Mi novio Mi amo

Mi primera relación con mi primer novio me convirtió en la sumisa que soy ahora. Desde entonces no he vuelto a tener novios, sólo Amos...

Hola soy Isa tengo 30 años soy morena alta delgada y soy Sumisa.

Aunque lo de Sumisa lo diga tan directamente y con orgullo a día de hoy, no quiere decir que me reconociera siempre así. Por ello quisiera relatar cómo fue mi comienzo tanto por el deleite tuyo, mi querido lector, como por el mío; ya que, aunque no fue un camino de rosas, no cambiaría nada y además lo que al principio me supuso una superación, sobre todo mental, ahora me produce orgullo y sobre todo excitación poder recordar cómo me superé para mí y para mi Amo.

Deciros que no seré muy rigurosa con las fechas ni os aburriré con los detalles minuciosos de aquella época de mi vida ya que aquí vine a excitarme y a excitaros; sólo os daré información o detalles relevantes para la continuidad de mi historia.

Todo comenzó hace algo más de diez años cuando estaba en la uni estudiando una carrera que no viene al caso. Lo importante es que en esa misma carrera estaba el chico que me tenía enamorada desde hace tiempo. El tío era alto, guapo, fuerte y con ese físico pensarás que era popular entre la gente, pero no. Lo poco que sabía es que evitaba a la gente y a menudo su carácter le ayudaba pues no trataba de ser amable con quien no le gustará ni buscaba encajar en ningún grupo.

Desde luego yo tampoco había tenido mayor trato con él excepto que sabía su nombre, Rafa, y de vernos siempre en clase y alguna cruzada por los pasillos. Por su carácter nunca me había atrevido hablarle por miedo al rechazo, con lo que siempre era un misterio para la mayoría; mismo carácter y misterio que a mí me atraían sin razón aparente...

¿Que cómo entramos en contacto? Dio la casualidad que nos tocó hacer un proyecto juntos, así que tuvimos que relacionarnos sí o sí. A pesar de tener cada uno nuestra personalidad teníamos algo en común. A ambos nos encantaba nuestra carrera y éramos buenos estudiantes. Nos dimos los teléfonos para estar en contacto y recopilar información hasta que el proyecto avanzara y entonces quedaríamos en persona.

Esos días llegaron y pudimos reunirnos en el piso de alquiler donde él vivía gracias a una beca y trabajos temporales que se buscaba.

Aunque al principio era frío y sólo se limitaba a hablar de temas del proyecto poco a poco los dos fuimos conociéndonos más. Aparte de su atractivo físico era muy inteligente, más mayor que yo, pues había dejado la carrera durante un tiempo, y como he dicho al principio reservado y con carácter.

Llegó el día indicado en el que yo consideré mostrarle algún tipo de afecto para ver si también él sentía atracción hacia a mí. En un momento de descanso y entre bromas le dí una leve caricia en el brazo y él me la apartó diciendo que no era buena idea; que sabía que sentía algo por él, pero yo no cumplía con sus expectativas. Su sinceridad me hirió, pero no me conformé y le pedí que se explicará.

Entonces me confesó que prefería una relación con una persona sumisa que aceptara su manera de hacer las cosas en todos los ámbitos y que era consciente de que eso pocas mujeres se lo podían dar y que a mí no me veía con ese carácter.

Yo dando poco valor a su confesión le dije que todo se podía intentar y podría llegar a satisfacerlo en todos los ámbitos. Que yo tampoco tenía mucha experiencia en relaciones, pero estaba dispuesta a todo por él...Al instante me di cuenta lo enamorada que me tenía pues ingenuamente estaba poniendo mi voluntad en sus manos.

  • Isa creo que no eres consciente de lo que dices ni sabes lo que significa lo que te pido. No quiero decepcionarte ni decepcionarme pues ya he tenido malas experiencias.

  • ¿Tan duro es lo que me pides? ¿Rafa, con cuantas chicas has tenido relaciones?

  • Con pocas y no ha funcionado debido a mi forma de ser. Y lo que te pido sólo es duro si no tienes el carácter de una sumisa.

  • Rafa te voy conociendo cada día más y aunque yo no tengo tanta experiencia quiero intentarlo de veras, porque es tu forma de ser la que me enamora de ti.

Rafa seguía sin fiarse y yo, aunque ciega de amor e ingenua del camino que elegía, me estaba quedando sin argumentos. Pero entonces use mi última baza.

  • ¿Ponme a prueba...?

  • Pero... ¿qué dices Isa?

  • Ponme a prueba y si ves que no te gusto no volverás a saber de mí.

  • Pero Isa la sumisión no se basa en probar sino en una forma de ser.

  • Bueno, si no lo experimento tampoco sabremos como soy. Necesito alguien que me inicie.

Este último argumento pareció convencerlo más y se quedó pensando

  • Si insistes...que así sea. Empecemos ahora mismo. ¡Desnúdate!

  • ¿Cómo? O sea...

  • No me hagas perder el tiempo Isa...

  • Vale vale...

No le dí tiempo a echarse atrás y empecé a quitarme la camiseta y los vaqueros que llevaba en ese momento.

  • He dicho desnuda. Me replicó Rafa al ver que me paraba al llegar a la ropa interior.

Con mucha vergüenza termine quitándome el sujetador y las bragas quedándome completamente desnuda ante él.

Rafa se quedó mirándome buen rato inspeccionando de arriba a abajo. Incapaz de mantener su mirada bajé la mía hacia mi cuerpo desnudo y reparé que no iba depilada en la entrepierna, pero por suerte no tenía mucho pelo.

  • Date la vuelta

La orden de Rafa me devolvió a la realidad y con muchas dudas de sus intenciones me gire dándole la espalda.

  • Inclínate y tócate los pies

No entendía el fin de todas esas instrucciones, pero lo hice con tal de pasar la prueba.

  • Ábrete las nalgas.

Esta última orden acabó derrumbándome e hice acto de girarme y responder, pero Rafa se me adelantó.

  • ¡Isa obedece!

Sonó tan autoritario que volví a mi posición y lentamente llevé mis manos hacia mis nalgas para abrirlas. Una enorme vergüenza y humillación invadió mi mente pues jamás me había expuesto de esa manera a un chico. Lo único bueno es que no tenía la mirada directa de Rafa sino la simple sensación de ser observada. Tras un rato inclinada con mi coñito y mi ano expuestos, recibí con ganas la siguiente orden.

  • Muy bien, vuelve a tu silla continuemos con el trabajo.

Nada me pudo alegrar más que oír esa orden y me dispuse a vestirme para volver a mi sitio.

  • No he dicho nada de vestirte.

Mi alegría se esfumó y llena de vergüenza con Rafa sin parar de mirarme volví a mi silla y continuamos con el trabajo. Sobra decir que apenas me concentraba por la situación y el frío que empecé a sentir al rato de estar desnuda. Rafa en cambio me miraba y hablaba como si nada, aunque de vez en cuando dirigía la vista a mi cuerpo no sé si sin querer o solo para humillarme más.

Por suerte el tormento duro poco y me ordenó vestirme una vez terminado una parte del trabajo. Sólo me dejo ponerme la camiseta y el pantalón mientras me ordenaba meter el sujetador y mis braguitas en uno de los cajones del armario donde también él guardaba su ropa.

  • Vuelve mañana a la misma hora para continuar con el trabajo. Me despidió con esa frase.

Yo me fui sin saber que decir aún con el shock por lo que acababa de pasar. Al día siguiente volví y en la puerta de su habitación recibí la misma orden.

  • ¡Desnúdate!

Todavía con dudas me desnudé lentamente y tras una orden suya volví a la silla a su lado para seguir con el proyecto. En mi mente ya supuse que esta vez iba estar desnuda largo rato. La tarde transcurrió sin más órdenes y aunque no olvidaba que estaba desnuda a ratos me empezaba a acostumbrar y conseguía concentrarme en el trabajo.

Tras esa jornada Rafa me mandó vestirme quedándose nuevamente con mi ropa interior de ese día. Me devolvió la del día anterior y comprobé que estaba algo mojada y con restos de color blanquecino. Sí...Rafa se había corrido en mi ropa íntima y al parecer recientemente pues no se había secado del todo. Me ordenó ponérmela para irme y esta vez sí me despedí con un " hasta el lunes".

  • No, hasta mañana

  • ¿Quieres trabajar el fin de semana?

  • No, mañana vamos al cine

  • ¿En plan cita...?

  • En plan pasarlo bien.

Me despedí con una sonrisa y aunque durante el camino me incomodó la pegajosidad del semen de Rafa en mi ropa interior...mi mente se centró en la alegría de tener nuestra primera cita.

El sábado transcurrió como una cita normal donde hablamos algo de trabajo, vimos una peli y volvimos caminando. Rafa a ratos me cogía de la mano para agradarme y otras me agarraba del culo supongo para su propio agrado. El detalle no me molestaba, no después de haber estado dos días desnuda para él. Hasta me agradaba, me hacía sentirme suya y él por fin era mío.

Ya hasta el lunes no nos vimos y cuando llegué me tocó la misma rutina de desnudarme; de darle mi ropa interior y ponerme la vieja llena de semen al marcharme. Durante esa semana me acostumbré a llegar y desnudarme por iniciativa propia e incluso reaccionaba más rápido a sus órdenes. Ya no solo me tenía desnuda sino en ratos de descanso también me tocó bailar, hacer movimientos gimnásticos, en fin, todo tipo de actos que al principio me llenaban de vergüenza e indignación al verme tan expuesta y a los que a base de repeticiones terminaba acostumbrándome. Aunque hubiera deseado hablar y llegar a comprender el porqué de todos estos caprichos suyos, preferí cumplir mi palabra y seguir obedeciendo sin objeciones.

Ese viernes al vestirme , le pregunte si hacíamos algo diferente el sábado y sólo me respondió con un "vale, acude mañana aquí primero". Ese sábado acudí ansiosa por saber el plan que tenía en mente...Pero una vez allí sólo recibe la misma orden de toda la semana.

  • ¡Desnúdate!

Me quedé descolocada, pero lo hice lo más rápido que pude.

  • De rodillas.

Así actué temiéndome lo peor.

  • ¿Que me pediste ayer antes de irte?

  • Pues...si podíamos tener otro plan como el sábado pasado.

Dije dudosa de que esa fuera la respuesta que esperaba sacarme.

  • Bien acepto la idea.

Sonreí al ver que había acertado.

  • Pero...a no ser que yo te lo proponga, la próxima vez que quieras sugerirme algo; hazlo desnuda y de rodillas. No olvides cual tu posición en esta relación.

Me sorprendió esta nueva situación y esa autoridad. Pero no quería venirme abajo y estropear todo lo conseguido.

  • Si Rafa...perdona.

Le respondí intentando estar a la altura de su exigencia.

  • Si Amo.

Cuando dijo eso comprendí a que me exponía y que a partir de ahora el nivel de exigencia sería cada vez mayor. Nuestra relación no sería como las demás o quizá sí... ¿Sería capaz de darme lo que necesitaba si yo a cambio me convertía en lo que él necesitaba?

  • Si mi Amo...

Le respondí así aceptando no solo sus órdenes sino todo lo que pasaba por mi cabeza en esos instantes y retándome a mí misma.

  • Bueno pues vístete y vamos a divertirnos.

Reservó en un restaurante mientras me vestía y durante el camino fuimos cogidos de la mano sin apenas hablar. Ya durante la cena la tensión se relajó y conversamos más.

A la vuelta del camino yo ya iba abrazada a Rafa, quizá como resultado de alguna copilla de más, y él me tenía agarrada del culo.

  • Amo...

Le llame así por prudencia para preguntarle sobre algo que me interesaba.

  • Cuando estemos en situación distendida o con gente al lado no hace falta que me llames Amo.

Su corrección me gustó pues comprendí que él también se esforzaría en agradarme para que pareciéramos una pareja normal ante el resto del mundo.

  • Hasta ahora siempre me tienes desnuda para ti, pero apenas intentas nada, ni siquiera me has valorado con un halago.

Necesitaba saber cómo permanecía inmune a mi desnudez actuando como si fuera vestida, ¿acaso no le agradaba?

  • Por supuesto que me gusta verte desnuda ¿por qué dudas?

  • Al tenerme tan expuesta aquella primera vez y desde entonces nunca has dicho ni hecho nada...

  • Bueno todo a su debido tiempo, pero si te quedas más tranquila ¿hago una valoración ahora mismo?

  • Si por favor...por lo menos sé que mi culo te gusta.

Nos reímos ambos ante ese comentario dado que era evidente por la manera en que le encantaba agarrarme.

  • Bueno para ser esbelta y delgada tienes buenos pechos...son grandes. Y respecto a tu chochito es rosadito y pequeñito, comparado con otros que he visto. Creo que me dará mucho placer cuando te la meta.

Comprendí en su respuesta que le gustaba hablarme sucio en cuanto a sexo se refería.

  • Espero darte mucho placer entonces...

Le respondí haciéndole ver que estaba dispuesta a seguir su juego. Seguimos caminando y hablando, pero para mi sorpresa tomamos el camino hacia su casa. Cuando llegamos me mandó desnudar y ponerme en la silla del trabajo.

  • ¿Vamos a seguir con el proyecto?

No obtuve respuesta simplemente se acercó por detrás y posó sus manos en mis hombros y empezó a bajar por mis pechos y recorrer mi abdomen hasta llegar a mis piernas y meter una de sus manos entre mis piernas...

A esas alturas yo ya estaba relaja y abría más mis piernas para dejarme hacer...A diferencia de la primera vez ahora ya iba bien limpia y depilada.

Continuó dándome placer recorriendo mi cuerpo de arriba abajo tan pronto acariciando y pellizcando mis pezones como bajando y acariciando mi clítoris. De repente paró con sus manos reposados en mis hombros y se acercó para susurrarme.

  • Si quieres que acabe lo empezado tienes que ganártelo...

Giro mi silla y me puso frente a él cara a cara. Nerviosa y excitada le pregunte que quería. Estaba dispuesta a todo con tal de recibir mi premio.

De repente se puso erguido y pude ver el bulto en su pantalón. Tras tantos acontecimientos nunca me paré en pensar como la tendría Rafa, hasta ahora no se había desnudado.

Llevando su mano al bulto y apretando mientras me miraba con vicio me soltó

  • Vas a chupármela...

Asentí con la cabeza mientras veía ese bulto que tranquilamente Rafa fue liberando bajándose la cremallera y sacándosela delante de mí.

De repente una enorme polla gorda y erecta me apuntaba esperando ser chupada. Yo no tenía ninguna experiencia chupando y apenas había tenido experiencias con chicos excepto típicos besos y toqueteos. El sexo no fue algo que llamase mucho mi interés más allá de los típicos comentarios con amigas y algún vídeo visto en internet más por las risas que por el morbo.

Tampoco había que tener mucha experiencia para saber que la polla que tenía delante era enorme...Intenté reaccionar y fui acercando mi boca a ese mástil. Rafa me paró y me cogió de la mano para cambiar mi posición.

  • Mejor de rodillas

Me dijo cuando me hubo bajado de la silla. A continuación, puso una mano en mi nuca y con otro agarro su polla, que apuntaba hacia arriba para dirigirla a mi boca.

-! ¡Abre la boca perra!

Debido a los nervios de la situación no fui tan consciente de la manera en que acaba de referirse a mí. Algo a lo que en el futuro también acabé acostumbrándome y hasta se me hacía raro que me tratara con dulzura durante el sexo.

Tímidamente abrí la boca y Rafa empezó a empujar con la mano y con la cadera para meterme todo su miembro. Aunque desde el momento en que me metió el capullo yo ya sentía mi boca llena, Rafa tenía la técnica para hacerme tragar más y más carne.

Me dio un respiro sacándola de mi boca para bajarse el pantalón y los calzoncillos. Ahora aparte de gorda también me pareció larga.

  • Venga otra vez.

Volvió a poner su mano en mi nuca y con la otra dirigía su polla por mi garganta.

  • Así...Así...lo estás haciendo muy bien. Vamos intenta llegar hasta los huevos.

Por supuesto lentamente, a fuerza de insistir y babear mucho llegue a la meta, es decir, a sus huevos.

Tras conseguirlo, Rafa me pego una breve follada de boca hasta que sintió que se venía.

  • Un último esfuerzo perra.

Dicho esto, volvió a metérmela toda excepto que esta vez inclinó mi cabeza hacia arriba de manera que literalmente acabé con sus huevos apoyados en mi barbilla y sólo unos cm de polla quedaron libres que debido a la posición no podía engullir.

  • Mírame, ahora simplemente relájate y espera tu premio.

En esa posición nuestras miradas chocaban y por su expresión de excitación supe que se iba a correr por primera vez en mi boca...

Hubo unos minutos de silencio seguido de un temblor de piernas de Rafa y de repente su polla se hincho aún más y empezó a soltar descargas. Incluso sentí los espasmos de sus huevos y polla en mi barbilla lanzando semen directo a mi garganta.

  • Ahhhhhh....traga perra traga

A pesar del miedo ahogarme no tuve que hacer mucho esfuerzo por tragar ya que por la posición y el hecho de tener dentro de mi garganta toda su polla sentía como su corrida se deslizaba directamente para perderse por dentro de mi cuerpo. Tras largos segundos aguantando y respirando como podía por la nariz, Rafa decidió liberarme.

Se alejo un poco de mí para poder recomponerme y asimilar la mamada tan extrema que acaba de hacerle.

Me animó a tumbarme en la cama viéndome cansada y sin más ganas de nada. Tuvo el detalle de tumbarse a mi lado de costado, seguía desnudo de cintura para abajo y su polla reposaba flácida ahora sobre mi pierna derecha. No disimulé y me quedé un rato mirándola, me parecía grande incluso así y yo acaba de tragármela en su máxima erección. Sabía que me iba a dar buenos momentos de placer cuando me acostumbrara a ella.

Me quedé un rato dormida y me despertaron las manos de Rafa acariciando mi cuerpo. Me asusté pues no veía nada.

  • Tranquila te he vendado los ojos

Me tranquilizó su voz, la presión de la venda era suave por eso no la notaba. Las manos de Rafa comenzaron de nuevo a juguetear con mi cuerpo y yo, algo más animada, estaba lista y deseosa de lo que me había prometido antes.

Dejó de dar rodeos y con una mano en mi pecho y otra en mi coño empezó a pellizcar; acariciar; y sobar alternamente.

Yo empecé a mojar como nunca. Aunque había jugado alguna vez conmigo misma, era la primera vez que otra persona me daba placer.

Aumentó de ritmo masajeando mi clítoris a la vez que me metía la punta de un dedo provocándome doble placer...

Tras largo rato de intenso placer, sufrí un enorme orgasmo y me corrí como nunca y lo mejor de todo es que lo hice con Mi novio Mi Amo.

Continuara....