Mi novia necesita trabajo (X)

Me acabas de regalar el mejor polvo de mi vida. Es algo que no puedo explicar, va más allá de uno o dos dedos.

Nueva parte del relato... otro punto de vista ;).

Longino, te contesté acerca de un comentario que me dejaste en el relato anterior pero supongo que no lo viste, sobre los diálogos... Cualquier sugerencia es bien recibida... a fin de cuentas soy bastante amateur en esto de escribir y no sé bien bien como va lo de los diálogos. Podría informarme, lo sé... jajajaja pero siempre se me pasa y cuando me quiero dar cuenta ya estoy escribiendo de nuevo.

Muchas gracias por vuestros comentarios y valoraciones :) Espero que os guste!!

PAU

Antes de dejar la casa hemos puesto las sábanas en la cama de mis padres, así cuando lleguemos cansadas y, probablemente borrachas, ya estará el trabajo hecho, y sólo habrá que deshacer la cama. Espero que a mis amigos les caiga bien Lorena, aunque seguro que sí; el mismo día que nos conocimos ella y yo consiguió meterse a todas las amigas de su hermana en el bolsillo con su gracia natural.

LORENA: ¿Y en tu pueblo hace siempre tanto frío? –Me dice mirándome a la vez que me agarra de la mano todavía más fuerte de lo que estaba, dándole dos apretones rápidos.

PAU: Cuando ya no es verano sí, aquí o te abrigas con caaapas y capas como una cebolla, o estás perdida.

LORENA: Ya veo ya…

PAU: ¿Tienes frío?

LORENA: Un poco pero bueno, nada importante –le paso el brazo por la espalda para abrazarla y atraerla un poco más hacia mí, frotándole el brazo para conseguir que entre en calor-

PAU: En seguida llegamos al local.

LORENA: Sehr gut

PAU: Ay chica, qué poco me gusta el alemán

LORENA: Ya, tú eres más de français , no?

PAU: Ouiiii!!!! Mira, ya llegamos, ¿preparada?

LORENA: Lista, YA.

El local es una especie de garaje algo grande y completamente diáfano con las paredes pintadas de verde y decoradas con pósters, banderas, matrículas de vehículos y una diana...  Por los rincones del local, cajas vacías y amontonadas de cervezas y refrescos, y en el centro de la sala un par de sofás bastante largos dispuestos en forma de L, delante de una mesa baja llena de revistas, naipes, vasos usados y demás cosas desperdigadas creando cierto desorden. Pegada a una de las paredes, hay una mesa alargada llena de bebidas alcohólicas y refrescos, algunas abiertas y otras precintadas y dispuestas para ser llevadas a la barra de las fiestas para vender cubatas a la hora del concierto y la disco móvil.

En el local es donde nos reunimos para hacer las previas y cenar algo antes de ir a trabajar a la barra durante varias horas, hasta cuando la licencia del ayuntamiento nos permite, que suele ser las cinco de la mañana, aunque siempre nos dejan hacer un extra. Y durante el verano pasamos ahí las tardes montando planes, superando las resacas o simplemente pasando el rato.

Somos unos veinte en el grupo pero casi nunca estamos todos, a excepción del verano. En las fiestas de invierno siempre hay alguien con obligaciones o trabajo o estudios que no puede desplazarse hasta el pueblo, así que al final siempre acabamos siendo unos diez, más o menos en la misma proporción chicos-chicas.

PAU: Hola gentuza!! No os levantéis eh!

CARLOS: Bueno bueno bueno!! ¡¡Mira quien tenemos aquí!! Qué cara eres de ver, pensábamos que habías pasado a mejor vida y no nos habías dicho nada! –Empiezan a levantarse todos del sofá y a dejar lo que estaban haciendo para venir a darme dos besos y un abrazo-

PAU: Bueno, algo de mejor vida sí que hay… -Sonrío y pienso en Lore y en lo bien que me siento desde hace algo menos de un mes, tanto ella como yo estamos en una especie de burbuja de la que no queremos salir, intentando pasar el mayor tiempo posible juntas- Pero no me quería perder la fiesta, aprovechando que este año sí que puedo.

JORGE: ¿No nos presentas a tu amiga?

Me giro para buscarla y la veo observando y estudiando el local con cara de curiosidad e ilusión. Supongo que al ser algo nuevo para ella le gusta, y más habiéndome dicho que siempre había querido “tener un pueblo” para disponer de este tipo de cosas para poder reunirse con tranquilidad con sus amigos.

PAU: Lore!! Ven que te presento!  Mira, estos son Carlos, Jorge, María, Lucas, Helena, Laura, Matías, Tere y Pascual, pero le llamamos Pas.  Chicos, ella es Lorena, mi… novia.

En ese momento veo como Tere la mira con cara de reprobación, analizándola de arriba abajo. Tere y yo habíamos tenido algo hace dos años, en verano, algo que empezó siendo bastante pasional a decir verdad, muy carnal, pero nos lo pasamos muy bien… hasta que se acabó el verano y nos separamos. Ella es de Toledo, no está muy lejos de donde yo vivo; intentamos durante unos meses seguir viéndonos pero al final resultó ser un desastre: ella tuvo un lío con otra y aunque juró y perjuró que no había significado nada, que iban borrachas y una lista interminable de excusas y explicaciones que me costaron de creer, terminé por dejarla. No lo pasé bien, porque me había empezando a gustar, había dejado de verla como un entretenimiento de verano, y ella insistía e insistía en que continuáramos con la historia, que también se estaba enamorando de mí, pero esos cuernos fueron demasiado para mi autoestima y me cerré en banda a seguir con ella. Cuando empezó con las llamadas a las tantas de la madrugada y los numeritos de celos –no sé donde de donde los sacaba, pues me reprochaba hasta cuando iba a tomar algo con alguna de mis amigas, casi todas hetero -  me empecé a hartar de su actitud persecutoria e intenté empezar a esquivarla, sin contestarle las llamadas ni los correos electrónicos. Este verano volvimos a vernos, fue inevitable puesto que las dos veraneamos aquí, y después de haber estado bebiendo bastante una noche intentó acostarse conmigo, cosa que no consiguió porque, por mucho que me hubiera gustado estar con ella tiempo atrás, su actitud me había agotado y ya no quería nada con ella. Acabamos con una gran bronca y yo me fui al día siguiente a Talavera.

La mirada que le ha echado  a Lore me ha incomodado bastante. Ahora que lo pienso, Lore es todo lo contrario a Tere, pero me gusta mucho más; es todo lo que llevaba esperando en una pareja durante años; quizás es porque es diferente y en el fondo buscamos lo mismo: simplemente el cariño de la otra. Siempre me había reído de las parejas moñas, pensaba que no eran más que cursis, pero con Lore es un poco así, y lo mejor de todo es que no me importa. No me importa qué dirán o si se reirán de nosotras. Porque hemos tenido desde el primer momento una conexión muy especial que he tenido con muy poca gente. Y además, aunque todavía sea algo inexperta, es fantástica en la cama.

PAS: Vaya vaya… nuestra Pau enamorada… eso sí que es nuevo!!

PAU: Pues sí, y mucho –mi brazo derecho se va a buscar la cintura de Lore para abrazarla de lado.

PAS: ¿Cuánto tiempo lleváis?

PAU: No llega a un mes…

TERE: Acabáramos!!! Entonces es que estáis encoñadas!! Eso se os pasa rápido, suele pasar, al principio todo es perfecto y maravilloso y luego se lía.

PAU: -¿De qué va?? Un silencio reina la sala, aunque si mi mirada hablase haría mucho ruido- Sí bueno, eso si alguna de las dos hace por que se líe, pero estate tranquila que no somos de esa clase de gente.

CARLOS: Oye va, vamos a comer algo que en una hora tenemos que ir a montar la barra. Pau, ¿nos ayudarás a servir copas?

PAU: Bueno, os iré echando un cable de vez en cuando, me apetece recordar viejos tiempos. Lore, ¿tú sabes tirar cervezas?

LORE: Sí, sobre todo cuando voy borracha,  soy especialista en tirársela por encima a la gente. –Estallamos todos en una carcajada. Me encanta su humor- No ahora en serio, estuve unas semanas trabajando en un bar, y no se me daba mal…

PAU: Estupendo.

LORENA

Los amigos de Pau me caen muy bien, son muy graciosos y están todo el tiempo haciendo bromas; estoy siendo bastante el centro de atención del grupo pero no me incomoda, ya que Pau está todo el tiempo a mi lado. Pasamos el rato de la cena hablando de anécdotas que han vivido, recordando borracheras míticas y hablando de gente del pueblo; me cuentan los trapos más sucios de Pau en lo que a momentos embarazosos se refiere, pero todo desde la broma.

PAU: No les hagas ni caso Lore, ese día alguien me echó droga en el vaso, sinó ya sabes que no me subiría ni loca a la mesa a bailar La Macarena, ¿de verdad me ves haciendo eso?.

LORE: Jajajaja, es que es buenísimo, habría dado un riñón por verte… ¿no tenéis videos? –mirando al resto del grupo-

TERE: ¡Qué poco la conoces!! Pau es capaz de eso y de mucho más…

PAU: ¿Ah, sí? ¿De qué?

TERE: No me hagas hablar… no me hagas hablar –la tensión entre ellas se puede cortar con un cuchillo-

Noto bastante tensión entre Pau y Tere, y también noto que Tere me mira mucho, más que mirarme, me observa. No hay que ser muy lista para por lo menos sospechar que han estado juntas y la cosa no ha acabado muy bien. Tere tiene una apariencia bastante propicia a pensar que es lesbiana; lleva una melena corta por un lado y el pelo rapado por el otro, con un piercing en la ceja y otro en el labio y lleva ropas anchas, unos vaqueros y una sudadera. Un anillo en el pulgar derecho y una skater tatuada en su antebrazo.

PAU

La noche no ha hecho más que empezar y ya tengo un sabor agridulce. Me he sentido bastante incómoda con los comentarios de Tere, y aunque los chicos hayan intentado distender el ambiente, se me ha cerrado el estómago. Más que nada por Lore; no le había advertido de que iba a estar mi ex; de hecho, no estaba segura de si iba a estar o no, así que intenté alargar o evitar el hablarle de ella, me pone de bastante mal humor recordarla, pero tengo que hacer algo porque van a ser muchas horas y no quiero que se comporte así toda la noche. Ahora que estamos recogiendo y aprovechando que Lore está hablando con María, intentaré arreglar las cosas…

PAU: Oye Tere, ¿podemos hablar un momento?

TERE: Sí claro, hablar y lo que tú quieras… aunque con tu chica aquí… ¿un trío?

PAU: Joder, apestas a alcohol.

TERE: Dime mamá, ¿Qué quieres?

PAU: Que dejes de comportarte como una cría intentando llamar mi atención y que te portes como una persona adulta; si no eres capaz de hacerlo por mí, hazlo por el grupo y deja de montar el numerito anda, que estamos de fiestas.

TERE: No estoy montando ningún numerito, eres tú que te lo tomas todo a la tremenda.

PAU: No me jodas Tere, sabes de sobra que me estás intentando provocar. Pero, ¿sabes qué? Estoy más relajada que nunca, no me crisparía ni aunque me intentaras violar aquí mismo.

TERE: ¿Ah no? –Se me acerca rápido y sin que me dé tiempo a reaccionar me planta un beso en los labios que intenta llevar a más, pero enseguida la alejo de mí con un empujón en los hombros y le pego una bofetada- Ya, que no te crispas, ¿no?

PAU: Vete a la mierda Tere.

En este momento, todos están mirando la escena, cosa que odio, ser el centro de atención, así que todavía con la cara ardiendo por los nervios me dirijo a la otra punta de la sala donde están las cajas con bebidas para llevar a la barra y me agacho para recoger una de ellas, mis bíceps no dan para más. Pero todo el mundo sigue mirándome sin atreverse a hablar.

PAU: ¡¡VAMOS!!!! –doy tres palmadas enérgicas. Estoy realmente enfadada- ¡¡¡Que la barra no se monta sola!!!

Realmente sí, Tere ha conseguido crisparme, y ahora sí que me siento mal con Lore, de hecho no me atrevo ni a mirarla, así que salgo del local cargando con la caja hacia el centro del pueblo. Luego hablaré con ella. Oigo como unos cuantos metros detrás de mí salen el resto del grupo también con cajas. La infraestructura de la barra ya está montada de ayer, que ya hubo fiesta, pero hoy hay que llevar las bebidas y preparar vasos, hielos y llenar las neveras con los refrescos para esta noche.

La fiesta va empezando, la gente va saliendo de sus casas para disfrutar de la música y la barra se va llenando de gente sedienta de refrescos o alcohol. Lore nos ha estado ayudando a montarlo todo pero a la hora de servir ha preferido retirarse a un lado de la barra, aunque de vez en cuando la logramos convencer para que tire cervezas, porque la verdad es que lo hace muy bien. Se la nota algo cohibida conmigo, al igual que yo con ella, no sé cómo darle explicaciones, pero de alguna manera se las tengo que dar. Mientras tanto, Tere sigue intentando acaparar mi atención pero yo simplemente la ignoro. Puedo pasar sin hablarle, si tengo que decir algo se lo digo a cualquier otro compañero del grupo; ya he intentado dialogar con ella pero no ha querido, así que no me ha quedado otro remedio que ignorarla. Con ella es así, blanco o negro.

El trato con mis amigos había sido colaborar un poco con ellos al principio de la noche pero ya les había advertido que no contaran mucho conmigo a partir de la 1, así que a esa hora Lore y yo nos despedimos de ellos para irnos a dar una vuelta y pegar unos bailes en la disco móvil. La noche ha sido muy rara, apenas hemos tenido contacto físico, ni un beso, ni darnos la mano… desde ese intento de beso de Tere no se la notaba enfadada pero intentaba no estar cerca de mí, ha hablado mucho más con mis amigos que conmigo, incluso bailaba al son de la música con alguno de mis amigos pero se le notaba en la cara cierta preocupación. Y yo, entre el trabajo en la barra y todo tampoco he sabido encontrar el momento para iniciar una conversación. A ver si ahora que por fin vamos a estar solas…

PAU: Lore, me sabe fatal lo que ha pasado.

LORE: No tienes por qué darme explicaciones. Todos tenemos nuestras historias…

PAU: Ya, pero es que quiero. Esa niñata se ha portado fatal, y me ha incomodado mucho, así que no me quiero ni imaginar lo que habrás sentido tú…

LORE: Es una ex supongo, ¿no?

PAU: Sí… cuando me estaba empezando a enamorar de ella me puso los cuernos y antes que seguir pasándolo mal pensando que me los podría volver a poner, decidí cortar con ella, pero ella no quería, y me estuvo insistiendo durante muchos meses, se puso realmente pesada… pensaba que después de tanto tiempo ya lo tendría superado…

LORE: Pero no.

PAU: Parece ser que no

LORE: Creo que hoy iba bastante borracha.

PAU: Sí, lo iba…

LORE: Me han caído muy bien tus amigos.

PAU: Sí… son un encanto… excepto esto de Tere, cuando nos reunimos no hay ningún tipo de mal rollo porque si venimos aquí es para pasárnoslo bien… Ya somos mayorcitos como para venir obligados por nuestras familias

LORE: Claro, así que si venís es porque sabéis que vais a veros y os lo vais a pasar bien.

PAU: Coooorrecto!! –me acerco a ella posando una mano en su hombro izquierdo y con la otra le coloco un mechón de pelo detrás de la oreja, apoyando nuestras frentes entre ellas y le  miro fijamente a esos ojos azul oscuro tan cautivadores que tiene, me quedaría horas observándolos- Lore, perdóname por no haberte advertido de semejante personaje.

LORE: Ya está olvidado, de veras. Yo también tendría que hablarte de alguien

PAU: ¿Andrea?

LORE: Sí…

PAU: Vale, pero otro día.

Acortamos distancias las dos a la vez, la poca que había, para fundirnos en un beso muy tierno, mis labios atrapando suavemente los suyos, un tanto carnosos, apetecibles desde que la vi en aquella terraza de Talavera. Aquella noche pensé que no me quería morir sin haberlos probado, y cuando nos despedimos deseé con todas mis fuerzas que al día siguiente se acordara de mí y volviéramos a vernos pronto. Por sus labios pero también por ella misma, por su personalidad, tan sin complicaciones, sin neuras, tan simple y a la vez tan lista que pensé que pasar ratos a su lado tenía que ser un auténtico placer.

Estamos un rato bailando pero Lore ha madrugado así que cuando empieza a bostezar vamos dando un paseo hacia mi casa… A lo largo de la noche, entre la cena y el trabajo en la barra hemos ido bebiendo cerveza y alguna copa así que vamos lo suficientemente alcoholizadas como para estar con el puntillo, pero lo justo como para controlar perfectamente lo que hacemos.

PAU: Mierda, tenemos que pasar por el local, me he dejado el bolso con las llaves de casa ahí.

LORE: Bueno, tu pueblo es pequeño y está todo cerca, en un momento nos pasamos.

PAU: Vayaaa!!! Ya estabas tú tardando en meterte con mi pueblo.

LORE: Si me encanta!! De hecho, me encanta el local.

PAU: Ya, me he dado cuenta cuando hemos entrado, te has quedado embobada.

LORE: Y ese sofá tiene una pinta…

PAU: ¿Una pinta de qué? –Abriendo ya la puerta del local con la llave que dejamos siempre escondida bajo una maceta

LORE: Chica… ya tú sabeh mi amol !! –pone un cierto acento cubano que me excita un montón-

PAU: -Atrayéndola hacia dentro dándole las dos manos caminando yo de espaldas y ella mirándome con ojos seductores y una sonrisa de medio lado- Como no me lo digas… ¡no soy adivina! –me sigo haciendo la tonta-

LORE: De que se tienen que echar unos polvos de flipar –oh!! Bendito alcohol y la desinhibición que le provoca a mi chica!! De repente algo me ha recorrido el cuerpo hasta mojar mi tanga -.

PAU:  Dios mío, cómo me gustas –La atraigo con fuerza hasta que nos abrazamos por la cintura y nuestras barrigas están pegadas.

LORE: ¿Qué te gusto?

PAU: Sí, muchísimo. Más que cualquier otra.

Esta vez es ella la que reacciona ante mis palabras y empieza  a besarme con pasión dirigiéndome a uno de los dos sofás, desabrochándonos las cazadoras  y quitándonos los jerséis con prisas; me estremezco cada vez que su lengua avanza un poco más en mi boca, cuando se enredan compartiendo saliva mientras la recuesto en el sofá, apoyando su espalda en el reposabrazos y yo sentándome en sus piernas a horcajadas. Las yemas de sus dedos empiezan a moverse traviesas por debajo de mi camiseta entre mi cintura y mi baja espalda,  mientras las mías se mueven por su cara y su cuello, y el beso que nos mantiene unidas no pierde intensidad; estamos a poco de quedarnos sin respiración. Menos mal que tengo quien me haría la respiración boca-a-boca sin ningún reparo.

Sus manos atrapan mi camiseta por ambos lados y la empiezan a subir hasta que me la quita del todo y consigue tenerme para ella, a apenas 30 centímetros, tan solo cubierta con un sujetador negro con un encaje discreto.

LORENA: -Al ver mi sujetador- Mmm… mademoiselle , tú  sí que sabes cómo hacerme feliz…

Su mano izquierda va a buscar mi baja espalda por el centro para atraerme más a ella a la vez que su derecha sube hasta mi hombro en busca del tirante del sujetador y lo baja hacia un lado, sin llegar a quitarme de todo el sostén, bajándome luego con énfasis la copa hasta que deja mi pezón izquierdo al descubierto. Un escalofrío me recorre presintiendo lo que está a punto de hacer, pero mi consciente me ha traicionado y Lore me hace esperar, dándome besos cortos por todo el escote y sacando la lengua para lamerme desde el centro de mi clavícula hasta mis labios, recreándose lentamente a lo largo de todo mi cuello. Mi respiración se agita con esto, siento algo en el pecho como si me fuera a explotar. Es emoción. Excitación. Placer. Morbo. Todo lo que sabe lo ha aprendido a base de ver porno, y cada vez más conmigo, pero consigue siempre llevarme a otro mundo. Será porque es ella. Mi tanga está empezando a estar notablemente mojado, mi entrepierna lubricada gracias a ese beso húmedo que estamos compartiendo. En un esfuerzo por separarnos lo justo para poder tomar aire, con nuestras narices rozándose así como nuestros labios, haciéndose cosquillas por ese escaso contacto, me susurra entre suspiros, que más que suspiros empiezan a ser jadeos, clavándome su mirada azul en la mía:

LORENA: Creo que no te he dicho nunca nada de tu diente roto.

PAU: Yo creo que sí, pero dímelo otra vez. –Noto su sonrisa en mi boca-

LORENA:  Me encanta. Así en plan rebelde sin causa. Me pone cachondísima.

Y sin dejar que le conteste vuelve a mi boca a darme un beso corto para seguir con muchos  besos también cortos por la mandíbula, bajándome por el cuello y volviendo al nacimiento de mi pecho izquierdo, al descubierto, lo agarra para llevárselo a su boca y me emieza a chupar el pezón primero con suavidad, paseando la punta de su lengua, y poco a poco aumenta la fuerza de las succiones, haciendo que me excite aún más y atraiga con fuerza su cabeza más todavía a mi pecho, para que siga relamiéndose, pero no tengo suficiente con eso así que  yo misma bajo la otra copa del sujetador para que tenga el otro pecho también a su alcance. Parece ser que se le complica la faena así que, con algo de trabajo, logra desabrocharlo y queda caído entre las dos. Lore empieza a alternar las caricias en un pecho, entreteniéndose en el pezón con las yemas de sus dedos, con los lametones y los pequeños mordiscos en el otro. Mis gemidos no tardan en salir de mi garganta, sin ningún disimulo ni reparo por evitar que me oigan. La luz está apagada, nos hemos apañado con las farolas de la calle, cosa que hace la escena todavía más sensual. Mi cuerpo no puede parar de moverse hacia arriba y hacia abajo lentamente, haciendo que mi pelvis descanse sobre la suya y con este movimiento y su lengua jugando con mis pezones durante unos minutos, yo cada vez más en otro planeta, consigue que llegue al clímax, estallando en un grito que resuena entre las paredes de esa sala diáfana.

Lorena se reacomoda, quedando un poco más estirada que antes, y yo sobre ella, momento perfecto para quitarle los pantalones y empezar mi venganza, siguiendo por quitarle la camiseta; y sin que se haya dado cuenta ya la he dejado sólo con la ropa interior. El frío otoñal no nos afecta a pesar de estar semidesnudas porque entre las dos nos hemos calentado ya más que de sobras. Para estar más cómoda y en igualdad de condiciones me quito mis vaqueros, dejándolos aparcados en la otra punta del sofá, para poder encajar perfectamente mi muslo entre sus dos piernas, ejerciendo presión sobre su coño y consiguiendo que esos jadeos que salen de su boca resuenen en mi oído como el canto más celestial.

Esta vez el cierre delantero en el sujetador lo tiene ella así que no tengo ningún problema para quitárselo. Quiero probar esos pechos que hace tanto que no pruebo, saborearlos por toda su superficie; lamer todo el pliegue entre pecho y abdomen y ver como se estremece; chupar sus pezones como si fuesen caramelos que nunca se acaban y ver como se excita todavía más, pidiéndome que no pare de hacerlo en una voz más aguda de lo normal. Seguir besando su abdomen por toda su extensión, con pequeños besos intercalando mordiscos dados con ese diente incompleto y llegando hasta el borde de sus braguitas.

Sus manos se pasean por sus costados, acariciándose, intentando relajarse y canalizando la emoción. Está empezando a perder el control, no la quiero hacer esperar, así que poco a poco le saco las braguitas y le coloco las piernas semiflexionadas, mientras le voy besando desde la rodilla hasta la ingle con besos muy dedicados, atrapando un poco de su carne entre mis labios durante unos segundos, cosa que sé que le vuelve loca. Cuando estoy a poco de llegar a su entrepierna siento sus manos en mis hombros y las mías van a buscar las suyas, entrelazando los dedos. La escasa luz de las farolas me dejan ver que su cabeza está ligeramente movida hacia atrás, mirando al techo, y su pecho sube y baja rápida pero pesadamente, a la vez que su abdomen se esconde al mismo ritmo que su pecho emerge, pero a la inversa.

Mi lengua hace milagros en su clítoris a la vez que uno de mis dedos va en busca de su cavidad vaginal, que está empapada, así que no necesito más lubricación que esa para introducir mi dedo corazón, lentamente, sintiendo en él las contracciones de sus paredes. Lo vuelvo a sacar y una exhalación acompañada de un apretón en mis manos salen de su interior, preparándose para volver a quedarse sin aire al volver a meterle el mismo dedo, y esta vez lo dejo dentro moviéndolo en círculos, hasta que un grito agudo que seguramente habrá despertado a algún vecino de esa solitaria calle emerge de sus entrañas, dejándome muy claro que he vuelto a ganar esta batalla.

LORENA: Esto no se acaba aquí señorita

PAU: ¿Ah no? Cómo que no? Todavía quieres más? –incorporándome de sus piernas y poniéndome de rodillas

LORENA: No, me parece que eres tú la que te has quedado con ganas –se pone igual que yo y me alcanza sus manos para que me reacomode de nuevo ahorcajadas sobre ella.

Pasea su dedo corazón por su labio inferior, ese tan carnoso que con ese gesto logra acentuar, y termina por meterse la punta en la boca muy muy muy sensualmente mientras me mira fijamente desde unos diez centímetros. Casi me mata de un infarto ya sólo con esto, cuanta sensualidad escondida en alguien tan tímida y aparentemente recatada. Mis labios necesitan ir a besar los suyos, con mucha pasión, mientras pasea ese dedo mojado por mi columna hasta llegar a la rabadilla, donde empieza a hacer círculos y formas aleatorias, al mismo tiempo que nuestros labios siguen mordiéndose entre ellos y atrapando nuestras lenguas. Su dedo travieso va en búsqueda de mi hendidura, que encuentra con poco esfuerzo haciendo a un lado al tanga, y empezando a explorar en mi vagina con total facilidad. Desgraciadamente, no es la primera vez que le doy este uso a este sofá… fue algo muy socorrido cuando estuve con Tere, pero con ella nunca llegué a tener un momento así, tan íntimo, tan sensual, tan lento, tan cómplice. Es algo de Lore que me atrae de ella, la delicadez con la que me trata, la dedicación que le pone a todo lo que hace, a todo lo que me piensa, el tener siempre en cuenta si estoy bien o no.  Los besos en el cuello que me está dando ahora mismo, recorriéndomelo de abajo a arriba, los besos en la barbilla mientras mueve su pulgar en círculos sobre mi clítoris y mete y saca su dedo corazón de mi vagina al tiempo que yo me muevo para acentuar el placer que estoy sintiendo y que en pocos segundos va a llegar a su punto más álgido.

LORENA: Tengo miedo.

PAU: Miedo, de qué? –Una vez empezando a recuperar mis latidos pero todavía exhalando intensamente-

LORENA: De defraudarte como novia.

PAU: Don’t be silly, tú no me defraudarías nunca. Me acabas de regalar el mejor polvo de mi vida. Es algo que no puedo explicar, va más allá de uno o dos dedos.

LORENA: No me ves pero me acabo de ruborizar.

PAU: Lore y Pau, novias. Novias. Novias. Novias….

LORENA: Noviasnoviasnoviasnoviasnovias!!

PAU: Jajajaja, parecemos tontas. –me da un beso en el cuello. Seguimos en la misma postura, ella abrazándome por la cintura y yo por la espalda.

LORENA: Oigo voces.

PAU: No…

No da tiempo de más, sin moverme de mi sitio miro hacia la puerta que se está abriendo y distingo dos figuras besándose con bastante lujuria. Una de las dos personas atina a encender la luz y mientras nos vestimos rápido al menos con una camiseta, vemos que son Pas y María regalándose calor en una noche un tanto fría.

LORENA: Se nos acabó el chollo.

PAU: A ver si paran y se dan cuenta de que estamos aquí. - Un tropezón de Pas con una de las cajas vacías les obliga a parar y al fin vernos.-

MARIA: Ups…

PAU: Tranquilos, ya nos vamos. Cambio de turno. Mi novia y yo nos vamos a descansar.

LORENA: Descansar eh…! Eso te has creído tú.