Mi novia, mi perra y yo
Es la historia de cómo mi novia descubrió su pasión por los animales.
Las relaciones sexuales con la que hoy es mi esposa, siempre han sido de lo más satisfactorias. Pero en este relato narro cómo empezó lo que se convertiría en una de nuestras perversiones secretas.
Cuando una relación va bien, podemos pensar que nuestro cónyuge no tiene secretos para nosotros, pero si lo pensamos bien, si nosotros ocultamos algo, ¿por qué el otro no va ha hacer lo mismo?.
Estando en una casa en el campo, la cual tiene un gran patio con la puerta a la calle, Susana me vendó los ojos, completamente desnudos, me condujo al patio y me sentó en una silla, seguidamente untó algo en mi polla, abrió la puerta de la calle y escuché cómo llamaba a Linda, la perrita. Me di cuenta de lo que pretendía y mi corazón empezó a latir fuertemente, entró a la perra y cerró la puerta, enseguida empezó a lamer mis huevos y mi polla, me quitó la venda y vi cómo Susana se untaba por todo su coño un delicioso yogurt que la perra lamería con gusto.
Ella veía que me retorcía de gusto, y la perra lo hacía muy bien parecía que también disfrutaba de lo lindo. Cuando llevó a Linda hacia su coño, dio unas cuantas lamidas y enseguida volvió conmigo, esto le sorprendió muchísimo.
-Parece que te prefiere a ti.
-Es normal, yo soy macho y ella es hembra....hhhhaaggg.
-No creo que sea eso, la perra sabe muy bien lo que hace, ya lo ha hecho antes ¿verdad?.
No pude negar la evidencia, y me alegré muchísimo de compartir con ella mi pequeña perversión.
-Pues si.
-¡No me digas!, ¿y cuantas veces?.
-Yo que sé, siempre que puedo.
-Me has puesto los cuernos con la perra.
-¿Tienes celos? o que.
-No hombre, es broma me encanta ver como te derrites mientras te lame, pero yo también quiero.
Entonces cogí a Linda y puse su hocico en el coño de Susana, le unté mas yogurt y comenzó a comérselo, Susana alucinaba, cogía su cabeza y la empujaba hacia a dentro, parecía que la perra iba a meter todo el hocico.
-Come perrita, come, así cómetelo todo, umm que bueno esta esto, joder ya le va gustando mi coño, le gusta mi flujo, así mete la lengua, saca más caldito rico como le gusta.
Mientras disfrutaba de la escena, unté saliva en mis dedos para masturbar a la perra. A pesar de no ser precisamente un caniche, (es pastor alemán), tiene un chochito muy pequeño, pero con tacto y mucha saliva introduje un dedo, al pricipio le dolía, pero poco a poco le fue gustando, hasta el punto que dejó de lamer, yo metía y sacaba el dedo y ella se sostenía por momentos sobre la patas delanteras. Su chochito estaba muy abierto, y ansiaba poder penetrarla, pero sabía que era imposible, ya lo había intentado en otras ocasiones.
-Fóllatela. Ordenó Susana.
-No puedo, es muy pequeño.
-Quiero probarlo.
Untó sus dedos en saliva y metió el índice sin esfuerzo.
-Tienes razón tendría que abrir mucho para que entrara esa polla que tienes.
-Pues métemela a mí.
Se tumbó y yo me puse encima, la perra se quedó olisqueándonos, ya habíamos entrado en trance, cómo yo suelo decir, y nos daba igual todo, nos lamía el sudor de la cara, la boca, yo escupía en su cara para que la perra la lamiera, parece asqueroso, pero en esos momentos de locura, nada importa.
Cogí a la perra por el collar y la llevé hasta nuestros sexos en pleno apogeo, yo levanté lo que pude el culo para hacerle sitio y enseguida comenzó a dar unas lamidas alucinantes. Pasaba de uno a otro, de mis huevos y mi culo, a su coño, cuando se dio cuenta de que mi polla estaba llena del flujo que tanto le gustaba, se concentró en ella, cada vez que salía aprovechaba para comerla y cuando la metía lamía lo que chorreaba por el culo de Susana, dándonos un placer inmenso a los dos.
Cuando nos corrimos nos quedamos los dos tumbados en el suelo, Linda limpió de semen mi polla, y cuando terminó, se comió hasta la ultima gota del que chorreaba por el coño de Susana.
La experiencia fue fantástica, no sólo por el placer que disfrutamos, fundamentalmente por compartir desde entonces con mi pareja algo tan intimo.
Todos tenemos secretos, fantasías, perversiones, cosas que avergonzaría que se hicieran públicas. Yo animo a que intentéis compartirlas con alguien, no tiene porque ser vuestra pareja, poco a poco se pueden buscar candidatos y tantearlos entre bromas, pero si es la pareja, mejor.
Besos espero que estéis muy excitados y que aproveche.