Mi nueva secretaria

La dominacion que empezo mi secretaria, da pie a mi novia a continuarla sin tenerlo premeditado, sometiendome a una intensa humillacion, en la que me ridiculizo como hombre.

Lo primero de todo, me gustaria dar las gracias a la lectora Diana por haberme honrado haciendo un comentario a mi anterior relato "Humillado por mi nueva secretaria". Muchas gracias. Y obedeciendola con todos mis respetos y ante su deseo en que fuese la novia o la mujer quien me humillase, a continuacion prosigo con mi relato, pero derivandolo a que sea mi novia quien continue humillandome.

Mi secretaria, toda decidida ella, me saco de mi despacho llevandome tras de si tirando de mi corbata para gran sorpresa y vergüenza mia, ya que pense que tras pasar el umbral de la puerta, se moderaria y me permitiria caminar tras ella de un modo normal, pero se conoce que tenia muy clara su postura, y lo que pretendia hacer ver al resto de compañeras. Mi rubor se hizo mayusculo, aumentando todavía mas el sonrojamiento de mi cara, aparte del que ella ya le habia facilitado con sus bofetadas.

Me sentia ridiculo e impotente de sublevarme, aturdido todavia por lo inesperado de la situacion. Yo no me considero un hombre docil ni sumiso, y verme en semejante realidad, caminando tras una mujer de impresionante fisico, tirando de mi, como si de una correa me llevase y percibiendose claramente a traves de mi pantalon mi elemento totalmente empalmado, me hacia sentir ya de por si muy extraño, incomodo y rebajado.

Pero todo esto sumado a hacerlo publico, a pasearme de esta guisa por la oficina con la seguridad de que otras personas asi me verian, hizo que un gran nerviosismo tomase subitamente posesion de mi persona, poniendome a temblar y haciendo que perdiese totalmente el control de lo que pudiese suceder a continuacion.

Menos mal que la sala a la que nos dirigiamos no estaba muy lejos, encontrandose en el mismo pasillo por el que avanzabamos, y afortunadamente debia ser el momento del desayuno puesto que no se veia a ninguna chica de las varias que suele haber en esta zona. Yo suplicaba en mi interior para que no apareciese ninguna. ¡Que pensarian de mi si asi me vieran!

Ahora que ya estabamos proximos a la sala, yo no hacia mas que darle vueltas al momento en que entrasemos en la misma. No se me ocurria nada para disimular mi tremenda ereccion, y la mujer que me esperaba ¡No deberia verme asi!

En parte me aliviaba el hecho que al lleverme mi secretaria tras de si, podria camuflarme con ella hasta el momento de tomar asiento donde teniendo en cuenta la duracion de la reunion, confiaba en recuperar mi normalidad y mi aplomo.

Mi secretaria me arrastraba con la corbata sobre su hombro, como quien lleva una bolsa colgada de el. Se la veia con un caminar lento y seguro, como recreandose a cada paso que daba, y girando esporadicamente su cabeza para controlarme con una mirada burlona y a la vez de satisfaccion, por encima de su hombro. Me la dirigia, primero a mis ojos, fijamente, con orgullo de tenerme asi, y despues a mi gran bulto, reflejandose en sus ojos un aire de superioridad, mientras esbozaba con sus labios una maliciosa sonrisa.

Ya cercanos a la puerta, cuando nos faltaban tan solo unos metros, ¡Desee que se me tragara la tierra porque me di cuenta que ella sabia muy bien lo que se hacia! Soltando mi corbata, bajo su brazo alargandolo hacia atras ... ¡Y me atenazo fuertemente con su mano por mis partes nobles!.

Me acababa de tirar todo por tierra, y ella lo sabia, porque ademas mi rostro demostro una gran ofuscacion, aparte de la logica tension y sorpresa como reaccion a su gesto. Recorrimos los ultimos metros de esa forma, con su mano tirandome de mi miembro, mientras la iba dando un movimiento para excitarmelo todavia mas y que asi resultase aun mas escandaloso ¡¡Ufff!!

Ya frente a la puerta se paro en seco y girandose hacia mi, pero sin soltarme de como me tenia cogido, acerco su boca y me dijo al oido:

  • Ya te dije antes, que asi es como debes llevar tu polla, imbecil, bien empalmada y que se te note -, mientras continuaba meneandomela por si quedaba alguna duda - Ahora cuando entremos, no quiero ver en ti ningun gesto por intentar tapartela o disimularla. No intentes encorvarte ni andar medio de lado. Vas a entrar tu primero, y que yo te vea andar bien rectito y estirado.

Me miro inquisidoramente a los ojos, y añadio... ¿¡Has entendido, cerdo!? Yo solo pude asentir con sintomas de desazon, comprobando que no tenia el menor atisbo de escapatoria.

Entonces, tirando con firmeza de mis atributos, me obligo a pasar delante de ella, al tiempo que me empujaba por mi trasero con su otra mano.

Cuando ya tenia mi mano agarrando el pomo de la puerta, y sintiendo que todo mi ser era presa de un acobardamiento total, note como cogiendome por el pelo inclinaba levemente mi cabeza hacia atras, y pegando desde detrás su cara a la mia, me medio susurro estas palabras... - Y recuerda que en todo momento debes tratarla de usted. Te ha quedado claro ¿Verdad? -, y me empujo hacia el interior.

Ahora si que si. Ya no se me ocurria nada, estaba perdido. Tenia que entregarme a mi vergüenza de ese momento. Procuraria entrar a todo meter, directo a sentarme. Traspase la puerta y... pero... pero... ¡Esto no podia ser!¡Desee que se me tragase la tierra en ese instante!... quien ahí estaba sentada... la señorita con la que me habia citado, era... era... ¡Era mi novia!

Tal era mi aturdimiento en ese momento, tal era mi vergüenza y mis deseos de salir corriendo, que todo se me junto en la cabeza, me bloqueo, y me quede parado, sin reaccion alguna. Incapaz de descifrar las mil sensaciones que se arremolinaron en mi mente, me quede ahí en medio, mirandola, notando como mi rostro enrojecia y sintiendo que mis mejillas me abrasaban tras ver la expresion de sorpresa que invadio sus ojos, no por verme, ya que ella sabia a donde venia, sino por ver el estado tan impresentable que la ofrecia con esa gran excitacion, presente en mis pantalones. Su mirada no hacia mas que subir y bajar, asombrada. Me miraba a los ojos, la dirigia hacia mis pantalones, y volvia a mirarme, reflejando en su mirada cierta inquietud e intentando encontrar en la mia una muda explicacion. Tan grande era mi confusion, que no acerte a pronunciar palabra alguna, tan siquiera un saludo. Note una mano tras de mi que me empujaba, sacandome de mi aturdimiento. Renude mi paso dirigiendome, ahora si, a toda prisa hacia las sillas de la mesa, buscando ocultar mi escandalosa vision tras el tablero. Asi me quede, todo cohibido, avergonzado, sentado y con la mirada baja, sin atreverme a mirarla directamente. Pasando por detrás mio, a mi lado se sento mi secretaria, de tal forma que yo tenia a mi novia en frente, al otro lado de la mesa, a un metro escaso, y mi secretaria a mi izquierda. ¿Pero que hacia mi novia aqui?.

Antes de continuar, hago un breve inciso para describir a mi novia. Se llama Marta y tiene 33 años. Tres años mas que mi secretaria (yo tengo 37 y me llamo Juan. Perdon que no me habia presentado). Tiene una larga y ondulada melena negra y sus enormes y verdosos ojos te lo dicen todo sin tener que pronunciar palabra. Son pura expresion. Labios finos, blanca tez y pobladas pero definidas cejas, completan un rostro muy atractivo.

Es bastante alta. Yo creo que como mi secretaria o igual un poquito mas, y unido a que la encanta el calzado con tacon muy alto, ha hecho que ya este yo acostumbrado a que me abraze por encima de mis hombros cuando nos besamos. Es delgada y sus senos son lo justo. Delicadamente bien formados y muy turgentes, mas bien tirando a pequeños. Tiene un culo perfecto, durito, alto y respingon que hace que se le pudiera catalogar como obra de arte. Sus piernas largas, firmes y perfectamente delineadas, casi podrian compararse a unas columnas sustentando su templo. Vamos, que resulta impresionante y levanta mas de una admiracion cuando va por la calle.

Dentro de mi confusion al verla ahora en mi oficina, aun he acertado a fijarme en como venia vestida.

Llevando una camiseta blanca con tirantas, que moria justo por encima de su ombligo, dejandolo al descubierto, y una minifaldita muy ceñida a sus sinuosas caderas y acabando en unas tablitas. Sus desnudas e interminables piernas descansaban sobre unos zapatos blancos y cerrados con un tacon muy alto. Desde luego que estaba para sucumbir ante ella.

Encerrado en mi aturdimiento, permanecia como me habia sentado. En esto que, repentinamente, oi la voz de mi secretaria, quien dandome un seco codazo en mi brazo, se dirigio a mi:

  • ¿¡Es que no piensas presentarte ante la señorita como es debido!?

Su tono me perturbo ya que no esperaba que delante de esta... bueno... mi novia, se dirigiese a mi de este modo, como recriminando a un niño pequeño.

  • Estoo... si, disculpeme señorita, yo soy Juan Gámez -, al tiempo que medio me incorporaba para darle la mano. - Y ella es la señorita Soni...

  • Ya soy mayorcita para presentarme yo ¿No te parece? -, me corto mi secretaria con un gesto muy seco:

  • Yo soy Sonia González, encantada -, mientras alargaba su mano para saludarla.

Yo no sabia para donde mirar de la vergüenza que me asolo al atreverse tratarme asi mi secretaria delante de ella. Mi rubor se hizo latente, y la expresion de los ojos de mi novia no podia ser mas clara. Mostraba una extrañeza muy elocuente, pero que supo disimular muy bien, al ver como yo la trataba de usted, pero sobre todo, al presenciar como mi secretaria se habia dirigido a mi, primero en un tono imperativo y recriminatorio, y despues de un modo cortante. Era una situacion que desde luego chocaba.

Cuando se sobrepuso a su discreta sorpresa y habiendo adoptado una postura de aplomo, ella se presento:

  • Bueno, yo soy Marta García -, y pronuncio su nombre mirandome fijamente y dando cierto aire de burla a sus palabras mientras lo hacia -. Prosiguió... y como ya habeis podido comprobar, sustituyo a mi compañera Nuria. Me incorpore ayer a la empresa, y sin menospreciar la buena labor de Nuria, que es toda una profesional, han creido mas conveniente que viniese yo a visitaros debido a mi dilatada experiencia con empresas como la vuestra. ¡Y aqui me teneis! -, exclamo intentando mostrarse algo efusiva para quitarle algo de tension. Y continuo - Asi que, si me lo permitis, voy a presentaros mi oferta que ya vereis como os resulta muy golosa.

Dicho esto, comenzo a explicarnos lo que traia. Transcurrio un buen rato hablando ella; lo hacia con mucha claridad y orden, y su voz, fina y atiplada era la unica que se oia en la sala. Bueno... y la de Sonia, que no hacia mas que plantearle preguntas a las que ella contestaba con mucha agilidad. Incluso a veces, la conversacion hacia que se salieran del tema, derivando en algunas risas esporadicas. La verdad es que parecia que habian sintonizado y la impresion es que se mostraban a gusto la una con la otra. Lo cierto es que yo no me estaba enterando de nada. Todo lo que estaba ocurriendo me impedia concentrarme lo mas minimo.

La iniciativa la llevaba Sonia, y entre ella y Marta estaban llevando la reunion. Yo no parecia mas que un objeto presente.

Con el paso de los minutos, yo ni siquiera habia reparado en que mi excitacion habia disminuido considerablemente, cuando de repente cai en la cuenta. Mi estado, y el que Marta me hubiera visto asi, eran una de las causas que me habian hecho perder el control, pero el ver que esto se estaba estabilizando, me infundio fuerzas dandome renovados animos el ver que podia ser capaz de volver a mi normalidad de siempre, lo cual me hizo pensar que podia intentar meter baza en la reunion.

¡Pero mi cuerpo tuvo un repentino sobresalto y todo se me vino abajo de repente! Note como una firme mano se posaba en mi entrepierna... y me agarraba fuertemente por mis organos, haciendo verdaderos esfuerzos por mi parte para no delatar la situacion. Literalmente me los abarco con su mano. Era como si Sonia me hubiese leido el pensamiento. Comenzo a estrujarmelos para despues empezar a restregar su mano contra ellos, dandoles de vez en cuando unos golpes con sus dedos como reprochandoles haber perdido su excitacion. Bajo el capricho de su mano, mi pene comenzo a ser de nuevo un gran bulto bajo mi pantalon.

Lo que vino despues, ya hizo que todo mi ser se estremeciera... sin esperarlo para nada... Sonia me abrio con mucha destreza la cremallera ¡Y saco al aire todo mi pene que mas parecia un mastil! Me lo atenazo con toda su mano, mientras con el pulgar presionado sobre su hinchada cabeza describia movimientos circulares.

Sin darle tiempo, y mientras apretaba mi ya tensa protuberancia con todos los dedos, empezo a deslizar su mano... arriba... y abajo... arriba... y abajo... en un lento y ritmico vaiven... ¡¡Uuuff!! Despues aceleraba su movimiento... y luego lo ralentizaba, para volver a hacerlo mas rapido de nuevo. Ya no se si mi rostro conseguia disfrazar lo que estaba sintiendo bajo el efecto de sus movimientos. Me estaba empezando a encontrar perdido, indefenso y vulnerable, aunque creo que ya me daba un poco igual. Me tenia en sus manos y ella lo sabia, porque discretamente me dirijia burlonas miradas de refilon, como demostrandome que era incapaz de defenderme, que me tenia a su merced. Y asi era. Mi cara ya denotaba un enrojecimiento incontrolado, y espaciadas gotas de sudor se deslizaban por mis sienes; mi secretaria iba a hacer que me corriera delante de mi novia. ¡Esto ya era increible! Yo no podia contenerme por mas tiempo, no podia. Mi pene iba a reventar por deseo de su maliciosa mano, me iba a correr...

¡¡Repentinamente paro!!... ¡Por dios... menos mal! No queria ni pensar lo que hubiera pasado. Ella conocia perfectamente mis sensaciones, y sabia llevarme justo hasta el limite, hasta donde ella queria. Me concedio una tregua en la que mi hinchado miembro no decrecio ni un milimetro; me lo habia excitado duramente. Note como su mano aflojaba su presa, pero comenzo a urgar agilmente bajo mis testiculos ¿Pero que hacia ahora? Ceso en su busqueda, como si hubiese encontrado lo que queria. Retiro su mano suavemente, mientras yo empece a notar unas ligeras cosquillas, como si algo se deslizara lentamente por mis inflamadas pelotas. De golpe... senti una presion alrededor de las mismas y de la base de mi pene. Algo que me apretaba y ¡Uy!... que notaba que tiraba de el. Pero si ella ya tenia su mano sobre su regazo... ¿Que pasaba aqui?

¡Se me habia olvidado! Me ato aquella cinta de raso en mi despacho y ahora... ¡Me estaba tirando de ella!

Con continuos tirones estaba obligando a mi herramienta a pendulear de un lado al otro, una y otra vez, con persistente cadencia en sus movimientos, mientras como si nada ocurriera y no fuera con ella, mantenia conversacion con Marta. Una conversacion de la que yo habia perdido el hilo hace tiempo, o mejor dicho, de la que habia permanecido ajeno y totalmente aparte. En la que no habia participado ni lo mas minimo, porque Sonia asi lo habia decidido. En esos momentos, yo solamente podia prestar atencion a como mi pene se balanceaba de aqui para alla sin parar porque ella no cejaba en sus constantes e incansables tirones.

Solamente acertaba a permanecer con la mirada baja y fija en los papeles que mi novia Marta tenia ante ella.

  • Juan -, me parecio que alguien mencionaba mi nombre, pero no estaba seguro...
  • ¡Juan! -, de subito mi novia pronuncio mi nombre con mas fuerza. De golpe reaccione, y atine a salir de mi letargo levantando mi mirada hacia su rostro, cuyos ojos los tenia clavados en los mios, reflejandose en los mismos cierta mezcla de ira contenida, incredulidad y extrañeza.

  • ¿Estas aqui, Juan? -, me pregunto con ironia, mientras continuaba mirandome fijamente.

  • Es-tooo... sss-sssi... si... disculpeme Marta... yyo-ooo... ha sido un ligero despiste... disculpe...

continue con lo que decia, por favor...

¿Despiste? Pensaba yo para mis adentros ¿Despiste? Me volvi a repetir. ¡Pero si no me he enterado de nada!

Esto me sonaba a cuando en clase te sorprende la profesora, y uno intenta disimular como que estaba atendiendo, pero al mismo tiempo le entra el nerviosismo pensando en que como a ella le de por preguntarle... ¿¡Ah,si!? A ver ¡Dime de que estaba hablando!, y entonces te ves pillado. ¡Pues asi me sentia en ese preciso instante! Implorando por que a Marta no la diese por ahí. Como mejor supe, puse cara de prestar atencion, suponiendo que mi novia continuaria con su exposición, pero ella siguio como recriminandome:

  • A ver si despues de lo que me he molestado en preparar mi oferta y venir a explicartela, resulta que a la que mas le interesa es a Sonia, porque tu ¡Das la impresion que pasas! -.

Repare en que Marta ya empezaba a pasar por alto ese protocolo que suele mantenerse en las relaciones profesionales, para comenzar a utilizar ciertas familiaridades en su expresion, asi como a levantarme la voz sin importarla que estuviera presente mi secretaria, lo que denotaba que ya se encontraba comoda con Sonia y me inducia a pensar que habia aparecido cierto entendimiento entre ellas, lo que no me gustaba nada.

  • Casi parece -, prosiguio... como si fuera Sonia la que tuviera que decidir, y no tu. ¡Parece ella la directora! -.

Inmediatamente los tirones que Sonia continuaba dando a mi tenso pene, se hicieron mas rapidos y bruscos, lo que me hizo girarme inconscientemente para mirarla, advirtiendo que me observaba con un claro gesto de satisfaccion en su cara. Estaba ocurriendo todo como ella queria. Intente por todos los medios no perder mas los nervios. Por un lado tenia a Sonia, quien me estaba manejando a su antojo sin tan siquiera pronunciar una palabra, y por el otro tenia a la situacion en si, en la que mi novia ya habia comenzado a ser tambien protagonista con esa especie de regañina que me estaba echando sin importarla que estuviera delante mi secretaria, lo que queria decir que Marta ya empezaba a ver algo que era chocante pero evidente.

Me volvi de nuevo a la exponente, intentando remediar algo si es que ya podia remediarlo:

  • Vee... vera-aa, la ruego que me perdone, pero por fav...

  • ¡Ni perdone, ni nada! -, me interrrumpio elevandome de nuevo la voz sin dejarme terminar mis palabras. - Yo no quiero \"perdones\". Lo que quiero es que demuestres algo mas de educación y que seas mas profesional al menos mientras yo te este explicando mi oferta. Lo que despues hagas, o como te comportes en otras reuniones, me trae sin cuidado. Pero cuando estes conmigo me atiendes... ¿Entendido? -, me espeto de forma mas categorica.

  • Sss... siii-si, por favor, continue -, respondi sin ser capaz de decir nada mas esperando que ya, dejase de reprocharme.

Despues de todo lo sufrido, se me hacia muy extraño que durante todo este rato Sonia no pronunciase palabra ni hiciera gesto alguno sobre mi ya mancillado miembro. Solo observaba. Pero eso si, con una transparente expresion de satisfaccion en su cara.

Pero cuando parecia que iba a proseguir con su oferta, y al realizar un gesto que mas me parecio hecho a proposito que accidentalmente, se le cayo el boligrafo al suelo. ¡Oh, dios! Tal y como seguia teniendome Sonia con todo mi elemento al aire y bien vertical... ¡¡Marta podria verlo!! Aunque estaba bien claro que mi novia se habia percatado de que algo pasaba, no solo sobre la mesa, sino tambien bajo ella, y desde luego que estaba dispuesta a enterarse.

Con un - Oh... disculparme -, retiro su silla un poco hacia atras y flexiono su tronco agilmente... ¡Uff!

Esta tardando mucho... me decia yo mismo. Los segundos se me hacian eternos minutos. ¡Lo esta viendo... lo esta viendo! Mi cabeza solo pensaba en eso. Cuando por fin, despues de interminables segundos se incorporo sobre su silla. Lo primero que hizo fue mirarme... con una mirada indiferente, fria... muy seria. Yo habia sentido la punzada en mis ojos por lo fijamente que me clavo los suyos, y no sabia que pensar. Lo cierto es que empeze a notar como un sudor frio recorria enteramente mi cuerpo.

Pasaron los minutos mientras ella seguia explicando su oferta. Parecia que tras, llamemosle la reprimenda y el incidente de antes,todo volvia a la normalidad de una reunion. A Marta se la volvia a ver suelta y ligera en su explicacion, centrada en la propuesta; daba la impresion de haberle restado importancia al hecho de lo que pudo ver cuando recogio su boligrafo del suelo, incluso ya empece a pensar que quiza no hubiese visto nada y que todo podia haber sido una falsa impresion mia. ¿Por que no?... ¡Claro que si!. Mi estado de animo se me puso por las nubes, recobrando un nuevo entusiasmo. ¿¡por que no se me habria ocurrido antes!? No habria tenido que pasar por los malos momentos que habia sufrido y posiblemente todo tomaria otro color, pudiendo posteriormente hablar con mi novia a solas y darle una convincente explicacion, que me resultaria facil, de por que el anomalo comportamiento de mi secretaria, quien todavia seguia con la tortura de impedir que mi pene recuperase su normal tamaño, sin apenas haber cesado de darle tirones, lo que me estaba volviendo loco.

Cuando todo indicaba que esto llegaba a su termino, finalmente Marta nos conto la parte economica. Se trataba de un contrato de 12.000 € al año, la verdad es que rebajaba en 6.000 € la del actual proveedor y que si queria, la firmaba en ese mismo momento para empezar a trabajar con su empresa.

Tras mencionar esto ultimo, se me quedo mirando un poco expectante pero se la notaba serena y segura. Yo seguia en silencio manteniendo mi mirada baja, hacia la propuesta, como en un estado de reflexion; aunque todo era fingido puesto que no sabia que hacer. Reconociendome a mi mismo que no me habia enterado de nada y que desconocia en que consistia detalladamente su oferta, y eso me daba miedo ya que yo era el responsable.

Ya habia tomado la decision de decirla que me dejase el informe, que lo estudiaria y que en unos dias la llamaria para comunicarla mi respuesta, cuando con tono de exasperacion, me increpo mi secretaria.

  • ¿Se puede saber a que estas esperando para firmar... J-u-a-n? -, el modo en que pronuncio mi nombre, casi parecia mas que se dirigiese a un niño que a mi.

  • ¡Ah, ya se! -, continuo sin darme tiempo a decir nada - Tal vez sea demasiado complicado para ti, no lo has entendido y necesites que la señorita te aclare mas de un punto... ¿Es asi? -.

No me podia creer que pusiera tanta burla en sus palabras. Esto, no es que rayase ya en querer mostrar indicios de algo, sino que resultaba completamente descarado. Me estaba humillando delante de ella, pero ademas mis dudas y mi indecision estaban contribuyendo a ello. Por fin me arranque a decir algo con una actitud desafiante, de lo cual hasta yo mismo me quede sorprendido:

  • Pues que sepa que lo he entendido todo perfectament... ¡Auhg!

¡¡De repente senti que algo presiono mi pene con dureza!!... ¿¡Pero que estaba pasando!? No pude evitar emitir un breve quejido. Enmudeci al instante. Mis palabras se cortaron de golpe. No podia ser otra que mi novia... ¡Me estaba pisando mi miembro con su zapato!.

¡Dios mio!¡Entonces se habia enterado de todo!... ¡Antes me lo habia visto! Instintivamente la mire, no sin cierto pudor, y pude ver como me estaba petrificando con su expresion seria, mientras con su zapato me apretaba mas firmemente. Mis pupilas se dilataron al maximo por el esfuerzo de ahogar otro quejido y por el daño que me estaba infligiendo. Todos mis poros destilaron sudor cuando ella despues aflojo su presa, pero inicio un movimiento de sube y baja a su pie, excitandomelo aun mas, al tanto que mantenia una ligera presion sobre el mismo.

¡Uf!... ¡Uf!... en silencio, sin saber que hacer, yo permanecia pasivamente a su merced. Incluso Sonia se quedo extrañada por mi reaccion, asistiendo con aire interrogante a lo que sucedia. Tranquilamente, Marta recogio el boligrafo de la mesa y que yo habia soltado por mi sorpresa, y me lo puso en la mano:

  • Entonces... si lo has entendido todo... vas a firmar ¿Verdad? -, se dirigio a mi como quien lo hace con un tontito.

No podia mas. Tenia que firmar confiando en que el procedimiento de la oferta fuese el correcto para mi empresa. Me consolaba que al menos, ibamos a rebajar en 6.000 € a la actual empresa de publicidad y eso no estaba nada mal, y estaba deseando firmar y acabar con ese tormento para salir disparado, puesto que Marta seguia restregando su zapato contra mi hinchado miembro que me amenazaba con correrse si ella insistia con sus friegas. Asi que, influenciado por el efecto de las circunstancias me dispuse a firmar. Pero en el ultimo instante...

  • ¡Espera! -, con voz aguda y chillona, Marta puso su mano sobre la mia y me la sujeto. - Estoy pensando que... puesto que nuestras empresas son punteras, y teniendo en cuenta que mis jefes han redactado una oferta 6.000 € por debajo de tu proveedor para conseguir trabajar con tu Compañia... pienso que no es una oferta justa para la mia, ya que somos una empresa de nivel y ofrecemos garantia -. Cogio la propuesta y la giro hacia ella. Empezo a tachar la cifra y a escribir otra en su lugar, mientras continuaba:

  • Esto va a ser una especie de pre-contrato, ya me encargare de que lo corrijan, pero hasta entonces es valido a todos los efectos. He tomado la decision que esta cifra es mas acorde para todos y estoy segura que tu empresa se lo puede permitir -. Dicho esto, giro de nuevo la propuesta hacia mi al tiempo que me entregaba el boligrafo.

¿¡¡25.000 €!!? Mi sorpresa fue mayuscula, al igual que mi exclamacion. - ¡Pero yo no puedo firmar esto! -, no pude por menos que gritar. A todo esto, Sonia permanecia expectante por ver lo que estaba ocurriendo, pero observaba todo con cara sorprendida y divertida, satisfecha de ver lo que se estaba desarrollando delante de ella sin necesidad de intervenir. Se notaba que la estaba gustando lo que veia, y mas aun cuando por el gesto de mi cara deje entrever que Marta aceleraba sus movimientos de frotamiento con el pie, mientras con voz tajante me decia:

  • Si, Juanito, si que lo vas a firmar, y ahora mismo. Delante de las dos.

Sonia estaba emocionada, y yo, que nunca me he considerado sumiso, coaccionado por las dos y con mi mente totalmente confundida, acerque mi mano temblorosa al contrato... y lo firme.

La cara de Marta, que hasta entonces habia permanecido seria y fria, torno a una expresion de deleite contenido al esbozar una media sonrisa llena de soberbia. Yo me senti derrumbarme en esos instantes. No sabia lo que habia hecho.

En medio del silencio de ese momento, sono una musiquita. Era el movil de Sonia, quien presta, respondio a la llamada. Yo me mantenia cabizbajo, incapaz de mantener la mirada de Marta consciente que aun asi, ella no me quitaba ojo. Estaba disfrutando de la situacion a la que me estaba llevando sin yo saberlo. Habia cesado el movimiento de su pie, pero lo mantenia apretado contra mis partes, pisandomelas. Sonia colgo, y precipitadamente miro a mi novia:

  • Disculpame Marta, ha surgido un contratiempo y debo ausentarme. Sigue tu ¿Vale?. Vuelvo en un rato -.

Y salio de la sala como una exhalacion. En la habitacion reinaba ahora el silencio. Era curioso, pero tras cerrar la puerta y quedarme solo con Marta, me sentia cohibido y... si, tengo que decirlo... intimidado por su presencia. Nunca antes con ella me habia sentido asi. Se ve que esperaba a que yo hablase porque guardaba un meditado silencio. Yo tenia un nudo en la garganta, pero trague saliva y me arme de valor porque necesitaba aclararme ciertas dudas.

  • Pero Marta... ¿Por que me estas haciendo esto? -, ¿Que haces tu aqui, en esta empresa? -, empece a amontonar mis preguntas -. ¿Pero... por que no me dijiste nada? -.

Me habia impacientado de repente y me salieron todas de golpe. Queria una explicacion ¡La ansiaba!

  • ¡Y tu me preguntas eso! -, me chillo mientras recalcaba sus efusivas palabras con un apreton de su pie contra mi pene -. ¡Y tu me lo preguntas...! ¿¡Ahora!? -, no la entendia. No sabia por que me decia eso. La percibia colerica a traves de sus ojos, que despedian fogonazos de ira hacia mi. Apreto los puños como queriendo contener su rabia y guardo silencio mientras respiraba profundamente. Queria tranquilizarse y lo consiguio, siempre habia tenido mucho autodominio. De forma mas sosegada pero con una tremenda frialdad, continuo:

  • Vamos a ver -, comenzo como asentando terminos. - ¿Tu recuerdas que ayer estabas en una cafeteria tomando café con tu novia? O sea... ¿Conmigo? -, asevere brevemente con la cabeza. - Bien. Pues... ¿Te acuerdas que te empece a contar que estaba que saltaba de alegria porque habia conseguido que me aceptaran en una empresa mas representativa que en la que estaba? -.

  • Si, claro que si, mujer -.

  • No me interrumpas -, me increpo secamente. - Doy por hecho que te acuerdas, tonto ¿No ves que es una forma de hablar? -, desde luego a veces me trataba como a un memo, no lo puedo negar. Siguio contandome, y yo muy atento:

  • Bueno, pues cuando te iba a dar la sorpresa, puesto que ya sabia que hoy tendrias esta reunion, de que se trataba de mi nueva empresa y que seria yo la persona que vendria, pues como no, como siempre haces \"Don importante\", me cortaste el roll...

  • ¡Pero Marta! Como puedes deci... -, la interrumpi para explicarme.

  • ¡¡Callate!! -, elevando aun mas su voz mientras daba un golpe en la mesa. - ¡Callate y escucha! -, me grito de nuevo. - ... como me cortaste el rollo y no quisiste escucharme, ni me dejaste disfrutar de mi ilusion por contartelo como siempre haces, y te me pusiste a soltar una perorata que si tu trabajo, que si tu responsabilidad, que si bla, bla, bla... pues opte por callarme y que hoy lo vieras con tus propios ojos.

  • Ahora... ¿Te ha quedado claro? Ya puedes hablar -, me aclaro por si acaso.

  • Siii... claro que ahora ya lo entiendo Marta -, pero me quedaban puntos por resolver, y volvi a repetir una de mis anteriores preguntas. - Pero, dime... ¿Y por que me haces...?

  • ¿Y por que te hago esto? -, se me adelanto a mi pregunta, cuando note que por fin retiraba su pie de mi entrepierna. ¡Que alivio senti! Aunque mi prominencia estaba tensa y dura como nunca. Yo estaba deseando llegase este momento para finalmente poder guardar mis atributos a buen recaudo y dejasen de ser mancillados asi, exhibiendolos como algo publico. Asi que lentamente, para no aumentar el sacrificio de mi dolorido miembro, comenze a colocarme comodamente en la silla para poder guardarmelo, mientras observaba como ella se levantaba, y rodeando lentamente la mesa, se acerco hasta mi. Yo la miraba cuan alta era, en tanto que mis manos seguian torpemente intentando ocultar mi vergüenza. Ella, plantada frente a mi, apoyo sus manos sobre sus caderas, que tras dejar caer el peso de su cuerpo sobre una pierna, adoptaron una forma muy sinuosa. Esa postura con los brazos en jarras, la daban un aire arrogante y altivo, y he de confesar que el verla asi, con esa pose, me intimido hasta el punto de temerla.

Mirandome fijamente, sin pestañear un apice, y sin dejarme adivinar lo que iba a hacer o decir, levanto rapidamente su mano derecha en el aire, propinandome una violenta bofetada en mi mejilla, volviendome la cara y casi haciendome caer del asiento.

  • ¡¡¡Por ser un cerdo!!! -, me chillo.

Instintivamente lleve una mano a la mejilla y la otra a mi pene para acabar de guardarlo precipitadamente, mientras intentaba recomponerme en mi silla, pero sin apenas darme tiempo, alzo esta vez su mano izquierda y me sacudio otra aun mas violenta bofetada, que si hizo que me reclinara contra la silla de al lado, dejandome descompuesto.

  • ¡¡No te la guardes, cochino!! -, con su voz estridente me escupio las palabras. - ¡¡Quiero que la dejes como esta!! ¡¡Quiero tu polla bien asomada, asi, toda tiesa!! -.

Ni siquiera me habia dado tiempo a intentar incorporarme, cuando me dio un manotazo en la mano con la que estaba intentando encerrar mi elemento, obligandome a soltarlo, mientras con su mano izquierda me agarro fuertemente por los pelos y me atrajo hacia ella. Asi cogido, apreto mi mejilla derecha contra su falda. Y manteniendo asi mi cara, pegada contra su cadera, me solto una tras otra varias bofetadas mas en mi mejilla izquierda, recriminandome mientras lo hacia:

  • ¡Asi era como tenias tu polla bajo la mesa! ¡Toda empalmada por Sonia, mientras me tenias delante! -, me empujaba la cabeza hacia abajo para que mirase hacia mi miembro, mientras me regañaba de ese modo. - ¡Y asi de tiesa la tenias bajo tu pantalon cuando entraste en la sala, idiota! -. Volvio a tirar de mi pelo para obligarme a mirarla hacia arriba, y me estrello cuatro nuevas bofetadas empezando a dejar marcada mi mejilla que comenzaba a arderme.

  • ¡Y tu, delante mio y con todo descaro, poniendo cara de gilipollas sin saberlo! ¿¡Verdad!? -, y seguian lloviendome bofetadas. Ya empezaba a notar cierto acorchamiento de mi mejilla izquierda sintiendola caliente, parecia que se habia cebado con ella. Solo acertaba a balbucear palabras sueltas, intentando defenderme de alguna forma, pero ella tenia mi cara bien apretada contra su falda sin dejarme mover, y sus continuas bofetadas me impedian componer frases enteras.

  • ¡Y a ti bien que te gustaba, marrano! ¿¡Asi es como te gusta estar!? ¿¡Como un animal en celo enseñando su mierda de polla!?... ¡Eso es lo que eres! ¡Un puto perro! -, acentuaba sus palabras mientras me movia la cabeza, dandome tirones del pelo. Yo intentaba atinar a hablar, pero solo me salian pequeños balbuceos.

  • Que pasa... ¿¡Es que aun quieres decir algo, idiota!? -, entonces paro un rato de zarandearme la cabeza, para cogerme con su mano derecha por la barbilla, haciendo que mi boca se estrujase. - A ver que tonterias me quieres decir... ¡Habla, inutil! -, me agito toda la cara con su mano.

  • ¡Pero si es que no me dejas explicarte el motiv... ! -, me dio tiempo a empezar a decirla con desesperacion, porque me interrumpio con tres fuertes bofetadas que hicieron que mi cara se me estremeciese.

  • ¡¡A mi no me alces la voz, imbecil!! -, y me sacudio otra vez de lleno en la mejilla. - Y ademas...

¿Sabes que?... que me vas a seguir tratando de usted. Un cerdo como tu debe dirigirse a mi con respeto, y me ha gustado que me trates como me merezco. ¿¡Que me ibas a decir!?

  • Que si me permite, le dare la explicac...

Volvio a estrellar su mano contra mi ya dolorida mejilla. - ¡Callate!... Tu a mi no me vas a dar ninguna excusa. ¿Acaso eres tan estupido de pensar que te iba a creer? ¿Te entra eso en tu pequeño cerebro? jajajaja -, se rio burlandose de mi. - ¡Que idiota eres! Jajaja pero claro, que puedo esperar de un inutil, si solamente tienes una neurona y siempre dormida ¿eh? ¡Nada en absoluto! No tienes explicacion que me valga. Solo sabes comportarte como lo que eres, un perro rastrero y salido que solo obedece a sus instintos mas basicos, pensando con tu asquerosa polla porque no tienes otra cosa. Pero yo te voy a enseñar... a ti, y a tu ridicula polla -, y solto mi pelo al tiempo que me sacudia en la cabeza. Se dio la vuelta y rodeo la mesa para llegar hasta su bolso y coger un cigarrillo. Sin pensarmelo dos veces, me incorpore rapidamente emprendiendo camino hacia la puerta. Tenia que salir de alli como fuese, me daba igual como me vieran, pero necesitaba salir y normalizar mi desorientada cabeza. Mientras iba hacia la puerta, con un acertado movimiento consegui guardar mi pene dentro del pantalon. Ya casi estaba con mi mano en el pomo, cuando Marta me sorprendio y como si de una felina se tratase, me alcanzo.

  • ¡Eeeeeeh! -, emitio este sonido mientras me atenazaba por el pelo, tirando hacia si. - No pensarias que te iba a dejar escapar ¿No? -, mientras me obligaba a girarme hacia ella. - Pero... ¿Donde esta tu polla, perro? -, se burlaba de mi en tanto me bajaba la cremallera de la bragueta. - Huuuummm... Aqui escondidita la tenias guarro, mirala que hinchada esta -, y me la saco bruscamente para apresarmela, y arrastrarme tras ella hacia la mesa asi cogido. Con todos sus dedos rodeando mi miembro, comenzo a mover su mano masturbandome y haciendo que mi pene se me dilatase aun mas. Aplico unos movimientos mas vigorosos... - Hummm... Mira que polla te estoy poniendo, imbecilito. Hace exactamente lo que me da la gana, pero... -, detuvo su mano y acerco su cara a mi miembro, demostrando observarlo con curiosidad. - ... pero quiero ver ese capullo todavia mas hinchado, hum... no se... ¿A ver...? -, y sin esperarmelo, me dio una fuerte palmada en el pene, haciendo que pendulease arriba y abajo descontroladamente, y obligandome a encogerme de dolor. - ¡Pero si funciona! Jajajajaja ¡Se pone mas gorda! -, y me sacudio otro manotazo mas fuerte... y otro...

¡Uf!... y otro mas...

Como yo me encogia y no paraba de agitarme por el daño que me causaba, me cogio bien por el pelo, encorvo un poco mas su cuerpo, y continuo dandole palmadas una y otra vez, a izquierda y derecha, mientras miraba divertida como mi maltratado pene se meneaba de aqui para alla segun el antojo de su mano.

Cuando empece a notar que mis fuerzas debilitaban, afortunadamente paro. Sin soltarme del pelo, me acaricio suavemente mi miembro comprobando su estado...

Me lo manipulaba con delicadeza... me lo solto y extendio sus dedos. De este modo, con su mano abierta, la paso por debajo de el y lo dejo descansar sobre su palma. Lo miraba con deleite, como si estuviera orgullosa de como habia conseguido ponermelo, simplemente porque asi lo habia querido. Me lo frotaba por debajo levemente, y le daba golpecitos haciendo que subiera y bajase sobre su mano... como sopesandolo.

Repentinamente alzo su mano y le sacudio tal palmada que me hizo ver las estrellas a la vez que emiti un incontenible grito retorciendome de dolor sobre mi mismo, y mi pobre pene reboto varias veces por el tremendo manotazo. Me tuve que agachar para encontrar algo de alivio mientras me quejaba, pero Marta no me permitio estar asi. Obligandome por el pelo me hizo levantar y permanecer bien estirado. Me miraba a los ojos como si me los fuera a fulminar...

  • ¿Que pasa?... ¿Te duele? -.

Hice un gesto con la cabeza, afirmando con ella.

  • ¡¡Responde!! -, me grito a la vez que me propino un bofeton.

  • ... sssss... sss-ssssi... me duele -, apenas pude decir.

  • ¡Pues jodete, imbecil! -, me chillo acercando mucho su cara a la mia. Me solto del pelo y simultaneamente se giro mientras apoyaba los brazos sobre sus caderas. Se quedo dandome la espalda:

  • Desnudate -, pronuncio brevemente.

¿¡Pero como iba a desnudarme aqui!? Pense para mis adentros. La puerta estaba cerrada pero sin pestillo ¡No podia arriesgarme a que cualquiera entrase y me viese desnudo!

  • ¡No me pida eso por favor! -, me arriesgue a suplicarla.

Se giro despacio, manteniendo la postura, y se aproximo...

  • Mira, payaso... -, me dijo intentando permanecer serena. - ... lo primero es que no te lo estoy pidiendo ¿Entiendes esto, idiotita?... te lo estoy mandando. Lo segundo, es que, como un animal salido que eres, tu debes estar desnudo ¿Te lo he dicho claramente, chucho? -, guardo un rato silencio, notandose que hacia esfuerzos para no alterarse. - Y tercero y ultimo, es que te lo voy a decir solo una vez mas... y pobre de ti si te lo tengo que volver a repetir.

Y poniendose con su cara casi pegando a la mia, estallo:

  • ¡¡¡TE QUIERO DESNUDO!!!... ¡¡¡YA!!!

La verdad es que me dio miedo. Senti verdadero panico y me invadio tal sensacion de indefension y nerviosismo, que mis manos temblorosas se fueron por si solas a mi cinturon, empezando a desabrocharlo para dejar caer mis pantalones.

Me parecia algo surrealista. Ahí estaba yo, en la sala completamente desnudo y totalmente temprado, pero sobre todo, delante de mi novia. Era ella la que me estaba sometiendo a esta humillacion sin haberlo convenido. Yo nunca habia tenido tendencias sumisas. Mi carácter nunca habia sido docil... pero sin yo quererlo ni desearlo, ella me estaba doblegando, me estaba manejando. Y lo peor de todo era que me sentia, al menos ahora, incapaz de rebelarme. Marta me estaba anulando.

Viendome ahí de pie, desnudo y abatido, se acerco lentamente poniendose otra vez frente a mi. Me obligo a mirarla hacia arriba, a sus ojos. Me sacaba casi una cabeza y me sentia minimizado ante ella. Se separo un poco de mi, y miro hacia abajo:

  • Vaya... ¡Como te he puesto tu ridicula polla! -, exclamo sonriendo. - Ahora si que parece un cacho de carne amorfa, jajajaja... ¡Asi me gusta! -.

Me la cogio con firmeza, y tiro de ella para acercarme mas a la mesa. Tiro hacia abajo y me hizo sentarme en una silla frente a la misma. Cuando me tuvo asi, empujo la silla para pegarme bien a la mesa y permanecio un rato detrás de mi, en silencio. Senti sus manos que me las ponia sobre mi cabeza y empezo a pasar sus dedos por entre mi cabello, sin tirarme de el, acariciandomelo con detenimiento. Yo permanecia mudo y en vilo, en tensa espera sin saber que se la pasaba por su mente. Acelero el movimiento de sus manos haciendolo mas energico, enredandome el pelo. Y segun estaba asi se adelanto por mi lado derecho, levantando su esbelta pierna y pasandomela por encima de las mias, de tal forma que ahora se encontraba de pie entre la mesa y yo, con sus piernas a ambos lados de las mias y tan pegada a mi, que casi podia besar su faldita sin moverme.

Me solto y cogiendose su minifalda desde abajo se la levanto muy lentamente hasta recogerla en su cintura, dejando a mi vista y a escasos centimetros, la perturbadora imagen de su anhelado pubis, y a modo de segunda piel, adornado por una tanguita de gasa negra muy fina con delicadas y pequeñas florecitas bordadas en un tenue hilo burdeos, y un lacito del mismo color en su parte alta. Iba finamente ribeteada por un delgado encaje en un tono mas oscuro que las flores. Me quede hipnotizado por semejante vision, pero Marta acaparo mi atencion con su voz:

  • Dime chucho... ¿Que ves? -.

La respondi sin retirar mi mirada de su magico triangulo:

  • Su divino tesoro -.

  • Jajajaja -, la divirtio mi respuesta viendo que me tenia totalmente embelesado. - No, gilipollas, jajaja -, continuo, - ... eso que dices podria haber sido hace unos dias, pero hoy, y a partir de ahora, este sera para ti mi estandarte, mi emblema, es decir... ¡Mi coño! -, me cogio por el pelo, - ¡Miralo bien, cerdo! El sera el que te someta, el que te doblegue. El sera ante quien te humillaras y al que desearas, pero no podras tocarlo, haras lo que a el le de la gana. ¿¡Te has enterado!? -, y sin darme tiempo a responder, continuo, - Porque a partir de hoy, todas las tonterias y gilipolleces que digas o hagas me las pasare por MI COÑO. Y a ti te tratare como me salga del COÑO, y haras exclusivamente lo que se le antoje a MI COÑO, ¿¡Esta claro, estupido!? -.

Sin saber por que, yo tenia los ojos un poco vidriosos. Me encontraba muy nervioso, y solo pude afirmar con la cabeza. Ella parece que se quedo satisfecha, y adelantando mas su pubis hasta casi tocar mi cara, me pregunto mas sosegada:

  • ¿Te gusta lo que ves? -.

  • Si, me gusta mucho -.

  • Besalo -.

No podia creerme lo que acababa de decir. Si su aroma me estaba embriagando tanto que ¡Estaba loco por comerselo! Acerque mis labios despacio, pero segun lo hacia, ella iba retirando su pubis, y me acercaba mas y seguia retirandose lentamente. ¿Pero a que jugaba? Me decidi entonces a adelantar rapidamente mi boca, pero para mi sorpresa ¡Me la paro de una sonora bofetada!

Con ojos interrogantes y sorprendidos, dirigi mi mirada hacia arriba.

  • ¿Acaso no he hablado claro? ¡Te he dicho que me lo beses! -.

Volvi a dirigir mi boca hacia su tanguita, y cuando estaba a punto de rozarla... ¡Me sacudio otra buena bofetada! -, ya la mire confuso...

Ella me empujo la cabeza hacia abajo, al tiempo que me gritaba:

  • ¿¡Eres subnormal o que!? ¡¡Besa mi coño de una puta vez!! -.

Todo nervioso, me apresure a besarselo, pero esta vez me detuvo el rostro con una fuerte bofetada en cada mejilla, que me lo hicieron retroceder. Aturdido como estaba, no acertaba a comprender.

  • Esta claro que eres un inutil payaso. Te doy la oportunidad de venerar mi coño, y ni siquiera sabes hacerlo ¡Voy a tener que enseñarte! ¡No sirves para nada! -, mientras se sentaba en la mesa frente a mi con la falda subida, y poniendo sus piernas pisando con sus zapatos en la silla,a ambos lados de mis muslos desnudos. Apoyo las manos a cada lado de su cuerpo, sobre la mesa, y me miro altiva y distante:

  • Vamos a ver si al menos sirves para algo, y si te has aprendido la leccion. Te recuerdo que has firmado mi oferta y por consiguiente voy a pasar mucho tiempo contigo en estas oficinas... -, pero ¿Que queria decir? ¿Que me hablaba ahora de no se que leccion?. Cada vez me tenia mas desorientado. Continuo... - ... y ahora voy a comprobar si te has enterado de algo de todo lo que te he contado antes, o efectivamente me acabas por confirmar lo que pienso de ti... que eres atontado perdido -.

¡Ahora lo entiendo! ¡Estaba perdido! Me iba a hacer preguntas sobre la oferta que nos explico a mi secretaria y a mi... ¡Y no me habia enterado de nada!

  • ¡Pero bueno!... Hummm... no me gusta lo que estoy viendo... -, Marta reparo como despistada en mi miembro, el cual habia perdido algo de su dureza, y levantando su pierna me la paso por encima para acercar su zapato a mi pene, empezando a juguetear con el tocandolo con la punta de su tacon. - ... esta polla la quiero ver bien durita ¿Eh? No quiero que te descuides ni un momento, chucho... -, comenzo a pisar mi miembro y aplastandomelo contra mi muslo empezo a darle vigorosas friegas moviendo diestramente su pie, de tal forma que en pocos segundos me lo volvio a poner gordo. - ... con lo cerdo que eres, te quiero simpre bien empalmado ¿Has oido? -, y seguia frotandomelo. - ¿No te gusta tanto, idiota? ¿No te gusta tanto estar siempre empalmado, incluso en las reuniones?... Mirale, pobrecito... si pareces un marrano que solo piensa en su polla. Que no ve mas alla de ella -, me estaba poniendo por los suelos. Me queria ridiculizar y desde luego que lo estaba consiguiendo, pero ella seguia. - ¿No te da vergüenza?... ¿No te sientes mal de ver a una chica como yo, mas joven que tu, que te trate a su capricho? ¿Que te ridiculize?... ¡Estupido! ¿¡Eres tan imbecil que te gusta que te trate asi!? -, y seguia meneandomelo con su pie, y yo cada vez me sentia peor porque veia que me iba a hacer correrme. - ¡Pideme que pare! ¡Vamos! -, y aun me lo movia mas energicamente y yo, con cara de tonto, mis labios entreabiertos y ojos de manso corderito, la miraba impasible, sin poder articular palabra, bajo su voluntad. - ¡Lo ves, perro! ¡Eres incapaz! ¡No puedes detenerme aunque lo desees! ¡Eres un acojonado! -, y repentinamente... paro.

  • Te das cuenta ¿Verdad? -, me dijo con soberbia. - He tenido que decidirlo por ti. Me das pena. Eres un imbecil de mierda -, me apuntillo mirandome despectivamente.

  • ¡Que me he despistado de a lo que iba! -, ella misma se sobresalto.

  • Pero bueno, ahora que ya te la he puesto bien tiesa, vamos a ver si mi chucho se ha enterado de algo de lo que le explique antes ¿Vale?.

Se froto las palmas de las manos como disfrutando de lo que iba a venir, como si estuviera impaciente. A mi me daba miedo, no me gustaba nada lo que intuia que iba a pasar, y el caso es que mi expresion de temor debia ser muy exagerada, tal que Marta se percato e intento burlarse de mi:

  • Pero ¿Por que tienes esa cara de preocupacion?... Jajajajajaja -, estallo en una expresiva carcajada. - Pero si no debes temer nada, chuchito, ¿No te acuerdas que todo muy machito dijiste que te habias enterado de todo? -.

Y para mas burla, me dio unas palmaditas en la cabeza mientras las acompañaba con estas palabras:

  • Anda, tranquilo chuchito que no te va a pasar nada -, mientras me la acariciaba como si me tratase de un perro.

Pero su gesto cambio, dejo de tranquilizarme y puso el semblante mas serio. Con cierta gravedad en su voz y con tono de amenaza, añadio:

  • Pero te aviso una cosa -, levanto el dedo indice para recalcar sus palabras con el mismo. - Por tu bien, que no falles ninguna pregunta... Porque como falles alguna o no sepas que decir, te prevengo que te voy a hostiar -, sus vocablos tan toscos le daban a la situacion todavia mas crudeza y me extrañaba que ahora me avisase que me pegaria cuando ya lo habia hecho sin prevenirme. ¿Es que ahora seria distinto? ¿Querria darle un morbo distinto? No se. Continuo... - Y te advierto... que segun vaya aumentando tu numero de fallos, mas seran las hostias que te de por cada uno. Aunque no se si tu obtusa mente habra entendido esto. Dime ¿Lo has entendido, inutil? -.

  • Ss-ssi, creo que la he entendido, pero... -, me atrevi a añadir con voz apagada, - ... pero de verdad que no hace falta que me pregunte nada ¿Eh?... que de verdad que la entendi tod...

  • ¡Calla y cierra esa bocaza! ¿¡Acaso te he pedido explicaciones, idiota!? -, se enfurecio alzando la voz.

  • nn-nnn-noo... pero solo intent...

  • ¡¡Que te calles!! -, mientras me estampaba su mano en mi cara. - ¡Ademas de estupido eres bocazas! Pero ya veras... ya veras imbecil como yo te espabilo a hostias. Vamos a ver... -.

Se quedo un rato pensativa, como si meditase cual seria la mejor forma de empezar. Al rato se decidio, y toda resuelta me pregunto:

  • Vamos a ver, chucho... ¿Cual era el objeto de mi oferta? -.

  • Pues... que su empresa llevase la publicidad de la mia -, conteste.

  • ¡OOOOH! ¡Muy biiieeeen! -, exclamo burlandose de mi. - ¡A ver si no vas a resultar tan tonto como pensaba! Bueno... a ver... ¿Que duracion tiene el contrato que hemos firmado? -.

  • Cinco años -, de esto estaba seguro.

Rapidamente, como si ya estuviera impaciente, alzo su mano derecha y me propino semejante bofetada que me volvio la cara hacia el otro lado.

  • ¡Un año! ¡Y renovable tacitamente hasta un maximo de cinco, idiota! -, me recrimino enfadada. Yo tuve que llevarme la mano a mi ya maltratada mejilla para aliviarla puesto que me ardia muchisimo, pero Marta me dio un manotazo, retirandomela.

  • ¡Quita esa pezuña! -, me increpo al mismo tiempo. - Ah, ya veo... pobrecito que ya la tienes hasta hinchada ¿Verdad? Bueno, las proximas hostias te las dare en la otra para igualartelas ¿Vale? Y cuando lo esten, te las dare en ese feo hocico que tienes para ponerte tambien los morros a tono -, alzo los brazos hacia la parte de atras de su cabeza para hacerse una coleta alta, ya que su melena no hacia mas que venirsela hacia la cara, molestandola.

  • ¡Venga... a por la siguiente!, hum... veamos... ¿Con que antelacion podras comunicar la cancelacion del contrato anticipadamente?... ¡Responde! -, me urgió.

Me imagine que seria de un mes, como normalmente suele ser, asi que fue lo que dije estando casi seguro de que asi seria:

  • Con un mes -.

Ella no dijo nada y permaneció sin moverse durante un rato, asi que empece a animarme al pensar que habia acertado... pero me desplome cuando ella elevo lentamente su mano en el aire y con un rapido movimiento me atizo un energico bofeton, para inmediatamente sacudirme un segundo bofeton que me hizo temblar toda mi cara.

  • ¡Dos meses, gilipollas! -, y añadio... Pero no te preocupes que ya me encargare yo de que no lo canceles.

Se recogio mas su minifalda en su cintura ya que por sus movimientos se la bajaba, y se conoce que deseaba tener su estandarte bien a la vista de quien no podia tocarlo.

  • ¡Vamos con otra, que me esta gustando esto... a ver, baboso, dime de que forma esta obligada mi empresa a ser penalizada mensualmente de una forma inversamente proporcional al resultado de la penetracion de la vuestra en el mes anterior, si este ha sufrido un decremento durante los tres meses precedentes -.

¡Ni siquiera me habia enterado de que me habia preguntado! Mi gesto debio ser muy elocuente porque Marta se me quedo mirando con una expresión que tenia todo el aspecto de querer imitar a la mia. Yo no sabia ni que decir...

  • Mirale que cara de bobo se le ha quedado -, pronuncio con burla en sus palabras. - ¡Vamos!... ¡Que estoy esperando! -, me apremio impaciente intentando ponerme mas nervioso de lo que ya lo estaba. Tal lio tenia intentando descifrar algo de lo que habia dicho, que quede enmudecido.

Sin esperarmelo, me solto dos buenas bofetadas que me despertaron del letargo.

  • ¡Éstas, por ser un imbecil!...

  • ¡Y estas tres... -, y me propino sucesivamente y aun mas fuerte, tres bofetadas mas que me retumbaron por dentro. - .... por ser un idiota que no tiene ni puta idea de nada!

Fue entonces, cuando me descubrio la respuesta:

  • ¡Con un 1% de la cuota mensual, inutil! -, me empujo hacia atras la cabeza, acompañando a sus palabras.

  • Pero esperate, que viene la siguiente, ya veras... Y esa penalizacion... ¿De que forma podemos compensarla para el siguiente año?.

Mi animo cayo en picado. Estaba muy claro lo que iba a pasar. Y ademas, segun formulo su pregunta, levanto su brazo extendido manteniendolo en esa posicion mientras esperaba. Su mano la tenia con todos sus dedos bien estirados y mostrandola plenamente. Tengo que decir que cuando me sacudia lo hacia de lleno, con toda su palma estrellandomela en la cara. Desde que la conoci, adivine que Marta siempre habia sido muy pegona.

Muchas veces, ante cualquier desliz, facilmente se le iba la mano, siempre la habia tenido muy ligera, pero ya se sabe, eran las tipicas bofetadas que no se dan muy fuerte, y muchas veces de refilon con los dedos, como para apercibir. Pero hoy me las estaba dando muy fuertes, de las que suenan bien, con toda su palma y de lleno. Y lo peor era que se la veia que estaba disfrutando y que la excitaba porque pude percibir como su tanguita estaba humedecida.

A todo esto, ella seguia con su brazo levantado pero ya mostraba una clara impaciencia.

  • Me estoy cansando de esperar y esto no me gusta nada... y te advierto que como me impaciente, te voy a meter tantas hostias que te voy a poner esa cara baboso que tienes tan hinchada, que te va a costar reconocerte cuando te mires en el espejo. Y aunque ya vas camino de ello, abre de una vez esa bocaza... ¡Y responde! -, sus facciones se habian vuelto mas duras y su semblante torno a una expresion de incontenible deseo por darle desahogo a su mano.

Yo no encontraba las fuerzas para siquiera abrir mi boca. Me encontraba totalmente coaccionado por esa mano en el aire y no hacia mas que mirarla. Mi pensamiento, imaginandola venir con fuerza hacia mi cara, lo tenia completamente anulado y cuanto mas intentaba concentrarme sabiendo que debia responder lo correcto, mas nervioso me ponia al verla ahí.

Pero mis cavilaciones se vieron cortadas en seco. Ya era demasiado tarde. Ella no podia esperar mas. Su mano abandono su quietud y comenzo un rapido movimiento hacia mi ya castigada mejilla derecha. Solo me dio tiempo a mirarla a su cara, con su mirada encendida y mordiendose el labio inferior, antes de apretar mis ojos. Y asi senti la primera bofetada que me lanzo mi cara para el lado opuesto. Luego la segunda... la tercera... la cuarta... tras la quinta, mi cabeza no fue capaz de recuperarse y se quedo hacia el lado contrario, semicolgada. Marta me cogio del pelo con su otra mano, y me obligo a enderezarla sobre mi cuello.

  • ¡Eres una nenaza! ¡Ni siquiera sirves para aguantar lo que te mereces, perro! -, me increpo con desden y con tono de irritacion en su voz. - ¡Abre los ojos, idiota!... ¡Y atrevete a mirarme a la cara! -, no se por que, pense que ya no iba a darme mas pero ni tiempo me dio cuando, tras abrir los ojos y ver la imagen de su rostro algo enturbiada, me sacudio otrs cinco bofetadas con mayor intensidad, que me hicieron sentir como un pitido en mi oido derecho.

Yo no podia mas. Mi mejilla me abrasaba a mas no poder, la notaba adormecida y me dolia mucho. Sin yo creermelo, empece a gimotear suplicandola:

  • Pare ya, por favor... ya esta bien... no me pegue mas... -.

Mientras me cubria la cara con mis dos manos frotando mis mejillas para darlas alivio. Mi cabeza la sentia reventar.

  • ¡¡Tu a mi no me dices lo que tengo que hacer!! ¿¡Esta claro, gilipollas!?

De repente, mirando hacia abajo exclamo:

  • ¡¡Pero mira como tienes tu polla, imbecil!!... -, levantando su pierna, paso su pie por encima de mi muslo para meterlo en mi entrepierna. Comenzo a urgar con el en mi miembro, pisandomelo contra la silla.

  • ¡Eres un cerdo! -, me chillo..., - ¡Siempre tienes que tenerla toda empalmada! -, y me la apretaba contra el asiento mientras me la restregaba. - ¿¡Ves como te gusta que te trate asi!? -.

Y dicho esto, me retiro de golpe las manos de mi cara, me las lanzo para atras con fuerza, y me sacudio varias bofetadas con sus dos manos.

  • ¡Y éstas por ser un marrano! ¡Por ser un cochino de mierda!

Yo no podia soportarlo mas y adelante mis manos para cubrirme la cara:

  • Pare ya, se lo ruego. Que ya tengo bastante...

  • ¡¡Quita tus manos!! -, mientras me las retiraba y me seguia sacudiendo mas. -¡Ya dire yo cuando parar!

Ya empece a pensar en que la integridad de mi cara corria un grave riesgo e instintivamente me intente proteger, pero en esa especie de forcejeo que mantuvimos, no se como pero ella consiguio propinarme bastantes bofetadas mas. Tenia una rapidez y habilidad innata.

Cuando al fin se tranquilizo y conociendose que tambien debia encontrarse cansada, ceso de pegarme. Yo estaba deshecho. No queria ni imaginar el aspecto que tendria mi cara. Me encontraba hundido moral y fisicamente... y sentia una humillacion bestial de ver como ella... Marta... mi novia... me habia ridiculizado en esa sala. Mil preguntas asolaban ahora mi cabeza. Todo lo que habia ocurrido era muy real...

demasiado real, y demasiado fuerte como para que no dejase huella o para olvidarse de ello facilmente como si hubiera sido algo sin importancia, transitorio. Habian sido unos acontecimientos que me hacian preguntarme ahora si me dejarian marcado... y que sucederia de ahora en adelante con nuestra relacion, con nosotros... que sucederia conmigo.

Mientras todos estos pensamientos me rondaban, mi novia se habia dedicado a arreglarse la compostura, y habia sacado de su bolso un espejio en el cual se estaba mirando, repasando su maquillaje y arreglando su melena. Lo guardo, cerro el bolso y cogiendo su cartera de trabajo se dirigio a mi con una mirada altiva y orgullosa, una mirada que nunca desde que nos conociamos habia visto en sus ojos. Y me dijo:

  • Me da igual como lo hagas ni las explicaciones que tengas que dar. Ese es tu problema. Pero quiero que lo dispongas todo para que desde mañana este preparado un puesto de trabajo completo en tu despacho. Voy a llevar la publicidad de esta empresa, y necesitare pasar mucho tiempo aqui. Aqui entrais a las 9h ¿Verdad?.

Bueno, pues yo estare aqui a las 8h, pero tu vendras a las 7h en punto ¿Entendido?.

  • Lo que usted diga -.

  • Ahora... besa mi mano -.

Extendio con soberbia su brazo mostrandome su mano estirada, pero no se acerco. Yo me levante, se la bese sin cogersela, y retrocedi para sentarme.

Marta se dirigio hacia la puerta, permaneciendo yo cabizbajo mientras me rozaba con su cuerpo al pasar a mi lado. El repiqueteo de sus tacones de repente ceso. Sus zapatos giraron y los oi acercarse de nuevo hasta que se puso frente a mi.

  • Mirame... CHUCHO.

Asi lo hice... y alzando su mano... me sacudio una ultima bofetada de lleno en la mejilla.

Me rodeo, se dirigio hacia la puerta, y se fue. No se despidio.

Continuara...

Por chuchojuanito

Pido perdon por haberme extendido tanto. Quiza pudiera hacerse cansado y aburrido al ser tan largo.

Disculpadme si asi ha sido, y tambien por la escasez de acentos. Escribo con una PDA y es muy tedioso ponerlos.

Si alguna chica de Madrid, tiene sugerencias de como podria continuar este relato, por favor,y si puede ser,os rogaria me lo hicierais saber mediante correo a mi mail 639540979@movistar.es o mejor mediante sms a mi movil 639540979 ya que mi correo no funciona muy bien. Un saludo muy respetuoso para todas, y gracias por soportarme

FIN DEL RELATO.