Mi novia necesita trabajo (IV)
¿Y qué propones? - Tu casa o la mía
Aquí estoy con la cuarta entrega... me gustaría publicar más seguido pero casi el único momento que puedo escribir es por la noche y con mucho sueño... así que avanzo poco cada día. Muchas gracias como siempre por valorar y comentar :)
LORENA
Estoy flotando, madre mía. No sé cómo he podido tardar tanto tiempo en besar a alguien con estas ganas. Conocer a Pau es de lo mejor que me ha pasado en muchos meses. Seguramente, y ahora que veo como son cada una y como se dan las cosas con cada una, diría que mucho mejor que haber conocido a Andrea. La comodidad que siento cuando estoy con Pau no la tenía cuando estaba con Andrea. Andrea y yo tenemos mucha afinidad, nos reímos mucho cuando estamos juntas, pero siempre he notado que hay algo que nos separa; igual nuestra filosofía de vida, nuestra actitud entorno a las cosas o situaciones. Al fin y al cabo, tiene 20 años y es imposible que en según qué temas opinemos igual. Yo a su edad, aunque no practicara sexo, también tenía las hormonas más que revolucionadas, pero ahora lo veo todo de una manera distinta. Evidentemente que pienso en ello en muchas ocasiones a lo largo del día, pero me lo tomo de una manera más liviana, más de “si tiene que pasar, ya pasará”, y no de “como sea, tiene que pasar”. Quizás esta actitud mía tan “mojigata”, desde su punto de vista, es lo que siempre me ha hecho permanecer un poco distante con ella, involuntariamente. Ella ha estado con infinidad de chicas y el tema ha salido muchas veces cuando nos hemos visto, pero al yo no tener experiencia siempre me he sentido inferior, ya que no sabía muy bien qué decir. Simplemente intentaba desviar la conversación y cambiar de tema. Algunas veces pensaba que, aunque fuera más pequeña que yo, era una chica que “me venía grande”, esa experiencia sexual que la separaba de mí me hacía sentir como que nunca iba a estar a su altura.
Pero con Pau es distinto. No voy a decir que no he pensado en acostarme con ella, porque mentiría. Pero cuando hablo con ella no tengo que pensar en qué decir para no quedar mal, su entorno se parece más al mío, y sus gustos, y sus expresiones al hablar. No sé, supongo que al ser de la misma generación tenemos un feeling que con Andrea nunca he llegado a tener. Y además, me gusta mucho más físicamente. Esa camisa que llevaba el otro día le hacía una cintura que madre mía, por no decir de los pantalones que llevaba hoy, me encanta una mujer con las caderas marcadas, y Pau…
VERO: Aló aló, tierra llamando a Lorena , esa cara me la conozco ya, y se llama “babas por enamoramiento”.
LORENA: Vale, me has pillado.
VERO: No bonita, te pillé el lunes! –reímos las dos a la vez- A ver, quien es esa… Pau, se llamaba?
LORENA: Pues… la conocí el sábado, cuando desaparecí en el bar al que fuimos.
VERO: Acabáramos!! Por fin confiesas!! Esa tal Vicky es una tapadera, no?
LORENA: No no, de hecho primero me encontré a Vicky, que era camarera del restaurante donde habíamos comido al mediodía…. –Le cuento toda la historia del sábado y también lo que ha sucedido hoy- Y pasado mañana, si todo va bien, quedaremos…
VERO: Vayaaaa!!! Cuanto me alegro! –Se inclina hacia mí para darme un abrazo-
LORENA: Gracias!! Estoy un poco nerviosa, por si acabamos en la cama…
VERO: Vaya y eso por qué? Lorena, Pau será muy especial, muy maja y todo lo que quieras, pero no creo que el tema de la cama difiera mucho del de otras mujeres…
LORENA: Ahí está el problema, que no ha habido otras mujeres
VERO: Ups… Bueno, pero para ella sí, no?
LORENA: sí sí, creo que ella ya ha estado con más gente…
VERO: Bueno pues te tienes que dejar llevar, porque si estás nerviosa va a ser peor.
LORENA: Lo sé, lo sé, lo intento! Pero es inevitable…
VERO: Si tan bien dices que os lleváis saldrá rodado, ya lo verás ;). Me alegro mucho por ti, en serio. Oye, ¿y donde iréis?
LORENA: Bueno, en el caso de que vayamos eh! Que igual me estoy montando películas en la cabeza –Me hace un gesto de “No te engañes, vais a acabar en la cama”- … No lo sé, si en su piso o aquí… tu este fin de semana te vas a Madrid?
VERO: Ay tia! Se me había olvidado decirte! ¿No te ha comentado nada Maite?
LORENA: Ostras sí, que este fin de semana se van de congreso! El sábado no viene a la farmacia, me tocará abrir… buff qué pereza.
VERO: Pues eso, y sabes qué significa, ¿no? Me toca cuidar a los nenes tooooodo el fin de semana, así que me quedaré en su casa hasta el domingo por la noche.
LORENA: Ah vaya, entonces vendrá Andrea, no? Ostras, no es por nada pero… qué inoportuno, porque se va a quedar plantada!! Si yo no quedara con Pau iría con ella pero… entenderás que…
VERO: No claro claro!! Tú no cambies tus planes! Ahora le escribo y le cuento… ya nos veremos a la otra semana. Le recompensaré… -Saca una sonrisa de medio lado y volvemos a reír las dos a la vez-.
ANDREA
Vaya ganas que tengo ya de que llegue mañana y acabar la semana. Necesito un poco de descanso, estos días han sido un no parar en la facultad y también en el trabajo y he llegado a casa reventada. Apenas he hablado con Vero y no he podido hablar mucho con Lorena, porque quiero hacerlo estando en condiciones de calma y esta semana no ha sido la mejor para eso. El final del curso se acerca y tengo que tomar decisiones que afectarán al curso siguiente, el último de mi carrera universitaria. Después, empezará mi proyecto de futuro, que tengo bastante claro cuál va a ser. Lo único que todavía no sé es el dónde, pero realmente eso es lo que menos me importa en este momento.
Montar mi propio centro de fisioterapia es algo que he tenido claro desde que estaba en el instituto. Mi padre es fisioterapeuta y todos esos “mapas” del cuerpo humano y los músculos que tenía por casa me han fascinado desde que tengo uso de razón. Pero hay aspectos importantes en la terapia de lesiones que no se enseñan con mucha profundidad en la carrera, por eso quiero tener una formación extra, de técnicas más alternativas; así que el año que viene me gustaría tomar clases que me permitan aprender algunas de esas técnicas, y también quiero aprender algún idioma por si mi futuro acaba siendo en el extranjero. A todas estas decisiones, sumarle el trabajo de las clases de cada día.
Por si fuera poco, tengo la cabeza hecha un lío. No sé que me está pasando con Lorena, pero echo de menos hablar con ella. Lo sé, sé que todo es tan fácil como coger el teléfono y empezar a hablar con ella, pero tampoco sé qué decirle, ¿hablarle como si nada? Con todo, y exceptuando el fin de semana pasado, que a fin de cuentas tampoco fue muy normal, llevamos casi un mes sin mantener una conversación fluida. Y me da miedo perderla, porque realmente es una chica que vale la pena. Bueno, si lo alargo más va a ser peor así que basta de darme largas. Mejor cojo el móvil y… Vaya, alguien ya me ha escrito, ¿será ella? Ah, no… es Vero…
VERO: Hola guapa!
ANDREA: Hola, qué tal todo?
VERO: Bien bien, aquí con Pau hablando y viendo la tele un rato.
ANDREA: Vero perdona, esta semana he ido muy liada y no te he podido escribir mucho.
VERO: No pasa nada cariño, es normal, final de curso y toda la pesca, lo entiendo.
ANDREA: Echo de menos estar contigo…
VERO: Yo también, no sabes cuánto!
ANDREA: Este finde nos vemos, ¿verdad?
VERO: Pues de eso te quería hablar… no creo que pueda.
ANDREA: Como, ¿y eso? –Lo que me faltaba ya para acabar mal la semana-
VERO: Pues mi jefa se va todo el fin de semana y me toca quedarme con los niños.
ANDREA: Bueno, pero no hay problema! Voy yo a Talavera y nos vemos allí!
VERO: Es que no va a servir de mucho, tengo que estar con ellos desde el sábado por la mañana hasta el domingo por la tarde… mejor si te quedas en Madrid y ya voy yo a la otra semana…. prometo que te compensaré…
ANDREA: Vaya putada… oye, ¿y sabes si Lorena va a venir?
VERO: Uy, pregúntaselo a ella, pero creo que tiene planes… jeje
¿Qué significa que “tiene planes, jeje”? Será con los de alemán, ¿no? ¿No será una excusa y en realidad se quieren quedar ellas dos juntas? Ay no, no te emparanoies, han pasado demasiado poco tiempo juntas, y Lorena no sería tan cabrona de quitarme a la novia, pero… ¿qué planes serán esos? Mejor le preguntaré a ella.
ANDREA: Hola Lorena!
LORENA: Ei Andrea, que ta!?
ANDREA: Bien bien… bueno ahora un poco chafada porque me ha dicho Vero que ni tú ni ella vais a venir a Madrid este fin de semana. Y agobiada con el final de curso y asuntos varios. Pero bien.
LORENA: Ya… es que Vero se tiene que quedar por los niños y yo he quedado el sábado.
ANDREA: Ah sí, algo me ha comentado Vero. Que es, con los de alemán?
LORENA: Em… no, con una amiga.
ANDREA: -Una amiga!?? Lorena nunca me ha hablado de amigas en Talavera, le cuesta mucho hacer amistades y justo ahora queda con una el sábado. Hmm…- Ahh!!! Una amiga o una “amiga”??? – acompañado de un emoticono insinuante-
LORENA: De momento amiga aunque… a ver qué pasa! Nos llevamos muy bien y es muuuuy guapa.
Toma ya, lo sabía. Tiene un ligue. ¡Ostras qué fuerte! Si que ha tardado poco en superar que estoy con Vero! Pensaba que si tanto le gustaba no se iba a fijar en otras… Analizando estos meses que nos hemos ido conociendo, me doy cuenta de que siempre ha estado ahí por mí, cuando yo le pedía algo ahí estaba, y si no se lo pedía también, siempre tendiéndome la mano si veía que necesitaba ayuda. Por no hablar de la de veces que me invitó a cenar. Lo pienso ahora y no sé cómo pude estar tan ciega… igual tendría que haber mantenido la distancia y no hacerle creer cosas que no eran quedando tan seguido… En fin, que este fin de semana me quedo sin plan… bueno, algo encontraré.
Ya es sábado, menos mal. Tengo un montón de faena para la uni pero no me apetece hacer nada, ya lo haré mañana por la tarde. De momento voy a ver mi agenda y a ver a quien convenzo para quedar… No, ya lo tengo, hace mucho que no veo a Mónica. Mónica es mi ex-novia. La primera chica con la que salí, me saca cinco años –siempre me he fijado en chicas de mi edad o más mayores, nunca pequeñas-. Ella tenía veinte y yo quince; me dejó porque se fue de beca Erasmus a Londres y no estaba segura de si iba a poder serme fiel, pues había una chica en la facultad que se iba con ella y llevaba meses rondándola. Y si algo es Mónica, es realista. Esa chica era un auténtico pivón y hubiera sido muy difícil resistirse, y efectivamente, no pudo. En ese momento no pude odiarla, simplemente estuve triste, tuve un bajón de ánimo que me duró varias semanas, no me apetecía nada. ¿Cómo podía ser que meses atrás una chica mayor se hubiera fijado en mí, me hubiese hecho sentir tan especial, y ahora decidiera irse a otro país y acabar nuestra relación porque tenía muchos números de acabar acostándose con otra? Quise no tener más contacto con ella, lo preferí así, y lo entendió. Tres años más tarde coincidimos comprando en el mismo supermercado, fuimos una cafetería, nos pusimos al día de nuestras vidas y acordamos irnos viendo de vez en cuando. Sigue siendo igual de realista, ve las cosas muy claras y no se anda con tapujos. Si te tiene que decir algo, te lo dice. Por eso mismo que ahora es algo así como mi confesora, cuando tengo algo que me carcome la cabeza, acudo a ella para que me haga ver las cosas claras.
Ahora mismo no está con nadie porque lo prefiere así; ha tenido dos relaciones bastante intensas que han acabado siempre por decisión de la otra, así que ahora ha decidido no atarse a nada. No le apetece. Sólo le apetece conocer a gente. Si una noche conoce a una que le gusta y le apetece llevársela a su casa, lo va a hacer sin ningún reparo.
La he llamado y ha podido quedar, para la noche no sabe si tiene planes o no, pero de momento son las ocho y cuarto y la estoy esperando en una cervecería. Nunca destacó por su puntualidad. Ah, ya la veo.
MÓNICA: Perdona cielo –me da dos besos- se me ha hecho tarde.
ANDREA: Ya… me tienes acostumbrada, no te preocupes.
MÓNICA: No te pases!! Quince minutos, está bastante bien! –Se acerca un camarero a la mesa para pedirnos nota- Mmmm… una Franziskaner por favor.
ANDREA: Para mí otra. –Una vez se ha ido el camarero- ¿Está buena?
MÓNICA: Pero cómo..!! No sabes lo que pides?
ANDREA: Me fío de tu paladar, pero nunca la he probado.
MÓNICA: Pues te va a encantar, sabe distinta a las españolas, pero está buena.
ANDREA: Good! –Se acerca el camarero con las cervezas-
MÓNICA: Bien, y ahora que tenemos donde ahogar penas, cuéntame, ¿qué te preocupa?
ANDREA: ¿Por qué me tiene que preocupar algo?
MÓNICA: Vamos, no hace falta ser estadista para saber que, casualmente, siempre que me llamas te pasa algo.
ANDREA: No bueno, en realidad no me pasa nada, no me puedo quejar.
MÓNICA: Vaaamooos…. –con mirada de “te lo voy a sonsacar tarde o temprano”-
ANDREA: ¿Te he hablado de Lorena alguna vez?
MÓNICA: ¿Tu nuevo ligue?
ANDREA: No… es una chica que conocí a través de un foro de decoración. Teníamos gustos muy parecidos y un día quedamos para ir a mirar cosas a una tienda de decoración, ella para su piso y yo para mi cuarto. Y bueno a partir de ahí empezamos a quedar.
MÓNICA: Y…?
ANDREA: Bueno a mí no me gustaba, no es mi tipo, pero me gustaba estar con ella, es una chica muy tranquila, se puede hablar de cualquier cosa con ella, es muy comprensiva. La verdad es que tiene un carácter muy especial y me transmite mucha calma.
MÓNICA: Ya, pero no te gusta.
ANDREA: No; además, hace casi un mes que estoy saliendo con otra chica.
MÓNICA: ¿Y cuál es el problema?
ANDREA: Que Lorena llevaba unas semanas rara conmigo
MÓNICA: ¿Justo las semanas que llevas saliendo con esta chica?
ANDREA: Hmm… algunas más, pero sí, especialmente rara estas últimas cuatro semanas.
MÓNICA: Y resulta que le gustas, ¿no?
ANDREA: Bingo. La semana pasada me lo confesó. Desde entonces quiero retomar un poco la relación con ella porque la verdad que nos llevábamos muy bien, y me da pena que se rompa sólo porque yo estoy con Vero.
MÓNICA: Bueno, ¿entonces? Sigo sin ver el problema, tú con novia y vuelves a retomar la relación con Lorena.
ANDREA: El problema es que… Lorena ahora creo que tiene un nuevo ligue… vamos, diría que están empezando a verse ahora, y cuando me lo dijo el otro día… no sé si sentí celos.
MÓNICA: Waoo… terreno peligroso.
ANDREA: Lo sé, está Vero y no quiero que se líe la cosa.
MÓNICA: Pues si no quieres que se líe, no la líes. A ver, la tal Lorena, desde que estás con Vero, no ha intentado nada contigo, ¿verdad?
ANDREA: No, al contrario, se ha distanciado.
MÓNICA: Ok, sí, tiene toda la pinta de que le gustas o por lo menos le has hecho tilín, te ha idealizado… llámale como quieras. Pero ha visto que ha perdido el chance contigo y te ha dejado estar. La vida está llena de historias así. Ahora ha encontrado a esta chica, déjala que lo intente, porque contigo lo intentó y no le salió. Ha seguido la filosofía de la mancha de mora que con otra se quita, así que yo de ti no la marearía. Hazte un favor, si no quieres perderla como amiga, no intentes ir ahora detrás de ella en plan conquista, porque, y no quiero meterme donde no me llaman, si ha hecho falta que se vaya con otra para sentir celos, igual no sientes celos de posible novia sino simplemente de amiga. Porque si te gustara de verdad habrías ido a por ella a la primera, y no ahora.
ANDREA: Ya, pero yo no he dicho que haya ido a por ella…
MÓNICA: Bueno, pero me has dicho que sentiste celos, y me imagino lo que se te estaba empezando a pasar por la cabeza… y yo por si a caso te prevengo y te recomiendo lo que yo haría.
ANDREA: Gracias Mónica. Espero que sólo sean celos de amiga y no me guste de verdad. Porque a Vero también la quiero…
MÓNICA: Pues ya está preciosa, no te líes más la cabeza. ¿Salimos esta noche por ahí? Vamos a ir a Chueca unas amigas y yo, ¿te vienes?
ANDREA: Me gusta el plan : ). Oye está buena esta cerveza eh!
MÓNICA: Qué te había dicho!!?
LORENA
Estoy… atacada es poco!! A penas he podido comer, tengo un nudo en el estómago que no me cabe ni un gramo de comida. Esta mañana he estado depilándome y de compras, me he comprado una camiseta que estrenaré ahora, es negra, de cuello barca, que es de los que más me favorece, dejando ver el hueso de mi clavícula y levemente también las costillas superiores de la zona del pecho, sin ser algo exagerado, no estoy extremadamente delgada. Tiene un dibujo de un dragón rojo en el costado, que ocupa casi todo el alto de la camiseta. Me he enamorado de ella nada más verla en el maniquí del escaparate. Me he puesto unos pantalones de pierna recta de color blanco y mis Munich negras.
El plan es quedar a media tarde, ir a cenar y luego ya lo que nos apetezca, no hay un plan cerrado. Así que aquí me tenéis, en la plaza del ayuntamiento esperando a esta chica que me tiene el sueño robado. Ahí viene. Guapísima, como siempre. Me sorprende su vestuario, pero me encanta: una falda negra de tela vaquera con medias granate, botines con tachuelas y una camisa tejana de color claro, entallada y de manga corta. Su maquillaje es discreto excepto los ojos; se ha puesto sombra de color negro, y se ha pintado las uñas de color granate, a juego con sus medias. Preciosa, se ponga lo que se ponga.
LORENA: Buenas! –le muestro la mejor de mis sonrisas-
PAU: Buenas tardes señorita –me devuelve la sonrisa. Es que es vernos y sonreír instintivamente. Nos damos dos besos muy poco a poco, como arrepintiéndonos de no habérnoslo dado en la boca, y nos quedamos mirando, hace un gesto con la cara de “no tenemos remedio” y me toma por ambos lados de la cara para darme un beso en los labios que instintivamente continuo; creo que uno más y me vuelvo adicta a esos labios. Nos acercamos un poco más sin detener el beso y la tomo de la espalda mientras mis manos la acarician. El beso no se alarga mucho y separamos nuestras bocas quedándonos apoyadas en la frente de la otra con la misma sonrisa boba de antes- Corrijo: Muuuuy buenas tardes, señorita.
LORENA: Buenísimas tardes.
PAU: ¿Has pensado algo para hacer?
LORENA: Pues la verdad es que no…
PAU: Fantástico, porque yo sí.
LORENA: ¿Ah, sí? Con qué me vas a sorprender?
PAU: Uuhh… si me lo preguntas así, con lo que tú quieras. Venga, hablando en serio. Vamos a ir a la bolera.
LORENA: Nooo, ¿sí??? –creo que mi cara ha cambiado a la de un niño de cinco años en el día de Reyes- ¡Me encanta!!!
PAU: Lo sé!! Y como me dijiste que hacía tiempo que no ibas, pues he decidido que vamos a ir a jugar a los bolos. ¿Vamos?
LORENA: Vamos
Empezamos a caminar agarradas de la mano con mucha timidez, que minutos después se pierde para poder entrelazar todos los dedos con firmeza, como si lleváramos un año saliendo juntas; la bolera está un poco apartada del centro pero el camino se me hace supercorto, hablando con ella, estando a su lado. Al llegar a la bolera vemos que está llena de gente de todas las edades ocupando las pistas.
LORENA: ¿Y ahora qué? Esto está petado…
PAU: Pues podemos pedir pista y mientras esperamos que nos llamen jugamos un rato al billar.
LORENA: Pau, no sé jugar al billar.
PAU: ¿Y para qué estoy yo…? Bingo!! Para enseñarte!!!
LORENA: Jajaja, vale, como tú quieras.
Como si me dijera que vamos a cazar patos o a contar hormigas, le digo que sí a cualquier plan que me proponga. Nada más verme coger el palo ya empieza a esbozar una sonrisa como de “Madre mía, le voy a tener que enseñar hasta a coger el palo”.
LORENA: No vale reírse!!
PAU: Ok ok, no me río. Pero mira, te tienes que poner así… -se pone pegada a mí para corregirme la postura y la manera como cojo el palo, de manera que tengo su cara al lado de la mía, su cuerpo pegado al mío y sus manos sobre las mías. No me había fijado pero tiene unas manos preciosas, sus dedos no son extremadamente largos, pero son delgados, y las uñas en la justa medida, ni se las muerde ni se las deja crecer, al ras de la punta del dedo. En este momento lo último en lo que me puedo concentrar es en el billar.- Mira, ahora mueves un poco el palo hacia atrás, y un golpe seco en la bola blanca.
LORENA: -Sin moverme de la posición y hablándole en voz baja- Me encanta como hueles…
PAU: A mí también me encanta tu perfume.
LORENA: ¿Sabes que esta situación me está poniendo muy… cachonda?
PAU: A mí también, ¿para qué crees que te estoy enseñando así a coger el palo? Mmm… sé disimulada, pero si miras al frente verás dos tíos babeando que llevan un rato mirándonos.
LORENA: -Levanto la mirada, manteniéndonos todavía en la misma posición- Se estarán imaginando con nosotras haciendo una orgía encima de la mesa de billar.
PAU: -Sonriendo por la ocurrencia- Pues se van a quedar con las ganas.
En esto no aguanto más la situación y me pongo derecha, dándole la vuelta y recostándome sobre ella, la dejo entre mi cuerpo y la mesa de billar. Le dedico una mirada de “se siente” a los dos chicos en la distancia y empiezo a besar a Pau con mucha pasión, mi lengua empieza a explorar su boca y se encuentra con la calidez y la suavidad de la suya, para ponerse a jugar mientras mis manos acarician su cuello y su pelo y las suyas se posan en mi trasero, agarrándomelo con algo más de pasión de vez en cuando. Un calor me recorre todo el cuerpo cada vez que hace eso y mis instintos de llevar eso a más son cada vez más notorios, así que hago lo posible por detener el beso.
PAU: Guaauu!! ¿Pero y esto?
LORENA: No aguantaba más, tenía que hacerlo.
PAU: Ya pero… ¿con esto como quieres que me ponga a jugar a los bolos como si nada?
LORENA: Mmm… no sé, tendrás que hacer un ejercicio de autocontrol.
PAU: Ya te vale, me has dejado aún más cachonda de lo que estaba.
LORENA: -me acerco a su oreja pasándole un brazo por el hombro y acariciándole el pelo- por si te consuela, yo me he quedado como tú.
Empezamos a jugar al billar como si nada, no lo hago demasiado mal para ser la primera vez, debe ser la suerte del principiante; a media partida nos llaman por la megafonía para darnos la pista de bolos así que les dejamos la mesa medio puesta a un grupo de adolescentes que estaba esperando para poder jugar.
Dos partidas y dos cervezas después, una para cada una, decidimos que es hora de ir a cenar. Como ella ha elegido donde pasar la tarde, yo elijo donde cenar, y la llevo a un buffette-wok cerca de la bolera.
PAU: Eh!! Eso es trampa, vas a comer mucho más que yo!
LORENA: ¿Por qué trampa?
PAU: No sé comer con palillos…
LORENA: -sonrío como diciendo “no me lo puedo creer”- ¿NO!?? Bueno, ¿y para qué estoy yo?? – reproduciendo la conversación justo antes del billar- ¡Bingo!! Para enseñarte!!
PAU: Pfff… verás. ¿No se pueden pedir cubiertos normales?
LORENA: Vaaa!!! Orientalízate!! Ya verás, es fácil! Mira, cópiame.
PAU: Intenta coger un trozo de sushi pero se le cae todo dentro del recipiente de la salsa de soja.
LORENA: Jajaja!! Qué espectáculo… tranquila que nos ha pasado a todas.
Unos cuantos trozos de sushi después, Pau ha conseguido aprender a agarrar la comida con algo más de firmeza sin destrozarla, y aprovechamos un momento de calma entre todas las risas para hablar.
LORENA: Hacía mucho que no me reía como esta tarde.
PAU: Eres la hostia… –Bajo la cabeza esquivando su mirada, me da mucha vergüenza que me digan estas cosas- ¿Por qué te avergüenzas?
LORENA: Es que es la primera vez que estoy tan bien con alguien, no me suelen decir estas cosas ni mirarme como me miras tú.
PAU: ¿Nunca nadie te ha piropeado?
LORENA: Digamos que excepto mi familia y esas cosas, no.
PAU: ¿Tú nunca has salido con nadie? –Niego con la cabeza- Pues no lo entiendo Lore, ¿te puedo llamar Lore?
LORENA: Tú sí -le sonrío. Ella me puede llamar como quiera-
PAU: Pues Lore, no lo entiendo.
LORENA: Por qué no?
PAU: Porque eres un cielo de persona, eres ocurrente, muy culta y se está genial a tu lado. Me transmites mucha tranquilidad. Y… eres muy guapa. –Coge su copa mientras me sigue mirando para dar un sorbo al vino tinto que estamos tomando -
LORENA: Bueno, pero eso no es suficiente.
PAU: ¿Qué te falta?
LORENA: Seguridad en mí misma. Y eso lo es todo.
PAU: ¿Me estás diciendo que la gente insegura no tiene derecho a estar con nadie? Estás muy equivocada. Mírame a mí.
LORENA: Tú no eres insegura, no me mientas
PAU: Sí que lo soy, y mucho. Lo que pasa que lo intento disimular. Pero en mi casa, a pesar de que seamos gemelas, Vicky es la que siempre ha destacado, en las comidas familiares, en el teatro del colegio, con los compañeros de clase… Siempre la elegían a ella para todo.
LORENA: Pero eso es normal, ella es más extrovertida que tú! Se hace notar más...
PAU: Sí, pero quizás por eso de estar siempre comparándome con ella, al haber crecido completamente en paralelo, ha hecho que al final yo me sintiera inferior… no sé.
LORENA: Creo que nos estamos poniendo filosóficas y metafísicas, con tanto vino… Yo es que cuando bebo me pongo a hablar y a veces se me va la lengua…
PAU: No tengo ningún problema, me encantas así!!
LORENA: Mejor la bocazas que la insegura, no?
PAU: Cualquiera de las dos, de hecho. ¿Brindamos?
LORENA: Claro que sí. Por qué brindamos?
PAU: Por ti y por mí y por esta noche.
LORENA: Oye, y ahora que llevamos las cervezas de la bolera y tres cuartos de una botella de tinto, y que te gusta la Lorena espontánea…
PAU: Uy… me estás asustando.
LORENA: Calla va, si sólo es una pregunta tonta.
PAU: Esas son las peores!!
LORENA: -No le hago caso a los temores de Pau- Es que en la bolera, con lo de los tíos esos que nos miraban, cuando se me ha ocurrido lo de la orgía encima de la mesa… luego me he quedado pensando… ¿Alguna vez has hecho algún trío o alguna orgía?
PAU: -Deja de beber vino pero se queda con la copa en la misma posición y dirige su mirada hacia mí, sorprendida. Luego posa la copa en la mesa- Vaya, sí que te sueltas sí!
LORENA: Si la respuesta fuera negativa te habrías reído sin más, pero esa reacción… ¿Lo has hecho??
PAU: Eh!! Eso de trabajar cara al público debería convalidar para alguna materia de la carrera de psicología. Vaya análisis!!
LORENA: No bonita! Eso es lógica pura y sentido común.
PAU: Touchée… !!
LORENA: O sea, que sí!
PAU: Sí bueno… una vez hice un trío con dos chicas. Pero no me gustaría repetirlo.
LORENA: ¿Tan poco te gustó?
PAU: A ver, seamos francas, el momento del trío estuvo genial, pero fue algo que hice un verano que estuve en Inglaterra aprendiendo inglés. Fui con una… noviecilla que tenía, lo hicimos con una española que conocimos allí… hace ya tres años y… mi exnoviecilla todavía está con la tercera en discordia.
LORENA: Vaya… Si quieres cambiamos de tema. Vaya metida de pata.
PAU: No te preocupes!! Para aprender, perder! No me compensa la noche de diversión con lo mal que lo pasé después. ¿Otro brindis?
LORENA: Otro brindis, por ti, por mí y por nadie más.
A base de brindis moñas y algún otro algo más absurdo, fruto del alcohol en sangre, nos acabamos la botella, y al levantarnos nos damos cuenta las dos de que igual nos hemos pasado un poco. Salimos del restaurante y resulta que ha empezado a llover.
PAU: ¿Y ahora qué hacemos?
LORENA: Pues… no sé -En realidad, sí sé-. ¿A ti que te apetece hacer?
PAU: No sé, ¿a ti? A mí si hay algo que no me apetece ahora es meterme a bailar en un sitio lleno de gente.
LORENA: Ah no no, eso a mí ahora tampoco.
PAU: -Se me pone muy cerca cara a cara, agarrándomela con las dos manos con suavidad, y me da un beso corto en los labios, casi robado, muy inocente- Me encanta verte así, borrachilla. Eres taaan divertida!!
LORENA: ¿Insinuas que cuando no voy borracha no te divierte estar conmigo?
PAU: Nooo! Sólo que, es divertido verte así.
LORENA: -Llevo toda la tarde excitada con su presencia, desde el momento del billar, y ahora sólo me apetece estar con ella a solas- Oye, ¿cogemos un taxi? Estoy harta de estar por la calle.
PAU: ¿Y qué propones?
LORENA: Tu casa o la mía.