Mi nueva madrastra (parte 1)

Una nueva mujer aparece en la vida de mi padre, y en la mía.

Nunca fui un chico que tuviera un éxito desmesurado con el género femenino, si había tenido mis pinitos con alguna que otra chica que se dejaba hacer en algún bar o verbena de fiesta de pueblo. Pero por aquel entonces, estaba con la que fue mi primera novia, María, una chica de mi edad, morena, un poco más bajita que yo, delgada, un buen culo y unas buenas tetas, una chica de las que no eran el mayor pivon del instituto, pero de esas que los chavales se la quedan mirando cuando pasa por el pasillo. Llevábamos juntos 3 meses, después de habernos liado en las fiestas de Burgos(ciudad donde vivíamos ambos) y de haber seguido quedando después de ello.

Aunque no era un chico feo o cuerpoescombro, tampoco era ni Brad Pitt ni Vin Diesel, era un chico norma, mi nombre es Lucas, de 1'80, ojos castaños y pelo de ese mismo color, por aquel entonces tenía 18 años y estaba convalidando mi segundo año de Bachillerato con solo 2 asignaturas, física y matemáticas. Yo quise hacer el bachillerato de letras, pero mi padre, sabiendo que algún día tendría que recoger el legado de su empresa, me "invitó" a hacer el de ciencias, aunque he de reconocer, que varios años después, tengo que darle las gracias, lo primero por como me ha ido en el futuro y lo segundo por lo que ocurrió durante ese curso. Era el año 2010.

Antes de empezar con la verdadera historia, os contaré quién es mi padre y por qué es, como dije antes, el damnificado de esta historia. Mi padre se llama Esteban, un buen arquitecto que había montado su propio Estudio de arquitectura al haberle ido muy bien en sus inicios y haber pegado el gran salto en el boom de la construcción que ocurrió a nivel global. Había escalado en sus proyectos y paso de hacer proyectos de edificios de barrio a llevar grandes proyectos en países árabes y sudamericanos. Era un hombre de 46 años que se conservaba bien, y eso le había servido para contraer matrimonio con la otra protagonista de esta historia, Rebeca, mi nueva madrastra.

Este matrimonio llegó después de que pasaran 7 años del fallecimiento de mi madre, mujer a la cual mi padre siempre cuido y quiso hasta su último día, y por la cual calló en un shock, o algo parecido después de su muerte, que le hizo centrarse al 100% en su trabajo, lo que le llevo a la posición donde hoy se encontraba. Nunca mi padre había tenido pareja o citas (o por lo menos yo no tenía constancia de ello) hasta que hacía 1 año me presentó a Rebeca. Ella era una empleada de una empresa que hacía negocios con la de mi padre. Una mujer de 32 años, de 1'65 con una melena rubia y unos ojos claros, que le proporcionaban ese toque característico de las mujeres del este, ya que Rebeca era una chica ucraniana que había crecido en España, por lo que su acento era imperceptible. Tenía una buena figura, se notaba que era una mujer que hacía ejercicio, con una piernas preciosas y un culo que estaba genial, todo terminado con unos buenos pechos, que sin ser gigantes, tenían una figura que había intuir que estaban muy bien.

Despues de la boda, Rebeca se mudó a nuestra casa, un chalet a las afueras de Burgos, ciudad natal de mi padre y donde yo había nacido, crecido, me había criado y en la que nos quedamos gracias a que, mi difunta madre, había convencido a mi padre de no mudarnos a la Gran capital de España, Madrid, cuando él quiso que nos fuéramos allí para fundar su Estudio de arquitectura y que el negocio fuera más próspero.

La casa hay que decir que estaba bien, teníamos 4 habitaciones, un buen salón, una piscina climatizada, ya que en burgos a partir de septiembre hace un frío que pela, una cocina de catálogo, el despacho de mi padre, un jardín que rodeaba la casa y un pequeño, pero suficiente gimnasio, en el que yo no solía entrar demasiado, pero del que mi padre, y ahora, mi nueva madrastra, si daban uso.

Los primeros días de que Rebeca llegara a casa fueron extraños, yo estaba acostumbrado a pasar la mayor parte del día con Emilia, la señora de la limpieza y la que había cuidado de mi durante tantos años después de que mi madre ya no estuviera con nosotros, una señora de 50 años y que para mí había sido como otra madre, hasta hoy, que Rebeca estaba con nosotros. He de decir que a mí el hecho de que mi padre tuviera pareja y que ella fuera "mi nueva madre" no me molestaba, al contrario, estaba feliz por el, ya que parecía que ahora estaba algo menos preso de su trabajo y pasaba más tiempo en casa, pero si que era raro ver a mi padre en compañía de otra mujer.

Solían hacer ejercicio por las mañana, antes de que mi padre se fuera a la oficina, normalmente me les cruzaba en la cocina mientas yo desayunaba y ellos se preparaban sus batidos de proteínas después del ejercicio, y se daban algún que otro magreo pensando que yo no les vería.

Un día antes de ir a clase, después de haber desayunado, mi padre me llamó al salón.

E - Lucas, hijo, ven al salón un segundo.

L - Voy papá.

Baje las escaleras que daban a la planta baja donde se encuentra el salón y la cocina

L- Dime papá

E - hijo, tengo que marcharme con urgencia a Madrid, tengo que coger un vuelo a México esta tarde, hay unos problemas con el proyecto que llevamos nosotros en Acapulco y tengo que estar allí para solucionarlo, era solo para avisarte y para decirte que le hagas un poco de compañía a Rebeca, la pobre apenas lleva en casa 2 semanas y aún parece que le dé un poco de vergüenza.

L - si papá, no te preocupes, intentaré estar por casa.

E - Gracias hijo. Le puedes decir a María que venga a cenar con vosotros. Me decía mi padre mientras se ponía la americana de su impoluto traje y recogía su maletín, dirigiéndose al garaje.

L - Pero cuanto tiempo estarás fuera papá. Le dije, viendo cómo se frenaba un segundo para contestarme, antes de curzar la puerta del garaje.

E - No lo sé exactamente, hijo, pero puede que 1 semana. Te llamaré cuando llegue y te iré diciendo según sepa cómo avanza el problema.

Se despidio con un guiño, y cruzó la puerta del garaje para emprender su viaje.

Después de esa conversación, subí de nuevo a mi habitación, a cambiarme el pijama que aún tenía puesto y a recoger los pocos libros y apuntes que descansaba en mi mochila, para coger el coche que mi padre me había regalado para ir a clase y no tener que usar el autobús urbano. Después de salir de la habitación me crucé con Rebeca, que salía del cuarto que comparte con mi padre con el pelo mojado, seguramente después de haberse duchado al terminar de hacer ejercicio.

L - Bueno Rebeca, parece que nos quedamos solos durante unos días. La dije poniendo una buena sonrisa, para hacerla sentir como en su casa.

R - Si, eso parece, la verdad es que me da un poco de cosita. Me dijo poniendo una sonrisa nerviosa y una cara que reflejaba un poco de vergüenza.

L - No te preocupes Rebeca, esta es tu nueva casa. Si quieres esta tarde podemos hacer algo para que vayas cogiendo un poco más de confianza. Intentado hacerla sentir mejor

R - Vaya, muchas gracias Lucas, pero esta tarde había quedado con unas amigas de mi antiguo trabajo, pero te tomo la palabra para otro día. Poniendo una gran sonrisa en la que se notaba que le había hecho relajarse mi proposición de hacer algo juntos.

Después de nuestra charla, me encaminé al garaje, cogí mi Renault Clio de segunda (o quinta) mano, y me dirigí al instituto.

Apenas tenía que estar una hora antes de tener 2 horas muertas para hacer mi segunda hora de los miércoles, así que como tenia 2 horas muertas y mi instituto no quedaba excesivamente lejos de la universidad, me monte en el coche y me dirigí hacia allá, con el fin de ver un rato a María, que justo los miércoles tenía una hora muerta entre clase y clase. Llegue a la facultad y aparqué en el parking de estudiantes, allí me esperaba María, como casi todos los miércoles.

M - Hola guapo. Me dijo dándome un beso

L - Hola preciosa. La contesté yo devolviéndole el beso y agarrándola del culo

M - Oye qué te van a ver. Decía ella con una sonrisa.

L - jajajaja sabes que me gusta agarrarte cuando te veo

M - y sabes que a mí me encanta. Me dijo volviendo a besarme.

L - Mi padre se ha ido, tenía un viaje importante a México, así que ésta tarde estaré solo en casa.

M - Pero estará Rebaca no?

L - No, he hablado con ella por si quería hacer algo esta tarde, ya que mi padre me ha pedido que pase tiempo con ella ya que aún la da un poco de vergüenza estar sola en casa, pero me ha dicho que saldrá con unas amigas, así que tendremos toda la casa para nosotros. La dije mirándola a los ojos, sabiendo que ella entendería lo que intentaba decirle.

M - jajajajajaja Lucas, todo el día estás pensando en lo mismo. Me dijo sonriendo pícaramente, sabiendo que tenía tantas ganas como yo.

Pasamos esa hora en la cafetería de la universidad, hasta que ella tenía que volver a clase.

M - Bueno Lucas, me tengo que ir, me llamás luego para quedar?

L - Claro, después de comer te llamo.

Nos despedimos dándonos un beso, esta vez más tímido y rápido, ya que ella se marchaba a su clase. Me dirigí al coche, para poner rumbo a mi instituto de nuevo, para dar mi última clase de ese día e irme a casa. Al llegar al instituto, sonó mi teléfono móvil, un viejo Sony Ericsson de los que estaban de moda por aquellos años, era mi padre.

L - Dime papá.

E - hijo, mi vuelo sale en 1 hora, te llamaba solamente para avisarte.

L - Ah, ok papá, gracias por llamar.

E - te avisaré cuando esté allí, cuida de Rebeca, has hablado con ella?

L - Si papá, la dije de hacer algo hoy, pero no podía.

E - Vale hijo, me alegro de que os llevéis bien. Te avisaré también de cuando vuelva, Adiós hijo.

L - Adiós papá.

Colgué la llamada y me dirigí a mis clases.

Una vez finizadas, y siendo las 12 del mediodia, me dirigí a mi casa, pensado en echar unas partidas al FIFA o al Call of duty para pasar el rato hasta la hora de comer, era mediados de septiembre y la verdad que el bañarme en la piscina era una buena tentacion, ya que apesar de que como he dicho antes, a estas alturas en Burgos ya hace más bien fresco, al tener pisicna climatizada, era una gozada darse un chapuzón de vez en cuando. Aparqué el coche en el garaje y ante las dos ideas que rondaban mi mente, me dirigí a la piscina a ver cómo estaba el agua. Al llegar a la puerta de la misma, una puerta de cristal, bastante amplia, me quedé embobado con la imagen que encontré allí. Era Rebaca, estaba sentada al borde de la piscina, de espaldas a la puerta, con un bikini de infarto, bastante pequeño, de los que por aquellos años no estaban a la orden del día, como si lo están ahora, que le hacían un culo espectacular. Cruce la puerta y me dirigí hacia la piscina a comprobar la temperatura del agua, pero ya con el aliciente de ver la parte delantera de aquel bikini.

L - Hola Rebeca. La saludé al entrar, cuando ella aún estaba de espaldas.

R - Hola Lucas, que tal el instituto? Contesto ella girando su cuerpo y siguiéndome con la mirada mientras me agachaba a tocar el agua para comprobar su temperatura.

L - Bien, ya por hoy he terminado y estaba pensando si darme un baño o no antes de comer. Conteste yo, observando la parte de arriba de aquel bikini, que me hizo quedarme aún más helado al contemplar lo pequeño y ajustado que era, dejando muy poco de aquellas tetas que como yo intuía, eran de buen tamaño, a la imaginación.

R - Pues el agua está genial, si quieres te dejo solo. Me dijo haciendo la intención de salir del agua.

L - No, faltaría más, está también es tu casa, voy a cambiarme y ahora vengo. Intenté sonar convincente, quería volver para observar mejor aquel cuerpo semi desnudo que tenía en mi casa.

Salí de la habitación con la polla medio morcillona, de camino a mi habitación, pensé en aquel culo y aquellas tetas, pensando en que, apesar que desde el primer día que vi a Rebeca ya pensé que era una mujer muy guapa y con buena figura, nunca había pensado en su cuerpo de manera erótica hasta ese momento, en que la había visto vestida de aquella manera tan sexi. Ella normalmente no era tan atrevida con su ropa del día a día, no era una monja, pero tampoco solia andar con ropas excesivamente cortas, usaba algún que otro vestido por encima de la rodilla o alguna vez algún vaquero de esos que van muy apretados, pero con aquel bikini me había hecho sentir un calambre que me había activado el deseo sexual de manera instantánea.

Mientras me ponía el bañador, una sensación extraña me entró en el cuerpo. Estaba excitado por ver así a Rebeca, con ese bikini tan sumamente sexi, pero por otro lado solo pensaba en mi padre. Estaba mirando con deseo a la mujer con la que mi padre acababa de contarer matrimonio, y eso me hacía sentir bastbte culpable. Pensaba para mí mismo que era una falta de respeto terrible hacia el, pero a la vez sentía como mis hormonas se aceleraban en mis adentros pensando en aquel cuerpo completamente desnudo. Volví a la realidad, saliendo de mis pensamientos encontrados, y decidí que era mejor no bajar a la piscina, volví a quitarme el bañador, me puse la ropa de estar en casa y encendí mi PS3, decidiendo que eso sería lo mejor.

Pasado un rato de estar jugando y después de haber dejado de pensar en mi madrastra entre tanto FIFA y CoD, escuché como Emilia nos llamaba para avisarnos de que la comida estaba lista y que ella se iba a su casa, normalmente solo trabajaba por las mañana, aunque algúna que otra tarde se pasaba por casa para hacer algo que se le había quedado pendiente, siempre avisando previamente. Baje a la cocina, me despedí de Emilia y me senté a la mesa con Rebeca, que ahora ya estaba cambiada y vestía de manera menos sexi, con un chandal que a veces usaba para estar en casa, aunque eso no hizo que no mirara aquel precioso culo y me volviera la imagen que apenas unas horas antes había tenido, haciendo que me sienta otra vez algo excitado.

L - Que aproveche Rebeca. La dije con una sonrisa, intentando ser amable.

R - Gracias Lucas, igualmente.

Comimos mientras veíamos la tele y hablábamos de temas sin importancia, hasta que ella me hizo una pregunta.

R - Lucas, ¿por qué no has bajado antes a la piscina? ¿Te ha incomodado que estuviera alli? Me pregunto mirándome fijamente con sus ojos claros, que parecía que me podían mirar el alma.

L - No Rebeca, para nada, simplemente al llegar arriba me sentí algo cansado y me senté en mi cama a jugar un rato a la consola. La contesté yo mientras pensaba en que si hubiera bajado me la hubiera comido con los ojos

R - Estás seguro? Me pregunto, volviendo a mirarme.

L - Segurísimo Rebeca. No es ninguna molestia, y como te he dicho antes y esta mañana, ahora también es tu casa. No hay ningún problema de verdad. La mire intentando ser sincero y amable

R - Jo, muchas gracias Lucas, estoy muy agradecida de que me hayas acogido tan bien en tu casa, con tu padre. Me dijo ella, levantándose y dándome un abrazo, clavando aquellas tetas en mi pecho, mientras yo la devolvía el abrazo.

L - No es nada Rebeca, me alegra de que mi padre haya encontrado a alguien tan guapa como t....bueno, alguien con quien compartir su vida. Corregí yo, intentado no sonar demasiado atrevido, mis hormonas me habían jugado una mala pasada.

Ella se medio sonrojó y sonrió con lo que le dije

R - Gracias Lucas, tú también eres muy guapo. Me contestó ella con una sonrisa mientras recogía su plato, a la par que yo me levantaba para recoger el mío.

R - Deja tu plato en la pila, yo fregare hoy. Me dijo sonriendo, a lo cual, yo obedecí, dejé mi plato y me marché a mi habitación, despidiéndome de ella.

Subí a mi habitación, con la polla una vez más medio morcillona, pensando en el tacto de aquellas tetas al quedar aplastadas contra mi pecho, una vez más, con esa sensación de excitación y culpabilidad apoderándose de mi. Entre en mi cuarto y decidí coger mi móvil para llamar a María, para despejar mi mente, eran ya las 4 de la tarde y suponía que ya habría terminado de comer, así que la propondría quedar para venir a casa.

L - Hola María, que tal? Ya has comido?

M - Hola Lucas, si he terminado hace un rato.

L - ok, pues no sé, te llamaba para ver si querías quedar entonces para venir a casa.

M - mmmm vale, perfecto, me recoges o voy en bus?

L - te recojo, así es más cómodo para ti.

M - Vale guapo, eres todo un caballero. Dijo riendo y sacándome una sonrisa a mi también.

L - Para que hora te recojo?

M - pasate por aquí en una hora, que ya estaré lista

L - perfecto, coge el bañador y así nos metemos a la piscina. La dije tramando mi plan para pasar una buena tarde.

M - Vale, le llevo

L - Perfecto, pues luego te recojo. Me despedí de ella y colgué.

Después de 10 minutos, estando nuevamente jugando a la consola, escuché a Rebeca desde el pasillo decirme que se marchaba con sus amigas, como por la mañana me había dicho.

R - me marcho Lucas, pasa buena tarde.

L - Adiós Rebeca, pásalo bien. Me despedí de ella estando tirado en mi cama.

Escuche su coche salir por la puerta de la calle y mientras escuchaba la puerta cerrarse y yo seguía jugando, una idea me empezó a venir a la cabeza. Empecé a recordar aquel pequeño bikini y no dejaba de pensar en el, en que quería volver a verle, quería sentirlo, tenerlo en las manos. Después de un rato de pensarlo, baje a la piscina, en el fondo de la habitación estaba el cuarto de la colada, donde estaba la ropa sucia y la que estaba para planchar. Entre en el y me dirigí al cesto de la ropa sucia, lo abrí y había una toalla que envolvía más ropa, la saqué, empecé a rebuscar y mis ojos se quedaron clavados en una prenda que encontré. Era un diminuto tanga, de color rosa, con un pequeño triángulo delante, con un pequeño lazo que adornadana la parte superior delantera, y un hilo muy fino en la parte de atrás. Ver aquella prenda me hizo imaginarme al instante el culazo de Rebeca con el puesto. Sólo con ese pensamiento mi polla se empezó a poner tiesa, gorda y palpitante. Me lleve aquella prenda a mi nariz y sentí el olor a hembra que emanaba, sentí como mi polla estaba cada vez más dura y firme. Me la saqué del pantalón de chándal que ya no soportaba más presión y empecé a acariciar mi rabo, cada vez con más ganas de expulsar toda mi leche sobre aquella prenda.

En un momento de cordura quite aquel tanga de mi nariz, volviendo a mi esa sensación de estar haciendo algo malo, de estar fallando a mi padre. Pero esta vez era diferente, no me sentía tan culpable, cada vez esa sensación era menor, cada vez podía más la lujuria y la excitación que me producía aquella hembra. Decidí dejar el tanga en su sitio, volviéndo a meter todo dentro del cesto, guardando mi polla como pude dentro del pantalón, y saliendo del cuarto, cerrando la puerta y mirando mi reloj, percatándome de que eran las 4:35 y tenía que recoger a María.

Subí apresurado a mi habitación, me vestí con un chandal y baje rápido al coche, salí del garaje y para las 4:55 estaba en la puerta del edificio de María, que viví apenas a 10 minutos de mi casa. La llamé al teléfono y en 10 minutos estaba en el coche.

L - Hola guapa, has traído el bikini? La dije antes de arrancar

M - Si, aquí lo tengo. Me enseñó sacándolo de su mochila, junto con una toalla.

L - perfecto, pues vamos a casa.

De camino a casa charlamos de que tal la universidad y que tal mis dos asignaturas pendientes, apenas llevábamos una semana de clase, pero a mí ya se me hacía aburrido esos ratos entre clases, o tener que ir al instituto a las 8 de la mañana solo para una hora, haciéndome madrugar sin que después pudiera volver a dormir al llegar a casa. Llegamos a casa, aparqué el coche y mientras María iba a la piscina, yo me dirigí a mi habitación a recoger mi bañador. Al llegar a la piscina allí estaba María con su bikini puesto, y aunque no era tan atrevido como el de mi madrastra, también se la veía muy sexi con el puesto, dejando a la vista el buen cuerpo que tenía y con el que yo pensaba pasar un buen rato aquella tarde.

Estuvimos jugando, nadando y charlando durante un largo rato. María decidió sentarse en la orilla de la piscina, mientras yo seguía nadando. Estando ella distraída, me acerque buceando, salí rápidamente del agua y tire de ella hacía la piscina, haciendo que caiga dentro, cayendo en mi brazos. La agarro y empiezo a besarla, lento, mientras la agarro de sus caderas, haciendo ella un nudo con sus piernas en mi espalda, quedando nuestros sexos uno pegado al otro. Sigo con ella en brazos, miemtras nos besamos y la cosa se va calentando cada vez más, ella empieza a apretar su coño contra mi polla, que cada vez está más hinchada y dura, suelto mi mano derecha y la llevo hacia sus tetas, sacando una de ellas y dirigiendo mi boca hacia ella, lamiendo, chupando y metido su teta (o lo que cabe de ella) en mi boca, para terminar mordiendo un poco su pezón, haciendo que suelte un pequeño gemido en mi oreja.

M - pfff Lucas me estás poniendo muy cachonda, ¿Seguro que no hay nadie en casa?

L - seguro, Rebeca me ha dicho que se iba, y mi padre no volverá hasta dentro de una semana o quizás más. Contesto yo, mientras mi boca vuelve a sus tetas, para esta vez bajar todo su bikini y dejar las dos a la vista

Ella deshace el nudo de sus piernas en mi espalda y apolla sus pies en el suelo, mientas nos vamos besando, baja su mano por mí torso, agarrando la parte superior de mi bañador, metiendo su mano poco a poco por dentro del mismo, hasta agarrar mi ya más que dura y gorda polla.

M - Joder Lucas, la tienes durísima, estoy súper cachonda. Me va diciendo al oído como una perra en celo, agarrando mi miembro y caminando de espaldas hasta la zona que menos cubre de la piscina, la que da de frente con la puerta de cristal.

Apoyando su culo contra el borde de la piscina, empieza un sube y baja con su mano sobre mi polla, yo sigo mamando sus tetas, mientras mis dedos bajan hasta la parte inferior de su bikini, metiendo la misma dentro, acariciando sus labios vaginales, sintinedolos suaves, como recién depilados.

L - Veo que tú también sabías a lo que venías. La digo al odio a la vez que subo uno de mis dedos a su boca, para que lo lama bien, mientras me mira a los ojos con cara de cachonda, para meterle el primer dedo dentro de su ya más que mojado coño, arrancando un suspiro de su boca.

M - Ya sabes que me encanta que me folles. Contesta ella con un tono que me pone como una moto, haciendo que le meta un segundo dedo, sacando un gemido algo ahogado está vez.

Sigo masturbando ese coño que tanto me gusta, a la vez que ella sube la intensidad de la paja que me estaba haciendo, mientras lamo desesperadamente sus dos tetas, pasando de una a la otra, mordiendo sus pezones, haciendo que ella esté jadeando, al igual que yo, hasta que le meto un tercer dedo que la hace gemir a un buen volumen está vez. La cojo de sus caderas para subirla al borde de la piscina, ella levanta su culo para ayudarme a sacarle la parte inferior de su bikini, al igual que la superior, que hace ya un rato que desapareció, quedando ante mi completamente desnuda, sentada con las piernas flexionadas y apoyada con los codos, exhibiendo su coño, perfectamente depilado. Bajo mi mano, acariciando su clítoris, haciendo que jadee.

L - Quieres que te coma el.coñito? La digo mirándola fijamente a su cara de excitación

M - si por favor, cómetelo. Dice casi suplicando, mientras sigo acariciando su botón mágico.

Lamo sus tetas una vez más, mientras me coloco de rodillas en el agua, quedando mi cara justo a la altura de su coño, que está más que empapado, y desprende un olor que hace que meta mi cabeza al instante entre sus piernas para lamer todo lo largo de su coño, desde abajo hasta arriba, haciendo que María suspire al sentir mi lengua. Subo hasta su clítoris, lamiendolo lentamente, bajando hasta sus pliegues, introducción mi lengua en su agujero, moviéndola en su interior, penetrándola para después, volver a subir a su clítoris.

L - Te gusta eh zorra? La digo mirando sus ojos

M - Joder, me está encantando, pero sigue

Sonrío y vuelvo a bajar mi cabeza, atrapado su clítoris entre mis labios, empiezo a succionar, mientras mi mano derecha empieza a penetrar su coño con 3 dedos, sacando sus gemidos mas altos que nunca. Penetro su coño con mis dedos con velocidad, mientras mi lengua se mueve con rapidez sobre su más que hinchado clítoris. María me agarra del pelo mientras sigo comiendome y masturbando ese delicioso coño

M - OOOOOOH SI SI JODER LUCAS, ME VOY A CORRER SIGUE grita María fuera de sí, retumbando en la habitación, haciendo que suba un punto más la penetración de mis dedos sintinedo sus piernas temblar

M - JODER ME CORRO ME CORROOO DIOOOOS SIGUE ME VOY A CORRER grita desgarrando su voz, corriendose en mi boca con un orgasmo que le hace relajar el cuerpo sobre el borde de la piscina, quedando durante unos segundos exausta y recuperando el aliento, mientras yo lamo su cálido coño después de tal orgasmo, para incorporarme y darle un beso en la boca.

M - Dios Lucas, me lo has comido increíble. Dice María con una sonrisa en la cara, mientras se percata de la dureza de mi polla, apollada contra su barriga

M - Pero tu aún tienes que terminar, y esto no lo podemos dejar así. Mientras agarra mi polla, y se incorpora, para cambiar nuestras posiciones, siendo yo ahora quién se saca el bañador con la ayuda de María, y sentándome en el borde de la piscina.

L - ¿Te gusta agarrar tu juguete? La digo cachondo perdido después de la escena que hemos protagonizado hace unos minutos

M - mmmm me encanta, pero hoy no solo la voy a agarrar. Dice a la vez que me mira a los ojos, haciendo una coleta en su pelo con la goma que lleva en la muñeca

M - siéntate y disfruta. Mientras agarra mi polla y se pone de cuclillas en el agua, acercando mi polla a su boca, mientras me mira a los ojos y empieza a lamer mi polla

Aunque yo a María la solía hacer sexo oral cuando follabamos, ella no se atrevía a dar ese paso, por eso esta era la primera vez que me la iba a mamar. Sentia su lengua recorrer el largo de mi polla, que aunque no era enorme, contaba con unos buenos 17 centímetros, mientras me acariciaba los huevos. Abrió su boca para meter todo mi capullo, que estaba hinchadisimo, sintiendo la lengua de María juguetear con el, mientras me miraba a los ojos, se fue tragando mi polla, poco a poco, tragándose la mitad, para después sacarla cubierta de saliva, mientras me pajeaba, volvía a tragarse mi polla esta vez algo más de la mitad.

L - Tragatela entera zorrita... Me encantaba insultarla mientras follabamos y sabía que a ella también la ponía muy cachonda.

Seguia tragandose mi polla cada vez más abajo, cada vez llegando más al límite, hasta que empezó un sube y baja constante, cada vez más rápido y profundo haciendo que yo estuviera cada vez más al borde de correrme. La agarre de su pelo y empecé a empujar su cabeza cada vez más al fondo, haciendo que llegara hasta la base de mi polla, manteniendola abajo con fuerza, haciendo que soltara una arcada y se sacara mi polla de la boca para tomar aire, colgando unos buenos hilos de saliva de su boca y de mi polla, volviendo a bajar a mi polla para chuparla con desesperación, cada vez más rápido, cada vez mejor. Se veía que María era una buena chupa pollas, solo tenía que.mejorar su tecnica

L - Eres una buena chupapollas eh puta, tiene que comerte más mi polla joder. La dije cogiéndola de su cabeza, empezando a follarme su boca hasta el fondo, haciendo que salgan sonidos de su boca entre arcadas y el chapoteo de la saliva al entrar mi rabo hasta el fondo

M - Si joder me encanta chuparte la polla, follame la boca, correte en ella. Decía María con desesperación al sacarle mi polla de la boca

L - Quieres que me corra en tu boquita eh puta? La digo volviendo a meter mi polla hasta el fondo de su boca

M - sgiff intenta decir ella, con mi polla dentro de su boca, impidiendo que pueda articular palabra

En ese momento, levantado mi mirada y me quedo de piedra, al ver que Rebeca esta en la puerta de cristal, observando como me follo la boca de María en la piscina. Durante un segundo me quedo paralizado, hasta que empiezo a sentir que ella no quita la vista de cómo le follo la boca, haciendo que me ponga muy cachondo al ver que no aparta la mirada, ¿No se habrá dado cuenta de que la he visto?

Cachondo perdido ante la situación, me coloco de rodillas delante de la boca de María , para empezar una follada porfunda y constante que ella recibe encantada con su boca bien abierta, la agarro de pelo con fuerza mientras sigo incrustando mi rabo en su boca, viendo cómo unas pequeñas lágrimas del esfuerzo aparecen en su cara, sintiendo que mi corrida empieza a ser inminente. Sigo penetrando con fuerza su boca, volviendo a mirar a la puerta y sintinedo como esta vez, los ojos de Rebeca se clavan en los míos, sin apartarlos ni ella ni yo, hasta que la meto por completo dentro de la boca de María, sintinedo como mi leche empieza a salir de mi polla, entrando en su garganta 3 o 4 chorros espesos, mirando a los ojos de Rebeca mientras me corro en la boca de María tras follarme brutalmente su garganta, para que el resto de mi leche quede sobre su lengua, viéndola como se la traga al sacar mi polla de su boca, volviéndo a subir mi mirada a la puerta y observando que Rebeca ya no está allí.

M - ¿Te gusta que me trague toda tu leche? Me dice María, devolviendo mi mirada a ella.

L - Joder, me encanta. Tenemos que hacer esto más veces. La digo mientras sale de la piscina completamente desnuda y me da un largo y apasionado beso

M - Si, la verdad que me he estado perdiendo esto demasiado tiempo. Contesta María a la vez que se empieza a poner el bikini, a lo cual yo acompaño poniéndome mi bañador.

L - Pues ya sabes que es lo que tienes que hacer la guiño un ojo mientas la miro, pero mi cabeza no deja de pensar en lo que he visto mientras eso pasaba ¿Rebeca a visto como me he follado la boca de María? ¿Desde cuando llevaba ahí? ¿Cuando ha visto que la veía no ha apartado la mirada y ha seguido ahí hasta el final? ¿Que la digo ahora?.

María y yo salimos de la piscina, secandonos con una toallas y saliendo hacia mí habitación, sin cruzarnos con Rebeca hasta que pasado un rato lleve a María de vuelta a su casa.

Después de despedirme de María, y volver a casa, aparco el coche y entro en casa, algo nervioso por si me encuentro a Rebeca, sin saber cuál será su reacción, que me dirá o peor, que pensará. Avanzo por la casa sin rastro de Rebeca, ni en la piscina, ni en la cocina, ni en el salón. Me dirijo a mi habitación, dispuesto a estar ahí y no volver a salir hasta mañana, jugando a algún juego o chateando con alguien por el Tuenti, hasta que enciendo el ordenador y veo que el wifi no funciona. Me levanto de la silla y me dirijo al despacho de mi padre, que es donde está el router, ya que necesita una buena conexión a internet para su trabajo, bajo la escaleras hasta el salón y de ahí hasta el sótano, que es donde está el despacho y el gimnasio. Avanzo por el pasillo en dirección al despacho y al pasar delate del gimnasio veo algo que me hace frenar en seco.

Continuará...