Mi nueva madrastra (parte 2)

La relación con mi madrastra se vuelve algo más estrecha.

Avanzo por el pasillo en dirección al despacho y al pasar delate del gimnasio veo algo que me hace frenar en seco.

Veo a Rebeca, sentada de espaldas a la puerta, con una pierna subida encima del banco en el que está sentada y la otra apoyada en el suelo, justo delante de ella hay un enorme cristal que cubre toda la pared, por lo que en el reflejo puedo ver cómo tiene una mano metida dentro del leggin que lleva puesto, y tiene las tetas fuera de su sujetador deportivo, unas tetas perfectas, con unos pezones rosados, más bien pequeños, justo en el centro de las mismas quedan ante mis ojos. Se está haciendo una paja en el gimnasio, tiene los ojos cerrados, por lo que ella no ve como observo su masturbación desenfrenada. Muerde una toalla que suele usar para secarse el sudor a la vez que su mano se mueve veloz bajo su leggin. Mi polla se pone dura en un segundo al ver tan excitante imagen ante mis ojos, y me pongo súper cachondo apesar de haber descargado toda mi leche hace no demasiado en la garganta de María. Rebeca aumenta la velocidad de su mano y empieza a jadear cada vez más fuerte, cada vez más alto, la toalla ya no es capaz de frenar los gemidos que Rebeca suelta con todas sus ganas. Su cuerpo se tensa y su mano desesperada y descoordinada se mueve sin parar hasta que da un grito ahogado y desgarrado contra la toalla y cae agotada, con los ojos aún cerrados sobre el Banco. Justo en ese momento, yo vuelvo a guardar mi polla la cual había sacado de su prisión ante tal espectaculo y paso apresurado hacia el despacho, donde reseteo el router y me marcho a toda prisa a mi habitación, no sin antes asegurarme de que Rebeca no me veía pasar delante de la puerta del gimnasio.

Llego a mi habitación y cierro la puerta a toda velocidad. Mi corazón late a 100 por hora, una mezcla de pudor y excitación recorren mi cuerpo y mi mente, que no puede dejar de pensar en aquella mano moviéndose dentro del leggin de Rebeca. Tengo la polla dura como un mástil, no puedo quitarme esa imagen de mi cabeza a pesar de que siento el remordimiento de haber visto masturbarse a la esposa de mi padre, pero la excitación de verla hacerse esa tremenda paja puede conmigo, y termino tumbado en mi cama y haciéndome yo también una en su honor.

Después de más de dos horas no puedo sacarme eso de la cabeza, la imagen de mi polla incrustada en la gargata de María mientras Rebeca me miraba fijamente a los ojos a la vez que yo descargaba mi leche en la gargabata de María. El momento en el que Rebeca explotaba en un orgasmo ante mi atenta mirada. No salgo de mis pensamientos hasta que mi teléfono vuelve a sonar, un número desconocido y demasiado extraño para ser español.

L - ¿Quién es? Contesto despertando de mi trance

E - Hijo, soy yo, mi vuelo ha llegado ya. ¿Que tal todo por ahí?

L - eeeh esto bien papá, todo en orden. Y tan en orden, me he descargado en la garganta de mi novia mientras tu mujer me miraba y después la he visto hacerse una paja, lo de todos los días vaya.

E - Vale hijo, me alegra escuchar eso, ¿Has cenado ya?

Sólo después de que mi padre me lo diga recuerdo que no he cenado nada, después de todas las emociones de esa tarde, no había tenía ni apetito.

L - No papá, ahora cenaré algo.

E - Perfecto hijo, hay dinero en mi despacho, si no quieres cocinar, pide algo con Rebeca.

Sólo con escuchar ese nombre y esa proposición siento pánico y excitación, a la vez que un calambre recorre toda mi columna vertebral.

L - Vale papá, la preguntaré a ver si quiere algo.

E - Bueno hijo, te llamaré en unos días para avisarte de cuando vuelvo, aunque de todos modos también iré hablando con Rebeca. Cuídate, y cuida de ella. Dice mi padre antes de colgar.

Dejo el teléfono en la cama, al lado de mi portátil, el cual lleva un buen rato sin que nadie le preste atención, encendido sobre mi cama y con el Tuenti abierto. Miro a mi portatil y en ese momento decido abrir Facebook, voy a la barra del buscador y busco el nombre de Rebeca. Intuyo que ella no tendrá Tuenti pero que seguramente sí tenga Facebook. Nada más dar al intro el primer perfil que me sale es el suyo, entro en su perfil, sin hacer petición de amistad, y decido explorar un poco sus publicaciones. Tiene fotos recientes, alguna con mi padre, alguna con amigas y alguna de ella sola. Decido mirar a ver si sus amigas están tan apetecibles como mi madrastra, pero ninguna de ellas es tan sumamente sexi como ella. Vuelvo atrás y miro las fotos que tiene ella sola. Algunas con ropa deportiva, otras en la playa, pero ninguna con un bikini tan provocativo como el que llevaba esa misma mañana. Sigo mirando hasta que me doy cuenta que llevo más de media hora mirando sus fotos y acariciando mi rabo por encima del pantalón. Joder me estoy obsesionando con este tema, será mejor que me despeje cenando algo, pienso justo antes de darme cuenta de que tengo que cenar con la persona a la que estaba cotilleando su Facebook mientras me tocaba mi abultada entrepierna. Maldiciendo mi calenturienta mente salgo de mi habitación, encamino muy nervioso las escaleras para bajar al salón y encontrar allí a Rebeca, con su pijama puesto y mirando la tele. Que hago, que digo, que situación tan estresante... preguntaré por la cena y ya está.

L - h- hola Rebeca, bajo a cenar algo ¿Qu-quieres que pidamos algo para cenar? Mi padre me ha dicho que hay dinero en la oficina y podemos pedir algo. Le digo, nervioso y espectante, a la espera de su respuesta.

R - Vale Lucas, podemos pedir algo ¿A ti que te apetece? Dice Rebeca, girándose para contestarme con una enorme sonrisa en su cara, y con una actitud completamente normal, como si nada hubiera pasado.

L - P-pues no se, podemos pedir una pizza, ¿Te parece?

R - me parece perfecto, así puedo seguir viendo la película ¿Me acompañas? Me dice con una mirada casi piendiendomelo por favor.

L - Bueno, vale, ¿Que película es? Pregunto sin haber prestado atención a la televisión al quedarme como siempre embobado mirándola a ella.

R - Orígen, es la última de Leonardo DiCaprio, apenas acabo de empezar, dicen que es muy buena, salió hace un mes.

L - ¿Hace un mes? ¿Y ya la estás viendo en casa? Pregunté extrañado, ya que yo nunca había sido demasiado de pelis y no conocia muchas páginas pirata donde ver las películas, además que yo con mi padre siempre iba al cine a verlas.

R - Claro, las veo por páginas de internet ¿Tu nunca lo has usado?

L - La verdad que no, soy más de videojuegos, y cuando veo películas con mi padre, o son en el DVD o son en el cine. Contesto algo más relajado después de la conversación que estamos manteniendo, alejada de todo lo ocurrido hoy.

R - ¿Y con tu novia no ves películas? Pregunta Rebeca, espectante de mi respuesta, como si le interesara demasiado lo que le iba a contestar. Adiós a mi tranquilidad, esa pregunta traía de nuevo a María a mí mente, y a nuestro cruce de miradas en la piscina.

L - P-pues no solemos la verdad, no venimos mucho a casa, estamos más bien con nuestros amigos o jugando a algún juego. Contesto yo, mucho más nervioso que al principio.

R - Vaya, las parejas de mi quinta con vuestra edad veíamos pelis, nos tapabamos con una manta, comíamos una pizza... Dice ella, justo antes de darse cuenta de que estaba conmigo, bajo una pequeña manta, apunto de ver una película y esperando a que llegara una pizza, eso la hace sonrojar un poco y parar con la conversación de golpe

R - Bueno, vamos a ver la película. Dice intentando alejarse de la conversación que estábamos teniendo.

L - Vale, por mí perfecto. Contesto yo, seguramente igual de nervioso o más que ella.

La película llevaba ya unos 45 minutos (un peliculón por cierto) cuando llaman al timbre, sabiéndo al instante que sería el pizzero me levanto, recojo la pizza, y vuelvo al sofá, dispuesto a seguir la película y a cenar. En una de las escenas de la película, sale Leonardo DiCaprio con su mujer, interpretada por Marion Cotillard, hablando en una ventana, justo antes de que esta última se lance al vacío. Entonces siento como debajo de la manta, los dedos de Rebeca se encuentran con los míos, me quedo un poco petrificado, pero el contacto dura apenas unos segundos, por lo que no le doy demasiada importancia, suponiendo que simplemente habrá movido la mano fruto del susto al ver a la actriz caer al vacío. La película acaba sin más accidentes bajo la manta, y Rebeca se levanta a recoger su ordenador, agachándose, sin flexionar las rodillas y quedando ante mi su perfecto y apetecible culo, me quedo tan embobado mirándolo que Rebeca se gira y me pilla infraganti mirando aquel precioso monumento al erotismo, provocando que me quede sonrojado ante su pillada. Ella termina de recoger su ordenador y me parece observar una especie de sonrisilla de satisfacción en su rostro, yo me levanto del sofá, doblando la manta y apagando la tele cuando Rebeca me anuncia que se irá a la cama.

L - Si, yo también me iré a dormir ya, que mañana tengo clase, aunque por suerte los jueves solo entro a las 11. Digo encaminando las escaleras para subir.

R - Vale guapo, si quieres podemos ir a la piscina a divertirnos un rato antes de que vayas a clase....dice ella, como dejando la frase sin terminar y en el aire, haciéndome sentir de nuevo un nerviosismo en mi interior que va in crescendo.

L - P-pues no se para que hora me levantaré. Digo yo intentando sacar balones fuera.

R - Venga, te dije que te tomaría la palabra en lo de pasar tiempo conmigo para hacerme sentir más a gusto. Dice Rebeca fingiendo hacer unos pucheros en su cara.

L - Está bien, me levantaré antes e iré a nadar. Digo yo, nervioso perdido e intentando que no se me note, a la vez que intento se amable.

R - Vale, muchas gracias. Dice Rebeca a la vez que se acerca a mí para darme un beso muy cerca de la comisura de la boca y subir delante mío por las escaleras, camino a su habitación, poniendo su precioso culo justo delante mío

R - Buenas noches guapo, descansa, espero que tengas dulces sueños. Me dice Rebeca mirando hacia atrás y mirando hacia su culo a la vez que decía esto último, con cara de niña buena.

L - Bu-Buenas noches, descansa. Atino a decir yo mientras la miro con ojos algo incrédulos ante lo que me acaba de decir, o más bien, hacer hace unos segundos. Rebeca se retira a su habitación con una pequeña sonrisilla y yo encamino el amplio pasillo de camino a la mía, cierro al entrar, y me siento en la cama sin saber muy bien que ha pasado. ¿Acaso mi madrastra está intentando calentarme o son imaginaciones mías?

Sin saber muy bien que pensar, me pongo mi pijama y me meto en la cama, mirando al techo, pensando en todo lo ocurrido hoy, y aunque hoy haya sido el día en que mi novia me ha hecho mi primera mamada no dejo de pensar en los ojos de mi madrastra clavados en los míos cuando lo estaba haciendo....

A la mañana siguiente mi despertador suena a las 8:00 de la mañana, aún despistado y somnoliento por no saber por qué suena tan pronto, recuerdo mi promesa de ayer a Rebeca de que bajaría a la piscina con ella. Me levanto de la cama, abro las persianas y me dispongo a hacer la cama. Una vez hecha, agarro mi bañador, para cambiarme en el cuarto de la colada, sabiendo que a esa hora quizás tenga frío solo con el bañador por la casa. Salgo al pasillo, bajo por las escaleras y al llegar a la cocina allí está ya Rebeca, con su ropa deportiva algo sudada, después de haber hecho su ejercicio mañanero, tomándose un batido de proteínas.

R - Buenos días guapo, ¿Que tal has dormido? Me dice con una gran sonrisa

L - Buenos días, bien, ¿Y tu?

R - bien, dormir sin que tú padre esté dando vueltas a mi lado es un alivio, pero no le digas nada. Sonríe Rebeca con este último comentario. Parece que cada vez está más suelta y más a gusto en casa.

L - jajaja me alegro de que así sea.¿ Desayuno algo y vamos a la piscina? Le digo a Rebeca mientras cojo un zumo de naranja y una napolitana del armario.

R - Si, me voy a dar un agua rápida, me cambio y voy, espérame allí si acabas antes. Comenta Rebeca mientras acaba su batido y pone rumbo a su habitación

Termino de desayunar tranquilo, aún un poco somnoliento después de haberme costado en exceso dormir ayer por la noche. Dejo mi vaso en el fregadero y me voy a la piscina, entro en el cuarto de la colada, me quito mi ropa de estar en casa y me pongo mi bañador. Salgo del cuarto y después de mojarme un poco, salto directamente a la piscina. He de decir que la idea de un baño mañanero ha sido genial, me despeja y relaja justo antes de ir a clase. Pero mi relajación se convierte en tensión cuando veo aparecer a Rebeca por la puerta de la piscina, con un bikini que en la parte delantera es aún más pequeño que el de ayer, tapando solamente sus pequeños pezones con un trozo de tela de color verde, y lo mismo en su vagina. Justo al darse la vuelta para dejar su toalla en una de las amacas, se puede ver que el bañador es de tipo tanga, y se ven esas preciosas y turgentes nalgas al completo, ante mis ojos, sin barreras. Mi polla salta como un resorte en mi bañador, ese bikini es aún más provocativo que el de ayer, y después de todo lo ocurrido, mi polla tiene vida propia al ver a mi madrastra. La saludo intentado no quedar embobado ante ella, y sigo nadando, intentando estar alejado de ella para que no note mi bulto en el bañador, ya que debe ser más que visible.

Sigo así durante un rato, intentando mantener las distancias, yo a lo mío y ella a lo suyo hasta que Rebeca me reclama

R - Oye Lucas, dijimos que íbamos a hacer algo juntos, y estamos nadando por nadar, si no quieres podemos irnos, no pasa nada. Dice ella algo cabizbaja.

L - No Rebeca perdón, solo me estaba relajando nadando un poco, ¿Que quieres hacer? Le pregunto algo nervioso después de excusarme.

R - Mmmmm pues no sé, ¿Jugamos al pilla pilla en el agua? Dice ella con un tono amigable

L - Vale, pero empiezas tú. Le digo al tiempo que hecho a correr dentro del agua, intentado que no me atrape

Seguimos jugando durante un buen rato, hasta que ambos estamos demasiado cansados para seguir. Me dirijo a la zona baja de la piscina sentándome en el borde, justo en el momento en que miro a la puerta y recuerdo la escena de ayer, mirando a la cara de Rebeca, la cual me mira espectante, supongo que sabiendo que ambos estamos pensando en lo mismo, y que ambos sabiamos que aquello había pasado aunque habiamos intentando pasar por alto.

Justo cuando me dispongo a hablar para pedir una disculpa me interrumpe Rebeca.

R - No tienes que darme ninguna explicación Lucas, fui yo quien interrumpió vuestra intimidad, esta es tu casa desde hace más tiempo que la mía. Además sois jóvenes y es normal que hagáis esas cosas, no tienes que explicarme nada ni disculparte. Dice Rebeca mientras se acerca a mí, colocándose a mi lado, aún dentro de la piscina.

L - Si bueno. Digo algo avergonzado. - Pero es una zona común de la casa y no debería hacer eso aqui, la próxima vez tendré usaré mi habitación. Digo algo avergonzado y espectante de saber que me dirá Rebeca.

R - No pasa nada, sois unos adolescentes y hacéis locuras, no es nada que no haya hecho cualquiera con vuestra edad. Dice Rebeca, quitandole importancia a la vez que parece poner un tono algo meloso

L - Bueno, no sé si a todos le han hecho una mamada en una piscina con su madrastra mirándole a los ojos. Digo yo, haciendo que la situación se vuelva un poco más tensa.

R - Bueno, eso más que una mamada era una follada de boca en toda regla. Me contesta Rebeca, con una mirada penetrante directamente a mis ojos, que junto al minúsculo bikini que lleva y la conversación, ya ha hecho que mi polla este a reventar y mi bulto ya sea mucho más que visible.

L - S-si bueno, prefiero que cambiemos de tema. Le digo algo cortado por la situación aunque también algo excitado.

R - ¿Por qué? La sexualidad es algo normal, y no es nada de que avergonzarse. Me dice Rebeca mientras sus ojos siguen clavados en los míos.

L- Su-supongo, pero no estoy muy cómodo en esta situación. Atino a decir mientras intento no haceras evidente mi más que visible erección.

R - ¿Que situación? Contesta Rebeca, acercándose más a mi, sintiendo como sus tetas se aprieta contra mi muslo, mientras su mano se apoya en el borde de la piscina, demasiado cerca de mi entrepierna.

L - Pues la situación vivida ayer, como me miraste, el bikini que llevas puesto....digo yo, completamente apoderado por la excitación, lanzandome a un abismo que estoy apunto de descubrir a donde me lleva.

Rebeca se queda mirándome fijamente, se mueve hasta quedar delante de mí, quedando justo entre mis piernas, apoyando sus manos en mi torso, acercándose hasta mi oído, y a la vez que me habla, baja su mano hasta mi entrepierna, la cual está en su máximo esplendor.

R - ¿Acaso mi bikini es el que ha provocado que tengas la polla dura como una piedra desde hace 1 hora? Me dice Rebeca, devolviendo su mirada a mis ojos, mordiendo su labio inferior mientras acaricia mi mástil completamente erguido.

L- Rebeca, esto no está bien, eres mi madrastra...intento engañarme a mi mismo, deseando que esas manos lleguen hasta donde ellas quieran. - Dejémoslo en esto y solo será una anécdota.

R - ¿Dejarlo ahora y que no me folles la boca como ayer hacías a la zorrita de tu novia? Me dice Rebeca, haciendo que mi excitación llegue hasta niveles insospechados.

Rebeca baja su mirada hacia mi bulto, sube su mano hasta el borde de mi bañador, y empieza a tirar de el, hasta dejar salir mi más que durisima polla. La coge con una mano, la acaricia, la mima, mientras con la otra me agarra los huevos. Empieza a subir y a bajar su mano, mi polla ya está más que lubricada con todo el líquido pre seminal que ha ido emanando durante toda esa excitante situación. Mi cabeza está en el cielo, dejo de ser consciente de todo lo que ocurre y mi mente ya solo piensa en disfrutar de esa hembra que se ha puesto a mi disposición. Mientras ella sigue con su movimiento, mis manos se dirigen a sus tetas, apartando la pequeña tela del bikini que cubre ambas, para acariciarlas y pellizcar sus pezones, haciendo que salgan unos pequeños gemidos de su boca.

R - Pffff está polla me está poniendo muy caliente. Me dice Rebeca mientras me mira con una cara de lujuria que nunca me había imaginado en ella

L - Joder Rebeca me tienes a punto de explotar

R - De eso nada, primero me la tengo que comer. Contesta Rebeca, acomodándose en el agua, como ayer hizo María, para bajar su cabeza hasta mi hinchada polla y engullirla entera de un tirón.

Se nota que está tía se ha comido varias pollas a lo largo de su vida. Comienza un sube y baja sobre mi polla que me hace sentirme al borde de mi orgasmo. Me mira directamente a los ojos, como pidiendo a gritos que le llene toda su boca de leche, esa boca que me está haciendo la segunda mamada de mi vida y que está siendo mi mejor experiencia sexual. Después de dos o tres minutos de una mamada a un ritmo casi desesperado le anunció a Rebeca que me voy a correr.

R - Si, correte en mi boca, quiero que me llenes igual que llenaste ayer a la zorra de tu novia. Me súplica Rebeca, sacandose mi polla de la boca, para colocarsela en la lengua, la cual saca de su boca para que pueda observar como mi leche sale a chorros impactando directamente en el cielo de su boca, su garganta y su lengua, llenándole toda su boca con 5 o 6 chorros de leche realmente espesa, haciendo que sea una imagen realmente excitante. Rebeca cierra la boca con su premio dentro de ella y se traga toda la corrida que le acabo de echar.

R - Dios Lucas cómo te has corrido, cuánta leche tenías ahí dentro. Me dice orgullosa de la mamada que me acaba de hacer.

L - Joder, ha sido la mejor mamada de mi vida. Le confieso exsausto del orgasmo que me acaba de dar mi madrastra.

R - Espero que aún puedas aguantar lo que viene. Me mira a la vez que me habla, sale del agua y se coloca a 4 patas en el borde de la piscina, con sus tetas ya libres de su prisión. - Tú verás que quieres hacer con esto. Dice Rebeca al tiempo que recuesta se pecho sobre el suelo, colocando su culo en pompa y haciendo a un lado su bikini, dejando antes mi un coño perfectamente depilado, sin un solo pelo por ninguna de sus partes, y tremendamente mojado debido a la excitación que le había provocado la mamada que me había hecho.

L - Dios Rebeca estás buenísima, estoy deseando follarte. Digo yo mientras me coloco detrás de ella, con mi polla otra vez a punto de reventar

R - Sabía que esa polla estaría enseguida lista pa..r...OooOOH JODEEERRR grita Rebeca al sentir como mi polla se clava hasta el fondo de su coño de un solo golpe.

L - ¿Esto es lo que querías eh puta? Le digo a Rebeca, dándole un fuerte azote en su nalga derecha, mientras saco mi polla entera de su coño para volver a clavarsela de golpe. - Esto es lo que has querido desde ayer cuando me visto follarle la boca a la zorra de mi novia eh? Le digo esta vez, agarrando su melena y tirando de su cuello hacia atrás.

R - SIIII JODEER ESTO ES LO QUE QUERIA QUE ME FOLLARAS, VAMOS FOLLAME POR FAVOR, DAME DURO

L - Te voy a reventar el coño puta zorra. Le digo al tiempo que empiezo una penetración sin parar, con golpes secos contra su culo que hace que resuene una música celestial en toda la habitación, con el sonido de nuestros cuerpos al chocar y los gemidos saliendo a gritos de la garganta de Rebeca

R - OH SI JODER LUCAS PARTEME, QUIERO QUE ME ROMPAS EL COÑO A POLLAZOS, TRATAME COMO A UNA BUENA ZORRA

Ese último comentario me puso a mil, me encantaba que me pidieran que las tratara mal en la cama. Agarre aún más fuerte su pelo y dirigí mi mano izquierda a su boca, metiéndole 4 dedos hasta el fondo de su boca, haciendo que le vengan arcadas cuando le clavó mi polla hasta el fondo.

L - Te pone que te trate así eh puta? Como la zorra que eres? Que viene a follarse al hijo de su marido. Puta de mierda, voy a follarte todos los días.

R - OOOH SI JODER LUCAS, QUIERO QUE ME FOLLES TODOS LOS DIAS DIOOSS, SIGUE FOLLANDOME DURO PARTEME EL COÑO DIOSSSS

Mi polla estaba al máximo, no podía más, las paredes vaginales de Rebeca se empezaron a contraer, anunciándo que su orgasmo estaba cerca, solté su pelo, llevando mi mano derecha hacia su clítoris, el cual empecé a acariciar al tiempo que mi polla seguía entrando y saliendo a un ritmo endiablado de aquel empapado coño.

R - DIOOOOOOS LUCAS ME CORRO, SI SI SI SI SIGUE JODER ME VOY A CORRER SIIIIIIII. Gritó con todas sus fuerzas al tiempo que sus piernas temblaban y su cuerpo se tensaba, mientas mi polla se quedaba casi atrapada dentro de su coño al apretarse aún más sus paredes vaginales.

L - dios Rebeca me voy a correr joder

R - SI JODER CORRETE DENTRO, LLENAME EL COÑO DE LECHE POR FAVOR. Me grita Rebeca al tiempo que mi polla explota en una copiosa corrida, que hace que le llene toda su vagina de mi espesa leche.

Saco mi polla se su coño y Rebeca sigue con su pecho apoyado en el suelo, con el culo en pompa, y con mi leche saliendo a chorro del interior de su coño.

L - joder Rebeca, ha sido un polvazo genial, me encanta tu coño. Le digo sacándola una pequeña sonrisa.

R - Gracias Lucas, ha sido uno de los mejores orgasmos de mi vida. Me dice Rebeca incorporados y sentándose a mi lado.

L - Será mejor que nos vayamos, Emilia tiene que estar a punto de llegar.

R - No te preocupes, ayer la dije que hoy no viniera. Me dice sacando una sonrisa pícara.

L - Osea que ayer tú ya sabías que hoy esto iba a pasar?

R - Jajajaja hay Lucas, sabía que te iba a follar desde hace un año, cuando tú padre nos presentó. Me espeta Rebeca, haciendo que quede incrédulo ante sus palabras, observando como se levanta para irse hacia la puerta.

Continuará...