Mi novio, mi Amo…Su amigo, mi Sumiso (1)

Primer capitulo de una historia de dominacion y sumision. espero les guste.

Hace un tiempo que salgo con Nicolás, y hace poco que se convirtió en mi Amo. Nos gusta pasar ratos como pareja, pero también disfrutamos de las sesiones de Dominación y sumisión. Pero algo había cambiado. Su amigo, Jonathan, comenzó a atraerme. Me dije a mi misma que se me iba a pasar, pero no fue así. Cada vez me gustaba más. Y un día no aguante mas, le pedí verlo en mi casa. Me pongo una camiseta de tirantes blanca, que se me pega al cuerpo y deja que se noten mis pezones ya que no llevo sujetador; me pongo unas braguitas de encaje negras y una pollerita de jean que al agacharme dejan ver mis nalgas.

Tocan el timbre y voy a abrir. Lo veo allí parado, de espaldas a la puerta. Se gira y al verme su mirada se dirige a mis pechos. Me saluda y entramos. Pasamos a mi habitación y trabo la puerta. me acerco a él y lo beso. Se queda quieto por la sorpresa, pero pronto me toma por las caderas y me acompaña en el beso. Lo empuje y cayó sobre mi cama. Busque en un cajón y encontré unas esposas que usamos con Nicolás. Cuando me giro, Jonathan estaba solo en bóxer. Le espose las manos a la espalda y libere su polla semi-erecta, y comencé a mamársela. Sus gemidos me calentaban mucho y comencé a darme dedo. Me aparte de golpe y comencé a desvestirme lentamente. Su mirada se quedo clavada en mis pechos cuando los deje libre. Seguí hasta quedarme desnuda frente a él.

Me acerque y continué mamándosela. Sus gemidos llenaban la habitación, y continué torturándolo lentamente con mi boca. Lamia toda la polla, desde la base hasta la punta; pasaba mi lengua sobre su cabeza haciendo movimientos circulares; me metí la polla lo más adentro que pude hasta que sentí una leve arcada. Comencé a subir y bajar sobre su polla, y marque un ritmo un poco más rápido. Me frene cuando sentí su corrida aproximándose, y me acomode sobre él. Con la mano izquierda sostuve su polla y me baje sobre esta despacio, sintiendo como me llenaba. Me quede quieta durante unos momentos, acostumbrándome a la sensación de aquella polla dura dentro de mi coño. Empecé a subir despacio y cuando solo la punta quedó dentro, baje con fuerza, logrando que él soltara un gemido que me excito mucho. Repetí eso una y otra vez, hasta que a la cuarta vez sentí como él se corría dentro de mí y me llenaba el coño con su semen. Me levante con mucho cuidado y lo observe con una sonrisa. Le quite las esposas y se restregó las muñecas. Sentía como su leche me bajaba despacio por los muslos. Recogí un poco con mis dedos y los lamí, probando su sabor. Lo vi mirándome, y volví a juntar un poco de su corrida con mis dedos y volví a lamerlos. Comenzó a masturbarse mientras veía como me comía todo lo que se escurría por mis muslos de su corrida. Cuando termine me gire a buscar algo dentro de mi armario. Saque unas sogas y un flogger de 16 tiras blanco, un regalo de mi novio y Amo. Cuando vio lo que tenía en mis manos dejo de masturbarse y me miro sorprendido y asustado. Deje las cosas a un costado en la cama y me senté a su lado.

-Jonathan, tu sabes que soy la novia de tu amigo, pero soy más que eso, yo soy su sumisa. –sus ojos cafés me escrutaban, como si buscaran en mi algo más, algo que no estuviese diciendo. Continué para despejar el miedo que aun era notable en su expresión.- con Nicolás disfrutamos de este tipo de relación, y hace tiempo que las cosas con él se volvieron más interesantes. Creía que tal vez podría mostrarte algo sobre eso y así luego decidirías aceptar o rechazar ser mi sumiso. Pero esto debe ser con tu consentimiento, no hare nada que pueda lastimarte ni nada que no quieras hacer.

Parecía estar pensándolo, y luego bajo la mirada hacia mis manos. Su voz era solo un susurro cuando me dijo

-yo…yo ya he sido antes…yo hace tiempo soy sumiso, y si, si quiero que seas mi Ama.

Me quede mirándola sorprendida, jamás me lo hubiese imaginado. Tome su barbilla y alce su cabeza para que me mire a los ojos. Le dedique una tierna sonrisa y lo bese lentamente. Respondió mi beso, siguiendo mi ritmo, esperando por algo, aunque no entendía bien qué, y luego comprendí que esperaba una orden que seguir. Corte de golpe el beso y le pedí que me besara a su gusto. Me observo unos instantes y luego se lanzo sobre mi boca con sus labios. Me devoraba e invadía mi boca con su lengua, entrelazándola con la mía. Una de sus manos me acariciaba la mejilla, y la otra subía y bajaba por mis caderas. Estaba tan excitada, que me deje hacer un rato, hasta que puse mis manos sobre su pecho y empuje solo un poco. Lo entendió y se separo de mí al instante. Bajo la mirada y espero a que le dijera algo. Lo mire y volví a sonreír, me hacia acordar a mi cuando recién comenzaba a ser sumisa. Le dije que quería que me follara en la posición que él quisiera. Sus ojos se clavaron en los míos, y durante unos minutos el mundo entero desapareció, solo sus ojos y los míos conectados, el tiempo pasando lento, y ambos reaccionando igual. Sonrió tímidamente y me dijo que le gustaba en cuatro. Me di vuelta y me acomode. Una de sus manos me acaricio el culo y me estremecí. Retiro su mano y me pidió perdón. Al parecer su anterior Ama lo disciplinaba demasiado o lo trataba como a un esclavo, no es normal en un sumiso pedir perdón cuando su Amo no expresa incomodidad o le remarca un error; supongo debería de ayudarlo a ser un sumiso.

Le pedí que siguiera, que solo me sorprendió ya que su mano estaba algo fría. Siguió masajeando mi culo, pero pronto comprendí que así no iríamos muy bien, ya que él necesitaba seguir ordenes. Le dije que me masturbara despacio, y cuando sentí sus dedos deslizándose arriba y abajo por mi húmedo coño una descarga eléctrica me recorrió e hizo que me excitara más. Me masturbaba despacio y eso me enloquecía. Le pedí que me penetrara, y entonces sentí la punta de su polla apoyarse en la entrada de mi coño. Comenzó a empujar y sentí como entraba fácilmente. Llego hasta el fondo y se quedo allí unos segundos, y luego comenzó a moverse. La sacaba hasta dejar solo la punta dentro y luego empujaba fuerte hasta llegar lo más adentro que podía. Me deje llevar por él, y poco a poco mi orgasmo se acercaba. Sentía una ola de calor y placer crecer dentro de mí, y le pedí que me follara más rápido. Aumento la intensidad y en pocos minuetos me penetraba frenéticamente, ambos buscando aquel orgasmo. Sentí como llegaba hasta ese punto sin retorno, y de repente sentí como el orgasmo se desataba, quemándome por dentro y partiéndome al medio. Jamás había tenido un orgasmo así, tan delicioso y tan intenso. Él seguía entrando y saliendo de mi, hasta que me penetro hasta el fondo y se quedo quieto, sentí como me llenaba con su corrida, tan abundante y que cuando se aparto de mi comenzó a escurrirse por mis muslos. Nos quedamos allí, tumbados en mi cama, tratando de recuperar el aliento y normalizar las respiraciones. Nuestros jadeos eran el único ruido que se escuchaba allí. Le pedí que se quedara así, que durmiera conmigo, y lo hizo. Retiramos la colcha y nos acostamos y tapamos nuestros cuerpos desnudos. Se puso boca arriba y yo aproveche para apoyar mi cabeza sobre su pecho y pasar mi brazo por encima de su cuerpo. Me dormí así, abrazada a él.

Me desperté al escuchar un ruido. Abrí mis ojos y vi a Jonathan acomodando mi habitación. Me senté en la cama sin hacer ruido y lo observe un rato con una sonrisa en mis labios. Cuando se giro y me vio bajo la vista de inmediato. Tengo mucho trabajo que hacer con él. Aunque me gustaría volver a echarme un polvo como el de ayer, hay mucho por hacer hoy y el tiempo del día no me alcanzara. Me acerco a él y le levanto la cabeza.

-gracias por ordenar mi habitación.

Lo beso en los labios despacito y me aparto. Le pido que busque su ropa y me busque algo para mi, que vamos a darnos una ducha juntos. Le alcanzo una bata que tengo para que se la ponga y yo me quedo con la otra. Caminamos por el pasillo y entramos en el baño. Abro la ducha y compruebo el agua. Le pido que se meta primero y obedece. Entro detrás de él y comienzo a pasarle la esponja con jabón por su cuerpo. Me detiene y me quita la esponja de las manos. Me mira y dejo que me pase la esponja por el cuerpo. Cuando termina nos lavamos el jabón del cuerpo y le pido que salga y se envuelva con una toalla. Cuando lo hace cierro el grifo del agua y le pido que me pase otra a mí. Me envuelvo con la toalla. Salimos y volvemos a mi cuarto. Le pido que se cambie y lo hace. Cuando termina le pido que me vista a mí, y veo que se pone nervioso. Se acerca y me abrocha mi sujetador celeste, me sube las braguitas blancas y luego me fijo que ha elegido una camisa rosada y un pantalón de jean oscuro ajustado hasta las rodillas y sueltos hacia los pies. Me lo pone y me miro en el espejo, me queda hermoso. Le pido que espere allí mientras yo bajo a buscar algo para comer en la cocina. Vuelvo con una bandeja con dos cafés con leche y unas medialunas. Cuando terminamos le dije cuales eran mis planes para ese día.

-vamos a ir a un par de lugares a comprar cosas para los dos. También necesito buscar algunas cositas por casa de mi novio. Por último tengo que hacer las compras.

Asintió y salimos de casa directo a unas tiendas de ropa. Yo tenía una fiesta dentro de poco y necesitaba ropa. Compre un vestido rojo sin tirantes y ajustado. Caminábamos hacia lo de mi novio y Amo en silencio, hasta que me detuve para mirarlo. Parecía preocupado por algo, y cuando noto que lo miraba bajo la vista.

-¿qué le dirás? No creo que le guste la idea de que jodes con su amigo.

Le di un cachetazo que hizo que me mirara sorprendido y se llevo la mano a la mejilla colorada.

-lo que yo le diga no interesa. Y tú no eres mi amante ni nada, solo eres mi sumiso y el amigo de mi novio y Amo, así que compórtate.

-sí, Ama.

-bien, ahora, frente a Nicolás seremos solo amigos, en casa serás mi sumiso y en donde yo te lo indique, y cuando haya gente que nos conoce las cosas serán normales. Ahora vamos, que aun nos queda hacer las compras.

Llegamos a lo de mi novio y toque timbre. Abrió la puerta y al verme junto a su amigo lo desconcertó un poco.

-me lo cruce viniendo hacia aquí y me dijo que también venia a verte.

No sospecho nada y pasamos al comedor. Le dije que venía a buscar algunas cosas mías y que me iba. Camine por el corto pasillo y me metí en su cuarto. Todo estaba desordenado por el piso y sobre la cama. la puerta se cerro de golpe y me gire. Nicolás me miraba con sus hermosos ojos grises. Dio unos pasos hacia mí y metió su mano entre mi pelo y me beso con desesperación. Me mantenía quita con su mano mientras devoraba mi boca y metía su lengua retorciéndola con la mía. Cuando me soltó me abrazo y me dijo al oído.

-no me dejes, por favor, no te vayas, te necesito, fue horrible pasar todo un día entero sin ti. Hare lo que quieras, te dejo libre de tus obligaciones como sumisa, seremos solo una pareja normal si eso quieres, pero no me dejes.

Me di cuenta de que estaba sollozando. Lo abrace y espere a que se calmara un poco. Lo senté al borde de la cama y puse sus manos entre las mías.

-no voy a irme ni a dejarte, solo vine por unas cosas que necesito, aparte de que necesito un tiempo sola, serán solo unos días, te llamare y vendré a verte por la mañana. Te lo prometo, serán solo unos días. Te amo, mucho.

Lo bese con ternura. No lo dejaría por nada ni nadie, aunque las cosas entre nosotros se hayan vuelto un poco monótonas. Comenzó a acariciar mi entrepierna y sus besos fueron descendiendo por mi cuello. Sabía que si seguíamos no podríamos detenernos, y yo aun tenía cosas que hacer. Lo frene y le dije que estaba su amigo en el comedor y podría venir. Me dijo que no le importaba y siguió besándome el cuello despacio. No me gusta tener que ser fría con él pero no había manera de sacármelo de encima.

-en serio, basta, detente por favor, tengo que hacer cosas.

Siguió insistiendo y ahora le daba pequeños y suaves mordiscos a mi cuello. Yo comencé a excitarme, pero tenía que resistir. Lo empuje despacio.

-amor, tengo que irme, solo vine a buscar unas cosas, tengo que irme.

Se aparto y me miro. Sus ojos habían perdido el brillo y su mirada me congelaba.

-pues bien, vete, agarra tus cosas y vete, vete y no vuelvas, no te necesito. Seguramente tienes otro, ¿no es así? Pues bien, vete con él y no vuelvas a joderme la vida.

Me quede dura y sorprendida por lo que había dicho. Me pare y lo mire. Sentí como algo se rompía dentro de mí y supe que iba a llorar. Recogí las cosas que había ido a buscar, las puse en un bolso y me di la vuelta. Cuando llegue a la puerta las lagrimas caían por mis mejillas. Salí del cuarto y me dirigí hacia la puerta para irme, pero Jonathan que me vio se acerco y por su mirada me di cuenta de que había escuchado todo.

-yo hablare con él, no estés mal, todo va a solucionarse.

Lo mire y asentí, Salí de allí casi corriendo. Me tomé un taxi. Llegue a casa y me metí en mi habitación. Tire el bolso a un costado y me acurruque bajo las sabanas de la cama a llorar. Me quede dormida a los minutos.

Me desperté y me di cuenta de que la almohada estaba manchada con mi maquillaje, las lágrimas dejaron un estropicio en mi cara. Fui al baño y me metí a la ducha. Comencé a llorar de nuevo, pero el ruido del teléfono me saco de mis pensamientos. Agarro una toalla y salgo. Agarro mi celular y miro la pantalla. Es Nicolás. No quiero hablar con él ahora. Dejo que la llamada pase al buzón de voz. Deje el celular sobre la mesita de luz en mi habitación y me cambie. Me puse una blusa negra transparente que dejaba ver mi sujetador negro, unas braguitas pequeñas de encaje negras, una minifalda morada y unos tacos aguja negros. Iba a salir por unos tragos y esperaba llamar la atención. Me maquille y tome mi pequeño bolso violeta. Llegue al living y mientras me ponía mi chaqueta de cuero sonó el teléfono de casa. Supuse que sería Nicolás de nuevo así que no atendí. Agarré mis llaves y abrí la puerta. Frente a mí, con su celular en mano, estaba Nicolás. Me miro de arriba abajo, y guardo su celular en el bolsillo de su pantalón. Me prepare para responder las mil preguntas que seguro me haría. Pero simplemente me tomo por los hombros y me empujo dentro. Cerró la puerta y me miro con un brillo en sus ojos y una sonrisa torcida en su boca.

-¿ibas a algún lado?

Su tono era autoritario y me di cuenta de que no venía a verme, sino a someterme. Me quede allí parada, mirándolo a los ojos. No iba a permitirle que me hiciera esto. Esta vez él había ido muy lejos, y no pensaba dejársela pasar. Me mantuve firme, sosteniéndole la mirada, mientras él intentaba que me derrumbara y me entregue a él, como siempre hacia. No pasaría esta vez, yo tenía planes y los cumpliría.

-sí, iba a salir a tomar unas copas.

-pues no te vas a ningún lado, te vas a quedar aquí.

-no

Mi respuesta lo sorprende un poco porque veo que sus cejas se levantan un poco, pero vuelve a recuperar la postura de antes.

-harás lo que yo te diga, soy tu Amo, y no voy a dejar que me desobedezcas ni me faltes el respeto.

-con respecto a eso, recuerdo que dijiste que no querías volver a verme en tu jodida vida ¿qué paso? ¿te arrepientes? Pues lamento informarte que esta noche no pienso ser tu maldita sumisa, y no sé si vuelva a serlo algún día. Creo que mejor te pones a buscar otra sumisa, porque yo no seguiré siéndolo.

Sus ojos perdieron brillo y su expresión se suavizo de golpe. Me miró unos segundos y luego bajo la cabeza.

-lo siento, soy un idiota.

Me acerco a él y lo abrazo. No soporto verlo así. Recuerdo cómo lloré por la tarde cuando habíamos discutido. Lo amo, enserio, no quiero perderlo, pero no puedo dejarlo controlar mi vida entera. Debo tomar una decisión, y se que mi decisión cambiara más de una vida.