Mi novia y mi madrastra, igual de putas

Relato sobre como descubrí lo puta que es mi madrastra... ¡y mi novia!

Soy Pedro de 25 años y un día había salido a tomar algo a medio día con unos amigos. Íbamos a ver un partido, pero al final no salió el plan y me volví a casa. Cuando llegué estaba la llave sin poner, así que supuse que Eva estaría en casa.

Eva es la novia de mi padre. Mi madre se marchó hace 7 años a Holanda con uno que conoció. Al poco vino para divorciarse. Mi padre, Juan de 48 años, lo pasó muy mal. Le dijo que estaba harta de él, que no se fijaba en ella, que estaba aburrida… Tras un tiempo, hace 4 años, mi padre conoció a Eva. Tiene 37 años y es una mujer atractiva, aunque le gusta vestir de manera algo provocativa para mi gusto, aparte de ser algo desinhibida en su comportamiento.  Al principio tuve bastantes problemas con ella, ya que no terminaba de tragarla. Pero poco a poco fui aceptándola porque veía a mi padre más contento con ella y se esforzaba en mantener una relación fluida conmigo.

Volviendo a ese día, al entrar en casa, escuché música puesta. Venía del cuarto de mi padre, así que fui allí. Poco antes de llegar a la puerta de la habitación escuché unos gemidos y me quedé paralizado. No sabía qué hacer. Mi padre estaba trabajando y no era él. Me acerqué despacio y lo que sospechaba se cumplió. Allí estaba Eva encima de un tío follándoselo con fuerza mientras gemía y pedía más. Estuve un momento quieto sin decir nada y pensé en entrar y ponerme a gritar. Pero me di la vuelta y me marché de casa.

Durante dos días estuve totalmente ido. Veía a Eva por casa y solo podía pensar en lo que había visto. No podía estar sin hacer nada e intenté hablar con mi padre.

Yo:¿Puedo hablar contigo un momento?

Juan:Dime, ¿de qué se trata?

Yo:Veras – tragando saliva – el otro día volví a casa antes de tiempo y vi algo… muy fuerte.

Pedro:¿Qué viste?

Yo:Pues vi a Eva en la cama con otro hombre. Toda desnuda y follando.

Mi padre se quedó mirando fijamente durante cerca de un minuto. Tras apoyarse en un sillón y bajar la cabeza, me miró.

Pedro:Entiendo… No te preocupes. Voy a hablar con Eva de esto, a ver qué ha pasado.

Yo:¡Pues lo que te he contado!

Pedro:¡Ya sé lo que me has contado! ¡Te he entendido muy bien! Voy a hablar con ella y punto. Esto es cosa mía.

Yo:¿La vas a dejar?

Pedro:Te he dicho que es cosa mía.

Se levantó y se marchó a ver la televisión. Yo me quedé algo extrañado, pero pensaba que él lo arreglaría.

Al día siguiente, y tras mucho insistir, tuve que contarle a Marta, mi novia desde hace 4 años, tiene 23 años, todo lo que había pasado. Ella sabía que algo me pasaba, pero no quise contárselo, pero no me quedó más remedio. Cuando se lo conté su cara era de sorprendida también.

Marta:Vaya, no tenía ni idea. La verdad es que Eva me cae muy bien. Es una mujer muy divertida y me lo paso genial con ella. ¿Qué va a hacer tu padre?

Yo:Pues no tengo ni idea. Iba a hablar con ella, pero yo la veo igual y se comportan como siempre. Creo que no se atreve a decirle nada por lo que pueda pasar. Lo pasó mal con el divorcio y ahora esto.

Marta:Tienes que darles tiempo. Es su relación y sabrá el momento adecuado.

Yo:¿Te sorprende lo que ha pasado?

Marta:Está claro que sí, pero a ver… Vamos a esperar a ver qué ocurre.

Tras aquello, pasó casi una semana en la que todo seguía igual. Eva seguía como si nada, con el mismo comportamiento de siempre. Ya no sabía qué hacer, así que decidí hablar con Eva yo mismo.

Me senté en el sofá del salón una tarde que mi padre estaba trabajando y Marta había ido con las amigas. Me vio serio y le dije que tenía que hablar con ella.

Eva:Está bien. Por la cara que tienes, parece algo serio. ¿Qué ocurre?

Yo:Hace algo más de una semana volví a casa antes de tiempo, cuando iba a ver el partido. Al entrar en casa escuché la música del cuarto puesta, cuando me acerqué a la habitación te vi desnuda con un tío en la cama y follando y gritando. Me quedé de piedra y me marché. A los pocos días se lo conté a mi padre. Me dijo que iba a hablar contigo, pero veo que todo sigue igual y no sé qué ha pasado. Veo que sigue normal y estoy cabreado y… Mi padre lo pasó mal con el divorcio, así que creo que me ha mentido y no ha hablado contigo.

Eva se quedó pensativa mirándome, pensando en que decir. Sin embargo, su cara no reflejaba gran asombro o sorpresa.

Eva:Tu padre no te ha mentido. Sí ha hablado conmigo y me contó lo que viste. Me lo dijo el día siguiente de hablar tú con él.

Yo:¿Entonces es cierto lo que vi?

Eva:No seas estúpido, que ya eres bastante grande para tonteras. Lo viste, ¿no? Entonces para qué preguntas si es cierto. Estaba con un tío esa tarde que me viste, sí. No voy a negar algo tan evidente y, además, no tengo porque hacerlo.

Yo:¿Y por qué?

Eva:Creo que no eres la persona a la que tengo que dar explicaciones sobre lo que hago o dejo de hacer. Como te he dicho, tu padre hablo conmigo y ya está todo zanjado. Esta todo aclarado y por lo tanto no tienes que darle más vueltas al tema.

Yo:Entonces, ¿te ha perdonado? Porque tú sigues como si tal cosa.

Eva:Mira Pedro, no me tires de la lengua y vamos a dejar ya el tema, ¿vale? Está hablado y ya está.

Yo:¿Te perdona?

Eva:Tu padre no me tiene que perdonar a mi nada de nada. A ver si te queda claro. Yo no hice nada malo.

Yo:¡Si te acostaste con otro!

Eva:¡¿Y qué si lo hice?! Te estoy diciendo que a mí no me tiene que perdonar. Tu padre y yo tenemos una relación, con nuestras reglas.

Yo:¿A qué te refieres?

Eva:Eres muy pesado Pedro… Para que te enteres y me dejes tranquila de una vez. Tu padre me deja estar con otros tíos, ¿ok? Follo con otros y él lo sabe perfectamente. Le gusta que sea así. Tu padre no es que sea un portento en la cama y a mí me gusta que me den caña y correrme bien. Por eso me deja. Yo lo quiero con locura, pero necesito lo que necesito y ya está. Pensaba que no ibas a venir y por eso quedé con ese tío, pero me viste. Enhorabuena, ya sabes la verdad. ¿Tienes alguna duda?

Yo: ...

Eva:Me lo imaginaba… Sabes, me alegro que lo sepas, así no tendré que tener tanto cuidado por ti a partir de ahora. Total, ya lo sabes. Nuestra relación es nuestra relación y la llevamos como queremos. Ahora déjame tranquila un rato que has conseguido cabrearme.

Yo:Yo ya sabía que te veía muy suelta. La forma de vestir, tus comentarios… Tenías pinta de zorra.

Eva:Jajaja

Yo:¿De qué te ríes?

Eva:Pues de ti y de lo que dices. ¿Has visto entonces a tu novia? Si la comparas conmigo, ¿qué es ella? Viste mucho más provocativa que yo, a parte de algún que otro comentario.

Yo:¡No digas tonterías!

Eva:Eres tú el que las dice. Tú sabrás lo que haces.

Me marché cabreado y enojado. Encima de todo se metía con Marta. Es verdad que ellas eran bastante amigas y se llevaban bien. Pero compararla con ella. Ni hablar.

El tiempo pasó y todo seguía igual, o casi. Ahora Eva vestía algo más provocativa, sobre todo estando en casa. Salía y entraba, y yo siempre pensaba que estaría con alguno o con otro. Mi padre no volvió a nombrar el tema para nada. Marta y ella seguían igual, o incluso hasta más amigas que antes. Cuando le decía algo a Marta, ella decía que Eva era genial y que no fuera así con ella. Que estaba claro que no era algo muy normal, pero que ellos sabrían y que no me metiera donde no me llamaban.

A eso de un mes, y como era verano. Marta y Eva quedaron para ir a la playa las dos. Mi padre trabajaba y yo me apunté también. Fuimos a una zona de la playa algo apartado y que era nudista. A las dos le gustaba ir allí, Marta se pone casi siempre en topless y también se lo quita todo. A mí no me hace gracia que la vean, es guapa y muchos tíos la miran, pero quiere. Respecto a Eva, pues también. Le gusta exhibirse, yo ya la había visto en topless muchas veces y varias denuda completamente en la playa o por casa, así que… Cogimos las neveras y nos fuimos a pasar el día a la playa.

Cuando llegamos no había casi nadie. Pusimos las cosas, nos pusimos algo de crema y a aguantar el día con dos mujeres hablando de sus cosas. Se quedaron desnudas, pero yo no. Insistieron, pero yo no me iba a desnudar, así que me dejaron por imposible. La mañana siguió tranquila, hablando, cartas, tomando el sol, que si ropa por aquí… Yo todavía tenía el enfado con Eva, pero ella se comportaba como si nada. Después de comer, Marta de fue a la orilla a buscar algunas conchas. Los dos o tres que pasaban se quedaban mirando, cosa que no me hacía mucha gracia, pero era algo normal. Entonces Eva me empezó a hablar.

Eva:Deja de mirarla como si la estuvieras radiografiando.

Yo:Está allí desnuda en la orilla, y los tíos que pasan la miran.

Eva:Tranquilo, dices que no es tan zorra como yo, ¿no? Entonces no tienes de que preocuparte.

Yo:No tiene ni puta gracia, ¿sabes? Si tanto te gusta, ¿por qué no estás tú ahí para que te vean?

Eva:Hace mucho calor y estoy mejor a la sombra.

Me tumbé un rato a mirar el móvil. Al rato levanto la vista y veo a Marta. Estaba hablando con un tío en la orilla.

Yo:¿Quién es ese?

Eva estaba medio adormilada en la silla y se despertó.

Eva:Pues uno que está hablando con ella.

Yo:Pero…

Eva:Vamos, ¿no me digas que estas celoso? Tu novia desnuda en una playa nudista hablando con uno con la polla colgando. No te pongas celoso.

Yo:¡Ya vale!

Eva:Las zorras distinguimos a las zorras.

Yo:¡Marta no es ninguna puta!

Eva:Quizás no lo haya sacado, pero lo tiene. Si estás tan seguro, dale cancha. A ver qué pasa.

Yo:Ella no es así.

Eva:Averígualo.

Quería ir a la orilla y traerme a Marta, pero eso darle la razón a Eva. Me quedé quieto allí. Ellos seguían hablando y ya empezaron a reírse un poco. Eva se reía. Al poco se despidieron con 2 besos y el siguió andando. Marta se quedó algo más y se volvió a la toalla.

Yo:¿Quién era?

Marta:Pues ni idea. Hemos empezado a hablar y ya está.

Yo:Hombre…

Eva:Se ha puesto algo celoso.

Marta:¿Sí?

Yo:¡No!

Eva:Sí. Además, mira el bañador. ¿Qué es ese bulto?

Yo:¡¿Qué dices?!

Eva:No seas estúpido que te estoy viendo. A ti te pone lo que has visto. No mientas.

Yo:¡Deja de decir tonterías!

Eva:Ya, claro – mirando a Marta – ya sabes lo que dicen, de tal palo, tal astilla.

Marta:Jajaja

Yo:No tiene ni puta gracias que te cachondees de mi padre porque te deje hacer lo que haces.

Eva:Solo te lo digo a ti, porque te lo mereces.

Yo:¿Y si Marta no lo hubiera sabido?

Eva:Sé que lo sabe porque se lo dije yo. No quería malos rollos con ella y se lo conté todo personalmente. Tiene que escuchar tú versión y la mía. Ella lo entendió y ya está, ¿verdad?

Marta:Sí. Me lo dijo. No te dije nada porque no creí que fuera necesario.

Yo:Ya veo…

Eva:Nos llevamos bien. Además, somos bastante parecidas, ¿no, Pedro?

Yo:

Cambiamos de tema y seguimos hablando. Marta volvió a darse un chapuzón y se quedó otra vez por la orilla. Justo en ese momento volvía el de antes para atrás. Se volvió a parar con Marta y otra vez se pusieron a hablar.

Eva:Otra vez esta es ahí. Está claro lo que busca.

Yo:Puede buscar lo que quiera, pero no lo voy a permitir.

Eva:¿A dónde coño vas? No te hagas el machito y llegues allí como el escudo de Marta diciendo que eres su novio. ¿Quieres dejarla en ridículo?

Yo:Pero…

Eva:Además, estás seguro de ella, ¿no? Que te preocupa.

Yo:Es que…

Eva:Me da que no estás tan seguro… Ponla a prueba.

Yo:¿Qué?

Eva:Muy fácil. El tío lleva el móvil en la mano. Llévale el móvil a Marta y a ver qué pasa. Lo mismo se intercambian números o no.

No quería, pero Eva me picaba. Me levanté y se lo di diciendo que había sonado. Casi ni me miró ni me presentó, me dijo un simple gracias y siguió la conversación sobre un bar de algún sitio. Me volví y me quede mirando. A los pocos minutos vi como los dos se ponían a escribir algo.

Eva:Ya te dije que una zorra distingue a una zorra, Pedrito. Tu novia solo necesita soltarse un poco.

Yo:No te creo.

Eva:Jajaja. Mira, haz una cosa, suelta un poco la cadena y déjala hacer, a ver qué pasa. No le reproches nada de hoy y sí te dice algo, simplemente haz ver que no te molestó y que estás bien, sin problemas. A ver qué hace Marta.

El que Marta fuera como Eva no me convencía, aunque estaba algo curioso y excitado por aquello. También quería ver hasta dónde era capaz de llegar Marta. Al poco se despidieron u Marta volvió a la sombrilla.

Eva:El tío es guapo Marta, y estaba babeando por ti.

Marta:Jajaja, no creo.

Eva:Que sí. ¿Os habéis dado los números?

Marta:Sí, para algo de un bar que se pone muy bien y para unas entradas para conciertos.

Marta me miró y no dije nada. Sonreí un poco y listo. Al poco nos fuimos de vuelta que ya estaba oscureciendo.

Los días siguientes estaba realmente intrigado, no sabía que iba a pasar y quería saber hasta dónde iba a llegar Marta. Cada vez que su teléfono sonaba me daba un susto. Cosa de una semana después, Marta me dijo algo que me dejo bastante sorprendido. Me dijo que había quedado con él de la playa, que se llamaba Jaime, para ir a tomar algo y darle unas entradas para un concierto que se las había pedido para unas amigas de Marta. Por lo visto conocía a alguien. Le dije que vale y se marchó. Iba con unos pantalones vaqueros y una camiseta de tirantas amarilla, guapa, demasiado guapa. No dije nada, recordando la conversación con Eva. Marta no era como ella, aunque cada vez tenía más dudas. Salió sobre las 7 y volvió a las 9. No creo que hicieron nada y la cosa se quedó ahí.

Todo iba bien, hasta 2 semanas después. Como Marta y Eva eran tan amigas pues se contaban de todo y a mí me dejaban algo fuera de juego sus comentarios con segundas. Ese día mi padre estaba de viaje por el trabajo y estábamos Eva, Marta y yo en piso para almorzar.

Eva:¿Hablaste con Jaime?

Marta:Sí. Me dijo que iba a traer las entradas ahora.

Eva:Gracias, es que a una amiga se le ha ocurrido a última hora ir al concierto y me acordé de Jaime, que conseguía las entradas.

Marta:Sí. Me dijo que la próxima vez lo avisara con tiempo. El concierto es mañana y le ha costado. Las va a traer ahora aquí porque mañana se iba por ahí unos días.

Yo:¿Tú conoces a Jaime?

Eva:No, pero Marta me habló de él.

En ese momento sonó el timbre. Marta fue a abrir y era él. Llegó al salón y nos presentó a Eva y a mí, yo como su novio. Dio las entradas y se iba a marchar.

Eva:Espera Jaime, ¿por qué no te quedas a comer?

Jaime:Muchas gracias, pero no quiero ser una molestia.

Eva:En absoluto, es mi forma de darte las gracias por las entradas con tan poco tiempo.

No me hizo ni puñetera gracia aquello. Marta le dijo que se quedara. Cuando cogí un momento a Eva a solas se lo dije:

Yo:¿Qué haces?

Eva:Ya te lo dije. Poner a prueba a Marta. ¿No es esto lo que quieres Pedro? ¿No quieres ver qué pasa con tu novia? ¿No quieres ver si es tan zorra como yo? Si eres como tu padre. Te gusta, lo veo en tus ojos igual que lo veo en los suyos. A ver hasta dónde llega Marta. Siéntate y disfruta del espectáculo.

No supe ni que responder. Escuché a Marta y Jaime reírse desde el salón. Eva puso la mesa y comimos. Yo no dije casi ni palabra. Eva y Marta le preguntaban a Jaime sobre su vida y milagros. Jaime se sentó al lado de Marta, yo estaba enfrente de Marta y Eva enfrente de Jaime. Me pareció verlos algo cariñosos, pero yo ya no sabía ni lo que estaba viendo. Eva iba con una camiseta blanca de tirantas y con un pantalón corto blanco, muy guapa ella. Al terminar de comer, Eva dijo que nos sentáramos en el sofá y que iba a traer unas copas.

Eva:Tú no, Pedro. Ayúdame a quitar la mesa. Marta, ocúpate tú del invitado.

Marta:Vale.

Empecé a recoger los platos con Eva. Cuando terminé el último, Eva me agarró del brazo y no me dejó salir de la cocina.

Eva:Quédate aquí un ratito conmigo, ¿quieres?

Yo:¿Pero qué dices?

Eva:Vamos a dejarles un poquito de intimidad.

Yo:No tiene gracia.

Eva:Lo estas deseando Pedro. Si has permitido todo esto es porque quieres que pase. Así que ahora no puedes joderlo todo. Le has dado el permiso a Marta, y ahora no puedes quitárselo. Va a pasar, así que hazte a la idea.

Yo:Pero…

Eva:Shh…

Se escuchaban reírse desde el salón.

Eva:Ves, se lo están pasando bien.

Jaime:Eva es muy agradable y muy simpática.

Marta:Sí, me cae fenomenal. Es la madrastra de Pedro, pero es casi como una amiga.

Jaime:Y muy guapa también.

Marta:¡Oye!

Jaime:Bueno, tú lo eres más.

Marta:Gracias.

Jaime: Es curioso, la primera vez que te conocí te vi desnuda.

Marta:Cierto.

Jaime:Y con ropa he de decir que estás muy guapa también, pero sin ella estas mejor.

El tío iba a sacó. Y Eva me seguía agarrando. En ese momento se acercó y le besó en los labios. Marta ni se movió. Eva y yo nos habíamos acercado al salón, pero sin entrar y se veía desde fuera.

Jaime:¿A tú novio le gusta esto?

Marta:Parece que sí. No ha dicho nada.

Jaime:Y que vas a hacer – poniéndole la mano encima del muslo y acariciándolo.

Marta:¿Tú qué crees? – abalanzándose sobre él y besándolo.

En ese momento Eva me empujó y entramos al salón. Marta y Jaime separaron sus bocas, pero siguieron abrazos del beso.

Eva:Queréis una… ¡Vaya! Parece que hemos interrumpido algo.

Marta:No te preocupes.

Eva:Pedro está aquí y me ha dicho de ver una película, pero no es la que te gusta Marta. Si queréis, podéis iros a una habitación. Allí estaréis más cómodos y yo me quedo aquí con Pedro que no le importa, ¿no?

Yo:Como queráis.

Todos miramos a Marta y ella me miró a mí. Tras unos segundos sonrió, se levantó, cogió a Jaime de la mano y se fueron por el pasillo. Llegaron a la habitación y la cerraron al entrar. Eva puso la tele y le dio a la película. Con ella no escuchaba nada, aunque me pareció escuchar algún grito.

Eva:Te lo dije. No me creíste y te lo había dicho.

Estaba todavía algo confundido y sin saber muy bien qué hacer o decir. Me quedé viendo la película pero no la estaba viendo. A unos metros estaba un tío con mi novia follando. A la media hora o así, veo abrirse la puerta. Marta sale desnuda y pasa por el salón.

Marta:Hola.

Eva:¿Qué tal? Todo bien, ¿no?

Marta: sonriendo – Sí, todo bien.

Eva:¿Ya has terminado?

Marta:No, voy a por un poco de agua. Hace mucho calor.

Eva:Esa es mi chica. Ahora a por el segundo asalto y los que hagan falta.

Al volver con una jarra de agua y un par de vasos.

Marta:¿Estás bien?

Yo:Sí, estoy bien.

Marta:Vale – acercándose y dándome un beso – Gracias por esto. Creo que es el mejor y mayor regalo que me podrías haber hecho. Te quiero y eso no va a cambiar. Eres mi novio y con la persona que quiero estar. Jaime es solo un amante. Mi novio eres tú.

En ese momento Jaime se acercó a la puerta y miró al salón.

Jaime:¿Vienes Marta?

Marta:Voy. ¿Ya la tienes dura?

Jaime:Ven a comprobarlo.

Marta se fue camino del pasillo, con su precioso culo. Cuando iba por la mitad, se giró.

Marta:Pedro ¿quieres venir a mirar?

Yo:Ehh…

Eva:No seas tonto y ve. Ya la has oído. Te quiere y es el mayor regalo que le has hecho. Ve y siéntate a ver a una auténtica puta.

Marta:¿Vienes?

Yo:Voy.

Marta me dio la mano, los vasos de aguay entramos a la habitación. Allí estaba Jaime sentado en la cama con la polla medio dura. Era algo más grande que la mía, pero nada enorme ni de película porno. La cama estaba toda deshecha y la manta por lo suelo. La ropa de uno y otro tirada por cualquier sitio. Le di un vaso a él y otro a Marta.

Marta:Ha venido a ver. Espero que no te importe.

Jaime:En absoluto, si es lo que quieres. – mirándome y dándome la mano – muchas gracias por esto. Es una mujer fabulosa.

Marta:Dejaos de tonterías. Bebe algo de agua. Pedro, siéntate por ahí.

Casi como un robot me senté en la silla. Bebieron algo de agua y comenzó la acción. Con Jaime todavía sentado, Marta se inclinó sobre el hombre y comenzó a besarle con todo. Su mano derecha se fue hacia su polla y empezó un suave movimiento de sube y baja. De vez en cuando aumentaba el ritmo para bajarlo nuevamente. Esto a él le gustaba. Yo estaba a punto de reventar. Marta se arrodilló y se la empezó a chupar. Primero lentamente para poco a ir subiendo. Jaime se tiró hacia atrás.

Jaime:¡Dios! ¡Qué bien lo haces!

Marta:Gracias. Disfruta que luego te toca a ti.

Al poco Marta se subió encima y comenzó un 69. Se veía en la cara de Marta que Jaime lo hacía realmente bien, ya que su cara era de estar disfrutando y mucho. Después Marta se tumbó boca arriba y abrió sus piernas mostrando su depilado sexo.

Marta:Cómemelo hasta que me corra. No pares hasta que lo consigas.

Jaime obedeció rápido la orden de Marta y se afanó en cumplir lo que le había pedido. Tras uno minutos en los que se escuchaban gemidos y gritos varios de Marta, está llegó al clímax. Dio un grito y empezó a resoplar, mientras sus piernas algo temblorosas se extendían sobre la cama. Jaime se separó un poco y Marta se levantó.

Marta:¡Qué bien lo comes! Buff. Prepárate que ahora te toca a ti. Pero dame un segundo. Pedro, puedes bajarte los pantalones si quieres, tienes la polla que va a romper el pantalón. Una pregunta, ¿te gusta?

Yo:Sí.

Marta:¿Por qué no me has dicho esto antes? Me encanta el sexo y la verdad es que esto me pone mucho. Verte ahí sentado y que te guste verme otro hombre. La verdad es que me pone muchísimo.

Yo:No sé… Yo…

Marta:Ya Eva me había puesto sobre aviso. Al principio dudaba un poco. Me dijo que eras como tu padre y que ya verás como todo iba a ser bueno. Me alegro de que así sea. Te lo dije antes…

Marta tumbó a Jaime con la cabeza hacía. Se puso encima y se metió la polla de golpe. Empezó a cabalgar y me miró.

Marta:…¡Te quiero Pedro! ¡Ahh, sí! ¡Qué gusto! Estoy muy feliz de esto, eres lo mejor. ¡Te quiero mi vida! ¡¿Te gusta cómo me está follando?! ¡¿Te gusta como le dan duro a tu novia mientras tú te pajeas mirando?!

Yo:¡Sí!

Marta:Quiero que te corras mientras Jaime me está follando, ¿vale? Quiero que te corras mientras cabalgo a esta polla.

Yo:Sí, ahora voy.

Marta:¡Vamos…!

Yo:¡Ahh…! ¡Sí! ¡Me corro! Me corro. Buff…

Marta:¡Eso es mi vida! Eso es. Córrete mientras follan a la puta de tu novia. ¡Ahh! ¡No pares por dios! ¡Sigue!... Pedro, vete acostumbrando. ¡Sí!

Yo me corrí y manché todo lo manchable. Marta se dejó caer sobre Jaime mientras seguía follándola. Luego cambiaron de postura y Marta se tumbó boca arriba con Jaime dándole bien fuerte. Se escucha lo mojada que estaba Marta en cada una de las embestidas que le estaba dando.

Tras unos minutos, Jaime avisó que se iba a correr. Marta le dijo que parara. Le quitó el condón que tenía y se la metió de golpe. Me quede boquiabierto.

Marta:Tranquilo. Tomo la píldora y Pedro lo sabe. Dale sin miedo.

Jaime le dio más fuerte y, entre gemidos, comenzó a descargar en mi novia.

Marta:¡Eso es! ¡Dámela toda! ¡Llena a esta putita con tu leche!

Marta estaba totalmente irreconocible. Estaba totalmente fuera de sí y nunca la había visto así de caliente y tan fuera de sí. Jaime se quedó sobre Marte unos instantes, descargando hasta la última gota. Al levantarse, se fundieron en un largo y cariñoso beso.

Marta:Muchas gracias, Jaime. Eres estupendo.

Jaime:Gracias a ti. Eres increíble. Ha sido fantástico.

Marta:Gracias. ¿Qué te parece?

Yo:La verdad que ha sido impresionante. Nunca te había visto así.

Marta:La verdad es que nunca había estado tan caliente. Creo que la situación, el que estuvieras ahí sentado. Todo lo que ha pasado. Jaime… En fin… Ha sido increíble.

En ese momento Eva se asomó a la habitación. Estaba desnuda.

Eva:¿Qué tal chicos? ¿Bien todo?

Marta:Sí. Ha sido fantástico.

Eva:¿El comienzo de una nueva etapa en esta relación?

Marta:¡Sin lugar a dudas! Jajaja

Eva:Me alegro. Y también por ti, Pedro. Disfruta lo que tienes. Eres afortunado por tener a semejante puta de novia.

Marta:¡Ehh! ¡Sin faltar! Jajajaja ¿Por qué estas denuda?

Eva:Porque me habéis puesto tan caliente que he tenido que aliviarme un poco. Con los gritos y todo eso… No veas cómo me estaba poniendo. Bueno, recoged esto un poco y vamos a vestirnos. Tu padre es muy bueno y bastante abierto, pero como vea a su novia desnuda, su hijo con los pantalones bajados y todo manchado, a la novia de su hijo desnuda y chorreando semen y a otro tío desnudo en la cama con ella; ¡no sé qué dirá! Jajajaja.

Recogimos todo y limpiamos la casa. Jaime se marchó no sin antes despedirse bien de Marta. A partir de ese momento, mi relación con Marta cambió. Eva la “instruyó” en lo que ella sabía hacer y comenzaron a pasar varios amantes por su cama. Muchas veces ella sola, otras acompañadas por mí… de todo un poco. Pero siempre dejando claro que su novio era yo, que me quería con locura y que era la más feliz del mundo por dejarla experimentar y follar con otros.