Mi novia me engaña

Joaquín es un chico joven, tiene una novia, Julia, y un padre un tanto especial.

MI NOVIA ME ENGAÑA.

Estaba sentado en casas, viendo la televisión, era un día de esos en los cuales no tienes mucho que hacer y te pones a ver la caja tonta, de pronto sonó el teléfono. Atendí la llamada con mucho esfuerzo, era mi novia, se llama Julia, tiene 22 años, es una chica guapa, morena de pelo liso, ojos verdosos, con un buen trasero y poco pecho. La verdad que me da igual que tenga muchas o pocas tetase, a mi me gusta tal y como es y he de reconocer que es muy guapa.

Me llamo Joaquín, también tengo 22 años curso cuarto de geografía en la universidad, junto a Julia, mido un metro setenta y cinco, peso unos setenta kilos, tengo los ojos de color marrón, pelo corto y castaño, soy el típico tío normal, por eso siempre he creído, o por lo menos desde que salgo con Julia que de esto hará unos dos años, que he tenido mucha suerte de conocerla, cuando vamos a algún sitio no falta el típico moscón que le tira los trastos, y en estos últimos tiempos este hecho es lo normal en nuestras salidas nocturnas, cuando ella se arregla se vuelve una mujer de belleza deslumbrante. Como ya he dicho soy un tío del montón así que al que le moleste que se fastidie.

Nuestras relaciones sexuales son normales, vamos eso digo yo, ya que con ella perdí mi virginidad y no he conocido tía en la cama más que a ella, tenemos sexo más, menos cada quince días, en su casa o en mi coche dependiendo de lo que se pueda disponer, en cuanto a nuestro nivel sexual, tampoco sabría decir cual es, lo que pienso es que ella está bastante por en cima de mi en este aspecto, Julia ha tenido novios a parte de mi y eso se nota, ella no era virgen cuando nos acostamos por primera vez. Además en los últimos tiempos pienso que tiene un amante o algo así, posiblemente me esté volviendo paranoico, pero no sé, son cosas que se notan aunque no se tenga la certeza de ello. Entre las razones que me hacen pensar esto, están los horarios de vuelta a casa, cada día se va antes, ahora soy yo la que le pide sexo, antes lo pedía ella y sobra todo cuando estamos juntos noto que no la dejo satisfecha, no lo dice abiertamente pero son cosas que se notan. "El problema" de las mujeres es que maduran antes que los hombres en todo y noto que no soy la pareja adecuada para ella.

He sacado este tema en alguna ocasión, sobre todo para que vea que me preocupo de ella, pero no he obtenido una respuesta clara, siempre me ha salido con evasivas. Ella tiene un amante y soy un triste cornudo, estoy enamorado de ella y no me atrevo a dejarla y si me deja sé que lo voy a pasar fatal. Estoy decidido, voy a averiguar quien se la lleva a la cama sin mi permiso.

Atendí la llamada de Julia, estaba viendo la televisión pero la mentí y la dije que estaba preparando unas cosas para la facultad, cosa que le pareció raro, y no me extraña ya que estamos en verano y hasta octubre no empezamos las clases, además no he suspendido ninguna asignatura.

Hecho esto me levanté del sofá y me dirigí hacia su casa, vivimos solo separados por unas pocas paradas de metro, cuando llegué allí me metí en el bar de la esquina y la llamé desde mi móvil, lo primero que me dijo fue que me notaba raro y que no llamara por el móvil, ya que me iba a gastar una pasta, que me llamaba a casa, inventé una escusa barata para que no me llamara a casa ya que no estaba allí y me descubriría, y se enfadaría y con razón. Una vez acabé de hablar con ella decidí irme a casa y dejar lo de detective para otros, aunque me estuviera engañando yo no sabía como poder pillarla.

Al llegar a casa, la volví a llamar y coincidiendo que mis padres se iban al pueblo, la dije que si quería venir a casa a cenar y ver una película, aceptó gustosa mi invitación y me insinuó por teléfono que me preparara que estas noches habría fiesta. Esto cambió mi estado de ánimo y mis pensamientos hacia ella, me consideré un necio y deje estar lo del amante.

A la hora en punto se presentó en casa, estaba preciosa, esos ojos verdes que tiene me vuelven loco. Cenamos unas pizzas y nos dispusimos a ver la película, nos sentamos, bueno, yo me senté y ella se recostó en mi regazo, sin dejarme ver ni siquiera los títulos, agarró mi pene, lo masajeaba por encima del pantalón y este no tardo en responderla con una generosa erección, sin darle tiempo a reaccionar, bajó mi cremallera sacó la polla y se puso a chapármela, nunca antes me la había chupado, de nuevo sin quererlo empecé a pensar que me engañaba con alguien, además lo hacia muy bien, sin darme cuenta la solté un par de buenos chorretones de leche en su boca, se incorporó y seguía jugueteando con mi pene entre sus manos.

Esto no ha acabado aquí, me dijo, mientras que ella ahora se quitaba la parte de abajo, la bebía de estar mirando con cara rara, porqué me dijo: "me has dejado a medias y tienes que acabar lo que has empezado", algo atónito contesté: "pues dirás la señora lo que desea de mí", "cómeme el sexo y deja de hablar, hoy vas a ser mi juguete sexual". Esto último que me dijo me puso más a cien si cabe que la idea de comerle su coño húmedo y jugoso. Me coloqué a sus pies, se tumbó y fui subiendo lentamente, lamiéndola los pies, sus muslos sin vello, y por fín llegué a su sexo, cuando lo vi me sorprendió, se había dejado una tirilla de pelo en su pubis, al verme sorprendido, me dijo: "me lo he preparado para ti". Joder que buena que estaba y era toda para mí. Su olor y sabor era fuerte, pero me gustaba lamer aquella vulva húmeda, su clítoris sobresalía y también aprovechaba para darle algún pequeño mordisco, esto ultimo era gracioso ya que según se lo mordía le daba un pequeño espasmo, mi lengua se movía con rapidez en todas direcciones, mientras ella se tocaba sus pechos y de entre sus dedos asomaban sus pequeños y puntiagudos pezones. Su mano bajó hasta su sexo y mientras le lamia sus labios, ella se masajeaba su clítoris, de su boca salio un gemido y un escalofrío recorrió su cuerpo, sus manos se agarraron a mi cabeza y me subió hasta su cara, con su lengua buscó mi boca y empezamos a besarnos, estaba de nuevo empalmado, cogió mi polla y me dijo que la follara, que la follara todo lo dura que pudiera que quería sentirme bien dentro de ella. La obedecí, comencé a follarla, mi embestidas eran todo lo fuertes que podía ofrecerla, sentía que me iba a volver a correr y se lo dije, comenzó a mover su cadera aún más rápido y volví a soltar la leche, esta vez en su coño, bueno en el condón, siempre lo usamos, quedé rendido, hundí mi cara en su pecho, me abrazó fuerte, me dijo que me había portado muy bien. Nos levantamos, nos aseamos un poco y nos pusimos a ver la película, el sueño pudo conmigo, cuando desperté ya por la mañana, Julia no estaba, me había dejado una nota: "me he ido a cas mi amor, eres mi amante perfecto". Esto me llenó de orgullo, en esto los hombres somos todos muy parecidos y las mujeres saben sacar el partido adecuado al tema. Al levantarme e ir a la cocina para prepararme algo de café, encontré a mi padre, extrañado, le pregunte que hacia en casa, ya que creía que se había ido al pueblo con mi madre, me comentó que había vuelto por cuestiones de curro y me sonrió a la vez que me dijo, que había tenido una noche muy movidita (por mi y por Julia claro), mi cara tuvo que ser un poema ya que soltó una sonora carcajada y me dijo que no me preocupara que era una cosa normal.

No le dí más vueltas al asunto, pero me extrañó no haber oído a mi padre entrar en casa y más cuando estuve esperando a Julia toda la tarde.

Al fin de semana siguiente, Julia me propuso repetir lo de la semana anterior, cosa que me venía de miedo ya que mis padres se iban de nuevo al pueblo, de todos modos esta vez pregunté a mi padre si volvería de improviso, a lo que respondió que follara tranquilo que esta vez no vendría y salió descojonándose de mí, a lo cual se me quedó de nuevo cara de pánfilo.

Llegó a casa Julia, esta vez era un poco más tarde ya que tuvo que quedarse a cuidar a su hermana y esperar a que volvieran sus padres, era eso de la medianoche, esta vez no hubo ni cena, comenzamos a besarnos, meternos mano y sobarnos en el pasillo, para cuando llegamos al sofá ella tenía sus pechos al descubierto, los lamía con avidez y yo tenía una erección de caballo, me sentó y se puso a cabalgar sobre mi polla, en pocas embestidas me consiguió sacarina buena corrida, me vi incapaz de seguir, ella lo notó, me disculpé, me sentía mal pero Julia me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada. Nos pusimos a ver una película y de nuevo me volví a quedar dormido.

Me desperté sobresaltado, miré la hora, las dos de la mañana, Julia ya no estaba a mi lado, me levante camino del servicio, de pronto unos susurros y unas risas ahogadas me asustaron, ¿ladrones? La puerta de la calle estaba cerrada, avance despacio en dirección a la habitación de mis padres que era de donde venían los sonidos, el mamón de mi padre había vuelto a venir, pero lo que sonaba no eran ronquidos, la puerta estaba entre abierta y la luz de la mesilla encendida, me quedé de piedra al comprobar que Julia estaba encima de mi padre, el cabrón de mi padre se la estaba follando, menudo desgraciado, me dieron ganas de irrumpir y joderles la fiesta, pero no se porqué motivo me quedé allí observando como mi padre le sobaba las tetas a Julia y las lamia, ¿desde cuando estarían follando? ¿lo sabría mi madre? Que cabrones... Seguía allí observando, pararon, ella se dio la vuelta, mi padre se agarró la polla, por cierto, mi padre tenía un falo más grande de lo que yo esperaba, así me pedía más la puta, mi padre gastaba un falo largo y gordo, era feo, pero con esa pedazo de morcilla cualquiera, Julia con la cabeza girada le decía: "ten cuidado, nunca me han dado por el culo, se suave, no vaya a gritar y Joaquín se despierte".

Dicho y hecho mi padre se echo saliva en la punta de su descomunal falo, con una mano sujetaba la cadera de Julia y con la otra su falo, de una acometida lenta pero segura la metió el kilo de carne aquel en su culo virgen, ella contra las sábanas ahogó un grito y se giró con cara de dolor, mi padre ignorándola la tenía cogida a dos manos por las caderas y comenzó a meter y sacar aquel aparato del demonio sin descanso, el cabrón a demás de tener una buena polla, tenía buen aguante, que cabronazo la estaba jodiendo bien jodida. Después de un largo rato sacó su falo, giró a Julia y la soltó unos chorros espesos de leche en su cara y su boca, esta agarró su falo con ambas manos y empezó a chuparlo y lamerlo, hasta dejarlo limpio y brillante. Lo peor de todo es que se la estaba tirando sin condón, hay que joderse. Habían acabado y se estaban levantando, me fui con sigilo hacia el salón y me volví a meter en el sofá como si estuviese durmiendo, al cabo de un rato sonó la puerta de la calle, me levanté y comprobé que se habían marchado, mi padre seguro que llevaría a Julia a su casa, yo estaba hecho polvo.

Por la mañana al levantarme, mi padre estaba en la cocina, que pasa otra vez el curro le dije, si hijo es lo que hay me contestó, a lo cual le respondí: "pues como se entere mamá que el curro se llama Julia", enrojeció y los ojos se le querían salir de las órbitas, "por cierto menuda polla gastas, cabrón", allí le dejé con sus pensamientos. Sabe que le digo a usted, que jodan a Julia y a mi padre, de esta situación saco partido seguro. Seré un cornudo pero lo voy a disfrutar.