Mi Nueva madrastra (parte 4)

Aceptando la realidad de mi nueva vida

Antes de nada gracias por los comentarios y las visitas a los otros relatos, son mis primeros relatos y me anima mucho saber que a la gente le gusta como escribo. Sé que son algo lentos, pero tengo intención de que sea una serie algo larga, por eso me doy el capricho de relatar más a fondo las escenas. Espero que les guste esta cuarta entrega.

Camino hacia mi habitación, aún algo exsausto e impactado por la imagen de Rebeca lamiendo la leche del sofá, después de salir del interior de su coño. Ésa mujer sabe bien como hacer que un hombre quede enganchado a sus encantos, pienso para mí mismo al entrar en la habitación. Es algo tarde para una ducha, aunque siento mi cuerpo sudado después del esfuerzo de hace un rato, pienso en sí ducharme o no tumbado en la cama cuando sin más, me quedo dormido....

Me despierto con el sonido del despertador a las 7 de la mañana, algo sobre saltado, recordando que los viernes, junto con los martes, es uno de esos días en los que tengo que entrar a clase a las 8 de la mañana para tener una sola hora, joder, que mierda de vida, pienso para mí mismo mientras me levanto, aún desnudo, para abrir la gran persiana de mi habitación. Veo que está amaneciendo pero aún está bastante oscuro, se nota que viene el otoño y los días son cada vez más cortos. Me pongo un pantalón y una camiseta que suelo usar para estar por casa y bajo a desayunar, cruzandome con Rebeca justo antes de empezar a bajar las escaleras.

L - Buenos días Rebeca. Digo yo, aún somnoliento sin mirarla demasiado, a esas horas ni el cuerpo de diosa de Rebeca hace que reaccione.

R - Buenos días guapo. Me dice Rebeca, dándome un pequeño azote en el culo que hace que reaccione mirando hacia atrás. - Veo que aún estás medio dormido, has dormido mal? Me pregunta Rebeca, teniendo muchas energías para ser las 7:10 de la mañana.

L - Bueno, no he dormido mal, pero es demasiado pronto. Contesto bajando las escaleras, sin reaccionar mucho más al azote que me ha dado, después de todo, ayer me la folle dos veces, ese gesto ya es lo de menos.

Bajo hasta la cocina, echando mi zumo de naranja en un vaso y cogiendo un plátano y un yogurt, dispuesto a desayunar para intentar arrancar mi mente y mi cuerpo. Después de desayunar, decido darme una rápida ducha antes de ir a clase, ya que ayer por la noche no me duché. Subo las escaleras y me vuelvo a cruzar con Rebeca, que baja con su ropa de deporte para ir al gimnasio a hacer su deporte mañanero. Lleva una mayas muy ceñidas que le marcan sus labios vaginales y su precioso y juguetón culo, y un top deportivo que hace que sus tetas se vean imponentes, esa imagen, junto con el desayuno, hace que mi cuerpo y mi mente se activen al instante.

L - Joder Rebeca, que buena estás. La digo rodeándola con mi brazo izquierdo, agarrando su culo con mi mano, mientras la doy un apasionado beso en la boca haciendo que mi polla reaccione creciendo contra su barriga.

R - Jajajajajja ya veo que te gusta cómo voy vestida. Me dice agarrando mi polla por encima del pantalón, haciendo que crezca aún más rápido.

L - Si, pero me gusta mucho más cuando no llevas nada. La digo agarrando un de sus tetas con mi mano derecha clavando mis ojos en los suyos.

La cosa se está empezando a poner caliente, seguimos en la misma posición, besándonos apasionadamente mientras ella masajea mi polla y yo masajeó sus tetas. La cosa se empieza a descontrolar hasta que Rebeca se separa un poco de mi, poniendo algo de control a la situación.

R - Venga semental, tienes que ir a clase y yo tengo que ir a hacer mi ejercicio. Luego nos vemos. Me dice Rebeca bajando rápidamente las escaleras, dejándome con cara de tonto mientras observo como se aleja con una sonrisa pícara en su cara, observando la gran erección que tengo en mi entrepierna.

Algo aturdido y excitado por nuestro encuentro en la escalera, cojo mi ropa de cambio y la toalla y me voy a la ducha, donde no puedo evitar hacerme una tremenda paja en honor a los encuentros sexuales que he tenido con mi madrastra. Termino la ducha, me preparo, cojo mis cosas y me voy al garaje para poner rumbo al instituto. Aparco delante de mí instituto y me decido a entrar a mi única clase de hoy, mi amada física. La clase transcurre sin nada destacable, termino a las 9 y bajo a mi coche, cogiendo mi teléfono dispuesto a llamar a María.

L - Ey María, has salido ya para la uni? Le pregunto, sabiendo que algún viernes entra a las 9:30, aprovechando para llevarla a clase ya que me queda de camino a mi casa.

M - No, hoy entro a y media. Me contesta desde el otro lado de la línea.

L - Vale, pues me acerco a tu casa y te llevo a clase. Le digo amable.

M - Jo gracias Lucas. Contesta ella agradecida. Avísame cuando estés abajo.

Cuelgo la llamada y me dirijo a su casa, que está a poco más de 5 minutos de mi instituto (Burgos es pequeño, algo que he agradecido toda mi vida). Llego a su calle y paro delante de su portal en doble fila, tocó el claxon y María se asoma a la ventana, ya que vive en un primero.

M - Aparca y sube, que no hay nadie en casa. Me dice María con una sonrisa.

Busco aparcamiento durante un par de minutos y aparco en la calle paralela a la de María, cerrando mi coche y llegando a su portal, llamando al telefonillo (eso que hoy en día ya no se usa, ya que todos avisamos por el WhatsApp). María me abre y yo subo las pocas escaleras que hay hasta la puerta de su casa, una casa en la que yo ya habia estado (la primera vez que follamos) pero que no solía frecuentar demasiado, ya que sus padres no eran muy amigos de que su hija tuviera novio, por lo que no sabían nada. María era hija única y sus padres eran algo sobreprotectores con ella. Una vez dentro, cerré la puerta y me dirigí a la habitación de María, donde ella estaba ordenando su mochila y su habitación.

L - Hola guapa. La digo agarrandola por detrás de la cintura, dándole un beso en su parte izquierda del cuello. - Me has echado de menos? Le digo al oido

M - Na, no mucho. Me dice María con una sonrisa dándose la vuelta y dándome un beso apasionado en la boca.

L - Que tal ayer con tu madre?

M - Pues bien, compramos algo de ropa en el pull and bear y ella en Stradivarius, si quieres luego te enseño lo que me compre, me lo pondré para salir. Me dice María mientras sigue ordenando sus cosas - menos mal que has vendió, así me da tiempo a ordenar un poco la habitación, que no veas cómo la tengo.

Y era verdad, María era aún más desordenada que yo, tenia todo alborotado por la habitación, ropa por la silla, encima de la cama, tirada en el suelo, y todos los apuntes de la uni sueltos por la mesa. Miro al suelo y veo uno de los tangas de María, de los que a mí me encantan, casi siempre usa tanga de hilo, y eso a mí me pone mucho. Me acerco a ella por detrás y la toco el culo, intenta adivinar si hoy también lleva uno de esos, María me mira con cara pícara y me pregunta

M - ¿Que haces Lucas? Mirándome a los ojos con una sonrisilla en la boca.

L - Nada, solo intento adivinar que tanga llevas puesto. La digo mientras sigo masajeando su precioso culo.

M - Jajajajaja mira que eres curioso. Dice María, siguiendo haciendo sus cosas como buenamente puede, estando yo pegado a ella por detrás.

Meto mi mano por dentro de su pantalón, agarrando sus preciosas nalgas, que aunque no sean igual de espectaculares que las de Rebeca, no tienen mucho que envidiarlas. María siempre había hecho deporte, jugaba en un equipo de volley hasta la universidad, por lo que tenía un físico bastante bien cuidado. Agarre su tanga, comprobando finalmente lo que yo intuía, era un tanga de hilo, joder, como me ponía cuando los llevaba puestos. Agarre la parte del hilo trasero de tanga tirando de el, haciendo que el triángulo delantero se le clave en el coño a María. Esta pega un pequeño brinco al sentirlo, poniéndome una sonrisas pícara mientras me mira de espaldas.

M - Que pasa as venido ha llevarme o a follarme? Me dice María, con un tono provocador y morboso, que hace que mi mano izquierda reaccione agarrando una de sus tetas, llevando mis dedos a su pezón.

L - Pues si tú quieres....la digo justo antes de que mis dedos pellizquen su pezón, haciendo que María, de un pequeño soplido, antes de llevar su mano derecha a mi polla, comprobando que está empezando a ponerse cada vez más grande.

M - Joder Lucas, no puedes venir aquí a ponerme así de caliente....me dice María dandose la vuelta, mirándome a los ojos, metiendo su mano dentro de mi pantalón para agarrarme la polla y darme un largo y humedo beso en el que nuestras lenguas se cruzan jugando entre ellas.

L - Tú sí que me has puesto caliente, dios, estás buenísima. La digo separando mis labios de los suyos, mientras mis manos no paran de magrear sus preciosas tetas y su culo, que cada día me parece más perfecto.

M - Joder Lucas me estoy poniendo demasiado cachonda, ¿Que hora es? Me dice mientras su mano no deja de agarrar y masajear mi polla

L - Las 9:20....la digo yo, bajando un poco mi ánimo, sabiendo que María me pedirá que la lleve a clase. Pero en lugar de ello, María me da un empujón, haciendo que caiga sobre su cama boca arriba.

M - Que le jodan a la universidad, quiero sentir tu polla en mi boca. Me dice María presa de su excitación, mientras se pone de rodillas en la cama, llevando su mano a mi pantalón, tirando de el para que mi polla salte ya muy dura.

L - Si joder me encanta que seas tan zorra. Contesto yo mirando el espectáculo que María está a punto de ofreceme.

M - ¿Te gusta que sea tu putita? Dice María mirandome a los ojos, mientras agarra mi polla y se golpea con ella en la cara. Joder, ésta tía era una auténtica guarra en la cama, y eso me ponía a mil por hora.

María comienzo a lamer mi glande, tirando de mi polla hacia abajo para que quedara bien expuesto a su boca, mentiendolo dentro de ella, sin quitar nunca sus preciosos ojos color miel de los míos. María seguía comiendo polla, lentamente, jugando con mis huevos, mientras con su mano izquierda se masajeaba su coño.

L - Quítate el pantalón y chupamela desde el lado derecho. Le pedí a María, ésta muy obediente, se incorporó, se desnudó ante mi, dejando a mi vista aquel precioso y juvenil cuerpo, que durante un buen rato iba a usar para mí disfrute. Se coloca de rodillas sobre la cama, agachando su cuerpo para volver a comerse mi polla, haciendo que su culo quede en pompa a mi lado, donde ahora yo puedo llegar con mi mano derecha.

María sigue chupando mi polla con maestría, subía y bajaba su cabeza tragandose todo el largo de mi polla, haciéndome una garganta profunda que si no fuera por los polvos con mi madrastra ayer y la paja de esta mañana, hubiera porvocado que le llenara la garganta de mi leche. Llevo dos de mis dedos a mi boca, empapandolos en saliva y los dirijo a la entrada de su coño, introduciéndolos de golpe hasta el fondo del mismo, comprobando que su coño está completamente empapado. María da un largo gemido que solo es ahogado por mi polla, que sigue dentro de su boca, que mama mi polla con maestría, haciendome sentir el hombre más afortunado del mundo: mi madrastra y mi novia me hacen mamadas a diario, ¿Se podía pedir más?. Sigo masturbando el coño de María, introduciendo mis dedos a toda velocidad, después de haber introducido un tercero en el que María ya casi ni se inmuta, al tener su coño completamente empapado y dilatado, mientras ella sigue con su endiablada mamada que me hace sentir en el cielo. Agarro su cabeza con fuerza y muevo mi cadera hacia arriba, incrustando mi polla en lo más profundo de su graganta, haciendo que María intenté separarse de mi, empujando con sus manos en la cama, pero sin poder liberarse, hasta que suelto su cabeza y María saca mi polla se su boca cubierta de saliva y tomando una gran bocanada de aire.

M - Mmmmm joder cabron, me encanta cuando me tratas como una cerda. Dice María justo ante de que la agarre del cuello, y la suba encima de mi polla, apuntando con ella a la entrada de su coño.

L.- Quieres que te folle puta? La digo aún agarrandola del cuello, sin apretar, solo como si fuera un collar.

M - Si joder, quiero tenerla dentro. Dice María al tiempo que deja caer su cuerpo metiéndose mi polla hasta el fondo. - DIOSSSSSS me encanta tenerla dentro joder. Dice María, empezando una cabalgada a un ritmo increíble, haciendo que su culo rebote contra mi polla, al tiempo que cambio de mano para agarrarla el cuello y azotar su precioso culo.

L - Oh sí María muévete, métete toda mi polla joder. Le digo casi gimiendo, preso del placer de la follada que nos estamos pegando.

M - dios joder dame más fuerte, agarrame más fuerte, me encanta montar tu polla. Me dice María, intentando no gritar, ya que sus tíos viven en el piso de arriba, y siempre que follamos en su casa intenta no gemir demasiado alto.

L - Venga puta, muévete para mí, sigue montando mi polla. La digo agarrando más fuerte su cuello y dándole otro azote en su culo, que empieza a estar algo marcado de mis golpes.

María sigue montando mi polla, como una perra en celo, pero cada vez se la nota más cansada, lleva ya casi 20 minutos montando mi polla, por lo que la cojo de sus caderas, haciendo que mi polla salga de su interior, haciendo que ella se ponga ahora boca arriba tumbada en la cama, y yo esté de rodillas frente a ella. Cojo sus piernas y coloco sus piernas en mis hombros, quedando mi cabeza entre ellas, mirando la cara de María, apuntando mi polla hacia su glorioso y jugoso coño.

M - Joder Lucas así no, no voy a poder controlar los gemidos y mis tíos me van a escuch....JODER, CABRON. Se le escapa un grito a María, antes de poner la almohada delante de su cara para controlar sus gritos, después de que le haya ensartado toda mi polla de golpe en su coño.

Bombeo con mi cadera, clavando una y otra vez mi polla hasta lo más profundo del coño de María, haciendo que esta grite contra la almohada, sin poder parar sus gemidos del todo.

M - SI SI SI SI SI JODER LUCAS SI, FOLLAME DURO JODER, ROMPEME EL COÑO, DIOSSSS ME ENCANTA, FOLLATE A TU PUTA, HAZME TUYA. grita María con la almohada delante, haciendo que sus gritos suenen más bajos, pero sin poder callarlos.

M - DIOSSSS ME ESTAS MATANDO JODER, SIGUE FOLLANDOME LUCAS, NO PARES DE FOLLARME POR FAVOR. Sigue María mientras mi respiración es cada vez más agitada, fruto del esfuerzo y de mi excitación. Continuo follandome a María con fuerza, hasta que bajo sus piernas de mis hombros, haciendo que se coloque a 4 patas delante mío.

L - Ponte ahí que te voy a follar como la puta que eres.

M - Si joder Lucas, follame, quiero sentir tu leche dentro de mi coño. Esto me dejó un poco descolocado, normalmente María y yo follabamos a pelo, pero hacíamos la marcha atrás, yo acababa corriéndome en su cara o en sus tetas, pero me había pedido que me corriera dentro de su coño.

L - Sabes que no puedo, o quieres que te deje preñada? La digo mientras apunto con mi polla a su coño, que está dispuesto para mí después de que María se haya colocado con el culo bien en pompa.

M - No te preocupes, he empezado a tomar la píldora, quiero sentir tu leche dentro, a partir de hoy quiero que te corras todos los días dentro de mi coño.

Escuchar a María decirme eso es más que suficiente para que agarre mi polla y vuelva a clavarla dentro de su coño con fuerza, haciendo que María vuleva a gemir contra la almohada mientras bombeo desde detrás su empapado coño.

M - OH SI JODER LUCAS, TENGO GANAS DE CORRERME YA, SIGUE FOLLANDOME HASTA QUE ME CORRA, NO PARES POR DIOS. grita María mordiendo la almohada, mientas yo agarro la parte de atrás de su cuello,. incrustando su cara contra ella, y llevo mi mano a su clítoris, provocando que María se empiece a mover buscando su orgasmo.

L - Dios María estás muy apretada, te voy a llenar el coño de leche, joder me voy a correr. Digo yo casi gritando, cuando empiezo a soltar toda mi leche dentro del coño de mi novia, la cual era la primera vez que rellenaba con mi leche.

M - SI SI SI SISISISIISS JODER ME CORRO SI DIOS ME ENCANTA SENTIR TU LECHE DIOSSSS grita María mientras explota en un tremendo orgasmo que hace que mi polla sea exprimida hasta la última gota, rellenando por completo su jugoso coño, antes de caer ambos sobre la cama, con mi polla saliendo de su coño, el cual expulsa me leche mezclada con su corrida y sus jugos.

Nos quedamos los dos tumbados, con los ojos cerrados y nuestras respiraciones aceleradas, abriendo los ojos para encontranos y besarnos apasionadamente, sonriendo ambos después del polvazo que acabamos de echar.

M - Joder Lucas ha sido genial, el mejor que hemos echado. Me dice María mientras se incorpora, y se va al baño a limpiarse el coño.

L - Joder ha sido genial, tenemos que follar así más veces, me ha encantado correrme dentro. Le confieso a María, muy agradecido por la sorpresa que me había preparado.

M - Jajajajaja sabía que te iba a gustar, además, eso de la marcha atrás no era muy seguro, prefiero tomar la píldora y así hacerlo tranquilos. Me dice María, volviendo a la habitación, cogiendo su ropa para vestirse, mientras yo hago lo mismo.

M - Bueno, me da tiempo a llegar a la segunda hora, me llevas a clase? Me pregunta María después de que nos hayamos vestido.

L - si, sin problema. Por cierto, se te ha manchado un poco la cama. Digo riendo y apuntando a la marcha donde quedó mi leche junto con sus jugos.

M - No te preocupes, las sabanas son para lavar, luego las limpio un poco para que mi madre no lo vea. Me dice mientras se encamina a la puerta de la salida, mientras yo la sigo.

Bajamos al coche, y ponemos rumbo a la universidad. Paro delante de la puerta y María me da un apasionado beso y me dedica una amplia sonrisa antes de bajar del coche y despedirse, quedando en que nos veamos por la noche de fiesta. Pongo rumbo a mi casa, siendo ya casi las 11, dispuesto a pasar la mañana jugando a la PS3, ya que tenía poco más que hacer. Aparco el coche, subo a mi habitación y me tumbo en la cama a jugar a la consola. La mañana pasa sin más, hasta que son las 14:30 y Emilia nos avisa desde la escalera que la comida está lista y que ella se marcha.

Bajo a la cocina, y me siento en mi silla, esperando a que Rebeca llegue, la cual escucho bajar por las escaleras. Viene con una falda de color rojo, y una blusa bastante escotada blanca. Se sienta frente a mi, y empezamos a comer, sin ningún comentario o conversación destacable durante la Comida. Después de un buen rato comiendo tranquilos y recogiendo la mesa, le digo a Rebeca que yo fregare, ya que ella va vestida muy arreglada y no quiero que se marche.

R - Vaya Lucas, eres todo un caballero. Me dice Rebeca pasando su mano por mí espalda, caminando hacia las escaleras.

L - Esta noche cenaré fuera, ya que saldré de fiesta con unos amigos. Le digo a Rebeca, la cual enfila las escaleras.

R - Perfecto, gracias por avisar, yo igual también salgo con unas amigas. ¿A donde vais a ir? Me pregunta a lo lejos.

L - Pues no lo sé, cenaremos en casa de Roberto y beberemos algo allí, luego iremos a llanas, supongo que al trastos o al twenty ( antiguos bares de fiesta de la noche burgalesa, donde se concentraban la mayoría de adolescentes y universitarios)

R - Vale, pues a ver si nos vemos guapo. Dice Rebeca subiendo las escaleras.

Joder, está mujer está imponente se ponga lo que se ponga, pienso para mí, mientras sigo fregando. Una vez terminado, vulevo a mis partidas para hacer tiempo hasta las 7, hora a la que he quedado con mis amigos para ir a comprar la bebida y la cena para la noche. Escucho a Rebeca despedirse desde el pasillo pasado un buen rato de estar jugando.

R - Me voy ya, pásalo bien luego guapo, adiós.

L - Adiós tía buena. Le grito desde la habitación, imaginando su sonrisa al escuchar mis palabras.

A las 6, apago la consola y vuelvo a coger mis cosas para ducharme (si, paso mucho tiempo en la ducha, pero soy un post adolescente y estoy demasiado preocupado por mí imagen ante el resto de la gente). Una vez he terminado de ducharme y preparame, llamo a Roberto para saber dónde quedar para ir a comprar.

R - pasate por mi casa, están aquí ya Óscar y Mario, nos recoges con el coche así vamos a la compra, luego le dejas en mi casa y mañana vienes a por el.

L - perfecto tío, en 2 minutos estoy ahí.

Salgo de mi casa con el coche llegando rápidamente a casa de Roberto, recogiendo a mis colegas y poniendo rumbo a un Mercadona para comprar las cosas. Una vez en casa de Roberto, ponemos música y nos servimos unos cubatas mientras charlamos entre todos de nuestras cosas (normalmente sobre tías).

Mis amigos son chavales más o menos como yo, chicos que han hecho deporte y tiene un físico normal, sin ser unos machacas pero que tampoco somos los más feos del lugar. Mario es el más alto de nosotros y Óscar el más bajito, mientras que Roberto y yo somos de la misma altura. Roberto lleva todo el verano intenso pillar con Esther, la amiga de mi novia y de Raquel, que digamos que suele hacer ejercicio con Óscar (ya me entendéis)

R - Joder macho, tengo unas ganas de montarmelo con Esther que no veas, tu novia me podía echar un cable. Me dice Roberto intentando que yo interceda en su intento de conquista.

L - Na tío, si ya la tienes en el bote, mira el finde pasado, te estuvo perreando toda la noche, lo que pasa es que no te lanzas.

M - Si pero al final se lió con otro tío, me dijo Lucía que les vieron en el arco de San Gil dándose el lote. Dice Mario, que por cierto Lucía era su novia, una chica de la ciudad que todo el mundo conocía por qué hacía unas mamadas de escándalo. Mario decía que le daba igual, aunque nosotros sabíamos que le hervía la sangre cuando alguien lo decía.

O - Joder Mario, no digas eso tío, que Rober se va a desanimar y lleva sin pillar desde el año pasado. Dice Óscar vacilando un poco a Roberto.

L - Venga chacales no seáis cabrones, si ya la tiene en el bote, además, que más da que se lista con otro si hoy Roberto fijo que se la hace.

Digo yo animando a mi mejor amigo.

R - si chacales, no seáis cabrones, fijo que hoy me la llevo. Dice Roberto levantando el cubata mientras los 4 reímos y brindamos con el.

La tarde- noche transcurre igual, con la música sonando, los cubatas rondando y nosotros hablando de nuestras mierdas. Es la una y media y los 4 llevamos ya un buen pedo, recogemos la casa y nos marchamos, llamando a un taxi para que nos lleve al centro, ya que nuestro barrio queda algo lejos. Nos montamos en el taxi y nos deja en la estatua del Cid, caminamos por el espolón y nos dirigimos a llanas, donde la gente ya empieza a llegar para salir de fiesta. Cuando estamos llegando suena mi teléfono móvil, miro la pantalla y es Rebeca.

L - Dime Rebeca. Contesto intentando no sonar muy borracho.

R - Lucas, te llamaba para decirte que mañana tengo que ir a Madrid, y pues por si me quieres acompañar.

L - ¿A qué hora te vas? Pregunto, sabiendo que la noche será larga.

R - Pues no lo sé, sobre las 12 o así.

L - Pffff, está bien, intentaré no llegar tarde a casa y voy contigo para que no vayas sola.

R - Si es que eres todo un caballero, nos vemos por ahí guapo, pásalo bien. Dice Rebeca antes de colgar.

Mis amigos no se han enterado de mi ausencia y están entrando al trastos, me dirijo hacia ellos y entramos dentro del bar, donde nos pedimos unos cubatas y nos vamos a la pista de baile. Estamos un buen rato dentro entre risas, saludos de colegas del instituto y la uni y tomando algún que otro chupito y cubata más, el asunto se empieza a torcer, y alguno que otro ya empieza a ir bastante mamao. Decidimos cambiar de bar, ya que Roberto nos dice de ir al twenty, donde seguro que están las chicas. Salimos del bar, cambiando al siguiente, y nada más entrar vemos a María, Raquel y Esther en la parte superior del bar, ya que este cuenta con dos plantas. Pedimos una ronda y subimos con ellas, las saludamos y cada uno de nosotros se queda con su pretendienta, Mario hace ya un rato que se encontró con Lucía y se fueron a dar una vuelta (menuda mamada le habrá hecho ya en la catedral). Estamos todos bailando cuando veo a Roberto marchatse del bar de la mano de Esther, el cabron al final había pillado, y Raquel y Óscar hacia rato que habían decidido irse a casa. María y yo seguimos bailando, con ella perreando cada vez que suena algo de electro latino (joder que tiempos). Pasado un buen rato y con las hormonas ya muy aceleradas le digo en el oído a María que nos vayamos a casa, ella me mira a los ojos con una sonrisa en la cara y me dice que si con la cabeza, la cojo de la mano y salimos del bar. Cogemos un taxi en plaza España y nos dirigimos a mi casa. Vamos los dos en la parte de atrás y no paramos de darnos el lote y de meternos mano. El taxista creo que nos mira por el retrovisor, pero a mí la verdad me da igual. Nos deja en la puerta de mi casa, le pagamos el taxi y entramos apresurados. De camino a mi habitación no paramos de meternos mano y de besarnos, la temperatura va subiendo, y todos sabemos cómo va a terminar eso.

Llegamos a mí habitación, agarro a María y empiezo a quitarle su cortita falda color negro y su blusa de color beige, mordiendo su escote aún con el sujetador puesto. María agarra mi polla y empezar a quitarme los pantalones, los dos estamos a 100 y no creo que tengamos muchos preliminares. María se tumba en la cama y se quita su sujetador y su tanga, también de hilo, pero diferente al de esta mañana, se abre de piernas y se empieza a masturbar delante de mí, haciendo que mi excitación suba aún más. Me voy a la cama, me quito el resto de la ropa y estoy con mi polla apuntando al coño de María, el cual ella sigue masturbando mientras me mira a los ojos y se muerde su labio inferior.

M - Joder Lucas, estoy muy perra, follame ya. Dice María quitando su mano y agarrando mi polla, tirando de ella para que la penetre.

L - Tranquila, antes quiero saborear tu precioso coño.

Me tumbo en la cama, quedando con mi boca a la altura del coño de María, la miro a los ojos, saco mi lengua y empiezo a lamer todo el tesoro que tengo ante mi, lamiendolo al completo, desde abajo hasta arriba, llegando a su clítoris.

M - Buffffff Lucas joder, me encanta que me comas el coño, comemele entero. Dice María mientras me agarra del pelo con una mano y se masajea su tetas con la otra, sin quitar sus ojos de los míos.

Sigo lamiendo su coño despacio, preparandolo para darle una buena comida de coño. Penetro su coño con mi lengua, sintinedo el sabor de sus jugos llenando mi boca, mientras muevo mi lengua en su interior, haciendo que María empiece a retorcerse del placer.

M - Joder Lucas, estoy muy cachonda, sigue, comemelo entero. Dice María, gimiendo suavemente.

Saco mi lengua de su interior y me dirijo a su clítoris, haciendo círculos sobre el, pasando mi lengua de arriba abajo sobre su botón, haciendo que sus gemidos sean cada vez más incontrolados, cada vez más altos, con más lujuria.

M - SI JODEE LUCAS, ESO ES, COMETELO SI SI SI SI ME ENCANTA, DIOSS ME TIENES EMPAPADA, NO PARES. me dice mientras aprieta mi cabeza contra su coño, mientas mi mano derecha sube por sus piernas, metiendo dos dedos dentro de su coño.

L - Dios me encanta tu coño, está súper mojado.

M - SIII LUCAS SISISISIS SIGUE DIOS, ERES GENIAL, COMETELO, MAS RAPIDO.

Continuo comiendo su coño, hasta que María está al borde del colapso, entonces paro en seco, incorporándome, viendo los ojos asesinos de María clavándose en los míos, justo antes de que la agarre de sus caderas, poniéndola a 4 patas, echando su pecho hacia adelante y clavando mi polla de golpe en su coño.

M - OOHHHH DIOSSSSSS LUCAS JODER, FOLLAME, ESTOY MUY CACHONDA JODER, DAME DURO, QUIERO QUE ME PARTAS JODER. grita María, inundado con sus gritos mi habitación y, ¿El pasillo?, No había cerrado la puerta, miro hacia ella y mis ojos se encuentran con los de Rebeca, que está en la puerta de mi habitación totalmente desnuda, masturbandose mientras mira como me follo a María, que tiene la cara contra la cama y no puede verla.

Esa imagen hace que mi morbo sea máximo. Estoy en mi cama follandome a 4 patas a la zorra de mi novia, que tiene un culazo espectacular, mientras en la puerta está la puta de mi madrastra, masturbandose, con sus jugos corriendo por sus piernas y su mano tapando su boca. La imagen que tengo desde mi posición es gloriosa, no paro de bombear el coño de María mientras no le quito ojo a la mano de Rebeca que se mueve a toda velocidad contra su sexo.

M - DIOS JODER LUCAS ME VOY A CORRER, DIOS SIGUE, NO PARES, HAZME TUYA, PARTEME EL COÑO DIOSSSS grita María, mientras su coño empieza a aprisionar mi polla, que está al borde del colapso, mirando como Rebeca se empieza a correr, sus piernas tiemblan, a la vez que las de María, que tensa todo su cuerpo y da un grito rasgado contra la almohada cuando empiezo a descargar mi leche en su interior, y Rebeca suelta todos sus jugos de su coño, tapando su boca con los ojos en blanco y todo su cuerpo temblando.

M - Dios Lucas, me has llenado otra vez, ¿Cuanta leche tienes ahí dentro? Me dice incrédula ante la gran corrida que le he vuelto a regalar, después de una igual de abundante por la mañana.

Yo acabo exsausto, con mi polla aun dentro del coño de María, con la vista nublada, volviendo a mirar a la puerta viendo que Rebeca ya no está, pero si los restos de su corrida en el suelo. Caigo rendido al lado de María, la cual me da un apasionado beso y me abraza, quedando los dos dormidos casi enseguida después de otro polvazo.

Continuará...