Mi nueva vida 11

Continua sus penurias. Episodio fuerte a seres sensibles

MI NUEVA VIDA

11º

Entre sola al baño, era como la vez anterior un desastre, todo sucio. Yo descalza en un piso de mosaico con el barro de los zapatos de los clientes y, seguramente, el orín que caía de los mingitorios tapados. Dos de los mingitorios estaban bien pero el tercero tenia tres cuartas partes de él con un orín nauseabundo. El cuadrado donde, supuestamente, estaba el inodoro estaba cerrado con un grueso candado y un cartel de “clausurado”. Si pero puesto por los mismos dueños para no gastar en arreglarlo, como por ahí, seguramente no habría inspectores, no se arreglaban. Abrí las canillas del lavatorio y ni una gota de agua salía por ellas. De ducha ni hablar, no se si existía donde estaba el inodoro. Caminaba por el mugriento y resbaladizo piso con sumo cuidado de no caerme.

Por la mugre que había no sabía adonde me cogerían estos tipos. Me quede unos minutos pensando que todo vuelve en la vida. En este lugar me violaron cuando vine a vivir sola, separada de mi marido. Ahí mismo empecé, por mi afán de coger, mi carrera de puta y también conocí a Elías, que fue el único que no abuso de mi en ese momento, aunque después no solo me cogió, sino que me hizo y hace trabajar de puta y el es mi proxeneta. Tenia ganas de salir corriendo de ese lugar, porque presentía la iba a pasar re-mal, pero si escapaba iba a ser peor. Estos tipos hambrientos de sexo, que solo van a la ciudad de vez en cuando, si escapaba eran capaces de colgarme. Así pensando, sentí que se abría la puerta y entraban dos de ellos. Me fui hacia un rincón tratando de conseguir un poco de firmeza del suelo. Ellos avanzaron sobre mí. El vestido ajustadísimo que tenía los excitaba mas Mis tetas parecían querer escapar del escote y tenia que sacar constantemente de mi culo el vestido que por ajustado me molestaba. Caminaba manteniendo el equilibrio, si caía iba a ensuciarme hasta el alma.

ESTELA: hola chicos, porque no vienen de a uno. El piso esta jodido y podemos caernos.

RAUL: (así dijo llamarse y el otro Esteban) no te hagas la finita si eres una puta regalada.

ESTEBAN: si, vamos entrégate puta.

Se acercaron y me manosearon a placer. Ese Raúl tiro de mi vestido y los ocho (los había contado) porque debía dárselos a la dueña luego) saltaron por todos lados. Trate de agarrar uno o dos, cuando Esteban me manoteo y caí sentada en el piso. Sentí mi culo mojarse pese al vestido. Enseguida Raúl se tiro sobre mí, mordiendo mis tetas y pezones, mientras con su mano dirigía su ya erguida pija hacia mi concha. La metió de un saque, yo que estaba seca pegue un ahogado gritos de dolor, no vaya a escucharse afuera y la dueña montase en cólera. Esteban, mientras Raúl la metía y la sacaba de mi cuerpo puso su pija en mi boca y así me cogieron los dos juntos. Mi vestido ya completamente roto no existía y mi preocupación eran los botones, mientras los dos acababan sobre mí. Luego se marcharon y entraron dos más. Yo me quede acostada en el suelo, mas sucia creía no iba a poder estar. Estos dos me cogieron por turno, primero uno y luego el otro. Entro un quinto y sucedió lo mismo. Yo me sentía sucia, asquerosa. Mi espalda, mi cabello y mis piernas sucios de barro y orín. No sabía si eran cinco o seis los que tenían que venir. Si eran cinco ya había terminado. Pensando eso, vi que entro al baño el sexto hombre. Ahora si recordé estaba ahí pagando, cuando estaba yo sentada en el taburete. Era el más desagradable de todos. Tenia como dos metros de altura y era corpulento. Sus brazos parecían de acero y de grandes mano. En una pelea seria demoledor enfrentarlo, aparte era un tipo sucio, bueno yo no estaba tan limpia tampoco. Sus ojos negros saltones y una sonrisa que te petrificaba. Pensé ojala se vaya enseguida.

GIGANTE: (porque si lo era, le puse así) ven palomita tengo algo para ti.

Yo ya estaba parada y tenia en mi mano 7 botones y me faltaba uno. Los puse en el lavatorio y busque la forma de escapar de ese tipo, realmente me aterrorizaba. En tanto él, se había desnudado por completo. Tenía un abdomen prominente y, cosa rara, su miembro también. Trate de esquivarlo y cuando creía lograrlo me atrapo de una de las trenza tirando fuerte me tiro al suelo.

GIGANTE: queriendo escapar. Eso no se hace. Me costaste bastante, así que hasta no me saques la ultima gota de leche no salís de acá.

Se puso de rodillas y como quien levanta un papel del suelo me agarro a mí y me dio vuelta ante mi espanto. El tipo quería mi culo y encima mis tetas, mi cara y todo mi frente que aun no estaban sucio fueron a dar al suelo. Con mi cara tocando el suelo, abrió mis piernas y mando dentro de mi culo toda su herramienta.

Cuando termino, tomándome de los pelos me arrastro por el piso hasta el fondo del baño. Frente al último mingitorio me hizo poner de rodillas. Era el que estaba lleno orín y colillas de cigarrillos. Me temí lo peor. Hundió totalmente mi cabeza en el orín. No podía respirar, cuando no daba más y creía estallaría me saco. Respire jadeante y sin dejarme reponer lo hizo una y diez veces mas. Lógicamente trague parte del asqueroso líquido. Me saco me dejo tirada en el suelo y se fue. Quede tratando de recuperar mi respiración. Como pude salí al salón. El olor que despedía era inmundo que todos se abrían al verme pasar. Le dije a la dueña que necesitaba darme un baño

ELLA: esta loca, quieres ensuciar mi baño.

Y llamo a Elías, quien al verme se puso a reír. Le pidió unos cartones a la dueña y me hizo salir. Desnuda y sucia como estaba salí a la ruta rumbo al coche de Elías, quien abrió el baúl, puso los cartones y me hizo entrar en el.

Cerro la tapa y puso el coche en marcha. Sentía dentro del baúl moscas revoloteando mi cabeza. Cuando llegamos a mi antigua casa, me mando al rio a bañarme bien.