Mi novio liberal 3
Mi novio debe mucho dinero, para que le den una prórroga tengo que tener sexo con un amigo de su papá.
Estaba en el cine con César veíamos una película que nos habían recomendado, a los dos nos estaba aburriendo muchísimo, en algún momento César se durmió, lo habrá hecho como por unos 20 minutos, cuando despertó empezamos a platicar muy bajito para no molestar a los demás aunque había poca gente en el cine.
En es plática me dijo que otra vez tenía que coger con otra persona, discretamente bajó la mano y me la puso sobre la concha tapada por un pantalón de licra, me dijo que era una puta que ya se sentía caliente ahí, y es que la idea de volver a darle las nalgas a alguien para que mi novio obtuviera algo a cambio me excitaba mucho. Mi novio era casi todo lo que soñaba un hombre guapo que me cogía ríquisimo y que me dejaba coger con otros, lo único que le faltaba era darme por el culo, lo raro es que nunca me lo había pedido y yo decidí no pedírselo.
Cuando salimos del cine le pregunté que quien era el macho que me iba a dar rica verga, me dijo que le debía mucho dinero a un amigo de su papá. Que mi novio le debiera dinero a ese señor se debía a que le encanta hacer negocios, lo malo es que ninguno le sale, por lo que supe por su hermana él ya había perdido dinero varias veces y no entendía. Para ese entonces yo solo conocía a la hermana de mi novio, a los demás de su familia no los conocía.
Yo le pregunté a César que cuanto debía, cuando me respondió me quede sorprendida por la gran cantidad, mi novio me dijo que el señor lo amenazaba con contarle a su papá y cobrarle de una vez al señor. Mi novio no quería que su papá se enterara pues ya habí tenido muchos problemas con él por eso.
Yo le dije que ninguna persona iba a perdonar esa cantidad por sexo. César me dijo que lo único que quería es que el señor le diera más tiempo y que no le contara nada a su papá.
Mi novio me dijo que dos días después, sería domingo se vería con el señor para solucionar el tema, yo lo acompañaría y ahí él me ofrecería al señor, me pidió que me vistiera sexy ese día.
Llegó el domingo, veríamos al señor a las 4 de la tarde en una cafetería de Polanco. Yo me vestí con un short de vestir color beige, para cubrir mis piernas use unas medias negras, me puse tacones de aguja y una camisa blanca, debajo llevaba unas bragas blancas de encaje y arriba solo unas pezoneras.
Llegamos a la cafetería a las 4 en punto, el señor al que veríamos llegó unos minutos después, un hombre de unos 50 años, alto de complexión robusta, usaba barba. Nos paramos a saludarlos y él tratando de ser discreto me vio de arriba hacía abajo deteniendose en mis senos, los cuales estaban muy provocativos. Sentí como sus ojos pasaban por mis piernas, unas piernas bien torneadas y siempre dispuestas a abrirse a un buen macho. La primer palabra que el señor dijo fue un hola, cuando escuché su voz sentí como mi vagina se humedecía, era una voz muy gruesa, extremadamente varonil.
César hizo las presentaciones, el señor quien se llamaba Edmundo educadamente nos preguntó como nos habíamos conocido y todas esas cosas. Yo lo veía pensando en como tendría la verga, ya quería estar con él en una cama.
En algún momento la plática llegó a la deuda que mi novio tenía con el señor Edmundo.
C -Sé que le debo mucho dinero, aún no puedo pagarle, necesito que me esperé más tiempo.
E -No César ya te he esperado mucho.
C -Usted sabe que no le he pagado no porque no quiera, sino porque no he podido, deme un poco más de tiempo.
E -No, será necesario hablar con tu papá.
C -Por favor señor Edmundo, no le diga a mi papá, mire le daré algo para que me esperé un poco más.
E -¿Cuánto dinero me darás?
C -No es dinero.
E -Pues entonces no me interesa.
El señor se puso de pie, yo le di un pequeño golpe a mi novio en la pierna, como diciéndole que no dejara que se fuera.
C -Espere por favor sientese.
Con una molestia completamente visible el señor se volvió a sentar.
E -¿Y qué me piensas dar?
C -Voy a dejar que se acuesté con Pamela solo para que me esperé más tiempo.
Él se rió fuertemente.
E -Y que al rato me amenazas con acusarme de violación a tu novia.
C -No para nada.
E -De seguro me graban.
C -No, será donde usted quiera, eliga usted el hotel.
El señor se me quedó viendo.
P -Yo estoy dispuesta.
E -Bien será donde yo quiera, te daré un mes César.
C -Muy bien señor, puede usar esa boca de Pamela que mama riquísimo y esa concha que siempre esta mojadita, Pamela coge muy rico.
E -Muy bien ahora vete, no debes de seguirnos, dentro de un rato ella y yo nos iremos al hotel.
César se despidió del señor, a mí me dio un beso y al oído me dijo que fuera una buena puta. El señor y yo nos pusimos a platicar de mi novio, estaba sorprendido de que yo estuviera a dispuesta a dejarme coger con tal de ayudar a mi novio, le platiqué que yo era bien puta, que me encantaba la verga y que César solo era un pretexto para que yo fuera más puta aún. Le dije que yo quería andar bien con César pero que él quería una novia puta así que yo decidí complacerlo y regresar a lo que más me gusta la putería.
Salimos de la cafetería, nos dirigimos a su carro, un Mercedes Benz muy bonito. Él me abrió la puerta para subirme al carro, antes de subirme lo tomé de la cabeza y lo besé, fue un beso largo y muy apasionado, nuestros labios estaban desesperados, nuestras lenguas jugaban. Yo ya estaba demasiado caliente.
Subí al carro, en el camino seguimos platicando de la gran puta que soy. Yo pensé que buscaría un hotel por ahí, pero no fue así, manejo por un largo tiempo hasta que llegamos a Tlalpan donde se metió a un motel.
En el cuarto, él comenzó a besarme, me acariciaba las nalgas y las piernas, después se separó de mi boca y besaba lo que salía de mis tetas por el escote.
E -Estás buenísima.
Su gruesas manos seguían pasando por mis nalgas y piernas, yo me dejaba hacer, estaba muy caliente.
P -Papi quiero verte la verga.
Me hinqué y le desabroché el pantalón, se lo bajé con todo y boxer, su verga era de un tamaño normal, estaba circuncidado. Le pasé la lengua unas veces para después metérmela en la boca.
La saborea dentro de mi boca mientras se iba poniendo dura. Cuando estuvo completamente parada me la saqué y le pasé la lengua a lo largo del tronco, lo hice varias veces. Después se la pegué a su estómago y le chupé los testículos. Él daba pequeños gemidos.
Su pene y sus testículos estaban muy calientes, su sabor era un poco agrío. Seguí pasando la lengua por todos lados, desde los testículos hasta la punta de la verga. Me la metí otra vez en la boca y la metía y sacaba, lo hacía rápido.
E -Así zorra, mama verga.
Yo seguía, él me tomó de la cabeza y ya me cogía por la boca, su verga entraba y salía muy rápido, no me dejaba respirar, cuando sentí que su cuerpo temblaba y gritando que se venía me llenó la boca de su semen, gran parte de esa leche salió cuando me sacó la verga de la boca y yo tosí, parte de esa leche cayó sobre mis tetas, ensuciando gran parte de mi blusa, otra parte cayó en el piso.
Dejandose caer sobre la cama me dijo.
E -Como mamas zorra, que rico me chupaste.
Recuperando el aliento le dije.
P -Te gusta mi boquita de mamadora.
Me acosté a su lado. Puse mi cabeza sobre su pecho, aún él tenía su camiseta puesta, yo estaba toda vestida. Él acariciaba mi cabello, y con su voz varonil me contó un poco sobre él. Se dedicaba a la imprenta, además de tener una fábrica de tintas, tenía tres hijos, llevaba 26 años de casado.
Yo le platiqué un poco sobre mí, estuvimos así como 40 minutos. Me pidió seguir así que nos quitamos yo toda la ropa y él la parte que le quedaba. De mi bolsa saqué una tira de condones y se la di. Después de venirse en mi boca no creí que me fuera a coger más de una vez pero se me hizo desagradable sacar la tira arrancar un condón y guardar los demás.
Él me lo regresó y me dijo que se lo pusiera con la boca. Primero se la mamé un rato para que otra vez se le parara toda. Cuando estuvo muy dura procedí a ponerle el condón, él veía con atención y mucha excitación como se lo ponía.
Cuando terminé le dije.
P -¿Cómo me quieres?
Él se sentó en el borde de la cama y me dijo que me sentará de frente a él. Tomé su verga apuntandola a mi coño viendolo a los ojos me dejé caer para metérmela toda.
P -Aaaahhhh que rico.
E -Sí, eres una delicia.
Me tomó de las nalgas y me hizo subir y bajar sobre su barra de carne. Lo hacíamos lento, él me chupaba las tetas, le daba pequeños mordizcos a mi pezones. Yo lo tomaba de la cabeza, era placentero como me estaba cogiendo.
P -Que rico, eres todo un macho.
Él seguía haciéndolo lento, mis vágina se sentía cada centímetro de esa verga. Estuvimos un rato así. Después me pidió cambiar de posición.
Me hizo ponerme en cuatro, y desde atrás me la metió por la concha, esta vez sí que me cogía rápido, la sacaba casi toda para meterla por completo después, yo gemía y pedía más, él me daba fuertes nalgadas.
P -Así papi, dame más.
Su verga seguía entrando y saliendo.
P -Más cógeme, cógeme.
Yo gritaba desesperada, quería más verga, sentía mucho placer.
P -Vamos mi macho, dame verga.
E -¿Quieres más verga zorra?
P -Sí quiero más verga, me encanta la verga.
E -Toma zorrita toma.
P -Síííííííííííííííííííí toda, cógeme rico.
Se escuchaban los golpes de nuestros cuerpos, el crujir de la cama, nuestros cuerpos estaban sudorosos, el placer era mucho, así que sintiendo los espasmos en mi cuerpo, sientiendo como mi concha tenía contracciones llegué a un orgasmo muy rico.
P -Me vengo, me vengo que rico.
Él siguió con el mete y saca, lo seguía haciendo muy rápido.
E -Toma zorra toma.
P -Aaaahhhh otra vez me vengo otra vez.
Muy rápido me llegó un segundo orgasmo, cuando él entre gritos anuncio que estaba por venirse.
E -¿Dónde la quieres?
P -En la cara, echáme tus mecos en la cara.
Rápidamente me la sacó, se quitó el condón y se hincó en la cama enfrente de mí, apuntó su verga a mi cara y jalandola dos veces se vació en mi cara.
Tomé la leche de mi cara con mis dedos y la puse en mi lengua, la fui tragando toda poco a poco.
Nos volvimos a vestir, mi camisa se veía manchada, traté de limpiarla pero no se le quito mucho, aunque la pude disimular un poco para echarle la culpa a algo que hubiera comido, sin que en casa supieran que esa mancha era de leche rica de macho.
Edmundo me dejó cerca de mi casa, esta vez no meabrió la puerta, cuando iba a bajar me dio una fuerte nalgada.
E -Zorrita recuérdale a tu novio que solo un mes.
P -Lo que tu mandes papi.
Al llegar a casa le hablé a mi novio para darle el mensaje de Edmundo, tenía ganas de preguntarle que cuando me entregaría a alguien más.