Mi nueva casa (2)

Como fue creciendo la relación con mi vecino

Esta es la segunda parte de mi relato

Como saben ya, Mi vecino Pablo me vio tomando sol en Tanga y me invitó a su terraza. Me trataba como a una dama pero no pasó nada… no porque yo no quisiera sino porque él me trató como a una princesa… Al otro día me volvió a invitar y yo me fui a producir.

Excitadísima me fui a mi cuarto y me puse la tanga, pero esta vez con el corpiño. Una blusa blanca que me dejaba el ombligo al aire y una mini de tela hindú, mis zapatos de taco aguja. Me pinté apenas los ojos y los labios. Esta vez me dejé el flequillo y el pelo suelto. En un bolsito cargué mi maquillaje, para poder hacerme un retoque. Me miré al espejo y estaba muy linda. Taconeando me volví al living que era donde él me esperaba sentado en un sillón.

  • Que lindas que estás, Sole. – me dijo mirándome de abajo hacia arriba.

  • Gracias – respondí poniéndome colorada.

Pablo, se acercó hacia mí, me tomo de la cadera y me besó. Su lengua jugó con la mía y yo sólo podía pensar en e su lengua entrando en mi boca. No me importaba nada, lo estaba gozando como loca… Nunca pensé que una relación con un hombre podría ser así. Sus brazos me contenían y su boca me besaba como si realmente me estuviera amando.

Besándonos fuimos cayendo sobre el sillón, su mano acariciaba mi rostro dulcemente y yo no sabía como actuar… pero le tenía que decir la verdad.

  • Pablo, Pablo, Detente un instante. Tengo algo importante que decirte. – el seguía besando mi cuello y yo estaba a mil. – Eres el primero. – Mi vecino no entendía que estaba diciendo.

  • ¿Primero? ¿Primero en qué? ¿Qué me decís, hermosa? – yo estaba tan excitada y tan nerviosa a la vez que me temblaba todo el cuerpo. En un segundo descarté mil formas de decir lo que le tenía que decir y sin decidirme por nada le dije lo primero que se me ocurrió.

  • No seas tonto, lo que te quiero decir es que eres el primer hombre. ¿Se entiende lo que te estoy diciendo? Me da vergüenza, no me hagas decirte todo.

  • No, no entiendo, me querés decir que nunca… Estuviste con un hombre. ¿De ninguna forma? No te creo.

  • Nunca nadie me vio siquiera vestidita. Sos el primer hombre que me besó y nunca tuve relaciones… No me lo hagas más difícil…- le dije arrepintiendo de no haber seguido sin decir nada.

  • Ay, mi nenita virgen. Perdoname, no me imaginé nunca que una mujer tan linda como vos, fuera a decirme una cosa así. Me encantás.- y me volvió a besar. – no te preocupes iremos despacio y no haremos nada que tu no quieras. ¿si?

Sin esperar respuesta me sacó la blusa dejándose ver el corpiño de mi traje de baño. Mis pequeñas tetitas, lo rellenaban como lo hacen las de las pre-púber. Mis pezones estaban erizados como mi piel. No podía dejar de temblar y eso me ponía más nerviosa. Pero Pablo no le importaba nada y me miraba con deseo y sensualidad.

Acarició mi pecho hasta llegar al borde del corpiño y lo levantó dejando una teta al aire su boca buscó mi pezón y lo lamió, lo besó lo mordió, produciéndome electroshock desde el pezón hasta el cerebro haciéndome salir un gemido que no pude contener. Mi gustaba tanto lo que me hacía que me sentía en el cielo.

El olor a hombre que tenía mi vecino era el mejor de los perfumes… sentía un aroma afrodisíaco que me despertó las ganas de ser yo la que tomara la iniciativa

Así que retiré su cabeza de mi pecho y lo recosté en el sillón, él se dejó hacer, pero no quería desprenderse de mis senos, así que me puse de forma tal, que le posibilitaba morderme los pezones mientras yo le desabrochaba el pantalón. Sobre el calzón sentí el calor y el tamaño de su pene. No me pude contener y busque sentir su piel en directo… Estaba bastante erecto y unas gotas de semen me mojaron la palma de mi mano. Le hice unos mimos como una paja y ahí fue él el que suspiró. Sus dientes me mordían y me hacías doler y me daban placer.

Me acarició la cabeza como pidiéndome que lo haga. Y lo hice. Acerque mi cuerpo a su miembro, le bajé los calzones y lo pude ver… Estaba muy parada, frente a mí. Lo acaricie mientras lo miraba fijo. El aroma de esa verga me llegaba a los pulmones y me embriagaba. Apoyé sobre su pierna peluda la cabeza y empecé a lamerla desde la base. Tomé el tronco de su verga con los labios ye insinué que lo mordía. Fui subiendo hasta llegar a la húmeda cabeza… El gusto que tenían esas gotitas terminó por emborracharme aún más. Me la fui tragando de apoco. Mientras el se movía tratando de cogerme por la boca. Ya la tenía toda dentro sin saber bien ahora que hacer. Pero no fue necesario, él entraba y salía de mi boca hasta llegar a mi garganta.

Lo escuchaba gemir y no pude hacer nada cuando su pija explotó al final de mi garganta… Las últimas gotas cayeron en mi lengua así que pude sentir su gusto tan impreciso como provocador.

Yo seguí moviendo mi cabeza para emular los movimientos que él antes hacía, como para terminar de saborear su leche, su gusto, su verga.

Pablo sacó su miembro de mi boca y me besó en la boca.

  • ¿Te gustó?

  • Si – dije tímidamente

  • Ahora, arreglate un poco y subamos a tomar sol… ¿Te parece?

Yo estaba muy turbada y no entendía lo que me estaba diciendo. Creí que después de acabarme en mi boca querría deshacerse de mí. Me fui al baño me puse bien el corpiño y me miré al espejo… estaba ensoñada… Me pinté un poco me puse la blusa me pinte los labios y me volví a ver linda.

Cuando volví el estaba al lado de la puerta apurándome a salir. Tomé mi bolsito y salimos rumbo a la escalera.

Mañana te cuento como fue tomar sol en en su cama….