Mi novio expuso mi culo a sus amigos
Cuando tienes una chica preciosa y caliente como novia, tienes que evitar provocar a tus amigos enseñándoles su impresionante culo en plena calle, de hacerlo corres el riesgo de que se envalentonen y quieran algo más...
Esta experiencia me sucedió hace un par de años y aún hoy me genera un cosquilleo cada vez que la recuerdo... Me llamo Laura y por aquél entonces estaba cursando el último año de instituto, no era demasiado buena estudiante pero sí era bastante popular, sobretodo entre los chicos. Yo ya me había desarrollado completamente como mujer y empezaba a conocer el poder que eso me otorgaba. No era demasiado alta, 1,63 cm, pero tenía muy buen cuerpo, unos pechos no enormes pero sí turgentes y desafiantes y un culo apretado y respingón que era víctima continua de miradas furtivas, todo ello acompañado de una carita morbosa con labios gruesos, mirada pícara y cabello largo y oscuro.
En aquella época yo tenía un novio llamado Alex que iba a mi misma clase y en los descansos solíamos ir, junto con varios compañeros más, a unos recreativos a almorzar y echar alguna partida. Un viernes y en uno de esos descansos comenzó una aventura que me enciende sólo de recordarla.
Fuimos a los recreativos mi novio, yo y cinco compañeros más, todos chicos. Ese día yo vestía como solía vestir en aquella época, muy provocativa. Un top blanco que mostraba mi ombliguito y la forma de mis senos y una falda rosa bastante cortita junto con unas medias cortas por debajo de las rodillas y unos zapatitos sin apenas tacón. Íbamos camino de los recreativos y Álex y yo estábamos unos tres o cuatro metros adelantados cuando éste, sin titubear me planta una mano en el culo para el deleite de todos los que miraban detrás, pero al no ver oposición por mi parte me levanta la falda mientras me magrea el culo y muestra durante unos pocos segundos mi culo y el tanguita de hilo amarillo que llevaba. Enseguida me revolví y me separé un poco pero en ese corto espacio de tiempo mi novio no se dió cuenta de lo que iba a provocar aquél gesto.
Llegamos a los recreativos, yo no solía jugar y sólo miraba. Jugaban uno contra otro a un juego de peleas y el que ganaba seguía jugando mientras los demás nos poníamos alrededor. Mi novio iba en racha y llevaba ya varias partidas seguidas ganando cuando de pronto empecé a notar que uno de mis compañeros, Vicente, se estaba pegando un poco mas de lo permitido a mí. Él era un chico bastante musculoso y podía sentir su miembro pegado en mi nalga derecha. Llévaba un chándal así que no era nada difícil intuír que estaba teniendo una erección considerable. Al principio empujaba con mi culo hacia él dándole a entender que se apartara pero era muy grande y no me hacía ningún caso. Pensé en apartarlo con brusquedad pero me daba miedo que Alex se diera cuenta y acabaran peleándose así que me sentía un poco bloqueada. Y justo cuando mi novio iba a acabar la partida Vicente me plantó una mano en el culo y me dijo acercando sus labios a mi oído:
- Este culo va a ser mío.
Me giré bruscamente, cosa que hizo que se separara de mí y le dije casi susurrando y con mirada seria y desafiante:
- Ni de coña cabrón.
La partida terminó y el tiempo del descanso también, así que había que volver a clase. Álex y los compañeros, menos Vicente, salieron delante comentando la partida y, justo cuando me disponía a salir y, presintiendo su mirada clavada en mi culo, cogí con las dos manos la parte mas baja de la falda y levante la parte posterior, dejando al descubierto de nuevo mi trasero y mi tanga de hilo amarillo durante unos segundos más. Al salir enseguida bajé la falda y pude sentir como el corazón me iba a mil por hora. Fue un impulso, un acto que hice sin pensar y del que ya era tarde para arrepentirme.
Seguimos caminando hacia el instituto y mientras Álex iba algo mas adelantado charlando, Vicente se puso a mi lado y le dije:
lo verás pero no lo cataras cabrón - se lo dije en voz baja y mirando al frente pendiente de que mi novio no se percatara de nada.
Sé lo mucho que te gusta calentar al personal putita y la que juega con fuego puede quemarse. -Me dijo Vicente en un tono bajo y con seguridad.
Las clases de ese día terminaron pero, durante la noche en la cama, no podía parar de visualizar en mi mente todos los hechos acontecidos con Vicente, estaba nerviosa, pero a la vez excitada y me masturbé recordando su duro paquete en mi nalga y mi actitud pasiva al principio y descarada después cuando le mostré mi culito... Llegué con esas imágenes a un fuerte orgasmo y me quedé dormida.
Durante las siguientes semanas intenté evitar a toda costa a Vicente, no quería tener problemas con Álex y aquello había sido un calentón sin importancia y no había que llevarlo más lejos. Tras un par de semanas parecía que todo había vuelto a la normalidad...
Pero un día recibo un mensaje de mi novio, por la mañana antes de las clases, diciéndome que no se encuentra bien y que no va a ir a clase. No era la primera vez que se escaqueaba de ir a clase así que no me molestó. Recuerdo perfectamente la ropa que llevaba aquel día, una camiseta de tirantes verde y unas mallitas gris claro que dejaba poco a la imaginación pues se pegaban a mi piel introduciendose entre mis nalgas y mostrando todas las formas mi culo y mis muslos. Obviamente bajo las mallas sólo podía haber un finísimo tanga de hilo de color blanco semitransparente. Por último llevaba unas zapatillas de deporte y me hice una coleta en el pelo. Ese día tocaba clase de educación física e iba vestida para la ocasión.
Las primeras horas pasaron con aburrimiento y cuándo llegó la hora del descanso tres de mis compañeros me dijeron que los acompañara a los recreativos, al principio dudé, pero al ver que Vicente no estaba con ellos me animé a acompañarlos. Durante todo el camino estábamos los cuatro de bromas y uno de ellos, Víctor, me dió un cachete en el culo y salió corriendo, yo lo seguí y al alcanzarlo le devolví el cachete y, entre risas, lo amenacé con decírselo a Álex. Llegámos a los recreativos y el descanso pasó sin mayor novedad.
Tras el recreo tocaba educación física y al entrar en el aula sentí una presencia detrás de mí que me susurró:
- hoy es el día, este culo de putita que tienes va a ser mío - su voz era inconfundible, era Vicente, y acto seguido me dió un cachete en el culo y me adelantó sin mirarme.
Yo fuí al baño, con el corazón acelerado, me lavé la cara, me serené y me dí cuenta de que estaba excitadísima, estaba confusa y sin Álex cerca no sabía que podía pasar.
Durante toda la clase nuestras miradas se cruzaban y podía sentir el bulto de Vicente a través del pantalón, yo jugaba con eso y buscaba su contacto durante los ejercicios y tarde en darme cuenta de que mis pezones sobresalían, marcándose con claridad a través de la camiseta fruto de la excitación que estaba sintiendo. Tras acabar la clase me fuí al vestuario y pensé que esto había sido un calentón más pero de ahí no pasaría.
Absorta estaba en mis pensamientos cuando me dí cuenta de que todas mis compañeras estaban terminándose de arreglar, tenía que darme prisa o llegaría tarde a la siguiente clase. Me quité las mallas y la camisa y me dirigí en ropita interior hacía la ducha cuándo, justo antes de llegar, sentí una presencia detrás de mí, fuí a darme la vuelta y dos manos poderosas se agarraron a mis caderas y me lo impidieron.
- Hola putita, aquí estoy para cumplir mi palabra - susurró a mi oído Vicente al tiempo que me rodeaba con sus musculosos brazos y hábilmente me desabrochaba el sujetador dejando al aire mis tetitas.- no...cabrón....mmm - dije sin apenas convencimiento, al tiempo que me daba la vuelta y mis labios se cruzaban con los suyos.
Nuestras lenguas se entrecruzaban y peleaban la una a la otra en un combate de saliva mientras lo rodeaba con mis brazos y el me magreaba sin impunidad el culo. Realmente Vicente era una mole de músculos...estaba buenísimo y me sentía muy vulnerable y expuesta a su merced.
Tras unos minutos de magreos y besos apasionados ví como Vicente se había quitado el pantalón y el bóxer y había dejado salir un miembro en proporción con su cuerpo, descomunal.
Chúpamela pequeña guarra - me dijo él con tono directo. Yo ya estaba perdida, me dijera lo que me dijera y cómo me lo dijera ya no me importaba, me sentía como su pequeña guarra y le iba a dar lo que me pidiera. Me arrodillé ante él y empecé a acariciar su enorme verga con los dedos y a darle ligeros besitos por todo su tronco mientras mi mirada se quedaba clavada a la suya. Tras unos segundos de caricias y lametones posó sus enormes manos en mi cabeza y dirigió su polla a mi boca ya abierta. Tras haber introducido un trozo, ya que era imposible meterse todo eso en la boca, empezó, literalmente, a follarme la boca. Su polla golpeaba contra mi garganta y me resultaba difícil coger aire ya que con sus manos me oprimía la cabeza para introducirmela en lo mas hondo de mi boca. Tras un par de minutos y sin avisarme se corrió en mi boca, expulsando grandes cantidades de semén en mi boca y en la cara y el pelo. Nos quedamos mirándonos, ambos extenuados y tras un par de minutos me dijo:
Ahora te voy a meter la polla en tu coñito húmedo - me levantó, apartó mi tanguita de hilo a un lado y me subió a sus brazos e intentó introducirmela.- No, por favor, ponte condón - le decía mientras seguía relamiendo los restos de sémen que tenía en los labios.- Haber putita, Alex ya nos ha contado lo mucho que te gusta follar a pelo, y ya sé que tomas la píldora...- y acto seguido me la ensarto de una estacada.
En sus brazos me sentía ligera, el me agarraba del culo y me embestía mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cuello y lo besaba con pasión.
Joder zorra, que coño más rico tienes y que buena estás. - decía Vicente entre jadeos mientras contemplaba como mis pechos bamboleaban y los pezones se alzaban desafiantes chocando en cada embestida sobre su torso musculoso.
Dame más cabrón, soy tu putita, tu zorrita.....ahhhhh...uhmm- decía yo entre suspiros mientras sentía como su polla se abría camino dentro de mí y me daba su calor. Era increíble como Vicente podía follarme cogiéndome a pulso y con esa fuerza...era un toro.
Seguía bombeándome una vez tras otra, el tiempo se había detenido, no pensaba en el riesgo de que nos pillarán, ni el riesgo de que me estuviera follando a pelo, sólo quería que me diera más y más y que no parara nunca.
Mientras seguíamos Vicente empezó a meterme un dedito por el culo. Yo sabía que no saldría de los vestuarios sin ser follada analmente. Tras un rato me bajó de sus brazos, me puso dándole la espalda apoyada sobre el lavabo y continúo penetrándome mientras podíamos ver nuestros cuerpos calientes y sudorosos a través del espejo.
- ¿Recuerdas cuando nos calentaste la polla a todos y me dijiste que no cataría tu culo?- Sí cabrón, uffff...lo recuerdo perfectamente ummmmm - y en ese momento apuntó su miembro en la entrada de mi culito y empezó a introducirla con suavidad pero con ritmo.- Siempre me has puesto muy cachondo, vistes como una guarra y eres una calientapollas. - me decía Vicente mientras me azotaba con fuerza una de mis nalgas e iba introduciendo más y más su polla.- Eres un cabrón de mierda.....ahhhhh, un chulo putas, ahhh no pares!!! - le decía completamente abstraída del mundo.
Y finalmente tras un buen rato taladrándome el culo y varios orgasmos sacó su polla, me volvió a arrodillar y volvió a llenarme toda la cara y los pechos de leche caliente. Tras unos segundos de recuperación, me dió un dulce beso en la mejilla y me dijo:
- Eres preciosa Laura.
Nos sonreímos mutuamente y el salió del vestuario. Yo me quedé unos minutos más en el suelo, sentía el gusto de su sémen en mi boca, la palpitación en mi coñito y en mi culo, el olor a sexo que embriagaba todo el vestuario...estaba en una nube.
Tras ducharme y adecentarme me fuí a casa, seguir las clases de hoy ya no tendría sentido porque mi cabeza estaba en otra cosa. Por la noche estuve hablándo con Álex y parecía encontrarse mejor. Me acosté pronto y antes de que me quedara dormida recibí un sorprendente mensaje de Víctor en el que ponía: "tenemos que hablar" y una imágen adjunta.
En la foto salía yo, arrodillada, prácticamente desnuda excepto por el tanga de hilo y chupándole la polla a Vicente mientras le miraba a los ojos...Víctor lo había visto todo.