Mi novia y yo volvimos puta a mamá (4)

Al fin, después de tanto desearlo le reventé el culo a mamá.

MI NOVIA Y YO CONVERTIMOS EN PUTA A MAMA IV.

Una vez allí le conté con lujo de detalles todo lo que había ocurrido desde que se fue. Luego nos pusimos a ver el video de lo grabado, culeamos como si fuera el fin del mundo, una tremenda borrachera de sexo nos embargaba, además yo había decidido y se lo había dicho, no volver a tener sexo ni pajearme durante siete días exactos, después de los cuales, estábamos seguros, le rompería el culo a mamá. Tomé esa decisión, aunque fuerte, porque quería juntar la mayor cantidad de leche posible para vaciarme dentro del culo de mi mamita y que ella sintiera litros de semen hirviendo que la inundaban, sabía que no sería fácil pero el amor que sentía, y siento por ella, me impulsaban a hacer ese sacrificio, bien se lo merecía. Me arrechaba muchísimo pensar la cantidad de semen que podría juntar si así no más sin abstinencia ella era capaz de hacerme producir galones. Sonia estuvo de acuerdo y me dijo que eso haría que todo fuera más hermoso el día señalado.

Fue una prueba durísima, me pasé los siete días en el gimnasio masacrándome a punta de cargar pesas, tenía el cuerpo marcadísimo, las abdominales impresionantes, incluso pienso que mi nivel de testosterona debió aumentar junto con el de semen porque, aunque parezca presumido, noté que algunas compañeras del "gim" me observaban con cierto descaro y me dedicaban insinuantes sonrisas. También se sumó a ellas una hermosa transexual que desde su lugar me dedicaba flagrantes aunque a la vez tímidas miradas.

Con mi mamá la cosa marchaba. Debido a que contaba con dinero producto de su primer día de trabajo con Lorenzo, nos invitaba a salir casi todos los días, íbamos al cine, a comer a la calle, a los bolos, etc. Yo como estaba aguantadazo no podía evitar mostrarme algo distante, ensimismado, lo que fue una suerte porque ella pensó que era debido a su pequeño desliz durante mi sueño. Sonia inteligentemente contribuía a preocuparla todavía más preguntándome qué me pasaba, que por qué estaba así y comentando que estos días me notaba muy extraño. La verdad es que yo estaba a punto de darme de cabezazos contra la pared cuando por fin llegó el día indicado.

Me levanté con la arrechura de siempre, hacía cuatro días que tenía la polla permanentemente erecta, me vestí con una sudadera ligera sin slip que permitía apreciarla en toda su imponente dimensión y fui al encuentro de mi mamita que estaba en la cocina.

Buenos días mamá, saludé.

Ella se volteó y se quedó muda al ver la colosal tranca que se marcaba debajo del pantalón de la sudadera. Antes de que reaccionara comencé:

Mamita, créeme que siento mucho lo que te voy a decir pero te juro que no encuentro mas remedio. Tu sabes cuanto te amo y esto es muy difícil para mí, pero la verdad es que desde la noche que te metiste mi polla en el coño, no he dejado de pensar en tu cuerpo, de desearlo, me masturbo constantemente pensando en tus tetas y en tu bello culo, quisiera penetrarte por todos lados, gozar contigo y hacerte gozar, convertirte en mi mujer.

Ella me observaba callada, con los brazos cruzados sobre el busto, la carita un poco inclinada hacia abajo, el cerquillo lacio y rubio sobre las cejas, cuando le mencioné el culo se puso colorada seguro pensando en que mi papá se había ido de la casa precisamente porque ella se negó siempre a entregárselo. Continué.

No encuentro otra salida que marcharme de la casa, porque sé que mis deseos no pueden ser cumplidos y que nadie ni la sociedad ni tú lograran nunca entenderme. La verdad es que te amo, pero te amo como mujer y cuando te veo me excito sexualmente, se me para la polla, deseo clavártela, y no puedo vivir así para siempre. Me iré, no sé donde, lejos, y trataré de olvidarte. Cuídate mucho mamita y sobre todo no dudes nunca que si hago esto es justamente porque te amo.

Cogí un maletín que ya había preparado con algunas de mis cosas y salí, cuando me iba sentí que mi mamita me miraba desde su lugar con ojos de desolación.

Llegué a casa de Sonia en un estado casi cataléptico, allí nos pusimos a esperar la llamada de mi mamá, estaba muy nervioso y a medida que pasaban las horas me ponía peor, por fin llamó hacia las cuatro de la tarde. Sonia le confirmó que sí, que yo estaba con ella, pero que me iría en un par de días. Mi mamá le pidió que fuera a la casa para conversar. Ahora sí todo estaba listo. Sonia metió lo necesario en su maletín y se fue para allá, esta vez yo era el que quedaba a oscuras, claro que por poco tiempo porque luego Sonia me contó con lujo de detalles su conversación.

Lo primero que hizo fue darle de tomar de una botella de pisco, que es un licor de uva que aunque pasa suave trepa muchísimo, de manera que a las dos horas ya mi mamá estaba completamente borracha y hasta le confesó llorando que se había convertido en puta por mí y que ahora yo la abandonaba. Sonia la consolaba y le propinaba deliciosos besos en la boca metiéndole la lengua y persuadiéndola de que aun no estaba todo perdido, que había que hablar conmigo, que había que dar el siguiente paso, que era todo muy natural y que en realidad si ya yo me la había tirado la noche anterior no tenía nada de malo que terminara la faena rompiéndole el culo, que era un sacrificio que ella debía hacer por amor a mí y que así yo me quedaría para siempre a vivir con las dos convertido en amante de ambas.

Como a las ocho de la noche Sonia me llamó y de frente me dijo:

La tengo listita para ti. No te demores.

Llegué a la casa y me senté en el sillón de la sala. Sonia trajo a mi mamá de la mano. La había vestido con un traje de licra rojo de manga corta muy pegado al cuerpo, y cuya falda le llegaba unos centímetros nada más debajo del culo. Llevaba las medias caladas que había comprado para reemplazar las que le prestara Sonia, sujetas con un liguero que se veía casi todo debido a que la falda no lograba cubrirlo y los mismos zapatos que usaba cuando Lorenzo la convirtió en puta. Se le marcaban los pezones de las tetas haciéndose evidente que no tenía sujetador. Se detuvo en frente de mí y comenzó su discurso:

Cariño, tu eres lo que más quiero en...

Carlos, tu mamá se a convertido en puta por ti y no es posible que ahora te marches así no mas dejándola abandonada. Intervino Sonia que no pensaba escuchar una larga arenga después de todo lo que habíamos esperado.

Ella se puso de rodillas y colocó su cabeza en mis piernas, no se atrevía a verme a la cara, sollozaba amargamente. Yo comencé a acariciarle el cabello mientras le decía.

OH mamita eso es tan hermoso, me encanta que hayas sido capaz de convertirte en puta por mí. Eso me demuestra cuanto me quieres, estoy convencido de que te va a ir magnífico como puta porque eres la mamá más bella del mundo, precisamente por eso es que debo marcharme, porque tu belleza me lastima. Ahora mismo tengo la polla enhiesta al sentir tu rostro sobre mis piernas y me cuesta un gran esfuerzo no metértela en la boca, pero lo que más me gusta de ti es tu maravilloso culo, todas estas noches he soñado que te lo rompía y no sabes el placer que me da imaginarte debajo mío siendo sodomizada por mí.

Cariño, puedes hacer conmigo lo que quieras, me dijo con un hilo de voz.

Lo que tu mamá quiere decir es que debes romperle el culo ahora mismo, Carlos, intervino Sonia. Suegrita tal vez deberías ser más explícita para que no le queden dudas de tus deseos, añadió.

No mamá, protesté, no quiero que hagas ninguna inmolación por mí, ya has hecho suficiente, yo quiero culearte sólo si tú también lo deseas, si es para ti un sacrificio prefiero marcharme lejos.

Hijito, contestó, quiero que me rompas el culo por favor, ahora que soy puta cualquier cliente lo hará, prefiero mil veces que lo hagas tú primero, así yo seré tu puta y tú mi caficho, podrás hacer conmigo lo que te de la gana para siempre sólo no me abandones nunca, quédate aquí conmigo como mi marido, mi dueño, mi cachero, conviérteme en tu esclava, me alegro de que nunca aceptara que lo hiciera tu padre, así ahora mi culito virgen va a ser violado por primera vez por ti.

Culazo, corrigió puntillosamente Sonia.

No lo sé, alargaba las cosas yo.

Sonia la puso en cuatro patas y le subió la falda alabando su culo.

Mira Carlos, jamás has visto un culo tan perfecto como el de tu mamá, dijo mientras se lo sobaba delicadamente, quiebra la cintura suegrita, así, saca el culo para arriba, eso es, mira que buena perra esta hecha tu mamita para ti, no debes hacerla sufrir más, tu deber de hijo es romperle el culo sin tardanza y terminar de convertirla en la puta que ya a comenzado a ser.

Me pareció que ya era suficiente de manera que accedí:

Esta bien lo haré mamá, te convertiré en mi puta pero primero quiero que me chupes la polla bien chupada y después de metértela por el coño te partiré el culo como la cereza del postre, consentí.

Acto seguido me bajé el pantalón de la sudadera y apareció mi polla que traía unas dimensiones desmesuradas, me llegaba hasta casi el ombligo y estaba de gruesa que parecía un leño. Incluso mi mamita que ya había probado las de Lorenzo y el negro se quedó estupefacta. Sonia la cogió de la cara y le iba dando indicaciones:

Saca la punta de la lengua suegrita, así, lame esa polla estupenda como si fuera un chupete, dedícate a la cabeza primero.

Mi mamá no necesitó mucho rato para seguir sola con su trabajo, cosa que Sonia aprovechó para recoger la cámara y con total descaro decirle:

Levanta la carita suegra para que Carlos pueda ver bien tu cara de puta gozando, eso siempre será muy excitante para tus clientes.

Ella abrió los ojos y la vio con la cámara en la mano filmándola con mi pene dentro de su boca pero ya no dijo nada, estaba completamente derrotada y entregada, con una mano lo cogía mientras se lo metía todo lo posible hasta la garganta, luego lo iba sacando mientras movía la lengua sin descanso, al llegar al glande lo envolvía y lo frotaba con su lengua húmeda y volvía a comenzar la faena, a veces se lo sacaba y se dedicaba a chuparme los huevos introduciéndoselos por completo en la boca y luego de un instante retornaba a meterse la polla hasta la campanilla.

Su imagen, de rodillas frente a mí, con el culo levantado, la falda subida hasta la cintura, las piernas abiertas y mi pene dentro de su boquita estuvo a punto de hacerme eyacular, me pareció prudente dejar reposar un poco mi polla no fuera a estropearlo todo.

La levantamos y la sentamos en el sillón, le bajamos la parte del cuerpo del vestido y se lo dejamos en la cintura como si fuera un cinturón, nosotros nos sentamos a los lados, cada uno tenía una pierna de mi mamita flexionada y abierta sobre sus muslos y se la acariciaba con delicadeza, comenzamos a lamerle los pezones, los dos lo hacíamos a la vez y de la misma manera, se los toqueteábamos con la punta de la lengua, pronto se le llenaron de nuestra saliva, así se segrega mucho, e incluso algunos salivazos pendían de ellos hacia el suelo, ella gemía con placer, pasamos a chupárselos, los cogíamos con los labios y succionábamos con la lengua, producíamos unos sonidos como chasquidos, mi mamita nos acariciaba a ambos el cabello, las orejas, el rostro mientras nos alentaba;

Así hijitos, así, háganme gozar, Dios qué placer, continúen por piedad.

Nosotros seguimos un buen rato y luego cambiamos hacia abajo. Le quitamos las braguitas que estaban sencillamente empapadas y se las metimos a la boca, ella seguía sentada en el sillón pero nosotros nos colocamos de rodillas en la alfombra casi como antes había estado ella. La manteníamos con las piernas flexionadas y bien abiertas, Sonia se dedico a lamerle el clítoris y yo, fue hasta ese momento la emoción y el placer más grandes de mi vida, le metí la lengua en su maravilloso culo. El placer que sentí fue de tal índole que casi eyaculo sin mas, logré contenerme por medio de un gran esfuerzo mental y tenía cuidado de no rozar con mi polla siquiera un milímetro de piel de mi mamita, tenía una de sus piernas sobre mi hombro y Sonia la otra sobre el suyo, le acariciábamos los muslos y ensalivábamos cada uno la parte que le correspondía, el culo de mi mamá respondía con entrega, le pasaba la lengua por el ano mojándolo totalmente y sentía como se dilataba un poquito cada vez. Sonia me pidió que le dejara meterle la legua en el culo a mamá y yo accedí gustoso.

La observé un rato hacerlo con amor, era muy concienzuda, mi mamá seguía con su calzón en la boca, gemía mientras lo chupaba y lo absorbía. Cogí la cámara de sobre la mesa donde la había puesto Sonia y me dediqué a filmar todo con acercamientos y tratando de captar los mejores ángulos y detalles. Me eché debajo de Sonia para tomarlas desde allí, luego me ocupé de la carita preciosa de placer de mi mamita. Al rato sentí que el peligro de mi eyaculación había pasado, así que como ya estaba de pie le introduje la pinga en la boca reemplazando sus braguitas, seguí filmándolo todo desde allí y la toma era muy buena con Sonia abajo intercalando sus chupadas entre el culo y el coño y mi mamá tragándose mi polla.

Después de eso separe a Sonia y le di la cámara. Coloqué a mi mamá de nuevo en cuatro patas con la mejilla apoyada en el asiento del sillón, yo me puse detrás, con una mano abrí su bellísimo culo y volví a introducirle la lengua con fruición mientras con la otra mano le introducía dos dedos en el coño pajeándola con potencia, ella no pudo más y liberó su primer orgasmo con un gemido de loba en celo, sentía como sus fluidos vaginales empapaban mis dedos y toda la mano, seguí introduciéndosela con más rapidez y casi toda, su concha se dilató mucho, no descuidaba lamerle bien el culo que era lo que mas me interesaba a mí y ella no paraba de gemir gozando con ímpetu de mis caricias. Sonia no pudo ser indiferente y se sentó frente a ella le cogió la cara y la obligó a lamerle el clítoris, de inmediato la acompañó en el orgasmo, le acariciaba la mejilla y le hablaba con un ronquido.

Así suegrita, que linda puta que tenemos en casa, sigue así bonita, como me gusta que seas nuestra esclava, ah suegrita puta si pudieras verte como yo te veo desde acá, pero no temas que todo lo estamos filmando y luego tú misma podrás apreciar como la enorme pinga de tu hijo te parte en dos el hermoso culo de puta que tienes.

Me coloqué de rodillas detrás de mi mamita y puse la punta de mi polla en los labios de su coño empapado, se la introduje de un envión lo que hizo que ella gritara de placer, estaba tan encharcada que una espesa capa blancuzca le salía de la concha manchando mi pene, como vimos después en la filmación. Yo empujaba rápido y duro, me acuclillé lo que hizo que me inclinara un poco hacia delante, con una mano me apoyé en el sillón y con la otra le aprisioné uno de sus riquísimos pezones, estaba duro como mi polla. Continué bombeando el coño de mi mamá un buen rato hasta que ella llegó a otro orgasmo lo que produjo la inmediata respuesta de Sonia.

Decidí que por fin había llegado el momento, Sonia se colocó con la cámara debajo de ella como si fuera a hacer un 69 para filmarlo todo sin perder detalle de la primera enculada de mamá. Ubiqué mi polla a la entrada de su ano y empecé a empujar despacio, poco a poco, entraba con dificultad porque estaba bien cerrado ya que ni siquiera le habíamos metido el dedo para dilatarlo, queríamos que lo primero que sintiera dentro de ese templo fuera mi polla. De pronto sentí que se habría el agujero abrazando la cabeza de mi pene, empujé un poquito más y entraron unos centímetros en su culo, mi mamita no pudo evitar un gemido de dolor, la pobre tendría que aguantar mucho ya que yo llevaba la pinga de una dimensión desconocida para mí, así la tuve unos segundos para que se fuera habituando y luego continué empujando despacito, poco a poco iba introduciéndosela toda, mi mamita gemía de dolor pero no me pedía que parara o que se la sacara, se portó como la buena puta que ya era y aguantó bastante bien mi empuje, yo estaba en el cielo. Llegué hasta la mitad dentro de ella y Sonia me pidió que parara para tomarle la carita, salió de donde estaba y se sentó nuevamente frente a ella diciéndome:

Ahora amorcito debes meterle lo que resta de un solo envión para que sufra el dolor de la rotura de culo y así poder filmar su carita de sufrimiento, es necesario que le duela de todas maneras y que llore un poco siendo enculada, eso será muy bueno para la película y para su carrera de puta.

Mi mamita levantó su carita y se quedó mirando a Sonia, o mejor dicho a la cámara, ya que esta no dejaba de filmarla ni un instante, estaba asustada.

Por favor eso no, se los ruego, nos dijo, siento que me abraza el culo, es un dolor insoportable, sólo lo hago por ti carlitos, por favor no me revientes el culo porque me voy a desmayar de dolor.

Pero Sonia se mostró inflexible.

Lo siento suegrita, pero es inevitable, yo sé que al principio es doloroso pero después me lo vas a agradecer, luego del dolor aparecerá un placer como no has experimentado jamás, esa será la prueba de que tu camino hacia el puterío ya no tiene retorno, será algo así como tu doctorado de puta.

Por favor Sonia, te lo ruego, no dejes que Carlos me reviente el culo, sé que no podré resistirlo, así despacito estoy a punto de colapsar, no se lo permitas. Insistió mi mamita. De todos modos ya soy vuestra puta, no lo dejes te lo ruego.

A Sonia le pareció suficiente diálogo y me hizo una seña con la cabeza, en ese mismo instante de un solo tirón le empotré lo que me restaba de pinga en el culo a mamá, la pobrecita dio un alarido. Y ahora sí no pudo soportarlo y empezó a suplicar.

  • Carlos, hijito, por piedad sácamela, me estás matando, te juro que no puedo soportarlo, me pedía mamá con desgarradores sollozos.

Yo seguía penetrándola con fuerza le sacaba casi toda la polla hasta el agujero y luego de un solo envión la volvía a encular. Sonia la animaba.

Así suegrita, llora como una buena putita, suplica, pídele a tu hijo que pare de reventarte el culo, lo haces de maravilla, tú Carlos dale con más fuerza, demuéstrale a tu madre lo puta que es, ¡vamos! reviéntale el culo, pórtate como un hombre.

Por fin mi mamita no resistió y se desmayó. Quedó laxa como una muñequita rota sobre la alfombra. Sonia la filmó un ratito más y me pidió que la siguiera enculando unos segundos así desmayada, porque eso vendría magnífico para la película, así que seguí un poco y luego la dejé para que se recuperara. Sonia se me tiró encima y me dijo que me amaba con toda su alma, que yo había demostrado sobradamente cual era mi temple y que siempre estaría enamorada de mí. Empecé a follármela mientras le daba descanso a mi mamita.

Al rato volvió en si. Sonia la colocó nuevamente echada sobre el sillón con la cabeza apoyada en el espaldar y las piernas bien abiertas y levantadas. Le cogió la mano y la obligó a palparse el agujero del culo, mi mamá soltó una exclamación de sorpresa ante las nuevas dimensiones de su ano, luego trajo el espejo del baño y lo dispuso frente a ella para que pudiera apreciar con claridad lo dilatado que le había quedado, parecía una caverna palpitante, mi mamita lo miraba todo con atención, estupefacta, sin dejar de recorrer la cavidad con sus dedos.

Con sus ojos verdes entornados, el pelo lacio que le caía sobre la frente, los labios rojos y húmedos, la boquita medio abierta, las piernas flexionadas y apretadas contra sus tetas y el rostro de diosa embarrada en el fango mirándose el orto destrozado, estaba hermosísima. Me di cuenta de que yo no podría resistir por mucho tiempo más sin eyacular y así se lo hice saber a Sonia.

Ella instaló a mi mamita casi de cabeza, la puso con la cabeza en la alfombra, la espalda apoyada en la parte que queda bajo el asiento del sillón y sus piernas echadas hacia atrás con los pies a la altura de las orejas de mi mamá, parecía a punto de darse un volantín, Sonia le sostenía las piernas en esa posición para que no se saliera de la misma, aprovechó para jugar un poco con el espejo y mi mamita pudiera ver como yo me ubicaba de pie con la polla sobre su ano. Tuve que hacer un gran esfuerzo para doblármela hacia abajo y así poder introducírsela nuevamente en el culo que, debido a la posición estaba todavía mas abierto. Sonia dispuso el espejo de manera que mi mamá pudiera ver con claridad mi polla entrando y saliendo de su ano, ella, mi mamita, se sostenía las piernas sujetándolas de los tobillos y la tensión hacía que los músculos de las pantorrillas y la parte posterior de los muslos se marcaran con fuerza sobre las medias, el culo también se destacaba mucho más, ella gemía y me alentaba ya sin tanto dolor y sintiendo más placer.

Así hijito, como me encantan todas estas posiciones de puta que me obligan a adoptar, penétrame el ano y déjamelo abierto para siempre, después quiero que me introduzcan la cámara por allí, dios mío estoy gozando como nunca, que delicia es convertirse en puta, ah Dios mío gracias por darme este hijo con esa polla tan enorme y esta nuera tan buena y hermosa y gracias por hacerme conocer el verdadero placer de ser puta, desde hoy seré puta para siempre, ah Dios mío esto es el mayor placer que he experimentado jamás.

Sonia no pudo controlarse y dejando el espejo por allí se colocó sobre ella obligándola a que le lamiera el coño y el clítoris mientras ella le hacía lo mismo, yo frente a ese cuadro no pude contenerme más, sentí que torrentes de leche partían desde mis testículos y explotaban por mi polla dentro del culo de mi bella y amada mamita, daba alaridos de placer mientras mi mamá al sentir sus entrañas inundadas de leche entró en un orgasmo salvaje, aullaba de delectación, le mordía el coño a Sonia, eyaculaba cantidades de un líquido amarillento transparente bañándole la cara, yo seguía eyaculando dentro de ella y me retorcía, literalmente diluviaba con mi pinga atravesando el culo de mamá, parecía que no iba ha acabar nunca, Sonia empezó a orinarse sobre su carita y a gemir y a llorar, se aferraba a sus nalgas hundía la cara en su coño mientras le bañaba el rostro con su meada calientita, mi mamita volvió a redoblar sus orgasmos, fue como un nuevo impulso ya que no había dejado de sentirlos desde que comencé a eyacular dentro de ella, el sonido del meado de Sonia sobre el rostro de mi mamita adorada fue demasiado para mí, casi me desmayo, así y todo Sonia terminó primero de orinar sobre ella que yo de eyacular, tanto era lo que había producido durante mi semana de abstinencia y la sesión de sexo con ella, por fin con unos estertores como gruñidos terminé.

Estaba rendido, a punto de derrumbarme en el piso, Sonia tuvo que sostenerme ya que no podía desengancharme del culo de mi mami y las piernas no me sujetaban, fue necesario esperar así un instante hasta que poco a poco mi pene fue saliendo del orto produciendo un sonido como un chapoteo. Sin embargo Sonia le prohibió a mi mamá que dejara la posición y fue por una copa de vino. Luego tuvo el cuidado de voltear a mi mamita y sentarla nuevamente sobre ese maravilloso sillón, con celo suficiente para no perder una sola gota de la leche que le rebosaba por el ano, como vio que no sería suficiente el envase me envió a mi por otra, la obedecí con las justas porque la verdad es que ya no daba un paso más. Sonia llenó dos copas de vino hasta el borde con la lechada que recogió del culo de mi adorada mamita. Luego la tomo de su rubio cabello, la obligó, un poco violentamente la verdad, a voltear la cara hacia arriba y desde la distancia de su brazo estirado delicadamente y con lentitud chorreo ese néctar hacia la boquita de mi mamita que lo esperaba con los labios bien abiertos y la lengua completamente afuera, luego se dedicó a besarla con fruición metiéndole la lengua hasta el fondo de su garganta, chapándole toda la boca y escupiéndola de vez en cuando. Mientras miraba ese hermoso espectáculo me prometí amarlas a las dos para siempre y por sobre todas las cosas. Hasta el día de hoy mi amor no sólo no ha disminuido sino que ha aumentado, sobre todo al ver con cuanta pasión mi mamita querida se entregó desde aquella noche a su bellísima carrera de puta.

Como al año que mi papá nos abandonó apareció nuevamente por la casa con cara de perro apaleado. Evidentemente la puta con la que había reemplazado a mi mamita lo había abandonado después de dejarlo en la ruina. Volvía, según dijo, a retomar sus funciones y responsabilidades de jefe de familia y a cuidar de nosotros y a resarcirnos por el dolor que pudiera habernos causado. Lo habían vuelto a tomar en su antiguo trabajo aunque con un sueldo mucho menor, por estúpido, según le explico su jefe, pero lo importante es que de ahora en adelante nada sería capaz de separarnos.

Mi mamita lo mandó a la mierda y le obsequió una copia de su última película, en donde la cogen una transexual muy bella con una polla ciclópea y un enano de circo con otro buen pedazo. No hemos vuelto a tener noticias de él.