No podía poner de excusa las drogas, lo que había hecho había sido muy consciente. ¿Era una puta?. Los remordimientos me corroían y llegué a casa en taxi, llorando todo el camino. Necesitaba una amiga y esperaba que Mar (mi compañera de piso) estuviera ya en casa. La desperté y le conté lo que me había pasado, lo que había hecho. Me miraba con la boca abierta y solo acertaba a decir "joder tía, que fuerte". Pero Mar, que estarás leyendo esto, es la mejor amiga del mundo (te quiero mogollón, tía). Me entendió, me dijo que soy joven y no había disfrutado de la vida, que me había desahogado. Que lo del culo era un poco fuerte, pero que si me gustaba... pues que era cosa mía. Me regañó (con razón) por no haber usado goma, me abrazó y me ayudó y la verdad que hoy pienso como ella. Ya está bien de que si una tía disfruta con el sexo y quiere probar cosas "fuertes" se le llame puta. Yo pienso seguir disfrutando de mi sexualidad como a mi me dé la gana.

Bueno, siento el "ladrillo" que os he metido, pero quería contarlo todo como pasó. Esperó que si alguna chica lee esto y pasa por lo que yo pasé pueda ayudarla. Fuera malas conciencias y malos rollos. Disfrutad de la vida que es muy corta. No se trata de acostarse con todos los tíos que puedas, pero si de hacer lo que te apetece con quien te apetece, sin remordimientos. Me he creado un correo en yahoo por si queréis escribirme. Si es para decirme guarradas, ni os voy a contestar. GIRL POWER!.

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Rebeca