Mi novia y mi amigo

cuando entré en el coche lo encontré con la polla en la mano. Se asustó y se la guardó en los calzoncillos. Lo calmé diciéndole que había venido para saber cómo estaba después de su huida. Al verme vestida únicamente con el tanguita y los tacones, se quedó mudo.

Después de un tiempo leyendo relatos en esta web, por fin me atrevo a enviaros uno de cosecha propia con mi, en aquellos tiempos, novia. Esta historia corresponde a hace unos 22-23 años atrás cuando llevabamos saliendo como novios unos dos años más o menos. Tenía un amigo al que siempre que yo venía con mi novia, le veía más nervioso de lo habitual. Sus comentarios respecto a ella primero eran del orden de... ¡qué suerte tienes cabrón de tener una tía así de buena!, o ¡daría lo que tengo por tener una mujer así! y otros del estilo. Con el tiempo y unas cuantas veces de salir juntos los tres, hicimos tan buena amistad, que preparamos un fin de semana en un camping de la costa. Sabedor de que se gustaban mutuamente, aunque mi novia intentaba disimularlo, le regalé un biquini bastante pequeño con tanga, el cual apenas tapaba los labios carnosos que tantas veces deleitaron mi paladar. Pícaramente sonrió al verlo sabiendo que a nuestro amigo le gustaría.

Llegamos al camping, montamos la tienda donde cabíamos sobradamente y acto seguido aparcamos el coche justo al lado. Como casi anochecía, nos fuimos a los servicios a arreglarnos para salir a cenar. Durante el tiempo que estuvimos mi amigo y yo en el servicio, le iba insinuando que mi novia se vestiría especialmente para la ocasión. Él no dejaba de decirme que era una mujer muy atractiva y que daría lo que fuese por una hembra así. Yo le bromeaba diciéndole que alguna vez quién sabe si tendría la oportunidad se tenerla, a lo que él sonrió relamiéndose.

Al llegar a la tienda, nos quedamos de piedra los dos. Mi novia tan sólo vestía un top blanco y una minifalda blanca con dibujitos negro y unos tacones especialmente altos. Su piel morena por el sol, hacía que fuera imposible dejar de mirarla con deseo.

La cena transcurrió animadamente por el abundante vino y las constantes insinuaciones de mi amigo y las mías. En una de esas, me atreví a decirle que no me importaría ver cómo nuestro amigo "jugara" con ella delante mío.

¿Que clase de juego es ese al que te refieres? respondió irónicamente.

Tontear, acariciaros, piquitos....... no sé, respondí.

Nuestro amigo lejos de quedarse cortado dijo......... Hombre, si alguna vez te pone los cuernos sería mejor con alguien de confianza que con cualquiera, no? A lo que ella sin dudar respondió...... Si es con alguien de confianza y delante tuyo, refiriéndose a mí, no serían cuernos, no? Los tres reímos y brindamos por que la noche fuera nuestra.

Después de tan acalorada cena fuimos a una discoteca cercana que nos habían recomendado. Había gente suficiente para salir a bailar y no demasiada como para sentirnos agobiados. Bailamos los tres bastante animados y pronto empecé a acariciarla para tantear la situación. Ella se dejaba hacer fregándo su precioso culito a mi paquete a la vez que le guiñaba un ojo a nuestro amigo para provocarlo. Yo le decía a ella que lo tenía a punto y que estaba loco por follar con ella. Ella me besó como pidiéndome permiso. Mientras le daba la lengua, acaricié su coñito ya empapado por el deseo. Le dije que me iba al lavabo y que para cuando yo regresara, quería ver cómo lo calentaba y si estaba dispuesta, sin punto de retorno. Me dijo que como yo quisiera pero que luego no hubiera malos rollos. Le besé de nuevo y le dije.... él te desea tanto como tú a él.

Por aquellos años, en las discotecas todavía se bailaban "lentos". Al regresar del lavabo los encontré abrazados, él acariciaba sus nalgas por encima de la mini frotándose sin cortarse un pelo contra el coñito de mi mujer que por ese momento estaría más que empapado. De pronto, me dió un vuelco el corazón. Se empezaron a besar apasionadamente, se mordían, él acariciaba los pezones de mi novia por encima del top y disimuladamente, ella acariciaba el paquete de él. Yo empecé a tener una erección aparente, por lo que decidí sentarme para ver la escena. Enseguida llegaron los amantes y se sentaron junto a mí. Ahora descaradamente empezaron a meterse mano delante mío. Yo colaboré y también acariciaba a mi novia.

De repente dije las palabras mágicas......... vamos a la tienda ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Al llegar a la tienda seguimos con los juegos y cuando todo parecía que haríamos un trío espectacular, nuestro amigo se fué al coche y nos dejó anonadados. Nosotros decidimos seguir con lo nuestro y follamos como locos. A cada embiste que le daba a mi novia, le decía que nuestro amigo estaba tan loco por follarsela que no se atrevió. Le dije que no lo dejara escapar y en pleno éxtasis me corrí dentro de ella corriéndose también. Insistí en que ella fuera al coche con él hasta que pasados unos minutos salió de la tienda vestida únicamente con el mini tanga y los tacones.

Lo último que pude oir fué la puerta del coche cerrarse. Me masturbé imaginado la escena y aunque hacía esfuerzos para poder oir algún ruido, apenas pude percibir el ñic ñic ñic del coche mientras los amantes se entregaron a la pasión.

No volvió conmigo hasta pasados unos 50 interminables minutos en los que además de correrme pensaba si había hecho bien en dejar a mi novia en manos de otro hombre, pero sinceramente, pensándo pensando, tuve otra erección que me confirmó que iba por el camino deseado.

Como ya he dicho, pasaron unos interminables 50 minutos y por fin oí abrirse la puerta del coche y enseguida entró ella en la tienda entre sonriendo y nerviosa. Yo no podía más, le insistía en que contara lo ocurrido.

ELLA - Bueno....... cuando entré en el coche lo encontré con la polla en la mano. Se asustó y se la guardó en los calzoncillos. Lo calmé diciéndole que había venido para saber cómo estaba después de su huida. Al verme vestida únicamente con el tanguita y los tacones, se quedó mudo.

A todo esto yo me empecé a tocar la polla mientras le rogaba que siguiera contándome.

ELLA - Él me decía que estaba loco por mí y aún más desde lo ocurrido en la disco. Sin decirle nada, le empecé a acariciar la polla por encima del calzoncillo reaccionando con una buena erección. Lo iba poniendo a mil mientras me tocaba los pechos. Eso me puso más cachonda y se la saqué para agachándome haciéndole una mamada que no olvidaría en su vida. Jadeaba y eso me excitaba más aún. Me decía que había soñado muchas noches con este momento. Cuando estaba casi a punto de correrse en mi boca, le pedí que me hiciera lo que quisiera conmigo. Me estiré en el asiento y me devoró el coñito durante un buen rato. Me volvía loca y tuve que taparme la boca con mi mano para que no se oyeran mis gemidos o gritos desde fuera aún sabiendo que mi novio estaría pendiente de los ruidos. Qué lengua tenía el cabronazo!!! Súbete en mi polla putita, me dijo rojo de pasión. No tardé ni un segundo. Primero con la punta de su polla me acarició el clítoris para luego, dejar que me deslizara por ese mástil ardiente hasta sentirlo dentro, muy dentro. Lo cabalgué sin descanso, era todo mío y quise disfrutarlo mientras me decía guarradas.... Qué puta eres y cómo sabes calentar a los tíos. Tu novio es el mayor cornudo que existe. Seguro que te follas a más tíos aparte de mí, golfa!!!!

  • Yo no pude más y me corrí dentro de mi novia que seguía contándomelo todo.

ELLA - Perdí la cuenta de las corridas que tuve mientras le cabalgaba. Cuando mi amante estaba a punto, le dije lo que a todos los tíos os gusta y no podéis resistir............ Dame tu leche caliente, cabrón. Fué automático. Un chorro de semen me llenó el coñito arrancándome otro orgasmo mientras nos morreábamos entregándonos del todo por si aquella fuera la última vez. Me limpié como pude con un pañuelo y mi amante ya exhausto, se reclinó en el asiento y aproveché para limpiarle la polla con mi boca. Me decía...... ha sido el mejor polvo de mi vida y te doy las gracias por si es el último. El último? dije haciéndole morritos. Si es el último, será porque tú quieres porque por mí es el primero de muchos. Sonreímos y le hice otra mamada pidiéndole que esta vez, me echara su leche en los pechos, cosa que tardó muy poco en hacer. Al sentirla caliente tuve otro orgasmo. Nos besamos y a los pocos minutos después de comentar lo a gusto que lo habíamos pasado abrí la puerta del coche y entré en la tienda.

  • No sé de dónde saqué fuerzas para follármela otra vez, pero con lo que me explicaba, me la puso durísima. Ella me pidió que permitiera tener otras experiencias como la de esta noche con nuestro amigo, a lo que le dije que estaba de acuerdo pero que a cambio de que lo hicieran delante mío. Sonrió besándome y dándome las gracias por la noche que habíamos pasado.

A la mañana siguiente y bien descansados, nuestro amigo nos dijo que había tenido la mejor experiencia de su vida y arrepentido dijo que no volvería a hacerlo nunca más. Nosotros le rogamos que se lo pensara bien ya que por nosotros la cosa no había hecho más que empezar.

Y así fué, aquella fué la primera de otras muchas noches de sexo con nuestro amigo que si os apetece, os contaré otro día.