Mi novia y mi compañera de clase

Un trio con dos bellezas que jamas olvidaré.

Hola, mi nombre es Carlos, tengo 22 años, soy moreno, 1,75, atlético, y tímido. Mi novia se llama Sandra tiene un año menos que yo, y la verdad es que es muy linda, es morena, 1,68, delgadita y tiene un cuerpo que apetece comérselo a bocados en cualquier momento. Llevamos juntos desde comienzos del verano, y la verdad es que espero que dure mucho.

Bueno, no se si conocéis Salamanca, es una ciudad pequeña, y fácil que haya amistades que coincidan. Yo estoy estudiando Psicología, entre mis compañeros hay una chica con la que tengo buena relación, no es de los más cercanos pero me llevo muy bien con ella. Se llama Paula y es la típica niña rubita con cara muy dulce, sonrisa preciosa, y ojos claros, que te dejan sin sentido solo mirarlos.

Todo comenzó en una fiesta de facultades que se celebran de vez en cuando. Yo fui con mi novia y unos amigos a pasarlo en grande disfrutar del gentío y del alcohol. Llevábamos ya un rato, bebiendo, bailando, y disfrutando, poco a poco Sandra y yo nos íbamos quedando mas solos para tener mas intimidad y disfrutar de nosotros. Sandra no bebe demasiado así que cuando ocurre, se desmadra, y a mi me encantan esos momentos. Yo había conseguido que un amigo me dejara la llave de su piso, para rematar la faena ese día.

En uno de esos momentos, que sientes que el mundo se para, abrazado a ella, saboreando sus labios, jugando con nuestras lenguas, mirándonos a los ojos como si fuera el refugio para cobijarse, cuando de repente una mano me llama por la espalda.

"Hombre, Carlitos. ¿No esperaba verte por aquí?" – era Paula, mi compañera de clase.

"¿Qué tal, Paula? No podía perderme la fiesta" – en ese momento me di cuenta de que Sandra y Paula, no se conocían, y procedí a las presentaciones.

"Paula, esta es mi novia…"

"Sandra" – contesto Paula.

"¿Os conocéis?" – mientras preguntaba esto mire a mi novia que una sonrisa, parecía contestar afirmativamente a mi pregunta.

A partir de aquí empezaron a contarse sus historias. Ambas habían ido al mismo colegio hasta los 16 años en que los padres de Paula tuvieron que trasladarse a Madrid por trabajo, y el destino había querido que ella volviera aquí para estudiar. Las dos eran compañeras de clase y muy amigas, cuando Paula se fue a Madrid, perdieron el contacto y no se habían vuelto a ver. La fiesta transcurría entre las anécdotas de una y las de la otra. Ambas estaban lo suficientemente contentillas por no decir borrachas, pero seguían disfrutando entre risas y cosas. Las llaves del piso de mi amigo esperaban en el bolsillo, y me parecía que al final no las iba a aprovechar.

"Voy al servicio" dijo Paula. "¿Me acompañas?" continuo dirigiéndose a mi novia.

"Vamos" contesto Sandra.

Yo pensaba como podría librarme de Paula para disfrutar con mi novia, pero resulta difícil separar a dos amigas que hace tanto tiempo que no se ven y tienen tanto que contarse. Estaba pensando en ello, cuando me di cuenta que tardaban demasiado en volver. Fui a buscarlas por si les pasaba algo por el camino. Dos chicas tan guapas, siempre hay algún plasta que les da la coba para ligarlas. En el camino al servicio no estaban, así que espere junto a la puerta a ver s salían. Vi salir a dos chicas hablando entre ellas y riéndose en bajo. En ese momento, una chica entro al servicio y al abrir la puerta, eche un vistazo desde fuera y lo que vi me dejo helado. Mi novia se estaba morreando con Paula, además un beso como Dios manda. Me quede un rato dándole vueltas sin saber que hacer, que pasaba, que decir, pero excitado eso es cierto. Decidí esperarlas donde me dejaran, esperando que regresaran cuanto antes.

"No sabes como estaba el baño. Menuda cola" – dijo mi novia con cara de no haber roto un plato.

"¿No te habrás aburrido?" – dijo Paula con una sonrisa de las suyas

"Espero que vosotras tampoco" – conteste devolviéndole la sonrisa.

"Os invito a mi piso a seguir charlando. Creo que ya estoy bastante borracha, y aquí ya hay demasiada gente. Os animáis." –dijo Paula.

"¿Te apetece?" – me pregunto mi novia.

Yo no sabia que responder mis planes se había venido abajo, pero lo que había visto me excitaba lo suficiente, y como cualquier hombre, pensé que quizá pudiera acabar liándome con las dos.

Al llegar a su piso, el típico de estudiantes, estaba bastante desordenado. Nos sentamos en el salón, mientras Paula recogía algunos trapillos suyos que tenía esparcidos por el salón y nos iba a buscar algo de beber. Sandra, mi novia, comenzó a hacerme caricias y darme besitos para que me animara pues me había visto un poco pensativo.

"¿Qué te pasa, cariño? Estas un poco ido" – me pregunto.

Aprovechando que estaba solo con ella, le dije "Os he visto en el servicio"

"¿Qué has visto?" dijo Sandra intentando disimular.

"A ti y a Paula" conteste.

En ese momento llego por detrás Paula, "Solo estábamos recordando viejos momentos, Carlos. ¿No estarás celoso? Ella te quiere a ti"

Me di la vuelta "¿viejos momentos?"- pregunte.

Mi novia contesto "Si, Carlos, cuando estábamos en el colegio, alguna vez sentimos la necesidad de experimentar el placer de sentir a otra mujer. Teníamos 15 años, la curiosidad, ya sabes."

"¿Ya se? ¿Qué es lo que se? Yo no se nada más que lo que tú me cuentas. Además creo que ya no tenéis 15 años, ¿no?" – respondí algo alterado.

"No, pero entre el alcohol, el reencuentro, y la situación." Dijo mi novia como excusándose.

"¿Solo os besabais cuando estabais juntas?" – el morbo que todo hombre lleva dentro surgió de mi.

"¿Qué mas da?" – pregunto Paula. "¿O es que te excita? No deberías enfadarte en una situación que a todos los hombres les excita, ¿a ti no?" – continuo.

Me dejo sin palabras, sin saber que responder pero Paula continuo hablando "Y yo estaría dispuesta a enseñarte lo que hacíamos si Sandra quiere, claro"

Sandra solo sonrió, como asintiendo.

De mis labios solo salió preguntar "¿A que te refieres?"

Paula siguió "a que disfrutes de ver como dos amigas disfrutan juntas, y contigo. ¿Te apetece?" esto ultimo lo dijo dejando caer su chaqueta al suelo y dirigiéndose donde estaba mi novia.

Mi novia se acerco a mi y suavemente me beso en los labios, haciéndome sentir lo que necesitaba para animarme a vivir esa experiencia. Lentamente fue separándose de mí. Se levanto y se agarro de la mano de Paula, mi novia entonces estiro el brazo para darme la mano, invitándome a ir con ellas. Los tres entramos en la habitación de Paula. Yo me senté en la cama, mientras ellas de pies, comenzaron a besarse. Mi polla empezó a querer levantarse. Se besaban con dulzura y con mucha pasión, y deseándose al mismo tiempo. Yo también las deseaba. Paula fue levantando la camiseta a mi novia. Su sujetador quedo a la vista, aunque no por mucho tiempo, ya que Paula ya se disponía a quitárselo. Mi polla disfrutaba notablemente viendo ese espectáculo. Mi novia tan morenita, Paula con su piel clara, eran tan distintas pero tan bellas ambas que se me debió quedar cara de tonto allí, mirando. Paula comenzó a bajar los pantalones a mi novia, y poco después cayo su tanguita. Con un ligero empujón de Paula, Sandra cayó junto a mí, en la cama. Paula seguía besando a mi novia, mientras sus manos acariciaban los pechos y el resto del cuerpo. Lentamente fue bajando los besos por el cuerpo de mi Sandra. Mi novia, viéndome con esa cara de tonto que debía tener, me agarro para que me acercara a sus labios, y me beso como solo ella sabe hacerlo. De este modo pude entrar en el juego que hasta entonces parecía solo de dos. Yo me dedique a besar y acariciar a mi novia por arriba, mientras Paula saboreaba su zona baja.

Me resultaba increíble lo que estaba pasando.

Mi novia quiso disfrutar de Paula, y se levanto para desnudarla mientras iba besando su cuerpo. El cuerpo desnudo de Paula, no tenía nada que envidiar al de mi novia, y sentía ganas de besarlo y acariciarlo, pero tenía miedo de que eso pudiera disgustar a mi novia. Mi novia tumbo a Paula sobre la cama para recorrer su cuerpo con calma y suavidad. Yo en ese momento me había quedado un poco fuera de juego, pero fue de nuevo mi novia la queme animo a ayudarla en la tarea de saborear el cuerpo de Paula. Mientras mi novia disfrutaba de sus pechos, mis manos se animaron a entrar en contacto con Paula. Su piel era muy suave, y me vi tentado a saborear sus pechos. La imagen era espectacular mientras yo besaba un pecho, mi novia, se dedicaba a besar el otro. En ese momento, decidí perder el miedo a todo, y quise probar los besos de Paula. Me lance a su boca, que recibió con pasión la mía. Su lengua jugaba con la mía, y sus ojos me miraban fijamente, lo que hacían que mi polla estallara dentro del pantalón.

Era increíble lo que me sucedía, y lo estaba disfrutando. Poco a poco fui bajando por el cuerpo de Paula, y acercando a mi novia que estaba jugando con el clítoris de Paula. Mi novia me sonrió, y me dio un beso, invitando a saborear aquello que ella había estado saboreando antes. Tenía un coñito rosado con unos labios que apetecía saborear, estaba muy húmedo y caliente, era deliciosa. Mientras tanto mi novia estaba morreandose de nuevo con Paula. Sandra se sentó sobre la cara de Paula para que le diese placer, y calmara el calor que llevaba dentro. Yo disfrutaba como un loco con este juego pero deseaba ya, que mi polla saliera al exterior, y tuviera su desahogo, pero no sabia si eso ocurriría. Yo jugaba con mis dedos y mi boca en el coño de Paula, y ésta a su vez hacia lo mismo con mi novia. Era increíble.

Poco después vi como mi novia le decía algo al oído de Paula, a lo que esta asintió. Paula se levanto, me agarro por la cabeza, y me dio un beso de los que no se olvidan. Mi novia se acerco también y empezó a besar mis orejas y mi cuello. Yo me derretía, dos mujeres para mi, y dos bellezas. Lentamente, empezaron a desnudarme, primero la camisa, luego los pantalones y por ultimo los calzoncillos. Claro, para entonces, mi polla estaba en su máximo esplendor, y ellas quisieron darle placer. Mi boca era la primera vez que sentía el calor de dos bocas saboreándola, de vez en cuando dejaban mi polla, y jugaban entre ellas con su lengua. Yo las miraba y me volvía loco.

"Quiero sentirte dentro" – me dijo mi novia al tiempo que se subía encima de mi, para meter mi polla en su coño.

Paula mientras tanto jugaba con mis huevos, y el culo de Sandra. Era maravilloso sentir como alguien jugueteaba con mis huevos mientras me follaba a mi novia.

"Yo también quiero montar en tu caballito, Sandra, ¿me dejas?" – dijo Paula. Yo alucinaba. La respuesta de mi novia fue levantarse y permitir a Paula introducirse mi polla en su coño. Que gusto que placer. Paula cabalgaba sobre mí con mucha fuerza y pasión y mi novia jugueteaba con nosotros unas veces con Paula y sus tetas, otras conmigo y mis huevos. Así estuvimos un buen rato intercambiándose, disfrutando todos de todo, y perdiendo todos los prejuicios.

Cuando llego el momento en que no pude más, porque mi polla necesitaba descargar, ambas se colocaron dispuestas a recoger sus caras mi semen. Cuanto mas miraba a esas dos preciosidades esperando mi leche, mas me reventaba la polla, y al final reventó. Me corrí sobre ellas manchándolas de semen por toda la cara, ellas se dedicaron a limpiarse la una a la otra con sus lenguas.

Fue una tarde-noche fantástica que deseaba no acabara nunca. Después de esto estuvimos charlando, intercambiando besos y caricias, para acabar en una ducha juntos. Después de esto mucho más pero eso ya es otra historia.

Si queréis saber como continúan las cosas y que las publique aquí, escribidme a mi correo carlosmat_11@hotmail.com Un beso a todos y a todas, me gustaría conocer vuestra opinión tanto de ellos como de ellas. No dejéis de escribirme.