Mi novia se folla a todos: ¿ingenua o puta? 12

Amablemente mi novia es llevada por mis jefes a la clínica... descubrireis que mi seguro médico cubre gran cantidad de servicios

Aunque Eva estaba muy preocupada porque no podía sacarse el tapón, la rapidez con la que mis jefes la trasladaron a la clínica privada que atendía al personal del bufete le alivió bastante y más cuando Don Joaquin llamó al director de la clínica y le pidió, aunque el tono era más de exigencia, que se personase en la clínica para atender a la esposa de su mejor empleado.

Cuando llegaron a la clínica el propio director estaba esperándoles, mientras Eva y Don David esperaban en la sala de espera Don Joaquín acompañó al madurito e interesante Doctor Bermúdez a su despacho y le puso en antecedentes. A los 15 minutos Don Joaquin regresó y dijo.

  • Ya le he informado de la situación, me ha dicho que ha llamado a dos de sus mejores médicos, pero uno de ellos no se encuentra en el hospital así que tendremos que esperar.
  • Gracias, Don Joaquín.

Don Joaquín, en un aparte informó a Don David que tenían todo preparado y que seguro iban a disfrutar mucho de la visita al centro médico.

Como una hora después, un enfermero jovencísimo con la cara toda marcada por restos de acné vino a por Eva

  • Señorita XXXXX, por favor acompáñeme, el director me ha dicho que sus tios pueden acompañarla.
  • Gracias.

El enfermero les acompañó hasta una habitación con una única cama y un baño anexo. En el dormitorio esperaba otro enfermero, de unos treinta años y por lo que debajan ver su vestimenta verde de enfermero bastante fornido, y que dirigiéndose a Eva le indicó.

  • Desnúdese, vamos a lavarla para la exploración.

Eva se quitó el pantalón mientras los cuatro hombres la miraban, estaba muerta de vergüenza no tanto por desnudarse sino porque sabía que todos sabían que llevaba un tapón en el coño y lo peor de todo fue que al bajarse el pantalón descubrió que con las prisas y nervios había olvidado ponerse el tanga, ¿qué pensarían de ella esos dos enfermeros?. ¿pensarían que era una puta que no llevaba ni bragas para atender más rápido a sus clientes? Eva se quedó con la camisa y el sujetador.

  • Por favor señorita XXXX quítese todo, gracias.

Por supuesto Eva así lo hizo y seguidamente la introdujeron en el cuarto de baño y la pusieron debajo de la ducha mientras los enfermeros abrían dos paquetes de esponjas con jabón. Eva agradeció esa ducha caliente, después de su lavado en el río, si bien le incomodó que los enfermeros dejasen la puerta del cuarto de baño abierta y mis jefes se quedasen mirando desde el umbral.

Los "pobres" enfermeros tuvieron que emplearse a fondo frotando y frotando para eliminar los restos de rotulador, que quedaban en las tetas culo y coño de mi novia.

  • Esto no sale, dijo el más jóven dirigiéndose al otro.
  • Tendremos que probar con otra cosa
  • ¿Qué tal con glutanato salicinico?
  • No sé, tiene la piel muy suave… igual la quemamos – dijo el más joven pasando la mano y no la esponja por el cuerpo de Eva y claro su fornido compañero lo comprobó pasando la mano por el culito de mi novia.
  • Pues frotando podemos pasarnos tranquilamente un par de horas
  • Es que para el rotulador lo mejor es la saliva.
  • La verdad es que sí pero
  • Señorita, ¿le importa si le aplicamos saliva? Por supuesto luego la lavaríamos bien y en profundidad
  • Es que sino aquí tenemos para horas.- objetó el otro enfermero con tono de fastidio
  • Ustedes son los profesionales- comento mi novia con voz suave tratando de transmitir inocencia- y no querría pasar horas aquí, quiero que me lo saquen cuanto antes… a mi no me da asco la saliva.

Dicho esto los enfermeros empezaron a lamerla, sus lenguas comenzaron por las tetas de mi novia. Tenía a cada enfermero a cada lado lamiéndola, al principio Eva se sobresaltó ya que no esperaba esa limpieza de esa forma, y aunque con vergüenza les preguntó.

  • ¿No sería mejor aplicar la saliva en una toalla y frotarme?

Los dos enfermeros dejaron inmediatamente de lamerla.

  • Por supuesto que no señorita XXXX, tiene mucha superficie afectada.
  • Necesitaríamos toda la plantilla de enfermería para quitárselo de esa forma.
  • Perderíamos mucha saliva en el trapo… nos quedaríamos secos. Además como usted bien a dicho nosotros somos los profesionales… pero claro decídase no puede decir que sí y luego poner objeciones.

Eva lamentó haber hecho la observación ya que la respuesta del último enfermero le sonó muy agresiva, sin duda se había enfadado con ella por dudar de su profesionalidad. ¿Quién era ella para plantearse la mejor opción si no tenía ni idea de enfermería?

  • Perdone, perdone ha sido una estupidez por mi parte. Por favor continúen.
  • No, no si le incomoda volvemos a las esponjas- Dijo el enfermero treinteañero con tono de enojado.
  • Se pensará que para nosotros es agradable quedarnos sin saliva- dijo el otro enfermero.
  • Por favor, por favor discúlpenme. Les ruego que me limpien con la saliva.

Ambos enfermeros se miraron y volvieron a la acción. La lengua de los dos enfermeros empezaron a recorrer todo el cuerpo de Eva y luego con la manos le frotaban para eliminar el rotulador, las dos lenguas y manos pasaban rápidamente por las tetas, culo y coño. Llegaron a abrirle los cachetes del culo y pasar sus lenguas por el interior, Eva no recordaba que don David le hubiese pintado por allí, pero el muy cabrón había sido tan rápido que sin duda no lo recordaba. Estaban dándole un montón de pasadas por su ano por lo que sin duda el cabrón de Don David se había cebado en esa zona aunque ella no lo recordase.

  • Mecaguen la puta- dijo el enfermero más joven mientras le separaba los labios de la vagina con dos dedos- si tiene pintado hasta el interior de la "chirla"

Inmediatamente el enfermero se dio cuenta que su lenguaje no era muy profesional por lo que rápidamente se disculpó con Eva.

  • Disculpe señorita, ha sido la sorpresa… lo siento, lo siento… por favor no informe al Director. – Decía esto mientras tenía los dos labios vaginales de Eva separados con sus dedos
  • No sé preocupe- dijo Eva con voz entrecortada- usted limpie, limpie.

Eva en ese momento no se lo planteo, aunque sí unos minutos después. Si que tenía claro que por el interior de su chochito no le habían pintado, sin duda el rotulador se había tenido que haber explotado y manchado todo su interior porque los pobres enfermeros tuvieron que estar mucho rato lamiéndole en el interior del coño y alternándose entre ellos . Los roces para las limpiezas con la mano y los lengüetazos resultaban ciertamente placenteras y consiguieron relajar a mi pobre Eva, así que casi lamento cuando oyó decir.

  • Ya está, ahora una buena ducha.
  • Hemos necesitado más de 30 minutos para limpiarla bien… a fondo

Cuando salió de la habitación, una vez secada por los enfermeros y todavía desnuda vio que junto a mis jefes había tres doctores de unos 50 años, entre ellos el Dr. Bermúdez, el director, que había conocido al llegar. Se los presentaron como los mejores ginecólogos de la clínica.

Cuando terminaron de charlar, uno de los enfermeros fue a colocar una bata a Eva, pero el doctor Bermúdez objetó.

  • No se moleste, la bajamos a ginecología y el ascensor esta aquí mismo. Señorita XXXX súbase a la cama que la trasladamos. Por cierto tiene usted un moreno integral precioso- y diciendo esto le cogió por la mano y le hizo dar una vuelta completa, mientras veía como los otros dos doctores asentían.

Eva no tenía muy claro si debía meterse dentro o fuera de las sábanas, pero como los enfermeros ya debían estar enfados con ella por lo de la saliva prefirió no preguntar y se tumbó desnuda, boca arriba, directamente sobre la cama. Como nadie le dijo nada supuso que había hecho lo correcto así que se alegró. La verdad que los ascensores estaban al lado de la habitación y en los pasillos no había nadie.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Eva oyó saludos, por lo que levantó la cabeza y vio a dos operarios con mono de trabajo azul, subidos a una escalera que estaban cambiando las lámparas

  • ¡Joder! Exclamó uno de los operarios, pero la cosa quedó en eso

Eva desde la camilla se percataba como los dos operarios no le quitaban ojo de encima… y nunca mejor dicho porque ambos estaban sobre una escalera.

Cuando entraron en ginecología otro enfermero les estaba esperando, pero los dos que la habían limpiado no se fueron. El nuevo enfermero colocó a Eva en la camilla y le puso las piernas en los estribos por lo que Eva quedo posicionada con las piernas bien abiertas allí delante de los ocho tíos.

  • ¿Empezamos con la ecografía?

Los otros doctores asintieron y el nuevo enfermero empezó a extender el gel por la tripa de Eva.

  • También por la vulva – dijo uno de los doctores del que Eva no recuerda su nombre.

El enfermero empezó a llenar el coño de mi novia de gel y le introducía los dedos para que le entrase bien al interior. Eva pensaba que después de las lamidas casi no sería necesario aplicarle gel en el interior del coño, ya que estaba bastante humeda, pero claro no lo dijo porque los doctores hubiesen pensado que era una guarra.

El doctor fue pasando el ecógrafo con la mano, primer por la tripa y después por el coño. El ecógrafo es como un tubo de desodorante roll-on que también tiene una bola que se pasa por la zona y en una pantalla se ve el interior del cuerpo. Es el mismo aparato que se usa para la ecografía de las embarazadas.

  • NO lo veo bien, debe ser un tapón pequeño. Mejor póngase a cuatro patas sobre la camilla y saque el trasero hacia fuera por favor.

Eva requirió la ayuda de dos enfermeros para bajar las piernas de los estribos y colocarse a cuatro patas encima de la camilla. Ya no podía ver ni a los doctores, ni a mis jefes, ni a los enfermeros. Su culo apuntaba a la puerta de la consulta y su cara a una de las paredes llena de carteles sobre lactancia. Eva me confesó que cuando estaba de espaldas a los ocho hombres y el doctor no dejaba de pasarle el "roll-on" tuvo que contenerse para no llegar a un orgasmo al imaginarse como 16 ojos la miraban. Por si fuera poco estando en esa posición oyó

  • Buenas tardes doctores, ¿podemos cambiar estas lámparas?
  • Claro pasen- oyó que decía el Dr. Bermúdez- Están cambiando todas las lámparas de la clínica por unas de bajo consumo- informó a mis jefes.
  • Sin problemas – era la voz de Don Joaquín- de todas formas ya la han visto desnuda antes en el ascensor.

Parece ser que los operarios habían terminado de colocar las lámparas del ascensor y ahora tocaba las consultas, al principio le enfado un poco que hubiesen permitido entrar a dos personas que no eran personal sanitario a una consulta de ginecología. Parecía que le habían leido el pensamiento porque escuchó a Don David, sin duda dirigiéndose al doctor Bermúdez aunque ella no los veía, decir.

  • No pasa nada, bastante favor nos haces atendiéndonos a estas horas y no teniendo que esperar a mañana. Entendemos que el personal de mantenimiento trabaja por las tardes cuando no hay consultas. Como digo encima que nos haces un favor no vamos a entorpecer el funcionamiento de la clínica.

Eva se dijo a si misma cómo podía ser tan desagradecida, menos mal que estaba Don David y Don Joaquín porque sino ella se hubiese quedado con el cabreo por la entrada de los dos operarios, sin caer en la cuenta que le estaban haciendo un gran favor.

Eva desde su postura no podía verles pero se imaginaba otros cuatro ojos mirándola, la verdad que la posición en que se encontraba era un poco más humillante que la del ascensor, con el culo en pompa, sobre una camilla y con un señor metiéndole un aparato por el coño. Además dos de los enfermeros le estaban abriendo los cachetes del culo.

No le extrañó oir como una de las lámparas fluorescentes cayó al suelo, y se hacía añicos, seguro que los operarios estaban más centrados en su coño y su culo que en la lámpara, y la bronca del doctor Bermúdez por la falta de cuidado y mandando que viniese inmediatamente alguien de limpieza.

A los dos minutos oyó otra vez abrirse la puerta y una voz masculina que decía

  • Buenas tardes, ¿Qué hay que limpiar?

Que mala suerte pensó Eva, otro hombre, ¿pero en esa clínica sólo trabajaban hombres? ¿Y tenían que estar todos en ginecología? Y lo peor cuándo iba a terminar el doctor de frotarle el coño… no sabía si podría contener mucho más el orgasmo. Menos mal que por lo menos no le veían la cara.

Sonó un móvil y el doctor que estaba oscultándola dejó el escanografo dentro de su coño y contestó la llamada.

  • Ahh hola hijo…. Perdona lo he olvidado… no, no estoy en el hospital pero con un tema urgente y no he podido salir a la hora… no, no cojas el bus que termino pronto… baja a ginecología sala C… sí, sí que tus amigos bajen también … te espero. – Eva escuchó el clic del móvil al cerrarse- Era mi hijo, había quedado con el y unos amigos suyos en llevarles a casa.
  • Hace mucho que no le veo –dijo el otro doctor- desde que te separaste por lo menos no ha pasado por aquí, estará ya hecho un hombre.
  • Sí 17 años acaba de pasar la selectividad y estamos a la espera de que las universidades contesten.
  • ¿Qué va a estudiar?
  • Medicina
  • Que suerte, sigue la saga familiar
  • Sí, le he dicho que se acerque y así conoce este caso que es curioso.

Como si fuese una premonición en ese momento Eva oyó otra vez la puerta y tres voces de adolescentes dijeron hola. Por Dios que noche pensaba Eva, el muchacho llevaba años sin aparecer por el hospital y tenía que venir hoy… y con tres amigos… pero claro si el doctor no hubiese tenido que quedarse para atenderla, hubiese llegado a la cita y el pobre doctor no se hubiese visto obligado a hacer venir a su hijo y sus amigos.

Eva que seguía con el aparato dentro del coño, ya había perdido la cuenta de la gente que había hay dentro y por si fuera poco tuvo que esperar a que el doctor contase a sus hijos y sus amigos su caso.

  • Además fíjaos bien en el ano -le oía decir al doctor sin duda dirigiéndose a los tres adolescentes y notando que un dedo le tocaba la zona. La sujeta parece que tiene una importante actividad sexual por esta zona no sé si por la introducción de penes o de objetos como en el caso de la vulva.

Eva estaba muerta de vergüenza después de oír eso. Por si fuera poco la clase magistral el doctor dejó que los tres adolescentes probasen con el aparatito y se lo pasasen por el coño, los chavales menos expertos, claro, metían y sacaban el aparato con fuerza y muy rápidamente y por si fuera poco notaba sus manos calientes sobre su culo ya que los muchachos las apoyaban allí.

Al final mi pobre novia no pudo contenerse y tuvo un sonoro y muy, muy, largo orgasmo, en ese momento se hizo el silencio y Eva tras comprender lo que había pasado todavía sintió más vergüenza y hundió la cabeza contra la camilla. Por suerte para ella parece ser que el de la limpieza y las lámparas habían terminado porque les oyó como se despedían.

Ya no se oía nada, pero Eva sabía que el resto seguían allí y notó como le introducian algo metálico por el coño.

  • Uala, salió a la primera- dijo el doctor con unas pinzas en la mano y mostrando el tapón a Eva.
  • Muy bien papá eres un fenómeno
  • Bueno chicos yo voy a cambiarme esperadme en el coche.

Eva oyó como los tres chicos salían y los doctores hablaban con los enfermeros y les indicaban que le diesen una pomada tras limpiar el gel. Eva seguía muerta de vergüenza por lo que cunado los doctores se despidieron, todos salvo el Doctor Bermúdez, ni levantó la cabeza.

Los enfermeros siguieron las instrucciones del doctor, Eva notaba como le pasaban por su coñito una toallita para retirarle el gel, tuvo que darse la vuelta y eso que estaba con la cara totalmente roja de la vergüenza para que le quitasen el gel de la tripa. Una vez concluida la limpieza y tras aplicarle una crema muy fría en todo el coño la trasladaron nuevamente a la habitación. Ni siquiera se había dado cuenta de cuándo habían salido de la consulta, ya que apenas había levantado la cabeza. En la habitación estaban discutiendo el Dr. Bermúdez y mis jefes.

  • no, eso es muy irregular- Escuchó decir el doctor

  • Pero piensa en que se va a enterar su novio, se razonable- argumentaba Don Joaquín.

  • Lo siento las normas del hospital son claras y yo como director no puedo saltarlas… sería un delito.

  • Verás Eva, tenemos un problema – dijo Don Joaquín dirigiéndose a mi novia- Tú tienes asistencia médica por el seguro contratado por el bufete para tu novio pero parece ser que las normas del hospital obligan a mandar una copia del informe médico al titular del seguro como cabeza de familia, en este caso Rubén.

  • Pero Rubén no puede saber que he estado aquí… y menos el motivo – dijo mi novia asustada.

  • Lo siento señorita XXXX las normas son las normas- dijo en tono serio el doctor.

  • Sabes que hecha la Ley hecha la trampa, seguro que podemos hacer algo, le dijo Don Joaquín.

  • Lo siento aquí tienes las normas y son muy claras- dijo el Doctor mientras extendía unos folios a Don Joaquín.

  • sí, sí… aquí lo dice muy claro… es cierto… pero espera… Eva voy a tener que cobrarte honorarios de abogado, por algo soy el mejor de la ciudad… aquí dice que los voluntarios tienen servicios médicos gratuitos.

  • Sí, peor ella no es voluntaria de la clínica – dijo el Dr.

  • Pero si hace algún trabajo voluntario estaría dentro de las normas y entraría por la sanidad gratuita y a su novio no le llegaría el parte médico.

  • Exacto

  • Y tú no te saltarías ninguna norma.

  • Correcto.

  • Eva cariño, pide ser voluntaria.

  • Por favor quiero ser voluntaria del hospital- dijo poniéndose de rodillas sobre la cama y juntando las palmas de las manos como si rezase, desnudita como estaba y con ese precioso cabello rubio que tiene tenía que parecer un angelito rezando

  • No se me ocurre nada que a estas horas puedas hacer… dejáme consultar con otros doctores.

El Dr. Salió de la habitación y Eva corrió, desnuda como seguía, a abrazase a don Joaquín.

  • Gracias, gracias, es el mejor abogado del mundo le decía mientras le llenaba la cara de besos y como vio que don David podía estar molesto también repitió la operación con él. A los pocos minutos apareció el doctor.
  • Has tenido suerte, tenemos grupo de eyaculadores precoces, puedo mandar a la enfermera a casa y que nos ayude vuestra sobrina.
  • Sí, sí contesto Eva llena de felicidad
  • La tarea no es agradable, pero si muy útil.
  • Yo encantada en ser útil, no me importa lo que sea.
  • Pues sígame.
  • Voy a vestirme- Dijo Eva llena de alegría.
  • No será necesario, para la tarea da igual.

Eva le siguió desnuda y un poco extrañada de que tuviese que realizar la tarea en pelotas, aunque estaba tan contenta por haberse encontrado una solución que apenas se percató de ello. La trasladaron andando por los pasillos hasta urología y la metieron en una sala donde había tres jóvenes, un sr. maduro y estaban los otros dos doctores que la habían atendido. Parece ser que el pobre hijo del doctor y sus dos amigos tendrían que esperar un poco más en el coche y sintió causarles molestias a los chavales.

Buenas tardes –dijo el doctor- como les dije la última vez hoy les enseñaremos a retener un poco más su eyaculación y espero notables avances. Hoy la prueba es más difícil ya que en esta ocasión nuestra voluntaria es una autentica preciosidad por lo que tendrán que esforzarse un poco más en contenerse.

  • Os presento a Eva, que será hoy la receptora. Como podéis ver tiene unos pechos preciosos – dijó mientras los tocaba y se los levantaba como si los pacientes no los viesen suficientemente bien.- Acabamos de pasar por ginecología y os puedo garantizar que tiene una vagina preciosa para ser receptora y de fácil estimulación

Eva volvió a avergonzarse, y sin duda sus mejillas estaba rojas, rojas, rojas, seguro que el doctor se refería al orgasmo público que había tenido… el doctor continuaba hablando.

  • por lo que ayudara a vuestra autoestima. Lastima que en esta fase de vuestra curación no podáis introducir el pene por el ano, porque en mi larga vida profesional nunca he visto un ano tan provisto para recibir un pene.

Diciendo esto el doctor que no había soltado las tetas de mi novia la puso de espaldas y abriéndole el culo mostró el ano a los pacientes

  • Lo siento doctor- dijo uno de los tres chicos, el que parecía más enclenque y con la cara llena de granos y unas gafas tan gruesas que aumentaban al doble de su tamaño los ojos- yo ya me he corrido solo de ver a esa tia buena al tocarme.
  • Pues muy mal, debe saber contenerse le dejaremos para el final… ahora salgan todos fuera y quédese solo usted, dijo señalando al de más edad.

Debía ser cierto porque el pantalón marrón del chaval indicaba una mancha cerca de la bragueta. La voz le sonaba pero no acababa de saber dónde la había oído antes.

Todos salieron, incluidos mis jefes, excepto el Dr. Sanchez y el señor maduro. La verdad que era un tipo asqueroso, le recordaba a Carlos el cocinero gordo del campamento pero sin duda este era más limpio y llevaba mejor ropa. Era tan gordo, y eso que era muy alto, que Eva pensó que debía haber ingresado para reducir peso en vez para la eyaculación precoz. ¿Quién podía tirarse a un tipo tan gordo?, si por la camisa se le marcaban dos tetas más gordas que las de ella.

En la habitación había una cámara de video con un trípode señalando a una camilla, el doctor la encendió y el pilotito rojo delataba que estaba grabando. Acercándose a la cámara dijo el doctor.

Paciente diez catorce, quinta sesión. Señorita póngase delante de la cámara y expecifique que colabora voluntariamente en estas sesiones de curación para la impotencia.

  • Hola… soy Eva XXXX con DNI XXXXX y residencia en la calle XXXXXXXXX, España y libremente me he ofrecido como voluntaria para este proyecto.
  • Súbase a la camilla por favor- Y Eva lo hizo, claro

Mientras hacía esto veía como el doctor se iba desnudando, pudo ver que el pene del doctor estaba morcilloso y tenía un montón de canas en el vello por lo que Eva supuso que el cabello se lo teñía, en estos pensamientos estaba cuando el doctor la recolocó sobre la camilla, le abrió las piernas y le puso un gel lubricante en el coño con la mano, sin usar guante. Dirigiéndose al señor que observaba el doctor dijo

  • Es bueno que la vulva este bien lubricada para evitar el roce excesivo y tardar un poco más en eyacular, por lo que también puede o debe darse en el pene.

Eva no entendía nada, ¿para qué se desnudaba el doctor? ¿Por qué le manchaba de gel otra vez el coño? ¿Una nueva ecografía?

En ese momento el Dr. Bermudez se aplicaba el lubricante en el condón que se había colocado en el pene que ya estaba totalmente erecto frente a mi novia.

Eva seguía sin entender nada, ¿Qué hacía el amable doctor con la polla tiesa? ¿Y para qué se había puesto el persevativo si ni siquiera le había explicado al paciente cómo se ponía?

  • Luego lo va introduciendo lentamente en la receptora- Comentó el doctor poniéndose frente a Evay está notó como lentamente el pene avanzaba hacía su interior.

¡Se la estaba follando!… ¡Se había presentado voluntaria para que se la follasen! ¡pero cómo no se le había ocurrido preguntar qué tenía que hacer

  • Finalmente lo mete y lo saca a ritmo lento, ¿le queda claro? – decía el doctor mientras la penetraba lentamente.
  • Sí doctor, dijo el paciente que no quitaba ojo de la follada.

El doctor seguía penetrando a una sorprendida Eva.

  • Observe como no aumento el ritmo
  • Sí doctor- dijo el paciente- ¿y no debería estar estimulando por lo menos los pezones de la receptora?

Eva recordó que en la presentación el doctor le había llamado la receptora… ahora lo entendía era la receptora… receptora de las pollas de los eyaculadores precoces.

El doctor seguía penetrando como un robot y contestando las preguntas.

  • En la fase en que se encuentra usted mejor no, cuanto más se estimule usted peor. Verá ahora le voy a lamer los pechos y tocarle los gluteos mientras la penetro y verá como de forma inconsciente aumenta mi deseo y el ritmo de penetración también. Receptora por favor finja gemiditos de placer para que el paciente entienda mejor.

El doctor sin sacarle la polla puso las rodillas de Eva sobre sus hombros y metiendo las manos bajo su culo empezó a sobárselo y a lamerle los pezones y entonces el doctor aumentó el ritmo, operación que no dejó de hacer hasta que se corrió.

  • ¿Ha visto? Al tocar y ella al gemir aumenta mi deseo y por tanto el ritmo.
  • Sí, doctor claro.
  • Pues ahora usted.

Sin dirigir la palabra a Eva el doctor se retiró y dejó sitio al paciente.

Este se puso el preservativo y se colocó frente a Eva , que seguía sobre la camilla con las piernas separadas que le colgaban por la camilla, e inmediatamente empezó a metérsela con rapidez y de un solo viaje, lo que sobresaltó y dolió a Eva.

  • No, no, pare, pare por favor…- dijo el doctor cogiéndole por una de las cuatro lorzas de grasa que formaban la cintura del obeso paciente- ha olvidado el lubricante y más despacio las penetraciones.
  • Disculpe doctor, dijo el paciente con la voz entrecortada y sacando el pene se lo lubricó así como el coñito de Eva para volver a penetrarla.

El paciente estuvo varios minutos penetrándola, la verdad no parecía muy precoz en la eyaculación si bien el doctor no dejaba de darle indicaciones. Eva sentía mucha repulsión y deseaba que terminase pronto. Notaba su pene dentro de ella pero sobre todo notaba la barriga de él sobre su cuerpo, aunque ella estaba tumbada y el seboso la penetraba de pié, por lo que el peso no recaía directamente sobre ella, la barriga de él sí se soportaba sobre mi pobre Eva. Me describió que era asqueroso notar toda esa grasa encima y que despedía gran cantidad de calor.

Cuando eyaculó sin decir nada a Eva, retiró el pene y sobre todo la barriga fue un alivio para Eva. El doctor y el gordo una vez vestidos salieron de la consulta comentando la prueba e inmediatamente entró otro doctor, el que le había quitado el tapón con un joven paciente. Este al menos era atractivo, en la calle nunca se hubiese fijado en él pero claro comparado con el anterior era una delicia visual. No era muy alto, pero debía de practicar la natación porque estaba musculado y casi totalmente depilado, de echo tenía tan poco vello en la zona de la polla que al principio Eva pensó que era un joven imberbe, pero cuando vio la tremenda polla llena de sangre y bien erecta, con todas las venas bien marcadas tuvo claro que era depilación. Le debió gustar mucho ese poco vello porque recuerdo, y ahora sé por qué, que Eva me pidió que me depilase así para antes de la boda.

La operación fue similar, lo único que aquí tanto el doctor como el joven se corrieron enseguida y en las dos ocasiones Eva se quedo con las ganas de alcanzar un orgasmo, que creía necesitar para quitarse el mal gusto de la follada con el gordo.

Cuando concluyeron entró el otro doctor con el otro adolescente, el gafotas que se había corrido nada más verla, este saludo a Eva al entrar y mi novia se alegro de que al menos alguien la tuviese en consideración y le hablase. La voz del joven le sonaba, porque sabía que era imposible pero hubiese jurado que era la voz que había escuchado en la consulta y que se correspondía al hijo del doctor anterior. También se la tiraron más o menos rápido, Eva se quedó a las puertas de un orgasmo y ya empezaba a estar incomoda tanto rato tumbada con las piernas abiertas. Esperaba que al menos el último le regalase un orgasmo ya que con tanto roce estaba excitada y como digo quería quitarse el mal royo que le había causado la follada con el gordo. Para su sorpresa el último paciente llegó otra vez con el Dr. Bermúdez que repitió la operación, ahora notaba más blanda la polla y aunque estuvo mucho rato penetrándola al final Eva notaba como perdía la erección y a polla se salía constantemente. El doctor fingió que se corría y ella a fin de mantener la autoestima de ese doctor tan amable simuló un sonoro orgasmo. Era normal que a su edad le costase echar dos polvos seguidos. A Eva le pareció ver agradecimiento en los ojos del doctor. El último muchacho pasó sin pena ni gloria, no siguió las indicaciones del doctor y se dedicó a penetrarla con rapidez y profundas penetraciones, mientras le apretaba fuertemente las tetas y le hacía mucho daño…. Este será un caso difícil pensó Eva.

Cuando finalmente todos salieron Eva estaba muy excitada por lo que empezó a masturbarse convulsivamente, momento en que las pillaron mis jefes al entrar en la consulta. Eva se quedó paralizada por la vergüenza con sus tres deditos metidos en su coño.

  • Joder sobrinita ya veo que no has conseguido curar a estos y te han dejado con las ganas.
  • Pero no te molestes – Dijo don David mientras se sacaba la polla- nosotros sí seremos buenos pacientes.
  • Y no te dejaremos con ganas

Mientras mi jefes se la follaban, Eva recordó que el Doctor Bermúdez había olvidado apagar la cámara de video.

Espero contar con vuestras opiniones que animan mucho para seguir escribiendo, gracias. Aunque me parecen tan divertidos "los politonos" de ermendasxx79 que me estoy planteando no ser tan rápido manando nuevos relatos jejeje, Rubén.