Mi novia necesita trabajo (VII)
Oh, vaya -su cara está entre el asco y la maldición-
ANDREA
No hay manera de acabar este trabajo, con lo perfeccionista que soy nunca veo que esté bien del todo, y tengo la vista agotadísima ya de pasar tantas horas frente al ordenador escribiendo. Mejor descanso un poco… me pondré algo de The Killers que este fin de semana voy al concierto y todavía no me sé todas las letras, no puedo defraudar. Me acuerdo cuando se publicó que vendrían a Madrid, me lo contó Lore emocionada y a la vez apenada porque no podía pagarse la entrada… que haría todo lo posible por conseguir el dinero pero en cuatro días se agotaron todas, y lo entiendo, ella viviendo sola tiene muchos gastos con el piso y todo… pagar 100 euros para una sola noche no es muy rentable para la economía de nadie. Por suerte yo vivo todavía con mis padres y tengo menos gastos, lo que gano lo puedo invertir en mi ocio y en ir ahorrando poquito a poco para mi futuro.
Se me está ocurriendo algo… voy a ver cuánto dinero tengo ahorrado y cuánto he gastado este mes… podría darle una buena sorpresa a Lorena. Uy, el móvil.
VERO: Guapa!!!
ANDREA: Cómo estás?? Cariño… te echo de menos!
VERO: Lo sé, yo también…
ANDREA: Este fin de semana ya toca, ¿no?
VERO: Sí sí, el viernes por la noche estaré ahí, ¿nos veremos?
ANDREA: Cuándo tú quieras. Es el concierto de The Killers el sábado, y me gustaría quedar con Lore también, pero te guardo la noche del viernes, ¿te parece?
VERO: Me parece fantástico, dos semanas sin verte son demasiado. Podríamos hacer algo especial… no sé, ir a cenar a algún sitio chulo!
ANDREA: Uff… no sé cómo voy a ir de pasta eh!
VERO: Vaya… Bueno, lo miramos. Lo decía por hacer algo diferente.
ANDREA: No sí sí, si a mí también me apetece! Veré como me lo monto, ¿vale?
VERO: Bien… Iré en el tren con Lore. Me está cayendo muy bien eh! Esa chica que ha conocido ha tenido mucha suerte, hay pocas como ella.
ANDREA: -Ya le llama Lore y todo, cuántas confianzas- Ya, es una chica muy especial… ¿Te ha dicho qué va a hacer el fin de semana?
VERO: Pues su… “amiga” va a ir a Madrid también, por el concierto –Dios, qué casualidad, encima tenemos gustos parecidos-, pero ella creo que no, no llegó a tiempo de comprar la entrada… Así que supongo que menos en el rato del concierto, pasará bastante tiempo con ella, y supongo que con sus amigos de allí también… No sabes cómo están tía, ayer por la tarde y por la noche estuvieron juntas en la habitación de ella, no salieron salvo para buscar comida. Tenía hambre la muchacha, hambre de todo!!
ANDREA: 25 años sin estar con nadie son muchos años, si yo con dos semanas ya me subo por las paredes…
VERO: Eso se va a acabar pronto ;)
Mientras hablo con Vero empiezo a mirar por internet si hay alguien que revenda una entrada para el concierto. Lo que le he dicho a Vero de que no iría bien de dinero para poder cenar en un sitio “guay” (o sea, algún sitio con manteles de tela y copas de cristal fino y no mesas de plástico y vasos de cartón plastificado) era pensando en que a lo mejor me gastaría 150 euros en una entrada del concierto en reventa, para tener un detalle con Lorena; me apetece, a las dos nos encanta el grupo y sé lo mucho que le gustan los conciertos, seguro que con esto podré normalizar un poco la relación esta tan rara que tenemos últimamente. Un grupo como éste puede tardar muchos años en volver a Madrid.
He visto a uno que vende la entrada, vive en Madrid y por suerte cerca de mi barrio. Es un poco cara, realmente… Ahora que estoy a punto de escribirle para quedar y me la dé, no sé si hacerlo… 175 euros… es mucho dinero… Bueno, va, un día es un día. Llamaré al chico y veré si puedo ir a buscarle la entrada hoy mismo.
LORENA
Llevo toda la mañana intrigada, ¿qué será eso que me tiene que dar Pau? No se me ocurre nada de nada, así que sea lo que sea creo que me va a sorprender. Hemos quedado en que la pasaría a recoger por el conservatorio cuando saliera, a las ocho, e iríamos a tomar algo.
PAU: Hola cariño!!
LORENA: -“Cariño”… me suena raro. No puedo evitar una sonrisa – Hola!!
PAU: De qué te ríes?
LORENA: Es que se me hace raro que me llamen cariño. Nada más.
PAU: Ah, pensaba que tenía algo en la cara…
LORENA: No, en la cara sólo tienes dos ojos, una nariz y una boca, precioso todo por cierto…
PAU: Mira que eres exagerada… -me pone ojitos mientras me pasa la mano por el cuello y se empieza a acercar a mí para darme un beso que empieza muy inocente y acaba con un suave mordisco mío en su labio inferior- Serás…!!! –Me arrea un pequeño golpe en el brazo mientras me mira con cara vengativa-.
LORENA: ¿Sabes que aquí nos dimos el primer beso?
PAU: -Con un poco de burla- Ooohh qué bonito!!
LORENA: No te burles de mí!!
PAU: Me encanta cuando te indignas. Se te pone cara de niña pequeña… tan mona!!
LORENA: No me indigno!! Sólo que… no sé, para mí es especial, fue mi primer beso… de verdad.
PAU: Tu primer beso de verdad. Así que hubo más besos en un pasado!!? Yo pensaba que era la primera… -con algo de tristeza-
LORENA: Bueno, es que los anteriores… no sé como considerarlos… Algún día te lo contaré. Para mí en realidad eres la primera, y eso es lo que cuenta. Bueno, ¿A dónde vamos?
PAU: A tomar unas cervezas, ¿te apetece?
LORENA: Me apetece donde sea, pero que sea ya… estoy impaciente por eso que me tienes que dar.
PAU: Pues vamos, conozco un sitio a dos calles de aquí.
Empezamos a caminar tomadas de la mano, de esa mano pequeñita que tiene, me las imagino tocando un piano y se me ponen los pelos de punta, de hecho me la imagino a ella tocando el piano, con esa pose tan suya que tiene en todo momento, como despreocupada, como si fuera más ligera de lo que físicamente ya es, como si le resbalara todo, y la veo tan sexy que mi mente se va a una habitación vacía, de paredes blancas sin ningún adorno, sólo con su piano, ella vestida tan sólo con una camiseta holgada y tocando algo para mí, y en ese momento de desvarío mental le aprieto la mano por un segundo sin darme cuenta, como un impulso que sale del área más remota de mi subconsciente. Todo esto ha pasado en menos de un minuto, por suerte no me estaba hablando, sino que parecía también estar con la mente en otro lado, pero con el apretón de manos sale de su mundo y mientras yo ya la estaba contemplando, paradas en un semáforo, ella levanta su mirada y la cruza con la mía
PAU: ¿qué fue eso?
LORENA: ¿El qué?
PAU: Ese apretón de manos
LORENA: Nada, fue sin querer. –Le doy un beso fugaz en la mejilla-
PAU: Qué rara estás…
Llegamos al bar, un sitio con la justa y necesaria iluminación; mesas altas y redondas de madera rodeadas de taburetes. Un sitio algo rústico pero bien cuidado.
LORENA: Voy a pedir, ¿qué quieres?
PAU: Una Voll-Damm.
Vuelvo con las dos botellas de cerveza a la mesa. Pau está sentada como si nada pero en mi sitio hay un sobre. Dejo las cervezas en la mesa con cuidado de no mancharlo.
LORENA: -He visto el sobre pero no lo he tocado, aunque no puedo disimular una sonrisa. Me encantan estas sorpresas, que aunque no sea sorpresa porque ya estaba avisada de que algo me iba a traer, me ha mantenido con la intriga hasta ahora- Dice la camarera que ahora trae una ración de patatas.
PAU: Deja de reírte y ábrelo.
LORENA: Ay… !! Cuando me acabe la cerveza.
PAU: NO –su tono es tajante, denotando impacirncia- Ahora. –Suaviza la voz- Me muero por ver la cara que vas a poner cuando lo veas
LORENA: Está bieeeeeen. –De hecho, yo también me muero por saber qué hay dentro. Voy abriendo el sobre, hay cómo una cartulina fina, la voy sacando… está puesta al revés así que de momento sólo veo el reverso, un montón de letra pequeña, cómo instrucciones o alguna clase de reglamento de… ay, no me puedo creer que sea lo que me estoy pensando que es… le doy la vuelta. Y leo, “THE KILLERS + Artista invitado” en unas letras grandes y blancas, con un brillo variable según la luz que le da, parte del sistema antifalsificación, sobre un fondo oscuro que es la portada de su último disco. Me quedo absorta mirando las letras, la mirada fija en un punto de la entrada, una sensación entre emoción e incredulidad es la que tengo ahora mismo, un escalofrío recorre mi cuerpo.
PAU: Dí algo, no?
LORENA: Pero… es que… estaban agotadas!! ¿Cómo lo has hecho??
PAU: -Reacomodándose en su taburete y haciéndose la interesante- Bueno, tengo mis contactos.
LORENA: Voy a tenerte que someter a alguna clase de tortura para sonsacártelo?
PAU: Lore, sé realista, eres incapaz de torturarme…
LORENA: -Bajo la cabeza… tiene razón- Lo sé.
PAU: Un compañero del hospital iba a ir con su novia pero rompieron hace unos días. Iba al concierto más por ella que por él mismo, no le entusiasman, así que anunció que regalaba la entrada a quien la quisiera, y pensé en ti.
LORENA: -“Y pensé en ti”, es de las cosas más bonitas que me han dicho en mucho tiempo- ¿La regala? Pero si se podría haber sacado una pasta vendiéndola!!
PAU: Ya… pero decía que no se quería lucrar a base de eso, porque mientras se estuviera gastando el dinero seguiría pensando en su novia o no sé qué…, no sé, rollos místicos.
LORENA: Bueno, el caso es que… No me lo puedo creer!! Voy a ir al concierto!!! Con la rabia que me dio que se agotaran tan pronto… ¿Tu entrada es en pista también?
PAU: Aha!
LORENA: Estupendo!! Así podremos ir juntas!!
PAU: Claro que sí.
Vamos tomándonos la cerveza, hablando de los conciertos a los que hemos ido, de cómo nos gusta verlos, de lo que hemos sentido… Hasta hemos coincidido en alguno, y raro ha sido que no nos hayamos visto antes porque a las dos nos gusta verlo desde primera fila o lo más cerca posible del escenario. En un momento que Pau va al lavabo me pongo a reflexionar, de la suerte que tengo. Mi plan de vida hace unos años era exactamente este. Tener un trabajo que me mantuviera las mañanas ocupadas y las tardes libres para poder hacer lo que yo quisiera, como son las clases de alemán; vivir sola en un piso –aunque ahora esté con Vero, pero es más parecido a vivir sola que a vivir con mi madre- y … algo que hasta ahora no había tenido: tener una pareja y que hace tan sólo dos semanas me parecía algo remoto, estaba empezando a tirar la toalla con el tema sentimental…. Y aunque todavía no sé muy bien lo que somos Pau y yo, sé que estoy fantásticamente bien cuando estoy con ella, que el tiempo se me pasa volando cuando estoy a su lado, y no hace falta que hagamos nada que tenga que ver con una cama para estar cómoda y sin pensar en nada. Y ahora estoy aquí, en este bar, por el cual había pasado alguna vez y había tenido ganas de pisar pero no había tenido con quien, porque en Talavera llevo dos años pero no conozco apenas a gente, a parte de la gente de alemán, con la que alguna vez hemos hecho alguna cena pero nada dentro de la cotidianidad de tomar algo por las tardes, algo a lo que me acostumbré demasiado cuando estudiaba en Madrid. Y ahora que tengo todo lo que quiero y necesito, sólo puedo pensar en lo afortunada que me siento, en que dentro de dos días estaré en un pabellón enorme lleno de gente viendo a una de mis bandas favoritas al lado de mi chica favorita sin ninguna preocupación más que el chico alto que tenga delante que no me dejará ver bien. Eso no es nada.
Nos acabamos de tomar la cerveza y quedamos en que el sábado por la tarde-noche nos veremos en la estación de Atocha, la iré a buscar para ir directas al concierto, ya que le tocará trabajar el mismo sábado hasta las cinco. Se va a pegar una paliza, pero ya descansará el domingo.
Madrid, lo echaba de menos. Aunque esté nublado, me gusta pasear por el centro; la Gran Via, la calle Fuencarral, La Latina… He quedado con Andrea para tomar el café de después de comer. Estoy un poco rara con ella. No es que me pase nada en concreto, pero siento que no voy a saber de qué hablar con ella. Parece que ahora estoy más cómoda y tengo más confianza con Vero que con ella; normal, si vivimos juntas. Pero entre Andrea y yo hubo un buen rollo que se fue difuminando con el tiempo y ahora siento que ya no va a haber esa fluidez. No la hubo hace dos semanas cuando vino a Talavera y no creo que la vaya a haber hoy. Pero ha puesto demasiada insistencia en vernos, así que no le voy a hacer el feo. Y aunque no sepa de qué vamos a hablar, tengo ganas de verla. Seguro que algún tema sale y el tiempo se nos acaba pasando volando, como siempre.
Me encuentro con ella en la puerta de la cafetería a la que ya hemos ido varias veces las dos juntas, y nada más sentarnos en una mesa que estaban limpiando, la camarera nos toma nota del cortado y el chocolate caliente que nos vamos a tomar y se va hacia la barra a prepararlo.
ANDREA: -Con una sonrisa tímida pero sincera- Tenía ganas de verte.
LORENA: ¿Sí? Yo también.
ANDREA: Pensaba que vendríais la semana pasada pero me dejasteis plantada, me tuve que buscar la vida… -con un tono medio de broma, intentando darme pena-.
LORENA: -De repente me acordé de todos los mensajes de whatsapp que me envió la noche del sábado, de la evolución, desde la amistad más inocente a esa exaltación de la amistad, sospechosamente cariñosa, seguramente efecto del etanol en sangre- Chica, qué quieres!! Nos surgieron obligaciones en Talavera…
ANDREA: Bueno, lo tuyo no sé si se podrían considerar obligaciones eh..!! –Con una sonrisa de medio lado-
LORENA: Bueno igualmente el sábado pasado tenía que trabajar, pero quedarme después valió la pena… -Andrea baja la mirada, ¿percibo incomodidad en su cara??
ANDREA: Eso es lo importante, que estéis bien.
LORENA: Sí tia, con Pau estoy superbién. Me sigue el rollo completamente, es superlista, dibuja muy muy bien… ¡tiene un tatuaje chulísimo!!! Que lo diseñó ella y todo!! Y toca el piano también… una artista en todos los sentidos de la palabra.
ANDREA: Ah sí? ¿Le gustan los tatuajes? –Ahora parece que muestra más interés; a Andrea le vuelven loca los tatuajes- ¿Y qué es?
LORENA: Es la doble hélice del ADN… pero una pasada! Digno de museo…
ANDREA: Ahm… -Con cara de poco interés. Debe estar pensando, “vaya freaky ”, pero me da lo mismo, ni ha visto el dibujo ni conoce a Pau-. Y ya habéis…?
LORENA: Que si nos hemos acostado? –Sonríe y asiente- Sí, alguna que otra vez. ¿Cómo he podido estar 25 años sin hacerlo?? Es genial, la primera vez estaba supernerviosa pero fue rodado, no sé, a su lado es todo como más fácil y mucho más llevadero, nada me da vergüenza con ella –pienso en la sensación que he tenido siempre con Andrea de que aunque tenga 5 años menos que yo, siempre me he sentido inferior a ella con los temas de sexo, cosa que con Pau no me pasa-. No sé, es distinta. –pienso, “Es distinta a ti”-.
ANDREA: ¿Distinta a quien? –Con una mirada un poco “ya estoy harta de tantas alabanzas a la tal Pau”, ¿Qué le pasa?
LORENA: Mmm… no sé, a mucha gente que he conocido anteriormente. ¿Sabes cuando ves que conectas con alguien desde el minuto cero y esa conexión nunca se va?
ANDREA: Sí sí, lo sé. –Se hace un silencio incómodo de unos segundos que parecen minutos y de repente intentamos hablar las dos al mismo tiempo, como queriendo cambiar de tema.
LORENA: No no, tú primera, yo llevo todo el rato hablando –tomo un sorbo del chocolate que me han servido y todavía está casi intacto. Andrea ya se ha terminado su café-
ANDREA: -Le cambia la cara por completo, una cara llena de ilusión- Pues que el otro día, estaba pensando en el concierto de esta noche… -mete su mano en el bolso y empieza a buscar… Ay no, que no sea lo que me temo que es- y en la pena que te daba no ir… y bueno, con unos ahorrillos que tenía… -Nonononono!!- TACHÁAAANNN!!!! –Me muestra dos entradas- Una es la mía, la que compré ya en su día. Y la otra la he comprado esta misma semana para ti, calentita calentita. Toda tuya. - Me la extiende para que la coja.
LORENA: Pero… la tuya es en pista y la mía es en la grada! –Sólo se me ocurre decir eso. La entrada que me regaló Pau es en pista y sinceramente me hace mucha más ilusión verles de pie y probablemente muy cerca del escenario que desde una grada y sola.-
ANDREA: Ya,… pero bueno, podemos intentar sobornar a alguno de seguridad, tengo un amigo que creo que va a estar en los accesos a pista, así que eso es lo de menos.
LORENA: Andrea yo… -abro mi monedero y busco entre todos los papeles que tengo hasta que saco la entrada que me regaló Pau- me la regaló Pau el jueves. Iba a ir con ella…
ANDREA: Oh, vaya… -su cara está entre el asco y la maldición-
LORENA: ¿Qué hacemos?