Mi novia necesita trabajo (IX)
Hambre de ti
Disculpad la tardanza... estoy socializando más de la cuenta últimamente y he tenido pocos ratos para escribir... aquí va algo, intentaré volver a publicar pronto, espero no tardar dos semanas ;). Muchas gracias por vuestras valoraciones y comentarios :).
ANDREA
Cinco minutos y se acaba la clase. Con lo puntual que es Lorena seguro que ya me está esperando en la cafetería. El profesor da por finalizada la lección y recojo rápido y abandono mi mesa con un “luego nos vemos” fugaz y ya casi desde la distancia hacia mis amigas. No sé qué querrá Lorena ahora, que no me hubiera podido contar el sábado. Bueno, no es que no quiera desayunar con ella, pero simplemente me pica la curiosidad por saber de qué quiere hablar. Entre cavilaciones llego a la cafetería de la facultad y efectivamente, ahí está en la puerta, con cara de felicidad. Se la ve tranquila, una tranquilidad admirable que en cierto modo yo hace unos días que no tengo.
ANDREA: ¿Qué tal?
LORENA: Bien bien… ¿un café? Me muero del sueño
ANDREA: Claro que sí. -Entramos a la cafetería y después de pedir, pagar y tomar asiento, mi curiosidad no puede más así que no me estoy con rodeos- ¿Ha pasado algo?
LORENA: -Parece sorprendida, quizás por lo directa que he ido. Toma su primer sorbo y deja la taza en su platillo- Bueno, no, así importante no. Pero sólo quería hablar contigo… Te noto rara últimamente. Quizás la que debería preguntar si pasa algo soy yo.
ANDREA: -Mierda, ¿tanto se me ha estado notando? A ver si haciéndome la sueca consigo que hable ella- Rara, ¿cómo?
LORENA: Sí, rara, no sé, como queriendo llamar mi atención… -tiene todo el rato una sonrisilla de medio lado en la boca y está en una pose recostando todo su peso en sus antebrazos, formando un triángulo casi equilátero entre sus codos y su cabeza, algo inclinada hacia adelante, como queriendo intimidar. Parece que me está intentando poner nerviosa-.
ANDREA: Eh… -y lo está consiguiendo. Esta actitud la hace ver bastante sexy. Me está haciendo sentir inferior y eso de cierta manera es algo que me gusta, que me tengan dominada-
LORENA: ¿No sabes de qué te hablo? De tus mensajitos a las tantas de la madrugada reclamándome que salgamos de fiesta o a cenar como antes, de tu repentino interés en saber casi cada día cómo estoy, de gastarte más de cien euros así de repente en una entrada de un concierto, de tus comentarios por lo bajini de no sé qué de mis babas con Pau. ¿Estás intentando decirme algo?
ANDREA: Bueno, sí, por lo que dices parece evidente que últimamente mi interés por ti ha aumentado... –Lorena arquea su ceja a modo de curiosidad- Bueno, parece no, realmente es lo que ha pasado.
LORENA: -Con mucha suavidad en sus palabras y poniéndose algo más seria- Y… ¿Puedo saber por qué? Porque, no te ofendas, no es que dude de tu amor por Vero, pobre chica, no se lo deseo ni se lo merece, es un encanto de persona; pero a veces da la sensación como de que te dé rabia que esté con Pau. Y sin ánimo de sonar repelente, pero es normal si te da envidia, a cualquiera le daría, porque te puedo asegurar que últimamente soy la persona más feliz del mundo. No sentiría ni el cólico nefrítico más doloroso… bueno, eso igual sí, pero para que te hagas una idea, desde que estoy con Pau no he llorado ni he estado triste ni una sola noche. Y eso ya es mucho.
ANDREA: Sí que se os vé bien… La verdad es que no sé por qué hice todas esas cosas… había percibido un cierto alejamiento por tu parte ya antes de que conocieras a esta chica, y me lo confirmaste cuando comimos juntas en Talavera… y Lore… tú no lo sabes pero yo te aprecio mucho, y era verdad cuando te decía que no quería que perdiésemos el contacto, no lo decía para quedar mal.
LORENA: Ya. Pero es que en algún momento me ha dado la sensación de que no te gustara que estuviera con Pau, y lo último que necesito ahora es que me vengas tú, precisamente tú, con numeritos de celos.
ANDREA: ¡No estoy celosa! –Me está empezando a arder la cara, me estoy poniendo muy muy nerviosa. Tomo un sorbo de mi chocolate, lo saboreo y con eso consigo relajarme un poco-
LORENA: A ver, Andrea, he estado muchos meses enamorada de ti, he perdido el culo por ti, por complacerte, por quedar contigo, por ayudarte. Y he sabido desde el primer momento que todo era en vano, ya que yo no te gustaba por “nosequé”; nunca he sido capaz de entender porqué, si tan bien decías que estabas conmigo, nunca querías nada más; bueno, sí, supongo que no tengo el culo o las tetas lo suficientemente grand..
ANDREA: ¡Eso no es así!
LORENA: Bueno, no sé yo, porque tú mucho llenarte con la boca diciendo que en realidad el físico no te importa tanto, pero no hay más que fijarse en Vero o en cualquiera de tus ex. Da qué pensar.
ANDREA: ¡No entiendo porqué te estás poniendo así, lo estás sacando todo fuera de lugar! –No me ha gustado nada ese reproche superficial, de tal manera que he alzado la voz y los chicos de la mesa de al lado nos están mirando. Tengo que devolverles a su conversación con una mirada fulminante-
LORENA: -Con la voz más baja, casi en un susurro- Es que me jode. Me jode un montón haber ido detrás de ti, cieguísima, sin fijarme en otras chicas, todo para nada. Y ahora por fin he conseguido olvidarte, y estoy de puta madre con Pau. Has tenido cinco meses para interesarte cada noche por cómo estaba, por cómo había pasado el día, pero no, tú sólo querías quedar conmigo cuando te iba bien a ti. Me contabas tus penas cuando nadie más te había escuchado. Y aunque yo muchas veces tenía ganas de hacer planes contigo, tú ni contestabas, pero ahí estaba yo como una tonta la siguiente vez que necesitabas ayuda o consejo.
ANDREA: Lorena yo… lo siento, no me daba cuenta. ¿Por qué no me decías nada?
LORENA: Oh, sí, ¿qué te digo, “Andrea hazme caso!”? No soy una niña pequeña que necesita la atención de sus padres en todo momento. Sólo esperaba un poco de reciprocidad en la relación. Pero no la he recibido… hasta ahora, que casualmente, estoy saliendo con alguien.
ANDREA: No sé qué decir.
LORENA: No hace falta que digas nada, de veras. No te tengo ningún rencor ni nada parecido, simplemente te lo tenía que decir.
ANDREA: Bueno pues… ¿ahora qué? ¿No quieres que volvamos a quedar? ¿Ni que hablemos? –Me siento como una mierda, superavergonzada, me ha abierto los ojos y la verdad es que mi comportamiento ha sido un poco egoísta, me merezco que ahora esté pasando de mí-
LORENA: No, no es eso… sólo quiero, por mi bien, el de mi relación con Pau, y también por Vero, que tengamos una relación simplemente de colegas. Que quedemos de vez en cuando para tomar un café o dar una vuelta o ir de compras, pero ya.
ANDREA: Está bien… lo siento si te he incomodado estos últimos días.
LORENA: Ya está, no pasa nada. Sólo que me estabas haciendo pensar demasiado y quería aclararlo.
ANDREA: Bien… -Por favor que alguna hable o este silencio me matará-
LORENA: ¿Qué tal va tu proyecto de futuro?
ANDREA: -Menos mal!! Esta Lorena siempre rápida cambiando de tema- Pues bien bien, vaya… todavía no he mirado nada en serio y definitivo; pero este año acabo la carrera y ya estoy mirando precios de posgrados para especializarme y me estoy pensando qué idioma aprenderé, por si me tengo que ir fuera… O idiomas! No sé, estoy bastante motivada!!
LORENA: Eso es lo importante –me sonríe tímidamente. Parece que después del temporal ha venido la calma, está mucho más relajada que hace diez minutos, menos mal!- Ojalá yo hubiera tenido desde siempre una vocación tan clara…
ANDREA: Ya… supongo que vender ibuprofenos no es el sueño de infancia de toda niña.
LORENA: No precisamente, pero mira, de algo tenía que trabajar…
ANDREA: Tú sigue mirando ofertas de trabajo, nunca se sabe! Aunque la cosa esté jodida…. no sé, y oye! A lo mejor te sale algo en Madrid y puedes volver a tu tierra!!
LORENA: Ya, estaría genial; aunque eso significaría que estaría lejos de Pau…
ANDREA: Sí, es verdad… Bueno mira Vero y yo.
LORENA: ¿Cuántas veces por semana os veíais cuando vivía en Madrid y cuantas os veis ahora?
ANDREA: Ya, sí, una mierda, no sabes cuánto la echo de menos.
LORENA: Yo no aguantaría. Yo necesito a esa persona cerca de mí todo el tiempo. Aunque no la vea cada día a todas horas, pero saber que en cualquier momento que necesite estar con ella, podré hacerlo. ¿Sabes lo que más me gusta cuando estoy con ella? Cuando nos despertamos en la cama, el momento en que abro los ojos y la veo tan cerca y tan tranquila y transmitiéndome tanta paz que me entran ganas de pasarme en esa posición toda la vida, entre sus brazos y sintiendo su olor. Me dan ganas de estrujarla y que no se vaya nunca.
ANDREA: No te hacía tan dependiente.
LORENA: He estado tanto tiempo esperando algo y alguien así… que ahora quiero recuperar el tiempo perdido. Y no me refiero a ya-tú-sabes-qué. Me refiero a hacer cualquier cosa con ella, aunque sea irnos a un parque a comer pipas.
ANDREA: Qué planazo!!! –Hago un gesto con el brazo enfatizando el sarcasmo del “planazo”-
LORENA: Ya ves! Comer pipas mientras contamos hormigas. Mi pasión. Eso y vender ibuprofenos. –Las dos estallamos en una carcajada-
ANDREA: Me tengo que ir a clase…
LORENA: ¿Ya ha pasado una hora?? Madre mía… -nos vamos levantando de la silla y saliendo de la cafetería. Yo tengo que subir las escaleras y ella se va a su casa ya así que nos despedimos en la misma puerta de la cafetería- Oye, lo siento mucho por el numerito… ahora esos dos chicos te mirarán como “la bollera histérica”.
ANDREA: Jajajaja! Calla calla, qué vergüenza. –Esta es la Lorena que yo conocía, la tímida-bromista, ¡por fin ha vuelto!-
LORENA: Bueno, pero me alegro que hayamos dejado las cosas claras. Ahora será todo mucho mejor, verás! Llevaba unas semanas ya en tensión contigo.
ANDREA: ¿Dos besos?
LORENA: Dos besos.
LORENA
Estoy muy contenta de haber hablado con Andrea, lo necesitábamos, las dos. Creo que ya he conseguido ese 10% que me quedaba para verla completamente como una amiga y no como una posible pareja o, mejor dicho, la chica que me gustaba. Ahora toca empezar esta corta semana y a ver qué me deparará el fin de semana. Tengo ganas de estar con Pau, y de contarle sobre Andrea.
Jueves, nuestra taberna favorita después de su clase de conservatorio:
PAU: ¿Trabajas este fin de semana?
LORENA: El sábado por la mañana, hasta las 3… ¿Por?
PAU: Son las fiestas de mi pueblo
LORENA: -Arqueando la ceja- ¿Tú tienes pueblo?
PAU: Claro tía, todo el mundo tiene un pueblo donde va o iba de vacaciones en verano y semana santa, si tenemos una peña y todo.
LORENA: Nooo!! Yo no tengo pueblo!!
PAU: No mientas!! Hasta las pijas de ciudad tenéis pueblo
LORENA: Oyee!!! –Le doy un golpe en el brazo suave a modo de reproche, todo de broma- No todas las de ciudad somos pijas. Y no, yo no tengo pueblo… no sé porqué!! Nunca lo había pensado…
PAU: Pues muy mal, te has perdido las mejores borracheras de tu vida.
LORENA: Eso sí que es probable… se oye cada historia de las fiestas de pueblo…
PAU: Bueno, pues las del mío son esta semana, se acaban el domingo, y me gustaría estar con los de mi peña… y que tú vinieras conmigo. Ya verás, te va a encantar la vida de pueblo.
LORENA: Mientras no tenga que hacer cola en el lavabo al lado de una oveja…
PAU: JA! JA! JA! Muy graciosa la cosmopolita! Si aún te pensarás que vamos al pozo a por agua.
LORENA: Ah, ¿no?
PAU: Pues no!! –cerrando los ojos y sacándome la lengua como un gesto infantil-
LORENA: Bueno, y a cuanto está tu pueblo?
PAU: Nada, un par de horas en coche. Te podría pasar a recoger a la farmacia cuando salieras y así ya vamos directamente y te puedo enseñar un poco el pueblo. Que tiene muy poco que ver, una iglesia, cuatro casas y un par de tiendas.
LORENA: ¿Y cuándo como?
PAU: Pues esta chica tan simpática que tienes delante te va a hacer un bocadillo de lo que tú quieras con todo su amor, ¿te parece?
LORENA: Me parece fantástico. Tengo ganas de ver como son unas fiestas de pueblo.
PAU: No te vayas a esperar mucho tú tampoco… una feria, algún concierto de alguna banda novata y sobre todo, mucha bebida.
LORENA: Me está bien.
PAU: Ah! Y te enseñaré en local que tenemos con los de la peña
LORENA: Uuuh! Un local y todo!! Cuánta infrastructura!
PAU: Claro!! Una peña sin su local no es una peña
LORENA: Tengo ganas … -Le sonrío y le tomo de la mano.-
Tengo ganas de un plan distinto, conocer un poco más su entorno y también ver como son unas fiestas de pueblo. No puedo evitar sonreír cuando pienso en que esto va muy bien, esta relación quiero decir, sólo son recuerdos positivos los que tengo con ella, y quiero que sigan por mucho tiempo. Tengo curiosidad por…
PAU: ¿En qué piensas? –dice cuando ha tomado el desvío para tomar la carretera comarcal que nos llevará a su pueblo. Me ha visto de reojo una sonrisa inconsciente-
LORENA: Pensaba en cómo me vas a presentar a tus amigos y a la gente de tu pueblo. ¿Una amiga? No, porque bueno, amigas amigas… somos algo más, no? ¿Tu novia? Ostras no sé, eso es un poco… fuerte, por decirlo de alguna manera, quiero decir, ¿Cuánto llevamos juntas? tres semanas? ¿Eso es suficiente para considerarnos novias? No sé, tampoco hemos hablado de si lo somos o no… a mí me gustaría ser tu novia, lo he sabido desde la primera semana, pero claro no sé, lo normal es estar un tiempo prudencial, por llamarlo de alguna manera, sin ser nada, simplemente saliendo, y luego ya es cuando se pasa a la categoría de novia, no?
PAU: JAJAJAJAJAJA!!!! Cómo te agobias tú sola con tus monólogos!!
LORENA: Ostras sí, qué paranoia me acabo de montar aquí en un momento…
PAU: -Recuperándose de la carcajada- Vamos a ver, mi pueblo es el típico pueblo cotilla, chismoso y cuya población está formada en un 95% por ancianos. Así que a mi abuela te presentaré como una amiga, si no te importa. Para dos veces que voy al año no tengo ganas de que anden chismorreando de mí cada vez que voy.
LORENA: Sí, me parece bien, yo creo que haría lo mismo.
PAU: A mis amigos… si te agobia lo de novia , yo creo que si llegamos juntas de la mano y les digo que “es una… amiguita” lo van a entender en seguida. Aunque yo no tendría ningún reparo en decir que eres mi novia. No necesito ningún tiempo prudencial, ningún período de prueba para saber que no tienes malicia alguna, lo supe desde la primera noche cuando nos presentó mi hermana. He comprobado de sobras que me encanta pasar el tiempo contigo y me maldigo todo el tiempo por no haberte conocido antes.
LORENA: -Tengo dos tomates como mejillas ahora mismo, Pau me ha dejado sin palabras y mi corazón late rapidísimo- Vaya… a mí también me encanta estar contigo, y la verdad es que me da igual si llevamos tres semanas, tres días o tres minutos…
PAU: ¿Entonces?
LORENA: Que a mí también me gustaría fardar delante de todo el mundo de que eres mi novia. Novia… suena raro…
PAU: Sí, en esta sociedad lo más normal es que las chicas digan que tienen novio…
LORENA: No seas tonta!!
PAU: Era broma… Ya estamos llegando.
LORENA: Por cierto, ¿Dónde dormiremos?
PAU: ¿Dormir? Bueno, si te refieres a donde nos hospedaremos, en la casa de mis padres y mis tios… es una casa heredada de dos pisos pero ahora no hay nadie, están todos en Talavera.
LORENA: Me gusta eso de “hospedarse”…
PAU: Sí, porque ahora mismo lo que menos me apetece hacer contigo es dormir…
Nos estamos adentrando en el pueblo. No hay gente por la calle pero se ven algunas luces procedentes del interior de las casas bajas. Creo que hace tanto frío que la gente no se atreve a salir a la calle. Entramos en un garaje con algunas estanterías pegadas a las paredes que sostienen lo que parecen trastos viejos e inutilizados y Pau aparca el coche. Parece que ya estamos en su casa.
PAU: Ahora te enseño la casa, y luego vamos al local que estos ya estarán allí. Mañana ya pasaremos a ver a mi abuela.
LORENA: Vale... hay que quedar bien delante de la familia.
PAU: Sí pobre… vive sola, cualquier día se rompe la cadera y se la encuentran ahí… Mira, esta es la cocina
LORENA: Qué grande!! Es la típica cocina de casa de pueblo, sus azulejos verdes, su nevera más bien pequeña, su mesa redonda en el centro…
PAU: -Me mira como diciendo “No tiene remedio, chica de ciudad”- Sí, lo que viene siendo una cocina… Ven, que te enseño el salón… -entramos a una sala grande con sofás, una mesa grande ovalada, una tele moderna, demás muebles y lo que más me llama la atención, una hoguera de piedra- la hoguera hace años que no se enciende… Esta vez porque no vamos a pasar mucho tiempo aquí, pero yo siempre he querido usarla…
LORENA: -abrazándola por la espalda y apoyando mi barbilla en su hombro mientras le paso mis brazos por la cintura y junto mis manos a la altura de su vientre- Otro fin de semana la usamos, si quieres….
PAU: Eso será si sobrevives a la vida de pueblo este fin de semana.
LORENA: No será para tanto… -hundo mi nariz en su pelo e inhalo el olor de su champú para acabar dándole un beso en su cuello- mmmmhhm… de momento tiene superbuena pinta.
PAU: -Tomando aire profundamente, como si estuviera nerviosa- Vamos al piso de arriba, que es donde están las habitaciones. En el de más arriba es donde suelen estar mis tíos, no hará falta que te lo enseñe- Va delante de mí y me toma de la mano, guiándome por las escaleras. Hay un lavabo, tres habitaciones pequeñas y una de matrimonio, que es donde se supone que suelen dormir sus padres. –Tengo en la maleta unas sábanas de mi piso, para ponerlas aquí.
LORENA: Ah, sí? Qué preparada…
PAU: Claaaaaaro!! No te pensabas que íbamos a dormir con las sábanas de mis padres, no? Qué mal rollo…
LORENA: No, no sé, en tu cuarto…
PAU: Qué incómodo… y dos semanas seguidas durmiendo las dos en cama individual… demasiado para nuestras preciosas espaldas.
LORENA: Cierto.
PAU: Anda ven y dame un beso
Me toma suavemente de la cara con esos dedos tan divinos que tiene y mientras me empieza a besar le abrazo por la cintura y la voy empujando hasta la pared para dejarla con la espalda pegada a ella y seguir besándola con toda la pasión que me sale, que a pesar del frío, no es poca. Parece ser que a Pau le sobra mi chaqueta y empieza a bajar la cremallera mientras nuestras respiraciones se empiezan a acelerar y sus labios besan varios rincones de mi cara y de mi cuello.
LORENA: Cariño, ¿ahora?
PAU: Calla y no me distraigas –Consigue decirme en un susurro a escasos milímetros de mis labios mientras me saca la chaqueta por los brazos y la deja caer en el suelo. Pau me da la vuelta 180 grados y cambiamos las posiciones, dejándome a mí contra la pared- Tengo hambre- dice lanzándome una mirada a quemarropa y una de esas sonrisas que me derriten-
LORENA: ¿Hambre de qué?
PAU: Hambre de ti
Me pega un mordisco en el cuello con sólo dos dientes, a lo que mi cuerpo reacciona con una inhalación repentina y un quemazón que me recorre de la cabeza a los pies, fruto de la sorpresa de su gesto. Baja besándome por encima de la ropa por entre mis pechos y mi abdomen, y mientras tanto se va agachando hasta que queda de rodillas frente a mí, con sus manos posadas en mi culo y sus labios en mi bajo-vientre justo encima del borde del pantalón. Mi ropa interior se está mojando a velocidades insospechadas, si está a punto de hacer lo que creo que va a hacer… ay! No respondo. Bajo mi mirada para verla y me encuentro con la suya, que tiene unas ganas de guerra que no me deja articular palabra, sólo suspirar, y justo después la baja para ir a buscar el botón del pantalón y bajármelo hasta medio muslo junto con mis braguitas. Mi piel se eriza a causa del frío que hace, pero sus manos vuelven a mis nalgas para darme un masaje haciendo círculos que me hacen olvidar la temperatura que hace un centímetro más allá de mi piel. Empiezo a respirar ahogadamente, no me corto con el volumen de los jadeos que empiezan a salir de mi boca, cosa que aprovecha Pau para portarse “mal” y avanzar en su plan de regalarme algo antes de que empiece la noche…
Acerca su boca a mis labios, puedo sentir su aliento en ellos, haciendo que mis flujos sean cada vez más abundantes. Saca la lengua y le regala un lametón a mi clítoris mientras con sus dedos separa ligeramente mis labios haciendo que involuntariamente mis piernas se abran un poco para facilitarle el trabajo. Mis manos no pueden contenerse y se dirigen a su cabeza para acariciarle el pelo a la vez que la acerco todavía más a mi pubis. Su lengua empieza frenéticamente a lamer mi clítoris repetidas veces en el mismo sentido, en un movimiento repetitivo de abajo hacia arriba pero nada, nada cansino. Al contrario, lo siento palpitar con ganas de estallar; aprovecha que está muy hinchado para chuparlo entre sus labios como si fuera un chupete y mientras seguir con la punta de su lengua regalándole más lametones.
Mis gemidos son cada vez más evidentes, quizás también por la excitación que me da el que Pau haya empezado sin avisar como aquel que dice, y cuando me he querido dar cuenta ya tenía los pantalones bajados. Sus manos vuelven a mis nalgas para seguir masajeándolas, con sus dedos cerca de mi agujero trasero, puestos a propósito en ese lugar para conseguir estimularme todavía más y conseguir oír ese grito mientras le agarro fuerte del pelo, grito que da fin a la excitación in crescendo que me ha hecho “sufrir” en apenas diez minutos.
Mientras me vuelve a subir los pantalones con mucha calma, aprovecha la desnudez de mis ingles para besarlas delicadamente por toda su longitud, desde su inicio más íntimo hasta casi el hueso de la cadera, primero la derecha, luego la izquierda. Me abrocha el pantalón y se incorpora hasta quedar a mi altura, su cara muy pegada a la mía todavía.
LORENA: ¿Cómo estás de tu hambre?
PAU: Mucho mejor, pero podría estar mejor… -la abrazo por la cintura y la atraigo hacia mí haciendo que quede totalmente recostada sobre mí mientras me besa y comparte conmigo mis flujos más íntimos al ritmo de nuestras lenguas regalándose caricias y humedeciendo nuestros labios, hasta que nos quedamos sin aire y detenemos, poco a poco y siempre con ganas de más, ese beso que da prueba una vez más del cariño que nos tenemos y lo mucho que nos hemos echado de menos desde la última vez que nos vimos.
LORENA: ¿Mejor?
PAU: Ahora sí. Venga, abrígate que nos vamos a conocer mundo y luego a presentarte a mis colegas.