Mi nueva putita (III)
Continúa la degradación y el placer sin límites de Mel en el sex-shop... dedicado a Callie
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Mientras esperábamos a que viniese el negro, tú, todavía entrecortado el aliento y ciertamente inquieta pero aún más caliente que nerviosa me preguntaste por lo que tenía en mente, pero yo te apreté cariñosamente el brazo – no era cuestión de besarte estando toda tu cara llena de semen- y te dije
- Confía en mí… ¿o es que no estás gozando, putita mía?
Tu contestación, que adivinaban el brillo lujurioso de tus ojos, quedó muerta en tus labios antes de pronunciarse al llamar en ese mismo momento a la puerta. Descorrí el cerrojo y ante mí apareció el negro empleado del sex-shop, un tipo de al menos 1.90, embutido en unos pantalones negros y una camiseta blanca ceñida que revelaba un cuerpo de gimnasio, pelo corto y que por la correspondiente chapa identificativa respondía al nombre de Vladimir… Entró un poco inseguro, como si no creyese que lo que sin duda alguna le acababa de contar su compañera Naidí no fuese algún tipo de broma, pero su actitud recelosa cambió cuando te vio desnuda y arrodillada en el suelo, la cara y las tetas llenas de semen y la mirada de golfa… Yo eché el pestillo tras él y le dije
- Bueno, Vladimir, como supongo que ya te habrá informado tu compañera, te he llamado para que te folles a esta guarra, que quiere probar la fantasía de disponer de dos pollas simultáneamente para ella, y a la que un buen churro de chocolate le hace la boca agua… como ves ya está bien corrida pero quiere más, por lo visto su novio no le da la talla últimamente y tendremos que hacer nosotros el trabajo. Si la dejas satisfecha igual te dará una gratificación, como a tu compañera, así que venga, enséñale tu herramienta y a ver si le gusta
Sin dudar ni un segundo más él procedió a desnudarse completamente, revelando un físico de atleta y sobre todo un pollón digno de un actor porno. Le mediría unos 22 centímetros, siendo como le calculé a simple vista un trozo más larga que la mía e igual de ancha… sus huevos estaban depilados, y nada más acercarse a ti te abalanzaste como una zorra sedienta sobre su rabo. Yo, en segundo plano para recuperar fuerzas tras mi reciente orgasmo, observaba cómo poco a poco te ibas introduciendo más y más polla en la boca, mientras con una mano le pajeabas y con otra le acariciabas suavemente los huevos, que tenía – acordes con su cipote- grandes y colgantes. Mientras te veía engullir su tranca como una posesa comencé a acariciarme lentamente y le dije a Vladimir
- La chupa bien la putita, eh? Aprovecha, que no todos los días tendrás oportunidades como ésta… ¿ o sí?
Él echó una carcajada mientras con la mano en tu nuca comenzaba a tomar el mando de la mamada y empezando a follarte la boca – lentamente, para no ahogarte, pues eras incapaz de tragártela toda y sólo conseguías echar arcadas y saliva por la comisura de tus labios- me dijo
- Pues la verdad es que no me puedo quejar. Los fines de semana trabajo como boy en un local de striptease especializado en fiestas exclusivamente para mujeres, y no veas lo que algunas son capaces de hacerte una vez que llevan unas copas encima… se olvidan de los novios, de los maridos y hasta de las amigas o compañeras de trabajo que están viéndolas con tal de saciar su apetito comiéndose unos buenos rabos. A alguna incluso nos la hemos llegado a follar sobre el escenario mis compañeros y yo, y te aseguro que las que son más modositas cuando se dejan ir al final resultan las más cerdas, ja ja ja
Tú, cada vez más cachonda y excitada, dejaste de pajear su miembro para dirigir tu mano hacia tu coño, que comenzaste a frotar cada vez más y más deprisa, mientras de tu boca salían simultáneamente babas y gemidos de placer… glupps glupps gluppssss. Verte de nuevo desatada provocó que mi polla recuperase su esplendor, así es que levantándote por un brazo te giré hacia mí, me apoyé contra la mesa y tras dirigir tu cabeza hacia mi rabo le dije a Vladimir
- Me parece que la putita está cachonda de nuevo, y ya es hora de que pruebes su coñito, así que fóllatela por el coño… que esta guarra sienta bien tu rabo y puedas rellenarla bien al final como si fuese un bollo de crema
Tu semental negro no se lo hizo repetir, te separó las piernas, levantó tus caderas sujetándolas firmemente con sus manos, y sin más procedió a introducir su cipote en tu coño… Yo, que te rellenaba por delante, observé cómo bufabas de gusto al notar cómo su rabo te abría y dilataba toda, y mientras te hacías a su tamaño te dije
- Qué Mel, esto es mucho mejor que estar en casa viendo la tele y sin que se ocupen convenientemente de una, eh?
Y sincronizando mis movimientos pélvicos a los de Vladimir comenzamos a darte la primera doble penetración de tu vida. Tú cada vez te tragabas mi rabo más y más al fondo, y él a la vez te la metía más y más dentro… observarte así, toda desnuda, abierta de piernas y follada sin control me tenía la polla como el hierro; agarré tus colgantes tetas con mis manos y mientras las amasaba y pellizcaba los duros pezones le indiqué a Vladimir que con cuidado te metiese un dedo en el culo y te dije
- Mírame guarra, y dime si yo no te doy más placer que el cornudo de tu novio
No sé si fue oírte interpelar así, a tu novio, notarte llena por todos tus agujeros a la vez o una suma de todo ello… el caso es que nada más oírme empezaste a correrte de forma salvaje: sacando mi polla de mi boca gritaste SÍÍÍÍÍ…. como una loca mientras tus piernas y nalgas comenzaban a botar arriba y abajo como si estuvieses haciendo un twerk brutal, que hizo que Vladimir sacase su dedo de tu culo para sujetarte por las caderas mientras mantenía su polla enterrada en tu coño y me decía
- Joder con la blanquita, que me está empapando la polla de la corrida….
Yo, viéndote flojear las piernas, y habiendo guardado lo mejor para el final, le dije
- Ayúdala a ponerse a cuatro patas en el suelo y ponte de rodillas delante: si te ha encharcado la polla lo justo es que ahora te la vacíe y te la deje luego reluciente. Además, es mi turno de follármela, ja ja
Tú, que poco a poco te recuperabas del orgasmo tan intenso que habías tenido, te dejaste colocar en posición mientras decías
- Sois unos cabrones, pero me matáis de gusto, así que venga, dadle leche a vuestra putita… correos para mí
Y metiéndote de nuevo la polla de Vladimir en la boca retomaste la mamada que antes le dedicaras, esta vez sin ayuda de tus manos. Yo, tras girarme rápidamente hacia las estanterías cercanas para coger un consolador, esperé a que cogierais ritmo magreándote el coño con la mano y recogiendo tus flujos para llevarlos hacia tu ano, que lubriqué poco a poco. Apenas te habías dado cuenta cuando ya estaba en cuclillas tras de ti, flexionadas las piernas, abriéndote las nalgas con las manos y apoyando mi glande en tu esfínter mientras te decía
- Relájate putita que voy a romperte el culo, como llevo deseando desde que te conocí. No te preocupes que tendré cuidado, y ya verás cómo al final lo disfrutas
El anillo rectal cedió me costó un poco superarlo: estabas un poco tensa y eso no ayudaba. Así fue que mientras con una mano mantenía mi polla “en posición” la otra bajó a tu clítoris mientras decía
- Venga, ánimo, que pronto pasará. Si no puedes soportarlo lo dejamos, pero sé que puedes… Vladimir, fóllale la boca mientras
Y así con la inestimable colaboración del negro – que además de tu mente ocupaba tu boca- comencé de nuevo a introducir lentamente mi rabo en tu culo, hasta más o menos la mitad. Esperé pacientemente a que te relajaras, dilataras tus músculos y te acostumbraras a sentir mi polla en tu interior, y mientras sobeteaba tus encharcados labios vaginales y tu clítoris, que estaba duro y resbaladizo. Al cabo de un rato te introduje en el coño el consolador que acababa de coger prestado – tamaño XXL- hasta la matriz, para a continuación encenderlo y notar como tu coño y tu vientre empezaban a retumbar de placer…Mientras lo hacía te dije
- Anda si no serás cerda, que te los follas de dos en dos y no paras hasta dejarlos secos…Vladimir, venga, vamos a corrernos y a rellenarla de semen que ya va siendo hora de que la putita vuelva a casa
Y volviendo a empujar te introduje finalmente todo mi rabo hasta el fondo, hasta notar mis huevos chocar contra tu culo. Tú te sacaste la polla de Vladimir de la boca y girando la cabeza hacia atrás para mirarme me dijiste
- Daniel, eres un cabrón, pero este es el polvo más morboso que he echado en toda mi vida. Tu putita se va a morir de gusto….. agggghhhhh
Y poniendo los ojos en blanco te corriste de nuevo, entre gemidos de placer que debieron oírse en todo el sex-shop. Vladimir te agarró por el pelo para introducir otra vez su polla en tu boca, que comenzó a follarse salvajemente, insensible a tus arcadas. Por suerte para ti antes de que vomitaras fue él el que terminó corriéndose en tu boca, manteniendo tu cara apretada contra él y obligándote a tragar su semen para no ahogarte mientras te decía
- Muy bien putita, muy bien, traga toda mi leche, golfa
Tras vaciarle la polla te relamiste golosamente los labios mirándole fijamente… Yo, entretanto, había comenzado un frenético mete-saca en tu culo, que fue sustituyendo los quejidos de dolor del principio por gruñidos de placer. Al poco rato comenzaste a mover tus caderas, y volviéndote hacia mí de nuevo me dijiste
- Venga cabrón, rompe a tu putita y préñale el culo
Y nada más oírte así me corrí inevitablemente con un alarido de gusto hasta vaciarme en ti. Me fallaron las piernas y me dejé caer al suelo, pero aún fui capaz de apoyar mi culo en los talones y ordenarte
- Venga, espabila, que Vladimir tiene que volver al trabajo y tú a casa. Límpianos bien las pollas que tenemos que irnos.
Tras ponerse él a mi lado, procediste a chuparlas gustosamente cual caramelos, lamiéndolas y sobeteándonoslas con la boca y la lengua hasta dejárnoslas relucientes. Cuando hubistes acabado, y a mi indicación, le diste a Vladimir 100 euros – ha sido un placer, vuelve cuando quieras, dijo él sonriendo de oreja a oreja mientras cogía el dinero para acto seguido salir por la puerta- y tú y yo nos vestimos. Pero a ti no te dejé lavarte ni ponerte tu ropa interior, sino que te saqué así a la calle – Naidí y Vladimir tuvieron la gentileza de regalarnos nuestras compras-, te acompañé en taxi hasta tu casa y para despedirnos te dije
- Perra, quiero que vayas así a casa, oliendo a sexo y chorreando semen de dos machos, y que en cuanto subas te las arregles para follarte al cornudo sin asearte antes y hagas que te coma el coño
- Pero se dará cuenta, me dijiste preocupada…
Ya verás cómo no, estará medio dormido. Además, si lo hiciera no se atreverá a preguntarte nada por miedo a lo que pueda averiguar, y si preguntara le puedes interrogar tú mientras lo montas que cómo sabe distinguir el sabor del semen si no es que resulta que es una putita chupapollas, y ya verás cómo se calla. Ahora haz lo que te ordeno, y mañana hablamos y me lo cuentas todo….
¿¿¿FIN…..???? comentarios y mails a golfoyvicioso@gmail.com