Mi novio, yo ... y tres mas. (1)
-Oiga profe, le voy a dar una cogida a su novia que no olvidará. Dijo el amigo de mi novio.
Relato anterior -->
http://www.todorelatos.com/relato/129632/
Agarré mi teléfono y vi la hora, era la 1:30pm. Tenía mucho que no dormía tan tranquila.
Abrí la puerta y caminé a la cocina, en el comedor estaban mi tía y dos de sus amigas que conocía al menos de vista. Saludé. Me senté a comer mientras veía tele en la sala. Se despertaron Pablo y Pedro. Se sentaron en la mesa a comer y se escuchaban risas a todo momento. Cerca de las 2pm se fueron las amigas.
Los chavos se sentaron conmigo. Llegó mi tía.
-Estaban hablando maravillas de ustedes, chicos. –Dijo mi tía.
-La rubia tía, hacia maravillas. –Dijo Pedro.
-Ella es casada, desde hace tiempo dijo que quería probar algo diferente, nunca había sido infiel.
-Se armó buena la fiesta, tía. Gracias por invitarnos. –Dijo Pablo.
-Gracias por venir. Espero que no sea la última vez.
-Claro que no. Vendremos pronto. –Dijo Pablo y me vio.
-Traía otras cosas pero para la próxima yo me encargo de recibirlos. –Y dicho esto, todos reímos.
A las 5pm hicieron sus maletas y los despedimos.
-¿Qué tal te la pasaste anoche? –Me preguntó mi tía.
-Bien, vi al vecino. ¿Te acuerdas? –Asintió. –Lo hicimos pero ya cerré ese ciclo.
-Pensé que en cuanto vieras a Pablo, te le aventarías. –Me dijo.
-Sí, eso pensé y lo quería pero como lo dije, quería primero recuperar a mi novio y atender otros asuntos. Cuando regrese, estaré lista para él. –Le dije.
-Me da gusto escuchar lo que dices, has madurado y entendido a tu personalidad. –Me dijo. –Hoy me voy de viaje.
-¿Cuándo regresas?
-Ya no voy a regresar. –Dijo.
-¿Cómo?
-Me surgió otra oferta de trabajo. –Volteó la mirada. –Mira a ti no te mentiré. Después de tanto buscar, se me hizo conocer a uno de los jefes donde trabajo. Hemos estado saliendo y le están gustando las mamadas y sentones que le he estado dando. Él es de otro estado y me va a llevar.
-Pero ¿Por qué? Tía. Aquí estas bien, lo tienes todo.
-Hay mija, estoy grande de edad. Debo pensar en un futuro, no quiero estar sola ni ser pobre. Y él es un buen hombre.
-Tienes razón, ya no estas para pensar con quien vas a coger hoy.
-Ese es uno de mis miedos, tengo ese gusto que no se quita. Un día voy a querer salir a coger con todo el mundo. –Y reímos.
-Como quiera, para lo que se te ofrezca, ahí está mi novio. Te lo mando por paquetería. –Volvimos a tirar la carcajada.
-Olga y tú van a estar quedándose aquí. Así que cuídate mucho, no exageres y ahora con tú mamá vigilando, debes tener más cuidado.
-Y la advertencia, ¿Es solo para mí? –Dije, un poco molesta. Mi tía me abrazó.
-July, Olga no es como nosotras. Ella busca un hombre especial, lo encontró en Rafa, pero ese es tuyo y ella aún no lo entiende. Está un poco confundida. Así como yo te ayudé, ayúdala. –Me dijo.
-Pero, ¿Cómo? –Pregunté.
-Ahora que estarán solas, habla más con ella, conócela, sé una hermana mayor y una amiga al mismo tiempo. –Se levantó y se dirigió a su cuarto.
-Tía. –Le grité. –Un día, cuando te acomodes allá, nos debes invitar a Rafa y a mí, quiero un trío.
-Cuenta con ello. –Dijo guiñando el ojo y cerrando la puerta de su cuarto.
A las 6pm llegó mi mamá con mi papá y Olga, nos despedimos de mi tía y mis papás llevaron a mi tía al aeropuerto.
‘’Por algo la vida me puso a mi tía, me enseñó y me recordó quien soy. Ella más que nadie me conocía. Y gracias a ella, ahora estoy feliz con mi vida”
A las 9pm preparamos la ropa de la escuela y a las 10pm ya nos estábamos durmiendo. A partir de mañana cobraría la apuesta que tenía con Rafa.
Luego de la última aventura que tuve hasta que terminó el año (2007), mi vida no cambió mucho a como estaba hasta ese momento. Pero les escribiré un par de relatos de algunas historias que vale la pena resaltar.
Pasaron dos meses desde aquel día que mi tía se fue y nos dejó a Olga y a mí su casa. En esos dos meses, mi vida sexual fue increíble. Rafa iba dos o tres veces a la semana; en cambio, Victor, el novio de mi amiga Marcela, me atendía una vez a la semana y Miguel, el novio de mi hermana Olga, me atendía cuando iba, que era a diario.
Y claro que mi novio Rafa, también le daba su cogida a mi hermana.
Todo esto pasaba bajo mucha precaución. Mi madre nos visitaba muy seguido. En ocasiones nos llegó a encontrar a Rafa y a mí, solos en la casa, con ropa, pero a sabiendas que en cuanto se fuera, mi novio me la quitaría. Tan solo me decía que me cuidara.
Durante octubre del 2007, mi relación “amorosa” con el niño de la secundaria, se había hecho más intensa. A lo que notaba, él se había enamorado de mí. En cambio yo solo tenía en mente cogérmelo. Por otro lado, la plática mía y de Rafa, en cuanto a la apuesta, iba por buen camino.
Estas dos cosas se juntaron y será la historia que les contaré.
25 de octubre del 2007
Estaba en la cama de mi tía. A las 3am sonó un celular. No abrí los ojos para nada, solo escuché.
-Hola, Marce. –Dijo Victor.
-¿Dónde estás? Hijo de la chingada. –Oí a Marcela. Victor tenía el altavoz.
-En la casa, dormido.
-Nada más que estés con la otra, voy y me la madreo. Dime donde estas para ir ahorita a chingarmela. –Dijo Marcela. Abrí los ojos asustada.
-¿Estas borracha? –Preguntó Victor.
-Cállate y dime quien es la puta quita novios que te da las nalgas. Dime el nombre de esa pinche perra.
-¿Dónde estás? –Sentí que Victor se levantó y se empezó a vestir. Lo miré, seguía hablando. Ya no les puse atención. Salió del cuarto. Ya no pude dormir. Me quedé pensando en lo que había dicho mi amiga Marcela.
Yo era esa puta que se andaba cogiendo a su novio y que se quería chingar.
Me levanté y caminé a la cocina. Agarré un vaso de agua mientras pensaba en Marcela. Caminé al cuarto de mi hermana Olga, abrí la puerta y la vi ahí, desnuda, y Rafa, atrás de ella, desnudo, estaban en posición de cucharita, durmiendo plácidamente.
Un día antes, Olga me había pedido que si le prestaba a Rafa. Tenía dos semanas sin estar con él y accedí. Esa noche, iba a estar con mis amigas Karla y Marcela y ahí estaba Victor. Solo estuve un rato con ellas y me regresé a mi casa.
Los encontré cogiendo, y me calenté, y le hablé a Victor para que me quitara las ganas.
Victor dejó a mi amiga sola por venirse a coger conmigo y por eso Marcela pensaba que le andaba poniendo el cuerno.
Caminé a la cocina. Bebí el vaso de agua. Vi a Rafa salir del cuarto.
-Hola, amor. –Me saludó.
-Hola. –Nos dimos un beso. Los dos estábamos desnudos parados en medio de la cocina.
-Parece que te escuché hace rato gemir. –Me dijo. -¿Te estabas masturbando con los gritos de tu hermana? –Preguntó
-De hecho, esos gritos me calentaron. Y le hablé a un amigo. –Le dije.
-¿Estabas con otro hombre? –Hizo una mueca de descontento.
-Acostúmbrate, te lo dije.
-No me molesta eso, ya te dije que puedes coger con quien quieras pero no quiero verte.
-¿Qué hemos hablado? Ya es hora de que me cumplas la apuesta. –Le reproché.
-Sí, ya me dijiste que quieres que te vea mientras coges con otro.
-Y ya lo quiero.
-Está bien. Hoy estoy encendido. ¿Cómo le hacemos? –Me dijo.
-Mira, lo haremos despacio. ¿Te acuerdas del niño de la secundaria? –Asintió. –Me lo quiero coger, pero no quiero que sea al que veas conmigo. Lo traeré mañana y solo vamos a fajar y vemos que sientes. –Le dije. –No quiero que te sientas mal. A mí me gusta que te cojas a otras mujeres y también me gusta ver pero a lo mejor a ti no y no te voy a presionar. Luego de eso tú me dices que te pareció y depende de tu respuesta…
-Está bien. –Dijo.
-¿Ya te desocupaste de mi hermana?
-No, de hecho se acaba de despertar y quiere más.
-Pinche golosa. –Dije. Los dos sonreímos. Se acercó y nos besamos.
-No puedo creer, estas buenísima, amor. –Me dijo mientras se separaba y me daba una vuelta.
-Vete. Mi hermana ha de estar desesperada. –Dije empujándolo. –No se te olvide mañana. –Asintió.
Lo vi entrar al cuarto y cerrar la puerta. Dejé mi vaso en la mesa y caminé hasta el cuarto de mi tía.
Me acosté y cerré mis ojos. De pronto escuché gemidos de mi hermana y gritos. Era muy escandalosa.
Sonó el despertador. Eran las 5am. Hora de ir a la escuela. Me levanté y fui a despertar a mi hermana. En el cuarto no había nadie. Fui al baño y los escuché a los dos bañándose juntos.
Me regresé al cuarto y esperé a que salieran. Salieron y al instante se escucharon gemidos y el golpear de la cama con la pared. Fui a bañarme.
Regresé, me cambié y cuando salí, mi hermana ya estaba lista en la sala.
-Vámonos. –Me dijo con una sonrisa.
-Y ¿Rafa? –Pregunté.
-Se quedó dormido. –Me dijo y salimos de la casa.
El día empezó muy normal. A la hora del descanso estábamos las 4 amigas, Karla, Marcela, la casada y yo:
-¿Qué harán el fin de semana? –Preguntó la casada.
-El sábado aburrida en mi casa pero en la noche, acción con Victor. –Dijo Marcela. –Y domingo, carne asada en familia.
-No entiendes. –Dijo la casada. –Vas a terminar embarazada y ahí se te va a acabar todo.
-Nos cuidamos mucho…
-Pero en un descuido… -Interrumpió la casada.
-Mucho regaño. Deja que llegue ese momento, mientras sigo disfrutando. –Dijo Marcela.
-Yo saldré de paseo con mi novio y con la familia de él. –Dijo Karla.
-Y ¿Tu? July. –Me preguntó Marce, se le veía una sonrisa en su rostro.
-En mi casa con mi novio y la familia.
-Mejor ya confiesa, me intriga tanto saber si ya tuvieron relaciones. –Dijo Marcela.
-Niña, cállate. –Dijo la casada.
-No me digas que me calle. Mírala, está bien buena. ¿A poco crees que no se le antoja a su novio? –Preguntó casi riendo. –Muchos me preguntan por ti, de aquí de la Prepa. Deberías darte un acostón con uno, la verdad uno está bueno.
-Ella no es como tú. –Dijo la casada.
-Karla, ¿Tú crees que Rafa no se la ha cogido?
-Por las sonrisas que se carga, diría que sí.
A estas alturas me divertía tanto el concepto en el que me tenían. Karla ya me conocía pero mis otras dos amigas aún me creían virgen.
-La verdad es que Rafa me lo ha propuesto y si quiero hacerlo, pero no me animo. Me da miedo. –Dije con toda la timidez que pude fingir.
-¿Ves? –Le dijo Marce a la casada. –Un día saldremos Tu, Rafa, Victor y yo, te tomarás unas cervezas para que te animes y yo les pago el motel.
-Trato hecho. –Dije siguiéndole el juego mientras le guiñaba un ojo a la casada. Respiró tranquila.
-Vamos al baño. –Me invitó Karla. Caminamos. Al momento de alejarnos de nuestras amigas. –Mira. –Sacó de la bolsa dinero. –Son $20mil pesos.
-¿De dónde los sacaste? –Pregunté asustada.
-Del fin de semana que tuve. –Me dijo. –Me habló el director, fui a hacer servicio a un motel. Luego como a las 3am me subí con unos a una camioneta y resultó que uno era así como guardaespaldas de uno de los jefes y le gusté y me dio el dinero. Me dijo que en diciembre regresaría y me llevaría con él a su casa. Que no me faltaría nada…
-Ten cuidado. –Interrumpí. –La verdad es que todo eso me da muy mala espina. A mí no me gusta para nada ese ambiente.
-Mira, mientras haya dinero, yo le abro las piernas a cualquiera. –Me dijo entrando al baño.
-Solo cuídate. Esas personas son muy peligrosas.
Me hizo una seña con el dedo para que me callara. Había personas dentro del baño. Cambió de tema.
El director no me había hablado para nada desde aquella vez que fui la primera vez. Pero ya me había comentado que así serían las cosas.
Regresamos con las amigas y siguió el día. Llegó la hora de salida. Nos despedimos y caminé a mi casa.
Me cambié, me puse el short de licra, y una blusa de tirantes. Noté que mis pechos colgaban un poco. Mis pechos habían crecido pero ya me estaban colgando.
Comí junto con mi hermana y con Rafa. Platicamos de todo un poco, menos de sexo.
Mi hermana salió con unas amigas y me quedé sola con Rafa.
-¿Estás listo? –Le pregunté.
-Vamos a hacerlo. –Dijo Rafa que me comía con la mirada. –Soy muy afortunado de tener a una mujer como tú. Fácil podrías ser modelo.
-Vamos a hacerlo. –Y le di un beso. –Primero quiero que veas cuando me pongo de acuerdo con él para salir.
Le mandé un mensaje a “mi novio”:
-Hola mi amor. Quiero verte a solas.
-Yo también, estas muy bonita.
-Gracias. Hoy te puedo ver, ¿Puedes?
-Estoy en casa de un amigo, el chavo que estaba ese día con nosotros, ¿Te acuerdas? El que se fue conmigo. –Dijo.
-Oh si, ya recuerdo. Entonces ¿No puedes salir?
-Al contrario, si puedo pero sería solo con mi amigo. –Y puso una cara triste. Eso me excitó. Quería verme a solas.
-Tráelo. Lo entretenemos en otras cosas. –Le dije.
-Y ¿Qué haremos tú y yo? –Me dijo.
-Ven a tal lugar en media hora. –Le puse sin ponerle atención a su comentario.
-Es bien tierno. –Le dije a Rafa.
-Ya me di cuenta. –Me dijo. Se le notaba un poco molesto en su voz.
-Vas a meterte al cuarto de Olga, de ahí se ve todo. Tendrás la puerta semiabierta, ¿Está bien?
-Si amor.
-Bueno, vamos a acomodar todo para que no nos pesquen. –Le dije. Ya me estaba excitando solo pensar que Rafa me estaría viendo por primera vez con otro.
No me cambié para nada de ropa. Mi blusa de tirantes sin duda lo calentaría mucho. A la media hora llegaron. Tocaron la puerta.
-Adelante. –Saludé al amigo y luego abracé a “mi novio” y lo besé. No me regresó el beso. –Acomódense.
Los niños estaban muertos de la pena
-¿Qué haremos? –Preguntó mi novio que me comía con la mirada. Su amigo también me miraba y no me quitaba la vista de encima.
-Vamos a ver una película. –Les dije. Puse una de esas comedias románticas.
Me senté en medio de los dos. Inició la película, yo solo pensaba en como deshacerme del amigo y quedarme a solas con “mi novio”. Tomé la mano de “mi novio”, ni siquiera me volteó a ver. Me le acerqué un poco.
-Abrázame, amor. –Le dije. Pasó su mano por detrás y yo me recargué en su pecho. Levanté mi mirada y lo descubrí hablando a señas con su amigo. -¿Qué pasa? –Pregunté.
-Na… nada. –Dijo el otro chavo.
Mi mente pervertida se imaginó al otro chavo viéndome las nalgas en la posición en la que estaba. De pronto se me abrió una posibilidad.
Fingí que les creía y de nuevo me acomodé en el pecho de mi novio pero ahora levantando más mis nalgas. Sabía que los niños estarían viéndome.
Me levanté y le susurré al oído a mi novio:
-Vamos a besarnos. –Él asintió.
Acerqué mi boca a la de “mi novio” y se unieron en un beso tierno. Perdí la noción del tiempo imaginando que mientras me besaba uno, el otro me tocaba e instintivamente me puse en cuatro, dándole las nalgas al amigo. Estaba fascinada con lo que pasaba. Se escuchó un carraspeo de garganta. Volteé sonriendo coquetamente. El amigo ya se había sentado en el suelo.
Estaba excitadísima. Seguí con mi juego, pasé una pierna por encima de “mi novio” y me senté encima de él. Tomé sus manos, las metí por debajo de mi blusa y las puse en mis pechos.
-Masajéame despacio. –Le dije en tono fuerte.
Empecé a moverme encima de “mi novio” mientras este agarraba mis pechos y nos besábamos. Pude sentir su erección.
-Yo los dejo solos. Voy a sentarme fuera. –Dijo el otro niño, levantándose y saliendo.
Ahora sí, le iba a dar un espectáculo a Rafa. En cuanto salió el amigo, me quité la blusa y saltaron mis pechos.
-¿Te gustan?
-Sí, mucho. Son enormes.
-Son solo tuyos, bésamelos. –Y acercó su cabeza a mis pechos que empezó a besar. Pude sentir como crecía algo entre mis piernas. Su verga estaba creciendo y se sentía algo grande. –Sigue papi, sigue así. -Me bajé de encima de él y me senté a su lado. –Así puedes besar mis pechos y tocar mi panochita.
Miré al cuarto y vi a Rafa viéndonos.
-Disculpen. –Dijo el amigo. Rápido e instintivamente se quitó mi novio y yo me tapé con mis manos. –No quería interrumpirlos, vine por agua… y ya. Sigan.
-Espera. –Dije. Agarré la verga de mi novio y le dije. – ¿No te molesta si viene aquí? Es tu amigo y hay mucho para ti y para él. –Le pregunté.
-Si él quiere. –Dijo “mi novio”.
-No wey, ella es tu novia y yo no puedo hacer eso. –Dijo el amigo.
-Ven. –Me levanté dándole la mano. Me la dio. Lo jalé y nos sentamos. –Que esto sea nuestro secreto. –Agarré la mano de los dos y las puse en mis pechos. Se vieron y rápido se lanzaron a mamar mis tetas y los dos tocando mi panocha.
Ahí estaba, en el sillón con dos niños tocándome. Estaba ardiendo y de un momento a otro iba a ceder y me los iba a coger a los dos.
Vi a Rafa, y tenía su verga de fuera. Se estaba masturbando. Eso era una señal de que le estaba gustando y era un permiso para cogerme a los dos ahí mismo.
-Sigan así. –Les dije. Me estiré a agarrar las dos vergas de los dos niños. Toqué la del amigo, una de tamaño muy normal, luego sentí la de “mi novio”, esta se sentía grande, gruesa. Se las sobé por encima de su pantalón. Los dos niños se separaron y levantaron su cabeza y a los 10 segundos gimieron, señal de que se habían venido.
Los dos sonrieron y chocaron sus manos.
-Fue increíble. –Dijo el amigo. -¿Vamos a coger? –Preguntó.
-No sé tu amigo. Él manda.
-Si ella se deja, si wey. –Dijo “mi novio”.
Nos levantamos rápido los tres para quitarnos la parte de abajo de la ropa. En eso se escucha la puerta de la casa y veo entrar a mi hermana Olga.
-¡UPS! Disculpen. ¿Interrumpo algo? –Dijo en tono sarcástico viéndonos a los tres. –Ustedes sigan, yo paso a mi cuarto. –Y caminó mientras les guiñaba un ojo a los niños.
Entró a su cuarto y cerró la puerta.
Miré a mis niños, estaban desorientados.
-Es hora de que se vayan. –Les dije. –Otro día lo hacemos. –Les abrí la puerta y se fueron sin decir nada.
Me senté en el sillón aun desnuda de la parte de arriba. Pensé en lo que había pasado y en que a Rafa le había gustado verme con otro hombre. De pronto me acordé de Rafa y pensé en Olga, se había encerrado con él en el cuarto.
Me asusté cuando se abrió la puerta del cuarto y salió Olga desnuda completamente y traía a Rafa de la mano, también desnudo. Me quedé helada al verlos caminar directo a donde yo estaba.
Dándole la espalda a mi novio, se empinó y quedó a pocos centímetros de mi cara. De pronto gimió y pude ver el gesto de dolor que hizo, para luego sonreír. Yo estaba paralizada.
Empezaron a moverse, los dos gimiendo. Sentí como mi hermana levantó una de sus manos y la puso en mi cabeza, me jaló hacia ella y me besó. Yo seguía congelada. Sentí sus labios, su lengua tocar mis labios. Yo no me movía.
El beso duró cerca de 30 segundos. Luego bajó su cabeza y la guio hasta mis pechos. Sus manos, sus labios, su lengua, sus dientes jugaron con mis pezones. Yo no podía moverme.
-Vacíate dentro de mí, Rafa. –Dijo Olga. Mi novio se puso duro y vi cómo le llenaba la panocha a mi hermana de leche. Sonrió mi hermana y se dejó caer en el sillón. Rafa hizo lo mismo. -¿Qué te pareció? Hermanita. Debemos hacer un trío.
Hasta ese momento reaccioné. Me levanté y caminé hasta el cuarto de mi tía. Me encerré toda la tarde.
Estuve pensando en lo que había pasado y me di cuenta que me gustó. Grité de felicidad. Era el momento de tener un trío con mi hermana y con Rafa. Mi primer trío de verdad.
Le marqué por teléfono a Rafa.
-Te amo mucho. –Le dije. –Hoy me hiciste sentir demasiadas cosas increíbles.
-Y tú me hiciste sentir algo también increíble. Me gustó verte con alguien más. –Dijo.
-¿De verdad vas a verme coger con alguien más?
-Si amor, el sábado que viene lo haremos y es más, yo te voy a conseguir al indicado.
-Hay amor, muchas gracias por esas palabras. Mientras más pasa el tiempo, más me doy cuenta de que tú eres el amor de mi vida y contigo quiero estar para siempre.
-Yo tampoco quiero separarme de ti. –Me dijo.
-Amor, y quiero hacer un trio contigo y con Olga. –Le dije.
-¿De verdad? Amor.
-Claro, pero después de cumplir mi capricho. Y cuando lo hagamos también tendremos uno con Andrea.
-Si amor, eso me haría muy feliz.
-¿Cómo está Andy? –Le pregunté.
-Increíble. Buenísima. Tiene una nalgotas y unas piernotas hermosas. Hace ejercicio y ¡Wow!
-La quiero ver. Hace mucho que no la veo. –Le dije.
-Se la pasa en el gimnasio y aparte, coge riquísimo.
Los dos reímos. Platicamos un rato más sobre la apuesta y sobre el trío y luego nos despedimos.
Me quedé un rato acostada. Estaba feliz por lo que estaba pasando. Estaba ansiosa porque llegara el sábado para coger con otro y que mi novio me viera. Estaba ansiosa y deseosa por ver a mi mejor amiga, Andrea. Pero sobre todo, estaba ansiosa por tener algo con la niña que estaba al otro lado de mi puerta, mi hermana Olga.
Me levanté y salí del cuarto, en la sala estaba mi hermana.
-Hola. –Dije.
-Hola. –Me dijo sin dejar de ver la tele.
-Que buen espectáculo el de hace rato. –Se levantó de un brinco y me vio.
-Pero tú que no te quisiste unir. –Me dijo.
-Es que… aun no me sentía segura.
-Rafa te ama y a ti te gusta verlo coger con otras. No veo donde está el problema.
-Tú, ¿Por qué te metes con mi novio? Habiendo tantos otros, por ejemplo, Miguel, tu novio. –Le pregunté.
-Rafa me gusta, hermana. –Me dijo. –Pero no gustarme así para bajártelo.
-¿Entonces?
-Yo no soy como tú, me gustaría serlo. Pero no soy. A mí me gusta coger pero me gustaría tener solo uno de planta.
-Ahí tienes a Miguel. –Le dije.
-Exacto. El problema es que, me gusta coger pero me gusta una buena cogida, no cualquiera es bueno. –Me dijo. Me quedé callada escuchándola. –Rafa fue mi primero, eso lo sabes. Pero desde el inicio me dejó en claro que conmigo no iba a pasar nada más. Así que me conseguí un novio, Miguel.
-Y ¿Qué pasó entonces? –Pregunté.
-Pues con Miguel me he metido dos veces, pero no es bueno para coger. Rafa es diferente, es perfecto, sabe moverse, me toca muy rico, sabe hacerlo, sabe lo que quiere una mujer y te complace totalmente.
-Dímelo a mí. –Le dije.
-Exacto, tú lo conoces y con él es diferente. ¿Me equivocó?
-Lo que pasa aquí es que tú no te abres a otras personas, como tú dices, tu solo con uno. Quizá si intentaras más con Miguel, te darías cuenta de que es un buen amante. –Le dije.
-Pero no puedo. Ya tengo un amante bueno, no quiero y no puedo probar a otros.
-Te entiendo, hermana. –Le dije. La abracé. –Pero sabes que en un punto Rafa se te va a ir, esto no puede estar pasando siempre.
-Lo sé y estoy consciente de eso. He intentado meterme con otros pero no puedo. Me arrepiento.
-Está bien. Sé cómo ayudarte. –Le dije y se me ocurrió algo. –Te hace falta lo que yo tengo pero no eres así y por tu cuenta no lo harás.
-¿Cómo me ayudarás? –Me preguntó y se le mostraba interés.
-Mira, Rafa y yo estamos haciendo algo. Espera a que terminemos esto, que más o menos nos llevará una semana y luego te ayudo.
-Si hermana. Te espero. –Me dijo. Nos volvimos a abrazar.
-Por lo pronto… -Me separé y le di un pico. –Me tienes que ayudar con esto. Cada que podamos hay que practicar nuestros besos. –Mi hermana sonrió.
Me levanté. Cenamos. Vimos la tele, hicimos tarea y nos dormimos.
Viernes 26 de octubre del 2007
Nos despertamos temprano, nos cambiamos y antes de salir nos dimos un pico. Fuimos a la escuela. El día transcurrió muy normal en la escuela.
Llegamos a la casa. A las 2pm me habló Rafa.
-Hola, amor. ¿Cómo estás? –Me preguntó.
-Bien y ¿Tu? –Le dije. -¿Hoy no vendrás?
-Mejor aún, prepárate. Ya te conseguí a alguien. –Me dijo.
-¿Qué? –Dije sorprendida.
-Sí, hoy vas a coger con otro y yo te voy a ver. –Me quedé callada. -¿Qué pasa? ¿Ya te arrepentiste?
-No, al contrario. Estoy excitada. ¿Cómo será? Dime. –Le dije desesperada. Estaba temblando.
-Paso por ti como a las 5, vamos a ir a una comida y ahí conocerás a la persona.
-Me haces sufrir, mi amor.
-Te amo. A las 5pm. Arréglate. -Colgó.
Grité de la emoción.
-¡Hey! ¿Qué pasa? –Preguntó mi hermana.
-Rafa me cumplirá algo que quiero. –Le dije feliz.
-¿Qué cosa?
-Me verá coger con otro. –Grité de felicidad.
-¿Felicidades? –Me dijo.
-Claro, este es un paso enorme para ayudarte. –Le dije.
-Entonces, que bueno hermana. –Nos dimos un pico. Nos vimos y nos besamos.
Nuestros labios se unieron, nuestras lenguas jugaban entre ellas. A los 30 segundos la empujé para acostarla en el sillón. Me puse encima de ella, seguíamos besándonos.
Me separé y nos vimos. Sonreímos. Nos volvimos a dar un pico.
-Bueno, me voy a arreglar. –Le dije mientras me levantaba. Tenía un poco de pena.
-Está bien. –No dijo nada más.
Me metí a bañar y me fui a cambiar. Agarré una minifalda que llegaba un poco arriba de las rodillas. Me puse una blusa con un escote. Agarré un brassier y levanté lo más que pude mis pechos. Que no dejaran nada a la imaginación y así quedaron. Me puse una tanga y pensé si me ponía short o no. Al final si me puse. Y unos tacones negros. Me maquillé y me vi en el espejo.
La persona que me viera sin duda estaría ansioso por comerme. Lo estaría haciendo sufrir en todo momento. Escuché el auto de Rafa y que entró.
A las 5:20pm salí del cuarto.
-¡Wow! –Dijo Rafa. Me agarró de la mano y me dio una vuelta. –Te ves…
-¿Cómo una puta? –Dije interrumpiéndolo.
-Eres una puta pero lo que estoy viendo es… eres un sueño, mi amor.
-Y a esta modelo, que es tu novia, se la vas a llevar a otro hombre para que me coja.
-En cuanto te vea, va a morir de un infarto. –Me dijo. –Vámonos.
Nos despedimos de mi hermana y salimos.
-¿A dónde vamos? –pregunté.
-Vamos a la casa de uno de mis compañeros de trabajo. –Me dijo.
-¿Me vas a poner a un profe? ¿Compañero tuyo? –Dije sorprendida. -¿No te incomoda?
-Mi amor, él… De rato platicamos de eso. Tú dedícate a disfrutar. -Fuimos hablando en el camino de su trabajo y las cosas que hacía. Llegamos a una casa. –Llegamos. –Dijo.
Bajamos y fuera, en el patio estaba una persona, de algunos 45 años, ni muy guapo ni muy feo. Estaba enciendo el carbón.
-Adelante, buenas tardes. –Nos dijo. –Pasen, ahí está mi mujer.
-Ella es mi novia, Julia. –Me presentó.
-Un gusto. –Me dijo dándome la mano. Pude notar que me comía con la mirada.
Nos metimos a la casa.
-Amor, ¿Es él? –Pregunté. Asintió. De pronto me sentí nerviosa. Estaba tan cerca de cumplir uno de mis deseos y los nervios me llegaron.
-Hola. –Dijo la esposa. Al igual que el profe, no era ni muy bonita ni muy fea y estaba más o menos de cuerpo. –Ellos son mis hijos.
Los conocimos. Una niña más grande de edad que yo, muy guapa y muy buena. El niño, de mi edad, no estaba nada feo y una niña chiquita de algunos 12 años, igual muy bonita.
Mi novio salió con el profe y yo me quedé con la esposa. Era un ambiente muy diferente al que yo me imaginé. Me dio pena estar vestida de esa manera con una familia. No me quedó más que sentarme y taparme.
Empecé a platicar con la señora. Me preguntaba cosas sobre a que me dedicaba y cosas así.
Vi que Rafa entró y me habló. Salí.
-Oye, ¿Por qué no me dijiste que veníamos a casa de una familia? Yo me imaginaba que íbamos a un motel y allá nos estaría esperando la persona. –Le reclamé.
-No te preocupes, ellos no lo ven mal. –Me dijo en tono tranquilo. –Al profe le gustaste. Pero ¿A quién no le gustarías?
-Cállate. Mejor dime que está pasando.
-Ahorita te explico. Tú sigue normal –Me dijo. Y se fue de nuevo con el profe.
Yo entré a la casa. A la hora, el profe y Rafa, entraron a la casa con toda la comida. Nos sentamos a comer en la mesa. Todo parecía muy normal. Yo no estaba muy cómoda. Agarré una cerveza y me la tomé para relajarme.
Como a las 7:30pm:
-Bueno, ahorita regresamos. –Dijo la señora. –Vamos con mi mamá.
Se despidieron los 3 niños y la señora y se fueron. Nos quedamos el profe, Rafa y yo, en la mesa. Callados.
-¿Cómo estás? –Me preguntó Rafa.
-No entiendo nada. –Le dije susurrando.
-Nosotros somos como ustedes. –Dijo el profe. Me asusté cuando habló. –Sí, somos una pareja abierta de mente. Nos gusta el sexo y somos así desde que nos conocimos. –Tomó cerveza y siguió hablando. –Aquí, el profesor, tu novio, ya estuvo con mi esposa con mi permiso. Y a lo largo de nuestra vida, hemos estado con muchas parejas de todo el país. Hacemos intercambios, tríos, orgias, disfrutamos del sexo.
Estaba escuchando todo atentamente y me quedé sin palabras.
-Amor. –Dijo Rafa. –No eres la única a la que le gusta el sexo y le gusta ver o intercambiar a su pareja.
-No, Julia. –Dijo el profe. –Te sorprendería la cantidad enorme de gente que hay simplemente en la ciudad.
-Entonces, ¿a usted no le molesta para nada que mi novio se meta con su esposa? –Hablé por primera vez.
-Si a mi mujer le gusta, la apoyo. –Dijo.
-¿Ves? Y tú enojándote porque yo quiero que tú seas así. –Le dije dándole un codazo en el estómago. Todos sonreímos.
-Pensé que estarías poniendo atención a lo que te dijo el profe. –Dijo Rafa.
-Claro que le puse atención. Pero eso no cambia el hecho de que tú no quieres.
-Aquí estamos, amor. Te traje con el profe. Me dijiste que querías empezar despacio, que mejor con una persona de confianza. –Dijo y agarró su cerveza.
Bebí lo que quedaba de cerveza y me levanté. Caminé hasta el otro lado de la mesa donde estaba el profe. Me puse a su lado, pasé mi mano por su lado y él me abrazó por la cintura.
-Me imagino que por eso se fue su esposa, para llevarse a sus hijos. –Le dije.
-Exacto. Ya habíamos hablado de esto. –Puso su mano en mis nalgas y las apretó. –Deje le digo algo profe. –Le habló a Rafa. –En mi vida he estado con muchas mujeres, jóvenes y maduras. –Levantó su otra mano y me agarró los pechos. –Cuando tenía 30 años, fuimos a una playa al sur del país. Ahí conocimos a una pareja Colombiana de 25 años. –Rafa asintió. No perdía detalle de cómo me estaba tocando su compañero de trabajo. –La muchacha trabajaba de modelo en su país, te imaginarás que fue lo que me comí.
-Según, las latinas tienen un culote enorme.
-Estaba buenísima y me exprimió. –Dijo. Seguía tocándome. –Hace 10 años fuimos a España, allí conocimos a una Argentina que también andaba de paseo. Buenísima la puta.
-Y ¿Qué tal para coger? –Pregunté. Mis manos estaban en sus hombros.
-La mejor. –Dijo el profe. Metió una mano por debajo de mi blusa y tocó mis pechos. –Pero profe, esta mujer que usted tiene, merece estar en mi top diez.
-¿Tanto así? –Preguntó Rafa sorprendido. Asintió.
-¿Qué edad tienes? –Me preguntó.
-17. –Respondí.
-Hace mucho que no me como algo menor de 18. –Dijo. Seguía tocando mis pechos. –La última vez fue cuando tenía 30 años. Una chavita de la secundaria. En un viaje de fin de cursos. –Dijo. –Por cierto profe, ¿Si te echaste a la niña? –Le preguntó a Rafa.
-Si profe.
-Está bien chichonsilla. –Dijo.
-Pues deje le digo que también me eché a la maestra. –Dijo Rafa y tomó de su cerveza.
-¿En serio? Profe. Lo felicito. Muchos profes lo intentaron por muchos años pero con ninguno aflojó. Ese culote que tiene a todos se les antoja.
-Y si viera las cosas que hace con ese culo… -Dijo mi novio.
-Mis respeto profe. –Dijo el profe. Seguía tocándome.
-Ustedes hablando mucho de alumnas y maestras. ¿Es muy fácil cogerse a una alumna o una maestra? –Pregunté.
-Es el trabajo donde se consigue más fácil una mujer. La mayoría de las maestras están solas y las alumnas nada más hay que buscar bien para que no te metas en problemas. ¿Cuántas alumnas llevas? –Le preguntó a mi novio.
-3.
-Fácil me he cogido a unas 50. –Dijo el profe.
Toda esa plática me estaba calentando.
-Bueno, es hora de empezar. –Dije. Bajé una de mis manos por todo el pecho del profe. Me incliné un poco para tocar su verga. Lo vi mientras se la sobaba. El profe tocó mis nalgas y nos besamos. Fue un beso largo. Sentí como su verga crecía dentro de su pantalón.
Nos dejamos de besar y nos vimos. Me levanté y lo agarré de la mano. Lo llevé a la sala. Vi a Rafa, no perdía detalle.
Le desabroché el pantalón y se lo bajé con todo y ropa interior. Saltó una verga del tamaño más o menos de la de Rafa. Lo senté en el sillón y me puse de rodillas para luego, empezar a mamarle su verga.
-Profe, su novia tiene una boquita muy calientita. –Dijo.
Rafa no respondió. Me lo imaginé viéndome sin perderse nada. Sentí como mi short se mojaba. Estaba mamándole la verga a otra persona y mi novio me estaba viendo. Me saqué la verga de la boca y empecé a masturbarlo.
-Amor, ¿Te gusta cómo le mamo la verga a tu amigo? –Dije en tono coqueto y lo miraba.
-Claro amor. –Respondió.
-Entonces, sácate la verga y mastúrbate. Quiero ver eso. –Le dije. Rafa se levantó, se bajó su pantalón y saltó su verga ya erecta. Se volvió a sentar y se empezó a masturbar.
Le sonreí y de nuevo me metí la verga del profe a la boca.
El amigo de mi novio, acariciaba mi nuca mientras le mamaba la verga. Yo estaba empinada, mostrándole mi culo, tapado con el short a mi novio. El profe se inclinó un poco y sentí una de sus manos en mis nalgas. Las empezó a acariciar.
-Oiga profe, le voy a dar una cogida a su novia que no olvidará. –Dijo el amigo de mi novio.
-De eso se trata. –Dije mientras me sacaba la verga y me levantaba. –Amor, ven muéstrale al profe la novia que tienes y lo que se va a comer. –Le dije a Rafa mientras le hacia una seña para que me desnudara.
Rafa se levantó, se acomodó su pantalón y caminó hasta donde yo estaba. Nos besamos. Mientras lo hacíamos, me apretaba fuerte las nalgas.
-Eres una puta. –Me dijo Rafa.
-Soy tu puta. –Le dije. Nos volvimos a besar. Me quitó la blusa y mi minifalda. Quedé en tacones, con mi short y en brassier. Caminé directo al profe. –Profesor, quíteme el brassier.
-Será un honor. –Me dijo. Abrió con gran habilidad mi brassier y cayó. Mis pechos enormes también cayeron. –Profesor, lo envidio. ¿Qué cosas no habrá hecho usted con estas tetas?
-No solo mi novio ha disfrutado de estas tetas. –Le dije mientras me agachaba a darle un beso.
Me jaló y me sentó encima de él. Con desesperación se empezó a comer mis pechos. Me mordía uno, luego el otro. Los lamia, los apretaba con las manos. Estaba disfrutando de esas caricias.
-Rafa. –Le dije entre gemidos. –Quítate el pantalón y siéntate aquí a lado. –Le dije. Al instante sentí como mi novio se acomodó. Lo vi. -¿Te gusta lo que ves? ¿Te gusta como tu amigo me está manoseando?
-Si mi amor. –Me dijo Rafa.
-Profe, mame mi panocha. –Le dije mientras me levantaba.
Me recosté en las piernas de mi novio. El profe se desvistió y levantó mis piernas para quitarme el short.
-Mmmm tanguita. –Dijo el profe.
-No me la quite, solo hágamela a un lado. –Le dije y recordé tantas escenas porno.
Sentí su lengua tocar mi rajita y solté un gemido. Instintivamente agarré la verga de mi novio y me la metí a la boca. En cuanto me imaginé la escena, solté chorros de líquidos.
-Me gustan las mujeres como tú. –Dijo el profe. –Que usan su imaginación. –Y volvió a meter su lengua.
Aquella escena duró 5 minutos. Me veía acostada boca arriba abierta de piernas, mientras el amigo de mi novio me comía la panochita y yo le mamaba la verga a mi novio. No quería que ese momento terminara nunca. Estaba más que feliz.
-Levántate. –Me dijo el profe. Levanté la mirada y vi que se estaba poniendo un condón.
-¿Qué hago? –Pregunté.
-Parada, empínate frente a tu novio y mámasela. –Me dijo. Eso hice, me incliné lo más que pude e incluso flexioné un poco mis rodillas para alcanzar.
Volví a meterme la verga de mi novio. Sentí las manos del profe en mis nalgas, las agarraba y las apretaba. Me daba nalgadas.
-No me hagas sufrir, profe. -Le dije mientras me sacaba la verga de la boca. -Ya métemela. -Y volteé a ver. Tenía esa sonrisa de lujuria que tanto me gustaba ver en un hombre.
De nuevo me metí a la boca la verga de mi novio.
Sentí las manos del profe abrir mis nalgas para luego poner su verga en la entrada de mi panocha. Mi corazón latió de prisa; tenía una verga en mi boca y otra a punto de entrar en mi panocha. Solo eso me hizo tener un orgasmo. Me sentí sin fuerza. El profe me agarró de las nalgas para no caerme.
-Profe, su vieja me sorprende cada vez mas. ¿No me dijo que era bien puta? -Dijo el amigo de Rafa.
-¿Porque lo dice? -Preguntó Rafa.
-Porque apenas la toco y se viene bien rico.
-Soy bien puta y me encanta la verga. -Le dije y vi a Rafa, luego giré mi cabeza para verlo y sonreírle. -Ya déjate de cosas y métemela.
El profe me sonrió. De nuevo me volteé y me metí la verga de mi novio a la boca. Sentí como resbaló el pito del profe en mi panocha. Estaba muy lubricada. Solté un gemido. Mi novio me levantó la cabeza y nos besamos.
Mi cabeza golpeaba con la de Rafa por los movimientos del profe en cada embestida. Al minuto tuve otro orgasmo. Aflojé mas mi cuerpo. El profe me sostuvo de mi estómago, se movió con mas fuerza.
-¡Hay! ¡Hay! ¡Mas! ¡Mas! Mas fuerte. Deme nalgadas. -Le decía entre gemidos. -Amor... ¿Te gusta ver como me coge otra persona? ¿Te gusta ver como disfruto? -Tomé su verga en mis manos y lo masturbé.
-Si putita. -Dijo Rafa. De nuevo nos besamos.
Estaba cansada en esa posición. El profe no se cansaba. Llevaba casi los 5 minutos embistiéndome y no parecía que quisiera detenerse.
-¡Wow! Que bueno es para coger. -Le dije.
-Y lo que falta. -Me dijo.
-Estoy ansiosa por averiguarlo. Amor. ¿Me haces un favor?
-Dime. -Dijo Rafa.
-Cárgame a la cama del profe. Llévame. -Le dije mientras me detenía y me salía del profe. -Prepara a tu puta para tú amigo.
El profe se separó y Rafa se levantó. Yo estaba muy chica y no pesaba tanto. Rafa iba al gimnasio así que pudo levantarme fácilmente.
-Profe, ¿Dónde está su recamara? -Preguntó Rafa.
-Los guío. -Dijo el profe y caminó.
Avanzamos y pasamos por tres puertas. Llegamos a donde entró el profe.
Yo iba abrazada del cuello de mi novio. Lo miraba. Estaba feliz y excitado.
-Te amo. -Le dije. Me sonrió. Me dejó caer en la cama. -¿Aquí te cogiste a la esposa del profe? -Le pregunté a mi novio. Asintió. Abrí y levanté mis piernas. -Ven profe.
El profe se subió a la cama, agarró mis piernas y me la metió. Empezó a bombearme fuerte y rápido. Era un buen amante. Se inclinó hacia mi y empezó a mamar mis tetas. Miré a Rafa y este no nos quitaba la vista de encima y empezó a masturbarse. La escena duró mas de 10 minutos. Tuve dos orgasmos. El profe sabía acomodarme de todas las maneras posibles.
-¿Que tal te mueves arribas? -Me preguntó el profe.
-Pensé que no me lo pediría. -Le respondí.
El profe se acostó. Yo me puse encima de él. Rafa ya se había acomodado en un sillón, no perdía detalle.
Me clavé y estuve 10 segundos clavada sin moverme. El profe me tomó de los pechos. Los apretó. Me calentó. Empecé a moverme. Al inicio me movía de forma exagerada para que mis pechos saltaran.
-Que increíble escena. -Dijo el profe que se movía a mi ritmo.
-Deténgase. -Le dije.
Me incliné un poco y empecé a mover mis caderas para clavarme. No tenía practica en este movimiento pero me esforcé para hacerlo bien. El profe me había estado cogiendo tan bien que no quería quedarle mal.
Moví mis caderas lo mas rápido que pude. Agarré un buen ritmo y no quería soltarlo.
-Rico. Rico. Mas. -Decía el profe. -Hacia mucho que no me lo hacían así. -Yo no dije nada. Estaba apunto de alcanzar otro orgasmo y no podía parar.
Y luego de 5 minutos de moverme así, me llegó otro orgasmo. Me dejé caer encima del profe. Sonreí.
-Deme leche. -Le susurré como pude. Me giró y me tiró en la cama. Se puso encima de mi apuntando su verga a mi cara. -Amor, tu también dame tu lechita. -Le dije a Rafa.
Se levantó y se puso a un lado de mi apuntando su verga a mi cara. Vi a mis dos hombres masturbarse. Tenían una cara de excitación. Me encantaba esa cara. Me había cogido otra persona frente a mi novio y éste lo había aceptado e incluso estaba participando en el final.
Sonreí satisfecha. Cerré mis ojos y levanté un poco mi cabeza, esperando mi premio. Al minuto sentí mojado y caliento en mi cara. Un chorro, dos chorros, tres... No paraban...
Alcancé a escuchar:
-Profe Rafa, lo admiro por dar este gran paso.
-Profe, con sus platicas y consejos usted me animó. Yo le agradezco primero por su esposa y luego por esto.
-Queda pendiente el trío que quiere mi esposa con usted y con su novia.
-Claro, ¿Cuándo podría...?
Y me dormí. Caí rendida. El sol me despertó. Abrí mis ojos. Tardé en reconocer el lugar. Estaba en la casa de mi tía, en su recámara. Me vi y estaba vestida con la ropa con la que había salido. Mientras me despertaba busqué un reloj. Agarré mi teléfono, era casi la 1pm. Me levanté y salí del cuarto.
Caminé a la sala y luego a la cocina y ahí estaban Rafa y Olga, comiendo.
-Siéntate, amor. -Me dijo Rafa. -¿Quieres de comer? -Asentí.
“¿Fue un sueño? ¿Imaginé lo que pasó?”
, pensé. Pensamiento que al instante me fue respondido.
-¿Como te fue anoche? -Me preguntó Olga. La miré y tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Luego miré a Rafa que me miraba intrigado. Se hizo el silencio. Luego de unos segundos:
-¡Increíble! -Respondí. Y los tres sonreímos y gritamos en forma de festejo.
Mientras comíamos, les platiqué todo lo que pasó y lo que sentí. Olga me preguntaba muchas cosas. Rafa también compartía sus sentimientos. Estuvimos cerca de dos horas platicando sobre el asunto hasta que nos levantamos. Teníamos que ir a la casa de mis papás. Olga tenía las maletas preparadas y fue por ellas al cuarto. Yo me metí a bañar y luego entré al cuarto de mi tía a vestirme. Entró Rafa detrás de mi. Lo vi y corrí a abrazarlo.
-Te amo Rafa. -Le dije.
-Y yo te amo a ti, Julia. -Me dijo. Nos besamos. La toalla cayó al piso. Rafa rápidamente se agachó a besarme las tetas y a meter sus dedos en mi panocha.
-Amor, amor. Detente. -Le dije.
-¿Que pasa? ¿No quieres?
-Claro que quiero amor. -Le respondí.
-Entonces vamos a hacerlo.
-Tengo una mejor idea. -Le dije y me agaché a recoger la toalla. -Quiero que te vayas de una vez y te arregles y descanses un par de horas. -Le di un pico. -Quiero que le mandes un mensaje a Andrea y dile que salga con nosotros. -Le di otro pico. -Porque esta noche, vamos a tener un trío, tu, Andy y yo...
Vi el rostro de mi novio Rafa y sonrío. No me dijo nada. Salió del cuarto corriendo.
Me vi en el espejo desnuda.
-Estoy lista para enfrentarme a Andy.
Continuará.