Mi novio no aguanta sin follarme

Sustituyendo el sexo por el estudio

Mi novio Jake y yo habíamos tenido nuestra primera noche de sexo hace 4 meses, pero después de aquella se sucedieron muchas más. Una de ellas fue en una tarde.

Yo estaba estudiando para la universidad y el estaba hablando con sus amigos sobre películas con el ordenador. Yo tenía examen dos días después, y estudiaba tan locamente que apenas note que Jake había dejado el ordenador sobre el sofá y se había colocado detrás de mi y había empezado a besarme la cara. Intenté mantenerme tensa en señal de que no le iba a responder, que aquel no era precisamente el momento de devorarme pero hizo caso omiso a mis indicaciones.  A regañadientes me giré y me encontré de cara con sus labios. Me metió la lengua hasta el fondo y yo respondí al beso ya más animada:

  • Cari, se que tu examen es importante, pero necesito follarte ahora.

-Está bien, pero mañana me dejarás estudiar el día entero -dije entre jadeos, pues su mano se encontraba por encima de mis shorts ya tocándome. Me dedicó una sonrisa y me tiró sobre la mesa. Empezó besándome el cuello y bajó hasta la camiseta:

  • La cami te sobra- y tirándome de los tirantes me la subió- no llevas sujetador perra, tú vas buscando guerra.

Dicho eso comenzó a besarme las tetas, mordiéndome los pezones y tirando suavemente de ellas. Me las dejó babeadas y volvió a subir a mi boca. Me recogió el pelo con la mano y me incorporó tirándome de él. Me levantó de la silla y acto seguido me puso contra la pared de espaldas. Me bajó los shorts poco a poco dejando mis duras nalgas al aire hasta que los dejó caer. Se agachó y me besó ambas. Seguidamente me levantó el tanga y aprovechando mi humedad comenzó a comerme todo el coño sin piedad. Sus dedos entraban y salían de mis dos agujeros mientras que su lengua jugaba con mi clítoris arrancándome gritos de placer. Entonces se levantó y se bajó los pantalones dejando al aire su boxer que estaba a punto de reventar. La tenía más dura que mis pezones. Le quité el boxer con la boca mirándole a los ojos y me hice con la posesión de su pene. Le di primero pequeños lametones y luego me la metí en la boca mientras manoseaba sus huevos. Sus gemidos me excitaban más de lo que ya estaba. Jake me cogió la cabeza y me la metió entera en la boca hasta la garganta, provocándome toses de lo grande que era. Cuando se me escaparon unas lágrimas de los ojos me soltó y tragué una gran bocanada de aire:

-Zorra, ponte a cuatro y abre bien tu estrecho coñito.

Sus palabras me excitaron y obedecí con rapidez. Me fui al sofá, aparé el ordenador y apoyé la cabeza y las tetas sobre el mismo dejando así mi culo en pompa, listo para la faena. Me agarró de la cintura, se puso un condón y comenzó a penetrarme lento. Cuando ya me había acomodado a su ritmo comenzó a metérmela cada vez más rápido, hasta que llegó a un ritmo que me hizo soltar mi primer orgasmo. Una sensación de placer infinito me recorrió entera:

-Así me gusta putilla, corriéndote con mis embestidas.

Me cambió de posición, me dejó a mí encima y le cabalgué como si de un caballo se tratara. Movía mis caderas rápido, botando sobre él, mientras este me miraba las tetas que botaban acompasadas a mis botes. Levantó una de sus manos y me manoseo una de ellas, entonces se incorporó y me las besó, turnando su lengua entre las dos. Advirtió mi cansancio y cogió el relevo. Sus embestidas eran más duras que las mías y me hicieron pasar de gemidos a gritos una vez más. Me tiré sobre él mientras me besaba y me hico levantarme para hacer de nuevo lo mismo con mis tetas, mientras que con su otra mano me metía un dedo por el ano. Así hizo que llegara mi segundo orgasmo más potente incluso que el anterior:

-Que putita, ¿te gusta lo qué te hago?

-Mmmm siiiii, no pares, dame más duro!!

-Te voy a dar, pero por el ano, perra.

Dicho eso me incorporó, me puso otra vez a cuatro y empezó a dilatarme el ano con mis jugos, que salían a chorros, hasta que me la consiguió meter. Ahí si que sentí dolor al principio, mucho dolor, pues además sus enbestidas eran fuertes y de vez en cuando me pegaba en las nalgas. Pero el dolor se volvió placer y los gritos cambiaron a ser más placenteros:

-Me voy a correr.

-Que sea en mi cara!!

-Sí, en la cara de perra que tienes, y me la sacó, se quitó el condón y yo pegándole pequeños lametones conseguí una gran corrida que aterrizó sobre mi cara y mis pechos:

-¿Te ha gustado?

-Sí, muchooo -dije lamiéndome los restos de la corrida.

-Pues ahora al baño, ya te lo preparo yo.

Sonriendo se fue hacia el baño mientras yo me quitaba los restos de la corrida con los dedos y me los llevaba a la boca:

-Y está, ven!

Me levanté y me fui directa:

-Métete en el agua y relájate, yo te limpiaré.

Y eso mismo hice. Apenas tuve que mover un solo músculo, pues el me levantaba los brazos y las piernas. Se entretenía especialmente cuando llegaba al culo y a mi vagina. De vez en cuando me metía dos dedos y se reía.

Así acabó la noche. Yo aprobé el examen con un 9,2 gracias a aquella noche que me dio más fuerzas para estudiar.

Si os ha gustado decídmelo en los comentarios, y si queréis contactar conmigo para contarme experiencias o intrigas a este correo:

lucia_perezgonzalez@hotmail.com