Mi nueva madrastra (Parte 3)
Mi madrastra quiere aún más.
Me quedé petrificado después del comentario que me había hecho Rebeca. ¿Que significaba eso? ¿Había estado planeando desde el principio nuestro encuentro sexual? Sin tener demasiada respuesta a mi propia pregunta me encaminé a la puerta de la piscina, por dónde Rebeca había desaparecido hacia un rato, mientras yo seguía incrédulo por lo que acababa de escuchar. Mire mi reloj, percatándome de que Rebeca y yo habíamos estado follando demasiado tiempo, y que solo me quedaban 35 minutos para ducharme, vestirme y llegar a clase, dando por perdido ese día de instituto. Me encaminé a mi habitación, cogí mis cosas y me fui directo a la ducha. Después de la ducha me tumbé en mi cama, pensando en lo que había ocurrido, y sobre todo, en lo que me había dicho mi madrastra.
Me desperté con el sonido de mi teléfono. Me había quedado dormido en la cama, completamente desnudo después de la ducha, estaba agotado por lo poco que había dormido y el ejercicio mañanero que había hecho en la piscina(y fuera de ella). Era María, así que rápidamente la colgué, para llamarla yo de vuelta, su teléfono funcionaba con saldo mientras que yo tenía contrato (los que hayáis vivido estos años sabréis que esto siempre se hacía)
L - Hola María, ¿que tal te ha ido el día? Pregunto mirando mi reloj, percatándome de que había dormido casi hasta las 2.
M - Bien, acabo de salir de la uni que hoy no teníamos clase a última hora, ¿tú qué tal en matemáticas? Pregunta María por mi única clase de los jueves, a la que no sabía que no había asistido.
L - Pues no he ido, me he quedado dormido y no he llegado a tiempo. Le miento a mi novia, cuando caigo en la cuenta de que hace unas horas la he sido infiel ¿Mi primera relación y en 3 meses le soy infiel? Debo ser gilipollas, me digo a mi mismo.
M - Pero vamos a ver Lucas, solo tienes dos clases, no puedes faltar ya en la segunda semana, tienes que sacarlas para el año que viene ir a la uni. Me regaña María, consciente de que esas dos materias no son mi especialidad y de que me tengo que centrar para sacarlo adelante.
L - Lo sé María, pero ayer me eché tarde a dormir, estuve viendo una película con Rebeca y se me hizo tarde. Esto en parte era verdad, pero no toda la verdad.
M - Bueno, me alegro de que por lo menos sea por qué estás haciendo buenas migas con tu madrastra. Me comenta María, sin saber que hemos hecho algo más que migas. - Por cierto, ¿Que peli visteis?
L - Orígen, la de Leonardo DiCaprio. Comento sin darle importancia a la primera parte de su comentario.
M - Ah vale, pues ya me dirás qué tal. Por cierto ¿Que haces esta tarde?
L- Pues no tengo plan, aunque debería ordenar mi habitación, la tengo hecha un desastre. Eso era completamente verdad
M - Yo tengo que hacer un trabajo algo corto de la uni, pero si quieres podemos quedar y mientras tú recoges yo lo hago, si te apetece. Me propone María.
L - Vale, por mí perfecto, así me haces compañía. Comento yo algo animado, aunque a la vez nervioso por qué se junten en mi casa Rebeca y María.
M - perfecto, pues luego hablamos, hasta luego. Se despide María de mi colgando la llamada.
Me quedo pensativo sobre lo que me ha venido antes a la mente. ¿Como puede ser que haya pasado de casi no tener relaciones a que en 3 meses tenga pareja y le ponga los cuernos? Además, que Rebeca era una tía espectacular, pero María tampoco era precisamente fea. Había pasado de pajearme en mi habitación a follarme a María casi todos los días y hoy haberme follado al monumento de mi madrastra. Ese pensamiento me hizo subirme bastante el autoestima, aunque también me hacía sentirme mal por María. No es que yo estuviera profundamente enamorado de ella, pero lógicamente sentía algo por mi primera novia. Y en ese momento vino a la mente mi padre. No había vuelto a pensar en el después del polvo en la piscina. Joder, su mujer le había sido infiel con su propio hijo. ¿Como le iba a mirar a la cara ahora? Sentí miedo al pensar en que mi padre se pudiera enterar. Sería el fin de su relación con Rebeca, pero también podría ser mi final. Lo de hoy no se podía volver a repetir, no podía traicionar así al hombre que me había cuidado después de que mi madre se fuera, que me había dado todo lo que tenía, no podía hacerle eso. Esa misma noche hablaría con Rebeca y le diría que eso no podía volver a ocurrir.
Después de tanto pensar en mis aventuras sexuales y mis preocupaciones, me dio la hora de comer, como hoy no estaba Emilia para cocinar, baje a la cocina a ver qué había por el frigorífico. Con demasiada hambre para cocinar algo que tardara demasiado, cojo una pizza, enciendo el horno y pongo la pizza dentro. Mientras mi comida está en proceso de cocinarse, investigo por la casa, percatándome de que Rebeca no está por ninguna parte, hasta que entro en su habitación después de llamar y encuentro una nota encima de la cama. "He salido a comer con unos amigos, te veré a la hora de cenar guapo, pásalo bien". Levantó mi mirada del papel y veo que justo debajo de la nota hay un diminuto tanga, muy parecido al que ayer tuve pegado a mi nariz en la habitación de la colada. Mi polla se vuelve a poner dura al instante, pensado en el culo de Rebeca con esa prenda puesta. Mi mente no puede mantenerse al margen de esa mujer, hemos llegado demasiado lejos, y las imágenes de su boca llena de mi leche y su culo en pompa ante mi me vienen como flashbacks de Vietnam. Dejo aquella prenda en la cama, junto con la nota y salgo de la habitación, bajando a la cocina, donde mi comida ya está lista. El apetito parace haber desaparecido, me siento nervioso y excitado, pero haciendo un esfuerzo empiezo a comer la pizza mientras veo en la televisión Deportes Cuatro.
Después de haber terminado de comer y haberme quedado tirado un largo rato en el sofá, cojo mi móvil al percatarme de que son casi las 5, disponiéndome a llamar a María.
L - Hola María, ¿Que tal? ¿Quieres venirte a casa? Pregunto después de nuestra conversación de hace un rato.
M - Jo Lucas lo siento, pero no voy a poder ir, se me había olvidado que había quedado con mi madre para ir de compras. Me dice María disculpándose
L - No pasa nada María, mañana si sales a la noche nos vemos, que supongo que iré con estos a llanas (así se llama la zona donde se sale de fiesta en Burgos)
M - Si, he quedado con Raquel y Esther para ir de fiesta. Esther, como está de buena esa tía, pienso para mí mismo al escuchar su nombre
L - Vale María, pues nada mañana a la noche nos vemos, hasta luego. Me despido algo triste, ya que tener a María de compañía era mejor que estar solo.
Me desperece y decidí subir a ordenar el cuchitril que tenía por habitación, subiendo las escaleras con algo de desgana pero a sabiendas de que era mi obligación. Entre en mi leonera y empecé con mi tarea. Después de un rato largo tenía la habitación ordenada y muchas horas muertas, así que decidí llamar a Roberto, mi mejor amigo y vecino de 3 casas más adelante, para hacer algún plan como ir a la bolera o ir a jugar a los dardos al California.
L - He que pasa Rober que te cuentas? Le pregunté a mi amigo
R - Nada tío, estoy en casa preparando las cosas para salir, que hoy es jueves y cenaré por ahí con los de la uni para ir de fiesta. ¿Te vienes? Me dijo Roberto, que siempre intentaba integrarme en todos los grupos con los que andaba.
L - Na tranqui, si ya tienes plan nada, no voy a ir yo de acoplado. Le dije quitando importancia.
R - Tío no es acoplarse, además también viene el Óscar y el Mario. Me decía Roberto intentando convencerme
L - Na tío, no pasa nada, mañana ya salimos de fiesta, ¿Sigue en pie el plan no?
R - Claro Lucas, mañana quedamos y nos vamos de fiesta los 4.
L - Perfecto tío, pues mañana nos vemos. Me despido de Roberto, colgando la llamada.
Después de que mis dos posibles planes se hayan esfumado, me quedo pensativo sobre si quedarme tirado en la cama jugando a videojuegos o si bajar al gimnasio a correr un poco en la cinta. Después de un rato pensando decido bajar al gimnasio, el cual hace días que no piso y me vendrá bien hacer algo de ejercicio físico. Cojo mi botella de agua, me visto con un pantalón corto y una camiseta de deporte y me dirijo al gimnasio. Me subo a la cinta, iniciando mi carrera a un buen ritmo, aunque no suela usar mucho el gimnasio, tengo un buen fondo físico, debido a que he practicados fútbol desde los 8 años hasta los 18, mi último año de juveniles. Antes de dar el salto al fútbol sénior, decidí dejarlo, ya que mi nivel no era el suficiente para entrar en ningún equipo competitivo y no tenía el ánimo para entrar en algún equipo de diputación. Continuo corriendo durante un largo rato, observando el espejo en el que ayer había visto a mi madrastra hacerse una tremenda paja. Después de ya bastante tiempo corriendo en la cinta, decido que ya es suficiente, viendo en el reloj que ya son las 8 de la tarde. Subo de vuelta a mí habitación, cogiendo de nuevo mi toalla y mi ropa de cambio para ir a la ducha. Estando en la ducha escucho ruido en el pasillo y unos golpes en la puerta.
L - ¿Rebeca?
R - Lucas soy yo, ya estoy en casa, he traído unas ensaladas, ¿Para las 9 cenamos? Me pregunta Rebeca desde el otro lado de la puerta, con un tono natural, como si nada hubiera ocurrido.
L - Vv- Vale Rebeca, para las 9 bajo. Contesto yo algo cortado.
Rebeca se retira sin decir nada más. Yo termino de ducharme, con los nervios volviendo a mi cuerpo. Me retiro a mi habitación a vestirme y a hacer tiempo hasta que den las 9. Mi cabeza es un cacao de pensamientos, mi cuerpo un manojo de nervios. No se que me encontraré al bajar, no se que me dirá Rebeca ¿Ella se habrá arrepentido? No se, cuando dejó la nota en la cama parece que dejó su tanga a posta debajo de ella, además, su tono cuando ha venido a hablarme parecía muy normal. Tengo que decirle que esto no puede volver a pasar, que nunca se lo contaremos a mi padre y que todo quedará en una anécdota. Joder pero es que solo de verla me pone a mil por hora. Esa melena rubia, esos ojos claros, su fina cara, sus tetas, su imponente culo....venga Lucas, tienes que dejar de pensar eso, tienes que bajar y decirle que eso no puede volver a ocurrir. Miro el reloj de mi mesilla y marca las 9:05, joder, tanto pensar en que le voy a decir y al final llegó tarde.
Bajo apresurado por las escaleras. Al llegar a la cocina está Rebeca sentada a su silla, esperando a que yo bajé.
L - pp-perdon Rebeca, me he entretenido en la habitación. Me excuso por llegar tarde
R - No pasa nada Lucas, siéntate, vamos a cenar.
Me siento frente a Rebeca, en la enorme isla que tenemos en la cocina, mirándonos fijamente mientras cenamos.
R - Bueno, ¿Que tal ha ido el día? Me pregunta Rebeca, con un tono que indica una total normalidad, como si está mañana no me hubiera descargado dentro de su boca y su vagina.
L - Pues bueno, bien, he estado por casa, tranquilo. Tranquilo mis huevos, me va a dar un infarto en cualquier momento.
R - ¿Y no has salido a ningún lado?
L - No, los planes que tenía se han torcido.
R - ¿Y tampoco has tenido ninguna visita especial? Me pregunta Rebeca, clavando sus ojos en los míos, y haciendo una mueca como imitando una mamada. Joder, esta tía no para.
L - eeeh esto, n-no, no ha venido nadie. Balbuceo nervioso tras el gesto que me ha hecho mi madrastra.
R - Vaya, pues parece que solo te has divertido está mañana. Vuelve a mirarme con una sonrisa pícara, mientras se muerde el labio inferior.
L - Ss-si bueno Rebeca, de eso quería hablarte. Me lanzo a decir, con el corazón a punto de pararse en seco. - creo que lo de esta mañana a sido un accidente, eres una mujer muy sexi, una diosa sin duda, pero eres la esposa de mi padre, y eso no se puede volver a repetir. Atino a decir, trabandose mi voz, como si no quisiera decir lo que estaba diciendo.
R - ¿Pero no te ha gustado? Me dice Rebeca mirándome intensamente a los ojos.
L - Joder Rebeca, me ha encantado, pero no podemos ir follando a espaldas de mi padre. Digo casi de carrerilla.
R - Pero el no tiene por qué enterarse ¿no? Al igual que tu noviecilla. Me dice con cara de zorrita.
L - Pero no es cuestión de que se entere o no, es cuestión de que no está bien, me siento sucio traicionando a mi padre. Digo con algo de pena en mi cara.
R - Bueno, está bien, si no quieres que lo volvamos a hacer, así será, no quiero estropear nuestra relación. Dice Rebeca con un tono poco convincente
L - Creo que es lo mejor para todos. Digo yo, antes de que quedemos en silencio durante unos minutos, hasta que recuerdo algo que me hace sentir la necesidad de preguntar a Rebeca.
L- Oye Rebeca, ¿Te puedo hacer una pregunta?
R - Si claro Lucas, dime.
L - ¿Por qué esta mañana has dicho que hace un año ya sabías que eso iba a pasar? Pregunto algo nervioso.
R - Bueno, la verdad es que me pareces un chico muy guapo y atractivo, pero, además de eso, desde hace un par de años, después de cumplir los 30, siento una atracción muy grande por los hombres post adolescentes, chicos de 18-19-20 años, guapos y sexis, como tú. Desde el día en que te vi supe que tarde o temprano no podría resistirme a intentar llevarte a la cama, pero lo que vi ayer ha hecho que todo pase demasiado rápido. Me dice Rebeca, con un tono calmado, que hace que sienta que un escalofrío ante la pasividad con la que me ha confesado su fetiche.
L - bb-bueno Rebeca no se que decir, es un alago que piensas y digas eso de mí, pero bueno, ahora eres mi madrastra y tenemos que respetarnos. Atino a decir, casi aturdido al intentar procesar lo que me había dicho.
R - Si, tranquilo, ya está todo claro. Me contesta Rebeca con una sonrisa picarona en su rostro, mientras recoge su plato para dejarlo en la pila, a lo que yo hago lo mismo.
L - Déjalo Rebeca, hoy friego yo. Le digo, puesto que ayer fue ella quién fregó.
R - Muy amable Lucas. Voy a subir a la habitación, a ordenar algo de ropa que tengo suelta y a probarme otra que me he comprado hoy.
Rebeca se despide y enfila las escaleras que llevan a las habitaciones, mientras yo empiezo a fregar los platos, vasos y cubiertos que hemos utilizado, sumergido en mis pensamientos, recordando la conversación que acabamos de tener. Me siento algo más aliviado después de la conversación que hemos tenido, y aunque los tonos de Rebeca no parecían muy convincentes, tendré que creer que dice la verdad. Termino de fregar y me dirijo al sofá, dispuesto a estar un rato viendo algo que pongan por la tele, o simplemente haciendo zapping.
Después de un par de horas de ver alguna película mala que ponen en Neox a las 10 de la noche, escucho como Rebeca me llama por las escaleras.
R - Lucas, ¿te vas a ir a la cama ya?
L - no, pero iré en breve, ¿Pues?
R - es que me he comprado algo de ropa y queria que me dieras tu opinión. Trago saliva al escuchar eso.
L - Si Rebeca, sin problema.
R - Vale, ahora bajo.
Después de unos minutos algo nervioso por no saber muy bien con que iba a aparecer, me llama al bajar las escaleras y me siento mucho más tranquilo al ver que solo son unos vaqueros algo olgados y una blusa de manga larga color azul marino.
L - te queda muy bien, me gusta el color.
R - Gracias Lucas, quédate que bajo con otro modelito.
Vuelve a bajar las escaleras, esta vez con una falda negra, bastante elegante, acompañada de una Americana del mismo color y una camisa blanca, todo muy elegante y formal, como si fuera de un bufete de abogados.
L - Te queda bien, pero es bastante formal, ¿No?
R - Si, pero he pensado que lo podría usar si algún día tengo que acompañar a tu padre a un viaje de negocios, para no destacar.
L - En ese caso es una prenda perfecta.
R - Vaya, parece que he acertado, voy a por los dos último, quedate aquí.
Rebeca sube a la habitación, y al cabo de unos 10 minutos vuelve a bajar, ésta vez con un vestido rojo pasión, con un escote algo pronunciado, ceñido a su figura, haciendo que se le marqué el culo tan perfecto que tiene. Se nota que no lleva sujetador y tampoco tanga, no hay ni una sola marca debajo del vestido. En los pies lleva unos tacones de color blanco, adornados con unas pequeñas piedras brillantes en el centro, que hacen juego con el collar de plata fina que lleva en el cuello. Al ver esta otra prenda mi corazón empieza a latir más rápido, mi nerviosismo crece. Empiezo a sentir su mirada clavarse en la mía antes de predirme mi opinión.
L - Vaya Rebeca, te queda genial. Pero este vestido es más de fiesta ¿No? Atino a decir para no decirle que está buenísima con el puesto.
R - Si, es de Carolina Herrera, lo he visto en la tienda y después de probarmelo me he quedado enamorada de él. Entonces ¿Te gusta?. Me dice clavando sus ojos en lo míos, espectante de mi respuesta.
L - Joder me enc....si, perdón, me parece que te queda genial. Joder, esa sensualidad que desprende me había hecho perder el control, se notaba a leguas que me había puesto muy cachondo al verla así vestida.
R - jajajaja me alegro de que te guste. Dice con una sonrisa amplia en la cara, sabiendo el efecto que su espectacular cuerpo ejerce sobre mi. - no te muevas, que queda el último. Me mira mientras encamina las escaleras de vuelta a la habitación.
Mi corazón no para de latir, pienso en que será lo siguiente que traiga puesto. Mi cabeza vuelve a luchar contra mi excitación, que se empieza a hacer notar en mi pantalón, con mi polla empezando a tener vida propia ante el cuerpo de mi madrastra. Sigo con mi lucha interior cuando escucho su suave voz llamarme desde la escalera, esta vez ha tardado menos en bajar. Miro de nuevo a las escaleras, y en ese momento, me doy cuenta de que la conversación que hemos tenido en la cocina no ha servido de absolutamente nada. Rebeca baja por la escalera con un diminuto tanga de color blanco, con una transparencia en la parte delantera, que hace que se vea una ingle completamente depilada, unas caderas perfectas son adornadas por un hilo que da la vuelta a su figura hasta llegar a su culo, donde otro hilo continua hundiéndose en sus nalgas para desaparecer entre ellas. En la parte de arriba un sujetador de encaje blanco tapa sus pezones, siendo la única parte que queda tapada de sus preciosas tetas, que hace que vistas así sean aún más irresistibles de lo que esta mañana ya eran en la piscina.
R - ¿Este te gusta más? Me dice Rebeca con una voz de zorrita, mientras encara el sofá, dando una vuelta sobre si mismas, quedando frente a mi ese cuerpo hecho para el pecado prácticamente desnudo.
L - Dd-Dios Rebeca, estás buenísima. Sale de mi boca la frase, sin que yo pueda hacer nada para evitarlo, sintiendo que soy preso de mi propia excitación, que ahora ya es más que visible en mi pantalón, donde mi polla lucha por salir de su prisión.
R - Vaya, tú sí que sabes alagar a una zorra como yo. Dice Rebeca mordiéndose el labio, acercandose al sofá mientras que clava su mirada en la mia, antes de sentarse sobre mi regazo poniendo una pierna a cada lado de mi cuerpo, haciendo que mi polla se clave directamente contra su sexo.
R - Bueno, parece que éste es tu favorito. Me dice sin apartar su mirada de mis ojos, empezando a mover sus caderas en círculos.
L - Pfff dios Rebeca, esto no puede pasar. Vuelve a reaccionar mi cabeza, ante tanta excitación, en un último esfuerzo por evitar lo que va a ser inevitable.
R - Estoy demasiado cachonda como para que no me folles Lucas. Me dice al oído, haciendo que mi último eslabón de resistencia se rompa, poniendo mis manos sobre su culo, al tiempo que le doy un apasionado beso mientras Rebeca empieza a moverse cada vez más rápido sobre mi regazo.
R - Dios Lucas, estoy muy cachonda, está mañana me has follado increíble. Me dice Rebeca mientras yo ya he abandonado su boca para arrancarle su sujetador y lamer sus tetas con deseo y desesperación.
Lamo sus tetas sin parar, meto sus pezones en mi boca y los aprieto en mi labios, provocando que Rebeca se estremezca encima de mi polla. Sigo con mi boca sobre sus pechos mientras mi manos vuelven a su culo, azotandolo mientras ella sigue restregando su sexo contra el mío.
R - Joder Lucas azotame, dame fuerte.
L - Te gusta que te dé fuerte zorra?
R - Si joder dame, me tienes empapada.
Y así era, empezaba a notar la parte de la entrepierna mojada de los jugos del coño de mi madrastra, la muy zorra parecía que se estaba corriendo de lo mojada que estaba. La cojo de sus caderas quitándola de mi regazo, quedando ella recostada sobre el sofá, aún con una pierna a cada lado de mi cuerpo, y yo de rodillas frente a ella. Bajo mi mano hasta sus caderas para quitarle el diminuto tanga que cubre su sexo, ella levanta un poco el culo para facilitar mi tarea, quedando después de ello su sexo totalmente al descubierto para mí. Un coño perfecto, rosado, empapado, con unos pliegues preciosos, y un clítoris visiblemente hinchado. Introduzco dos dedos en la boca de mi madrastra mientras me mira con cara de morbo absoluto, para metérselos dentro de su más que lubricado coño, haciendo que maulle como una gata en celo.
R - Dios Lucas, estoy demasiado caliente, quiero que me folles ya. Me dice Rebeca casi suplicando
L - ¿Es que tienes prisa? Contesto yo, tratando de hacerla rabiar mientras sigo introduciendo mis dedos dentro de su coño
R - Joder Lucas me encanta, pero quiero tu polla, quiero que me partas cómo esta mañana. Súplica moviendo sus caderas contra mis dedos.
L - Tenemos tiempo para todo. La miro mientras bajo mi cabeza hasta su coño, para lamer su hinchadisimo clítoris, que hace que reaccione con un gemido ahogado.
R - Joder Lucas, me tienes ardiJODER, SI, COMETELO ENTERO grita Rebeca al sentir como mi lengua entra dentro de su coño mientras mi dedo pulgar masaje su clítoris
R - PPFFFFF DIOSSS LUCAS JODER, SI SI SI SI SIGUE, NO PARES, ME ENCANTA, SI, HAZME TUYA JODER. sigue bramando Rebeca, fuera de sí, con sus dos manos sobre mi cabeza, mientras mi lengua sigue dentro de su coño y mi dedo sobre su clítoris, justo antes de que cambien de posiciones y sea ahora mi lengua la que masajea su clítoris y tres de mis dedos los que entran dentro de su coño
L - Te gusta eh zorra, vas a correrte para mí? Le digo con un morboso tono de voz, poseido completamente por la lujuria, mientras mis dedos siguen entrando a toda velocidad en su coño y mi lengua vuelven a su clítoris.
Justo cuando Rebeca parece que va a llegar a su punto de no retorno, hace un movimiento hacia atrás, escapando de mi boca y mis dedos, haciendo que yo quedé un poco descolocado sin saber que pretende. Rebeca me pide que me siente en el sofá. Yo la hago caso, me siento, mirando a la televisión y ella me baja mi pantalón y mi calzoncillo, dejando a la vista mi polla, que está a punto de reventar. Rebeca agarra mi polla y se pone de rodillas en el suelo. Se restriega mi polla por toda su cara, la pajea, la escupe, la lame entera antes de cogerla y metérsela de golpe hasta el fondo de su garganta, provocando que al instante le salgan unas lagrimitas en sus ojos y suenen las arcadas y la saliva chapoteando en su garganta. Puedo ver el reflejo de su culo y su coño sobre la cristalera que da al jardín, al tiempo que veo también el reflejo de su cabeza subir y bajar sobre mi polla, siendo la segunda mamada que me hace hoy, y sintiendo que es la imagen más excitante que he visto nunca.
Rebeca sigue chupando mi polla sin parar su cabeza sube y baja, tragandose toda mi polla, con sus ojos clavados en los míos y con sus manos abriendo sus nalgas, haciendo que el reflejo se vea aún más excitante. Justo cuando Rebeca siente que estoy cerca de correrme, saca mi polla de su boca, tomando una gran bocanada de aire mientras la saliva cuelga de subida hasta mi polla. Se levanta, se pone de espaldas a mi, agarra mi polla, apunta hacia su maravilloso coño y se la espeta de un tirón hasta el fondo.
R -DIOSSSS JODER, NECESITABA TENER TU POLLA DENTRO OTRA VEZ. Grita Rebeca, mientras empieza a moverse encima de mi polla, casi saltando sobre ella.
L - Joder Rebeca, me tienes a punto de explotar, dios, estás buenísima, eres una diosa. La digo mientras Rebeca no para de moverse sobre mi polla, llenando por completo su coño con ella, mientras yo le agarro las tetas desde atrás, pellizcando sus pezones y viendo toda la escena en el reflejo del cristal. Nuestras miradas se encuentran en el reflejo y Rebeca empieza a acelerar su movimiento, mientas su mano derecha acaricia su clitoris y grita echando su cabeza atrás, rasganso su garganta con su propia voz.
R - SI JODER LUCAS SI, ME ENCANTA TU POLLA JODER, SI SI SI SI SI SI sigue gritando Rebeca mientras mi mano derecha se dirige a su clítoris, apretando su propia mano contra él
R - OH SI JODER JODER JODER SI SI SI DIOS ME ESTAS MATANDO LUCAS, JODER ME ENCANTA. Siguió así un largo rato, moviéndose sobre mi polla y masturbando su clítoris con mi mano sobre la suya.
L - Quítate de encima y ponte a 4 patas, te quiero follar yo ahora. La digo al oido mientras la agarro del cuello con mi mano izquierda.
R - Oh sí joder, quiero que me rompas Lucas, quiero que me partas el coño en dos. Dice Rebeca justo antes de que se levante, sacando mi polla de dentro de su coño, y siendo obediente y sumisa, se coloca a 4 patas sobre el sofá, esperando a que la penetre desde atrás.
L - Ahora te voy a reventar el coño y te voy a llenar de leche. La digo mientras me coloco detrás de ella, agarrándola de su melena rubia y tirando de su cuello hacia atrás.
R - Venga joder Lucas follame. Agarro mi polla con la mano izquierda y la llevo a la entrada de su coño, el cual penetro de un golpe seco, tirando de su pelo hacia atrás al tiempo que mi polla se calva en su interior. -OH SI JODER LUCAS, FOLLAME CON TODAS TUS FUERZAS DIOS, TRATAME COMO LA PUTA QUE SOY DIOSSSS PARTEME EL COÑO. Grita Rebeca mientras me follo con furia ese empapado coño, haciendo que sus gritos, el chapoteo de sus jugos, mis fuertes respiraciones y el sonido de nuestros cuerpos se mezcle como una orquesta.
L - Joder Rebeca tu coño me está exprimiendo. Le digo al sentir como su coño se contrae contra mi polla después de un largo rato castigando su coño con ella, haciendo que mi orgasmo sea cada vez más inminente.
R - SI SI SI SIGUE LUCAS, CORRETE DENTRO, CORRETE CONMIGO ÉCHAME TODA LA LECHE DENTRO DE MI COÑO SISISISISISISI JODEEERRRRR ME CORROOO DIOSSSSSS grita Rebeca mientras su cuerpo se tensa, aprisionando mi polla dentro de su coño, soltando los chorros de leche que aún me quedan a pesar de ser mi tercera corrida del día dentro del cuerpo de mi madrastra. Las piernas de Rebeca tiemblan antes de que su cuerpo se relaje y caiga completamente inmóvil sobre el sofá, con mi polla aún dentro de su coño, donde acabo de descargar.
Nos quedamos así durante unos instantes mientras ambos recuperamos el aliento, después de la traca de fin de fiesta que acabamos de protagonizar. Saco mi polla ya flácida del interior del coño de Rebeca, del que empieza a salir la leche que acabo de dejar dentro de él, cayendo sobre el sofá.
L - Joder se va a manchar el sofá. grito yo mientras corro a la cocina a coger papel para limpiarlo, justo antes de llegar al sofá y ver que Rebeca lo está lamiendo todo del sofá, tragandose toda la leche que había salido de su coño y lamiendo los restos que quedan en el sofá.
R - Una buena zorra limpia la leche de su hombre. Me dice Rebeca mirándome a los ojos después de haberse tragado toda la leche que quedaba sobre el sofá, haciendo que me quedé con la boca abierta ante la imagen tan erótica que acababa de ver.
R - Me voy a ir a la cama, mañana nos vemos Lucas. Me dice acercándose a mi, dándome un largo y apasionado beso, mientras su mano derecha agarra mi polla. - Descansa guapo. Me dice mientras encamina las escaleras, complemente desnuda, con sus prendas en la mano, dejándome aún boquiabierto observándola hasta que la pierdo de vista en al llegar a la planta de arriba.
Continuará